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La seguridad espiritual provista para nosotros por DiosLa Atalaya 1975 | 15 de febrero
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Adán unos de otros, procedió a fijar el límite de los pueblos con consideración para el número de los hijos de Israel.”—Deu. 32:8.
24. ¿Cómo se mostró en la anunciación a María que ángeles fieles reconocen al Soberano Universal, y cómo mostró Jesucristo tal reconocimiento en sus palabras a sus discípulos sobre el prestar?
24 Aun los fieles ángeles celestiales reconocen la soberanía universal del Productor creativo de cielo y Tierra. Por eso, cuando el ángel Gabriel explicó a la virgen judía, María, cómo milagrosamente llegaría a ser la madre de su hijo primogénito, que habría de llamarse Jesús, él le dijo a ella: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso también lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios.” (Luc. 1:35) Y más tarde ese Hijo plenamente desarrollado mostró que él también reconocía quién era el Soberano Universal cuando dijo a sus discípulos: “Continúen amando a sus enemigos y haciendo bien y prestando sin interés, sin esperar que se les devuelva algo; y su galardón será grande, y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso para con los ingratos e inicuos.”—Luc. 6:35.
25. ¿Qué oración en cuanto a la cuestión de principalísima importancia habrá de contestarse dentro de nuestra generación, y por lo tanto dónde yace nuestra seguridad?
25 Se ha acercado el tiempo en que la oración inspirada será contestada contra los que se oponen a la soberanía universal del Productor de cielo y Tierra: “Oh sean avergonzados y perturbados para todo tiempo, y queden corridos y perezcan; para que la gente sepa que tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra.” (Sal. 83:17, 18) De consiguiente, en esta generación cuando la principalísima cuestión de la soberanía universal habrá de zanjarse permanentemente, nuestra seguridad yace en morar en el “lugar secreto del Altísimo,” sosteniendo firmemente Su lado de la cuestión. El que moremos allí será una protección contra el que se influya en nosotros y se nos extravíe desastrosamente mediante toda la propaganda política controversial que ahora es tan general en la Tierra.—Sal. 27:5.
“LA MISMÍSIMA SOMBRA DEL TODOPODEROSO”
26, 27. (a) ¿Quiénes son los que son aceptados como huéspedes en el “lugar secreto del Altísimo”? (b) ¿Por qué puede Éste hacer valer su soberanía, y por eso qué es la cosa razonable que debemos hacer nosotros?
26 ¿Qué conseguirá para sí mismo “cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo”? El completo versículo de apertura del Salmo 91 contesta: “Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo se conseguirá alojamiento bajo la mismísima sombra del Todopoderoso.” En este caso, el conseguir alojamiento para uno mismo significa que uno será tratado como huésped del Todopoderoso. Este Todopoderoso es el mismo que el Altísimo. El idéntico Ser tiene ambas cualidades de suprema alteza y omnipotencia.
27 Debido a ser todopoderoso, puede mantener su supremacía, su soberanía universal. Puede hacer valer su soberanía en toda parte de la creación, contra cualesquier criaturas inteligentes, vivas que se rebelen contra ella. Es inútil que criatura alguna se oponga a la soberanía del Altísimo o la pase por alto, pues Él es el Todopoderoso. La cosa razonable que hacer es reconocer Su soberanía legítima y ser sumiso, leal y fiel a ella, siempre reconociéndolo a él como el Soberano de la vida de uno. Los que hacen esto son los que son introducidos en el “lugar secreto del Altísimo,” como huéspedes del Todopoderoso.
28. ¿Cuándo llamó el Altísimo a la atención de Abrahán el hecho de que Él era todopoderoso, y cómo lo demostró?
28 Para centenares de millones de personas hoy día que no están familiarizadas con la Santa Biblia, es difícil comprender la idea de un Ser todopoderoso, sin igual en todo el dominio de la existencia. Pero hace tanto tiempo como el siglo veinte antes de nuestra era común, el Altísimo, el Productor de cielo y Tierra, llamó ese hecho a la atención de su amigo terrestre, el patriarca Abrán. En el año antes del nacimiento de Isaac, hijo de Abrahán, el Altísimo, hablando por medio de Su ángel, se refirió a sí mismo como todopoderoso. Génesis 17:1, 2 nos dice: “Cuando Abrán llegó a tener noventa y nueve años de edad, entonces se le apareció Jehová a Abrán y le dijo: ‘Yo soy Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y resulta exento de tacha. Y ciertamente daré mi pacto entre mí y ti, para que te multiplique muchísimo.’” Él demostró que nada era imposible para él al dar milagrosamente a Abrán y a su anciana esposa su hijo Isaac, cuando ambos estaban muertos en lo que tocaba a reproducir hijos. Él tenía cien años de edad y ella noventa años de edad cuando nació Isaac. (Gén. 17:17; 21:1-5; Rom. 4:19-21) Este Todopoderoso todavía existe.
