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Desplegando amor salvavidas al prójimoLa Atalaya 1981 | 1 de septiembre
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Desplegando amor salvavidas al prójimo
CORRÍA el año 1559 de nuestra era común. El príncipe Guillermo de los Países Bajos y el rey Enrique de Francia estaban en una partida de caza a las afueras de París. Cuando, por casualidad, los dos se encontraron a solas, el rey Enrique habló sin ambages al príncipe acerca de un plan del rey Felipe de España para matar a todos los protestantes de los Países Bajos y Francia. Los ejecutores para los Países Bajos serían las tropas españolas que se hallaban allí.
Todo esto fue una noticia que sacudió al príncipe holandés, puesto que él no había tenido la menor sospecha de tal plan.a A pesar de que él mismo había sido criado en la religión católica (con antecedentes luteranos), se conmovió profundamente por los protestantes que estaban en lista para ser muertos. Al oír de este plan sanguinario, él muy discretamente disimuló la sorpresa y toda otra emoción que sintió, y como resultado de este incidente se le apellidó “Guillermo el Taciturno.”
Antes de volver a los Países Bajos, él recibió órdenes específicas en cuanto al papel que tenía que desempeñar en este terrible complot. Pero tan pronto como volvió a su país él despertó el sentimiento del pueblo en contra de las tropas españolas, para hacer que éstas saliesen del país. De hecho, él hizo todo lo posible para frustrar aquel plan inicuo... todo lo cual, de paso, lo encaminó a ser conocido como “el Padre de su nación.”
En particular Guillermo había recibido una lista de nombres de ciertas “personas excelentes de quienes se sospechaba que eran miembros de la nueva religión” además de instrucciones para asegurarse de que estas personas no escaparan. Lejos de cumplir con aquellas instrucciones, él más bien dio advertencia a aquellas “personas excelentes,” y así les ayudó a escapar. Según él mismo dijo más tarde, estuvo “pensando que era preciso obedecer a Dios más bien que a los hombres.” En todo esto, Guillermo desplegó amor salvavidas al prójimo.b
SE DA UNA ADVERTENCIA HOY
Hoy hay un grupo de personas, cristianos que son testigos de Jehová, que obran impulsados por motivos similares a los ya considerados. Están advirtiendo a cuantas personas pueden acerca de cierto terrible fin que les espera en el futuro cercano. Sin embargo, el fin que hoy aguarda a tantas personas no será el resultado de la intolerancia religiosa de hombres enceguecidos. Más bien, se debe a que el Dios justo de los cielos y la Tierra pronto tomará acción en contra de los que están manchando de oprobio su nombre y arruinando la Tierra. El cumplimiento de las profecías bíblicas indica que se está acercando rápidamente “el tiempo señalado” en el cual Jehová Dios causará “la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18) Sí, se acerca el tiempo para el comienzo de la más grande tribulación que habrá ocurrido alguna vez.—Mat. 24:21.
Debido a la proximidad de este acontecimiento catastrófico los testigos de Jehová están repitiendo la advertencia angelical a todas las personas amadoras de la verdad y la justicia que se hallan bajo el dominio del imperio mundial de la religión falsa, “Babilonia la Grande”: “Sálganse de ella, . . . si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.” (Rev. 18:2, 4) Por supuesto, no basta con que estas personas sinceras se separen de toda forma de religión falsa organizada. También tienen que huir al lugar de refugio, el reino de Dios. Así, pues, los Testigos continúan predicando “estas buenas nuevas del reino” por toda la Tierra.—Mat. 24:14.
Por eso los testigos de Jehová también están dedicando todos sus esfuerzos a ayudar a las personas sinceras que buscan la verdad a obedecer el mandamiento que se encuentra en el libro bíblico de Sofonías: “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra, los que han practicado Su propia decisión judicial. Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová.” (Sof. 2:3) Así estos Testigos están obedeciendo el mandato que Jesucristo dio a sus seguidores antes de su partida: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.”—Mat. 28:19, 20.
PREDICANDO Y ENSEÑANDO DE CASA EN CASA
Es debido a la proximidad del día de juicio de Jehová que los Testigos sienten la urgencia de dirigir a las personas amadoras de la verdad al reino de Dios como su único medio de escape. Puesto que la vida es tan importante, ciertamente es muestra de amor el ayudar a otras personas de esta manera.
