BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • ¿Le tiene usted cariño a Jehová?
    La Atalaya 1983 | 15 de marzo
    • ¿Le tiene usted cariño a Jehová?

      EL AMOR tiene muchas “caras”. Un joven apasionado quizás esté enamorado de una hermosa muchacha. Existe el amor de una madre por su hijo. Y está el amor que une a los cristianos en una hermandad mundial.

      Todo eso es “amor”, pero los griegos tienen diferentes palabras para los diversos tipos de amor. Eros es el amor que se relaciona con la atracción sexual. Storgé denota el amor que se basa en la consanguinidad. Y agape —el amor altruista basado en principios— es el amor que tienen entre sí los cristianos verdaderos por toda la Tierra. (Juan 13:34, 35.)

      Tierno cariño

      Sin embargo, cuando los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas quisieron enfatizar el amor de manera especialmente afectuosa y cariñosa, emplearon la palabra philía. Esta denota un apego arraigado, afectuoso e íntimo, como el que existe entre amigos genuinos. Jehová le tiene esa clase de cariño especial a su Hijo unigénito. Por eso Jesús dijo de sí mismo: “El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre. Porque cualesquier cosas que Aquél hace, estas cosas también las hace el Hijo de igual manera. Porque el Padre le tiene cariño al Hijo y le muestra todas las cosas que él mismo hace”. Y, de igual manera, respecto a sus seguidores genuinos, Jesús dijo: “El Padre mismo les tiene cariño, porque ustedes me han tenido cariño a mí y han creído que salí como representante del Padre”. (Juan 5:19, 20; 16:27.)

      En las Escrituras Griegas Cristianas, la palabra “cariño” se refiere a un tipo de amor íntimo y afectuoso. Esto es patente por el hecho de que a menudo se traduce junto con la palabra “tierno”. Por ejemplo, el apóstol Pablo exhortó a los cristianos: “En amor fraternal ténganse tierno cariño los unos a los otros” (Romanos 12:10). Además, el discípulo Santiago menciona el aguante de Job y el resultado que Jehová dio como prueba de “que Jehová es muy tierno en cariño y misericordioso”. (Santiago 5:11).

      ¿Es posible tenerle cariño a Jehová?

      De modo que Jehová puede tenerle tierno cariño a los humanos —aunque imperfectos— que mantienen integridad. Pero puesto que el cariño envuelve sentir profundo afecto por alguien, ¿es posible que los humanos imperfectos le tengan cariño al Soberano del Universo, Jehová?

      Sí, eso es posible. Un ejemplo sobresaliente de alguien que le tuvo cariño afectuoso a Jehová fue David. Esto puede verse en sus muchos salmos. El se sintió sumamente agradecido por el cuidado amoroso de Jehová como Pastor. (Salmo 18:1; 23:1-6.)

      Jehová puede estar tan cerca de nosotros, ser tan real para nosotros, que podemos tenerle cariño o afecto íntimo. En realidad, el primer y más grande mandamiento muestra claramente que debemos tenerle esta clase de cariño íntimo y afectuoso a nuestro Hacedor. Según ese mandamiento, debemos ‘amar a Jehová con todo nuestro corazón, toda nuestra alma, toda nuestra mente y todas nuestras fuerzas’. (Marcos 12:29, 30.)

      Cómo cultivar cariño afectuoso por Jehová

      Entonces, ¿cómo podemos cultivar este cariño afectuoso por Jehová? Desarrollando aprecio cada vez más profundo por lo amoroso y cariñoso que es como Padre celestial. Podemos hacer eso por medio de apartar tiempo para leer su Palabra, la Biblia, con regularidad. Particularmente podemos hallar que es provechoso leer porciones como los Salmos, los Evangelios y las cartas apostólicas.

      Otra gran ayuda para cultivar cariño afectuoso por Jehová es desarrollar un espíritu de aprecio y agradecimiento por Sus muchas bendiciones. Considere que todas las cosas buenas provienen de El, pues, de hecho, “toda dádiva buena y todo don perfecto [...] desciende del Padre de las luces celestes”. En efecto, hay muchas exhortaciones bíblicas a dar gracias a Dios, particularmente en el libro de los Salmos y en las cartas de Pablo. Las siguientes palabras del apóstol son típicas: “[Den] gracias siempre por todas las cosas a nuestro Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. (Santiago 1:17; Efesios 5:20.)

      Algo más que puede ayudarnos a cultivar cariño por Jehová Dios es la oración... las peticiones y súplicas sentidas, sinceras y humildes dirigidas a nuestro amoroso Padre celestial. En oración nos espaciamos en las excelentes cualidades de Jehová, su bondad para con nosotros y el hecho de que necesitamos de él. Y en oración también le suplicamos que perdone nuestros pecados, como lo hizo David en el Salmo 51. Naturalmente, todo esto nos acerca más a Jehová e intensifica nuestro cariño por él.

      Cómo nos ayuda el cariño que tenemos a Jehová

      Si cultivamos esta clase de cariño afectuoso e íntimo por Jehová Dios, a la vez que lo amamos verdaderamente con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, entonces, ¿qué sucederá? Esto nos ayudará a andar del modo que agrada a Dios y también nos librará de muchos sufrimientos y pesares. Es muy probable que los cristianos que se meten en líos por quebrantar gravemente las leyes justas de Dios no hayan cultivado esta relación afectuosa con el Padre celestial.

