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¿“Quién es Jehová,” para que todos deban adorarlo?La Atalaya 1975 | 15 de abril
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¿“Quién es Jehová,” para que todos deban adorarlo?
1. ¿Qué pregunta acerca de la adoración es una pregunta viva y apropiada hoy día, y por qué?
DESDE la antigüedad y hasta este siglo veinte los cabezas de estados políticos han sido adorados como dioses. Las personas que tienen conocimiento de la historia humana saben eso. A los Faraones reales del antiguo Egipto se les tenía por dioses, y de cada Faraón que gobernaba se decía que era el hijo del dios del Sol. César Augusto, el primer emperador del Imperio Romano, fue deificado después de su muerte; e igualmente los sucesores de él. Aun durante la vida de los emperadores, al hablarles directamente se les decía “Vuestra Divinidad.” Casi dos mil años más tarde, después del fin de la II Guerra Mundial en 1945, el emperador Hirohito del Japón públicamente renunció a la pretensión de ser un dios, el hijo de la diosa del Sol Amaterasu. Pero hay unos cuantos individuos tercos que todavía insisten en la adoración del emperador en esa Tierra del Sol Naciente. Considerando todos los dioses y todas las diosas de las naciones antiguas y modernas, la siguiente pregunta es una pregunta viva y apropiada aun para el día de hoy: ¿Quién es el dios digno de ser adorado?
2. Desde el principio del estado político de hechura humana, ¿de qué clase de adoración ha sido culpable la mayoría de la gente?
2 Andando el tiempo, un dios nacional tras otro ha sido expuesto como falso y bajado de su pedestal. Sin duda recordamos el caso reciente en que Nikita Kruschef del partido comunista expuso el mito de que el difunto dictador José Stalin fuese el dios de la Rusia Soviética. Es casi cómico ver como siguen exponiendo a estos dioses falsos. Pero el adorar a los cabezas de estados políticos ha tenido graves consecuencias para el mundo de la humanidad. Puede que un sinnúmero de personas piensen que ellas ahora son demasiado inteligentes, demasiado modernizadas, para adorar a dioses políticos. Pero, ¿qué se puede decir de la adoración del Estado político mismo? ¿O del sistema político de gobernación mundial? Desde que los estados políticos de hechura humana tuvieron su principio hace miles de años, la gran mayoría del género humano ha sido culpable de esta adoración al Estado. No es exagerar las cosas decir esto.
3, 4. (a) ¿Cómo comenzó en la Tierra el Estado político, y por qué queda poco que pueda refutar ese hecho? (b) En Revelación 13:1-8, ¿cómo describe Juan pictóricamente el principio de ese estado?
3 Hace diecinueve siglos, un hombre que pasó a la historia y cuyos escritos han sido leídos hasta la fecha por centenares de millones de personas, usó símbolos vívidos para mostrar cómo comenzó la adoración mundial del sistema político humano. Comenzó con alguien a quien este hombre, Juan el hijo de Zebedeo, asemejó a un dragón, de color rojo como el fuego. Juan no le da a este dragón el significado que la nación de China da a su dragón popular de una sola cabeza. Juan usa el dragón como símbolo apropiado de una persona sobrehumana, a quien Juan identifica por la expresión el “dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás.” (Rev. 20:2; 12:3, 9) ¿Es pura imaginación, una sencillez creer que se originó de éste el sistema humano de la política? Cuando consideramos la manera en que han gobernado y obrado desde tiempos antiguos los sistemas políticos de hechura humana, queda poco que pueda refutar el hecho de que el sistema político comenzó con Satanás el Diablo semejante a dragón. Notemos ahora el cuadro que Juan pinta de esto:
4 Comparando a la humanidad en general en su condición agitada, malcontenta, egoísta al mar intranquilo, Juan pasa a decir: “Y se quedó de pie inmóvil [es decir, el dragón de color de fuego] sobre la arena del mar. Y vi una bestia salvaje que ascendía del mar, con diez cuernos y siete cabezas, y sobre sus cuernos diez diademas, pero sobre sus cabezas nombres blasfemos. Ahora bien, la bestia salvaje que vi era semejante a un leopardo, pero sus pies eran como los de oso, y su boca era como boca de león. Y el dragón le dio a la bestia su poder y su trono y grande autoridad. Y vi una de sus cabezas como si se le hubiese dado muerte atroz, pero su golpe de muerte fue sanado, y toda la tierra siguió a la bestia salvaje con admiración. Y adoraron al dragón porque le dio la autoridad a la bestia salvaje, y adoraron a la bestia salvaje con las palabras: ‘¿Quién es semejante a la bestia salvaje, y quién puede combatir con ella?’ . . . y se le dio autoridad sobre toda tribu y pueblo y lengua y nación. Y todos los que moran en la tierra la adorarán.”—Rev. 13:1-8.
5, 6. A la luz del sueño que Daniel tuvo bestias salvajes que salieron del mar, ¿qué representa aquella bestia de forma rara?
5 La gente preguntó: “¿Quién es semejante a la bestia salvaje?” De modo que nosotros preguntamos: ¿Qué representa? De la descripción que Juan da de esta simbólica bestia salvaje y de lo que le sucede, no puede haber duda en cuanto a lo que representa.
6 El papel que la bestia salvaje desempeñan en el libro de Revelación muestra lo que ella representa: el sistema mundial de gobernación política sobre toda la humanidad. El hecho de que la bestia salvaje se parecía a leopardo pero tenía patas de oso y boca de león armoniza bien con el hecho de que el sistema mundial de la política se ha expresado por medio de varias formas de gobierno en diferentes tiempos y lugares. Es muy probable que a Juan se le hizo pensar en lo que el antiguo profeta Daniel vio en un sueño profético: que primero salió del mar turbulento una bestia parecida a león, luego una parecida a oso, y después una parecida a leopardo. Además, a Daniel se le dijo que esas bestias representaban gobernaciones políticas que se levantarían y controlarían a la Tierra como superpotencias. (Dan. 7:1-18) De modo que la bestia salvaje de forma rara que Juan vio simbolizó el sistema político mundial que se ha expresado por medio de diversas clases de gobiernos.
