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  • No afloje... ¡se avecina el cumplimiento de la promesa!
    La Atalaya 1977 | 15 de febrero
    • No afloje... ¡se avecina el cumplimiento de la promesa!

      “Ustedes tienen necesidad de perseverancia, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa.”—Heb. 10:36.

      1. Una promesa confiable que influyó en el antepasado común de árabes e israelitas hizo que éste se convirtiera en ¿qué?

      UNA buena promesa, hecha por una persona confiable, puede influir en el que la recibe y hacer que emprenda acción remuneradora. Tan solo por una promesa, ¿cuántos de nosotros hoy día estaríamos dispuestos a convertirnos en un forastero, un hombre sin patria, en una tierra extranjera, por cien años? ¡Asombrosamente, tenemos el registro histórico de un proceder como ése! Es el caso de un hombre de quien los árabes alegan ser descendientes, así como sus parientes consanguíneos, los israelitas. Este antepasado común de ellos recibió una promesa cuyo cumplimiento afecta a la entera familia humana para bien eterno.

      2. ¿Por qué exigía acción por parte del que había recibido la promesa la realización de ésta?

      2 La realización de esta promesa de importancia mundial exigía acción, como dijo la declaración promisoria de Dios: “Vete de tu país y de tus parientes y de la casa de tu padre al país que yo te mostraré; y haré de ti una nación grande y te bendeciré y de veras que haré grande tu nombre; y resulta ser una bendición. Y ciertamente bendeciré a los que te bendigan, y al que invoque mal sobre ti lo maldeciré, y ciertamente se bendecirán por medio de ti todas las familias del suelo.”—Gén. 12:1-3.

      3. Tocante a una promesa, ¿de qué manera es Abrahán de Ur de los caldeos un ejemplo para nosotros?

      3 ¡Qué agradecidos podemos estar todos nosotros los que pertenecemos a “las familias del suelo” de que el que recibió la promesa, Abrán de Ur de los caldeos, emprendiera confiadamente la acción que se le prescribió! Abrán (más tarde llamado Abrahán) es un ejemplo para nosotros en cuanto a emprender la acción debida para ver realizada una promesa que nos hace el Dios de Abrahán.

      4. ¿Por cuánto tiempo fue Abrahán un hombre sin patria en la tierra de Canaán; y lo mismo su hijo Isaac y su nieto Jacob?

      4 Cuando Abrahán tenía setenta y cinco años de edad, entró en la Tierra Prometida, que entonces le era un país extraño. Murió a la edad de ciento setenta y cinco años. A causa de esto fue un hombre sin patria por todo un siglo... un espacio de tiempo bastante largo. Su hijo Isaac, que le nació en esta tierra extranjera que todavía no le había sido dada a Abrahán, igualmente fue un hombre sin patria, pero por un período de tiempo aun más largo... por ciento ochenta años. El hijo de Isaac, Jacob, a quien le fue transmitida la promesa divina, fue un hombre sin patria por ciento treinta años antes de que se le llamara a bajar a Egipto, donde murió. (Gén. 47:7-9; 49:33) Sin embargo, por su propia petición, este patriarca de ciento cuarenta y siete años de edad fue enterrado en la Tierra Prometida, la tierra de Canaán.—Gén. 50:1-14.

      5, 6. ¿Qué cualidad fortaleció a aquellos tres patriarcas de modo que perseveraran por doscientos quince años en la tierra extranjera, y cómo confirma esto Hebreos 11:9, 10, 13-16?

      5 ¿Qué fue lo que fortaleció a aquellos tres patriarcas de modo que no aflojaran en una tierra extranjera y regresaran a Ur de los caldeos? ¿Qué les ayudó a perseverar o aguantar en la tierra extranjera de Canaán por doscientos quince años (1943 a 1728 a. de la E.C.) en total? Fue su fe en Jehová Dios y en la confiabilidad de su promesa inquebrantable. Tocante a esto leemos, en Hebreos 11:9, 10, 13-16:

      6 “Por fe [Abrahán] residió como forastero en la tierra de la promesa como en tierra extranjera, y moró en tiendas con Isaac y Jacob, herederos con él de la mismísima promesa. Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios. En fe murieron todos éstos, aunque no consiguieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra. Porque los que dicen tales cosas dan evidencia de que buscan encarecidamente un lugar suyo propio. Y sin embargo, si verdaderamente hubiesen seguido acordándose de aquel lugar de donde habían salido, hubieran tenido oportunidad de volver. Pero ahora están haciendo esfuerzos por obtener un lugar mejor, es decir, uno que pertenece al cielo. Por lo tanto Dios no se avergüenza de ellos, de ser invocado como Dios de ellos, porque les tiene lista una ciudad.”

      7. ¿Cómo se hizo Abrahán una persona indeseable en el vecindario donde nació, y qué clase de “ciudad” deseaba?

      7 Abrahán, como ejemplo para su hijo Isaac y su nieto Jacob, estuvo resuelto a morir en el extranjero más bien que retraerse de su asignación y volver a su ciudad natal, Ur de los caldeos. Puesto que aquella ciudad pagana estaba en la tierra de Sinar, Abrahán hasta se hizo una persona indeseable allí en aquel vecindario, porque persiguió y puso en fuga a cuatro reyes confederados de aquella zona. Estos fueron Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Kedorlaomer rey de Elam y Tidal rey de Goim. Abrahán y su ejército despojaron a aquellos reyes de todas las cosas valiosas y los cautivos que habían tomado durante su invasión a la tierra de Canaán. (Gén. 14:1-24; Heb. 7:1) Abrahán ya no deseaba a Ur de los caldeos como su ciudad residencial. Renunciaba a ella. Prefería vivir como nómada en la Tierra Prometida, pues deseaba algo mejor que aquella ciudad idólatra, pecaminosa, donde había nacido. En vez de una ciudad hecha por el hombre, Abrahán, lo mismo que Isaac y Jacob, deseaba una ciudad o gobierno que tuviera a su Dios como Edificador y Hacedor. Los cimientos de Ur de los caldeos yacen en ruinas hoy día, pero la “ciudad” de Dios no.

      8, 9. (a) ¿Qué clase de herencia obtendrá Abrahán en la resurrección, y cómo? (b) Según Romanos 4:11, 12, ¿de qué manera llegó a ser Abrahán el “padre” de los discípulos de Cristo, hablando en sentido espiritual?

      8 Por la fidelidad de Abrahán hasta la muerte, Jehová Dios le prometió, no una herencia celestial, sino una herencia terrestre, la tierra de Canaán. Por eso, en su resurrección de entre los muertos, Abrahán será levantado para vivir en la Tierra. Pero en ese tiempo la Tierra estará bajo la gobernación absoluta de la ciudad “que pertenece al cielo,” el reino mesiánico del Descendiente más importante de Abrahán, a saber, Jesucristo. (Heb. 11:16) Abrahán fue un excelente ejemplo de fe para este glorioso Descendiente, aquel por medio del cual se cumple la promesa de Dios a Abrahán, pues Jesucristo es de modo sobresaliente la ‘descendencia de Abrahán’ en quien todas las naciones de la Tierra se procurarán una bendición interminable. (Gén. 22:18) Hablando en sentido espiritual, se dice que Abrahán es el “padre” de los discípulos de Jesucristo, prescindiendo de que éstos hayan sido tomados de entre los judíos circuncisos o de entre los no judíos incircuncisos, los gentiles. Tocante a este punto, leemos las siguientes palabras:

      9 “Y [Abrahán] recibió una señal [años después de llegar a ser un forastero errante en la tierra de Canaán] a saber, la circuncisión, como sello de la justicia por la fe que tuvo mientras estuvo en su estado de incircuncisión [hasta que engendró a Isaac], para que fuese el padre de todos los que tienen fe mientras están en incircuncisión [como gentiles], a fin de que se les impute la justicia; y padre de prole circuncidada, no solo de los que se adhieren a la circuncisión [los judíos circuncisos], sino también de los que andan ordenadamente en las pisadas de aquella fe que estando en el estado de incircuncisión [como gentiles] tuvo nuestro padre Abrahán.”—Rom. 4:11, 12; Gén. 15:6; 17:7-17.

