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El hambre mundial... lo implicado es más que alimento¡Despertad! 1985 | 22 de mayo
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los progresos que se han hecho en la ingeniería genética, los cuales prometen que habrá nuevas variedades de cultivos que rendirán más abundantemente y que serán resistentes a las enfermedades y a la sequía. Se están desarrollando nuevos métodos agrícolas revolucionarios para aumentar la producción. Los gobiernos y agencias alrededor del mundo están lanzando programas de ayuda de una clase u otra. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación calcula que si se distribuyera igualmente todo el alimento que se produce en el mundo, cada persona en la Tierra recibiría el equivalente de 3.000 calorías al día, más de lo que, de hecho, necesita la mayoría de las personas. De hecho, en algunos países, los gobiernos hasta pagan a los granjeros para que disminuyan la producción a fin de limitar el almacenamiento del alimento excedente y estabilizar los precios. Todo esto hace parecer que se está a punto de eliminar el hambre.
A medida que consideramos los hechos, una cosa se hace patente. El problema de alimentar a los hambrientos del mundo no es lo que parece ser. Los científicos y granjeros quizás tengan el conocimiento tecnológico para producir más alimento. Tal vez los gobiernos y agencias mundiales tengan propuestas y programas plausibles para atacar un problema u otro. No obstante, parece haber algunos factores ocultos que impiden que se logre éxito verdadero, y la lucha contra el hambre está perdiendo terreno. ¿A qué se debe esto? ¿Cuáles son algunos de los factores ocultos? Además, en realidad, ¿se puede alimentar a los hambrientos del mundo?
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Hambre en medio de la abundancia... ¿por qué?¡Despertad! 1985 | 22 de mayo
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Hambre en medio de la abundancia... ¿por qué?
● “De hecho, si se suma el total de granos que se producen, además de la cantidad total de otros cultivos alimenticios, y el total de todos los demás alimentos que se producen, hay suficiente para proporcionar una cantidad y calidad adecuadas de alimento a los cinco mil millones de personas del mundo.”—The Gazette, de Montreal.
● “En general, desde 1974, la producción de alimento ha aumentado en 3,4 por 100 anualmente en los países en vías de desarrollo, lo cual ha resultado en un aumento considerable del alimento disponible. En Latinoamérica y Asia la producción de alimento aumentó en más de 32 por 100 durante la última década.”—Los Angeles Times.
ESTAMOS muy lejos de alcanzar una solución para el problema del hambre. Sin embargo, hay cada vez más expertos en este campo que se dan cuenta de que en realidad no se puede echar la culpa a la falta de alimento. El consenso parece ser que el hecho de que multitudes de personas alrededor del mundo estén sufriendo de hambre y desnutrición se puede atribuir a algo más que al grado de disponibilidad del alimento. De hecho, nos encontramos ante una contradicción: hambre en medio de la abundancia. ¿A qué se debe esto? Aunque el problema es muy complejo, hay varios factores básicos que han contribuido a esta paradoja.
Prioridades equivocadas
Es costoso desarrollar un sistema agrícola eficaz. Los fertilizantes, los plaguicidas, el equipo moderno para la granja y las semillas perfeccionadas cuestan mucho. Se requiere tiempo y dinero para construir instalaciones de almacenamiento y sistemas de transporte e irrigación. Obviamente, para que una nación en vías de desarrollo haga progresos en estos campos, tiene que estar dispuesta a asignar una porción considerable de sus recursos a dichos campos. Las naciones que lo han hecho, como China e India, las dos naciones más pobladas del mundo, han hecho importantes progresos en lo que tiene que ver con alimentar a los suyos.
Desgraciadamente, éste no ha sido el caso en la mayor parte de las naciones del Tercer Mundo, particularmente en las de África, donde la extremada escasez de alimento está llegando a ser un problema constante que va creciendo. Un informe de la FAO (siglas en inglés de la Organización para la Agricultura y la Alimentación) sobre la décima tercera conferencia regional celebrada en Zimbabwe en julio del año pasado declara francamente: “La raíz del problema de la alimentación consiste en el hecho de que generalmente las naciones miembros no han dado a la agricultura la prioridad necesaria”. ¿A qué se debe esto?
Los observadores señalan que en muchos casos los gobiernos de muchas naciones recién independizadas de África y de otras partes asocian la agricultura con el colonialismo y el atraso. Creen que para progresar tienen que industrializar sus naciones. Para promover tales políticas, los gobiernos tienden a favorecer las industrias en vías de desarrollo de los pueblos y las ciudades hasta el punto de pasar por alto a los granjeros de las zonas rurales. En vez de utilizar los fondos para desarrollar y mejorar los sistemas de irrigación y transporte, o para proporcionar a los granjeros el incentivo para que aumenten su producción, algunos gobiernos arbitrariamente mantienen los precios de los alimentos a un nivel bajo a fin de ayudar a los obreros urbanos y a las nuevas industrias. Dichas prácticas han reducido el campo a granjas de sustento y han convertido a naciones que en un tiempo eran autosuficientes, y que hasta exportaban alimento, en naciones importadoras de alimento
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