ADORACIÓN DEL ESTADO COMO UN DIOS
7, 8. (a) La adoración de la bestia salvaje simbólica fue a la misma vez la adoración de ¿quién? (b) ¿Por qué es la adoración del Estado algo en que deben pensar los que niegan que adoran a cosa alguna?
7 No es necesario considerar aquí todos los detalles de lo que Juan vio en su visión inspirada. La cosa importante sobre la cual deseamos concentrar nuestra atención aquí es el hecho de que esta “bestia salvaje” que salió del mar fue adorada por todo el mundo de gente; se le trataba como un dios invencible. La adoración del Estado político como un dios, que se representó así en la visión de Juan, fue a la misma vez la adoración de alguien más alto que el Estado político. ¿Quién fue ése? Ese fue Satanás el Diablo semejante a dragón, porque en el cuadro que se pinta él es el que da la autoridad, el poder, el trono o el asiento del gobierno al Estado político.
8 No es extraño, por lo tanto, que el Maestro de quien Juan era discípulo haya dicho que Satanás el Diablo es “el gobernante de este mundo.” (Juan 14:30; 16:11) Y Pablo, un condiscípulo de Juan, llamó a Satanás el Diablo “el dios de este sistema de cosas.” (2 Cor. 4:4) Esto es algo en que deben pensar hoy las muchas personas que se jactan de no adorar a nada en absoluto. ¿Adoran ellas, como lo hacen los comunistas ateos, al Estado político? Puede que nieguen hacer eso, pero cuando surge una cuestión nacional de peso, cuando estalla una guerra internacional o se ve amenazada la soberanía nacional, ¿qué hacen? Sí, ¿qué adoran entonces como dios? La manera en que proceden entonces revela la verdad y habla con tanta fuerza que hace inaudible lo que dicen con la boca.
9. ¿Qué pregunta acerca de adoración es necesario que nos preguntemos cada uno de nosotros, y, al tiempo de decidir, qué pregunta desafiadora pudieran hacer los políticos?
9 Hoy el nacionalismo es común en todas partes de la Tierra. Prescindiendo de que alguien declare abiertamente que es religioso o no, nadie puede eludir la pregunta personal: ¿A quién, o qué, adoro yo? El poder invisible que hay detrás del sistema de cosas político mundial, es decir, Satanás el Diablo semejante a dragón, quiere obligar, solapadamente, a todo habitante de la Tierra a adorarlo a él por medio de su ahijado, el Estado político. Sin embargo, no vale la pena adorarlo, porque pronto llegará el día en que él mismo será expuesto por el dios falso que es. Pero será imposible exponer como falso al Dios verdadero del universo. ¿Estamos sinceramente deseosos de adorar a este Dios? El tiempo de tomar nuestra decisión en cuanto a esto no puede diferirse mucho más. Especialmente los elementos políticos de este mundo tendrán que tomar una decisión final en cuanto a lo que realmente quieren hacer en relación con esto. Resultará desastroso para ellos si en esa ocasión, de manera desafiadora, plantean la pregunta: ‘¿Quién es Ése (Aquel que nos mencionan por nombre), para que todos, incluso nosotros los políticos, Lo adoremos?’
10, 11. ¿Cuándo planteó una pregunta similar un antiguo Faraón de Egipto, y por qué?
10 Tenemos la historia que nos puede ayudar a tomar la decisión correcta. Los gobernantes políticos y sus apoyadores patrióticos lo hallarían provechoso ahora considerar el caso histórico del cabeza de un antiguo estado político que planteó una pregunta precisamente como ésa. Ese individuo fue el Faraón real que vivió a fines del siglo dieciséis antes de nuestra era común. Esto aconteció cuando lo afrontaron dos hermanos, Moisés y Aarón, y otros ancianos del pueblo esclavizado de Israel. La cuestión en cuanto a quién es el Dios verdadero entonces estaba siendo puesta a prueba. Usando a Aarón como su vocero, Moisés le dijo a Faraón: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Envía a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.’” Si el Faraón a quien se habló aquí se consideraba a sí mismo como otros Faraones, un dios, no se hallaría dispuesto a renunciar a su propia divinidad en obediencia al Dios de aquellos a quienes Faraón entonces estaba explotando como esclavos de Egipto. Por eso, de vuelta vino la pregunta retadora de Faraón y su propia respuesta a ella:
11 “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? Absolutamente no conozco a Jehová y, lo que es más, no voy a enviar a Israel.”—Éxo. 5:1, 2; 3:18, 19.
12, 13. (a) Aquí hubo una confrontación entre ¿quiénes?, y ¿quién ganó? (b) ¿Qué mandato acerca de adoración tenía el derecho de dar al principio de los Diez Mandamientos el Libertador de Israel?
12 Cuando menos, esa situación quiso decir una confrontación entre el Dios del pueblo esclavizado de Israel y el Faraón egipcio, cuya estatua como de un dios posiblemente se hallaba colocada entre las estatuas de todos los otros numerosos dioses de Egipto, que entonces era la superpotencia de la tierra habitada. Quién fue el que ganó en esta confrontación dramática, lo muestra la historia digna de confianza. Todos los dioses del antiguo Egipto quedaron expuestos como falsos, y el victorioso Dios de los israelitas sacó a su pueblo de la casa de esclavitud de Egipto, los llevó a través del mar Rojo y hasta el monte Sinaí en Arabia, donde les dio los Diez Mandamientos y centenares de otras leyes para el gobierno de ellos como nación. Al principio de esos Diez Mandamientos el Libertador divino de los israelitas tenía el pleno derecho de mandar a su pueblo liberado lo siguiente, al decir:
13 “Yo soy Jehová tu Dios, que te he sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos. No debes tener otros dioses contra mi rostro. No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna que esté en los cielos arriba o que esté en la tierra debajo o que esté en las aguas debajo de la tierra. No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirles, porque yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva, que trae castigo por el error de padres sobre hijos, sobre la tercera generación y sobre la cuarta generación, en el caso de los que me odian, pero que ejerce bondad amorosa para con la milésima generación en el caso de los que me aman y guardan mis mandamientos.”—Éxo. 20:1-6.
