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  • Obediencia el proceder deseado
    La Atalaya 1970 | 1 de diciembre
    • como joven lleno de curiosidad, de ese deseo de entender, ¿no hay un desafío delante de ti? Realmente, si crees que la vida es monótona, tú eres el monótono, porque literalmente andas sobre campos interminables de variedad cada día.

      39. ¿Qué ambiente debe haber en el hogar, como se ilustra por el mar?

      39 De modo que la obediencia debe ser el camino deseable por el cual ir. Siempre debe estar estrechamente unida a la felicidad. Ustedes los que son padres, sean sabios, sigan el ejemplo de Cristo Jesús, que dijo: “Soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” (Mat. 11:29, 30) No demoren la disciplina. Aplíquenla con amor. Nuestro mundo moderno está lleno de maravillas y dispositivos mecánicos que pueden mantenernos ocupados trabajando para sufragar los pagos de ellos. ¿Por qué hallarse al fin con una casa llena de máquinas modernas, y con padres tan cansados y frustrados que no tengan tiempo para revestir el hogar de amor? Al observar el oleaje que golpea las rocas, y las olas largas que vienen tomando forma y velozmente alcanzan la orilla, donde rompen ruidosamente, regresando de aprisa entonces para volver de nuevo, le parece a uno que el mar tiene tanta prisa que no tiene tiempo para dejar que uno se acerque a él. Pero en algún otro lugar el mismo mar está muy calmado, besando tranquilamente la orilla con apacibilidad. Su calor lo alcanza a uno. Se siente uno con ganas de quedarse. Su actitud de serenidad imperturbada hace que uno vuelva al ambiente placentero de él vez tras vez. Así será su hogar, donde la obediencia es el proceder deseable debido al amor.

  • Dios tiene nombre
    La Atalaya 1970 | 1 de diciembre
    • Dios tiene nombre

      Un artículo preparado especialmente para que los padres lo lean con sus hijos

      ¿CÓMO te llamas? Tú tienes un nombre. Yo también. El primer hombre que hubo en la Tierra tuvo nombre. Dios lo llamó Adán. La primera mujer se llamó Eva. Todo hombre, mujer y niño tiene nombre.

      Dios dio nombres también a los ángeles que viven en el cielo. ¿Sabes el nombre del ángel a quien Dios envió a la Tierra para que dijera que su Hijo iba a nacer? El nombre de ese ángel es Gabriel.

      Mira arriba a las muchas, muchas estrellas que hay de noche. ¿Crees que tienen nombre? Sí, Dios le dio un nombre a cada estrella en el cielo. La Biblia nos dice: “Está contando el número de las estrellas; a todas ellas las llama por sus nombres.”—Sal. 147:4.

      Todos, la gente, los ángeles y las estrellas, tienen nombre. Entonces, ¿crees tú que Dios tiene nombre? Jesús dijo que sí. Una vez, cuando estaba orando a Dios, Jesús dijo: ‘He dado a conocer tu nombre a mis seguidores.’—Juan 17:26.

      ¿Conoces el nombre de Dios? Dios mismo nos dice cuál es. Él dice: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre.” (Isa. 42:8) De modo que el nombre de Dios es JEHOVÁ.

      ¿Te gusta cuando otros se acuerdan de tu nombre? A la gente le gusta que la llamen por su nombre. Y Jehová quiere que la gente conozca su nombre también. De modo que tú debes usar el nombre Jehová cuando hables acerca de Dios.

      Jesús usó el nombre de Dios, Jehová, cuando le habló a la gente. Una vez Jesús dijo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón.”—Mar. 12:30.

      Jesús sabía que “Jehová” es un nombre muy importante. De modo que enseñó a sus seguidores a usar el nombre de Dios. Hasta les enseñó a hablar acerca del nombre de Dios en sus oraciones. Jesús sabía que Dios quiere que toda la gente conozca su nombre Jehová.

      Hace mucho tiempo Dios le mostró la importancia de su nombre al hombre Moisés. Moisés era uno de los hijos de Israel. Los hijos de Israel vivían en un país que se llamaba Egipto. La gente de aquel país se llamaba los egipcios. Estos egipcios hicieron que los hijos de Israel fueran sus esclavos y los trataban muy mal. Cuando Moisés creció, trató de ayudar a uno que era de los hijos de Israel como él. Esto hizo que el rey de Egipto se enojara. ¡Quiso matar a Moisés! Por eso Moisés huyó de Egipto.

      Moisés se fue a otro país. Este fue la tierra de Madián. Allí Moisés se casó y se puso a criar una familia. Trabajó como pastor. Un pastor es una persona que cuida ovejas. Un día Moisés estaba ocupado atendiendo las ovejas cerca de una montaña. Allí vio una cosa asombrosa. Una planta espinosa estaba ardiendo, ¡pero no se quemaba! Moisés se acercó más para mirarla bien.

      ¿Sabes lo que sucedió? Moisés oyó una voz de en medio de aquella planta que ardía. La voz lo llamó diciendo: “¡Moisés! ¡Moisés!”