      Por ejemplo, había un joven cristiano que no había pasado de la adolescencia, y tenía el privilegio de servir de tiempo completo. Pero se descuidó en cuanto a las “obras de la carne” y hubo que disciplinarlo (Gálatas 5:19-21). Cuando se le convenció de la gravedad de su pecado, se arrepintió sinceramente. No obstante, había pasado por alto lo que debería haber predominado en la mente de él, a saber, el oprobio que su proceder desobediente trajo al nombre de Jehová. Si este joven hubiera tenido una relación íntima y afectuosa con su Padre celestial, es muy probable que tal relación le hubiera servido de freno.

      Jesús no sólo le preguntó a Pedro si le tenía amor, sino también cariño a su Amo. Cuando Pedro contestó que sí, Jesús dijo: “Apacienta mis ovejitas” (Juan 21:15-17). Algo similar sucede con el cariño que le tenemos a Jehová. Tal cariño nos ayuda a interesarnos en complacer a Dios por medio de guardar sus mandamientos. Hará que nos preocupemos por no desagradarle, por no herir Sus sentimientos. Como nos recuerda el apóstol Pablo, si nos retraemos de hacer la voluntad de Jehová, El no se complacerá en nosotros. Sin duda no queremos que eso nos suceda, ¿no es cierto (Hebreos 10:38, 39)? ¡Cuánto mejor es tener fe en nuestro amoroso Dios, y verdadero cariño afectuoso por El!

      Por consiguiente, cultivemos cariño afectuoso por Jehová Dios. Podemos hacerlo por medio de leer su Palabra, meditar en su bondad con un espíritu de agradecimiento, perseverar en la oración y tratar de agradarle mediante nuestra conducta y nuestro ministerio celoso al proclamar Su nombre y Reino.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1983 | 15 de marzo
    • Preguntas de los lectores

      ◼ ¿Qué fue “la señal de Jonás” que se menciona en Mateo 16:4?

      En respuesta a los fariseos y saduceos, que le pidieron una señal, Jesús dijo: “Una generación inicua y adúltera sigue buscando una señal, pero no se le dará señal alguna sino la señal de Jonás”. (Mateo 16:1-4.)

      Estos líderes religiosos evidentemente estaban buscando una señal visible procedente del cielo antes de aceptar a Jesús como el Mesías, y basaban su expectativa en un entendimiento erróneo de Daniel 7:13, 14. Exigían que el Mesías se conformara a sus opiniones predeterminadas, y hacían caso omiso de las cosas maravillosas que Jesús estaba haciendo y enseñando (Juan 4:25-29, 42; 7:31; 9:30-33). Por eso Jesús dijo a los fariseos y saduceos que la única “señal” adicional que se proveería sería “la señal de Jonás”.

      Muchos meses antes, Jesús había mencionado “la señal de Jonás”. Lo que agregó entonces puede ayudarnos a comprender el punto que quería comunicar: “Porque así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así el Hijo del hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. (Mateo 12:38-40.)

      Jonás estuvo, en cierto sentido, en el Seol, o sepulcro, mientras estuvo en el vientre del gran pez que se lo tragó (Jonás 2:1, 2). Entonces salió, como por resurrección, para efectuar su asignación profética en Nínive. En el caso de Jesús había de suceder algo parecido, pero de manera aún más milagrosa.

      Jesús predijo que él moriría y que al tercer día sería levantado de entre los muertos (Mateo 16:21; 20:17-19; Juan 2:19-21). Cuando, de hecho, se levantó de entre los muertos al tercer día, sus discípulos recordaron lo que él había dicho, y esto fortaleció la fe que tenían en él (Juan 2:22; 1 Corintios 15:3-8). Hasta algunos sacerdotes judíos que se enteraron de “la señal de Jonás” y del mensaje cristiano ‘empezaron a ser obedientes a la fe’ (Hechos 6:7). Pero éstos ciertamente eran una minoría. La mayor parte de los líderes judíos que habían rehusado dejarse impresionar por las maravillosas obras y enseñanzas de Jesús cuando él anduvo entre ellos no cambiaron de parecer. Rechazaron “la señal de Jonás”, la resurrección de Jesús de entre los muertos al tercer día.

      ◼ ¿Por qué a veces se invita al auditorio a ponerse de pie para cantar y orar durante reuniones y asambleas cristianas?

      Cánticos y oraciones han formado parte de la adoración verdadera desde hace mucho tiempo (1 Crónicas 16:7-9; Mateo 26:26-30; Santiago 5:13, 14). Por eso, son una parte normal e importante de la adoración en las reuniones de congregación o asambleas de los testigos de Jehová.

      Muchos cánticos están en forma de oraciones o alabanzas a Dios. Cuando un grupo grande de personas se pone de pie en unión para cantar u orar puede considerarse que los que forman el grupo están mostrando respeto al acercarse a Dios en acción de gracias. (1 Reyes 8:14, 22, 23.)

      Pero debe tenerse presente que la Biblia muestra que se puede orar o cantar alabanzas a Dios mientras uno esté en cualquier posición. (Compare con Lucas 22:39-41; Hechos 16:24, 25.) Así que no hay ningunas reglas al respecto. Si la salud o las circunstancias de cierta persona hacen que sea preferible que ella permanezca sentada durante el cántico u oración de la congregación, no hay nada de malo en eso. En muchos casos, los cristianos permanecen sentados durante la oración en reuniones más pequeñas, como en los Estudios de Libro de Congregación, los estudios bíblicos en los hogares de la gente, y en las comidas.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir