-
El mío fue un matrimonio arreglado¡Despertad! 1972 | 22 de noviembre
-
-
dote. Mi madre estuvo de acuerdo. Reconociendo que mi madre cargaba con la responsabilidad de juntar las joyas, solicité que me dejara trabajar para compensar por el costo. Así es que fue seis meses más tarde que el casamiento tuvo lugar.
“Durante esos seis meses me preguntaba cómo sería este joven. Ni siquiera pude obtener alguna información concerniente a él. Pero con frecuencia oraba a Dios pidiendo que mi futuro esposo no fuera un borracho. Mi padre nos había enseñado a orar, y yo creía que Dios contestaría mis oraciones. Dos días antes del matrimonio llegaron el joven y su familia.
El matrimonio de mi madre
“La familia del joven pagó por los gastos de adornar la casa y el gasto de fiesta de bodas, incluso la música hindú para la celebración. Nuestro matrimonio fue solemnizado en la iglesia, y hubo una excelente y grande fiesta. En los primeros instantes después de la ceremonia, cuando pudimos hablar juntos, mi esposo preguntó cómo me habían gustado los arreglos, y si me agradaban las joyas que yo estaba luciendo. Le contesté que eran muy hermosas, y de inmediato le pregunté cuáles eran sus costumbres. Dijo que no bebía ni fumaba y que amaba los deportes. Mi corazón se llenó de alegría y di gracias a Dios. Yo también había deseado que tuviera un buen trabajo a fin de que pudiera proveer un decoroso sustento. Sin embargo, no ganaba mucho. Pero esta información no me perturbó, debido a que la bondad y el amor que demostraba hacia mí fueron de más valor que todo el dinero que él jamás pudiera ganar.
“Después de permanecer cinco días en mi hogar, empaqueté mis cosas para ir a vivir con mi esposo junto con su familia. En la casa de mi esposo había ocho niños, de los cuales mi esposo era el mayor. Mi suegra era su madrastra. Tuve que hacer muchas tareas domésticas, como limpiar, cocinar y así por el estilo. Obedecía a mi suegra, pero ella nunca estaba satisfecha con el resultado de mi trabajo. Siempre encontraba faltas. Así es que finalmente hicimos arreglos para ir a vivir a otra parte. Ella pidió que nos lleváramos con nosotros a cuatro de los hermanos y hermanas de mi esposo y que cuidáramos de ellos. Mi esposo y yo hablamos acerca del asunto y aceptamos la responsabilidad. Fue un gran problema, pero gracias a que yo era una maestra experimentada pude ayudar. Comencé a enseñar, y aunque entre los dos no ganábamos mucho dinero, éramos felices.
“Tuvimos dos hijos y una hija que trajeron mucha felicidad a nuestro matrimonio. Y nos llegó a todos una alegría aun mayor cuando un testigo de Jehová nos visitó en nuestro hogar ofreciendo hacer arreglos para un estudio de la Biblia en el hogar. Esto enriqueció mucho nuestra vida familiar, ayudándonos a saber cómo resolver los problemas familiares de una manera piadosa. Y ha sido muy útil para enseñar a nuestros hijos a tener la actitud correcta hacia el sexo opuesto y el matrimonio.
“Al estudiar la Biblia con estos testigos cristianos de Jehová, aprendimos que sus creencias no requerían que nos amoldáramos a las costumbres de los países de Occidente. Más bien, su creencia requería el abandonar cualquier costumbre que estuviera en conflicto con la claramente declarada Palabra de Dios, la Biblia. Ciertamente el conocimiento de la Palabra de Dios que hemos obtenido nos ha dado un mayor entendimiento de las cosas a las cuales debemos prestar atención al escoger un cónyuge para nuestra hija. Porque sabemos que un joven que ama y sirve a Jehová y es guiado por sus principios y leyes para los esposos y esposas cuidará de nuestra hija como lo haríamos nosotros mismos. Sabemos también que haciendo los arreglos para el matrimonio con los padres de un joven que también ponen su fe en Jehová Dios, quien fue el primero en hacer arreglos de matrimonio, no seremos engañados o extraviados, como lo han sido algunos.