      10. (a) ¿Cómo es Dios, más que Abrahán, el “padre de todos los que tienen fe”? (b) Por eso, ¿por medio de qué cualidad entraremos en el cumplimiento de las promesas de Dios?

      10 En virtud de que Abrahán llegó a ser como un padre espiritual para los discípulos de su Descendiente natural Jesucristo, Abrahán fue usado como tipo de Jehová Dios, que es el Padre celestial de toda la “descendencia” por medio de la cual todas las naciones de la Tierra serán bendecidas. (Gál. 3:8, 9) Así, Jehová Dios es el Abrahán Mayor. De él proviene la cualidad de la fe, porque él da su espíritu santo a los que lo adoran, y la fe es uno de los frutos que produce ese espíritu. (Gál. 5:22) La fidelidad confiable de él a sus promesas inspira dentro de nosotros fe para con él. Mucho más que Abrahán, Jehová es el Padre de los fieles o de los que tienen fe. Al apegarnos sin aflojar a tal fe, entraremos, como Abrahán, en el cumplimiento de las promesas que Dios nos hace. Nuestra fe nos ayudará a aguantar y perseverar hasta que obtengamos las cosas que Dios ha prometido.

      “FORASTEROS Y RESIDENTES TEMPORALES” EN ESTE MUNDO

      11, 12. ¿De qué manera somos un pueblo sin patria nosotros, los que, como Abrahán, esperamos con deleite las promesas de Dios, y cómo está apoyado esto por lo que está escrito en 1 Pedro 2:11, 12?

      11 Abrahán ciertamente es un ejemplo para nosotros los de hoy que esperamos con deleite las maravillosas cosas que nos ha prometido el Dios que no miente. En la actualidad todavía tenemos hombres y mujeres que, de manera figurativa, son personas sin patria. Estos son los que verdaderamente tienen la fe de Abrahán. Son los discípulos dedicados y bautizados de Jesucristo, el Principal de la ‘descendencia de Abrahán.’ No es desde ningún punto de vista incorrecto que se les ve como un pueblo sin patria. Este punto de vista está respaldado por lo que escribió uno de los discípulos de Cristo, el apóstol Pedro, en su primera carta dirigida a los que llama “los residentes temporales esparcidos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.” (1 Ped. 1:1) ¿En qué sentido eran “residentes temporales” estos cristianos? Esto se muestra en el capítulo dos, versículos once y doce, donde el apóstol Pedro escribe:

      12 “Amados, les exhorto como forasteros y residentes temporales a que sigan absteniéndose de los deseos carnales, los cuales son los mismísimos que llevan a cabo un conflicto en contra del alma. Mantengan excelente su conducta entre las naciones [o los gentiles], para que, en la cosa en que hablen contra ustedes como de malhechores, ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes de las cuales ellos son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección por él.”—1 Ped. 2:11, 12.

      13. (a) Sin embargo, ¿para quién no somos “forasteros,” y por qué no? (b) A diferencia de Pedro, ¿por qué no tendremos que marcharnos del inicuo sistema de cosas?

      13 Quizás seamos “forasteros” para el mundo nosotros los discípulos dedicados de Cristo, ¡pero qué consolador es saber que no somos “forasteros” para Dios! Para él ya no estamos ‘alejados ni somos enemigos por haber tenido nuestra mente en las obras que eran inicuas.’ (Col. 1:21) No andamos “como las naciones también andan en la inutilidad de su mente, estando ellas mentalmente en oscuridad, y alejadas de la vida que pertenece a Dios, a causa de la ignorancia que hay en ellas, debido a la insensibilidad de su corazón.” (Efe. 4:17, 18) El apóstol Pedro y los cristianos ungidos de su día esperaban marcharse de este sistema de cosas mundano el día de su muerte y así ya no ser transeúntes forasteros o residentes temporales en él. Pero hoy, en este siglo veinte de la congregación cristiana, los testigos cristianos de Jehová que pasen con vida a través de la cercana “grande tribulación” no se marcharán del sistema. ¿Por qué no? Porque este inicuo sistema de cosas mismo será removido de la faz de la Tierra en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en la cual terminará la tribulación.—Mat. 24:21, 22; Rev. 7:14; 16:14, 16; 19:11-21.

      14. ¿Qué razón sólida suministró Pedro para que los cristianos ungidos se comportaran como “forasteros y residentes temporales” en este mundo?

      14 ¿Verdaderamente profesamos ser cristianos dedicados? Bueno, entonces, ¿estamos comportándonos como “forasteros y residentes temporales” entre las naciones mundanas de la manera que aconsejó el inspirado apóstol Pedro? Hubo una razón sólida por la cual él exhortó a los cristianos que habían recibido un “nuevo nacimiento a una esperanza viva” a comportarse cuidadosamente como personas que estuvieran en una tierra extranjera. La razón por la cual habían de proceder así era que, como Pedro dijo, “ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa. Porque en un tiempo ustedes no eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios.” (1 Ped. 1:3; 2:9, 10) Es obvio, entonces, que éstos ya no forman parte de este mundo que está alejado de Dios. Ya no están andando en su oscuridad, sino que son portadores de luz procedentes de Dios. Están en una situación como la del Abrahán de hace mucho tiempo.

      15. Según 2 Pedro 3:13, 14, ¿qué esperanza tienen estos cristianos que han recibido el “nuevo nacimiento”?

      15 Su esperanza no es la de este mundo. Su esperanza es una esperanza inspirada por la promesa de Dios. El cumplimiento de esta promesa, su gloriosa realización, se avecina ahora. Hace más de diecinueve siglos Pedro escribió estas palabras: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en éstos la justicia habrá de morar. Por eso, amados, ya que ustedes están esperando estas cosas, hagan lo sumo posible para ser hallados al fin por él inmaculados y sin tacha y en paz.” (2 Ped. 3:13, 14) Esos “nuevos cielos” eran la “ciudad” que el fiel Abrahán esperaba tan pacientemente, un gobierno celestial “que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios.” (Heb. 11:10) La “nueva tierra” es la nueva sociedad humana compuesta de todos los que obtienen una bendición por medio de la espiritual ‘descendencia de Abrahán.’—Gén. 22:18; Rev. 21:1.

      COMO CRISTO, NO ENVOLVIÉNDONOS CON EL MUNDO

      16. Por eso, entonces, ¿por qué no pueden interesarse los cristianos en los asuntos políticos y las controversias de las naciones mundanas?

      16 Puesto que los cristianos son “forasteros y residentes temporales” y, como tales, están aguardando el cumplimiento de tal promesa divina, ¿cómo podrían interesarse realmente en los asuntos políticos y conflictos violentos de las naciones mundanas? Si su corazón verdaderamente está fijo en los “nuevos cielos” y una “nueva tierra” relacionados con el reino de Dios, ¡sinceramente no podrían hacer eso!

      17. ¿Cómo se ve que el obedecer uno las palabras de Cristo en Mateo 6:32, 33 hace que esté fuera de orden el dividir uno su atención entre el reino de Dios y los reinos de hechura humana?

      17 Jesucristo dijo a sus discípulos: “Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas [materiales]. Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia.” (Mat. 6:32, 33) El buscar primero el reino del Padre celestial incluiría el que uno participara activamente en la realización de esta profecía de Jesús: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14) El cristiano obediente no puede dividir transigentemente su atención y tiempo entre los intereses del reino de Dios y los intereses de los reinos de hechura humana y realmente estar poniendo en primer lugar el reino de Dios y obtener Su aprobación.

