-
Gandhi... qué movió a muchos a volverse a él¡Despertad! 1984 | 8 de abril
-
-
Gandhi... qué movió a muchos a volverse a él
Vivimos en un tiempo de crisis que se agrava en el mundo en vías de desarrollo. Mientras las sociedades acaudaladas de Occidente adolecen de malestar social, el mundo entero está a la sombra del terror nuclear. ¿Encierra la filosofía de no violencia de Gandhi la solución a este mundo desgarrado por la contienda? Este artículo, escrito por un periodista de la India, hace un examen de Gandhi y sus ideales de la no violencia.
GANDHI. ¿Qué significa ese nombre para usted? Si usted es una persona que ama la paz y anhela ver un mundo sin violencia, puede que sepa que a Gandhi se le ha llamado el padre de la no violencia.
Si usted es parte de los más de 730.000.000 de indios, lo recordará como Bapu, o padre, con el porte tierno de un hombre débil con una rueca, quien consiguió la independencia de la India. Si usted es hindú, lo considera líder espiritual y lo llama Mahatma, o “alma grande”. Pero prescindiendo del origen o las creencias suyas, es probable que usted reconozca a Gandhi como líder de carisma excepcional.
Él era un hombre de baja estatura, enjuto de rostro y de ojos grandes. La nariz, demasiado grande para su rostro, sostenía sus gafas redondas. Una sonrisa en la que no se veían dientes se extendía entre sus mejillas hundidas. En la mayoría de las fotografías de él, aparece sentado con las piernas cruzadas y su rueca, o vestido con su taparrabo y su chal de algodón mientras saluda a visitantes.
Poco después de la I Guerra Mundial, Gandhi dijo: “Me opongo a la violencia porque, cuando parece que hace bien, el bien es solo temporal, el mal que hace es permanente”.
El mundo hoy día está en aún peor estado que cuando Gandhi estaba vivo. Mire lo que está sucediendo en América del Sur y América Central, África, el Oriente Medio y hasta en pueblos y aldeas de la India. La violencia, como medio de resolver problemas, se ha convertido en una costumbre profundamente arraigada. Cuando reciben un empujón, la mayoría de las personas responden con un empujón. Cuando reciben otro empujón, se defienden luchando. Las naciones más ricas tampoco son inmunes a eso. El odio nacionalista, la violencia racial, el delito, la amenaza de una guerra nuclear y el abuso del ambiente son lo normal. “A menos que el mundo adopte la no violencia, el resultado será suicidio seguro para la humanidad”, comentó Gandhi. El odio sólo puede vencerse con amor, y la no violencia tienen que practicarla no solo las naciones y los grupos, sino cada individuo, dijo él.
Por ejemplo, ¿qué mueve a un hombre a odiar a su semejante y cometer algún acto violento contra él sólo porque el color de su piel es diferente? Gandhi hizo esta observación: “Ningún hombre de Dios puede considerar que otro hombre es inferior a él. Debe considerar a todo hombre como su hermano carnal”. Sesenta y tres años después de Gandhi haber dicho eso, el mundo todavía lucha con el concepto fundamental de la igualdad.
En un tiempo en que escasean los grandes líderes y pensadores, algunas personas se vuelven a Gandhi en busca de soluciones. Pero ¿quién fue este hombre? ¿Cuáles fueron sus ideales? ¿Cómo se formaron? En estos tiempos precarios, ¿son los medios que Gandhi fomentó la solución?
-
-
Gandhi... lo que formó al hombre¡Despertad! 1984 | 8 de abril
-
-
Gandhi... lo que formó al hombre
PARA entender a Gandhi tenemos que tener presentes dos acontecimientos que condicionaron su modo de pensar al principio. Retrocedamos al año 1869, al estado de Gujarat, en el noroeste de la India. Vientos cálidos y secos, a los que siguen devastadoras inundaciones, empobrecen el suelo de esta región. Gandhi nació allí y era miembro de una familia de medios adecuados que, como la mayoría de los habitantes de Gujarat, se enorgullecían por el hecho de que en su estado había muchos brahmanes (casta sacerdotal). Tradicionalmente, la sociedad hindú está dividida en cuatro castas o clases principales, con claras distinciones que las separan. (Vea el recuadro de la página 5.)