“Por ejemplo, hemos oído de padres que hicieron arreglos de matrimonio, como en el caso del joven de brillante capacidad. Había recibido buena educación seglar y viajado extensamente. Cuando llegó el tiempo para su matrimonio, pidió una joven inteligente y bien educada seglarmente. Sus padres encontraron tal joven para él; la expresión del rostro de ella era vigorosa y radiante, trasluciendo una mente inteligente y la posibilidad de un ‘enlace de mentes’ con su inteligente hijo. En el día de las bodas el joven levantó el velo para colocar el “mangal sudra,” la cadena de oro que se usa en vez del anillo matrimonial, en torno a su cuello, solo para encontrar una cara aburrida, picada de viruelas y mucho más vieja de lo esperado. ¡Había sido sustituida por la hermana mayor! En vez de causar una conmoción, prosiguió con las bodas y desde entonces vivió una vida muy decepcionante y desanimadora con alguien totalmente inadecuada para él. Es un objeto de lástima para toda la aldea.
“He estado casada veinticinco años, y sé que el mío ha sido un matrimonio excelente, feliz. Nos alegramos cuando nuestra hija accedió a que nosotros arregláramos su matrimonio. Hemos encontrado a alguien que sabemos es muy apropiado para ella. Ha sido una buena hija, así es que sabemos que será una buena esposa.”
Mi casamiento
Por la propia historia de mi madre el lector puede ver que mis padres han tenido experiencia, y por consejo de ellos pude ver qué importante es el cuidar nuestra conducta a medida que crecemos. En toda ocasión en que estamos delante de otros, no sabemos quién nos puede estar observando. Si nuestra conducta no es buena, ¿cómo podemos esperar que algún día alguien distinguido nos escoja como cónyuge para su hijo? Si no fuera así, nos pasaríamos el resto de nuestra vida lamentándonos de no haber podido tener un buen matrimonio.
Ahora ya ha terminado la ceremonia matrimonial, y nos despedimos del gentío entrando en un auto para un corto intervalo antes de la recepción. Es nuestra primera oportunidad de tener unas pocas palabras juntos. Estoy tan emocionada de descubrir que mi esposo es mejor que cualquiera que hubiera podido imaginarme o desear. Es tan amable conmigo. Mi corazón se desborda de alegría y amor cuando en esos primeros instantes me dice: “Si me equivoco, debes corregirme, y yo te corregiré cuando tú te equivoques. Debemos siempre tener comprensión entre nosotros.” Habló también de ayudarnos unos a otros espiritualmente estudiando juntos la Biblia.
Me siento muy feliz de comenzar mi vida matrimonial con tan excelente compañero. En verdad estoy agradecida a Jehová Dios, así como a mis amorosos padres que han puesto tanto cuidado en escogerme un esposo tan excelente.—Contribuido.
-
-
El ejercicio y la pérdida de peso¡Despertad! 1972 | 22 de noviembre
-
-
El ejercicio y la pérdida de peso
● Una opinión general es que hacer ejercicio no es una manera eficaz de tratar de perder peso. Porque, como se señala, para perder solo un kilo uno tendría que caminar 125 kilómetros o más. Eso es cierto. Pero eso no significa que es necesario hacer toda esa caminata durante un solo día. Es poco probable que las miles de calorías extras representadas en un kilo de gordura fueran consumidas en un día, ni siquiera en dos o tres días. Caminando diariamente unos 1.600 metros extra, o cerca de 643 kilómetros extra al año, una persona perderá cuatro kilos y medio de gordura al año si no aumenta su consumo de alimentos.
Y, contrario a lo que uno pudiera creer, el ejercicio físico moderado no aumenta mucho el apetito. De hecho, estudios y experimentos hechos con hombres y animales han demostrado repetidamente que las personas que se ejercitan con moderación en realidad comen menos que otras.
-