      18. ¿Por qué no tienen derecho alguno a hacerse parte de este mundo los cristianos?

      18 Habiéndose convertido en “forasteros y residentes temporales” para con este viejo mundo, los cristianos ya no tienen derecho a volver a ser parte de este mundo. Si fuesen a hacer tal cosa, entonces no serían incluidos en la oración que Jesús hizo a Dios: “Yo te solicito . . . que los vigiles a causa del inicuo. Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo. Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.” (Juan 17:15-17) Hubo buena razón para esa oración, puesto que ‘el inicuo’ es “el gobernante de este mundo.”—Juan 12:31; 14:30.

      19. Como “forasteros y residentes temporales,” ¿qué tienen que sobrellevar los cristianos en este mundo?

      19 ¿Ama este mundo de la humanidad gobernada por el Diablo a estos cristianos “forasteros y residentes temporales” porque consistentemente rehúsan hacerse parte de este mundo? Bueno, ¿amó el mundo a Jesucristo porque, como él dijo, no era “parte del mundo”? El discípulo no es mejor que su Amo. En consecuencia, Jesús dijo a sus discípulos: “Si el mundo los odia, saben que me ha odiado a mí antes que los odiara a ustedes. Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia. Tengan presente la palabra que les dije: El esclavo no es mayor que su amo. Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán; . . . De hecho, viene la hora en que todo el que los mate se imaginará que ha rendido servicio sagrado a Dios.” (Juan 15:18-20; 16:2) Para que el cristiano genuino entre en el cumplimiento de la promesa de Dios, tiene que sobrellevar con fidelidad ese odio y ese maltrato del mundo.

      20. Según Hebreos 10:32-34, ¿qué era necesario que recordaran los judíos cristianizados, que eran odiados como Jesús lo fue?

      20 Los judíos cristianizados de la provincia romana de Judea, y en particular los de su capital, Jerusalén, llegaron a conocer lo verídicas que eran esas palabras amonestadoras de su Amo mesiánico, Jesucristo. Unos veintiocho años después de haber dicho Jesús las palabras que se acaban de citar, el apóstol Pablo, que fue un judío cristianizado, pudo escribir a los creyentes hebreos en Jerusalén estas palabras restauradoras de fortaleza: “Sigan acordándose de los días anteriores en los cuales, después que fueron iluminados, ustedes aguantaron una gran contienda bajo sufrimientos, a veces estando expuestos como en un teatro tanto a vituperios como a tribulaciones, y a veces llegando a ser partícipes con los que estaban experimentando cosa semejante. Porque ustedes se condolieron de los que estaban en prisión y también aceptaron gozosamente el despojo de sus bienes, sabiendo que ustedes mismos tienen una posesión mejor y duradera.”—Heb. 10:32-34.

      “EMBAJADORES” CRISTIANOS

      21, 22. (a) Debido a la hostilidad del mundo, ¿a quiénes envía Dios a la gente, y para que se efectúe qué? (b) ¿De qué manera se llama esto a nuestra atención en 2 Corintios 5:19-21?

      21 Se reconoce que el mundo muestra hostilidad a Jehová Dios y a su pueblo devoto. Debido a esto, Dios ha asignado un servicio de embajadores a sus adoradores dedicados y bautizados que han recibido de él el “nuevo nacimiento.” (1 Ped. 1:3) En armonía con ello los envía al mundo alejado, no para solicitar la paz y transigir con el mundo. El mundo condenado a la destrucción no es el que le haya de dictar a Dios ningunas condiciones de paz. (Luc. 14:31, 32) Dios envía a sus embajadores para suplicar a individuos del mundo que se aprovechen de las condiciones amorosas que Dios pone para entrar en una relación de paz, de salvación de la vida, con Él. El judío cristianizado Pablo, con su compañero medio judío, Timoteo, llama este hecho a nuestra atención, al decir, en 2 Corintios 5:19-21:

      22 “Dios mediante Cristo estaba reconciliando consigo mismo a un mundo, no imputándoles sus ofensas, y nos encomendó a nosotros la palabra de la reconciliación. Somos por lo tanto embajadores sustituyendo por Cristo, como si Dios estuviera haciendo súplica por medio de nosotros. Como sustitutos por Cristo rogamos: ‘Reconcíliense con Dios.’ Al que no conoció pecado él lo hizo pecado por nosotros, para que nosotros llegásemos a ser justicia de Dios por medio de él.”

      23. En vista de “la palabra de la reconciliación” que llevan estos “embajadores” cristianos, ¿por qué no están autorizados a entremeterse en la política y los conflictos mundanos?

      23 Por ser embajadores que sustituyen por Cristo a todas las naciones, los cristianos comisionados tienen que llevar “la palabra de la reconciliación” a gente de toda clase de persuasión política... a demócratas, a republicanos, a socialistas, a los de inclinación al nazismo, a los de inclinación al fascismo, a los comunistas, a los conservadores, a los laboristas, etcétera. La “palabra de la reconciliación” de Dios es la misma para todos éstos, sin parcialidad. Por esta razón sus “embajadores sustituyendo por Cristo” no pueden meterse en la política de ningún país ni llegar a ser miembros de ningún partido político en ninguna parte. Como “embajadores” de Dios son “forasteros y residentes temporales” sin importar en qué país estén predicando “estas buenas nuevas del reino.” Recordando las palabras del apóstol Pablo: “Nuestra ciudadanía existe en los cielos” (Fili. 3:20, 21), comprenden que no tienen ningún derecho ni autorización para entremeterse en asuntos políticos. Tienen que permanecer estrictamente neutrales con relación a la política nacional o local y todos los conflictos egoístas de este mundo.

      24. A pesar de ser sumamente observantes de la ley, ¿qué experimentan estos “embajadores” de parte del mundo, como lo muestran las palabras de Pablo en Efesios 6:19, 20?

      24 De modo que son las personas más observantes de la ley, y pagan sus impuestos y obran a favor de los mejores intereses de la comunidad. Sin embargo, estos embajadores que sustituyen por Cristo son odiados por el mundo, tal como lo fue Cristo mismo. (Mat. 22:21; Rom. 13:1-7) Por lo tanto, no es raro que solo unos seis años después que Pablo escribió lo que dice en 2 Corintios 5:19-21 se encontrara preso en Roma, Italia, y por ello escribiera a la congregación de Éfeso, Asia Menor, que orara por él: “Para que se me dé habilidad para hablar al abrir la boca, que con toda franqueza de expresión dé a conocer el secreto sagrado de las buenas nuevas, para las cuales estoy actuando como embajador en cadenas.”—Efe. 6:19, 20.

      25. El que uno desempeñe su cargo de embajador cristiano, ¿qué requiere, y teniendo presente qué conocimiento acerca de las posesiones?

      25 Tal como sucedía hace mil novecientos años, el que uno sirva de ‘embajador sustituyendo por Cristo’ entre gente alejada de Dios hoy exige que uno aguante tal sufrimiento. Como modelo para nosotros, Pablo aguantó fielmente. No aflojó en su labor de embajador o su ministerio cristiano. Dijo: “De toda manera nos recomendamos a nosotros mismos como ministros de Dios, por el aguante de mucho, por tribulaciones, por necesidades, por dificultades, por golpes, por prisiones,” y así por el estilo. (2 Cor. 6:4, 5) Como compañero en el sufrimiento, Pablo pudo decir a sus hermanos hebreos cristianizados que siguieran aguantando, perseverando, así como habían aguantado mucho al principio al obtener la luz de la verdad bíblica. Aunque pudieran perder todas las posesiones materiales terrestres, sin embargo ellos, y él también, tenían “una posesión mejor y duradera.”—Heb. 10:32-34.

      26. ¿Por qué todavía es necesario que los embajadores y los emisarios cristianos persistan sin aflojar en aguante fiel?

