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El hombre que cazaba pandas¡Despertad! 1974 | 22 de febrero
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crece hasta un alto de tres o cuatro metros cincuenta con cañas (tallos) de cuatro centímetros de diámetro. La sinarundaria tiene la dureza de la roca.
Por lo tanto, la clase de dientes de un animal no tiene que depender de si el régimen alimenticio es carne o vegetales, sino de la clase de vegetales que el animal fue diseñado para comer, cuán dura es esa vegetación, cuán difícil es de cortar.
Cuando visité Londres, Chi-Chi era el único panda que se podía ver fuera de los países comunistas. La región natural del panda se concentra principalmente en la provincia de Szechwan en China. Se hallan algunos en el Tíbet y zonas circundantes. Toda la extensión que recorren en todo el mundo es una ubicación contigua con tres lados que se pueden describir generosamente como de 800 kilómetros de largo cada uno. Los pandas también están limitados por las necesidades de temperatura a alturas entre 1.500 y 3.000 metros, y por la alimentación están limitados a los bosques de bambú que rodean los bordes nevados de las montañas.
Desde entonces Chi-Chi murió a la edad de quince años, muy próximo a los esperados diecisiete años de vida para los pandas en cautiverio. Pero actualmente para deleite de los niños de todas las edades fuera de China, Rusia y Corea del Norte, hay recién llegados en Tokio y se pueden ver dos pandas en Washington, D.C. Los nombres de estos últimos son Ling-Ling y Hsing-Hsing (pronúnciese Shing-Shing).
Capturando al primer panda vivo
¿Le gustaría saber cómo se capturó al primer panda vivo? Preste atención al propio relato de Quentin Young acerca de ese acontecimiento.
“Una viuda estadounidense me contrató para realizar el proyecto en el que su esposo había muerto. Él había querido traer un panda vivo a los Estados Unidos. Juntos, en barco, a pie, en carretilla de mano y en silla de manos, atravesamos casi 3.200 kilómetros desde la costera Shangai hasta los bosques más allá de Chengtu.
“¿Por qué un barco? La respuesta es el Yang tse Kiang. El gran río lánguido de la China fue nuestra ruta a Chongking. Es un río perezoso, aunque siempre está bullicioso con tráfico. Se puede oír a la gente, a los perros y a las gallinas, charlando, ladrando, cacareando y cantando a lo largo de sus riberas... ¡hasta Hankow! Pero entonces su personalidad cambia. Los riscos se elevan casi hasta 600 metros. Estos son los famosos desfiladeros del Yang tse Kiang. No obstante, este río es un eslabón de tráfico tan vital que cuadrillas de trabajadores de peones chinos se apoyan en duras sogas de bambú en las paredes del risco desde una altura de hasta treinta metros para arrastrar pequeños barcos, (que se llaman juncos) en contra de la tumultuosa corriente río abajo.
“¿Por qué a pie, en silla de manos y carretilla de manos? Al desembarcar en Chongking quedaban muchos kilómetros entre nosotros y el pai hsiung, el panda. Para cuando uno llega a Chongking la topografía de la tierra comienza a subir hacia la gran masa montañosa de los Himalayas.
“Cuando los voceadores vendedores ambulantes y la gente curiosa no se arremolinaban a nuestro alrededor, el polvo lo hacía tratando de tragarnos. Los bandidos nos acosaban. Los peones y los cargadores que llevaban nuestras provisiones desaparecían tan pronto como los jornales satisfacían su necesidad de opio. Luchamos en contra de las ramas de los árboles que azotaban a medida que los caminos desaparecían. Cuando llovía, el polvo se convertía en lodo. Nos abrimos camino a través de los magníficos bosques de rododendros de Szechwan. A medida que aumentaba la elevación, la temperatura descendía.
“Después de las complicaciones de nuestra expedición, el hallazgo del panda en sí fue asombrosamente sencillo. Habíamos dado órdenes de que no se debería disparar a los pandas hasta que se hubiera capturado a uno vivo. Se habían colocado las trampas.
“La Sra. Harkness y yo nos disponíamos a revisar las trampas. ¡Repentinamente los disparos rompieron el silencio! El griterío delante de nosotros indicaba que los cazadores, excitados ante la vista de un panda, habían desafiado la orden. Los hombres se adelantaron corriendo, respondiendo al grito de ¡pai hsiung! ¡pai hsiung! Nosotros también corrimos, pero no seguimos a los otros pues perseguían al posiblemente herido animal.
“El bosque se aquietó a nuestro alrededor a medida que sus gritos se perdían en la distancia. Emergimos de entre los densos bambúes a una zona de grandes árboles. Entonces oí algo. Era un sonido débil, como el de un bebé, que venía de un árbol hueco.
“Puse mis manos dentro del hueco y las extraje abrazando a Su-Lin. ‘Ella’ (según creímos entonces) solo tenía el tamaño de dos puñados. Pensé, ‘¿qué es esta cosita? Es un juguete.’ Se lo di a la Sra. Harkness pensando, ‘bueno, lléveselo y juegue con él. Yo continuaré con el asunto de cazar verdaderos pandas... adultos.’ Pero sin habérmelo dicho semanas antes ella había tomado la decisión de que lo que ella verdaderamente quería era un panda bebé. Con gran sentido de lo que era práctico decidió que un panda joven sería más fácil de transportar. Con lo que ninguno de nosotros contó fue que este pequeño objeto que se retorcía tocaría la misma fibra de emoción por todo el mundo.”
Así es que este mismo hombre me había interesado dos veces en los pandas. Pero tenemos otra cosa más en común. Tiene que ver con la razón por la cual ahora vivo en Taiwan. Soy un misionero de los testigos de Jehová. Quentin y yo habíamos hablado muchas veces acerca de la Biblia, por la cual tiene gran respeto. Su esposa estaba estudiando con los testigos de Jehová. Él pensaba que él, también, quizás estudiaría algún día. En ocasiones hablábamos acerca de predicar entre los chinos, pero, más que todo, hablamos de su propia relación personal con el Creador del hombre, Jehová. Y así un día tuve el privilegio de llegar a ser su lao shr, enseñándole la Biblia.
El resultado feliz fue que Quentin Young, que en un tiempo cazaba pandas, ahora busca a las personas de cualidades de oveja de Jehová.
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La duración de vida de los mamíferos¡Despertad! 1974 | 22 de febrero
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La duración de vida de los mamíferos
EL HOMBRE puede llegar a vivir alrededor de setenta u ochenta años, pero son pocos los otros mamíferos que pueden vivir por tanto tiempo. Si basamos la duración de vida de un mamífero, no en los años de su existencia, sino en la cantidad de latidos de corazón, es fácil calcular si es que el hombre verdaderamente vive más que algunos de sus cohabitantes mamíferos de la Tierra. El ratón medio vive unos 3,3 años pero su promedio de latidos es de aproximadamente 550 por minuto. En un año hay aproximadamente 526.000 minutos, por lo tanto si multiplicamos la cantidad de minutos en el año por la cantidad de latidos por minuto y entonces multiplicamos eso por el índice de longevidad del ratón, tenemos unos 950.000.000 latidos para el ratón medio.
La misma clase de cálculo se puede hacer para otros mamíferos como el perro, el caballo, la vaca, y el elefante. Por ejemplo, el elefante con 20 latidos por minuto, durante un período de vida de 70 años, tiene un total de aproximadamente 736.300.000 latidos, mucho menos que el ratón. Parece que por lo general a los mamíferos se les concede alrededor de 1.000.000.000 o menos de latidos en una vida. Pero, si se hace el mismo cálculo para el hombre, tomando 72 latidos por minuto y un índice de longevidad de 70 años, la cantidad de latidos que se le da al hombre es de unos 2.600.000.000... más del doble que la de los otros mamíferos.
Isaac Asimov en su libro The Human Body llega a la siguiente conclusión: “Considerando que los árboles no tienen corazones y que las tortugas (y las criaturas de sangre fría en general) solo tienen corazones que laten muy lentamente, es seguro decir que el corazón humano sobrepasa a todos los otros. Ciertamente sobrepasa a los corazones de los otros mamíferos por un promedio de 2 1⁄2 o hasta 3 1⁄2 a 1. . . . Por lo tanto, el cuerpo humano, con toda modestia, y desde un punto de vista completamente objetivo, es la estructura más maravillosa que conocemos.” Esto se debe a que el cuerpo humano fue diseñado por su Creador para vivir para siempre.
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