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    La Atalaya 1953 | 1 de septiembre
    • El Dios Exclusivo

      “¡Ninguno hay como tú, oh Jehová!”—Jer. 10:6.

      1. ¿Cómo confiesa Jeremías a Jehová como incomparable?

      JEHOVÁ es incomparable. Con majestad y simplicidad lo confiesa Jeremías: “¡Ninguno hay como tú, oh Jehová! ¡grande eres, y tu nombre es grande en poder! ¿Quién no quisiera temerte a ti, oh Rey de las naciones? ¡Porque a ti te corresponde el temor; ya que entre todos los sabios de las naciones, y en toda su dignidad real, ninguno hay comparable a ti! ¡Pero Jehová es el verdadero Dios; él es el Dios vivo, y el Rey eterno! . . . Jehová hizo la tierra con su poder, estableció el mundo con su sabiduría, y con su inteligencia extendió los cielos. . . . ¡Los dioses que no hicieron los cielos y la tierra, perecerán de sobre la tierra y de debajo de estos cielos!”—Jer. 10:6, 7, 10, 12, 11.

      2. (a) ¿Por qué es importante tener un aprecio de la exclusividad de Jehová? (b) ¿Cuál es la pregunta escrutadora?

      2 Esta exclusividad de Jehová es una verdad vital, y un aprecio de ella les es esencial a todos los que quieren realizar sus deseos justos. Los dioses falsos son comunes. Están por todas partes. Empero, Jehová no es ninguno de éstos. Hay dioses de muchas clases a quienes los pueblos de la tierra sirven y adoran. La práctica de dicha adoración en su gran variedad de formas es practicar diversas religiones. Tenemos conocimiento de que hay estos muchos dioses. Sabemos que hay variadas religiones por toda la tierra, las cuales incorporan en sí mismas el sinnúmero de dioses de las tierras “cristianas” y no cristianas, con ídolos, imágenes, fetiches y un sinnúmero de otros objetos materiales “santos”, adorados ellos mismos y también dándoseles adoración por medio de ellos a criaturas, humanas y espirituales. Para algunos, los cuerpos del universo y las fuerzas de la creación natural son dioses. La riqueza y el poder son dioses para muchas personas. Dioses para muchos son los exaltados caudillos religiosos, militares, políticos, económicos, científicos y artísticos. Aunque algunos nieguen que los tales son verdaderamente dioses, no puede negarse que todas estas cosas que se han mencionado y, sí, hasta los animales e insectos, son adorados como dioses. ¿A quién o qué adora usted? ¿A quién o a que está usted dedicado?—Éxo. 20:3-5; 1 Tes. 1:9, NM.

      3. (a) ¿Es correcto distinguir entre dioses? (b) ¿En quiénes halla el Dios verdadero aprecio amoroso?

      3 Por encima y separado de todos estos dioses degenerados y sus adoradores fanáticos existe el único Jehová, cuya exclusividad nos impulsa a darle nuestra sincera alabanza. Tenemos que distinguir entre este Dios verdadero y los falsos. Es enteramente apropiado diferenciar entre Él y todos los demás dioses. De hecho, es necesario que hagamos eso. El Dios justo no es de interés a las criaturas injustas. El Dios justo y amoroso no encuentra respuesta armoniosa en los hombres injustos y llenos de odio. Si usted responde a su Divinidad con aprecio amoroso, ¡feliz es usted!—Mat. 5:6-9, NM.

      4. ¿Qué exige de nosotros con respecto a Jehová la fe cristiana?

      4 El profeta de Dios citado arriba habla de él como “Jehová”. “Jehová” es el nombre del Dios verdadero. Es el nombre mediante el cual él se designa y se da a conocer. “Dios” es un título, como lo es “Señor”, pero “Jehová” es un nombre, el nombre. Jehová, por medio de sus obras creativas, sus actos poderosos, y su palabra de verdad, la Biblia, manifiesta su exclusividad y que él es el Dios verdadero además del cual no hay ninguno. De consiguiente, el ejercicio de la fe cristiana exige que distingamos entre el único Dios verdadero y todos los demás dioses.—Sal. 145.

      5. ¿En qué nombres anda la gente, según Miqueas 4, y cuándo?

      5 La profecía del capítulo cuarto de Miqueas mira adelante a nuestros maravillosos “postreros días” que se distinguirán por la vindicación del nombre de Jehová y el establecimiento de su supremacía completa, y declara: “Mas sucederá que en los postreros días el monte de la Casa de Jehová será establecido como cabeza de los demás montes, y será ensalzado sobre los collados; ¡y, como ríos, fluirán a él los pueblos! Pues caminarán muchas naciones, diciendo: ¡Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la Casa del Dios de Jacob! y él nos enseñará en cuanto a sus caminos, y nosotros andaremos en sus senderos. . . . Porque todos los pueblos andan cada cual en el nombre de su dios; ¡y nosotros andaremos en el nombre de Jehová, el Dios nuestro, para siempre y eternamente!”—Miq. 4:1, 2, 5.

      6. (a) ¿Por qué se vuelven ahora muchas personas a la adoración de Jehová? (b) ¿Por qué muchas no se vuelven?

      6 Ahora en estos “postreros días” hombres y mujeres, al llegar al conocimiento de las verdades en la Palabra de Dios, la Biblia, se vuelven a la adoración y servicio de Jehová. ¿Cuál es la atracción? Una muy exclusiva, verdaderamente; es la atracción de la justicia. Las personas que aman la justicia responden a las doctrinas correctas y los principios elevados de la Biblia y por lo tanto al Dios de la Biblia. La adoración de los corazones sinceros se dirige al Dios que se llama Jehová. Las personas que aman la injusticia y la iniquidad, y que son egoístas, no responden así. “Ahora ésta es la base para el juicio, que la luz ha venido al mundo pero los hombres han amado las tinieblas más bien que la luz, porque sus obras eran inicuas. Porque el que practica cosas viles odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas. Pero el que hace lo que es veraz viene a la luz, para que sus obras sean hechas manifiestas como habiendo sido obradas en armonía con Dios.”—Juan 3:19-21, NM.