      26 Como embajadores o como emisarios de Dios que sustituimos por Cristo, es necesario que nosotros los testigos cristianos de Jehová hoy día desarrollemos el poder del aguante, ¿no es verdad? Sí, porque es necesario que continuemos aguantando. Desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 hemos pasado por mucha persecución y mucho maltrato en un mundo hostil. Nos esperan todavía más experiencias semejantes antes de que veamos realizado el cumplimiento de la promesa de Dios de “nuevos cielos y una nueva tierra,” en los cuales la justicia habrá de morar para siempre. (2 Ped. 3:13) El cumplimiento de esta promesa va avecinándose cada vez más. Esta generación entre la cual se ha cometido toda esa persecución injusta de los embajadores y emisarios de Dios desde la I Guerra Mundial de 1914 a 1918 E.C. es una generación señalada. ¿Por qué? Porque experimentará el cumplimiento por Dios de su promesa de introducir el justo nuevo sistema de cosas. (Mat. 24:34; Mar. 13:30) Por eso, confiadamente, ¡no aflojemos en el aguante fiel!

  • La promesa se les cumple a los hacedores de la voluntad de Dios
    La Atalaya 1977 | 15 de febrero
    • La promesa se les cumple a los hacedores de la voluntad de Dios

      1, 2. (a) Aunque el mundo les hace las cosas difíciles a los hacedores de la voluntad de Dios, ¿qué estamos resueltos a hacer? (b) ¿Dónde tenemos palabra de Dios de que se nos suministrará el poder de aguante y perseverancia que necesitamos?

      ESTE mundo trata de dificultar el que uno haga la voluntad de Dios. Sin embargo, mientras dure este mundo —y eso no será por mucho más tiempo— estamos resueltos a persistir en hacer Su voluntad. El que procedamos así requerirá que aguantemos más oposición y persecución mundial. Pero Dios nos da su gloriosa promesa de fortalecernos para seguir aguantando con perseverancia hasta que se cumpla su promesa. De modo que queda de nosotros el tener fe en Su promesa, tal como hizo Abrahán en la antigüedad. Dios Todopoderoso puede suministrarnos la fe y el poder de aguante que necesitamos. Nos da Su palabra en cuanto a ello en Romanos 15:4, 5:

      2 “Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestra perseverancia y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza. Ahora que el Dios que suministra perseverancia y consuelo les conceda tener entre ustedes la misma actitud mental que Cristo Jesús tuvo [no agradándose a sí mismo, sino agradando a Dios].”

      3. (a) ¿De qué manera funcionó la actitud mental de Cristo, y a qué galardón condujo? (b) ¿En consideración de qué por parte de nosotros se nos remunerará con el cumplimiento de la promesa de Dios?

      3 La actitud mental de Cristo Jesús siempre se inclinó hacia el hacer la voluntad de Dios su Padre celestial. Su actitud mental lo inclinaba a aguantar todo lo que le sobreviniera por hacer la voluntad de Dios. Por consiguiente, nunca vaciló. Nunca se retrajo. La expectativa de aguantar una muerte de sacrificio como se predijo para él en las Escrituras “escritas en tiempo pasado” no lo desvió de efectuar la voluntad de su Padre. Por aguantar la muerte de mártir fue remunerado con una resurrección a la vida celestial. Así aguantó, perseveró, hasta que la promesa de Dios le fue cumplida a él, aunque sabía que esto requería que Dios efectuara su más poderoso acto a su favor. (Efe. 1:19-21) En armonía con el propio caso de Cristo, el apóstol Pablo oró que el Dios Todopoderoso nos suministrara perseverancia. (Rom. 15:5) Esta oración nunca fallará mientras perseveremos en efectuar la voluntad de Dios. Como galardón por nuestro aguantar con perseverancia hasta el fin recibiremos el alegrador cumplimiento de la promesa de Dios a nosotros.

      4. ¿Qué se requiere ahora de los hacedores de la voluntad de Dios que tienen la actitud mental de Cristo, y por cuánto tiempo más?

      4 Que la actitud mental de Cristo nos apoye al aguantar bajo todo lo que Dios todavía permita que venga sobre nosotros de un mundo hostil, en el cual somos “forasteros y residentes temporales.” Tengamos presente constantemente lo que se requiere de los hacedores de la voluntad de Dios ahora durante lo que queda de este “tiempo del fin.” (Dan. 12:4) “Ustedes tienen necesidad de perseverancia, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa. Porque aún ‘un poquito de tiempo,’ y ‘el que viene llegará y no tardará.’” (Heb. 10:36, 37) ¿Podemos aguantar, perseverar, “aún ‘un poquito de tiempo’” más? Si podemos, entonces Dios, “el que viene,” llegará a tiempo y nos cumplirá su promesa.

      “EL QUE VIENE LLEGARÁ”

      5. Según la lectura hebrea de Habacuc 2:2, 3, ¿en expectativa de qué habría de mantenerse el observador de la visión?

      5 En Hebreos 10:37 el apóstol Pablo hace citas de las Escrituras inspiradas precristianas. Pero lo hace, no de la lectura hebrea original, sino de la traducción griega de ella que se conoce como la Versión de los Setenta (LXX) griega, que se hizo durante los tres siglos que inmediatamente antecedieron a la era común. Según el hebreo, Habacuc 2:2, 3 dice: “Y Jehová procedió a responderme y a decir: ‘Escribe la visión, y ponla claramente sobre tablas, para que el que lea en alta voz de ella lo haga con afluencia. Porque la visión es todavía para el tiempo señalado, y sigue jadeando hasta el fin, y no dirá una mentira. Aun si tardara, manténte en expectativa de ella; porque sin falta se realizará. No llegará tarde.’”

      6. Según la Versión de los Setenta griega, de la cual citó Pablo, ¿qué se esperará... una cosa, o a una persona?

      6 Sin embargo, según The Septuagint Bible por Charles Thomson y la Septuagint Version publicada por S. Bagster and Sons, Ltd. (ambas, traducciones al inglés de la Versión de los Setenta), Habacuc 2:2, 3 dice: “Y el Señor [me] contestó y dijo: Escribe una visión; escríbela claramente en un libro para que el lector investigue estas cosas [para que corra]; pues la visión todavía es para un tiempo venidero. Pero brotará al fin y no será vana. Aunque se tarde, espéralo; porque él ciertamente vendrá y no fallará [y no tardará].”

      7. ¿Cómo pudo haber influido la Versión de los Setenta griega en Pablo de modo que hablara acerca de “perseverancia” a fin de recibir el cumplimiento de la promesa?

      7 Así la Versión de los Setenta saca nuestra atención de la visión y la pone en una persona que viene. También, cuando dice, “espéralo,” el texto griego usa el verbo que significa “perseverar” o “aguantar,” de modo que la idea sería aguantar o perseverar en espera hasta que llegara el que habría de venir. Probablemente este uso del verbo griego que significa “perseverar” o “aguantar” influyó en el apóstol Pablo e hizo que en el versículo anterior (Hebreos 10:36) él usara el nombre griego relacionado con aquel verbo y dijera: “Porque ustedes tienen necesidad de perseverancia, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa.”

      “UN POQUITO DE TIEMPO”

      8. Según la cita de Ageo 2:6 por Pablo, ¿cuándo, o con qué prontitud, llegará el que viene como Ejecutor para nuestro alivio?

      8 El que viene, que ha de llegar a tiempo, es Jehová Dios, entonces resuelto a ejecutar juicio, venganza, contra los opresores de Su pueblo. Su venida también será en cumplimiento de la “visión” registrada. ¿Cuándo, o con qué prontitud, habrá de venir Él como Ejecutor? El apóstol Pablo escribe: “Aún ‘un poquito de tiempo.’” Aquí cita de Ageo 2:6, que dice: “Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‘Todavía una vez —es poco tiempo— y estoy meciendo los cielos y la tierra y el mar y el suelo seco.’” Así Jehová se aplica el límite de tiempo, “poco tiempo.” Y puesto que el apóstol Pablo, bajo inspiración, conecta este mismo espacio de tiempo con la venida de Jehová sin demora alguna, podemos estar seguros de que la venida de Jehová para ejecutar juicio en nuestros opositores y perseguidores acontecerá ahora dentro de un tiempo no muy largo.