      ¿Quién decía eso? ¡Era Dios quien hablaba! Dios tenía un trabajo grande que quería que Moisés hiciera. Dijo Dios: “Ven y déjame enviarte a Faraón [el rey de Egipto], y saca tú a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.” Dios prometió ayudar a Moisés a sacar de Egipto a los hijos de Israel.

      Pero Moisés le dijo a Dios: ‘Supongamos que llego a los hijos de Israel en Egipto y digo que Dios me envió. ¿Qué hay si me preguntan: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué diré?’ Dios le dijo a Moisés que dijera a los hijos de Israel: ‘Jehová me ha enviado a ustedes. Jehová es mi nombre para siempre.’—Éxo. 3:1-15.

      Ahora Moisés sabía que Dios iba a quedarse con el nombre Jehová. Jamás lo cambiaría. Dios quería que para siempre se le conociera por el nombre Jehová.

      Moisés regresó a Egipto. Allí los egipcios de veras no conocían a Jehová. Creían que solo era un dios pequeño de los hijos de Israel. Los egipcios no creían que Jehová era el Dios de toda la Tierra. De modo que Jehová le dijo al rey de Egipto: ‘Voy a hacer que se conozca mi nombre en toda la tierra.’—Éxo. 9:16.

      Jehová de veras hizo que se conociera su nombre en toda la Tierra. Hizo que Moisés sacara de Egipto a los hijos de Israel. Y la gente de toda la Tierra pronto supo acerca de Jehová.

      Hoy muchas personas son como los egipcios del día de Moisés. No creen que Jehová es el Dios de toda la Tierra. Por eso Jehová quiere que su propio pueblo hable a otros acerca de él. Eso es lo que Jesús hizo.

      ¿Quieres ser como Jesús? Entonces di a otros que el nombre de Dios es Jehová. Verás que muchas personas no saben eso. Por eso quizás puedas mostrarles el texto de Salmo 83:18 en la Biblia. Vamos a sacar la Biblia ahora mismo y buscar juntos ese texto. Dice: “Tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el Altísimo sobre toda la tierra.”

      “Jehová” es el nombre más importante que hay. Es el nombre de Aquel que hizo todas las cosas. Jesús ama y adora a Jehová. Y acuérdate, Jesús dijo que debemos amar a Jehová Dios con todo nuestro corazón. Tanto Jesús como Moisés mostraron que amaban a Jehová de esa manera.

      ¿Cómo puedes mostrar que amas a Jehová como lo amaron Jesús y Moisés? Una manera es hablando a otros acerca de las cosas maravillosas y buenas que Jehová ha hecho. Esto alegra mucho a Jehová, porque él quiere que la gente lo conozca. Tú quieres alegrar a Jehová, ¿no es verdad?

      No todas las personas querrán escuchar cuando hables acerca de Jehová. Muchas personas no escucharon aun cuando Jesús, el Gran Maestro, habló acerca de Él. Pero eso no impidió que Jesús hablara acerca de Jehová.

      Por eso, sé como Jesús. Sigue hablando acerca de Jehová. Jehová Dios se complacerá contigo porque muestras que le tienes amor a su nombre.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1970 | 1 de diciembre
    • Preguntas de los lectores

      ● Los cristianos jóvenes que asisten a las escuelas públicas se enfrentan a muchos problemas debido al aumento de la delincuencia, la inmoralidad, el nacionalismo, etc. Por consiguiente, cuando uno ha terminado la educación mínima que se requiere por ley, ¿sería aconsejable salir de la escuela y dedicar más tiempo al ministerio, o debería uno terminar la educación fundamental normal?—D. B., EE. UU.

      Las costumbres y los requisitos legales en cuanto a la educación varían de país en país. En algunos países es obligatoria una cantidad fija de educación para todos los niños, con poca o ninguna provisión para que el niño salga antes. En otros países solo son obligatorios unos dos años de educación (o ninguno), y se deja que el individuo obtenga la mayor parte de la educación según se lo permitan las circunstancias.

      En los Estados Unidos de la América del Norte un estudiante por lo general asiste a la escuela primaria durante siete u ocho años (esto varía de estado en estado) y luego a la escuela secundaria por unos cuatro años. Las leyes de la mayoría de los estados establecen que un joven tiene que asistir hasta graduarse de la secundaria, o hasta que tenga dieciséis años de edad. Sin embargo, aunque uno puede salir de la escuela a los dieciséis años si lo aprueban los padres, la mayoría de los jóvenes asisten hasta graduarse aproximadamente a los dieciocho años de edad. La siguiente consideración trata principalmente de los Estados Unidos de la América del Norte, puesto que en eso se interesa el que pregunta, pero probablemente muchos de los puntos y principios presentados aplican a cierto grado también en otros países.

      Es excelente tener conocimiento y educación apropiados. Los padres cristianos se interesan en la educación de sus hijos. De acuerdo con las instrucciones de Dios, personalmente instruyen y entrenan a su prole en muchos campos, incluso la Biblia, la adoración verdadera, las responsabilidades domésticas y la conducta

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