      7, 8. (a) ¿Le agrada a toda persona ver el nombre de Jehová oscurecido? ¿A quiénes no? (b) ¿Qué expresa Jehová en este respecto?

      7 Algunas personas están interesadas en adorar al Dios verdadero y no les agrada ver Su nombre oscurecido. Abrahán, Isaac y Jacob se interesaron de esta manera. El Génesis 13:4 declara: “Invocó allí Abram el nombre de Jehová.” Jacob fué llamado Israel por Jehová Dios al tiempo que el Todopoderoso estuvo confirmando a Jacob el pacto que había hecho con Abrahán después que “los dioses extraños” fueron ‘apartados’ por todos los miembros de la extensa casa de Jacob. (Génesis, capítulo 35) Los descendientes de Jacob, ahora llamado Israel, llegaron a ser la nación de Israel. Al arreglar el antiguo escenario egipcio para que se efectuara allí su vindicación, Dios dijo a Moisés: “Así dirás a los hijos de Israel: JEHOVÁ, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, y este es mi memorial de siglo en siglo.” (Éxo. 3:15) Moisés no adoró a los dioses de Egipto, sino que adoró a Jehová, a quien amaba.

      8 Jehová mismo dijo más tarde mediante su siervo Moisés: “Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores; Dios grande, y poderoso, y terrible, que no hace acepción de personas ni toma regalos.” (Deu. 10:17) Hoy otras personas adoran al Dios verdadero y tienen interés en honrar su nombre. Su aprecio de la exclusividad de Jehová se expresa en palabras tales como éstas: “¡Te daré gracias con todo mi corazón! ¡en presencia de los dioses ficticios cantaré salmos a ti! Jehová completará por mí lo que ha comenzado. ¡Oh Jehová, tu misericordia es para siempre; no desampares la obra de tus manos!”—Sal. 138:1, 8.

      9. ¿En qué cosa se concentra nuestro interés en este estudio?

      9 Es concerniente a este Dios verdadero y los que le sirven, y concerniente a la relación entre Dios y sus adoradores, que ahora buscamos más información bíblica. Ante todo, veamos algunas de las otras capacidades en las que Jehová el Dios verdadero por medio de su Palabra se revela al hombre.

      EL HACEDOR

      10. ¿Qué contribuye a la revelación de Jehová en su capacidad de Hacedor?

      10 Jehová permanece revelado como el gran Hacedor. Por todas partes hay testimonio en su creación inanimada, una declaración bíblica sencilla siendo: “Jehová Dios hizo tierra y cielos.” (Gén. 2:4) Toda la humanidad está consciente de la existencia de la tierra y los cielos maravillosos, pero muchísimos no ven más allá de la creación al Creador. En contraste con esto está la actitud cuerda expresada en el Salmo: “¡Jehová, Señor nuestro, cuán admirable es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu gloria sobre los cielos! Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú estableciste, ¿qué viene a ser el mísero hombre?” (Sal. 8:1, 3, 4) La creación inanimada de Dios jamás altera su alabanza a su Hacedor, y a medida que los hombres consiguen más información concerniente a esta parte de la creación de Jehová encuentran que cada hecho probado de cada ciencia verifica y apoya la verdad bíblica de que Jehová creó.

      11. ¿Entre qué creación surge el punto en cuestión en cuanto al Creador como Dios?

      11 En la creación animada de Jehová, el hombre y todos los animales por medio de su existencia misma testifican a su Hacedor. El Génesis 2:7 declara: “Jehová Dios formó al hombre”; y así es. Es entre la creación inteligente, incluyendo a la creación humana, que el punto en cuestión de la supremacía de Jehová surge. Este punto en cuestión no se encuentra entre los animales inferiores, y ciertamente que no en la creación inanimada de la tierra y los cielos, pero se encuentra entre la humanidad, porque no todos alaban a su gran Benefactor. El hombre opera, no automáticamente siguiendo cursos fijos, como lo hace la creación inanimada, ni mediante instinto, como lo hacen los animales inferiores. El hombre es superior, como se indica por esta profecía concerniente a Jesús, quien fué hecho hombre: “Le haces señorear de las obras de tus manos: todas las cosas has puesto debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello; y asimismo las bestias del campo, las aves del cielo, y los peces del mar, y cuanto pasa por las sendas de los mares. ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán admirable es tu nombre en toda la tierra!”—Sal. 8:6-9; Heb. 2:6-9.

      12. (a) ¿Qué maravillosa selección podemos hacer? (b) Si amamos a Jehová, ¿qué debemos hacer?

      12 Cada individuo tiene la oportunidad de escoger por sí mismo estar a favor o en contra de Jehová Dios, y siempre tiene que tenerse presente que el amor a Jehová requiere de la criatura un amor a la justicia, porque Dios es completamente justo. En realidad, Jehová repudia el apoyo pretendido de todos los que aman la injusticia. Su propio Proverbio (Pr 8:13) declara: “El temor de Jehová es aborrecer la maldad; el orgullo, y la soberbia y el camino malo, y la boca engañosa yo aborrezco.” Como hombres, todos nos enfrentamos al punto en cuestión sobre la base del deseo de nuestro corazón. “Pero cada uno es probado por medio de ser atraído e inducido por su propio deseo. Luego el deseo, cuando se ha hecho fértil, da a luz el pecado; en seguida, el pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte. Por consiguiente dejen toda inmundicia y esa cosa superflua, la maldad moral, y acepten con mansedumbre la implantación de la palabra que puede salvar sus almas. Sin embargo, lleguen a ser hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándose a ustedes mismos con razonamiento falso.” (Sant. 1:14, 15, 21, 22, NM) ¡Sirva al Hacedor!

      ORGANIZACIONES

      13. (a) ¿Qué cosa forma Jehová adicionalmente? (b) ¿Qué es una organización?