      9, 10. (a) ¿Por qué podemos estar seguros de que lo que Dios especifica como “un poquito de tiempo” no será ahora un tiempo muy largo para nosotros? (b) ¿Qué saben Satanás y su ejército de demonios acerca del tiempo que tienen para estar libremente activos aquí en la Tierra?

      9 Lo que es “un poquito de tiempo” para el Dios Eterno podría ser un tiempo muy largo para nosotros. Sin embargo, siempre recordemos dónde nos encontramos en la corriente del “tiempo del fin.” (Sal. 90:4; 2 Ped. 3:8; Dan. 12:4) Nuestro mayor adversario, Satanás el Diablo, se da cuenta de que estamos cerca del fin del sistema de cosas que por largo tiempo ha estado bajo su control, puesto que él es “el gobernante de este mundo.” (Juan 12:31) Él sabe que para ahora han pasado casi seis mil años desde que él emprendió su derrotero de rebeldía e indujo a nuestros primeros padres humanos a unirse a él en rebelarse contra la soberanía universal del Dios Altísimo. El tiempo que le queda para estar libremente activo en extraviar a la entera tierra habitada está muy cerca de terminarse. Después de haber nacido el reino mesiánico de Dios en los cielos al terminarse los Tiempos de los Gentiles en 1914, Satanás el Diablo y su ejército de ángeles demoníacos fueron abatidos en derrota del cielo a la vecindad de esta Tierra. Luego oyeron resonar el victorioso grito:

      10 “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios! Y ellos lo vencieron a causa de la sangre del Cordero y a causa de la palabra del testimonio que dieron, y no amaron sus almas aun al arrostrar la muerte. A causa de esto ¡alégrense, cielos y los que residen en ellos! Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.”—Rev. 12:10-12.

      11. ¿A quiénes aplica el “ay” que se menciona en Revelación 12:12, y cómo?

      11 De modo que el Diablo y su ejército de demonios saben que tienen un corto período de tiempo desde que fueron desalojados de los santos cielos. Durante este corto período de tiempo han podido efectuar mucho daño aquí en la Tierra. El “ay de la tierra y del mar” no aplica a los hermanos cristianos a quienes el Diablo y sus demonios han acusado delante de nuestro Dios. Ese “ay” aplica a los mundanos aquí en tierra y mar. Estos yacen en el poder del inicuo. (1 Juan 5:19) Ese “ay” incluye todas las dificultades y penalidades de clase política, social, económica y religiosa que Satanás y sus demonios están causando en su “gran cólera.” Las criaturas humanas en condición de víctimas están así bajo la amenaza de ser totalmente destruidas a manos del Ejecutor venidero en la “grande tribulación” que ahora tan cerca está para el mundo. (Rev. 7:14) Satanás y sus demonios están resueltos a efectuar el mayor daño posible en la diminuta porción de su “corto período de tiempo” que todavía queda.—Rev. 12:12.

      GUERRA CONTRA EL RESTO DE LA DESCENDENCIA DE LA MUJER

      12. ¿De qué manera obra Satanás como un dragón para con la humanidad en general, y qué trata de hacer en cuanto a los predicadores del Reino?

      12 Al acarrear “ay” a los mundanos que egoístamente efectúan negocios en tierra y mar, Satanás el Diablo como dragón se engulle a la humanidad en general para hacerlos parte de su organización terrestre visible. Los mantiene tan absortos en sus actividades egoístas y materialistas debido al “ay” sobre ellos, que no tienen tiempo, atención ni entusiasmo para el recién nacido reino mesiánico de Dios. Muy pocos de ellos toman en serio u obran en armonía con “estas buenas nuevas del reino” que los testigos cristianos de Jehová están predicando en todo el mundo. Sin embargo, Satanás el Diablo no está satisfecho con esto. En su deseo malicioso de derrotar el propósito de Jehová Dios, desesperadamente trata de obligar a los predicadores del Reino a entrar en su campamento, donde la gente todavía favorece la dominación mundial por gobiernos políticos de hechura humana. Durante el “corto período de tiempo” que se le permite, ¿cómo ha procedido a efectuar esto el “dragón”?

      13. De modo que ¿cómo ha procedido Satanás, y cómo se amolda esto a lo que Dios dijo en Génesis 3:15?

      13 Él efectúa esto al librar guerra contra los discípulos de Cristo que tienen la expectativa de tener un lugar con él en su reino celestial de mil años. Esta guerra no es imaginaria, sino tan real como lo que Jehová le dijo a la serpiente simbólica en el jardín de Edén después de la rebelión de Adán y Eva. Allí Jehová dijo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.” (Gén. 3:14, 15) Esa “enemistad” ha persistido hasta este día. Aquella “serpiente original,” el “dragón” simbólico, Satanás el Diablo, sabe que el reino mesiánico de Dios nació en los cielos en 1914, a pesar de sus esfuerzos por impedirlo. (Rev. 12:1-5, 9) El nacimiento del Reino es un hecho consumado que él no puede deshacer.

      14. ¿De quiénes hace ahora Satanás el blanco de su ataque?

      14 Sin embargo, durante todos estos diecinueve siglos pasados Satanás ha sabido que Jehová ha estado llamando y escogiendo a coherederos de Jesucristo para que reinen con él por un milenio. Ahora en la Tierra solo queda un resto pequeño de estos coherederos en perspectiva de Jesucristo. Satanás hace de éstos su blanco de ataque.

      15. (a) ¿Cómo, para los del resto del Reino, contrarresta Dios el “ay” que aflige a la humanidad? (b) Para derrotar el propósito del Reino de Dios, ¿qué se esfuerza por hacer todavía Satanás?

      15 Los del resto están ‘alegres’ con la “mujer” de Dios, la organización celestial de Jehová, por el nacimiento de su “descendencia” del Reino. Ese resto de los coherederos en perspectiva de Cristo son los que quedan de la “descendencia” de la “mujer” celestial de Dios. (Rev. 12:12, 17) Jehová no ha hecho un tiempo de ay para los del resto del Reino que todavía están en la Tierra al haber hecho que el “dragón” y sus ángeles demoníacos fueran echados del cielo a la Tierra. Más bien, ha hecho de este “tiempo del fin” un tiempo cada vez más bendito para los del resto del Reino. Esta felicidad espiritual contrarresta el “ay” que aflige a los que están bajo la gobernación del Diablo. Pero Satanás el Diablo trata de arruinar la felicidad del resto de la “descendencia” del Reino. Todavía está resuelto a tratar de derrotar el propósito de Dios de tener 144.000 coherederos de Cristo. Desesperadamente trata todavía de impedir que el resto pruebe que es digno de participar en el Reino. ¿Cómo?

      16. Según Revelación 12:17, ¿cómo trata Satanás de impedir que el resto pruebe que es digno del Reino, y desde cuándo?

      16 Revelación 12:17 dice cómo. Dice lo que hacen el “dragón,” Satanás el Diablo, y sus ángeles demoníacos después de haber sido desalojados del cielo, a saber: “Y el dragón se airó contra la mujer, y se fue para hacer guerra contra los que quedan de su descendencia, los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar el testimonio de Jesús.” El “dragón” simbólico y sus ángeles demoníacos habían combatido sin buen éxito por mantener su posición en los santos cielos después del nacimiento del reino mesiánico de Dios en 1914 E.C. De modo que ahora mientras están detenidos aquí en la vecindad de nuestra Tierra dirigen rencorosamente su guerra contra los de la Tierra que son llamados al reino mesiánico contra el cual ellos combatieron arriba en el cielo.—Rev. 12:7-13.

      17. ¿Por qué es realmente guerra efectiva esta guerra contra los hacedores de la voluntad de Dios, y cómo le pondrá fin Jesús a esto?

      17 Esta es en realidad una guerra efectiva. Ya ha costado la vida de muchos centenares de testigos cristianos de Jehová en muertes violentas, tanto entre los “que quedan” de los coherederos en perspectiva de Cristo como entre la “grande muchedumbre” de los que están preparándose ahora para ser súbditos terrestres del reino de mil años de Cristo. (Rev. 7:9-17; 20:4-6) En unión, el resto que tendrá parte en el Reino y la “grande muchedumbre” se ocupan en hacer la “voluntad de Dios” por medio de observar Sus mandamientos y llevar a cabo la obra de “dar el testimonio de Jesús.” Dan el testimonio de Jesús anunciando que ahora está entronizado en el cielo y preparándose para acabar con la guerra que el “dragón” hace contra sus fieles discípulos por medio de destruir a todos los agentes terrestres del dragón y después de eso atar y aprisionar a él y sus ángeles demoníacos por los mil años de Su reinado que trae paz.

      18. ¿Qué cumplimiento de la promesa de Dios obtendrá el resto fiel, y con qué efecto en el número de miembros del Reino?

      18 A los que son hacedores de la voluntad de Dios en la Tierra hasta el fin, se les cumplirá la promesa de él. Los esfuerzos totales del “dragón” por impedir que el resto obtenga entrada en el reino celestial están condenados al fracaso. Revelación 20:4-6 nos asegura que estos hacedores de la voluntad de Dios que todavía se necesitan para completar el número completo de miembros de 144.000 coherederos del Reino aguantarán en fidelidad hasta la muerte, para que conozcan la felicidad de participar en “la primera resurrección.” Al reino mesiánico de Dios no le faltará ni uno solo de su número predeterminado de coherederos de Cristo.

      19. ¿Qué cumplimiento de la promesa de Dios obtendrá la “grande muchedumbre,” y en virtud de qué por parte de ellos?

      19 En cuanto a la “grande muchedumbre” de los súbditos terrestres en perspectiva del reino de Cristo, éstos dan cooperación y apoyo leal al resto de los que participarán en el Reino en los esfuerzos de éstos por efectuar la “voluntad de Dios” hasta el fin. Valerosamente se unen al resto en efectuar la voluntad divina, hasta que la soberanía universal de Jehová Dios sea vindicada. A esta fiel y obediente “grande muchedumbre” se le cumplirá sin falta la promesa que Dios les ha hecho de un hogar terrestre paradisíaco. Tendrán gozo inefable cuando oigan al reinante Hijo de Dios extenderles su amorosa invitación: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden [el dominio o región terrestre de] el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.”—Mat. 25:34.

  • Gánese la prometida vida eterna... ¡ejerza fe!
    La Atalaya 1977 | 15 de febrero
    • Gánese la prometida vida eterna... ¡ejerza fe!

      1. Tomando en cuenta el “corto período de tiempo” del Diablo, ¿por qué es ahora más apremiante el que los hacedores de la voluntad de Dios ejerzan fe?

      EL “CORTO período de tiempo” durante el cual se restringe a Satanás el Diablo y su ejército de demonios aquí en la Tierra ya está para terminar. (Rev. 12:7-12) Por lo tanto se puede esperar que él intensifique su guerra contra los “que quedan” de la “descendencia” de la “mujer” celestial de Dios y contra la “grande muchedumbre” de compañeros proclamadores del reino mesiánico de Dios. De modo que se hace tanto más apremiante el que estos hacedores de la voluntad de Dios ejerzan fe para aguantar y perseverar fielmente bajo el fuego del enemigo.

      2, 3. A pesar de lo corto del tiempo que le queda a Satanás, ¿qué consejo de Pablo a los cristianos hebreos tenemos que seguir nosotros, que somos el blanco del fuego de Satanás?

      2 A todos nosotros los que ahora somos el blanco de la guerra de Satanás se nos estimula mucho a permanecer fieles al Señor Soberano Jehová hasta que sean silenciadas las armas de fuego del enemigo. El ponerle fin a la guerra debe estar razonablemente cerca, especialmente dado que han pasado más de cincuenta y seis años desde que el Dragón simbólico y su ejército de demonios fueron echados del cielo a la vecindad de nuestra Tierra, para dejarlos sueltos aquí solo por “un corto período de tiempo.” A pesar de lo corto del tiempo, todavía tenemos que seguir el consejo del apóstol Pablo, escrito en Hebreos 10:36, 37:

      3 “Ustedes tienen necesidad de perseverancia, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa. Porque aún ‘un poquito de tiempo,’ y ‘el que viene llegará y no tardará.’”

      4. ¿Cómo vindicará Dios su promesa de traer alivio oportuno a sus adoradores?

      4 Según esas citas que hizo el apóstol Pablo de Habacuc 2:3 y Ageo 2:6, Jehová es “el que viene” y que “llegará y no tardará.” Como Guerrero invencible obtendrá la victoria sobre todos los que libran guerra contra sus adoradores, que por mucho tiempo han sido hostigados. Por su gloriosa victoria en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón, él vindicará su promesa de traer alivio duradero a sus adoradores afligidos.

      5. ¿Por qué se ven obligados ahora a usar agencias terrestres visibles Satanás y su ejército de demonios, y qué son la simbólica “bestia salvaje,” la Séptima Potencia Mundial, y la “imagen” de la bestia salvaje?

      5 El Dragón, Satanás el Diablo, y su ejército de demonios han sido restringidos de materializarse visiblemente en la carne a fin de librar guerra contra los testigos cristianos de Jehová de hoy. Por consiguiente, están obligados a usar agentes terrestres bajo su control invisible: personas, organizaciones y gobiernos políticos mundanos. Los elementos políticos que están envueltos en la guerra forman el sistema político mundial que Revelación 13:1-10 representa como una feroz “bestia salvaje.” Esta incluye a la moderna Potencia Mundial Binaria de la Gran Bretaña y los Estados Unidos, la Séptima Potencia Mundial mencionada en la profecía bíblica. En cumplimiento de la profecía bíblica esta Séptima Potencia Mundial promovió la creación de una “imagen” idolátrica de la “bestia salvaje” política. (Rev. 13:11-15) Ya por más de cincuenta y seis años esa “imagen” ha atraído la atención del mundo. La “imagen” es la organización internacional para la paz y la seguridad mundial, primero en la forma de la Sociedad de Naciones y ahora como la Organización de las Naciones Unidas.

      6. ¿Qué “marca” simbólica obtienen los adoradores patrióticos de la “bestia salvaje,” y qué significa esta “marca” numérica?

      6 Los que creen patrióticamente en la soberanía nacional y en las formas de la gobernación política de hechura humana que hay en toda la Tierra en realidad adoran a la “bestia salvaje” política. También confían en la “imagen” de esa “bestia salvaje” más bien que en la gobernación soberana de Jehová por Cristo. Nacionalistamente contribuyen manual y mentalmente al apoyo de esos arreglos de hechura humana para la dominación mundial. Esto resulta en que obtengan la “marca” que muestra con claridad que no están sirviendo en los intereses del reino de Dios, sino en los de la humanidad autónoma. No se avergüenzan de estar relacionados con el número significativo de seiscientos sesenta y seis, el número que identifica a la “bestia salvaje” política. En la Biblia seis es el número que se usa para simbolizar imperfección, falta humana. Por consiguiente, 600 más 60 más 6 denotan imperfección y deficiencia humana de manera intensificada, en particular en la gobernación humana de la Tierra. Hoy podemos ver con más claridad que nunca antes el fracaso frustratorio de la gobernación política del hombre debido a la imperfección, insuficiencia y corrupción de ésta. Ante Dios se le ha hallado deficiente.—Rev. 13:16-18.

