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La filatelia como pasatiempo¡Despertad! 1971 | 22 de octubre
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Las transposiciones en los sellos los hacen raros. Por equivocación, el centro fue invertido en el sello canadiense de 1959 en conmemoración de la Ruta Marítima del río San Lorenzo. Ahora se puede vender por 2.500 dólares usado o sin usar. Un sello aéreo estadounidense de 1918, de color rosa carmesí y azul de 24 centavos de dólar con la figura invertida de un avión, cuesta 25.000 dólares ahora, según el Catálogo de Scott.
Un sello austriaco representó a un comerciante de vino de la Baja Austria con indumentaria nativa, estando todo correcto salvo las orejas del hombre, que estaban invertidas. Un sello de St. Kitts-Nevis mostró a Cristóbal Colón en su nave acercándose a las Américas en su viaje histórico de 1492 E.C. Un filatelista de aguda percepción notó que Colón estaba mirando hacia la tierra por un telescopio. ¡Sin embargo, los telescopios no se inventaron sino hasta más de cien años después! No obstante, esos errores aumentan el interés de la filatelia.
La filatelia es un pasatiempo interesante y se puede aprender mucho de ella. Pero, como sucede con otras cosas, es preciso ejercer cuidado para que uno no sea apartado de las cosas verdaderamente importantes de la vida.
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Por qué las sinuosidades de nuestras orejas¡Despertad! 1971 | 22 de octubre
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Por qué las sinuosidades de nuestras orejas
HUBO un tiempo en que los estudiantes del oír humano creían que las orejas externas del hombre eran simples decoraciones de la cabeza caracterizadas por sinuosidades. Les parecía que el único propósito útil de éstas era servir de trompetas, ineficaces, del oído. Pero el Dr. Dwight Batteau, de United Research, Inc., Cambridge, Massachusetts, ha descubierto que nuestras orejas tienen sinuosidades con un propósito muy útil. Todas esas particularidades, las curvas, los promontorios y las zanjas de nuestras orejas ayudan a uno a determinar de qué dirección viene el sonido y hasta a qué distancia, aproximadamente, está su fuente. Se cree que efectúan esto de la siguiente manera:
Los canales o circunvoluciones complejas, sí, esas sinuosidades de nuestras orejas, añaden un leve sonido reflejado o eco a cualquier sonido que uno oye. Este leve eco que se añade varía según los diferentes ángulos desde los cuales vienen los sonidos. Por ejemplo, si uno oye un sonido que viene desde arriba, el leve eco que añaden las sinuosidades de las orejas difiere del que añaden a un sonido que proviene de debajo o detrás de uno.
Ahora bien, este leve eco penetra en nuestro oído una fracción de segundo después de haber entrado el sonido principal. Entonces la parte del cerebro que se encarga del oír analiza este sonido principal y su eco concomitante demorado. Y por este análisis uno inmediatamente percibe de qué dirección vino el sonido. Todo esto sucede tan rápidamente que uno ni siquiera está consciente de ello. Además, cuando uno oye un sonido desde la derecha, entonces su oído derecho lo oye precisamente antes de que lo oiga su oído izquierdo, y viceversa. Esto también desempeña un papel en dar a saber de qué dirección viene el sonido.
Así, aun con los ojos cerrados uno puede saber si un sonido ha venido de detrás de uno o de su derecha o de su izquierda o de arriba. Sí, las sinuosidades de nuestras orejas añaden al oír un sentido de dirección y esto aumenta el placer que uno obtiene de la vida. Con esto uno sabe adónde mirar cuando oye el hermoso canto de un ave encaramada en algún árbol o el golpeteo que con el pico hace el pájaro carpintero que busca larvas. Ello realza el escuchar música que se reproduce estereofónicamente. Uno se puede deleitar escuchando el sonido sedoso de los violines según procede de uno de los altavoces y el toque de las trompetas según sale del otro.
Sí, nuestras orejas tienen sinuosidades con el objetivo de realzar nuestro disfrute de la vida. ¿Quién las hizo? La Santa Biblia, en Proverbios 20:12, nos dice ‘que Jehová Dios es quien hizo el oído que oye.’ ¡Démosle todos gracias y alabémoslo por este don maravilloso!
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