      13 No sólo ha producido él la creación inanimada, las cosas que crecen y las criaturas vivientes, sino que, además de todas éstas, el gran Hacedor forma organizaciones. Una organización es un arreglo sistemático de criaturas para el logro de un propósito común a todos los individuos que forman parte de ella. Logra una combinación de esfuerzo para efectuar una obra. Estamos familiarizados con organizaciones de muchas clases con muchos propósitos. Las familias son organizaciones. También lo son las iglesias, las logias, los clubs, las casas comerciales, los gobiernos, los ejércitos; y nosotros las conocemos bien. Cuando varios individuos con algún objetivo se asocian para efectuar ese propósito, eso resulta en una organización de una u otra clase. La misma existencia de criaturas inteligentes en grandes números presupone la existencia de organizaciones.

      14. ¿De qué maneras es una organización una sola unidad?

      14 Una organización es en muchos respectos una unidad en sí misma, como se ilustra por el hecho de que una corporación es una “persona”. El Nuevo diccionario internacional de Wébster, segunda edición, indica que bajo el derecho consuetudinario y escrito inglés y norteamericano una corporación es “un cuerpo político o incorporado formado y autorizado por ley para actuar como una sola persona”. Hay muchos individuos en ella, pero es un solo cuerpo. El espíritu que impulsa a su formación puede ser llamado su hacedor. La autoridad gubernamental que la crea también es su hacedor. Pudiera preguntarse: ¿Es alguna vez dicha organización formada por los hombres un “padre”, o es alguna vez una “madre”? Sí; la expresión “corporación padre (o madre)” es bastante común, y su significado se conoce generalmente; tal “padre” o “madre” produce la formación de “personas” incorporadas relacionadas. Estamos familiarizados con tal expresión como “el nacimiento de una nación”; y en esta fraseología referencia se hace a un grupo de personas que produce mediante un medio u otro la formación de una organización que se dice haber “nacido”, como un nuevo gobierno o nación.

      15. ¿Qué cosa es esencial para una organización?

      15 Con respecto a una organización, la asociación de los individuos implicados es uno de los factores principales. Saque a los individuos y no hay organización. Asocie a individuos con una causa común, y resultará una organización.

      16, 17. Dé hechos concernientes a la organización celestial universal de Jehová.

      16 En las organizaciones de la hechura de Dios hay justas criaturas celestiales. Tanto en el lenguaje bíblico simbólico como en el natural se muestran moviéndose en orden, alabando a Jehová entre ellas, desempeñando servicio relacionado a la comunicación de la verdad, luchando hacia la victoria en contra de fuerzas espirituales malignas organizadas por el Diablo, rehusando recibir adoración de los hombres para sí mismas, y ministrando a los cristianos. Tuvieron que ver con dirigir a la nación de Israel en su salida de la tierra de Egipto, y en la Biblia se muestra que otras actividades organizadas son su porción. (Éxo. 14:19; Isaías, capítulo 6; Heb. 2:14, NM; Apocalipsis, capítulos 8, 9, 16) Cada una de estas actividades señala a una organización en y con la cual los fieles hijos celestiales de Dios sirven para Su alabanza.

      17 Por consiguiente vemos que Jehová ha hecho una gran organización universal. Él da a los que están en ella trabajo que hacer, y sus criaturas que son sus siervos están dedicadas y entregadas a él y por eso desempeñan su servicio. Es una organización de la edificación de Dios, y es de suma importancia que se asocien con ella las criaturas que en ella están, participando en sus actividades, y estando dedicadas a su Hacedor.

      18. ¿Cómo se formó la organización cristiana primitiva?

      18 Sobre la tierra encontramos que de los hombres y mujeres que adoran a Jehová Dios él ha constituído organizaciones, de las cuales la congregación cristiana es una. Hombres temerosos de Dios fueron traídos a unión por medio de la enseñanza de Jesús, y se organizaron. Muy temprano en la vida de la congregación cristiana los apóstoles fueron una organización predicadora. En Marcos 3:14, 15 (NM) el relato declara: “Y él [Jesús] formó un grupo de doce, a quienes también llamó ‘apóstoles’, para que continuaran con él y para que los enviara a predicar y a tener autoridad para expeler demonios.” La entera congregación de los seguidores de Cristo Jesús ha sido constituída por él una organización ministerial y así comisionada, como se muestra por sus palabras: “Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles que observen todas las cosas que yo les he mandado.” Prueba de que esta comisión no está limitada a aquellos a quienes Jesús habló directamente en ese tiempo, sino que continúa con la congregación cristiana por toda su vida, aun hasta nuestro día, se halla en sus palabras concluyentes: “Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la consumación del sistema de cosas.”—Mat. 28:19, 20, NM.

      19. (a) ¿Cómo sabemos que la congregación cristiana no es una organización hecha por el hombre? (b) ¿Cómo se han añadido miembros a ella?

      19 A los miembros de la organización, iglesia, o congregación cristiana que funcionaba al tiempo de la ascensión de Jesús al cielo se añadieron miembros inmediatamente después del derramamiento del espíritu santo en el Pentecostés. “Por eso los que abrazaron su palabra sinceramente fueron bautizados, y en ese día cerca de tres mil almas fueron añadidas.” ¿Añadidas a qué? Añadidas al número de adoradores dedicados del Dios verdadero y añadidas a la organización o congregación de cristianos. “Y continuaron dedicándose a la enseñanza de los apóstoles y a asociarse, a comer juntos y a oraciones.” (Hech. 2:41, 42, NM) Más tarde durante la vida de la congregación cristiana primitiva el apóstol Pablo escribió a la subcongregación en Corinto: “Ahora hay variedades de dones, pero hay el mismo espíritu; y hay variedades de ministerios, y no obstante hay el mismo Señor; y hay variedades de operaciones, y no obstante es el mismo Dios quien ejecuta todas las operaciones en todos.” (1 Cor. 12:4-6, NM) Aquí se muestra de nuevo la verdad de que es Dios quien organiza la congregación cristiana por medio del Señor Cristo Jesús y por medio de la operación de su espíritu, y por eso la “iglesia” cristiana no es una organización hecha por el hombre. “Pero ahora Dios ha colocado a los miembros en el cuerpo, cada uno de ellos, así como él quiso.” “Y si un miembro sufre, todos los otros miembros sufren con él; o si un miembro es glorificado, todos los otros miembros se regocijan con él. Ahora ustedes son el cuerpo de Cristo, y miembros individualmente. Y Dios ha colocado a los miembros respectivos en la congregación.”—1 Cor. 12:18, 26-28, NM.

      20. (a) Defina y describa la congregación cristiana. (b) ¿Cómo es edificada hoy?

      20 La congregación cristiana es el entero cuerpo cristiano, o cuerpo de Cristo, organizado por Jehová Dios mediante Cristo Jesús, mediante el ministerio de la palabra de verdad que atrae hombres a Dios mediante Cristo, y mediante la operación del poder o espíritu santo de Dios. Esta gran congregación cristiana comenzó con Jesús, su fundador y cabeza, y se extiende al tiempo presente, estando representada por los miembros restantes sobre la tierra. En ella ha habido congregaciones más pequeñas de cristianos en los diversos lugares donde se encuentran por toda la tierra. Así que hay compañías u organizaciones o congregaciones dentro de la más grande organización o congregación cristiana. Esto se reconoce por las palabras del apóstol Pablo a los filipenses, donde declara: “Pablo y Timoteo, esclavos de Cristo Jesús, a todos los santos en unión con Cristo Jesús que se encuentran en Filipos, junto con los superintendentes y los siervos ministeriales.” (Fili. 1:1, NM) ¿Se edifica esto mediante la matriculación de hombres y mujeres en general en algún registro de miembros de una organización hecha por el hombre? No; sino que se edifica por la asociación de individuos dedicados personalmente a Dios, que llenan los requisitos de su Palabra y que reconocen la obra que el Hacedor de la organización ha dado a los cristianos que hagan, obra en la cual se unen fielmente en cooperación mutua y para la alabanza del nombre de Jehová.

      21. ¿Desde qué puntos de vista es la organización cristiana una “persona”?

      21 Es a esta congregación cristiana que el apóstol Pablo se refiere cuando habla de ella como de una mujer, diciendo: “Porque estoy celoso de ustedes con un celo piadoso, porque yo personalmente los prometí en matrimonio a un solo esposo para presentarlos como una virgen casta al Cristo.” (2 Cor. 11:2, NM) En este lenguaje se representa a una organización como una “persona”. La congregación cristiana está así representada como una virgen, una mujer casta. También es hija o prole de y procedente de la gran organización universal de Jehová Dios y está bajo ella.

      22, 23. Mediante referencia a la nación de Israel, ilustre (1) cómo Jehová sí forma una organización y la usa para su adoración; (2) la relación de ella con la organización universal de Dios.

      22 Antes del tiempo de la formación de la congregación cristiana, la nación de Israel misma era una organización hecha por Dios; de hecho, se hace referencia a ella como una “iglesia” o congregación. (Hech. 7:38, NM) Antes de que ésta fuera formada Jehová declaró su propósito a su siervo Abrahán en lo que suele mencionarse como el pacto con Abrahán, manifestado inicialmente en los primeros nueve versículos del capítulo doce del Génesis. Este pacto fué reafirmado a Abrahán mismo, a su hijo Isaac, y a su nieto Jacob. (Gén. 18:18; 22:18; 26:4; 28:13, 14) El nombre de Jacob fué cambiado a Israel, y los hijos de Israel y sus hijos constituyeron las doce tribus de Israel. (Génesis, capítulo 49) Jehová Dios con el tiempo sacó a las tribus de Israel de la tierra de Egipto e hizo un pacto nacional con ellas. Salieron de Egipto de una manera organizada, como campamento. “Sino que hizo Dios que el pueblo diese vuelta por el camino del desierto del Mar Rojo. Y los hijos de Israel subieron en buen orden de la tierra de Egipto.” (Éxo. 13:18) Un paso que se dió más tarde en la organización del pueblo de Israel se muestra en el capítulo dieciocho de Éxodo: “Buscarás de entre el pueblo hombres hábiles, temerosos de Dios, hombres de verdad, que aborrezcan la avaricia, a quienes pongas sobre ellos, por jefes de miles, jefes de cientos, jefes de cincuentenas y jefes de decenas. Y éstos juzgaban al pueblo en todo tiempo.” (Éx 18:21, 26) Posteriormente, en el monte Sinaí, mediante Moisés, Jehová Dios dió a Israel su ley, inaugurando entonces el pacto; y se presenta el relato conmovedor de esto en los capítulos diecinueve y veinte del libro de Éxodo en la Biblia.

      23 De modo que vemos que del pueblo de Israel Jehová Dios hizo una organización nacional que abarcó también a no israelitas que se unieron en la adoración de Jehová y llenaron sus requisitos. Esta nación teocrática del reino de Israel era sierva de Dios, porque fué organizada y traída a la existencia por Jehová mediante sus criaturas justas en su organización universal. Ángeles tuvieron que ver con su organización. (Gál. 3:19) Jehová Dios dió su palabra a esa nación, colocó su espíritu sobre sus siervos allí, y la organización misma operó a favor de los individuos de la nación. El resultado fué para el bien de todos y para la alabanza del nombre de Jehová. Los miembros, los individuos de la nación de Israel, eran hijos de la organización de Israel.—Amós 3:1.

      24. ¿Qué puntos han sido tratados brevemente, y sobre cuál veremos lo que sigue?

      24 Hasta cierto grado lo susodicho muestra la supremacía de Jehová, sus bondadosas provisiones como Creador, e introduce el asunto de su relación con sus criaturas como ellas existen en organizaciones que él ha formado. ¿Por qué no considerar alguna información adicional proveniente de su Palabra concerniente a este último punto? Vea lo que sigue.

  • Jehová: Marido, Padre y Maestro
    La Atalaya 1953 | 1 de septiembre
    • Jehová: Marido, Padre y Maestro

      “Todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y grande será la paz de tus hijos.”—Isa. 54:13.

      1. ¿Quién puede mostrar mejor que nadie la relación de Jehová con sus siervos, y cómo puede crecer nuestro aprecio de ella?

      NADIE aprecia la relación del Dios verdadero con sus criaturas como lo aprecia Jehová mismo. Él puede describirla mejor que nadie, y lo hace en términos variados que podemos entender. Aplicándonos a la Palabra de Dios podemos crecer en aprecio de la relación de Jehová con los que le sirven.—Juan 17:15-21, NM.