Los informes muestran que la buena conducta cristiana ha ayudado a algunas personas a encaminarse en la senda que lleva a la vida. Como dijo un periodista ruso que estuvo en una asamblea de los Testigos en Alemania: “El mejor sermón de ustedes es su conducta.” Los Testigos han hallado que el pararse en las esquinas de las calles para ofrecer revistas bíblicas a los transeúntes es un modo eficaz de predicar las “buenas nuevas.” Además, los Testigos están alerta para hallar o crear oportunidades de predicar las buenas nuevas del reino de Dios a personas con quienes tratan en sus negocios y al viajar, o a sus compañeros de trabajo. Los hechos prueban que toda esa actividad también da buenos resultados.
No obstante, es patente que si los del pueblo de Jehová se limitaran a estos medios de testificar pasarían por alto a muchas personas que bien pudieran ser amadoras de la verdad y de la justicia y que merecen escuchar el mensaje de advertencia, así como también las buenas nuevas del Reino. Por eso, los Testigos han adoptado la práctica de predicar de casa en casa. De hecho, se han dedicado tan diligentemente a este método de predicar que se puede decir que ha llegado a ser la marca identificadora de los Testigos. Así, en cierto programa de televisión se mostró a una familia que al contestar un toque a la puerta comentó: ‘Debe ser un testigo de Jehová.’
No hace mucho esta actividad de los Testigos fue proscrita en cierto país de América Central. Cuando los Testigos apelaron de la proscripción, el funcionario que atendió la apelación dijo: “Otras sectas religiosas no van de casa en casa como ustedes los Testigos. ¿Es esta actividad parte de su culto?” Se le contestó que no solo era parte de su culto, sino que era uno de los aspectos más importantes de su adoración. Como resultado de esto se revocó la proscripción.
Los Testigos tienen firmes precedentes en las Escrituras para continuar en la actividad de predicar de casa en casa. Cuando Jesús envió a sus discípulos, les mandó que fueran con su mensaje a las casas de la gente. (Mat. 10:7, 12, 13, 42; Luc. 10:5, 6) Además, el apóstol Pablo declaró a los ancianos de la congregación de Éfeso: “Bien saben ustedes cómo desde el primer día que puse pie en el distrito de Asia estuve con ustedes todo el tiempo, . . . mientras no me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa. Antes, di testimonio cabalmente tanto a judíos como a griegos acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús.”—Hech. 20:18-21.
Sí, Pablo estuvo enseñando en ‘una casa tras otra.’ Aunque sin duda alguna él visitó a los que ya eran cristianos para fortalecerlos y animarlos, de ningún modo podemos limitar las palabras de Pablo a únicamente una referencia a las actividades de pastorear o apacentar a los cristianos. ¿Por qué no? Porque Pablo declaró que él estaba predicando “arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús” tanto a judíos como a griegos. Eso indica claramente que estas personas todavía no eran cristianas. Se puede ver que él consideraba que ésta era una obra salvavidas, porque a continuación declaró que, como resultado de predicar, él estaba “limpio de la sangre de todo hombre.”—Hech. 20:25-27.
MODELO PROFÉTICO
Lo susodicho queda corroborado por la profecía que se halla en el capítulo 9 de Ezequiel, que prefiguró la obra de casa en casa que los testigos de Jehová hacen hoy. Ese capítulo relata una visión que el profeta Ezequiel tuvo hace unos 2.500 años.
En el capítulo anterior Eze 8 el profeta relata que recibió una visión en la cual vio que los judíos estaban cometiendo toda clase de idolatría y apostasía en su templo, en Jerusalén. Entonces, en el capítulo 9 de Eze, Ezequiel registra una visión en la cual había seis hombres que llevaban armas de degüello y un séptimo hombre, no con armadura, sino vestido de lino y con un tintero de secretario a las caderas. A aquel hombre se le dijo que pasara por en medio de la ciudad de Jerusalén y ‘pusiera una marca en la frente de los hombres que estuvieran suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables que se estaban haciendo en medio de ella.’ (Eze 9 Versículo 4) A los seis hombres que llevaban armas de degüello se les mandó que siguieran detrás de aquél y que mataran a todas las personas que no tuvieran la marca, sí, a todas las que no estaban suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables que se estaban haciendo en medio de la ciudad.
