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¿Está aplazando Dios su juicio?La Atalaya 1985 | 1 de mayo
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“De ningún modo pasará esta generación”
Además de saber cuándo llegaría el período del juicio divino, Jesús pudo fijar un límite a la duración de éste. Usando la ilustración de una higuera, dijo: “Luego que su rama nueva se pone tierna y brota hojas, conocen que está cerca el verano. Así mismo también ustedes, cuando vean todas estas cosas, conozcan que él está cerca, a las puertas. En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas”. (Mateo 24:32-34.)
Por lo tanto, el juicio divino sería ejecutado durante la duración de la vida de personas que hubieran visto los primeros indicios del período que Jesús predijo. El comienzo de dicho período marcaría el principio del fin del mundo de Satanás, contra el cual el Reino de Dios, que acababa de ser establecido en el cielo, ejecutaría juicio divino. La cronología bíblica y el cumplimiento de las profecías de la Biblia proporcionan pruebas abundantes de que este período empezó en 1914a.
Así que, antes que la generación de 1914 desaparezca por completo, el juicio de Dios se tiene que ejecutar. Todavía hay vivas una cantidad considerable de personas que pertenecen a esa generación. Por ejemplo, en 1980 en la República Federal de Alemania todavía había vivas 1.597.700 personas que nacieron en 1900 o antes. La cifra sería aun mayor de no haber sido por el hecho de que millones de ciudadanos sufrieron una muerte prematura durante las dos guerras mundiales.
Al prometer que “de ningún modo pasará esta generación”, Jesús usó las dos partículas negativas griegas ou y me. The Companion Bible explica este uso de las dos partículas como sigue: “Las dos negativas, cuando se combinan, pierden sus [respectivos] significados distintivos, y forman la aseveración [afirmación] más fuerte y enfática”. Solo ahora, cuando parece que la generación podría pasar antes que se cumpliera todo, adquieren verdadero significado las palabras de Jesús “de ningún modo”.
Una prueba de fe
Las palabras de advertencia de Habacuc indican que parecería haber un retraso en el juicio de Jehová, lo cual serviría para poner a prueba la fe. Es lógico que dicha prueba no podía surgir sino hacia el fin de la generación de la que habló Jesús. Con referencia al ejemplo que se menciona al principio de este artículo, considere lo siguiente: ¿Cuándo empezaría usted a dudar seriamente que su visitante haya de llegar? Ciertamente no sería a las nueve de la mañana, ni al mediodía, quizás ni siquiera cuando la tarde estuviera bien avanzada. Pero es probable que su fe sí sería puesta a prueba una vez que anocheciera. Sin embargo, ¡recuerde que aun a las 11.30 de la noche a su visitante todavía le quedaría suficiente tiempo para llegar, en cumplimiento de su promesa!
No hay razón para preocuparse de que la Palabra de Dios no se cumpla. Nunca ha fallado. Las palabras que Josué dirigió a los israelitas hace más de 3.000 años son tan ciertas hoy como lo fueron en aquel entonces: “Ni una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha fallado”. (Josué 23:14.)
“Respecto al cumplimiento de la profecía, parece natural que nosotros, y toda la humanidad, nos impacientemos y esperemos que las cosas se hagan más rápidamente de lo usual.” Eso fue lo que dijo The Watch Tower en el número del 1 de mayo de 1910, y agregó: “Ésta es una tardanza o retraso en lo que tiene que ver con nuestras expectativas, pero podemos estar seguros de que en el asunto no hay retraso alguno en lo que tiene que ver con la intención divina [...] No tenemos duda alguna de que se conseguirán los resultados a su debido tiempo... el tiempo de Dios”.
Al echar una mirada retrospectiva, los cristianos fieles que viven hoy pueden ver que hay razones válidas para que el juicio de Dios no se haya ejecutado todavía. De hecho se regocijan de que no haya llegado aún. En nuestro próximo artículo se explica por qué.
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Por qué Dios no ha ejecutado aún su juicioLa Atalaya 1985 | 1 de mayo
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Por qué Dios no ha ejecutado aún su juicio
APROXIMADAMENTE dos décadas después de la muerte de Jesús, algunos cristianos ya estaban esperando que “llegara” Jehová para ejecutar su juicio. Esto impulsó al apóstol Pablo a escribirles, diciendo: “El día de Jehová [...] no vendrá a menos que primero venga la apostasía y el hombre de desafuero quede revelado, el hijo de la destrucción”. Aunque Pablo admitió que “el misterio de este desafuero” ‘ya estaba obrando’ en su día, era obvio que aún no estaba obrando al grado necesario para que pudiera llegar el juicio divino. (2 Tesalonicenses 2:2, 3, 7, 8.)
Un recogimiento doble
La apostasía, aunque era seguro que vendría, no impediría que se llevara a cabo el propósito de Dios de escoger a 144.000 cristianos fieles para que fueran cogobernantes con su Hijo, Jesús, en el cielo. (Véase Revelación 14:1-5.) La ejecución del juicio de Dios solo podría llevarse a cabo después que se hubiera completado el número de ellos y que hubieran sido finalmente sellados por Dios. Revelación 7:2, 3 explica: “A los cuatro ángeles [se les dijo]: ‘No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles [al traer los vientos destructivos del juicio de Dios contra las naciones], hasta después que hayamos sellado a los esclavos de nuestro Dios en sus frentes’”. Como sabemos ahora, esta obra aún no se había completado en 1914 cuando fue establecido el Reino.
Por eso, aunque algunos tenían la esperanza de que la ejecución del juicio de Dios se llevara a cabo entonces, ésta no podía venir en aquel tiempo. El número de la revista The Watch Tower del 1 de enero de 1914 dejó abierta la posibilidad de este desenvolvimiento al declarar que aunque “el Año 1914 es el último de lo que la Biblia llama los ‘tiempos de los gentiles’ [...] no estamos de manera alguna seguros de que en este año, 1914,
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