A la edad de 18 años, Gandhi emprende su primer viaje en tren hacia Bombay, al ir de camino a Inglaterra para estudiar leyes. Deja atrás a su esposa de la niñez, Kasturbai, y a un hijo. Antes de abordar el SS Clyde, a Gandhi se le pide que comparezca ante los ancianos de su casta, quienes le dicen en términos claros que si él se va a Inglaterra, será formalmente expulsado de la casta a la que pertenece. ¿Por qué? “Uno estaría obligado a comer y beber con los europeos”, argumentan ellos. “No creo que el ir a Inglaterra vaya contra nuestra religión”, replica él. Los ancianos de su casta consideran tabú que él se asocie con el hombre blanco, quien está contaminado debido a comer carne y beber licor. Gandhi objeta que éste es un caso de discriminación social a la inversa. A pesar de sus ruegos, se mantienen inflexibles, y Gandhi se va de la India como un paria para los de la casta vaisia (agricultores y comerciantes), a la cual pertenecía.
A Gandhi se le hace difícil la vida en Inglaterra. No solo es extranjero, sino además un “colono” indio, y solo podía circular entre los grupos marginales de la sociedad británica. Gandhi está desconcertado, puesto que los que discriminan contra él se llaman a sí mismos cristianos. Ya se ha formado una opinión sobre el cristianismo: “Desarrollé cierta aversión por éste —escribió—. Y había razón para ello. En aquellos días los misioneros cristianos que iban a la India solían pararse en una esquina cerca de la escuela secundaria [...] y proferían insultos contra los hindúes y sus dioses. Yo no podía tolerar aquello”. De igual manera, en Inglaterra, a Gandhi se le hace difícil tolerar la discriminación de que fue objeto por parte de los “cristianos”. ¿Cuál es su veredicto? ‘Amo a Cristo, pero desprecio a los cristianos porque no viven como Cristo vivió.’
Al salir de Inglaterra con un título en derecho, Gandhi trata de ejercer su profesión en Sudáfrica. Desde el principio encuentra que allí hay prejuicio racial. A pesar de que tiene un billete para viajar en primera, lo sacan del compartimiento de un tren y le dicen que tiene que viajar en un vagón reservado para la gente de color. Las protestas de Gandhi son ignoradas. Lo sacan a la fuerza del tren y hacen que pase la noche en la sala de espera.
Una decisión vital
Aquella noche él tomó la decisión de nunca ceder a la fuerza ni usar la fuerza para ganar una causa. Al reflexionar sobre el incidente, escribió: “El sufrimiento al que fui sometido fue superficial... era solo un síntoma de la profunda enfermedad del prejuicio racial. Debo tratar, si es posible, de extirpar la enfermedad y sufrir injusticias durante el proceso”.
Retrocedamos al pasado por un momento y examinemos estos dos incidentes que ocurrieron en la vida de Gandhi. En el primer caso, antes de salir hacia Inglaterra, Gandhi es rechazado por su propia gente debido a su deseo de asociarse con el hombre blanco. En el segundo incidente, es el hombre blanco quien lo arroja del tren por motivo del color de la piel de Gandhi. No fue solo la ofensa o humillación lo que enfureció a Gandhi; fue el profundo cáncer de la crueldad del hombre para con el hombre debido a diferencias en el color de la piel.
Más tarde escribió: “Mientras las razas blancas continúen desplegando tal desprecio para con el hombre de color, seguirá habiendo problemas”. Resulta interesante que el veredicto de Gandhi aplicaba de igual manera a los indios, quienes por miles de años habían perpetuado un sistema de castas basado en las diferencias en el color de la piel. En esta segregación indio está contra indio, brahmán contra intocable.
Dignidad para los intocables
A su regreso a la India, Gandhi halló rencorosas divisiones y cicatrices fomentadas por las castas. ¿Cómo podemos condenar a los británicos —hizo notar él— cuando nosotros mismos hemos incurrido en falta respecto a nuestros propios hermanos intocables? “Considero la existencia de los intocables la peor mancha del hinduismo”, dijo él. Debido a que permitía que hubiera intocables, el hinduismo había pecado, opinaba Gandhi.