¿Cómo hallaría este hombre vestido de lino a los que estaban suspirando y gimiendo? La Atalaya del 15 de junio de 1972 explica: “No solo por ir a la plaza pública o al mercado, sino a los hogares de la gente, yendo de casa en casa. De esa manera podría oír sus expresiones procedentes del corazón y decidir si deberían ser marcados en la frente o no. Esta no era una operación rápida, de ningún modo, sino que exigía paciencia y el ir concienzudamente de casa en casa o de puerta en puerta y hacer una honrada inspección, sin mostrar parcialidad, sino marcando solo a aquellos que sinceramente estaban afligidos por todas las cosas detestables que otros estaban haciendo dentro de la ciudad real. . . . puso la marca distintiva sobre la frente de éstos, donde pudiera ser vista públicamente por amigos o enemigos.”
Así como se requirió que el hombre vestido de lino fuera visitando de casa en casa para poder desempeñar plenamente su obligación de marcar a las personas que merecían escapar de la ejecución, igualmente hoy en día se requiere la obra de ir de casa en casa que desempeñan los testigos de Jehová para hallar a las personas que aman la verdad y la justicia y darles la oportunidad de huir al reino de Dios.
¿Qué cosa corresponde hoy a la marca que el hombre vestido de lino puso sobre la frente de las personas que merecían ser salvadas? El recibir la marca en la frente parece representar el cultivar una personalidad semejante a la de Cristo. El poseer tal personalidad es lo único que puede hacer que uno sea digno de no sufrir destrucción a manos de los ejecutores de Jehová en la venidera “grande tribulación.” (Mat. 24:21) Al igual que una marca sobre la frente sería visible a los ojos de toda la gente, así una personalidad semejante a la de Cristo sería algo que todos fácilmente podrían distinguir. Las Escrituras a menudo instan a que se cultive una personalidad semejante a la de Cristo. Por supuesto, se requiere tiempo, energía y medios para marcar a una persona de esta manera, pero los testigos de Jehová se alegran de hacer tales sacrificios. De esa manera ellos también están desplegando amor salvavidas al prójimo.—Efe. 4:20-24; Col. 3:9-11.
Sí, importante como sea el primer paso de ir de casa en casa para encontrar a los que aman la verdad y la justicia, que están suspirando y gimiendo por todas las condiciones inicuas que existen, éste es simplemente el primer paso. El desplegar este amor salvavidas al prójimo requiere que el siervo de Jehová efectúe esta obra a cabalidad mediante volver a visitar a las personas y establecer estudios de la Biblia con ellas. Estos estudiantes de la Biblia también tienen que aprender a orar, necesitan asociarse con la congregación cristiana y tienen que aplicar los principios bíblicos en su vida. A su vez, es necesario que ellos también participen en la obra de dar a conocer a otros las cosas que están aprendiendo. Todo esto debería llevarlos a dedicarse a Jehová Dios para hacer Su voluntad, y a bautizarse. Se debe añadir que el seguir este proceder es imprescindible para recibir la ‘marca,’ es decir, para vestirse de una personalidad semejante a la de Cristo. Al llevar a cabo esta obra los testigos de Jehová realmente están desplegando amor salvavidas al prójimo.
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El reto de ir de casa en casaLa Atalaya 1981 | 1 de septiembre
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El reto de ir de casa en casa
ERA un testigo de Jehová de aproximadamente 75 años de edad. Cojeaba bastante mientras caminaba de una casa a la otra; y con razón, pues se movía por todas partes con dos piernas artificiales. Al tocar a una puerta, salió una señora. Apuntándole con el dedo, ella le preguntó con tono de voz airado: ‘¿Es usted testigo de Jehová?’
Él pausó por un momento y entonces, mirando a la señora fijamente a los ojos, dijo: ‘Déjeme decirle, señora, que yo trato de serlo. No es fácil. Estoy esforzándome por ello. Es una asignación difícil. ¿Se imagina usted lo que significa ser un testigo del Altísimo, Jehová, el Soberano del universo? Esa es una asignación seria. Le digo, señora: me estoy esforzando por serlo.’
