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¿Hay verdaderamente una crisis demográfica?¡Despertad! 1974 | 22 de septiembre
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más pobres fue mucho menor que tan solo el aumento en 21 naciones prósperas.
● La producción mundial de cereales tendría que aumentar ocho veces para que el resto del mundo comiera tan bien como los estadounidenses.
● En todo el mundo ahora hay 100 millones más personas que no saben leer ni escribir que las que había en 1950.
● Menos de la tercera parte de la gente del mundo consume más de nueve décimos de la energía del mundo, mientras que más de las dos terceras partes tiene que arreglárselas con el restante 8 por ciento.
¿Cuánto éxito tienen los esfuerzos para estrechar la brecha? Un informe a la reunión de 1974 de la Asociación Americana para el Adelanto de la Ciencia observó que por lo general, cuando los países subdesarrollados tratan de aumentar el nivel docente de sus ciudadanos y redistribuir los bienes por medio de la reforma agraria, cae la productividad y se rezagan aún más en comparación con los países desarrollados.
Como resultado, dice el presidente del Banco Mundial Robert S. McNamara, este planeta es como un barco en el que la cuarta parte de su población vive en “condiciones lujosas de primera clase” y las otras tres cuartas partes en “tercera clase,” la ubicación de clase más baja. Él dijo que no puede ser un “barco feliz” con esas desigualdades. Por el contrario, se ha convertido en un terreno de cultivo para el hambre, la miseria, el caos económico y la agitación política. ¿Hallarán una solución los líderes del mundo? Algunas autoridades creen que ya es demasiado tarde.
Predicciones lóbregas
Cada vez son más los expertos que creen que la crisis está rápidamente llegando a una culminación. Algunos hasta adoptan una actitud fatalista, previendo solo una solución de “mortalidad” al problema de la natalidad. Una predicción, basada en el avalúo de “la mayor parte de los expertos en energía, agricultura, demografía y economía mundial,” es que “mil millones de personas, o toda una cuarta parte de la población del mundo, se enfrentan a la bancarrota, el derrumbe social y al hambre en masa dentro de los próximos doce meses.”—El Post de Denver, 3 de marzo de 1974.
Sea que esas predicciones resulten veraces o no, la creciente inquietud acerca de las escaseces de alimentos y los altos precios en la India y la todavía reinante hambre en África suministran un melancólico marco para sus avalúos. Un oficial en Bangladesh, cuya población de setenta y cinco millones es tres veces más densa que la de la India, dice que “a menos que podamos controlar aquí la población pronto no podremos controlar nada. Lo que está en juego es nuestra mismísima existencia, nuestra supervivencia como nación.”
Se informa que la conducta social se está deteriorando gravemente en el sur de Asia y en partes de la América Latina. Los informes noticiosos hablan de “inesperados acumulamientos entre los granjeros,” así como de un extenso mercado negro. “Hay una adulteración de alimentos sin precedentes entre los comerciantes” para hacerlos durar un poco más, “algunas veces con adulterantes [venenosos].” Otro informe dice: “Pandillas de jóvenes, armados con armas sobrantes de la guerra de 1971, están asolando los pueblos y la campiña en Bangladesh, cometiendo actos antisociales sin precedentes para el sensitivo pueblo bengalí.” Semejantemente, “pandillas de niños vagabundos, llamados abandonados, asolan ahora las calles de algunas ciudades de la América Latina como . . . manadas de perros abandonados.”
Algunas autoridades creen que el problema de la población probablemente hará una “prueba de ensayo” en el sur de Asia. Una dice: “La calidad de la vida en esta región ya ha comenzado a menguar, desmoronándose la estructura de la sociedad. Y ningún hombre ha sido lo suficientemente sabio como para dar con una solución.”
Esto ciertamente no se debe a la falta de esfuerzo. Las soluciones se han puesto a prueba y se están probando. ¿Qué les está sucediendo?
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El mundo trata de controlar su población¡Despertad! 1974 | 22 de septiembre
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El mundo trata de controlar su población
DESDE hace mucho hombres y organizaciones bien intencionados han estado empeñados en programas para aliviar los problemas que se atribuyen al crecimiento demográfico. Se han puesto a prueba muchas “soluciones”... algunas agrícolas, algunas económicas y algunas políticas.
Sin embargo, como con la mayoría de los “remedios” que atacan los síntomas más bien que la causa de la enfermedad, los resultados han sido desilusionadores. La mayoría de los programas o han tenido poco éxito, o han fracasado de inmediato o hasta agravado aún más la situación. El considerar algunas de estas “soluciones” mostrará la razón.
Alimento gratuito
Una población en aumento puede sobrevivir sin muchas cosas, pero no sin alimento. Por años las productivas grandes llanuras de la América del Norte han sido un “granero de último recurso” para las naciones hambrientas. Cuando a las poblaciones que apenas viven a niveles de subsistencia les fracasaba la cosecha local, siempre podían contar con que los países ricos en cereales les enviaran millones de toneladas de excedentes para ayudarles a superar la dificultad.
Ahora los excedentes casi se han terminado. Se informa que las reservas mundiales de alimento están en su nivel más bajo en muchos años. El que haya o no haya suficiente alimento para comer durante el año venidero depende del clima durante la actual época del cultivo. “El mundo se ha hecho peligrosamente dependiente de la producción actual y por lo tanto de las condiciones de tiempo,” dice A. H. Boerma, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Si el mal tiempo azotara, ¿cree verdaderamente el lector que la gente echaría mano a sus propios abastecimientos de alimentos reducidos para ayudar a la gente hambrienta? O, debido a que la producción moderna de alimentos depende de la energía, ¿sacrificarán sus abastecimientos de energía para ayudar a estas personas? Según lo mencionó recientemente el Times de Nueva York en un artículo de fondo: “Los estadounidenses se podrían enfrentar pronto a la elección de consumir energía en las carreteras y en las habitaciones con aire acondicionado, o permitir que la producción de alimentos alimente a poblaciones enteras en África y Asia.”—25 de marzo de 1974.
Autosuficiencia agrícola
Con grandes alardes se han puesto en marcha programas para ayudar a las naciones más pobres a alimentarse por sí mismas. La declaración formal de los logros del Dr. Norman Borlaug, recibidor del Premio Nobel de la Paz para 1970, le acreditó con “el sensacional avance técnico que hace posible la abolición del hambre en los países en desarrollo en el curso de unos pocos años.” Sin embargo, aun así, el Dr. Borlaug dijo que su Revolución Verde “no era la solución.” Solo podría postergar la crisis de alimentos mientras las naciones continuaban trabajando en el control demográfico. “Si la población del mundo continúa creciendo a la misma proporción, destruiremos la especie,” dijo él.
Ahora se están comenzando a ver los resultados. Entre otras cosas, esta técnica requiere grandes cantidades de energía que cada vez se hace más costosa, abonos e insecticidas.
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