      2. Muestre lo correcto que es que Jehová se llame “marido” de su organización.

      2 Si un hombre formara una organización, se dedicara a los propósitos de ella, trabajara por los intereses de ella, fuera fiel a ella, cuidara del bienestar de todos sus miembros, le diera tiempo y atención, se regocijara en su productividad, y de esa manera se uniera a ella íntimamente, ¿no podría decirse correctamente que dicha persona está “casada” con esa organización? Sí, porque, figuradamente, “matrimonio” significa precisamente dicha unión estrecha. Es consistente y de todo buen gusto que Jehová Dios se designe como marido de su organización. Quizás esto parezca extraño cuando por primera vez se piensa en ello; pero ¿cómo podríamos describir esta relación de unión estrecha de mejor manera? Tenemos presente el buen arreglo referente al esposo en los matrimonios entre los adoradores de Jehová, al observar las referencias que Dios hace a sí mismo como esposo, de la nación del Israel natural como un ejemplo.

      3, 4. En el caso ilustrativo de la nación de Israel, ¿cómo fué Jehová un marido?

      3 ¿Cómo fué Jehová esposo de la nación de Israel? En que se amoldó al caso ilustrativo del individuo mencionado en el párrafo anterior. Entre otras cosas, hacia Israel él no fué esposo con muchas esposas terrestres. No; por lo contrario, él declaró a Israel: “A vosotros solos he conocido de entre todas las parentelas de la tierra.” (Amós 3:2) Jehová fué fiel a Israel, pero esa nación infringió la ley de Dios y se desvió de él, y por eso leemos en Jeremías 3:14: “¡Volveos, oh hijos reincidentes! dice Jehová, porque yo soy vuestro marido.” Mirando adelante proféticamente a través de los años después de haber desechado a la “esposa” infiel, Israel: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Jacob y con la casa de Judá: No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, bien que fuí yo un marido para ellos, dice Jehová.”—Jer. 31:31, 32, Va.

      4 Esta relación, y la constancia de Jehová como esposo y su justificación en desechar a la nación que se hizo impía, volviéndose en contra de él, las muestra proféticamente Oseas: “¡Contended contra vuestra madre, contended, (porque ella no es mi mujer, ni yo soy su marido,) para que aparte sus fornicaciones de su presencia, y sus adulterios de entre sus pechos!” (Ose. 2:2) En el versículo siete la calidad de esposo original se muestra en conjunción con esta acusación devastadora de la organización infiel Os 2:7 : “Y perseguirá a sus amantes, mas no los alcanzará, los buscará también, mas no los hallará. Luego dirá: ¡Iréme y volveré a mi primer marido; pues que entonces me iba mejor que ahora!”

      5. Dé prueba bíblica de que Jehová es como un marido a su organización universal.

      5 La relación de esposo no está limitada a la organización de Israel. Esa nación, hace mucho tiempo desechada, fué profética de cosas mayores y durables. “Pero la Jerusalén que está arriba es libre, y ella es nuestra madre.” (Gál. 4:26; Rom. 15:4; 1 Cor. 10:11, NM) Seguramente Jehová considera a la organización universal de sus criaturas como una esposa, en relación amorosa, y correctamente se designa a sí mismo como esposo suyo. ¿Se identifica él en alguna otra capacidad en relación con su organización y los miembros de ella? Sí.

      PADRE

      6. ¿Cuál es otra capacidad en que Jehová se revela?

      6 Una consulta al significado de la palabra inglesa “parent” en el Nuevo diccionario internacional de Wébster, segunda edición, confirma nuestro entendimiento general del significado de las palabras “padre” y “madre”. Como sustantivo quiere decir: “uno que engendra, o da a luz, prole; un padre o una madre; una fuente; autor; también, una causa”; como adjetivo: “lo que constituye la fuente original de la cual algo brota o fluye; lo que sostiene, protege, o controla a otros como subsidiarios; como, una organización padre o una organización madre.” ¿Podríamos decir que el Dios que hace la organización y es su esposo también es el padre de los individuos que esa organización produce y que llegan a ser miembros de ella? Sí, y Jehová se revela como el gran Padre.

      7, 8. ¿Quiénes están incluídos como hijos de Jehová?

      7 Aquellos a quienes él da vida son sus hijos. Un ejemplo de esto es el Logos. Se muestra que el “Logos”, o la “Palabra”, fué creación directa de Jehová y que fué su agente activo en la creación de otros hijos espirituales de Dios así como de todas las otras cosas. “Originalmente la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios. Este estaba originalmente con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por medio de él, y sin él ni siquiera una cosa vino a la existencia.”—Juan 1:1-3, NM.

      8 Las criaturas que se producen mediante la operación de su organización y que son hechas miembros de su organización igualmente son sus hijos. Ejemplos de tales son los hijos espirituales de Dios. Estos ángeles, querubines y serafines, estuvieron incluídos en las creaciones de Dios mediante el Logos. Esto es cierto de Adán también. Lucas indica esto en el capítulo 3, versículo 38 Lu 3:38 (NM): “. . . Adán, el hijo de Dios.” No sólo fué el Logos el Hijo unigénito, como ya se mencionó, sino que, habiendo sido enviado a la tierra como el bebé humano Jesús, se muestra que es la “Simiente” de la organización de Dios, organización que aparentemente estaba estéril de la simiente de promesa hasta que Jesús nació como niño varón.—Gál. 3:16, NM.

      9. En Israel, ¿quiénes eran los hijos de Dios?

      9 La declaración de Jeremías, capítulo treinta y uno, a la que se ha hecho referencia previa, corrobora el hecho de que los miembros individuales, los judíos individuales, de la nación de Israel, eran hijos (de manera secundaria o típica) de Dios, siendo hijos de la organización de Israel. “Así dice Jehová: Si se midieren los cielos arriba, o se escudriñaren los cimientos de la tierra abajo, entonces podré yo también desechar toda la simiente de Israel, a causa de todo lo que ellos han hecho, dice Jehová.”—Jer 31:37.

      10. (a) ¿Cómo son los miembros del cuerpo de Cristo hijos del gran Padre? (b) ¿Qué hay de otros que adoran a Jehová?