¿Cuál fue la respuesta de la señora? No dijo una sola palabra. ¿Qué podía decir?
No se puede negar. El ir de casa en casa con las buenas nuevas del reino de Jehová Dios presenta un verdadero reto, un desafío. Indudablemente ésa es la razón por la cual esta clase de evangelismo es singular de los Testigos. Ningún otro grupo religioso da énfasis a esta clase de actividad o espera que todos sus miembros participen en ella. De hecho, es interesante que aquellos que critican severamente las enseñanzas de los testigos de Jehová no los acusan de llevar a cabo una obra para la cual no haya ningún precedente bíblico. Lejos de acusar a los Testigos de no tener base bíblica para su actividad, reiteradamente estos críticos han reconocido en sus publicaciones que esta clase de evangelismo está en armonía con las Escrituras. Algunos hasta se lamentan de que su propia secta religiosa no requiera que sus miembros participen en esta obra.
Aun si en la Palabra de Dios no se encontraran mandatos directos o explícitos y precedentes para esta obra, los Testigos tendrían razones para ir de puerta en puerta. El amor a Dios y al prójimo los mueve a dar testimonio a todo el que puedan, declarando a otros las buenas nuevas del reino de Dios y advirtiéndoles de la inminente “grande tribulación”... y, al hacerlo; utilizan todo medio eficaz. En la época de los apóstoles el apóstol Pablo y otros discípulos visitaban las sinagogas y predicaban las “buenas nuevas” a los que se hallaban reunidos allí. (Mat. 24:14, 21; Hech. 13:14-16; 14:1; 17:1, 2, 10, 17; 18:4, 19, 26; 19:8) Por supuesto, en raras ocasiones los Testigos hoy día tienen la oportunidad de hablar a personas reunidas en sinagogas u otros edificios religiosos. Pero el hecho de que los Testigos de la actualidad no puedan imitar esta clase de actividad no significa que no deberían imitar otras clases de evangelismo apostólico que les están disponibles.
Sí, ¡el mismísimo hecho de que el evangelizar de casa en casa se encuentre con tanta oposición es un testimonio a favor de su eficacia! Cuando un gobierno se hace totalitario, una de las primeras cosas que invariablemente hace es proscribir la obra de predicar de casa en casa de los Testigos. Particularmente en el pasado muchos líderes religiosos han ejercido influencia hasta en autoridades de gobiernos democráticos para que éstas interfieran con esta clase de evangelismo, sea por medio de aplicar ciertas leyes indebidamente a los Testigos o mediante la aprobación de leyes con el propósito expreso de detener la obra de predicar de casa en casa. Para establecer su derecho legal de predicar de casa en casa los Testigos repetidamente han llevado batallas jurídicas hasta los tribunales más altos, incluso el Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Casi siempre ese tribunal ha fallado a favor de los Testigos, y estas decisiones dan testimonio no solo del derecho legal que tienen los Testigos a efectuar esta obra, sino también de la eficacia de ella. El siguiente veredicto es un ejemplo típico de lo que se acaba de decir:
“La distribución manual de tratados religiosos es una forma muy antigua de evangelismo misional... tan vieja como la historia de las imprentas. Esta ha sido una fuerza poderosa en varios movimientos religiosos a través de los años. Esta forma de evangelismo la utilizan hoy día, en gran escala, varias sectas religiosas cuyos repartidores llevan el Evangelio a miles y miles de hogares y por medio de visitas personales procuran ganar adherentes a su fe. . . . Bajo la Primera Enmienda esta clase de actividad religiosa ocupa la misma posición elevada que ocupa la adoración en las iglesias y la predicación desde los púlpitos.”