29. Hoy podemos entrar en el “lugar secreto del Altísimo” solo por medio de ¿quién, y por qué?
29 El Todopoderoso fue para el nieto de Abrahán, Jacob, un Ser muy íntimo. (Gén. 35:11; 43:14; 48:3; 49:25; Éxo. 6:3) Él puede ser muy íntimo para nosotros también, aunque somos criaturas tan insignificantes en contraste. ¡Imagínese eso... el ser huésped de Él en el “lugar secreto del Altísimo”! Pero hoy, tenemos que recordar, somos admitidos en esta intimidad solo por medio de los buenos oficios de su más íntimo Hijo celestial, Jesucristo. Durante la noche antes de entregar su vida humana perfecta como sacrificio a Dios por nuestros pecados, Jesús dijo a sus fieles apóstoles: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí.” (Juan 14:6) De modo que es por medio de él que nos acercamos al Más Excelso de toda la existencia y lo reconocemos como el Soberano Universal, nuestro Soberano a quien pertenecen nuestra vida y lealtad y devoción amorosas. De esta manera conseguimos para nosotros “alojamiento bajo la mismísima sombra del Todopoderoso.”
30, 31. ¿Qué cuadro evidentemente tenía presente el salmista cuando habló de estar “bajo la mismísima sombra del Todopoderoso”?
30 ¡Qué cosa más maravillosa es el que estemos cubiertos con la sombra del Todopoderoso! Esto significa que tenemos su interés, atención y cuidado. El cuadro aquí no es el de una persona más pequeña que está bajo la sombra de alguna persona mucho más grande o el de estar bajo la sombra de algo sin vida, “la sombra de un peñasco pesado en una tierra agotada.” (Isa. 32:2) El cuadro apropiado en la mente del salmista compositor es el que se sugiere en el Salmo 17:8, donde David ora al Altísimo: “Guárdame como a la niña del globo del ojo, en la sombra de tus alas quieras ocultarme.”
31 Sí, el cuadro que se usa como base es el de un pájaro padre o madre que revolotea sobre sus polluelos y arroja una sombra sobre ellos. Mientras los polluelos abajo ven que están bajo la sombra de su padre o madre arriba, saben que tienen su atención y están protegidos y están seguros de pájaros rapaces. El que tal vuelo de pájaro denota atención y protección se confirma por lo que se dice en Isaías 31:4, 5: “De la misma manera Jehová de los ejércitos descenderá para hacer guerra sobre el monte Sión y sobre su colina. Como pájaros que vuelan, Jehová de los ejércitos defenderá de la misma manera a Jerusalén. Defendiéndola, también ciertamente la librará. Perdonándola, también tiene que hacer que ella escape.”
32. (a) Así al Todopoderoso y a nosotros bajo Su “mismísima sombra” se nos compara a ¿qué? (b) Puesto que Él también es el Altísimo le es posible hacer ¿qué como Anfitrión fiel?
32 Así al Todopoderoso se le compara a un pájaro poderoso, y a los que están en el “lugar secreto” de la seguridad espiritual se les compara a los polluelos de ese pájaro padre. El que estén “bajo la mismísima sombra del Todopoderoso” hace al “lugar secreto” tanto más seguro para ellos. Siendo Él el Altísimo, todo lo demás está debajo de él, y nada de lo que está abajo puede eludir sus poderosas facultades de visión. Inmediatamente puede detectar cualquier movimiento de parte de cualquier cosa o de cualquier persona allá abajo que se dirija contra los que están bajo su “mismísima sombra.” Instantáneamente puede venir a la defensa y preservación de los que tiene cubiertos con su sombra que están alojados con él como huéspedes espirituales. Él como Anfitrión fielmente mantiene su honor tocante a su responsabilidad para con aquellos a quienes agasaja como huéspedes suyos. ¡Cuán consolador este pensamiento! ¿En qué otro lugar podríamos hallar verdadera seguridad espiritual?
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Libertad del temor a peligros espiritualesLa Atalaya 1975 | 15 de febrero
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Libertad del temor a peligros espirituales
1. Para conseguir tal libertad de temor, ¿qué derrotero tiene que seguir uno?
PARA obtener la libertad de temor de peligros espirituales que se describe en el Salmo 91, tenemos que seguir el derrotero que éste prescribe. Con referencia a parte de este derrotero, el salmista pasa a decir: “Ciertamente diré a Jehová: ‘Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré.’”—Sal. 91:2.
2. ¿Quién es identificado así por ese nombre singular, de acuerdo con Éxodo 6:2, 3?
2 Todos tomemos nota de que es a Jehová que el salmista (o aquel a quien él representa) dice: “Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte.” De esta manera identifica al Altísimo y al Todopoderoso como Aquel que lleva el nombre singular Jehová. Esto está de acuerdo con lo que el Altísimo le dijo a Moisés después de su regreso a Egipto: “Yo soy Jehová. Y yo solía aparecerme a Abrahán, Isaac y Jacob como Dios Todopoderoso, pero en cuanto a mi nombre Jehová no me di a conocer a ellos.”—Éxo. 6:2, 3.
3. Cuando se explayó sobre la importancia de su nombre, ¿qué expresión hebrea usó el Todopoderoso, y qué significó y entrañó ésta, según la vierten algunas traducciones en inglés?
3 Cuando se explayó sobre la importancia de Su nombre, el Todopoderoso dijo a Moisés: “Ehyeh asher ehyeh.” Esa expresión, que se encuentra en el texto hebreo de Éxodo 3:14, significa: “SERÉ LO QUE SERÉ” (Traducción del rabí Leeser); o, “Llegaré a Ser todo lo que me complazca” (Traducción de Rotherham); o, “RESULTARÉ SER LO QUE RESULTARÉ SER.” (Traducción del Nuevo Mundo) Esto quiso decir que este Todopoderoso podía adaptarse a las circunstancias de su pueblo, y que, todo lo que necesitara llegar a ser o resultar ser por causa de su pueblo y en armonía con su propósito, podía llegar a ser o llegaría a ser o resultaría ser eso. Podría enfrentarse y se enfrentaría a cualquier situación con buen éxito. De modo que, por esta expresión hebrea, Él no se refería al ser existente por sí mismo, al ser eterno.
4. (a) Según su raíz hebrea, ¿qué significa el nombre Jehová, y con referencia a quién o qué? (b) ¿Qué hay de la aplicación de este nombre al Cristo, el Hijo de Dios?
4 El nombre divino está relacionado con esa expresión. El nombre Jehová fue hecho su nombre “memorial,” “el memorial de mí a generación tras generación.” (Éxo. 3:15) Según la raíz del nombre Jehová en el lenguaje hebreo, parece significar “Él Causa que Llegue a Ser (o, Resulte Ser),” es decir, en lo que toca a Él mismo y en lo que toca a lo que Él llegará a ser o resultará ser, y no tocante a crear cosas. ¿Qué otra persona en todo el dominio de la vida con inteligencia podría darse correctamente un nombre como ése, salvo el Altísimo y Todopoderoso? Ni siquiera el Hijo de Dios, Jesucristo, asumió un nombre semejante a ése. Pudo recibir el nombre que combinó el nombre de Dios con él, como Jesúa o Jesús, que significa “Jehová Es Salvación,” pero nunca el nombre Jehová estrictamente por sí mismo.—Jer. 23:6; 33:16.
5. ¿Por qué es adecuado el que uno diga a Jehová que Él es su “refugio” y “plaza fuerte,” y qué dice sabiamente Proverbios 18:10?
5 Correctamente, entonces, los que son representados por el salmista que habla en el Salmo 91:2 pueden decir a Jehová: “Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte.” Especialmente desde el año posbélico de 1919 E.C. él ha llegado a ser esas cosas para ellos, en un sentido espiritual, por supuesto. Puesto que Jehová es invisible, se requiere fe fuerte para que uno le diga eso a Él, y realmente lo diga en serio y obre en armonía con ello. Sin embargo, ¿qué otra persona hay a la cual huir para seguridad como en un refugio además de Jehová el Altísimo? ¿Qué plaza fuerte podría ser más fuerte o más difícil de atacar y vencer que el Todopoderoso mismo? Realmente fue con inspirada sabiduría que el rey Salomón de la antigüedad escribió: “El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo y se le da protección.”—Pro. 18:10.
6. Aunque Cristo tiene que ver con ello ahora, no obstante el nombre de ¿quién es invocado para salvación, y quién es aquel que es el “refugio” y “plaza fuerte” para los cristianos?
6 Al fin de cuentas, aunque ahora se hace por medio de Jesucristo el Hijo de Dios, no obstante es el nombre de Jehová que tienen que invocar las criaturas humanas caídas, pecaminosas para la salvación eterna. No solo fue el profeta precristiano Joel quien dijo eso. (Joel 2:32) Fue también el apóstol Pedro quien lo dijo en el día del Pentecostés de 33 E.C., cuando se fundó la congregación cristiana. (Hech. 2:21) Años después, el apóstol Pablo también lo escribió, en Romanos 10:13. Aunque el acceso al Altísimo y Todopoderoso se obtiene ahora solo por medio de su Mediador Jesucristo, no obstante todavía es Jehová en quien tenemos que hallar nuestro refugio y quien es nuestra plaza fuerte invencible.—Sof. 3:12.
EL DIOS EN QUIÉN CONFIAR
7-9. (a) ¿Por qué no impide el uso de la expresión “mi Dios” en el Salmo 91 que éste se aplique a Jesucristo? (b) ¿Cuál fue la exclamación de Tomás que dudaba delante del resucitado Jesús, y qué demostró Juan al insertar ese incidente en su Evangelio?
7 Este Jehová era más para el salmista que un refugio y plaza fuerte. Su completa declaración a Jehová es: “Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré.”—Sal. 91:2.
8 El hecho de que el salmista lo llama “mi Dios” quiso decir que Jehová era Aquel a quien él adoraba como el Ser Divino. Esta sería una expresión apropiada para que Jesucristo mismo la usara para con Jehová, y el uso de la expresión “mi Dios” no impide que el Salmo 91 aplique a Jesucristo. Cuando estuvo a punto de morir en el madero de ejecución fuera de Jerusalén, él citó el Salmo 22:1 y clamó a su Padre celestial: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mat.
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