      10 ¿Qué hay de los cristianos? Son hijos de Dios de manera singular si son miembros del cuerpo de Cristo, la congregación cristiana ungida: “Dios envió a su Hijo, el cual fué producido de una mujer y quien vino a estar bajo ley, para que librara por compra a aquellos bajo ley, para que nosotros a nuestra vez recibiéramos la adopción como hijos. Y porque ustedes son hijos, Dios ha enviado el espíritu de su Hijo a nuestros corazones y éste exclama: ‘¡Abba, Padre!’ Por eso, entonces, usted ya no es un esclavo sino un hijo; y si un hijo, también un heredero mediante Dios.” (Gál. 4:4-7, NM) Esto no hace referencia a la ficción de la “paternidad universal” de Dios para con todo el mundo de la humanidad, sino que está hablando acerca de individuos, que ya no están bajo el pacto de la ley judío que terminó con la muerte de Jesús como un arreglo del pacto de la ley usado por Dios, pero que están en el nuevo pacto mediante Cristo Jesús como miembros del cuerpo de Cristo. (Heb. 8:7-13, NM) Estos son producidos por la Palabra de Jehová, que los conduce a llegar a ser siervos de Dios, por su espíritu, que es el poder de Dios e incluye su mensaje según se revela en su Palabra, y por su organización justa mediante Cristo Jesús, y ellos son sus hijos. Puesto que todas las perspectivas de vida dependen de las provisiones de Dios, otros cristianos de buena voluntad, asociados con los que están en el nuevo pacto, correctamente se dirigen a él como su Padre, porque él ha de ser su Abuelo mediante el Padre eterno, Cristo Jesús.—Juan 10:16, NM; Isa. 9:6, Va.

      11. ¿Qué se hace notar aquí relativo a esterilidad?

      11 En los días de la nación de Israel bajo la ley mediante Moisés, era motivo de lamento para una esposa el no tener hijos. La esterilidad traía reproche y angustia. Este cuadro abarcado en los hechos relacionados a las esposas literales en Israel también aplica a las “esposas” simbólicas, o sea organizaciones, cuando real o aparentemente son infecundas, improductivas de hijos, sin aumento y real o aparentemente sin efectuar su propósito.

      ¡AHORA, EL MAESTRO!

      12, 13. (a) ¿Qué más es Jehová hacia su pueblo? (b) ¿Cuáles son sus cualidades, y en quién se reflejan?

      12 En este número de La Atalaya hemos considerado la exclusividad de Jehová, que él tiene un nombre, que hay criaturas que defienden su nombre. Hemos observado su identificación como gran Hacedor, que, entre otras cosas, crea organizaciones, y que para con su organización a veces se representa como un Marido y asimismo es un gran Padre de los hijos de su organización justa. Ahora llegamos a otra capacidad mediante la cual Jehová muestra su relación para con su pueblo: él es el gran Maestro.

      13 La educación exclusiva pertenece a él. Él tiene las cualidades del mejor maestro. Él tiene todo el conocimiento, sabe sus propósitos, tiene su corazón puesto en el bien de sus criaturas, tiene paciencia completa y toda la habilidad para enseñar, y refleja estas cualidades mediante aquel a quien ha asignado como su gran representante, el glorificado Cristo Jesús.—Heb. 1:1-3, NM.

      14, 15. ¿A quiénes ha dado Jehová instrucción?

      14 Él no se ha negado a dar información correcta a sus criaturas en ninguna ocasión. Temprano en la historia del hombre Dios le dió su palabra. Él habló a Adán. (Gén. 1:28, 29; 2:16, 17) “No se contuvo de castigar a un mundo antiguo, pero mantuvo a Noé, predicador de justicia, en seguridad con siete otros cuando trajo un diluvio sobre un mundo de gente impía.” (2 Ped. 2:5, NM) Fué mediante Noé que Jehová efectuó la predicación de la justicia en ese tiempo. La palabra de Jehová y su espíritu y su organización sobre la tierra se hallaron en Noé y su familia, y Jehová fué el maestro.—Gén. 6:8-9:29.

      15 A su nación de Israel Dios dió su palabra y su ley, puso su espíritu sobre ella, le dió la organización docente del sacerdocio y los profetas para cuidar del bienestar de la entera organización de la nación. Dijo Jetro a Moisés: “Ahora pues, oye mi voz; yo te aconsejaré, y será Dios contigo. Se tú el representante del pueblo delante de Dios, para que traigas las causas a Dios. Tú les enseñarás, pues, los estatutos y las leyes, y les darás a conocer el camino en que deban andar y la obra que deban hacer.” (Éxo. 18:19, 20) Además: “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo.”—Éxo. 20:1.

      16. ¿Cómo se muestra esto en el caso de Jesucristo?

      16 Su enseñanza igualmente se muestra en sus tratos con y mediante Cristo Jesús. Él dió a Cristo Jesús su palabra. Jehová puso su espíritu sobre él, y en el capítulo 12 de Juan leemos: “Sin embargo, Jesús exclamó y dijo: ‘El que pone fe en mí pone fe, no sólo en mí, sino también en aquel que me envió; y el que me contempla también contempla a aquel que me envió. Yo he venido como una luz al mundo, para que todo el que ponga fe en mí no permanezca en las tinieblas. Pero si alguien oye mis dichos y no los guarda, no lo juzgo, porque vine, no para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me desatiende y no recibe mis dichos tiene quien lo juzgue. La palabra que he hablado es lo que lo juzgará en el último día; porque no he hablado por propio impulso, sino que el Padre mismo que me envió me ha dado un mandamiento en cuanto a qué decir y qué hablar. También sé que su mandamiento significa vida eterna. Por tanto las cosas que hablo, tal como el Padre me las ha dicho, así las hablo.’”—Jn 12:44-50, NM.

      17. ¿Qué preguntas se proponen, y cómo se resumen sus respuestas?

