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  • ¿Quién se beneficia más de la “revolución verde”?
    ¡Despertad! 1972 | 8 de noviembre
    • está en mejor situación y que tiene los medios para comprar el fertilizante el que por lo general extrae los mayores beneficios, no el que sufre de mayor hambre.

      Hay algo más que es necesario y que es aun más crítico que los fertilizantes. En India’s Green Revolution el autor F. R. Frankel declara: “El cultivo con buen éxito de los trigos enanos depende aun mucho más de abastecimientos de agua seguros. De hecho, el riego es algo esencial en el ciclo de crecimiento de la planta para la realización de su potencial fecundidad.” Y el arroz necesita aun más agua que el trigo.

      El riego no es lo mismo que la caída de lluvia. Las nuevas variedades no pueden depender de las inconstantes lluvias. Requieren riego con regularidad. Por lo tanto un seguro abastecimiento de agua es una necesidad. El agua de riego puede venir por un sistema de canales de río. Pero en los países más pobres, a menudo éstos no han sido construidos. En la mayoría de los casos se requiere el uso de bombas para extraer el agua de la profundidad de la tierra.

      Para hacer todo esto se necesita tecnología; se necesitan máquinas para excavar los canales, y fábricas para hacer bombas. Además, dice Frankel: “Los nuevos trigos también requieren un equipo agrícola más complicado para producir los rendimientos óptimos: mejores arados, discos y gradas de dientes para nivelar la tierra apropiadamente [de otro modo el riego no sería práctico]; máquinas para sembrar y fertilizar, y para plantar a poca profundidad y para espaciar exactamente las semillas; y equipo para proteger a las plantas del añublo y otras enfermedades.”

      ¿Quién tiene los medios para comprar todo esto? De nuevo, es el agricultor que ya es más próspero.

      Note que se necesita equipo para la protección. Esto incluye el uso de grandes cantidades de insecticidas para proteger los nuevos granos. No solo se necesita dinero para obtenerlo, sino que éste también es un agente contaminador. Sin embargo, se excusa su uso en grandes cantidades como el menor de dos males. Se piensa que un hombre hambriento no está tan preocupado por los daños a plazo largo que el insecticida produce. Quiere poner alimento en su estómago. Sin embargo, a la larga de todas maneras hay que pagar el precio.

      Resumiendo estas necesidades, U.S. News & World Report declaró: “Sin embargo, las nuevas semillas de por sí no pueden revolucionar la agricultura. Todo su pleno potencial genético no se puede realizar sin riego y grandes cantidades de fertilizantes e insecticidas.” Todo eso requiere dinero. No son los pobres y los hambrientos los que lo tienen.

      Debido a estas razones, el libro India’s Green Revolution declara: “Los beneficios de la nueva tecnología han sido distribuidos muy desigualmente.”

      Esta conclusión está respaldada en el libro The Survival Equation, que dice:

      “Hay que decir que la revolución es muy ‘selectiva,’ . . . Es suficiente con recordar que las tres cuartas partes de la tierra cultivada de la India no tiene riego, y predomina la agricultura ‘seca.’ Si no fuera por ninguna otra razón, vastas extensiones del país no han sido alcanzadas en absoluto por la transformación e igualmente vastas extensiones solo se pueden jactar de tener ‘pequeñas islas dentro de sí.’ . . .

      “La revolución verde afecta a los pocos más bien que a los muchos no solo debido a las condiciones ambientales sino porque a la mayoría de los agricultores les faltan recursos . . . El esperar ser parte de ésta y sin embargo no poderlo lograr, crea situaciones sociales, económicas y políticas potencialmente perturbadoras. Y éste es el otro lado de la moneda en cualquier avalúo del curso de la revolución verde.”

      Por consiguiente, aunque el total de las cosechas e ingresos puede aumentar, éstos no están distribuidos equitativamente Por ejemplo, en dos de las más grandes zonas trigueras de la India, Bihar y Uttar Pradesh, se calcula que 80 por ciento de todas las granjas tienen menos de tres hectáreas de extensión. Esto quiere decir que por lo general no tienen los recursos necesarios para aprovecharse de la nueva tecnología. Así es que solo se beneficia un porcentaje relativamente pequeño de los verdaderamente necesitados. De hecho, en toda la India, se dice que 185 millones de personas viven en granjas que tienen menos de dos hectáreas de extensión.

      Además, en muchos países más pobres hay granjeros que no son dueños de sus granjas sino que las arriendan a los terratenientes. Y en años recientes el valor de la tierra ha aumentado. En zonas cercanas a donde la “revolución verde” ha estado en evidencia, los valores a veces aumentaron tres, cuatro o cinco veces. Como consecuencia, los alquileres subieron hasta las nubes, lo cual hace las cosas más difíciles para el arrendatario. Y algunos terratenientes, al ver las ganancias que se pueden obtener de las nuevas cosechas, deciden cultivar la tierra por sí mismos. Así es que echan al arrendatario de la tierra, reduciéndolo a la condición de trabajador sin tierra.

      Es asombroso el número de trabajadores sin tierra en las zonas rurales. Se dice que tan solo en la India el número de los que no tienen tierra sobrepasa los 100 millones. Esto es sin contar a las millones de personas pobres apiñadas en las ciudades.

      Estos trabajadores sin tierra de la India, junto con los 185 millones de los que cultivan menos de dos hectáreas, ¡representan casi 300 millones de personas! Esa es la mayoría de la población rural de la India. Y la mayoría de ellos viven en la más abyecta pobreza. El ingreso promedio de ellos se dice que es de solo 200 rupias (unos 21 dólares) por persona al año.

      ¿Con qué resultados? India’s Green Revolution declara que esto “de hecho ha conducido a la absoluta deterioración de la condición económica” de la gente más pobre. Y un economista escribe en The Survival Equation que ‘el rico se hace más rico, pero el pobre más pobre.’

      Por lo tanto, la misma gente a la que la “revolución verde” iba a ayudar, es a la que menos está ayudando. Y en los países subdesarrollados del mundo, ese es un problema de enormes proporciones.

      Puede volverse “roja”

      El alcance del problema se puede ver al reparar en las palabras de la primer ministra de la India, Indira Gandhi. Dirigiéndose a los principales ministros de todos los estados de la India, dijo: “La advertencia de los tiempos es que a menos que la revolución verde sea acompañada por una revolución basada en la justicia social puede ser que la revolución verde no permanezca verde.”

      Lo que se implica es que podría volverse “roja,” es decir, comunista, como una reacción en contra de la continua pobreza, hambre e injusticia. Eso ha sucedido antes cuando los pobres han visto deteriorarse su situación mientras que otros, especialmente los más adinerados, se beneficiaban.

      Tampoco debe uno llegar a la conclusión de que ésta es solo la situación aislada de un país. Es la regla más bien que la excepción. Un funcionario agrícola de Colombia dijo a los invitados a una conferencia sobre nutrición en aquel país: ‘La “revolución verde” está pasando por alto a la gente, a la gente que más la necesita. Está ensanchando la brecha entre los que “tienen” y los que “no tienen.”’

      También, The Bulletin, una revista semanal de Australia, dijo: “El fracaso de los alimentos en adelantarse a la población no es primariamente un problema agrícola sino un problema económico. La verdad del caso es que la mayoría de la gente es demasiado pobre para comprar los alimentos mejores que necesita, aun cuando éstos están disponibles.” Y esto hasta cierto punto también sucede en los Estados Unidos, donde el gobierno paga a los agricultores para mantener la tierra sin producir mientras que al mismo tiempo millones de americanos no reciben suficiente alimento, por no poder costear una dieta adecuada para la buena salud.

      Resumiendo esta situación, un reciente informe suministrado por A. H. Boerma, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, declara: “Si ha habido algún cambio en la distribución de los beneficios adicionales en agricultura, es que ha llegado a ser más desigual, con el resultado de que con los años ha aumentado la población hambrienta y mal alimentada.”

  • ¿Bastará con la “revolución verde”?
    ¡Despertad! 1972 | 8 de noviembre
    • ¿Bastará con la “revolución verde”?

      HOY día el problema del hambre es bastante malo. Pero los expertos concuerdan en que pronto se pondrá peor.

      ¿Por qué? Porque hay algo más que considerar. Y ese algo está conceptuado como el mayor problema de todos.

      Georg Borgstrom, un profesor de la ciencia de nutrición en la Universidad del Estado de Michigan, señala lo que es: “Cualquiera que piense que la actual crisis mundial de proteína se desvanecerá y se hará cargo de sí misma, debe recordar que: los hambrientos del mundo se están multiplicando dos veces más rápidamente que los bien alimentados.”

      De hecho, un informe reciente de las Naciones Unidas muestra que en la actualidad las personas hambrientas del mundo están aumentando dos veces y medio más rápidamente que las que están bien alimentadas. Por eso, aunque es verdad que más personas comen mejor debido al aumento de población en los países ‘prósperos,’ también es verdad que en los países pobres la cantidad de personas que no comen lo suficiente aumenta mucho más rápidamente. Eso es lo que más preocupa a las autoridades cuando hablan acerca de la “explosión demográfica.”

      Así es que a pesar de la “revolución verde,” el problema del hambre no ha sido resuelto. U.S. News & World Report del 6 de marzo de 1972 declara: “El auge de la población mundial no muestra señales de ir más despacio y es posible que hasta acelere en los años por venir. . . . Ahora la población está aumentando a razón de 75 millones por año... suficiente para crear en 12 meses el equivalente a un nuevo Bangladesh. . . . El crecimiento es tan explosivo que las autoridades en demografía temen que el hambre se extienda a muchos de los países del mundo en desarrollo.”

      Cada año la actual población de la India de unos 570 millones de personas aumenta en unos 14 millones. Con relación a esto dice el Times de Nueva York: “A no ser que la proporción se reduzca en gran manera, la India tendrá mil millones de personas para el año 2000, lo cual sobrepasa por mucho cualquier aumento en la producción de alimentos.”

      Sin embargo, otra fuente previene que aun si la India gradualmente consiguiera el “extraordinario logro de reducir a la mitad su proporción de nacimientos” en los años venideros, esto todavía no bastaría. ¡De cualquier modo su población excedería los mil millones alrededor del año 2000!

      No es que la Tierra no puede mantener a 3.500 ó 4.000 millones de personas, o más. Puede. Pero la estructura económica, social y política del mundo está arreglada de tal modo que cada año encierra a más gente en quebrantadora pobreza y hambre.

      No más ‘milagros’

      Lo que también perturba a algunas autoridades es reconocer que en el futuro los grandes aumentos en la producción de alimentos serán más difíciles de obtener. Mucha de la mejor tierra en los países más pobres ya ha sido plantada con las nuevas semillas.

      Es por eso que una reconocida autoridad de la “revolución verde,” Lester R. Brown del Consejo de Desarrollo de Ultramar, dice: “Aunque la ‘revolución verde’ nos ha dado una tregua, no podemos continuar aumentando para siempre la producción de alimentos. Hay ciertos límites finitos de cuánto podemos aumentar la producción.” Y el profesor Fraser dice en The People Problem:

      “Temo que muchos considerarán la mejora temporaria de la crisis de alimentos como una evidencia de que la ciencia siempre nos rescatará. . . .

      “Habrá otras mejoras, pero no se volverán a producir quánticos [grandes] aumentos en la producción. Los genetistas . . . están firmes en sus declaraciones de que no se deben esperar ‘milagros’ futuros, mientras que los actuales eran cabalmente predecibles.”

      Aun durante los recientes años, en los cuales la “revolución verde” tuvo su más grande éxito, la población del mundo creció tan rápidamente que casi neutralizó los aumentos en las cosechas. Y cuando en los países más pobres llegue el tiempo en que sea imposible aumentar el rendimiento por hectárea mientras que al mismo tiempo la población continúa “explotando,” ¿qué sucederá?

      El ingeniero químico Norbert Olsen dijo a principios de 1972: “Podría trabajar 24 horas al día creando fertilizantes y nuevos métodos para ayudar a producir alimentos, y a pesar de eso no satisfaría la necesidad.” Y Chemical Week del 15 de marzo de 1972, informa: “Un equipo de cuatro hombres del Instituto Tecnológico de Massachusetts [llegó a la conclusión de que] . . . solo por medio de estabilizar la población y la producción industrial puede el hombre sobrevivir más allá de los próximos 100 años.”

      En algunas zonas, el aumento de la población ya ha resultado en el continuo desnudar de la vegetación natural. Se dice que en la India occidental el despoblar de árboles y el excesivo pastoreo de las tierras ha creado regiones que sufren de prolongadas sequías y vendavales de polvo. Y muchas parcelas de tierra han sido divididas y subdivididas a través de generaciones dentro de los grupos de familia tan a menudo que ya no se les puede seguir dividiendo y todavía cultivarlas económicamente.

      El Bulletin de Australia afirma que: “En menos de un siglo se ha duplicado la extensión de terrenos baldíos debido a la forma de cultivo que produce regiones que sufren de prolongadas sequías y vendavales de polvo, (y la destrucción continúa), mientras que en cada uno de los continentes los agricultores (y la industria) están extrayendo del vital capital del abastecimiento de agua subterránea para sus cultivos, a veces a una proporción peligrosa.”

      ¿Acertó Malthus?

      Concluye The Bulletin diciendo: “Ese sombrío y viejo pesimista del siglo 18 Thomas Malthus se está probando acertado después de todo. Desde que él escribió se han abierto enormes extensiones de tierra y la ciencia ha aumentado espectacularmente los rendimientos; sin embargo el resultado neto es más gente hambrienta y muriéndose de inanición que nunca antes.”

      El libro The Environmental Crisis también declara: “Actualmente el número de personas hambrientas y debilitadas en este planeta supera al número de seres humanos que había en 1850.” ¡En 1850 había mil millones de personas sobre la Tierra!

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