Gandhi se convirtió en el defensor máximo de la causa de los intocables. Vivió con ellos. Comió con ellos. Limpió sus inodoros. Trató de restaurar la dignidad de ellos. Les dio un nombre digno... ya no eran intocables, sino harijans, o pueblo del dios Visnú. “Es necesario que nosotros los hindúes nos arrepintamos del mal que hemos cometido, [...] tenemos que devolverles la herencia que les hemos robado”, escribió.
¿Cuál es la herencia del harijan, según Gandhi? Es la dignidad humana, la herencia fundamental de todo pueblo. El harijan simplemente quiere que se le trate como un ser humano en vez de como un animal, afirmó él. ¿Quiénes efectuaron el robo? De acuerdo con Gandhi, sus coterráneos hindúes. “Los registros de la historia indican que los delitos más crueles se han cometido al amparo de la religión”, dijo él. Avergonzó a toda la India al no querer entrar en los grandes templos cuyas puertas habían estado cerradas por siglos para los adoradores hindúes de castas inferiores. “Aquí no hay Dios —dijo él a las muchedumbres reunidas—. Si Dios estuviera aquí, a todo el mundo se le permitiría entrar.” En cierta ocasión un misionero, quien obviamente vivía bien, vino a Gandhi para que lo aconsejara sobre cómo ayudar a los parias de las aldeas indias. La respuesta de Gandhi fue un desafío al cristianismo: “Tenemos que bajarnos de nuestro pedestal y vivir con ellos... no como extraños, sino como uno de ellos en todo sentido, compartiendo con ellos sus cargas y sus penas”.
En el diccionario de las actividades de la no violencia no hay tal cosa como un ‘enemigo externo’”, dijo Gandhi. Con el futuro mismo del mundo en juego, según comentó un escritor moderno, todas las diferencias serían “internas”, y si nuestro objetivo es salvar a la humanidad, tenemos que respetar la humanidad de toda persona. La segregación que se basa en el sistema de castas invalida el respeto, y por eso la gente sufre. El sufrimiento de la gente ya no está en silencio. Se refleja en las estadísticas de delitos y actos de violencia. Por lo tanto, surgen las siguientes preguntas: ¿Han tenido éxito los ideales de Gandhi? ¿Qué hay de la no violencia en la India? ¿Cuán prácticas son para el mundo en general las ideas de Gandhi?
[Recuadro en la página 5]
La casta y el color
Los escritos teológicos de los hindúes, Mahabharata, dicen:
1. “La piel de los brahmanes era blanca [la casta más elevada, compuesta de sacerdotes y eruditos];
2. la de los chatrias, roja [la segunda casta, de guerreros y nobles];
3. la de los vaisias, amarilla [la tercera casta, de granjeros y comerciantes],
4. y la de las sudras, negra [la cuarta casta, de artesanos].
Más inferiores a éstas y apartados de la estructura de la sociedad estaban los impuros, los intocables.
Respecto a este sistema de castas, The Hindu informó:
“La Comisión Mandal ha desmentido la suposición de que el sistema de castas estuviera desapareciendo [...] Si hubo algún lugar donde la religión se utilizó como el opio de las masas, fue en la India. La pequeña clase sacerdotal condicionó sutilmente la manera de pensar de la vasta mayoría de la gente, la hipnotizó durante siglos para que aceptara humildemente una posición servil. [...] A medida que la casta condicionaba y controlaba todo aspecto de la vida de la persona, dice la Comisión, las castas inferiores fueron atrasándose no solo en el sentido social, sino también en sentido educativo, económico y político. Pero las castas superiores adelantaron en todo aspecto”.—4 de mayo de 1982.
[Recuadro en la página 6]
Si usted fuera un intocable
● Barrería las calles, limpiaría letrinas o se encargaría de los cadáveres
● No podría entrar en la casa de alguien de una casta superior. Los brahmanes no le permitirían entrar en un templo hindú
● Sus hijos no podrían casarse fuera de su casta
● En las ciudades, usted sería el desahuciado... viviría en terrenos ocupados ilegalmente y se pasaría buscando artículos básicos como alimento, abrigo y agua
Desde 1950, la intocabilidad se prohibió en la India. Sin embargo, un estudio realizado recientemente en unos mil pueblos de la India reveló que si usted fuera intocable, 61 por 100 de las demás personas no le dejarían usar el pozo de ellas; 82 por 100 no le permitirían entrar en el templo; 56 por 100 le negarían alojamiento; 52 por 100 de los lavanderos rehusarían rendirle servicio alguno; 45 por 100 de los barberos no lo rasurarían
-
-
La no violencia en un mundo violento¡Despertad! 1984 | 8 de abril
-
-
La no violencia en un mundo violento
VIVIR en Bombay es vivir constantemente entre una multitud. Durante el día las calles están atestadas. De noche más de cien mil personas duermen en el pavimento.