      17 Aquí estamos en 1953, y los días de Adán, Noé, el tiempo de la nación de Israel y el ministerio terrestre de Jesús de hace muchos años todos han pasado. ¿Qué puede decirse concerniente a la enseñanza de Jehová, el gran Maestro, en este día? ¿Hay algo en las circunstancias presentes respecto a las instrucciones de Dios para nosotros? En esta civilización moderna, arrogante, inicua, ¿qué puede decirse concerniente a las enseñanzas de Jehová Dios? ¡Mucho! Y se resume en el hecho de que Jehová enseña a los hijos de su organización.

      18. ¿Qué corroboración da Isaías 54:13?

      18 El profeta Isaías lo expresa de esta manera: “Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y grande será la paz de tus hijos.” (Isa. 54:13) Una lectura del contexto que rodea a este versículo nos muestra que se habla a Sión (Jerusalén). Isaías habló de la desolación de Israel y también de su restauración. Sin embargo, prestamente se reconoce que estas palabras del capítulo 54 de la profecía de Isaías encuentran su aplicación y cumplimiento, no sólo en los hechos que acontecieron en escala pequeña en la antigüedad, sino con mayor fuerza en la obra de Jehová Dios a un tiempo bastante distante de cuando se dió la profecía.—Rom. 15:4; 1 Cor. 10:11, NM.

      19. ¿Cuándo y cómo aplicó Jesús Isaías 54:13?

      19 Jesús mismo hizo una aplicación de Isaías 54:13, y con eso lo saca de un marco nacionalista judío en lo que toca a su cumplimiento. En el capítulo seis de Juan el relato muestra a Jesús identificándose como la provisión de Dios para la bendición de los que quieran servir a Jehová, y la necesidad de que todos los que quieran tener vida eterna ejerzan fe en el Hijo. “Por tanto los judíos empezaron a murmurar en contra de él porque dijo: ‘Yo soy el pan que descendió del cielo,’ y ellos empezaron a decir: ‘¿No es éste Jesús el hijo de José, cuyo padre y cuya madre conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: “He descendido del cielo”?’ En respuesta Jesús les dijo: ‘Dejen de murmurar entre ustedes. Ningún hombre puede venir a mí a menos que el Padre, quien me envió, lo atraiga, y yo lo resucitaré en el día postrero. Está escrito en los Profetas, [Isa. 54:13] “Y todos ellos serán enseñados por Jehová.” Todo el que ha oído la enseñanza del Padre y que ha aprendido viene a mí. No que algún hombre haya visto al Padre, salvo aquel que procede de Dios; éste ha visto al Padre. Muy verdaderamente les digo: El que cree tiene vida eterna.’”—Juan 6:41-47, NM.

      20. ¿Aceptaron todos la enseñanza de Jehová por medio de Cristo Jesús?

      20 Este fué un mensaje ofensivo para aquellos judíos que por mucho tiempo habían hecho de su adoración profesa a Jehová Dios una cosa nacionalista. Aunque eran judíos naturales, si hubiesen dejado que Dios les enseñara mediante Cristo Jesús, hubieran permanecido como discípulos suyos, o enseñados suyos, así como él declaró, en Juan 8:31, 32 (NM), a los judíos que habían creído en él: “Si permanecen en mi palabra, ustedes verdaderamente son mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Por eso, al aplicar Isaías 54:13, “estas cosas las dijo mientras enseñaba en una sinagoga en Cafarnaúm. Debido a esto muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no querían andar con él.”—Juan 6:59, 66, NM.

      21. ¿Cómo se muestra la enseñanza exclusiva por Jehová mediante Cristo Jesús y la congregación cristiana?

      21 Entre otras cosas, esto muestra el desechamiento de la organización judía infiel de quien Jehová una vez fué marido, y la enseñanza exclusiva por Jehová mediante la congregación cristiana de la cual Cristo Jesús era la cabeza. Así la evidencia interna misma del capítulo 54 de Isaías halla apoyo concluyente en la aplicación que Jesús hizo mostrando que la profecía se extiende a mucho más allá de los límites de sólo el Israel natural y que Israel mismo solamente era representativo de cosas venideras. Con razón, entonces, la congregación cristiana, desde el comienzo más primitivo, aceptó indiscutiblemente y confió de todo corazón en las Escrituras hebreas, muchas de cuyas profecías tuvieron su cumplimiento en Jesucristo, en la congregación cristiana, y en los tratos de Jehová Dios con ella.—1 Ped. 1:10-12; 2 Ped. 1:19-21, NM.

      22. ¿Debilita el transcurso del tiempo la palabra de la profecía?

      22 La profecía del capítulo 54 de Isaías fué registrada mucho antes de que el apóstol Pablo se dirigiera por escrito a la congregación cristiana en Roma, pero, en vez de debilitar la fuerza de las profecías de la antigüedad, el transcurso del tiempo testificó de su conservación por su gran Autor. Defendiendo cabalmente la palabra revelada de Dios, y reconociendo que Israel era profético en sí mismo, Pablo dice agradecidamente: “Porque todas las cosas que fueron escritas de antemano fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestro aguante y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos nosotros esperanza. Ahora que el Dios que suministra aguante y consuelo les conceda tener entre ustedes mismos la misma actitud mental que Cristo Jesús tuvo, para que unánimemente con una sola boca glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Rom. 15:4-6, NM) No se nos deja en duda en cuanto al tiempo y manera de la aplicación y cumplimiento de la profecía del capítulo 54 de Isaías. El Maestro llena todas las necesidades; ¡su organización produce a Su debido tiempo!

      EL DOMINIO ESTÁ IMPLICADO

      23. ¿Qué gran necesidad se reconoce en la profecía antigua y las esperanzas cristianas?

