BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • El nombre de Dios en la historia remota
    La Atalaya 1980 | 1 de julio
    • REINADO DEL REY DAVID

      Durante el reinado del rey David, el uso del nombre Jehová alcanzó un nuevo y glorioso realce. David escribió muchos hermosos salmos o canciones de alabanza a Jehová bajo inspiración divina. David también organizó, para el templo, una orquesta grande y un coro que consistían en miles de cantores y músicos. Ellos interpretaban y cantaban con regularidad conmovedoras canciones de alabanza a Jehová y ‘celebraban con melodías su nombre.’—Sal. 68:4.

      ¿Se disgustó Jehová porque se usara su nombre públicamente y en el círculo familiar? ¿Condenó él a David y a sus contemporáneos, expresándose para ello en los términos del tercer mandamiento: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna”? (Éxo. 20:7) ¡Obviamente no! Dios bendijo abundantemente a David, y su gobernación fue sumamente próspera.

      CAMBIO DE PUNTO DE VISTA

      Unos cinco siglos más tarde, un profeta fiel de Jehová, Malaquías, usó el Tetragrámaton (las cuatro letras hebreas del nombre de Dios) 48 veces en los cuatro capítulos de su profecía. La palabra que Jehová dio por medio de Malaquías decía en parte: “Desde el nacimiento del sol aun hasta su puesta mi nombre será grande entre las naciones.” Y el punto se repite para énfasis... “‘Mi nombre será grande entre las naciones,’ ha dicho Jehová de los ejércitos.”—Mal. 1:1, 11.

      Note además lo que Malaquías escribió sobre sacerdotes de su día: “‘Un hijo, por su parte, honra a un padre; y un siervo, a su magnífico amo. Pues si yo soy un padre, ¿dónde está la honra a mí? Y si soy un magnífico amo, ¿dónde está el temor a mí?’ ha dicho Jehová de los ejércitos a ustedes, oh sacerdotes que desprecian mi nombre.”—Mal. 1:6.

      El contexto muestra que los sacerdotes no eran culpables de no usar el nombre de Dios, pero mostraban falta de respeto a ese nombre al ofrecer sacrificios inaceptables. Las Escrituras Hebreas y otros escritos de aquel período muestran que el nombre de Jehová se usaba extensamente. Por ejemplo, ciertos documentos (llamados Papiros Elefantinos) que datan de alrededor del siglo quinto a. de la E.C. y que se hallaron en una colonia judía del norte de Egipto contienen el nombre divino. Sin embargo, hay evidencia de que antes de que los romanos destruyeran a Jerusalén se desarrolló la tendencia supersticiosa de evitar el uso del nombre divino.a Esto pudo haber sucedido debido a una interpretación fanática y extremada del tercer mandamiento... el de no usar el nombre de Dios en vano. (Éxo. 20:7) Pero cuando Dios dio aquel mandato, ¿quiso decir él que su nombre no debería usarse nunca, excepto en ocasiones especiales, extraordinarias, quizás solo en el santuario? Eso no podría ser así, pues cuando el nombre divino se usaba extensamente (como en los días de David), la bendición de Jehová se hacía muy patente en Israel. Pero la bendición divina estaba manifiestamente ausente de la entera nación al tiempo en que Jesucristo vivió en la Tierra y efectuó su ministerio, cuando ya no se usaba el nombre de Dios debido a la tradición religiosa de los judíos. Los líderes religiosos judíos de aquel día se habían alejado tanto de Dios y de sus principios a tal grado que no solo envolvieron el nombre de Dios en la oscuridad del secreto, sino que también se hicieron responsables de la muerte de Su amado Hijo. Varios años después, en 70 E.C., los judíos pagaron un precio terrible por lo que habían hecho, cuando su templo y la ciudad santa de Jerusalén fueron destruidos por los ejércitos romanos.

      ¿QUÉ HICIERON CRISTO Y SUS DISCÍPULOS?

      ¿Siguieron Jesucristo y sus discípulos la tradición judía con relación al nombre de Dios? Jesús condenó, de manera valerosa, la tradición de los fariseos y escribas, y libró a sus discípulos de aquellas influencias que causaban muerte espiritual. Dijo a los fariseos y escribas “hipócritas”: “¿Por qué es que ustedes también traspasan el mandamiento de Dios a causa de su tradición? . . . Han invalidado ustedes la palabra de Dios a causa de su tradición.”—Mat. 15:3-9.

      ¿Usaron entonces Jesús y sus discípulos el nombre de Dios abiertamente? Positivamente, pues todos ellos citaban frecuentemente de las Escrituras que contenían el nombre de Jehová. Ellos usaban a menudo la Versión de los Setenta, una traducción de las Escrituras Hebreas al griego que comenzó a prepararse en Alejandría alrededor del tercer siglo a. de la E.C., y cuyas copias todavía contenían el Tetragrámaton. Es cierto que las copias de la Versión de los Setenta que se hicieron siglos después siguieron la tradición judía de omitir el nombre de Dios. Pero algunos rollos y porciones de la Versión de los Setenta en griego que datan de la época en que Jesús vivió en la Tierra contienen el Tetragrámaton en sus caracteres hebreos.—Vea La Atalaya del 15 de septiembre de 1978, págs. 6-8.