Así son la mayoría de los pueblos y ciudades de la India: atestados y excepcionalmente pobres. Escasean las viviendas y el agua potable. El alimento es un artículo precioso.
Imagínese por un momento que usted vive en una habitación de tres metros por cuatro (nueve pies por doce), ¡junto con otras cinco u ocho personas! Se alquilan los rincones de la habitación o tal vez las personas duerman por turnos. Usted pasa la mayor parte de su vida en las calles o aceras. Cada mañana usted camina a donde se mantiene el abastecimiento de agua de su localidad y acarrea un cubo de agua. El agua está contaminada. Usted trabaja muchas horas efectuando alguna labor dura, pero el dinero que gana casi no basta para proporcionar el alimento que su familia necesita para el día. Usted no puede cambiar las cosas, por más que se esfuerce. A diario usted ve morir a personas en su derredor debido al hambre o la enfermedad. Usted se siente frustrado y desamparado.
Por lo menos, usted está establecido. Tiene un hogar. Pero, como siempre, existe otra India: Personas que no tienen ningún lugar que puedan considerar suyo ocupan rincones y escondrijos cerca de las cunetas y al borde de las carreteras. Forman colonias de personas desahuciadas. Entre ellas hay viejos y jóvenes, mujeres e infantes, que están medio vestidos y muriéndose. Es una raza de gente que nunca ha tenido suficiente alimento. Lo único que quieren hacer es sobrevivir un día más.
Éste no es un cuadro agradable. Por supuesto, en la India, como en otras partes, existen personas ricas y educadas. Pero constituyen una minoría. Con relación al constante aumento de la población, la cantidad de pobres ha aumentado muchísimo más que la de los ricos. El notable consumo de éstos en comparación con la simple supervivencia de los primeros prepara el escenario para la violencia.
La naturaleza de la violencia
“Enredada en los torcidos alambres del estancamiento y el cambio, la India es ahora una sociedad violenta, cruel y deplorable”, dice Bhabani Sen Gupta en su artículo “Is India Civilised?” (¿Es civilizada la India?). En la India todavía hay casos cada año de suegros y esposos que queman vivas a esposas jóvenes por no haber aportado suficiente dote. Aproximadamente dos millones de mujeres son violadas. Se cometen centenares de miles de otros delitos. Cincuenta mil personas, mayormente hombres y mujeres jóvenes, cometen suicidio debido a la desilusión y la desesperación. En 1978 hubo 96.488 motines. Hay pocas estadísticas generales de los delitos que se cometieron en todo el país más allá de 1978. No obstante, tales informes parciales ponen de manifiesto que se siguen cometiendo delitos constantemente.
El sociólogo indio S. C. Dube opina que la naturaleza de los delitos y la violencia es la gran diferencia que existe entre lo que la gente quiere y lo que realmente consigue, y del hecho de que, ante las crecientes demandas de los desheredados, que exigen que se les dé mayor participación de las ganancias, la clase privilegiada está resuelta a preservar sus propias ganancias acumuladas.
La violencia y los actos brutales no se limitan a las ciudades, sino que también estallan en las zonas rurales de la India. El alto porcentaje de violencia rural resulta de la “ensanchada brecha que existe entre los terratenientes y los obreros desprovistos de tierra”, de acuerdo con el economista indio B. M. Bhatia. Esto lleva a grandes pérdidas en términos de vidas, propiedad y valores. “Los débiles y pobres ya no están dispuestos a someterse al poder y la codicia de los poderosos y ricos. Han empezado a devolver los golpes y hacer valer sus derechos. A la violencia antigua y tradicional de los ricos se une la violencia de los pobres recién excitados”, escribe Gupta.
