BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Estudie para dar fruto
    La Atalaya 1953 | 1 de noviembre
    • de él el significado escondido y así beber profundamente de las aguas de la verdad. No tuvieron suficiente interés. Temieron que el significado fuera severo para ellos, que los desenmascarara, que no les trajera ganancia, que significara un cambio para ellos en su manera egoísta de vivir. No estaban ansiosos por la verdad y preferían permanecer felizmente ignorantes, irresponsables, y por eso siguieron su camino.—Mat. 13:1-15, 34, 35, NM.

      Pero no todos los oyentes le dejaron. Los de corazón honrado se quedaron. Entendieron su necesidad espiritual, y preguntaron a Jesús el significado escondido, y así sacaron de él conocimiento más completo. A los que tuvieron deseo de conocimiento más se les dió, pero los que no tuvieron deseo hasta perdieron el poco conocimiento que tenían. Por medio de ilustraciones Jesús eliminó a los que no estaban interesados, y luego se concentró en los hombres de entendimiento que se quedaban para sacar el significado pleno. (Mat. 13:16-18, 36, NM) Hoy día los testigos de Jehová tienen que ir de puerta en puerta y dar un testimonio de introducción. La mayoría de las personas no se interesa, pero unos cuantos son atraídos al mensaje, escuchan, y hacen preguntas para sacar más información. En dichos interesados los testigos se concentran por medio de revisitarlos y conducir estudios con ellos.

      Pero la cristiandad en general está tan estéril como lo estuvo la nación judía al tiempo que Jesús estuvo sobre la tierra. Esa nación fué representada por una higuera que no daba fruto, porque esa nación no aceptó al Mesías y no produjo frutos de alabanza a Dios. En una ilustración Jesús habló de una higuera que había estado estéril por tres años, y se le iba a dar un año más de cuidado especial para ver si producía fruto durante esta época de oportunidad añadida. (Luc. 13:6-9) Jesús dió esta ilustración en el otoño de 32, después de predicar tres años como Mesías. Durante esos tres años se había concentrado en la nación judía, pero como organización nacional ésta no produjo fruto aceptable. Había de concedérsele una cuarta época de cuidado y atención especiales a este árbol. Luego en el cuarto año de su ministerio mesiánico, tres días antes de ser muerto por la nación judía, Jesús participó en otro incidente con una higuera. Viniendo de Betania hacia Jerusalén vió a una higuera llena de hojas, pero cuando la inspeccionó en busca de fruto no encontró ninguno, y el árbol fué maldecido y se marchitó y murió. (Mar. 11:12-14, 20) De modo que aunque tuvo un año adicional de cuidado especial la nación judía como tal no dió fruto, aunque se hizo ver piadosa, así como la exhibición de hojas de la higuera haría que uno esperara fruto.

      La nación judía se marchitó y murió en cuanto a ser el pueblo para el nombre de Jehová, pero hubo un resto que no se marchitó y murió. Estos oyeron las ilustraciones de Jesús, les gustaron, sacaron sus significados escondidos por medio de preguntar, y siguieron a Jesús en la obra de predicar. Con el tiempo su celo produjo tanto fruto que los opositores gritaron que estaban trastornando al mundo. (Hech. 17:6) Hoy los cristianos tienen que ser igual de celosos en su producción de fruto. Los acusarán de trastornar a este viejo mundo porque enseñan lo contrario a él; realmente señalan el camino a un nuevo mundo que no será un mundo trastornado sino que estará en orden y permanecerá así para siempre. Para señalar el camino eficazmente, tenemos que estudiar y estar llenos de las verdades concernientes a ese nuevo mundo.

      Pero nuestro alimento no consta simplemente de adquirir conocimiento mediante estudio. Tenemos que darlo a otros por medio de predicar de acuerdo con la voluntad de Jehová. Como dijo Jesús: “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envió y terminar su obra.” (Juan 4:34, NM) Si estudiamos la verdad pero nunca la repartimos se estancará y seremos personas introversas. Empero si la repartimos pero no la reponemos mediante más estudio nos pondremos secos en cuanto a nuevo material y entraremos en una rutina estancada y estéril. Tenemos que estudiar y predicar. Obténgala, luego repártala. Mantenga la corriente de la verdad fluyendo de la Biblia a nosotros y de nosotros a otros. Si la columna de savia dentro de una planta se rompe ésta cesa de correr. Si la corriente de verdad de la Biblia que va a través de nosotros a otros se rompe, nos marchitamos y morimos espiritualmente, dejando de producir fruto para gloria de Dios. Y si no producimos fruto bueno Jehová no nos reconocerá como sus siervos y sufriremos la destrucción.—Mat. 7:16-20, NM.

      Si producimos buen fruto somos buenos árboles; si producimos mal fruto, somos malos árboles; si no producimos fruto, somos árboles perezosos, inútiles, dignos solamente de ser descartados. (Judas 12; Apo. 3:15, 16) Debemos ser buenos árboles produciendo los frutos de vida de la Palabra de Dios. “El fruto del justo es un árbol de vida; y el que gana las almas es sabio.” (Pro. 11:30) De modo que en esta obra de vida y muerte tenemos que equiparnos y usar el tiempo sabiamente.