14. ¿Cómo difiere Jehová Dios del “dios de este sistema de cosas” en lo relacionado con imágenes, y por qué?
14 Los primeros dos de esos Diez Mandamientos identifican por nombre a un Dios que no tiene igual, un Dios cuyo registro no puede ser igualado por el de ningún llamado “dios,” ni siquiera por el de Satanás el Diablo mismo, que es “el dios de este sistema de cosas.” Satanás el Diablo permite que se hagan imágenes idólatras hasta de sí mismo y de los “dioses” asociados con él. Pero el Dios cuyo nombre es Jehová prohíbe estrictamente el que se haga imagen alguna para representarlo a él y prohíbe la asociación de cualquier otra imagen idólatra con la adoración de Él. No se le puede comparar con ninguna cosa creada, con ninguna imagen hecha por los hombres. Hablando por otro profeta que vino después de Moisés, él dijo: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas.”—Isa. 42:8.
15. ¿Por qué puede decirse que Jehová es “un Dios celoso,” y por eso qué pudieran preguntar respecto a esto los que poseen poder político?
15 Esta declaración divina exige que se dé devoción exclusiva a Jehová como Dios y excluye el uso de todas las imágenes hechas por los hombres a las cuales se da adoración relativa. Debido a que es invisible los hombres pudieran creer que es necesario hacer imágenes para ayudar a los adoradores a dirigir su atención a Él. Pero esas imágenes solo serían una mentira, incapaces de representarlo como Él realmente es. En realidad, estarían distrayendo al adorador y abaratando a Dios en la estimación del adorador. El único Dios vivo y verdadero jamás puede ser representado por una imagen creada, inanimada. Él no se asocia con ninguno de los dioses que se han levantado por sus propios esfuerzos, y Sus adoradores verdaderos ‘no deben tener otros dioses contra su rostro,’ como copartícipes de él en el puesto auténtico de Dios. Él exige la devoción exclusiva de los que lo adoran, y por esto se puede decir que es “un Dios celoso.” Gústeles o no, todas Sus criaturas inteligentes tendrán que rendirle devoción exclusiva si quieren vivir felizmente para siempre. Por esta razón, los que poseen poder político hoy quizás adopten el lenguaje de Faraón y pregunten: “¿‘Quién es Jehová,’ para que todos deban adorarlo?”
EL MATERIALISMO ADORADO COMO UN DIOS
16, 17. (a) Además del Estado, ¿qué otras cosas adora la gente hoy día? (b) ¿Cómo hacen muchos que el materialismo sea un dios para ellos?
16 Sin darse cuenta de lo que realmente está haciendo, la gran mayoría de la humanidad está adorando a la simbólica “bestia salvaje,” el Estado político que, en una forma u otra, gobierna a “toda tribu y pueblo y lengua y nación.” (Rev. 13:7) Pero hay otras cosas que los hombres imperfectos y egoístas pueden elevar a la posición de dioses en su vida. En la vida de muchos la ciencia física del día moderno ha llegado a ser una “vaca sagrada” que ellos adoran porque creen que los científicos humanos pueden lograr cualquier cosa, resolver todo problema. También, en este día de entretenimiento y diversión de tantas clases, se ve que idolatran a las “estrellas” teatrales, a las celebridades del cine, a actores y ejecutantes de la radio y televisión que se han ganado aplauso. La inmoralidad sexual viene consiguiendo cada vez más adoradores a medida que se vienen abajo las normas anteriores de moralidad y decencia.
17 Además, en este tiempo en que el mundo de la humanidad abunda como nunca antes en las llamadas “comodidades de la vida,” con sus inventos que ahorran trabajo, medios para viajar rápidamente a partes lejanas, y una variedad más extensa de cosas de comer, es posible que una persona sea inducida a procurar una abundancia de estas cosas. O puede que la inflación del mundo y sus crecientes problemas económicos ejerzan presión en ella y hagan que la consecución de cosas materiales llegue a ser su preocupación principal. En tanto un caso como en el otro, el individuo puede hacerse materialista, a tal grado que no tenga tiempo para cosas espirituales ni interés en ellas. Aunque no le guste pensarlo, el materialismo ha llegado a ser un dios para él.
18. ¿Es sabio adorar el Materialismo, y por qué no quiso satisfacerse con riquezas materiales Agur el hijo de Jaqué?
18 No es sabio adorar el Materialismo. De seguro dañará la espiritualidad del que lo haga. Agur el hijo de Jaqué, un hombre de la antigüedad que quería evitar la adoración desastrosa de dioses falsos, reconoció los peligros del materialismo. Dirigiendo sus palabras al Creador de la Tierra, el viento y la lluvia, Agur dijo: “Dos cosas te he pedido. No las retengas de mí antes que muera. La falsedad y la palabra mentirosa aléjalas de mí. No me des ni pobreza ni riquezas. Déjame devorar el alimento prescrito para mí, para que no vaya a quedar satisfecho y realmente te niegue y diga: ‘¿Quién es Jehová?’ y para que no venga a parar en pobreza y realmente hurte y acometa el nombre de mi Dios.”—Pro. 30:1, 7-9.
19. ¿Qué actitud para con Dios produce el materialismo en la persona codiciosa, parecida a la de los políticos, y por qué no conseguirá vida de Dios el materialista?