      Jesús mismo indicó claramente que él empleaba el nombre divino. Por ejemplo, dijo en oración a su Padre: “He puesto tu nombre de manifiesto a los hombres que me diste del mundo. . . . Yo les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer.” (Juan 17:6, 26) Además, Jesús enseñó a sus seguidores a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” (Mat. 6:9) ¿Por qué habría hecho Jesús esas declaraciones si no hubiera usado el nombre de Dios?

      Por lo tanto, el nuevo pueblo escogido, el Israel espiritual, la congregación cristiana, usó extensamente el nombre de Dios. (Gál. 6:16) Por eso ciertas traducciones de las Escrituras Griegas (el “Nuevo Testamento”) incluyen el nombre de Jehová. Por ejemplo, esto es cierto de Greek Scriptures (Escrituras Griegas) en hebreo, por Franz Delitzsch (1877); The Emphatic Diaglott, por Benjamin Wilson (1864); The Christian’s Bible—New Testament (La Biblia del cristiano... el Nuevo Testamento), por George N. LeFevre (1928), y la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas así como otras traducciones. En contraste, la mayoría de las traducciones han seguido la tradición de los judíos y han omitido el nombre de Dios.

      Poco después de los días de Jesús, la predicha apostasía comenzó a corromper la doctrina y el espíritu del cristianismo verdadero. (2 Tes. 2:3; 2 Ped. 2:1-3) Al comenzar la larga noche del “Oscurantismo,” el uso del nombre divino se desvaneció gradualmente.b Por muchos siglos, el conocimiento mismo del nombre de Dios quedó principalmente confinado a los monasterios... disponible solo a doctos como los monjes.

      Entonces, ¿cómo llegó a conocerse mundialmente el nombre divino, como se conoce en la actualidad?

  • El nombre divino en tiempos posteriores
    La Atalaya 1980 | 1 de julio
    • El nombre divino en tiempos posteriores

      NO HAY duda de que en la historia remota se usaba el nombre divino. Pero, ¿qué hay en cuanto a tiempos posteriores? ¿A qué se debe que algunas traducciones de la Biblia hayan omitido el nombre? Y, ¿qué significado e importancia tiene ese nombre para nosotros?

      EL NOMBRE “JEHOVÁ” SE DA A CONOCER EXTENSAMENTE

      Es interesante el hecho de que Raymundus Martini, un monje español de la Orden de los Dominicos, fue el primero que tradujo el nombre divino como “Jehová.” Esta forma del nombre apareció en su libro Pugeo Fidei, publicado en 1270 E.C. . . . hace más de 700 años.

      Con el tiempo, a medida que se desarrollaron los movimientos reformistas tanto dentro como fuera de la Iglesia Católica, la gente en general pudo conseguir la Biblia, y el nombre “Jehová” o “Jehovah” llegó a conocerse más extensamente. En 1611 E.C. se publicó en inglés la Versión del Rey Jaime o Versión Autorizada de la Biblia. Esta usa el nombre Jehová (Jehovah) cuatro veces. (Éxo. 6:3; Sal. 83:18; Isa. 12:2; 26:4) Desde entonces, la Biblia ha sido traducida muchísimas veces. Algunas traducciones siguen el ejemplo de la Versión Autorizada e incluyen el nombre divino solo unas cuantas veces.

      Algunas traducciones, como la Biblia de Jerusalén, traducen el nombre divino con una ligera variación al usar “Yahvéh” (otras versiones: “Yahvé,” “Yahveh” y “Yavé”) en vez de “Jehová.” Sin embargo, quizás alguien pregunte: “¿Por qué han hecho esto los traductores? Si es incorrecto usar el nombre ‘Jehová’ o ‘Ya[h]vé[h],’ ¿por qué usarlo del todo? Si es correcto usarlo, ¿por qué no ser consecuentes y usarlo cada vez que aparece en el texto bíblico?”

      Tomando en cuenta los antecedentes históricos y factuales que hemos mencionado, examinemos la contestación de los traductores.

      LA CONTESTACIÓN DE LOS TRADUCTORES

      El prólogo de An American Translation (Una Traducción Americana) dice: “En esta traducción hemos seguido la tradición ortodoxa judía al usar ‘el Señor’ en vez de ‘Jehovah.’” Pero al seguir “la tradición ortodoxa judía,” ¿se dieron cuenta los traductores de lo perjudicial que puede ser pasar por alto la clara resolución de Dios de que su “nombre sea declarado en toda la tierra”? Además, Jesús condenó las tradiciones hechas por el hombre que tendrían el efecto de invalidar la palabra de Dios.—Éxo. 9:16; Mar. 7:5-9.

      El prólogo de la Revised Standard Version (Versión Normal Revisada), declara: “La presente revisión vuelve al proceder de la Versión del Rey Jaime, la cual sigue . . . la práctica por mucho tiempo establecida en la lectura de las escrituras hebreas en la sinagoga. . . . El Comité ha vuelto al uso más familiar de la Versión del Rey Jaime por dos razones: (1) La palabra ‘Jehovah’ no representa con exactitud ninguna forma del Nombre que se haya usado alguna vez en hebreo; y (2) el uso de cualquier nombre propio para el Dios único y singular, como si hubiera otros dioses de los cuales él tuviera que ser distinguido, se descontinuó en el judaísmo antes de la era cristiana y es enteramente impropio para la fe universal de la Iglesia cristiana.” (Cursivas nuestras.)

      Los traductores cometieron un grave error al seguir el ejemplo de la Versión del Rey Jaime y la tradición judía. ¿Realmente creían ellos que era la voluntad de Dios que su nombre se mantuviera oculto? ¿Es el nombre divino algo de que avergonzarse, de modo que no deba usarse en la Biblia?

      ¿PREJUICIO RELIGIOSO?

      Es interesante el hecho de que la American Standard Version, publicada en 1901, use el nombre de Jehová en todas las Escrituras Hebreas. En contraste, la Revised Standard Version, publicada en 1952, solo hace una muy breve referencia al Tetragrámaton en una nota (en Éxodo 3:15). Durante ese período, los testigos de Jehová estaban proclamando el nombre de Dios por todo el mundo. ¿Pudiera ser que el prejuicio en contra de la actividad de testificar de los Testigos fuera la causa de que se omitiera el nombre divino en ciertas traducciones de la Biblia?

      La siguiente declaración que apareció en Katolische Bildepost (una revista católica de Alemania) indica que eso pudiera ser cierto en algunos casos: “Sin embargo, el nombre de Dios que ellos [los testigos de Jehová] han cambiado a ‘Jehová’ es simplemente una invención de la secta.” (24 de agosto de 1969) Esta declaración huele a prejuicio religioso. También revela pobre trabajo de investigación, pues, como ya hemos mencionado, el primer escritor que usó el término “Jehová” fue un monje católico... ¡quien obviamente no era testigo de Jehová!

      NORMA CONTRADICTORIA

      “La palabra ‘Jehovah’ no representa con exactitud ninguna forma del Nombre que se haya usado alguna vez en hebreo,” dice el Prólogo de la Revised Standard Version. Pero, ¿qué palabra “representa con exactitud” el nombre divino en hebreo? Algunos prefieren “Yahweh” o “Yahvéh,” otros “Yehwah,” otros “Yavé,” y así por el estilo. El problema es que, cuando se escribía el hebreo antiguo, solo se usaban consonantes, y hasta los peritos admiten que es asunto de conjetura decir qué vocales se usaban para completar el nombre divino.

      Uno también pudiera preguntar a los que objetan al uso del término “Jehovah” o “Jehová” por qué no objetan al uso de otros nombres como “Jesús” o “Pedro.” ¿Por qué no insisten esos críticos en que se usen las formas originales de esos nombres (Iesoús y Petros) en griego? ¿No son estas personas culpables de aplicar una norma contradictoria al rechazar la forma “Jehová”?

      OTRAS TRADUCCIONES

      Por supuesto, muchas traducciones usan “Jehová,” “Yahvéh” o alguna otra representación del Tetragrámaton. Además, hay unas 40 traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas (“Nuevo Testamento”) a lenguas vernáculas que usan alguna forma vernácula del Tetragrámaton, como Iehova (hawaiano) y uJehova (zulú).

      The Bible in Living English (por Steven T. Byington) también usa “Jehovah” en todo el texto hebreo. En su prólogo, Byington dice lo siguiente acerca del uso de “Jehovah”: “La ortografía y la pronunciación no son sumamente importantes. Lo que es sumamente importante es tener claramente presente que éste es un nombre personal.” Sí, el nombre de la Persona más exaltada del universo es único, exclusivo, incomparable, sublime.

      ¿QUÉ SIGNIFICA ESTE NOMBRE ÚNICO?

      Para contestar esto, es apropiado dar una mirada retrospectiva a la historia. Cuando el Altísimo dio a Moisés la comisión de sacar de Egipto a los israelitas, “Moisés le dijo al Dios verdadero: ‘Supongamos que llego ahora a los hijos de Israel y de veras les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes,” y ellos de veras me dicen: “¿Cuál es su nombre?” ¿Qué les diré?’ Ante esto, Dios le dijo a Moisés: ‘YO RESULTARÉ SER LO QUE RESULTARÉ

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir