¡No obstante, estuvo presente en la asamblea con sus hijos, un infante de tres meses y un niñito de cuatro años!

Un verdadero obstáculo amenazó a la asamblea de habla española de Corpus Christi, programada para celebrarse en el amplio Coliseo y el concomitante Salón de Exposiciones. El lunes 3 de agosto, solo tres días antes de la fecha en que había de comenzar la asamblea, el huracán Celia barrió por la bahía, desgarrando como si fuera un toro. Deshizo por completo un muro del Salón de Exposiciones, acorneó el techo del Coliseo y empapó ambas zonas con agua y escombros.

A la mañana siguiente los habitantes investigaron la destrucción. Los feroces vientos de 257 kilómetros por hora de Celia habían sido descargados imparcialmente sobre toda sección de la ciudad, derribando estructuras que variaban desde chozas endebles hasta enormes edificios de ladrillo. Un reportero comentó que la ciudad se parecía mucho a Hiroshima después de la bomba atómica.

Convertida la ciudad en zona de desastre, el celebrar allí una asamblea era imposible. ¿Qué hacer? Rápidamente se terminaron arreglos y se firmó un contrato para usar la Arena HemisFair de San Antonio, donde solo dos días antes había terminado una asamblea celebrada en inglés. Pero para entonces ya era el martes por la noche. ¿Cómo podría llegar a tiempo el aviso de cambio de asamblea a las congregaciones tan esparcidas?

A cierto grado por radio, pero en gran parte verbalmente. El aviso viajó por todo el sur aquella noche y el día siguiente. ¡Y qué emoción fue ver a 5.827 personas reunidas para el primer día de la asamblea! ¡El domingo hubo 7.500 asistentes al discurso público, más de los que se esperaban originalmente para Corpus Christi! ¡Qué bendiciones se realizaron en esta asamblea que funcionó maravillosamente sin asperezas!

¡Verdaderamente las bendiciones del Dios verdadero Jehová estuvieron con su pueblo al disfrutar ellos de la agradabilidad de morar juntos en unidad en las Asambleas de Distrito “Hombres de Buena Voluntad”! Ya los testigos de Jehová están esperando con deleite las asambleas de cinco días que se anunciaron para este año de 1971. ¿Estará usted allí?

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LA CENA DEL SEÑOR

La noche del viernes 9 de abril, después de las 6 de la tarde Hora Normal, los testigos cristianos de Jehová se reunirán en sus Salones del Reino para conmemorar la muerte de su Señor Jesucristo. Esta ocasión es una de gran importancia, porque Jesús mismo les mandó explícitamente a sus seguidores que la observaran. (1 Cor. 11:23-26) Él instituyó esta conmemoración de su muerte con miembros en perspectiva de su reino, y es el resto de éstos los que en esa ocasión participarán del pan y el vino emblemáticos. Sin embargo, cordialmente se invita a toda otra persona interesada en conseguir la vida por medio de los méritos del sacrificio de Cristo a estar presente. Con toda certeza sacarán provecho espiritual de la información que se presentará sobre la cena del Señor y de participar en canto y oración con compañeros cristianos.

ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS

18 de abril: Quebrando el yugo opresor. Página 172. Cánticos que se usarán: 40, 59.

25 de abril: Un yugo que es suave y una carga que es ligera. Página 178. Cánticos que se usarán: 77, 106.