19 En un mundo en que la extremada riqueza existe lado a lado con la deplorable pobreza, nos vemos obligados a ser como Agur el hijo de Jaqué y tomar el derrotero seguro. Tenemos que evitar las dos condiciones opuestas que pueden volvernos en contra de adorar al Dios verdadero. La abundancia material para satisfacer la codicia puede colocarnos en la misma posición con los gobernantes estatales que son ávidos en su deseo por poder político, de modo que adoptan las palabras desafiadoras del antiguo Faraón y dicen: “¿Quién es Jehová?” Si no solo el poder político sino también la avaricia por riquezas materiales produce esa actitud, entonces ¿qué está haciendo el que busca tesoros terrestres en demasía sino haciendo del Materialismo, no de Jehová, su Dios? Puesto que Jehová es un Dios celoso, es decir, un Dios que exige la devoción exclusiva de los que lo adoran, una persona no puede servir a los dos al mismo tiempo y ganar el premio de la vida eterna en felicidad de las manos del Dios verdadero.
20. ¿Qué dijo alguien más sabio que Agur acerca de tratar de servir como esclavo a Dios y las Riquezas a la misma vez?
20 Un hombre que era mucho más sabio que Agur el hijo de Jaqué dijo: “Nadie puede servir como esclavo a dos amos; porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas [Mammón].”—Mat. 6:24, NM; Versión Valera.
21. ¿De qué clase de adoración son culpables de todos modos los que dicen que no creen en un dios personal?
21 Hoy la humanidad en general está atrapada entre las fuerzas del nacionalismo y el materialismo. Muchos están sucumbiendo a la adoración de ambas cosas, el nacionalismo y el materialismo. Los otros, aunque no tienen ningún interés personal y especial en la política nacional, están cediendo a la adoración del materialismo. ¿Qué individuo hay en la Tierra hoy que pueda decir que no adora nada? Tal vez crea que, porque se jacta de no creer en un Dios personal inteligente, no está adorando a un dios o dioses. Pero si hace un examen honrado de sí mismo, descubrirá que está haciendo del nacionalismo, materialismo, deportes, sexo, su propio vientre, y otras cosas egoístas, sus dioses y que está trabajando como esclavo por ellos. Además, al adorar estas cosas egoístas del mundo, él está, sin saberlo, adorando a la personificación del egoísmo, Satanás el Diablo, “el dios de este sistema de cosas.” Es absurdo el que uno se engañe a sí mismo. Seamos honrados todos con nosotros mismos y reconozcamos los hechos.
22. Considerando lo que la adoración de esos dioses le ha acarreado a la gente, ¿qué debería estar razonando y deduciendo la gente en cuanto a la adoración?
22 La adoración de todos estos dioses falsos ha traído al mundo de la humanidad a la condición angustiosa en que se halla hoy día. La adoración de todos esos dioses no ha resultado en la paz, felicidad y bienestar general de la raza humana. Cualquier persona que razona pensaría que es tiempo de que la gente en su angustia dudara de lo aconsejable de seguir sirviendo a los dioses que les han acarreado esta perplejidad y dificultades. Deberían razonar y deducir que tiene que haber un Dios verdadero, un Dios que les sea de beneficio real y duradero a sus adoradores. ¿Quién pudiera ser?
23, 24. ¿Quién es el Dios que está opuesto a todos esos dioses falsos, y de qué manera es Él el Dios de la Biblia?
23 Solo hay un Dios que se mantiene firmemente opuesto a todos esos dioses falsos y dañinos. No es desconocido por nombre. Su nombre ha sido proclamado a través y alrededor de toda la Tierra, particularmente desde el fin de la I Guerra Mundial en el año 1918. Su nombre es el nombre más prominente en el libro que ha disfrutado de mayor circulación entre la humanidad que todo otro libro que se haya publicado, y en ese libro su nombre aparece unas siete mil veces. Ese libro es el único libro escrito por la inspiración de Aquel cuyo nombre se menciona en él tantas veces. Por esa razón es el libro que ha sido atacado más que todo otro libro del mundo, resultando esto en que sea el libro que se ha desacreditado más que todos. Ese libro se llama La Santa Biblia, Las Sagradas Escrituras. El nombre de Aquel a quien la Biblia presenta del principio al fin como Dios es Jehová. Por eso Él es el Dios de la Biblia. De nada vale disputar este hecho, porque en Salmo 83:18 la Biblia dice:
24 “¡Conozcan todos que tú, cuyo nombre es JEHOVÁ, tú solo eres Altísimo sobre toda la tierra.”—Versión Moderna.
25. ¿Quiénes en particular han afrontado la pregunta desafiadora acerca de adorar a Jehová, y con qué preguntas acerca de Él nos dirigimos ahora a la Biblia?
25 Especialmente desde el año 1919 E.C., los que lo adoran, conocidos en todo el mundo como los testigos cristianos de Jehová, han sido los que han publicado y ensalzado el nombre de él por toda la Tierra en por lo menos 207 países y grupos insulares hasta la fecha de hoy. Es del todo lógico que estas personas en particular sean las que hayan afrontado la pregunta desafiadora: “¿‘Quién es Jehová,’ para que todos deban adorarlo?” Esa es una pregunta válida. Merece una respuesta que sea autoritativa. La respuesta autoritativa con la debida fuerza para convencer solo se puede obtener de la Biblia, el Libro de Jehová. En este libro, ¿qué dice él por sí mismo? ¿Qué ha hecho él que se registre en este libro acerca de sus obras y sus tratos con la humanidad? ¿De qué manera es mejor Él que todos los otros dioses que los hombres han adorado durante todas las edades? ¿Qué hará en cuanto a la condición actual de los asuntos del mundo? ¿Cómo probará que él es el único que merece nuestra adoración como Dios? Por lo tanto, ¡dirijámonos a la Santa Biblia por las respuestas!
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La razón por la cual escoger adorar a JehováLa Atalaya 1975 | 15 de abril
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La razón por la cual escoger adorar a Jehová
1, 2. (a) ¿Cómo aplican algunas personas la expresión “Ver y creer” respecto a Dios? (b) ¿A qué astronauta comunista ruso recuerdan a uno estas personas?
“¡VER y creer!” Eso expresa la actitud que la gente materialista ha adoptado hoy en cuanto a Dios. Debido a que no lo pueden ver a simple vista ni con la ayuda de los telescopios más potentes en uso hoy día, no creen que exista; no pueden persuadirse a creer que él exista.