UN DESAFÍO
Encarémonos a la realidad: para empezar, el empezar a ir de casa en casa con el mensaje de la Biblia es una de las cosas más difíciles para la persona modesta de término medio, sea hombre o mujer, joven o viejo. De hecho, a veces Testigos que han dedicado décadas a la obra de predicar de tiempo completo han confesado que, después de todos esos años, esto va tan en contra de sus inclinaciones naturales que requiere verdadero esfuerzo el comenzar esta obra cada mañana. Siempre hay la inseguridad en cuanto a la clase de acogida que uno pudiera recibir al estar a la puerta. Sin lugar a dudas, no pocas personas se ofenden cuando alguien llega a su puerta con un mensaje bíblico, y nadie disfruta de ofender a otras personas. ‘Yo nunca podría ir de casa en casa,’ ha sido la respuesta inicial de muchos que aman la verdad y que están estudiando la Biblia con un Testigo. De la experiencia de un bombero de la ciudad de Nueva York se puede ver cuán difícil pudiera parecer esta obra. Mientras acompañaba de casa en casa por primera vez al que lo instruía en la Biblia, él exclamó: “¡Vaya! ¡Esto es peor que entrar en un edificio en llamas!” Pero no mucho tiempo después él, también, estaba disfrutando de la predicación de casa en casa.
De hecho, hay poco que pueda mover al feligrés de término medio de las iglesias a ir de casa en casa. ¿Qué pudiera él decir a los amos de casa? Probablemente no tiene buen conocimiento de las enseñanzas de su propia iglesia; posee simplemente un cúmulo de generalidades basadas en los credos de su iglesia. Más todavía, por regla general a la religión se le representa como un asunto que es primordialmente egoísta. La preocupación principal de ella es la salvación del alma del individuo; los servicios religiosos no están preparados para entrenar y mover a los oyentes a hacerse evangelizadores activos. Por eso, no sorprende el que muy pocos aparte de los testigos de Jehová acepten el reto que les presenta la actividad de predicar de casa en casa.
Desafiante como es, la actividad de casa en casa no es algo que esté más allá de las capacidades de hasta el más humilde de los cristianos. Por ejemplo, una vez un Testigo mejicano del área rural, vestido con su modesta ropa de campesino, tocó a la puerta de una mansión palaciega. Un hombre en bata de seda respondió a la llamada y le preguntó qué deseaba. El Testigo dijo: “Si a su puerta llegara una mula cargada con dos bolsas de oro, ¿las aceptaría usted?” Molesto, el amo de casa respondió: “No entiendo lo que me está diciendo. Soy un ingeniero de fama.” El Testigo entonces le preguntó: “¿Qué sabe usted de las profecías?” El hombre admitió que no sabía nada acerca de ellas. Entonces el Testigo dijo: “De eso es que le quiero hablar. . . . Yo soy la mula que llega a su puerta, y las dos bolsas de oro son estas revistas, La Atalaya y ¡Despertad!” El hombre quedó impresionado por la presentación de este humilde Testigo y tomó las dos revistas. Todo esto nos trae a la mente el incidente que se registra en Hechos 4:8-13.
EL DESAFÍO DE PERSEVERAR
Vez tras vez los siervos de Jehová han tenido que enfrentarse a desafíos con perseverancia y aguante. Jeremías es un ejemplo notable de esto, ya que, por más de 40 años, continuó proclamando el mensaje de Jehová Dios bajo las circunstancias más desfavorables. ¡Con razón en una ocasión estuvo a punto de renunciar! Pero no pudo quedarse callado; simplemente tuvo que hablar, que dar testimonio de Jehová Dios y en contra de los judíos rebeldes de su época.—Jer. 20:9.
Hoy día, también, es menester que los siervos de Jehová perseveren, sí, hasta que persistan, en llevar a cabo la asignación que Dios les ha dado. Y hay muchas razones para que lo hagan. Cada vez que hablan a un amo de casa se esfuerzan por dejar algunas semillas de la verdad, como si dijéramos algunas gotas de agua espiritual, sea oralmente o por medio de la página impresa. Muchas veces esto ha tenido un efecto acumulativo, y con el tiempo ha producido fruto, tal como señaló el apóstol Pablo cuando dijo: “Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer.”—1 Cor. 3:6.
Y hay más razones por las cuales los testigos de Jehová deben perseverar, persistir en su ministerio de casa en casa. Como tan bien lo expresó La Atalaya en cierta ocasión:
“Hay vidas en juego. (2 Tim. 4:5) Eso significa hacer visitas repetidas. Por una parte, las circunstancias siguen cambiando. Hoy un hombre tal vez no esté en casa, la próxima vez quizás esté. Hoy puede que esté demasiado ocupado para escuchar, pero la próxima vez tal vez no lo esté. Hoy un miembro de la familia contesta la puerta, la próxima vez otro miembro lo hace; . . . A menudo las familias están divididas en cuanto a religión, . . . Además, la gente se muda continuamente. . .
“No solo cambian las circunstancias, sino que la gente misma cambia. . . . Por alguna trivialidad cualquiera un hombre quizás haya estado de mal humor y no dispuesto de ninguna manera a considerar ni la religión ni otra cosa alguna prescindiendo de quien viniese a su puerta, pero de ninguna manera quiere eso decir que estará con esa actitud mental en otra ocasión. O, el solo hecho de que un hombre no haya tenido interés alguno en discutir la religión el mes pasado no significa que no lo tenga este mes. Desde la última vez que pasó un Testigo este hombre quizás haya tenido una experiencia intensamente desgarradora o de alguna otra manera aprendido algo que le haya hecho humilde en vez de orgulloso, que le haya hecho tener hambre de lo que necesita espiritualmente y estar consciente de ello en vez de estar satisfecho de sí mismo.”
Verdaderamente, existen muchas razones para que se visite a las personas vez tras vez, perseverando, buscando a los que son semejantes a ovejas.—Mat. 25:31-33.
BENEFICIOS PERSONALES
Lo principal entre los logros de los Testigos por ir de casa en casa es que se está dando a conocer el nombre de Jehová. El hecho de que ellos están haciendo que la gente sepa de este nombre que distingue al Creador se hace patente por la caricatura que en cierta ocasión fue publicada en una revista popular de la ciudad de Nueva York. Ésta mostraba a un hombre orando al lado de su cama y al dios germánico Wotan de pie al otro lado de la cama. Según la caricatura, el hombre oraba de esta manera, según se le citó: “Siento haberte molestado, Wotan. Resulta que, como es natural, yo pensé que al decir Dios me comunicaría con, bueno, tú sabes, con Jehová.”
Además, como se puede ver por lo ya dicho, la predicación de casa en casa permite a los testigos de Jehová ayudar a las personas que aman la verdad y la justicia a ponerse en el camino que conduce a la vida. Además, por proclamar el día de la venganza de Jehová los Testigos amorosamente prestan un servicio de dar advertencia a los que no aman la verdad y la justicia, sino que son amadores de los placeres. (2 Tim. 3:1-5) Y ciertamente son muchos los beneficios que los Testigos mismos también obtienen, ya que es cierto el proverbio bíblico que dice: “La persona benéfica prosperará, y el que largamente da, largamente recibirá.”—Pro. 11:25, Nieto.
Por eso, un anciano de una congregación de los testigos de Jehová que pasó nueve años en un campo de concentración alemán en una ocasión declaró que no había nada como el método de evangelizar de casa en casa para ayudar a uno a cultivar los frutos del espíritu santo de Dios. No hay duda de ello. Al perseverar en esta actividad uno aprende a ejercer amor altruista, a estar gozoso, a ser una persona inclinada a la paz, paciente y sufrida, a poner a trabajar la fe de uno y a manifestar apacibilidad, bondad, benignidad y gobierno de uno mismo.—Gál. 5:22, 23.
El ir de casa en casa con las buenas nuevas del Reino también ayuda a uno a cultivar la virtud de la humildad. La persona orgullosa es irritable, actúa independientemente, no se interesa en agradar a otros. Pero para que un Testigo sea eficaz, es preciso que se haga, al igual que el apóstol Pablo, “toda cosa a gente de toda clase” para ganarse a algunos.—1 Cor. 9:19-23.
Una bendición más que reciben los que siguen respondiendo al desafío de predicar de casa en casa es que esto los lleva a ser más compasivos, a mostrar más empatía. Por un lado, uno aprende a dolerse de las personas que han sido cegadas espiritualmente por los pastores falsos, y, por otro lado, uno aprende a compadecerse de la gente cuando ella cuenta sus problemas: pobreza, desempleo, enfermedades, desavenencias domésticas, delincuencia juvenil, etc. Así como fue cierto en los días de Jesús, hoy día las personas están “desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor.” Necesitan el reino de Jehová. Las palabras de Jesús a sus discípulos en el primer siglo, a saber: “La mies es mucha, mas los obreros son pocos,” tienen mayor significado todavía en estos “últimos días.” Mientras oramos para que se envíe más obreros a la mies, ¿estamos nosotros participando celosamente en la obra del Reino, enfrentándonos con éxito al reto que nos presenta la obra de casa en casa?—Mat. 9:36-38.