      7. ¿A que se les unan en hacer qué tratan de obligar los patrioteros políticos a todos los demás, y para quiénes plantea esto una prueba a su fidelidad?

      7 Los patrioteros que adoran a la “bestia salvaje” y a su “imagen” llevan orgullosamente el “número de su nombre [666].” Ejercen presión en todos los demás para obligarlos a unirse a ellos en adorar a la “bestia salvaje” y ser marcados así como pertenecientes al estado político de hechura humana, no a Dios. Recurren a persecución de diversas clases contra los testigos cristianos de Jehová. ¿Por qué? Porque éstos rehúsan participar en la adoración idolátrica de creaciones hechas por el hombre. Esto coloca ante todos los que sostienen la soberanía y Divinidad universal de Jehová una severa prueba a su fidelidad. Por eso el ángel que se ve en la visión del apóstol Juan dijo: “Aquí es donde significa aguante para los santos, los que observan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.”—Rev. 14:12.

      8. Por eso ¿qué hacen los observadores de los mandamientos de Dios y de la fe de Jesús, y en qué resultaría para nosotros el que recibiéramos la “marca” de la “bestia salvaje”?

      8 Nosotros los que observamos los mandamientos de Dios le obedecemos como Gobernante más bien que a los hombres, aun a costa de sufrir a manos de perseguidores. No aflojamos en nuestra fe en Jesús como el Mesías o Cristo y lo anunciamos como el Rey ungido a quien Jehová ha entronizado y coronado al expirar los Tiempos de los Gentiles en 1914. Por esta vital razón nos abstenemos de participar activamente en la política y controversias violentas de la “bestia salvaje” y la Potencia Mundial Binaria de la Gran Bretaña y los Estados Unidos, la promotora de la “imagen” de la “bestia salvaje” desde el año posbélico de 1919 en adelante. No desconocemos lo que significaría para nosotros el que recibiéramos la “marca, el nombre de la bestia salvaje o el número de su nombre.” Significaría para nosotros ‘beber del vino de la cólera de Dios que está vaciado sin diluir en la copa de su ira’ y ‘ser atormentados con fuego y azufre a la vista de los santos ángeles y a la vista del Cordero [Jesucristo].’ Esto llevaría a nuestra destrucción eterna, “la muerte segunda.” Se nos arrojaría en el simbólico “lago de fuego que arde con azufre.” (Rev. 14:9-11; 13:16, 17; 19:20; 21:8) ¿Deseamos que eso nos ocurra? ¡No!

      9. (a) ¿Qué cualidad exige de nosotros la situación presente? (b) ¿Qué sirve de incentivo para que sigamos en fidelidad, con qué confianza en Dios?

      9 La situación presente en la cual el nacionalismo extremado y la adoración del estado político se han esparcido por todo el mundo ciertamente exige perseverancia por parte de los que “observan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” Pero nuestra obediencia constante a los mandamientos de Dios y la fe de Jesús es lo que ahora constituye la voluntad de Dios. Es solo después de haber hecho nosotros la voluntad de Dios en este sentido que recibiremos el cumplimiento de su promesa a nosotros. Por cuanto ahora solo falta “un poquito de tiempo” antes de que llegue “el que viene” y no tardará, sería una tontería en sí el que dejásemos de aguantar y perseverar con el fin de obtener alivio egoísta para nosotros antes de que Jehová llegue con venganza contra los que hacen tan difícil el que hagamos Su voluntad fielmente hasta el fin. Pero la cosa que Dios ha prometido nos sirve de incentivo para continuar efectuando la voluntad de Dios por amor a él. La cosa prometida se nos extiende en ofrecimiento, pero es preciso que ejerzamos vigorosa fe en el Prometedor, y creamos que él es absolutamente fiel a su promesa y que también puede cumplírnosla.

      GANÁNDONOS LA VIDA ETERNA POR FE

      10. (a) ¿Por qué le place a Dios remunerar nuestra demostración de fe en él? (b) En contraste con el alma hinchada de confianza en sí misma, ¿a causa de qué cualidad vivirá el justo de Dios?

      10 ¿Tenemos esa fe? La necesitamos para que nos fortalezca para perseverar y aguantar hasta el cumplimiento de la promesa que Dios ha hecho. Esa fe por parte de nosotros honra a Dios, pues demuestra que confiamos en él tocante a fidelidad a su promesa. De modo que nuestra fe en Dios es algo que a él le place. Le alegra el remunerar esa fe durable. (Heb. 11:6) Al recordarnos cuán esencial es la fe para que mantengamos integridad cristiana y demostremos que somos dignos de la vida eterna en el prometido nuevo orden de justicia, el apóstol Pablo cita una declaración adicional que hizo Dios en la profecía de Habacuc. En esa profecía Dios primero habla del que está hinchado de orgullo, de darse a sí mismo importancia y de confiar demasiado en sí mismo, y que no tiene fe en Jehová. De modo que este individuo no es un alma recta, no es recto para con el Dios vivo y verdadero. Después de tomar nota de dicha alma, Jehová hace la declaración que Pablo cita: “Pero mi justo vivirá a causa de la fe.” (Heb. 10:38; Hab. 2:4) Esa fe induce al “justo” a ser fiel, a ser recto.

      11, 12. (a) A fin de conseguir la vida eterna prometida, ¿hasta qué punto tenemos que ejercer fe? (b) Desde una breve descripción de las hazañas de fe que lograron personas de tiempos antiguos, ¿a qué ejemplo de la mayor clase nos lleva Pablo?

      11 Por supuesto, en 2 Corintios 5:7 Pablo dice: “Andamos por fe, no por vista.” Y esto significa que estamos viviendo con fe para con Dios. Sin embargo, a fin de aguantar con perseverancia y conseguir vida eterna en cumplimiento de la promesa de Dios, tenemos que ejercer fe hasta el fin de nuestra vida en este inicuo sistema de cosas, del cual Satanás el Diablo es el gobernante. (1 Juan 2:25; Juan 12:31) Tenemos que desplegar el mismo grado de fe que desplegaron fieles “hombres de tiempos antiguos.” Ellos probaron su fe hasta la mismísima muerte, aunque no recibieron el cumplimiento de la promesa que en particular les fue hecha. Sus ejemplares hazañas de fe las describe brevemente el apóstol Pablo en el siguiente capítulo de su carta, el capítulo once de Hebreos. De su relato acerca de tantos hombres y mujeres de fe de los cuales Dios dio testimonio de encomio, Pablo nos lleva al mayor dechado de la fe, al decir:

      12 “Pues, entonces, porque tenemos tan grande nube de testigos que nos rodea, quitémonos nosotros también todo peso y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.”—Heb. 12:1-3.

      13. Durante este “poquito de tiempo” que esta terminando, ¿por qué se nos hace especialmente necesario mirar atentamente al Dechado perfecto de la fe, mientras tenemos presente qué advertencia de Pablo en Hebreos 10:38?

      13 Ahora especialmente es necesario que miremos atentamente a nuestro Dechado Perfecto, Jesucristo, pues ahora él no solo se sienta a la diestra del trono de Dios, sino que también reina como el Rey mesiánico instalado. Aun durante este “poquito de tiempo” que rápidamente va terminando antes de que Jehová llegue como Vengador, es posible que perdamos la fe, que cometamos el pecado que tan fácilmente nos enreda. Hace diecinueve siglos Pablo aprovechó la oportunidad para advertir de tal peligro a los hebreos cristianizados, al añadir la cita adicional de la profecía de Habacuc, diciendo: “Y, ‘si se retrae, mi alma no se complace en él.’”—Heb. 10:38.

      14. ¿Qué orden sigue Habacuc 2:4 al establecer el contraste entre dos personas diferentes, pero cómo invierte Pablo el orden en Hebreos 10:38?

      14 En la profecía de Habacuc, según la traducción griega primitiva, la Versión de los Setenta, Jehová dice: “Si alguno retrocede, Mi alma no se complace en él. Pero el justo vivirá por la fe en Mí.” (Hab. 2:4, traducción de Thomson) El que pierde la fe y retrocede se gana el desagrado de Jehová. A éste se le pone en contraste con el cristiano que se adhiere sin aflojar a su fe en Jehová y obtiene la vida eterna. Al hacer su cita, Pablo invierte el orden de las dos partes de Habacuc 2:4. Pablo coloca la última parte al principio.

      15. Así Pablo nos suministra ¿qué prevención, tan apropiada en vista de qué prueba que asoma delante de nosotros?

      15 Pablo hace esto a fin de prevenirnos a los que tenemos la fe cristiana por el momento, pues aun ahora hay el peligro de que algunos de nosotros nos retraigamos y apostatemos. “En consecuencia, el que piensa que está en pie, cuídese que no caiga.” (1 Cor. 10:12) A medida que el mundo bajo Satanás se hace más dictatorial, mayor se hace la presión sobre nosotros. Al ver asomar delante de nosotros la tremenda prueba final de nuestra fidelidad mientras se acerca la “grande tribulación,” pudiéramos decidir no hacerle frente. Pudiéramos perder fe y confianza en Dios. De modo que nos retraemos. Cesamos de aguantar la prueba.

      16. ¿Cómo obra precipitadamente la persona que es incrédula para con Dios?

      16 Muy apropiadamente la versión Vulgata latina de Habacuc 2:4 dice: “Mira que el que es incrédulo, no tendrá en sí mismo una alma derecha: mas el justo en su fé vivirá.” (Scío) La versión en inglés The New American Bible (La Nueva Biblia Americana), católica romana, indica que el cristiano es “precipitado” cuando renuncia a su fe por las dificultades crecientes que ve justamente adelante, de modo que quebranta su integridad para con Dios. Dice: “El hombre precipitado no tiene integridad; pero el justo, a causa de su fe, vivirá.”

      17. ¿Qué se puede decir acerca de que uno sea “precipitado” o no lo sea al seguir marchando con fe hacia la “grande tribulación”?

      17 El cristiano que sigue marchando con fe hacia la “grande tribulación” no es “precipitado” al proceder así. El verdadero precipitado, el individuo hinchado de la actitud de estar confiado o seguro de sí mismo, es quien por incredulidad para con el Dios Todopoderoso se hace desertor. El desertor se queda sin alcanzar el galardón, se detiene antes del cumplimiento de la promesa de Dios al fiel. Jehová Dios no se complace en los desertores.

      18. En Hebreos 10:39, ¿qué derrotero traza el apóstol Pablo para la clase fiel?

      18 Encarándonos ahora con el tiempo más turbulento de toda la historia del pueblo devoto de Jehová, ¿qué haremos? ¿Cuál debe ser nuestra determinación? ¡Lejos esté de nosotros adoptar el derrotero de la cobardía y retraernos! Por la bondad inmerecida de Dios, el apóstol Pablo nos traza nuestro derrotero recto al hablar por la clase fiel y decir: “Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”—Heb. 10:39.

      19. Si nos declaramos a favor de no retraernos, ¿qué haremos en cuanto a las reuniones y la “franqueza de expresión”?

      19 Ahora es el tiempo en el cual debemos tomar una decisión. ¿Vamos a cifrar fe firme en Dios y estar de acuerdo con el apóstol Pablo y declarar con firmeza: “Nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción”? Al declarar que no somos de esa clase de cristianos incrédulos, no abandonaremos el “reunirnos,” como acostumbran los incrédulos que se retraen, sino que nos reuniremos, aun en lugares clandestinos, si se hace necesario, para animarnos los unos a los otros, “y tanto más al contemplar ustedes que el día va acercándose.” No debemos desechar nuestra franqueza de expresión, “la cual tiene un gran galardón que se le ha de pagar,” sino que denodadamente seguiremos proclamando el gobierno teocrático de Jehová por Cristo como la única esperanza para toda la humanidad.—Heb. 10:25-35; Mat. 24:14; Mar. 13:10.

      20. Si deseamos vida eterna, ¿a favor de qué derrotero positivo nos declaramos?

      20 En contraste con la destrucción, vida eterna es lo que deseamos, ¿no es verdad? De modo que, no hablando ahora negativamente, sino positivamente, decimos de todo corazón: “Somos . . . de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma. Fe es la expectativa segura de cosas esperadas, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplan. Porque por medio de ésta se dio testimonio de los hombres de tiempos antiguos [entre ellos Abrahán].”—Heb. 10:39 a 12:2.

      21. La fe en la promesa de Dios nos da poder para hacer ¿qué, y con qué clase de expectativa?

      21 Nuestra fe en la promesa de Dios, para quien el mentir es una imposibilidad, nos da poder para aguantar, perseverar. La fe y el aguante conciertan, como está escrito en Revelación 13:10: “Aquí es donde significa el aguante y la fe de los santos.” Es posible que hasta ahora hayamos perseverado y aguantado por largo tiempo por el cumplimiento de la promesa de Dios, pero nuestra espera de ella es una que está fortificada, asegurada, un esperar al grado de estar absolutamente convencidos de que Dios no nos desilusionará.

      22. ¿Qué creemos acerca de las cosas invisibles de la promesa de Dios, y con qué nos remunerará para que disfrutemos del cumplimiento de la promesa?

      22 Quizás no veamos todavía las cosas que Dios ha prometido y que esperamos, pero sabemos que son realidades por cuanto tenemos la “demostración evidente” de su existencia según el poder de Dios Todopoderoso. Para entrar en el cumplimiento de la promesa de Dios tenemos que poseer vida; necesitamos que se nos conserve viva el alma. La única manera en que podemos obtener ese premio de la vida es por medio de una fe sostenida. Nuestro deseo intenso es disfrutar eternamente de la promesa cumplida de Dios. ¡Fuera, entonces, con todo pensamiento o inclinación de retraernos en temor y en incredulidad! ¡Fe es lo que ejerceremos junto con obras que la comprueben! Como galardón por eso, Jehová Dios el Dador de Vida conservará vivas para siempre nuestras almas.—1 Juan 2:25.

      23. En cumplimiento de su promesa, ¿qué les hará Dios a los hacedores de su voluntad que aguantan fielmente?

      23 Por lo tanto, sin falta el “Dios que suministra perseverancia” cumplirá su promesa a los hacedores de su voluntad que aguantan fielmente. (Rom. 15:5) Gozosamente nos introducirá en las bendiciones y privilegios eternos del reino por su Hijo Jesucristo, prometido desde hace mucho tiempo. Así, no habrá sido en vano nuestra predicación de este reino “en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones” antes de que llegara “el fin.”—Mat. 24:14.

      [Ilustración de la página 117]

      Solo los que ejerzan fe sostenida pasarán con vida a través del fin de este sistema y ganarán la vida eterna al cumplirse la promesa de Dios

  • ‘La sabiduría es árbol de vida’
    La Atalaya 1977 | 15 de febrero
    • ‘La sabiduría es árbol de vida’

      ● Un proverbio bíblico dice que la sabiduría es “árbol de vida a los que se asen de ella.” (Pro. 3:18) La persona que posee esa sabiduría tiene la perspicacia y el buen juicio de prestar atención a los mandamientos de Dios. Esto la salvaguarda de emprender un derrotero tonto que pudiera resultar en muerte prematura. Por ejemplo, el hombre que pasa por alto las advertencias inspiradas contra la inmoralidad sexual puede contraer una enfermedad venérea y, como resultado de ello, puede morir prematuramente. Por otra parte, la persona que obra en armonía con la sabiduría divina está protegida contra esas nefastas consecuencias. En su caso, la sabiduría ha resultado ser “árbol de vida.”

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