2 Los que piensan así nos recuerdan al segundo astronauta que los comunistas rusos despacharon arriba en una cosmonave de cohete para describir órbitas a nuestra Tierra. Según un informe de la Prensa Asociada del 6 de mayo de 1962, este comandante ruso “proclamó hoy su descreencia en Dios. Dijo que no vio a ‘ningún Dios ni ángeles’ mientras que describía sus diecisiete órbitas a la Tierra. . . . ‘El cohete fue hecho por nuestra gente. No creo en Dios. Creo en el hombre, en sus fuerzas, sus posibilidades y su razón.’”—Times de Nueva York del 7 de mayo de 1962.
3, 4. (a) ¿Cómo difirió Moisés de ese astronauta ruso? (b) ¿Qué quería ver Moisés acerca de Dios, y qué se le dijo?
3 No toda la gente es así. Considere, por ejemplo, a un hombre que es más famoso que aquellos astronautas comunistas y que logró más bien para la humanidad. Ese hombre fue Moisés el hijo de Amram el hebreo. Se testifica acerca de este Moisés que él “continuó constante como si viera a Aquel que es invisible.” (Heb. 11:27) No se llevó una desilusión con este Dios invisible de él. No quedó avergonzado de su creencia en este Dios. Después que Moisés hizo a su pueblo salir de la esclavitud en Egipto y los condujo milagrosamente a través del mar Rojo al monte Sinaí en Arabia, y después que recibió las dos tablas de los Diez Mandamientos en medio de un espectáculo inspirador de temor reverente en esa montaña, Moisés no tenía razón para descreer en la existencia de este Dios invisible, todopoderoso. Lo que él quería era llegar a conocerlo mejor, ver la gloria de este Dios invisible.
4 “Hazme ver, por favor, tu gloria,” fue la solicitud que Moisés hizo por medio del ángel de Dios. La respuesta divina a esta solicitud fue: “Yo mismo haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro, y ciertamente declararé el nombre de Jehová delante de ti.” Pero, ¿por qué solo esta manifestación? Jehová Dios le explicó a Moisés: “No puedes ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y sin embargo vivir.”—Éxo. 33:18-20.
5. ¿Qué dijo Dios acerca de sí mismo cuando declaró su nombre delante de Moisés?
5 No importa lo que diga el hombre acerca de este Dios de Moisés; lo que debe importarnos es la clase de Dios que es según su propia declaración. Nos enteramos de lo que Dios dijo acerca de sí mismo en el relato que Moisés hizo de lo que aconteció, en estas palabras: “Y procedió Jehová a bajar en la nube y a estacionarse con él allí y a declarar el nombre de Jehová. Y Jehová fue pasando delante de su rostro y declarando: ‘Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad, que conserva bondad amorosa para miles, que perdona error y transgresión y pecado, pero de ninguna manera dará exención de castigo, que hace venir el castigo por el error de padres sobre hijos y sobre nietos, sobre la tercera generación y sobre la cuarta generación.’”—Éxo. 34:4-7.
6, 7. (a) ¿Cuál de esas cualidades divinas que se mencionaron necesitamos que se ejerzan para con nosotros en nuestra condición? (b) ¿De qué nos asegura respecto al reinado de la iniquidad el hecho de que Dios no otorga exención del castigo por los males que se hacen?
6 ¿No describe eso la clase de Dios que nosotros desearíamos tener, la clase de Dios que escogeríamos adorar? Es un Dios “misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad.” Ciertamente nosotros en la condición humana estropeada en que nos hallamos hoy día necesitamos que se ejerzan esas cualidades divinas para con nosotros. Sin embargo, Dios no permite que sus criaturas humanas hagan cuanto quieran para siempre sin recibir el castigo que merecen. Es un Dios “que perdona error y transgresión y pecado,” pero no conviene en esas cosas malas y no deja de castigar a los que voluntariosamente practican esas cosas y se deleitan en ellas.
7 Por eso podemos estar seguros de esta cosa en particular: Aunque él ha sido “tardo para la cólera” y ha permitido que la iniquidad y la maldad hayan continuado entre la humanidad por los pasados seis mil años, no permitirá que el reinado de la iniquidad siga para siempre en la Tierra. No le ‘otorgará exención del castigo’ para siempre a este sistema de cosas inicuo que tiene al autor de la iniquidad, Satanás el Diablo, por dios. ¡Felizmente para nosotros hoy día, el largo tiempo que él le ha permitido a la iniquidad ha llegado a su fin!
8. ¿Qué suceso en el día de Noé nos ayuda a ver que no hay razón para dudar que Dios pueda poner fin a un sistema de cosas mundial?
8 El hecho de que él esté perfectamente capacitado para poner fin a este entero sistema de cosas mundial en nuestra misma generación no debe dudarse por un momento. Más de ocho siglos antes de declarar su nombre al profeta Moisés, nos dio un ejemplo histórico del poder pleno que tiene para destruir un mundo entero de gente. Hizo esto en los días del antepasado de Moisés, Noé. Se ha podido calcular que el año de aquella destrucción mundial fue 2370 antes de nuestra era común. El mundo actual de la humanidad no es demasiado grande ni está demasiado esparcido para que lo incluya en la destrucción que él ha predicho para este sistema de cosas que circunda el globo terráqueo. En los días de Noé las aguas del diluvio abarcaron a todo el globo terráqueo.
9. Por lo tanto, como allá en aquel entonces, ¿qué cosa similar puede Dios hacer hoy día?
9 El entero orbe terráqueo entonces estaba justamente como estaba al principio del primer “día” creativo cuando el Creador dijo: “Llegue a haber luz.” La superficie de toda la Tierra estaba cubierta de agua. (Gén. 1:1-3) Solo que, mientras que las aguas del diluvio continuaban sobre toda la Tierra, la tremenda arca construida por Noé y su familia flotaba tranquilamente en el regazo de esas aguas. Con la excepción de la familia de Noé que estaba en el arca, toda la vida humana que estaba en la Tierra murió. Fueron sumergidos, así como Faraón y sus carros de guerra y soldados de caballería fueron sumergidos en el mar Rojo cuando iban en pos de los hebreos que habían partido bajo Moisés. Lo que el Dios Todopoderoso Jehová hizo en el tiempo del Diluvio, lo puede hacer hoy: destruir un sistema de cosas mundial que está ‘lleno de violencia.’—Génesis 6:11 a 7:23, inclusive.
EL DIOS DEL NUEVO SISTEMA DE COSAS
10. ¿Por qué no dejará un vacío en la Tierra la destrucción del sistema de cosas actual, y por qué, por lo tanto, debemos adorar a Jehová?
10 El fin de permitir Dios la iniquidad y la destrucción que él trae sobre este viejo sistema de cosas en un disturbio mundial sin paralelo no dejará un vacío en nuestra Tierra. Él tiene algo ideal con lo cual reemplazar las cosas anteriores. Es un nuevo sistema de cosas, en el cual no se permitirá la iniquidad. El Creador de este nuevo sistema justo también será su Dios. Esa es una razón sólida por la cual debemos escoger adorar a Jehová el Creador como Dios.
11. ¿Por qué no será Satanás un dios en ese nuevo sistema de cosas, y qué les sucederá a sus adoradores?
11 El dios del inicuo sistema de cosas actual, Satanás el Diablo, entonces se habrá ido, y también todos los otros dioses falsos que los hombres materialistas, sin fe, han estado adorando hasta ahora. Ese “dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás,” no podrá habérselas con Dios el Todopoderoso. Será despojado de su poder como dios y arrojado en un abismo junto con todos sus ángeles demonios. (Rev. 20:1-3) Los que escojan adorarlo como su dios perecerán junto con este sistema de cosas controlado por el Diablo en la mayor dificultad de todas que ahora amenaza al mundo.
12. En contraste con lo que Satanás le dio a la humanidad, ¿qué clase de gobierno global suministrará Jehová a la humanidad, en las manos de quién?
12 Satanás el Diablo, el “dios de este sistema de cosas,” le suministró a la gente un gobierno político mundial que se simbolizó en el último libro de la Biblia por una “bestia salvaje” de siete cabezas y diez cuernos. Bajo influencia satánica esta bestia ascendió del “mar” de la humanidad apartada de Dios. (Rev. 13:1-8) En contraste con eso, Jehová como el Dios del justo nuevo sistema de cosas le suministrará a la humanidad un gobierno global superior al de los hombres y mujeres imperfectos, opresivos, de interés egoísta. Será un gobierno celestial, en las manos del Maestro que enseñó a sus discípulos a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:9, 10; Luc. 11:2) El Instructor que les enseñó esa oración fue Jesucristo. Este fue el Hijo de Dios que Jehová envió a la Tierra hace mil novecientos años para que llegara a ser un descendiente carnal del rey David y así llegara a ser el heredero permanente del reino eterno que permanecería en el linaje real de David. Así llegó a ser el Mesías prometido.—Juan 1:40-49.
13. ¿Con qué tentación fue abordado el ungido Jesús para atraerlo seductoramente a la adoración incorrecta y a la política de este mundo?
13 Como Heredero ungido de este reino mesiánico, ¿por qué debiera Jesucristo enredarse en la política sucia de este mundo? No esperaba que el “dios de este sistema de cosas” le diera un reino o un imperio mundial. Después que fue ungido con el espíritu de Dios para ser el Rey Designado del gobierno mesiánico, se le acercó el “dios de este sistema de cosas” en un esfuerzo por atraerlo seductoramente a la adoración falsa y a la política de este mundo condenado a la destrucción. Descaradamente trayendo a colación la cuestión de adoración, el Tentador le mostró a Jesús “todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo” y dijo: “Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy. Por eso, si tú haces un acto de adoración delante de mí, todo será tuyo.” ¿A quién, pues, escogería adorar Jesús?
14, 15. ¿De qué gobierno había sido ungido Jesús como Rey Designado, y por qué no adoraría él a Satanás por todos los reinos del mundo?
14 Jesús no hizo lo que la “bestia salvaje” de siete cabezas y diez cuernos qué ascendió del mar hizo, a saber, aceptar el poder político y un trono material y gran autoridad del dragón de color de fuego, Satanás el Diablo. (Rev. 13:1, 2) Jesús ya había sido ungido al puesto de gobernante del reino mesiánico porque adoraba a Jehová como Dios. Como se le dijo proféticamente a Jesucristo: “Amaste la justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con el aceite de alborozo más que a tus socios.” (Heb. 1:9; Sal. 45:7) Nunca se inclinaría Jesús en adoración al “dios de este sistema de cosas,” ni siquiera por “todos los reinos de la tierra habitada.” Puesto que había nacido como hombre bajo el pacto de la Ley que Moisés había mediado en el monte Sinaí, Jesús inmediatamente citó las palabras de Moisés contenidas en el libro de Deuteronomio y le dijo a Satanás el Diablo:
15 “Está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que rendir servicio sagrado.’”—Luc. 4:5-8; Deu. 6:13; 10:20.
16. En vez de hacer propaganda a favor de un gobierno político en la Tierra, ¿qué mensaje se puso a proclamar Jesús, y por qué?
16 Jesucristo permaneció resueltamente a favor del Dios del justo nuevo sistema de cosas. Eso quiso decir que Jesús tuvo que apegarse fielmente al reino mesiánico que vino de la mano de este Dios, el Señor Soberano Jehová. Por lo tanto, no se puso al hacer propaganda a favor de ningún reino político de la tierra habitada, antes bien, emprendió la proclamación del mensaje que su precursor, Juan el Bautista, había proclamado a todo Israel: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 4:17) Para llegar a ser el Mesías celestial, era necesario que Jesús entregara su vida en plena devoción a ese reino de los cielos, el reino de Dios.
17. ¿Cómo testificó Jesús a Poncio Pilato a favor del reino de Dios?
17 Cuando Poncio Pilato, el gobernador romano de la provincia de Judea, le preguntó a Jesús si era un rey que le presentaba una amenaza al imperio de los Césares, Jesús respondió: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente.” (Juan 18:36) De modo que Jesús testificó a Pilato a favor del reino de Dios.
¡YA ES HORA DE ESCOGER!
18. ¿Qué papel desempeñó Jesús en la historia humana, y cómo demostró que creía en Dios y lo adoraba?
18 Este Jesucristo es un hombre de la historia. Los judíos y gentiles incrédulos no pueden echarlo a un lado como si fuera una mera figura legendaria o un mito. Hay más evidencia de que él haya existido aquí en la Tierra hace diecinueve siglos que la que hay de todos los otros hombres que se mencionan en las páginas de la historia. Su venida marcó el punto de viraje en la historia humana, no solo en el asunto de religión sino en el asunto de gobierno mundial para la humanidad, el reino de Dios. Entró en la escena terrestre al tiempo señalado de Dios, al tiempo indicado con anterioridad en la Santa Biblia. Para Jesucristo no había ninguna duda en cuanto a la existencia de Dios. Él vino de Dios. Había visto a Dios, había hablado con él, trabajado con él. No era mentiroso cuando llamó la atención sobre estos hechos acerca de su vida prehumana en el cielo. Aunque al estar en la Tierra como hombre con solo vista humana no podía ver a Jehová Dios, no obstante siguió creyendo en él y adorándolo. Las obras que Jesús hizo en la Tierra, de las cuales testificaron muchos testigos honrados, demostraron que él creía en Dios y que Dios estaba con él.—Hech. 10:38.
19. En cuanto a creer que existe un Dios, ¿qué pregunta surge respecto al ejemplo de quién seguiremos?
19 Jesús conocía a Jehová Dios su Padre mejor que lo conocían los espíritus demonios invisibles. Sin embargo los demonios creen que hay un Dios. Los hombres descreídos pueden sonreírse de esto ostentando sabiduría mundana, pero el medio hermano terrestre de Jesucristo que se llamaba Santiago les dijo a los que afirmaban ser discípulos de Cristo: “Tú crees que hay un solo Dios, ¿verdad? Haces bastante bien. Y sin embargo los demonios creen y se estremecen.” (Sant. 2:19) Según lo que se dice allí, los demonios sobrehumanos están haciendo mejor que la gran mayoría de hombres y mujeres que absolutamente no creen en Jehová Dios. En cuanto a esto, ¿el ejemplo de quién podemos seguir con seguridad? ¿El de los hombres y mujeres incrédulos? ¿O el de los demonios que creen y sin embargo no hacen nada más en cuanto a ello excepto estremecerse? ¿O el de Jesucristo de cuya vida personal en la Tierra dan testimonio los veintisiete libros de las Escrituras Griegas Cristianas inspiradas?
20. ¿A quién o quiénes les fue mejor... a los que carecen de fe en Dios y de obras adecuadas, o a Jesús por creer y demostrar su creencia? ¿Cómo?
20 Jesucristo creía; pero, más que eso, dio prueba de su creencia por las cosas que hizo. ¿Le fue peor a él que a los hombres y mujeres incrédulos o que a los demonios? ¿Cuya vida de creencia y obras ha resultado en mayor bien para la humanidad, aun solo hasta ahora, en la historia humana, sin mencionar el futuro? La respuesta a esas preguntas que concuerda con la realidad tendrá que señalar a Jesucristo como aquel a quien le fue mejor y que logró el mayor bien. Él está hoy donde está debido a vivir una vida de fe y obras en la Tierra hasta morir como mártir por apoyar lealmente el reino de Dios. Hoy ocupa el puesto más elevado de todo el cielo y toda la Tierra con la única excepción de Jehová Dios mismo. (Fili. 2:5-11; 1 Ped. 3:21, 22) Y hoy no estaría en ese puesto tan ensalzado si no hubiera un Dios y si Jehová no fuera ese Dios, el Dios que puede resucitar a los muertos a vida celestial.—Efe. 1:19-22.
21. ¿El ejemplo de quién, entonces, deben seguir los que anhelan vida eterna?
21 No hay lugar para contradicción, la vida de fe y obras de Jesús dio el mejor resultado para él, al grado de superar lo que cualquiera y toda otra criatura en el universo pueda esperar recibir. El ejemplo de él es el que deben seguir todas las personas sensatas que anhelan vida eterna, en la plenitud de felicidad. El seguir su ejemplo es práctico, no meramente idealista. Él reconoció a Jehová como su Dios y lo adoró, aun ante la tentación que le puso Satanás el gobernante de los demonios.
22. ¿Quién, pues, es Jehová, y qué dos razones sumamente importantes hay para que lo adoremos?
22 En respuesta a la pregunta: “¿‘Quién es Jehová,’ para que todos deban adorarlo?” podemos contestar basados en los hechos: Jehová es el Dios del Señor Jesucristo, y ese hecho en sí mismo es una razón sumamente importante por la cual todos debemos adorar a Jehová como Dios. Todos los que desean vida eterna en el justo nuevo sistema de cosas de Dios tendrán que seguir el ejemplo de Jesucristo, el Principal en toda la creación de Dios. También, el mismo hecho de que Jehová ha puesto el reino mesiánico en manos de Jesucristo lo hace urgente que todos adoren a Jehová Dios.
23. ¿Por qué no pueden escapar responsabilidad para con él los que niegan la existencia de Dios, y cómo obran estos incrédulos?
23 Hay hombres y mujeres hoy día que creen que pueden escapar responsabilidad para con Jehová por medio de descreer y negar que él exista y sea Dios. Pero el que se escapen de ser responsables a Uno que no pueden ver es pura imaginación de parte de ellos. El rey David, un antepasado de Jesucristo, dijo, en el Salmo 14:1, 2 catorce, versículos uno y dos: “El insensato ha dicho en su corazón: ‘No hay Jehová.’ Han obrado ruinosamente, han obrado detestablemente en su trato. No hay quien haga el bien. En cuanto a Jehová, él ha mirado desde el cielo mismo a los hijos de los hombres, para ver si existe alguien que tenga perspicacia, alguien que busque a Jehová.” Aun en su día, el rey David notó que los que negaban la existencia de Jehová obraban ruinosamente. Jehová Dios está observándolos desde el cielo. Se ríe de ellos, pues bien sabe él que están detenidos cual cautivos dentro de la región de Sus leyes y no pueden escapar lo que proviene de la ejecución de esas leyes. El pasar por alto y negar esas leyes solo les acarreará daño.
24. ¿Por qué no tiene que ver solo con religión la cuestión que es de suprema importancia hoy día, y cómo refleja el trato que Faraón dio a Moisés el de los políticos hoy día?
24 La cuestión de suprema importancia ante todo el universo hoy día no es sencillamente asunto de religión. También es de gobierno. Nos será provechoso recordar que fue el político principal del día el que arrojo en la cara del profeta Moisés la pregunta: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz?” (Éxo. 5:2) Al hacer esa pregunta el Faraón de Egipto no solo estaba desafiando al Dios de la religión pura, sino también a un Gobernador, al Gobernante Soberano del universo. Además, Jehová entonces estaba a punto de establecer su gobernación real sobre la nación de Israel. Así mismo sucede en cuanto a los políticos actuales y sus apoyadores patrióticos. No están tratando meramente con el campo religioso al poner en tela de juicio la existencia de Jehová y su habilidad como Dios. También están tratando con asunto de gobierno. Hoy están tratando con la soberanía de Dios representada por su gobierno mesiánico, el reino de Dios. Es un gobierno verdadero y es más alto y también más poderoso que los propios gobiernos de ellos.
25. (a) ¿Por quiénes y desde cuándo ha sido predicado a las naciones ese gobierno mesiánico? (b) Después de esa notificación a las naciones, ¿qué se le mandará hacer a ese gobierno, y qué efecto tendrá esto en los políticos?
25 Especialmente desde el fin de la I Guerra Mundial en el año 1918, los testigos cristianos de Jehová han estado proclamando ese gobierno, ese reino celestial de Dios en las manos de su Cristo. Por lo tanto, durante estos pasados cincuenta y seis años ese reino mesiánico, por lo general, solo se ha predicado. (Mat. 24:14; Mar. 13:10) Pronto, sin embargo, dejará de ser predicado a todas las naciones políticas para testimonio a ellas. Pero, tras esa notificación anticipada a esas naciones, al reino mesiánico de Jehová se le mandará tomar acción. Esa acción probará que Jehová es el Dios de la profecía verdadera, el Inspirador de profecías bíblicas que son verdaderas e infalibles. El reino mesiánico suministrará esa prueba por medio de cumplir esas profecías. Entonces aquellos políticos desafiadores llegarán a saber quién es Jehová y qué les sucede a los que desdeñan adorarlo. La acción del Reino no los convertirá a la adoración de Jehová, sino que los destruirá.—Dan. 2:44.
26. (a) Además de destruir a los operantes visibles de este sistema de cosas, el Reino hará ¿qué? acerca del dios del sistema. (b) Los súbditos terrestres actuales del Reino serán introducidos en ¿qué? y ¿cómo?
26 Ese reino mesiánico hará más que destruir a los operantes visibles de este inicuo sistema de cosas. Encerrará en el abismo al poder invisible, pero verdadero, que hay detrás del sistema de cosas actual, a saber, “el dios de este sistema de cosas,” Satanás el Diablo, junto con sus demonios. (Rev. 20:1-3) El reino mesiánico conservará vivos a través de la “grande tribulación” sin precedente que le sobrevendrá a la humanidad en el futuro cercano a los últimos miembros que quedan de los 144.000 coherederos de Cristo y también a la “grande muchedumbre” de súbditos terrestres actuales de ese reino celestial. (2 Ped. 3:11-15; Rev. 7:9-17) A estos sobrevivientes terrestres de la “grande tribulación,” el Reino los introducirá en el nuevo sistema de cosas en el cual Jehová será Dios y el Soberano Universal.
27. Según Revelación 21:3-5, ¿en qué diferencia resultará para los habitantes de la Tierra ese nuevo sistema con su Dios?
27 ¿Resultará esto en algo diferente para todos los habitantes terrestres de un sistema que tenga a Jehová por Dios? No pudiera darse mejor respuesta a esta pregunta que la que se halla escrita bajo inspiración en Revelación 21:3-5: “Con eso [yo, Juan] oí una voz fuerte desde el trono decir: ‘¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.’ Y El que estaba sentado sobre el trono dijo: ‘¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas.’ También, dice: ‘Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.’”
28. En respuesta a la pregunta: “¿‘Quién es Jehová,’ para que todos deban adorarlo?” ¿qué diremos?
28 Por lo tanto, “¿‘Quién es Jehová,’ para que todos deban adorarlo?” ¡Escuche, usted el Faraón del antiguo Egipto! ¡Escuche, usted la persona de hoy día de inclinación materialista! Jehová es el Dios que es “desde tiempo indefinido hasta tiempo indefinido” y digno de toda la adoración. (Sal. 90:2) Es el Gobernante Soberano de todo el universo. Es nuestro Hacedor, y la Fuente del reino mesiánico por medio del cual todas las familias de la Tierra, los vivos y los muertos, serán bendecidos.—Gén. 12:3; 22:18.
29. Si verdaderamente creemos eso, ¿a qué exhortación del salmista responderemos?
29 ¿Creemos nosotros eso? Los que contestamos, Sí, ¿mostraremos nuestra fe por obras adecuadas? Si así es, entonces responderemos con entusiasmo a la siguiente exhortación del salmista inspirado: “Oh vengan, adoremos e inclinémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios, y nosotros somos el pueblo de su apacentamiento y las ovejas de su mano.”—Sal. 95:6, 7.
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