-
¿Qué actitud manifiesta usted hacia el nombre de Dios?La Atalaya 1980 | 1 de julio
-
-
para con la humanidad estén llegando a una grandiosa culminación.
Los miembros de esta familia mundial también se esfuerzan continuamente por evitar hacer cualquier cosa que desagrade a su Padre. Toman a pecho el antiguo mandamiento que dice: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna.” (Éxo. 20:7) Aunque imperfectos y, como el rey David, propensos a cometer errores, los que aman a Jehová tratan de mantener elevadas normas de conducta... honradez, limpieza física y moral, y abstinencia de la idolatría, la avaricia y la codicia. (Luc. 12:15; 1 Cor. 6:9, 10; Heb. 13:18; 1 Juan 5:21; Rev. 19:8; 21:8) Se mantienen libres de conflictos y violencia políticos, que supuestamente se llevan a cabo en el nombre de Dios, pero que en verdad han arrojado gran oprobio sobre Su nombre. (Isa. 2:4; Juan 15:19) Pero los siervos de Dios respetan a las autoridades gubernamentales y civiles y son ciudadanos observantes de la ley que pagan sus impuestos y rinden a sus patronos un honrado día de trabajo “para que nunca se hable perjudicialmente del nombre de Dios.”—1 Tim. 6:1; Rom. 13:1-7.
ORGULLOSOS DE LLEVAR EL NOMBRE DE ÉL
Si usted viene de una buena familia, probablemente está orgulloso de llevar el nombre de su padre. De igual manera lo están los que llevan el nombre de Jehová hoy. Una gran familia mundial, internacional, lleva con orgullo el nombre del Padre celestial como testigos de Jehová. (Isa. 43:10, 12; Rev. 7:4-10) Aunque aprecian el aumento en conocimiento y comodidades que han provisto hombres brillantes, reconocen y honran “al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas que hay en ellos.” Él es el que provee “lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando [los] corazones [humanos] por completo de alimento y de alegría.” (Hech. 14:15-17) Y él dio la dádiva superlativa de su Hijo, por medio del cual podemos ‘tener vida eterna.’ (Juan 3:16) Los alabadores de Jehová están profundamente agradecidos a Dios por todas sus dádivas.—Sant. 1:17.
Como expresión de profunda gratitud a su Creador, esta familia mundial dedicada contribuye a la santificación del glorioso y exclusivo nombre de Dios por medio de reconocer el lugar correcto de éste en Su propio libro sagrado... tanto en las Escrituras Hebreas como en las Griegas Cristianas. Y, siguiendo los pasos del Amo, Jesucristo, y sus seguidores del primer siglo, están esparciendo celosamente el vital mensaje para este día: que el reino de Dios se ha acercado y es la única esperanza para la humanidad.—Mat. 4:23; 24:14; 28:19, 20.
UN LLAMAMIENTO
Con urgencia le hacemos un llamamiento a aprender más acerca del Dios verdadero, Jehová, su Hijo, Jesucristo, y esta feliz y unida familia que está ‘declarando el nombre de Dios por toda la tierra.’ (Éxo. 9:16; Rom. 9:17) Esto no solo podría cambiar toda su vida ahora, sino que podría hacerle posible pasar con vida a través de la venidera “grande tribulación” y vivir eternamente en el prometido nuevo sistema de cosas de Dios.—Mat. 24:21, 22; 2 Ped. 3:13.
Es un hecho que su mismísima vida depende del derrotero que usted siga. Las Escrituras aseguran que “todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo.” (Rom. 10:13; Joel 2:32) ¿Invocará usted el nombre divino con fe como adorador devoto de Jehová?
-
-
“¡Grande es Jehová, el Señor!”La Atalaya 1980 | 1 de julio
-
-
“¡Grande es Jehová, el Señor!”
Franz Schubert compuso la música para este poema lírico intitulado “La Omnipotencia,” escrito por Johann Ladislav Pyrker (Opus 79/2, DV 852, 1825):
¡Grande es Jehová, el Señor! Pues cielo
y Tierra proclaman su poderío.
Se oye en el fragor de la tempestad,
en el precipitado clamor de la corriente del bosque;
se escucha en el susurro del verde follaje,
se ve en el oro de los ondulantes sembrados,
en la lucida lozanía de bellísimas flores,
en el encendido esplendor de los estrellados cielos,
temible suena en el retumbo del trueno
y reluce en el raudo y flameante fulminar del relámpago.
Pero el pulsante corazón hace más perceptible
de Jehová, el Dios eterno, el poderío
cuando con fervor a lo alto se acude en espera
de favor y misericordia.
-