Un sueño desvanecido
“Hasta exhalar el último suspiro tengo que [...] esperar que la India adopte como suyo el credo de la no violencia y preserve la dignidad del hombre”, escribió Gandhi en 1938. Cuarenta y seis años después, la India está tambaleando bajo muchos tipos de violencia social. Además, de acuerdo con Gupta, “tampoco ha podido preservar la dignidad del hombre”.
Conforme dice el periódico The Times of India, a pesar de la popularidad del mensaje de Gandhi, “la violencia sin precedente se ha extendido por todo el país y el bandidaje, la violación y el robo están llegando a ser lo común”.
Esta descripción de la India es aplicable a otras partes del mundo. La educación, negada a muchos indios, está al alcance de la gente en muchos otros países. Sin embargo, el resto del mundo también es culpable de cometer los siete pecados sociales que señala Gandhi: ‘la política sin principios, las riquezas sin trabajar, los placeres sin conciencia, la educación desprovista de carácter, el comercio sin moralidad, el culto sin sacrificio y la ciencia sin humanidad’. Sí, el ideal de Gandhi de un mundo basado en la no violencia ha llegado a ser un sueño desvanecido.
Se calcula que de aquí a 15 años la población de la India aumentará a mil millones de habitantes. De éstos, 600.000.000 serán pobres. Tal vez haya entre 30.000.000 y 50.000.000 de jóvenes desempleados. Tales estadísticas pintan un futuro horrible.
El mensaje noble de Gandhi sobre la no violencia no ha logrado arraigarse en la India, donde germinó. ¿Por qué? El fracaso no tiene que ver con el mensaje. Tampoco tiene Gandhi la culpa. Sus miras ciertamente fueron benévolas. No obstante, Gandhi era meramente un hombre. Él solo podía compartir una enseñanza limitada con una cantidad limitada de personas. La gente aprende algo y luego lo olvida fácilmente. La historia testifica al respecto.
¿Significa esto que sea imposible que las personas obren consecuentemente de manera no violenta? ¿Quién puede enseñar no solo a los indios, sino a todas las razas de la humanidad a vivir en paz? ¿Qué tipo de educación estaría implicada en esto? ¿Habrá algún día un mundo no violento?
[Ilustración en la página 8]
Una escena típica de una calle en una ciudad india
-
-
¿Será alguna vez una realidad mundial la no violencia?¡Despertad! 1984 | 8 de abril
-
-
¿Será alguna vez una realidad mundial la no violencia?
“LA VIDA es simplemente asunto de supervivencia”, dijo la señora mientras el atestado tren se dirigía a toda velocidad a Bombay. Ella observaba el paisaje deteriorado por kilómetro tras kilómetro de barrios pobres que estaban empapados de las implacables lluvias relacionadas con los monzones. “La gente no tiene valores en estos días —siguió diciendo ella—. Ninguna persona se interesa en otras, sino en sí misma. Hasta los valores tradicionales han perdido su influencia.”
La observación que hizo ella reflejaba la vida que llevan millones de personas que no tienen un sistema fijo de valores éticos. Éstas, ricas o pobres, han rechazado o descartado hasta códigos morales heredados, al considerarlos ineficaces o demasiado comprometedores para la vida moderna. Los han reemplazado con la ley del yo... la propia supervivencia y satisfacción.
Sin valores estabilizadores, muchas personas han llegado a estar angustiadas o enojadas. En un mundo violento, la defensa propia se ha convertido en una estrategia común. Y puesto que muchos creen que ‘el ataque es la mejor forma de defenderse’, la violencia engendra violencia, tanto verbal como física.
‘Tiempos llenos de peligro’
El Creador de toda la humanidad previó un tiempo como éste... tiempo en que la gente rechazaría los valores dados por Dios y, por eso, andaría de manera incierta. Las consecuencias se nos declaran mediante la sabiduría que se expresó hace casi dos mil años: “Pero ustedes tienen que darse cuenta de que en los últimos días los tiempos estarán llenos de peligro. Los hombres llegarán a ser totalmente egocéntricos, avaros para el dinero, hinchados en toda su habla. Serán orgullosos e injuriosos, tendrán en poca estima lo que sus padres les enseñaron. Carecerán por completo de gratitud, reverencia y expresiones normales de cariño humano. [...] Conservarán una fachada de ‘religión’, pero su vida desmentirá la veracidad de ella”. (2 Timoteo 3:1-5, The New Testament
-