UNA PROTECCIÓN
La actividad de casa en casa también sirve de protección contra el mundo. Con relación a esto el apóstol Juan nos advierte: “No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; porque todo lo que hay en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del Padre, sino que se origina del mundo.” Estas cosas mundanas pueden tentar a los testigos cristianos de Jehová, pero el mantenerse activos en la predicación minimiza esta tentación.—1 Juan 2:15, 16.
Hay una antigua leyenda o parábola judía que enfatiza este punto. Habla acerca de cierto hombre justo que vino a la inicua ciudad de Sodoma y se mantuvo predicando a pesar de que nadie le prestaba atención. Cierto día, una persona de la ciudad, al notar lo que sucedía, le preguntó por qué continuaba predicando cuando nadie le prestaba atención. ¿Cuál fue su respuesta? ‘Para que la gente de Sodoma no me cambie a mí.’ Bien se ha dicho que ‘la mejor defensa es una ofensa.’ Así, mientras los Testigos continúen tratando diligentemente de cambiar a las personas de este mundo, el mundo no podrá cambiarlos a ellos.
Eso no es todo. Por obedecer los mandatos de Dios de dar testimonio sobre su nombre y su reino, ellos están haciendo bien a otras personas y de hecho están acumulando tesoros en el cielo, en armonía con la amonestación que dio Jesús en su Sermón del Monte. (Mat. 6:19-21) Sí, por medio de usar su tiempo, sus energías y sus recursos de manera tan altruista, se están ganando la amistad de Jehová Dios y Jesucristo. Así como Noé y su familia sobrevivieron al Diluvio y entraron en un nuevo sistema de cosas, ellos pueden esperar sobrevivir y entrar en el nuevo sistema de cosas de después del Armagedón cuando este inicuo sistema de cosas sea destruido.—Luc. 16:9.
No hay duda de ello. El representar al Dios Altísimo Jehová es un gran honor y presenta un reto, un verdadero desafío. Esta obra tiene un sólido precedente bíblico y está dentro de las capacidades de casi todo cristiano dedicado prescindiendo de su educación seglar. Los que se enfrentan con éxito al desafío de testificar de casa en casa hacen mucho bien a su semejante y, por hacerlo, reciben bendiciones de parte de Jehová Dios.
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Reunión anual, 1 de octubre de 1981La Atalaya 1981 | 1 de septiembre
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Reunión anual, 1 de octubre de 1981
La reunión anual de los miembros de la Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania el 1 de octubre de 1981 se celebrará en la siguiente dirección: Jehovah’s Witnesses Assembly Hall, 44-17 Greenpoint Avenue, en el municipio de Queens, en la ciudad de Nueva York. La reunión se efectuará a las diez de la mañana el jueves 1 de octubre de 1981.
Se apreciará el que los miembros de la corporación se encarguen ahora de que la Oficina del Secretario tenga su dirección actual para que las cartas normales de notificación y los poderes les puedan llegar poco después del 1 de septiembre.
Los poderes, que se enviarán a los miembros junto con la notificación de la reunión anual, deben devolverse de modo que lleguen a la Oficina del Secretario de la Sociedad a más tardar el 15 de septiembre. Como cada miembro sabe, debe llenar y devolver su poder prontamente, sea que vaya a estar presente personalmente en la reunión o no. La información que se dé en cada poder debe ser definitiva en cuanto a este punto, puesto que se contará con ello al determinar de antemano quiénes de hecho estarán presentes personalmente.
Se espera que toda la sesión, incluso la reunión formal de negocios y cualesquiera declaraciones por miembros u oficiales, termine a las 12 del mediodía o poco después. No habrá sesión en la tarde. No se harán arreglos para conectar la reunión anual por línea telefónica con otros lugares.
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