      CONSERVANDO FUERZA PARA PRODUCIR FRUTO

      Si uno solamente estudiara y citara textos y exhibiera su conocimiento y aparentara ser cristiano pero no diera frutos en el servicio del Reino, sería como la higuera cuya única cosecha fué hojas ostentosas. Ese árbol estaba lleno de savia, pero la savia no se usó para ningún propósito bueno. La savia sólo se usó para hacer una apariencia de hojas ostentosas. Nosotros no queremos ser como árboles estériles llenos únicamente de savia. Queremos podar las hojas y ramitas sobrantes para que la fuerza usada en un tiempo para ellas pueda usarse mejor en producir fruto. Un cultivador de huertos poda ramas improductivas para que la fuerza que usan pueda ser empleada para producir fruto. Mediante este proceso de podar, el árbol produce más fruto. Jesús dijo: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el cultivador. Toda rama en mí que no produce fruto él la quita, y toda la que produce fruto él la limpia, para que produzca más fruto.”—Juan 15:1-3, NM.

      Las raíces sólo pueden enviar hacia arriba cierta cantidad de savia. Si toda ésta se dirige a las ramitas y hojas no habrá fruto. Por eso tenemos que podar las ramas estériles para que la savia pueda emplearse en producir fruto. Nosotros sólo tenemos cierto tiempo y energía. Si usamos éstos en cosas no esenciales no queda tiempo para producir fruto del Reino. Si nos ramificamos a ver excesivamente televisión o películas o a demasiadas excursiones de fin de semana u otras búsquedas de placer que nos roban nuestro tiempo y energía, estas ramas que no producen fruto deben ser podadas, cortadas de nuestra vida, para que en este tiempo de oportunidad no malgastemos el tiempo, fallando en producir fruto. (Efe. 5:16, NM) Esto nos hará más maduros. Y así como un árbol produce más fruto cuando llega a la madurez, así también será con nosotros.

      En lo que toca a la obra predicadora, ahora es el tiempo del verano, ahora es el tiempo de la cosecha, ahora es el tiempo para producir fruto para la salvación. (Jer. 8:20) En el invierno la savia no corre y no se forma el fruto. Los árboles que no hayan producido fruto para el tiempo del Armagedón serán marchitados por juicios ardientes. No habrá ninguna época añadida para que tengan oportunidad de producir fruto tardío. Por eso ahora es el tiempo para estudiar y trabajar y prepararse para sobrevivir a la tormenta del Armagedón.

      El sistema de raíces de algunos árboles grandes se extiende por tres acres y se introduce muy debajo de tierra para conseguir alimento y agua. Este sistema de raíces no sólo alimenta al árbol, sino que también lo asegura contra el ser desarraigado por ventarrones. Igualmente tenemos que hundir nuestra mente profundamente en la Palabra de Dios, no sólo para obtener alimento y bebida espirituales sino también para asegurarnos contra las ventoleras de la sabiduría mundana y la tempestuosa persecución. De esta manera podremos producir fruto del Reino “en tiempo favorable, en tiempo dificultoso.” (2 Tim. 4:2, NM) Entonces cuando llegue el Armagedón y los que hayan sembrado el viento sieguen el torbellino y sean desarraigados de la tierra de los vivos, nosotros, teniendo nuestras raíces profundamente afianzadas en la Palabra de Dios, podremos permanecer rectos a vista de él y producir fruto para su alabanza por siempre jamás en el nuevo mundo.—Ose. 8:7; Heb. 13:15.

  • Estudiando La Atalaya
    La Atalaya 1953 | 1 de noviembre
    • Estudiando La Atalaya

      ALGUNOS rechazan la revista La Atalaya con las palabras: Tengo la Biblia y eso es todo lo que necesito. No obstante concurren a las iglesias y escuchan los sermones. ¿Por qué molestarse? ¿Por qué no quedarse en casa y leer su Biblia, si eso es todo lo que se necesita? Porque pocos entienden lo que leen en la Biblia. Buscan clarificación yendo a oír los sermones. Pero ¿no es un sermón impreso tan bueno como uno oral? ¿Mejor, en realidad, dado que se puede acudir a él frecuentemente para estudio cuidadoso? Los artículos de La Atalaya pueden considerarse como sermones impresos, y merecen estudio cuidadoso y frecuente.

      Considerada sola La Atalaya sería de poco valor. Considerada con la Biblia es inestimable. Es economizadora de tiempo. La Biblia, por ejemplo, tiene textos sobre cierto tema esparcidos aquí y allá a través de sus cientos de páginas. No tenemos tiempo para leer la Biblia de cubierta a cubierta para aprender lo que dice sobre este tema. Seguramente cada vez que un nuevo tema surge no podemos leer toda la Biblia para considerar todos los textos relacionados con ese tema. Sin embargo, dentro de las pocas páginas de un artículo de La Atalaya se agrupan muchos textos sobre ciertos temas. Verdaderamente es una economizadora de tiempo.

      No sólo ahorra tiempo este método, sino que contribuye a enseñanza sistemática, a aprendizaje rápido. Verdades fundamentales se llaman a la atención, y sobre éstas se edifican verdades adicionales para completar el cuadro. Luego acontecimientos y condiciones en el mundo hoy se colocan junto a las profecías bíblicas y viene a ser claro que los primeros son cumplimientos de las segundas. Esto nos da a saber dónde estamos en la corriente del tiempo, que pronto el Armagedón acabará con este viejo mundo para dar paso al nuevo mundo de Dios. Los requisitos para la conservación a través de esta batalla del Todopoderoso se dan y así La Atalaya demuestra que la Biblia es la única guía práctica para los tiempos modernos. Es

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir