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Parte 1—¿Qué dicen las Escrituras acerca de “supervivencia después de la muerte”?La Atalaya 1956 | 15 de abril
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aunque son tan antiguos como la humanidad, se están probando por nuevos métodos. Como afirmaron los Congresos internacionales [de espiritistas] en Europa esos principios son:—1. La existencia de Dios, Inteligencia suprema y primera causa de todo. 2. La existencia del alma, ligada durante la vida terrestre al cuerpo corruptible físico mediante un elemento intermediario llamado periespíritu o cuerpo fluido. 3. La inmortalidad del alma y su evolución continua hacia la perfección mediante etapas sucesivas. 4. La posibilidad de la comunicación, por mediums entre lo visible y lo invisible, a saber, entre los vivos y los muertos.” La pregunta que está ante nosotros, entonces, es: ¿Sobrevive el alma a la muerte del cuerpo humano? ¿Es inmortal el alma humana? ¿Qué dicen las Santas Escrituras de la Biblia?
30, 31. ¿Por qué consideramos correctamente y con cuidado el registro de la Biblia concerniente al concurso que se realizó en el antiguo Egipto entre los sacerdotes mágicos de Egipto y Moisés, el representante de Jehová?
30 Considere los primeros cinco libros de la Biblia. El profeta Moisés los escribió. En cuanto a si como profeta fué un médium espiritista, como los espiritistas pretenden que fueron los profetas de la Biblia, o no, dejaremos que nuestra discusión muestre lo que sea correcto. Pero aquí mismo hacemos notar que este Moisés fué “instruído en toda la sabiduría de los egipcios,” porque se le crió en la corte del rey de Egipto en el siglo dieciséis antes de la era cristiana. Él estaba familiarizado con los sabios y hombres fabricadores de prodigios de Faraón el rey. Cuando Moisés apareció ante Faraón exigiendo que Faraón dejara libre al pueblo de Jehová Dios, al que se mantenía en esclavitud, y apoyó su demanda convirtiendo su cayado en una culebra grande por el poder de Dios, entonces, como leemos en el propio relato de Moisés: “Faraón también mandó a llamar a los sabios y a los hechiceros, y los mismos sacerdotes practicantes de magia de Egipto también procedieron a hacer lo mismo con sus artes mágicas.” Cuando más tarde Moisés convirtió agua en sangre, estos hombres aparentemente repitieron el milagro. Cuando Moisés milagrosamente produjo ranas los hombres de Faraón hicieron lo mismo. Ah, pero cuando Moisés convirtió el polvo de Egipto en piojos o jejenes, “los sacerdotes practicantes de magia trataron de hacer lo mismo mediante sus artes secretos, con el fin de producir jejenes, pero no pudieron. Y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia. Por consiguiente los sacerdotes practicantes de magia dijeron a Faraón: ‘¡Es el dedo de Dios!’”—Éxo. 7:10, 11, 20-22; 8:6, 7, 17-19, NM.
31 De modo que los sabios, hechiceros y magos de Faraón reconocieron que Moisés mediante su Dios Jehová podía hacer maravillas que ellos mismos con su poder secreto u oculto no podían hacer. Ahora bien, es este Moisés quien bajo el poder del espíritu de Dios o bajo inspiración nos da la primera definición del alma humana que se encuentra en la Biblia. También de la oposición entre este Moisés y los hombres de poder oculto de Egipto podemos comenzar a formarnos ideas correctas en cuanto a si Moisés fué o no un médium espiritista.
LO QUE ES EL ALMA HUMANA
32, 33. En cuanto al alma humana, ¿cómo difieren la definición de ella que dan los portavoces de la cristiandad y la de la Biblia?
32 Las enseñanzas religiosas de la cristiandad envuelven al alma humana en misterios que los filósofos tienen que explorar. Diferente a ellos, Moisés llama “alma,” “almas vivientes” a todos los peces, pájaros y animales terrestres que Dios creó antes de hacer al hombre. (Gén. 1:20, 21, 24, 30; 2:19, NM; Ro; Mod) De modo que, mucho antes de la creación del hombre, miles de millones de almas animales o almas terrestres habían muerto. Luego Moisés cuenta cómo vino a ser la primera alma humana, diciendo: “Entonces Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo de la tierra y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.” (Gén. 2:7, NM; Mod; Val) Esto categóricamente refuta lo que declara sobre de dónde vino el hombre el autor espiritista Arturo Findlay, al anunciar su libro On the Edge of the Etheric or Survival After Death Scientifically Explained. Él declara: “Retenemos en lo Etéreo, a lo cual pasamos al morir, nuestra apariencia corporal, nuestras memorias y nuestros afectos. . . . Como somos ahora, así seremos en lo sucesivo; como sembramos así segaremos. Hemos venido de lo Etéreo; retornamos a lo Etéreo. Nuestra vida física sólo es una parte pequeña de nuestra vida, que, al venir de lo Etéreo, retorna a ello al morir. Allí continúa funcionando en un mundo tanto real como tangible.” Moisés no dice nada sobre “lo Etéreo.”
33 Tampoco está de acuerdo con V. D. Rishi el relato inspirado de Moisés acerca de la creación del alma humana, ni dice nada sobre un “elemento intermediario llamado periespíritu [espíritu circunstante] o cuerpo fluido.” El Creador, Jehová Dios, dió al primer hombre un solo cuerpo, hecho de los diferentes elementos que se hallan en el polvo de nuestra tierra. ¿Qué hizo que ese cuerpo material llegara a vivir? Fué el soplar Dios en la nariz del hombre, por esto en los pulmones del hombre, el “aliento de vida.” No fué mediante el soplar él en el hombre un alma invisible y conectar esa alma con el cuerpo material mediante un cuerpo fluido o un espíritu circunstante de la misma forma que el cuerpo terrestre. Dios sopló, por decirlo así, en el cuerpo exánime su fuerza vivificante, que había de sostenerse por la respiración del hombre. ¿Qué resultó? El cuerpo llegó a vivir. ¿Qué significó eso? Significó que un alma, un alma humana visible, tocable, sensible, llegó a existir. “El hombre vino a ser alma viviente.” Esa alma viviente no vino de “lo Etéreo,” así llamado, porque nunca antes había existido. Mediante el combinar Dios el cuerpo y el aliento de vida ahora ella empezó a vivir. Por consiguiente la explicación de lo que es un alma humana puede reducirse a esta sencilla y no misteriosa “ecuación del alma”:
alma humana = cuerpo + aliento de vida procedente de Dios.
34. ¿Cómo armoniza la definición del alma humana que da el escritor cristiano Pablo con la que se halla contenida en las Escrituras hebreas que Moisés escribió?
34 Este no sólo es el pensamiento de los hebreos o judíos de antes de Cristo; también es el verdadero pensamiento cristiano. El apóstol cristiano Pablo, escritor de catorce libros de la Biblia, apoya los escritos de Moisés, diciendo: “Así también está escrito: ‘El primer hombre Adán vino a ser alma viviente.’ . . . El primer hombre es de la tierra y hecho de polvo.” (1 Cor. 15:45, 47, NM) De modo que la primera alma humana fué el primer hombre, Adán. El alma humana viviente es la criatura humana viviente. Por esa razón la traducción de la Biblia al inglés por Young (1862) usa aquí la palabra “criatura” en vez de “alma.”
35-37. ¿Cómo ayuda una sobresaliente traducción moderna a los que usan esa versión de la Biblia a conseguir conocimiento y entendimiento acertados acerca del alma y su Creador?
35 La Biblia es la autoridad terminante sobre el asunto del alma. En la parte hebrea de la Biblia la palabra néfesh (traducida “alma”) se halla unas 800 veces; en la parte cristiana griega de la Biblia la palabra psyqué (también traducida “alma”) se halla 102 veces. En cada caso la Traducción del Nuevo Mundo vierte esta palabra griega “alma.” Esta traducción en inglés todavía no terminada también está consistentemente vertiendo la palabra hebrea néfesh “alma.” Así los lectores de la Biblia pueden ver cómo el Creador del alma usa la palabra en su Biblia.
36 Puesto que la Biblia reconoce y enseña que la misma criatura humana viviente es el alma humana, es perfectamente razonable que la Biblia declare que el alma humana tiene sangre—“la sangre de las almas de los pobres, de los inocentes” (Jer. 2:34, Val)—y Dios mismo dice: “[La] sangre de sus almas la reclamaré.” (Gén. 9:5, NM) De hecho, Dios el Creador de las almas muestra que el alma humana depende tanto del caudal sanguíneo que él dice: “El alma de la carne está en la sangre.” Más que eso: “El alma de toda clase de carne esa su sangre.” “La sangre esb el alma y no debes comer el alma [sí, no comer el alma] con la carne.” (Lev. 17:11, 14 y Deu. 12:23, NM) Las almas humanas pueden comer sangre y grasa, pero la ley de Dios lo prohibe: “Porque todo el que coma grasa de la bestia de que él la presenta como ofrenda hecha por fuego a Jehová, el alma que coma debe ser cortada de su pueblo. Cualquier alma que coma cualquier sangre, esa alma debe ser cortada de su pueblo.”—Lev. 7:25, 27, NM.
37 Un alma humana también puede comer un cuerpo animal: “En cuanto a cualquier alma que coma un cuerpo muerto o algo desgarrado por una fiera.” (Lev. 17:15, NM) El alma humana desea con vehemencia alimento material: “Porque tu alma desea con vehemencia comer carne, siempre que tu alma la desee con vehemencia puedes comer carne.” (Deu. 12:20, NM) También fruta: “Debes comer suficientes uvas para que satisfagas tu alma.” (Deu. 23:24, NM) O un panal de miel.—Pro. 27:7.
38. ¿Qué diversas experiencias de las almas humanas nos ayudan más a entender lo que la Biblia enseña consistentemente acerca del alma?
38 El alma humana es la criatura viviente e inteligente misma, la persona material, visible, tangible y no algo invisible, intocable y etéreo dentro del cuerpo humano. Por consiguiente el alma humana puede ella misma despedazarse o puede ser despedazada por un león, puede ser librada de una espada amenazadora, puede caer en un hoyo cavado para ella, puede volverse a traer de un hoyo, o puede ser sacada de una cárcel. (Job 18:4, Val; Sal. 7:2; 22:20, Val; Job 33:18, 30; Jer. 18:20; Sal. 142:7) El alma humana puede comprarse con dinero; puede ser secuestrada y vendida; puede ser cazada semejante a una fiera. (Lev. 22:11; Deu. 24:7; Éxo. 4:19, NM) Después de la creación de las primeras almas humanas sobre la tierra, Adán y Eva, todas las demás almas humanas han nacido. No han venido de “lo Etéreo.” Han venido de los cuerpos o lomos de almas humanas paternales y de los vientres de almas humanas maternales. De Zilpa, la esposa de Jacob, leemos: “Con el tiempo ella dió a luz éstos a Jacob: dieciséis almas. Todas las almas que vinieron a Jacob en Egipto fueron las que brotaron de la parte superior de su muslo, aparte de las esposas de los hijos de Jacob. Todas las almas fueron sesenta y seis.” (Gén. 46:18, 26, NM) “Y todas las almas que brotaron de la parte superior del muslo de Jacob llegaron a ser setenta almas.” (Éxo. 1:5, NM) El alma, por lo tanto, no es algo separado y distinto del cuerpo humano que pueda separarse del cuerpo en los sueños y al tiempo de la muerte o que pueda transmigrar o pasar a otro cuerpo al ocurrir la muerte, para así volver a nacer en otro cuerpo al ocurrir la muerte.
39. ¿Manifiesta la Biblia que hay alguna diferencia entre el cuerpo y el alma, y cómo?
39 Ahora una pregunta: ¿Muestra la Biblia misma una diferencia entre cuerpo y alma? Claro está que sí, y la muestra en el mismísimo principio, en Génesis 2:7, en la creación del hombre. El cuerpo del hombre que Jehová Dios formó del polvo de la tierra en Edén no era un alma humana; sólo era un cuerpo exánime, inactivo, que no veía, ni oía, gustaba, olía, sentía ni pensaba. Para hacer que el cuerpo viviera y usara todos los órganos y facultades sensitivos, Dios combinó el cuerpo humano perfecto con el aliento de vida que él sopló en el cuerpo. Así vino a haber un alma humana viviente que jamás había existido antes. Por eso el cuerpo humano es una parte necesaria del alma humana, y el alma humana no puede existir aparte del cuerpo humano. Muchas veces la Biblia al hablar de la vida de que nosotros las criaturas humanas disfrutamos la llama “alma.” Jesús dijo: “Si alguno viene a mí y no odia . . . hasta su propia alma, no puede ser mi discípulo.” (Luc. 14:26, NM) “El que ama su alma la destruye, pero el que aborrece su alma en este mundo la resguardará para vida eterna.” (Juan 12:25, NM) “No amaron sus almas aun a pesar del peligro de muerte.” (Apo. 12:11, NM) “Yo soy el pastor propio; el pastor propio entrega su alma a favor de las ovejas.”—Juan 10:11, NM.
40. ¿Cuáles son algunos ejemplos del uso que hace la Biblia de la palabra “alma” para referirse a una persona misma?
40 En armonía con esta inseparabilidad del alma y su cuerpo, cuando alguien al hablar usa la expresión “mi alma,” él realmente quiere decir “yo mismo,” o “mí mismo.” Jesús dió la ilustración de un hombre rico, que, después de almacenar sus cosas buenas, que habían aumentado, dijo: “Le diré a mi alma: ‘Alma, tienes tú muchas cosas buenas almacenadas para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete.’ Pero Dios le dijo: ‘Persona irrazonable, esta noche están demandando el alma tuya.’” Sin alma o vida como criatura humana, ¿cómo podría el hombre rico disfrutar de las cosas buenas que había almacenado? (Luc. 12:16-21, NM) Aun Dios mismo usa la expresión “mi alma,” diciendo: “¡Miren! mi siervo, a quien yo escogí, mi amado, ¡a quien mi alma aprobó!” (Mat. 12:18, NM; Isa 42:1) “‘Mi justo vivirá por motivo de fe,’ y, ‘si se retrae, mi alma no se complace en él.’” (Heb. 10:38, NM) “Vuestros novilunios y vuestras fiestas solemnes los tiene aborrecidos mi alma.” (Isa. 1:14) Asimismo, la expresión “tu alma” se usa para dar a entender “tú mismo,” y “su alma,” “él mismo.” Por ejemplo, “Yahveh de los ejércitos ha jurado por su propia alma.” (Jer. 51:14, Ro; Scío; Amós 6:8, Val; Ro, margen) “Para que te vaya bien y para que viva tu alma.” (Jer. 38:20; Isa. 55:2, 3) De modo que la palabra “alma” se usa para referirse a la persona misma.
41, 42. Por los hechos que se han informado sobre Elías, Elíseo, Jesús y sus apóstoles en cuanto a hacer volver a vivir a personas muertas, ¿cómo se desenmascaran más las falsas pretensiones del espiritismo de modo que se les rechace?
41 El profeta Elías fué usado para hacer volver a vivir a un niño, pero lo que él dijo concerniente a éste no es ninguna prueba bíblica de que el alma humana sea distinta y sólo esté ligada al cuerpo humano por algún elemento llamado “periespíritu o cuerpo fluido,” y que al morir lleve una existencia separada, independiente, externa en el mundo inmaterial, espiritual. Leemos: “El hijo de la mujer, la señora de la casa, se enfermó, y su enfermedad vino a ser tan grave que no quedó aliento en él. Y [Elías] procedió a estirarse sobre el niño tres veces y a clamar a Jehová y a decir: ‘Oh Jehová mi Dios, por favor, haz que el alma de este niño vuelva dentro de él.’ Finalmente Jehová escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió dentro de él, de modo que él volvió a vivir.” (1 Rey.17:17, 21, 22, NM) ¿Dice aquí la Biblia que el alma del niño estaba viva en un mundo invisible, espiritual y que el niño había sido afortunado por haber muerto y que jamás había estado tan feliz sobre la tierra como lo estaba entonces en el mundo espiritual? ¡No! ¿Le pidió la madre del niño a Elías que actuara como médium y la pusiera en contacto con su hijo muerto para poder hablar por medio de Elías con el alma que había partido? ¡No! Si el niño estaba en mejores condiciones por haber muerto, entonces fué una injusticia y un acto extremadamente egoísta de parte de Elías el orar como lo hizo y hacer que el niño volviera a tener vida en el cuerpo humano.
42 Lo mismo es cierto del hijo de la sunamita a quien el sucesor de Elías, Eliseo, hizo volver a vivir. También es cierto de los muertos a quienes Jesús y sus apóstoles restauraron a la vida en la carne sobre la tierra: La hija de Jairo, el hijo de la viuda de Naín, Lázaro el hermano de María y Marta, Dorcas (Tabita) de Joppe, y Eutico de Troas. (2 Rey. 4:8-37; Mat. 10:1, 8; Luc. 8:41-56; 7:11-15; Juan 11:1-44; Hech. 9:36-41; 20:6-12) Lo que el profeta Elías verdaderamente pidió en oración no fué que un alma que había partido volviera del mundo espiritual al cuerpo del niño, sino que la vida del niño como criatura humana volviera por el poder de Jehová Dios para que el cuerpo muerto del niño volviera a vivir y el niño llegara a ser un alma humana viviente otra vez. De acuerdo con esto Una Traducción Americana dice aquí: “Que la vida de este niño vuelva a él otra vez.” “De modo que el SEÑOR oyó la voz de Elías; y la vida del niño volvió a él otra vez, de modo que él vivió.” “‘Vea, su hijo está vivo,’ dijo Elías.” (1 Rey. 17:21-24, UTA; también Mo) Por consiguiente no nos es más difícil a nosotros decir en español que un alma humana tiene alma que lo que le era a un judío decir en hebreo que un néfesh tiene néfesh o que néfesh está en un néfesh (“alma”).—Lev. 17:10-14, NM.
EL ESPÍRITU EN EL HOMBRE
43, 44. ¿Cómo, en contraste con la definición de Rishi, identifica la Biblia al espíritu humano?
43 Pero, ¿no aplica en este caso el texto de Eclesiastés 12:7: “Y el polvo torne al polvo como antes era, y el espíritu se vuelva a Dios, que lo dió”? Sí. Y ¿no dice el informe, en Lucas 8:54, 55, acerca de Jesús cuando levantó a la vida a la hija de Jairo: “Mas él, tomándola de la mano, clamó, diciendo: ¡Niña, levántate! Y volvió el espíritu de ella, y al instante se levantó”? Sí. Entonces, ¿hemos de razonar de esto que, antes de que Elías levantara a la vida al hijo muerto de la viuda, y antes de que Jesús levantara a la vida a la niña de Jairo, el espíritu de ellos estaba vivo en un mundo espiritual y había vuelto a Dios quien lo dió y estaba viviendo con él? No; porque el “espíritu” no es, como Rishi lo describe, “el cuerpo etéreo de un individuo con todas sus características. . . . la réplica exacta de la porción física del individuo.” De acuerdo con la Biblia el espíritu (rúahh, hebreo; pneuma, griego) es la fuerza activa invisible de Dios que hace que haya vida o hace vivir.
44 Como se describe en Apocalipsis 11:8-11 (NM): “Y sus cadáveres estarán en el camino anchuroso de la gran ciudad . . . Y después de los tres días y medio espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos, y se pusieron de pie.” También como se describe en la visión de Ezequiel del valle de los huesos secos: “Así dice el Señor, Yavé, a estos huesos: Yo voy a hacer entrar en vosotros el espíritu, y viviréis; . . . Miré y vi que vinieron nervios sobre ellos, y creció la carne y los cubrió la piel, pero no había en ellos espíritu. Díjome entonces: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así habla el Señor, Yavé: Ven, oh espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos huesos muertos [sin aliento], y vivirán. Profeticé yo como se me mandaba, y entró en ellos el espíritu, y revivieron y se pusieron en pie, un ejército grande en extremo.”—Eze. 37:5-10, NC; también Val; BC; Ro; Yg; Le.
45, 46. (a) Para hacer que continúe o para restaurar la vida a criaturas humanas, ¿cuál muestra la Biblia que es el papel que desempeña el Todopoderoso Dios? (b) ¿Cómo se manifiesta esto plenamente en el caso de Jesús?
45 Jehová Dios es la fuente del espíritu que imparte vida o la invisible fuerza activa vivificante. Por consiguiente cuando el cuerpo muerto vuelve a la tierra como antes era, ese espíritu o fuerza activa que animaba a ese cuerpo vuelve a su fuente; deja de operar en ese cuerpo. De modo que el poder para hacer que esa criatura humana vuelva a vivir descansa en Dios, la Fuente de la vida. Por la sentencia de muerte que Dios pronunció sobre Adán y Eva él ha sujetado a todos los de su prole a la condenación y al llegar al límite de sus vidas condenadas él requiere de ellos su fuerza de vida, pues ellos están condenados a muerte a causa de haber heredado el pecado de Adán y Eva. La justa ley de Dios requiere esa fuerza de vida o espíritu de ellos, y por eso ésta vuelve a él. Cuando Dios levante esa condenación o la quite, entonces puede hacer que la prole exonerada de Adán vuelva a vivir mediante su espíritu o fuerza invisible que activa. Por consiguiente el Salmo inspirado dice a Dios: “Si tú escondes tu rostro, se conturban; si les quitas el espíritu, mueren y vuelven al polvo. Si mandas tu espíritu se recrían, y así renuevas la faz de la tierra.”—Sal. 104:29, 30, NC; también Val; TA; Scío; Ro; Yg; Le.
46 Esta fuerza de vida que se mantiene por medio de respirar es lo que volvió a la hija de Jairo cuando Jesús la tomó de la mano y le ordenó: “¡Niña, levántate!” Dios oyó a Jesús e hizo que su fuerza activa que imparte vida reviviera el cuerpo de ella y lo hiciera respirar otra vez y no dejara que volviera en esa ocasión al polvo de la tierra. Jesús se refirió a ese espíritu o fuerza de vida cuando, al morir en el madero del Calvario, él dijo a Dios: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.” (Luc. 23:46, NM) Al tercer día después Dios restauró ese espíritu o fuerza de vida resucitando a Jesús de entre los muertos. (Hech. 2:22-28, 32-36) De modo que no se puede usar Eclesiastés 12:7 para enseñar que los espíritus inmortales de los muertos humanos se hallan en un mundo espiritual disfrutando de una vida, un conocimiento y una libertad más amplios que nunca antes y que todos ellos, buenos y malos por igual, han regresado a Dios. En vez de eso, ese texto prueba que todos los del género humano están bajo condenación de muerte y por lo tanto tienen que envejecer y acercarse a la muerte y que cuando mueren el cuerpo vuelve al polvo, porque la ley justa de Dios exige de ellos su fuerza de vida.
47. En cuanto a la vida, ¿por qué, de acuerdo con la Biblia, es la humanidad superior a los animales inferiores de la tierra?
47 En este respecto, el género humano, a causa de la condenación a la muerte que heredó de Adán, es semejante a los animales inferiores que mueren, no porque los animales estén condenados a morir por el pecado, sino porque su Creador no decretó que ellos habrían de vivir eternamente. Manifestando que por eso el espíritu del hombre justamente ahora es semejante al de los animales inferiores, el sabio inspirado dice: “Dije en mi corazón: Esto es así, a causa de los hijos de los hombres; para que Dios los pruebe, a fin de que vean que ellos mismos son parecidos a las bestias. Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, lo mismo sucede a las bestias; es decir, un mismo suceso les acontece: como mueren éstas, así mueren aquéllos; y un mismo aliento [espíritu, Le] tienen todos ellos; de modo que ninguna preeminencia tiene el hombre sobre la bestia; ¡porque todo es vanidad! Todos van a un mismo lugar; pues que todos son del polvo, y todos tornan otra vez al polvo. ¿Quién conoce el espíritu de los hombres, que sube a lo alto; y el espíritu de las bestias, que desciende hacia abajo, a la tierra?” (Ecl. 3:18-21; también Le; Yg; Ro) Por lo tanto, vemos que el espíritu o invisible fuerza de vida que activa, el cual hace vivir a los animales, es igual al que hace vivir al género humano, y por consiguiente lo único que puede dar al hombre alguna preeminencia sobre un animal inferior es el decreto de Dios o el arreglo de Dios concerniente al futuro del hombre. Por la bondad inmerecida de Dios el hombre disfruta de dicha preeminencia sobre los animales inferiores, porque Dios ha determinado y provisto que el género humano creyente y obediente disfrute de vida eterna en un justo nuevo mundo libre de la muerte. Por eso el disfrutar dicha vida no comienza cuando el cuerpo vuelve al polvo al morir, porque el espíritu que entonces vuelve a Dios no es una réplica invisible, inmortal, de ese cuerpo mortal, teniendo todas sus características. Tal idea del espíritu en el hombre es simplemente una teoría imaginaria que los espiritistas inventan para apoyar su enseñanza de la “supervivencia después de la muerte.” Su “otro mundo” no es el justo nuevo mundo de Dios.
¿ES INMORTAL EL ALMA HUMANA?
48. ¿Por qué hacen necesario ahora las pretensiones del espiritismo que determinemos acertadamente si la Biblia enseña o no la inmortalidad del alma humana?
48 Para que viva un alma humana tiene que haber (1) un cuerpo humano y (2) la fuerza activa invisible o espíritu procedente de Dios combinándose con ese cuerpo para hacerlo respirar y vivir. La criatura humana a que de este modo se hace vivir es el alma humana. (Gén. 2:7) Ahora bien, puesto que el alma humana tiene que respirar la atmósfera de la tierra y tiene que comer alimento material aquí sobre la tierra, y puesto que puede ser despedazada, encarcelada y encadenada o ser alcanzada por la espada y abatida al hoyo (Sal. 105:18, margen; Da; Yg; Jer. 4:10; Luc. 2:35), ¿es el alma humana a prueba de muerte, inmortal? El espiritismo descansa principalmente en la creencia de la inmortalidad del alma humana; basa su enseñanza de la “supervivencia después de la muerte” en la inmortalidad del alma, y dice que la Biblia está llena de referencias a la supervivencia después de la muerte y a la comunicación entre los vivos y los muertos. En consecuencia las pretensiones del espiritismo hacen necesario que examinemos la pregunta especial: ¿Enseña la Biblia la inmortalidad del alma humana, haciendo posible la supervivencia después de 1a muerte?
49-53. ¿Cuántas son las referencias que hace la Biblia a la inmortalidad, y qué significa cada una?
49 Por supuesto, la inmortalidad se menciona en la Biblia, pero ¿dice la Biblia que el alma humana la tiene? Haga una búsqueda y sorpréndase al averiguar que la palabra “inmortalidad” no aparece una sola vez en las Escrituras hebreas de la Biblia; y en las Escrituras cristianas griegas la palabra griega athanasía, que se traduce “inmortalidad,” aparece sólo tres veces. Aquí están las tres veces:
50 “Porque esto que es corruptible ha de revestirse de incorrupción, y esto que es mortal ha de revestirse de inmortalidad. Pero cuando esto que es corruptible se revista de incorrupción y esto que es mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá el dicho que está escrito [en Isaías 25:8]: ‘La muerte es tragada para siempre.’” (1 Cor. 15:53, 54, NM) Aquí el apóstol Pablo está discutiendo la resurrección cristiana de entre los muertos y manifiesta cómo los cristianos fieles son levantados de entre los muertos y con qué cuerpo. Él no dice que ahora tienen inmortalidad, exactamente como ahora tampoco tienen incorruptibilidad, porque en Romanos 2:6, 7 él dice a los cristianos que Dios “dará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que buscan la gloria y la honra y la incorruptibilidad por medio de perdurar en la obra que es buena.” (NM) Tanto la incorruptibilidad como la inmortalidad son una recompensa futura que ha de otorgarse a cristianos fieles al tiempo de su resurrección de entre los muertos. El apóstol manifestó que esta resurrección y revestimiento de incorruptibilidad e inmortalidad no iba a suceder al ocurrir la muerte, sino al tiempo de la segunda venida y presencia de Jesucristo, cuando él levanta a sus fieles seguidores de entre los muertos. “Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en incorrupción. . . . y nosotros seremos cambiados.”—1 Cor. 15:22, 23, 42, 52, NM.
51 Observe que aquí no se hace ninguna mención del alma humana. En vez de enseñar que la inmortalidad es inherente en el alma humana, los dos textos citados en que se menciona athanasía o inmortalidad enseñan directamente lo contrario.
52 La restante o tercera mención de athanasía o inmortalidad se halla en la siguiente cita: “Que observes el mandamiento de manera inmaculada e irreprensible hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Esta manifestación el feliz y único Potentado la mostrará en sus propios tiempos señalados, él el Rey de los que gobiernan como reyes y Señor de los que gobiernan como señores, el cual solo tiene inmortalidad.” (1 Tim. 6:14-16, NM) El apóstol Pablo le dice aquí a Timoteo que de todos los potentados terrestres que gobiernan como reyes y como señores y que pretenden tener inmortalidad ninguno verdaderamente la tiene, pero el “feliz y único Potentado” Jesucristo, el Rey de los reyes y Señor de los señores, la tiene exclusivamente desde su propia resurrección de entre los muertos. Convenimos con usted en que los babilonios, egipcios, griegos, romanos e hindúes paganos enseñaron su doctrina pagana de la inmortalidad e incorruptibilidad inherentes del alma humana. Pero Jesucristo, quien es el primero a quien el inmortal e ‘incorruptible Dios’ otorgó inmortalidad e incorruptibilidad cuando lo levantó de entre los muertos, es el primero que reveló la verdad concerniente a éstas mediante su predicación de las buenas nuevas acerca del reino de Dios. “Ahora se ha hecho claramente evidente por medio de la manifestación de nuestro Salvador, Cristo Jesús, quien ha abolido la muerte pero ha esparcido luz sobre la vida y la incorrupción por medio de las buenas nuevas.”—2 Tim. 1:10 y 1 Tim. 1:17, NM.
53 De esto se ve que esta tercera mención bíblica de athanasía o inmortalidad categóricamente niega que hombre alguno, aunque sea potentado, dictador, rey o señor terrestre, tenga inmortalidad inherente del alma humana. En la versión católica romana de la Biblia, en los libros apócrifos o deuterocanónicos de su “Antiguo Testamento,” las palabras “inmortalidad” e “incorrupción” sí aparecen, pero ni siquiera estas referencias manifiestan o prueban que el alma humana sea inherentemente inmortal. Por ejemplo, Eclesiástico 17:29 (TA) dice claramente: “Porque no puede el hombre tener todas las cosas; puesto que no hay ningún hijo del hombre que sea inmortal.” Vea también Eclesiástico 6:16 y Sabiduría 1:15; 2:23, BC; 3:1, 4; 4:1; 6:18, 19, BC; 8:13, 17; 15:1, 3, todos los cuales textos, si muestran algo, muestran que la inmortalidad es un premio que ha de conseguirse en el futuro y no se posee inherentemente.
¿MUERE EL ALMA HUMANA?
54. ¿A qué grado muestra la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras que el alma humana muere?
54 Ahora bien, si la Biblia no enseña la inmortalidad inherente del alma humana, ¡debería decir que el alma humana es mortal, que muere! ¿Dice la Biblia eso? Lo dice directamente, en lenguaje claro que hasta un niño puede entender. Dado que los espiritistas, católicos romanos y los de otras religiones de la cristiandad no pueden producir un solo versículo de la Biblia que diga o pruebe que el alma humana no muere, que es inmortal, debería ser suficiente el que nosotros mostráramos sólo un versículo bíblico en testimonio de que el alma humana es mortal, que muere. Pero podemos mostrar muchos versículos en testimonio, y la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, que con regularidad traduce la palabra hebrea néfesh y la palabra griega psyqué como “alma” desde el Génesis 1:20 en adelante, muestra más plenamente que cualquier otra traducción que la Biblia dice que el alma humana muere.
55-57. ¿Cuáles son cuatro elementos fundamentales de la enseñanza de la Biblia sobre la muerte de la primera alma humana?
55 En el jardín o paraíso original de Edén las almas humanas perfectas Adán y Eva no tenían que morir. Esas dos almas humanas perfectas pudieran haber vivido para siempre en su paraíso terrestre. ¿Cómo? Sustentando su cuerpo humano, material, con el alimento natural que Jehová Dios proveyó allí y obedientemente nutriendo su corazón y mente con el alimento espiritual que él proveía cuando les hablaba desde lo invisible. Pero Dios les advirtió que el alma humana, a pesar de que podía vivir eternamente sobre la tierra mediante las provisiones de Dios, era mortal, podía morir. El capítulo dos de Génesis, después de describir cómo Dios creó la primera alma humana, Adán, sigue diciendo: “Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre y colocarlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Y Jehová Dios también impuso este mandamiento al hombre: ‘De todo árbol del jardín puedes comer hasta que quedes satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento del bien y del mal no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.’” (Gén. 2:15-17, NM) Si Adán el alma desobedeciera a Dios, entonces Adán el alma moriría. Si Adán el alma obedeciera a Dios y comiera de todos los árboles del Edén salvo de este prohibido, entonces Adán el alma continuaría viviendo mientras persistiera su obediencia. Esto ofrecía la oportunidad de que el alma humana viviera eternamente, no en un mundo espiritual, sino en perfección humana en el paraíso terrestre de Edén.
56 Cuando Dios le pronunció la sentencia de muerte a Adán después que éste aceptó desobedientemente algo del fruto prohibido de la mano de su esposa y lo comió, Dios dijo: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:17-19, NM) Observe que Dios no dijo a Adán: ‘Tu cuerpo volverá al polvo, pero tu espíritu quedará libre del cuerpo y seguirá viviendo conscientemente en el mundo invisible donde yo habito, porque tu espíritu es inmortal y yo no puedo destruirlo.’ No, sino que Dios dijo: ‘Tú [no tu cuerpo, sino tú, el alma] fuiste tomado del suelo y al suelo volverás, porque tú [el alma] eres polvo y al polvo tú [el alma bajo sentencia de muerte] volverás.’
57 Como alma viviente Adán era sólo un poco de polvo animado, activado, avivado o vivificado moldeado en forma de hombre, del mismo modo que los otros animales terrestres. Para poner en vigor la sentencia de muerte Dios echó al hombre del paraíso de Edén. ¿Por qué? “Jehová Dios prosiguió y dijo: ‘Aquí el hombre ha llegado a ser semejante a uno de nosotros en conocer el bien y el mal, y ahora, para que no extienda la mano y de hecho tome fruto también del árbol de la vida y coma y viva para siempre,—’ Con eso Jehová Dios lo echó del jardín de Edén para que cultivara el suelo de donde había sido tomado [y al cual ahora tenía que volver]. Y así arrojó al hombre y estacionó al oriente del jardín de Edén los querubines y la hoja llameante de una espada que daba vueltas ella misma continuamente para guardar el camino al árbol de la vida.” (Gén. 3:22-24, NM) Dios no lo mantuvo alejado del árbol de la vida para que Adán pudiera morir sólo en cuanto a su cuerpo pero pasara vivo en espíritu a un mundo espiritual, comenzando una jornada inmortal allí, sabiendo más y estando más libre allí y realmente recibiendo beneficios así por haber desobedecido a su Creador y haber muerto. Dios lo echó del paraíso de Edén lejos del árbol de la vida para que el alma humana Adán no viviera en absoluto en ninguna parte sino dejara de existir, para que ‘positivamente muriera,’ del mismo modo que una bestia bruta.
58. ¿Cómo se explica el hecho que se informa de que Adán murió a la edad de 930 años?
58 A causa de que cayó de la perfección humana, el alma humana Adán vivió muchos siglos aun sobre el maldecido suelo fuera del paraíso de Edén. “Entre tanto llegó a ser padre de hijos e hijas. De modo que todos los días de Adán que él vivió ascendieron a novecientos treinta años y murió.” (Gén. 5:4, 5, NM) En el mismo día que Adán pecó y Dios lo condenó y lo echó del paraíso de Edén, Adán estuvo muerto desde el punto de vista de Dios y por eso estuvo muerto en el pecado. Él llegó a ser un padre de desobediencia y produjo hijos de desobediencia. Por esta razón el apóstol Pablo dijo a los cristianos: “Estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los cuales en un tiempo anduvieron conforme al sistema de cosas de este mundo, conforme al gobernante de la autoridad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia.” (Efe. 2:1, 2, 5, NM) Desde ese punto de vista, también, Eva así como Adán estaba “muerta aunque [estaba] viviendo.” (1 Tim. 5:6, NM) Ahora bien, el estar muertos en el pecado no era la plena medida de muerte para Adán y Eva; cuando dejaron de respirar y cuando el espíritu o la fuerza activa que causa la vida volvió a Dios quien se lo había dado, entonces las primeras dos almas humanas, Adán y Eva, murieron. Adán vivió setenta años menos que mil. Por eso, si tomamos la medida de tiempo del apóstol Pedro: “Un día para con el Señor es como mil años, y mil años como un día” (2 Ped. 3:8), entonces Adán y también Eva positivamente murieron “en el día” que él comió del árbol prohibido. Él murió en el primer día de mil años de la existencia del género humano.
(Continuará en nuestro siguiente número)
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AnunciosLa Atalaya 1956 | 15 de abril
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AMANDO EN HECHOS Y EN VERDAD
Cuando el apóstol inspirado nos dice, en 1 Juan 3:18 (NM), que amemos “no de palabra ni con la lengua” él no quiere decir que nunca hemos de hacer una expresión verbal de amor. Ciertamente debemos usar la lengua para expresar interés en otros, mostrándoles que les tenemos cariño. Pero el limitar las expresiones de amor a sólo palabras es dejar incumplido el requisito bíblico. Para manifestar el amor sincero que les tenemos a otros se requiere de nosotros algo más que sólo palabras. En cuanto a los ministros quiere decir dejar la comodidad de su hogar para llevar a otros el buen alimento espiritual que los fortalecerá para que puedan aguantar las tensiones nerviosas y las pruebas de la actualidad. Durante mayo los testigos de Jehová, en conformidad con el mandamiento de mostrar amor a otros, irán a las puertas de la gente con las buenas nuevas del reino de Dios y al encontrarse con personas interesadas les dejarán un libro que les ayudará a estudiar la Biblia, y un folleto, por una contribución de 50c (dinero de E.U.A.). Usted puede participar en esta obra y para hacerlo puede ponerse en contacto con el Salón del Reino más cercano a usted o escribirle a esta Sociedad.
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ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS
20 de mayo: ¿Qué dicen las Escrituras acerca de “supervivencia después de la muerte”? §1-21. Página 236.
27 de mayo: ¿Qué dicen las Escrituras acerca de “supervivencia después de la muerte”? §22-40. Página 243.
3 de junio: ¿Qué dicen las Escrituras acerca de “supervivencia después de la muerte”? §41-58. Página 249.
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