      23 La historia y los sucesos del día hacen evidente el hecho de que la santificación del nombre de Jehová, la operación de sus justas leyes del Reino, y el hacer su perfecta y santa voluntad, no han sido la orden general del día sobre la tierra y no lo son ahora. No, la adoración de Jehová no es el producto de este viejo sistema de cosas, y no obstante no es asunto cualquiera el que él haya sido despreciado por los hombres en general. Tan suprema en importancia es la vindicación del nombre de Jehová, con su resultante gobierno justo y la bendición de aquellos que están sobre la tierra que le adoran, que repetida y continuamente se hace de ella el tema de la profecía bíblica. No sólo la profecía bíblica muestra que es el propósito de Jehová efectuar su voluntad en cuanto a estos asuntos, sino que los cristianos siempre han hecho de eso un tema de oración, el deseo y anhelo de su corazón estando sinceramente a favor de que se realice la voluntad de Jehová. Tan fundamentales son estos asuntos en la vida y esperanzas del cristiano que Cristo Jesús los combinó en uno al decir: “Ustedes, pues, deben orar de este modo: ‘Nuestro Padre en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.’” (Mat. 6:9, 10, NM) Cuando Jesús dió este consejo sobre la oración, más de 630 años habían pasado desde que había habido sobre la tierra lo que siquiera fué un gobierno en miniatura o escala pequeña de Jehová Dios por medio de la organización teocrática de Israel, el que fué derrocado en 607 a. de J.C. debido a infidelidad a Dios.

      24. ¿Cómo está implicado el dominio con la adoración de Jehová?

      24 A todo tiempo en los tratos de Jehová con los hombres se muestra el hecho de que su adoración y su dominio son inseparables. Es decir, los que adoran a Dios son sus súbditos; como Dios de ellos él es su Gobernante. Jesús reconoció esto, y Jesús lo predicó, haciéndolo sobre el fundamento de los profetas. Dado que creyeron lo que observaban en la ley y los profetas concerniente a la restauración del dominio del Reino sobre la tierra, los asociados personales de Jesús esperaban que él exhibiera poder regio de alguna manera. “Mientras estaban escuchando estas cosas él añadió una ilustración, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos estaban imaginándose que el reino de Dios iba a manifestarse al instante. Por tanto él dijo: ‘Cierto hombre de noble nacimiento viajó a una tierra lejana para conseguirse poder regio y volver.’”—Luc. 19:11, 12, NM.

      25. ¿Qué confianza y qué pregunta manifestaron los cristianos primitivos, y cómo se muestra esto?

      25 Después de su empalamiento y su resurrección de entre los muertos, Jesús por un tiempo estuvo en asociación con sus seguidores: “A éstos también por muchas pruebas positivas se mostró vivo después que había sufrido, siendo visto por ellos por espacio de cuarenta días y diciendo las cosas acerca del reino de Dios.” (Hech. 1:3, NM) No había duda de que con el tiempo la adoración de Jehová por toda la tierra, e inseparablemente con esto su dominio mediante su organización del Reino, sería establecida, pero la pregunta era, ¿Cuándo? “Ahora, cuando se habían reunido, se pusieron a preguntarle: ‘Señor, ¿va a restaurar usted el reino a Israel en este tiempo?’ Él les dijo: ‘No les pertenece a ustedes obtener conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción.’” (Hech. 1:6, 7, NM) Que sus asociados y seguidores llegarían a tener un entendimiento más claro de los propósitos de Dios en este respecto lo aseguran estas palabras de él: “Pero ustedes recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos míos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech. 1:8, NM) Después de eso Jesús ascendió al cielo, y se dejó con la iglesia primitiva la promesa de su venida futura.—Hech. 1:11, NM.

      26. ¿Cómo sirvieron la predicación y las señales para contestar la pregunta tocante a cuándo la adoración y el dominio de Jehová serían restaurados plenamente?

      26 Después de la ascensión de Jesús al cielo el espíritu de poder de Dios vino sobre los miembros de la iglesia primitiva, y ellos identificaron a la organización cristiana que ellos formaban como el instrumento que Jehová estaba usando. Esta identificación fué segura por su predicación de las verdades del Reino y por las señales que ejecutaron mediante el poder de Dios. El tercer capítulo de los Hechos da el relato de que a Pedro y Juan les solicitó un mendigo lisiado que le dieran ayuda material, y la respuesta de Pedro: “Plata y oro no poseo, pero lo que tengo es lo que le doy: ¡En el nombre de Jesucristo el nazareno, ande!” (Hech. 3:6, NM) El lisiado fué sanado por el poder de Dios, para sorpresa y asombro de la gente que supo de la curación milagrosa. Entonces Pedro dió un testimonio poderoso concerniente a Cristo Jesús como el agente de vida de Dios, y el cumplimiento de las profecías en él, y dijo además a esas personas: “Por lo tanto, arrepiéntanse, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de la persona de Jehová y para que él envíe al Cristo señalado para ustedes, Jesús, a quien el cielo, verdaderamente, debe contener dentro de sí mismo hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de las cuales Dios habló por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo. De hecho, Moisés dijo: ‘Jehová Dios producirá para ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí. A él tienen que escuchar conforme a todas las cosas que les hable. Realmente, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruída de entre el pueblo.’ Y todos los profetas, de hecho, desde Samuel en adelante y los que siguieron en sucesión, tantos como han hablado, también dieron a conocer estos días claramente. Ustedes son los hijos de los profetas y del pacto que Dios pactó con sus antepasados, diciendo a Abrahán: ‘Y en tu simiente todas las familias de la tierra serán bendecidas.’ A ustedes primero Dios, después de producir a su Siervo, lo envió para bendecirlos volviendo a cada uno de sus actos inicuos.” (Hech. 3:19-26, NM) Como la simiente de la serpiente o los hijos del Diablo, lo cual eran, y, como es su costumbre a todo tiempo, los falsos sacerdotes religiosos se sintieron “molestos” debido a las enseñanzas de Pedro y Juan e hicieron que los arrestaran.—Hech. 4:1-3, NM.

      27. ¿Cómo es el tiempo un factor importante en conexión con la fecundidad por parte de la “esposa” de Jehová?

      27 Esta poderosa súplica por arrepentimiento hecha por Pedro señala a Cristo Jesús como el asignado de Jehová, muestra que el cielo tenía que contenerle hasta cierto tiempo desde entonces, el tiempo de la restauración, y que de estas cosas Dios habló mediante la boca de sus profetas, todos los profetas, de hecho, incluyendo a Isaías. Jesús siendo un rey celestial, por supuesto, no establecería ni estableció un reino terrestre. El tiempo es un factor importante, y eso es verdad respecto al cumplimiento del capítulo cincuenta y cuatro de Isaías. El tiempo del dominio de Jehová es el tiempo de la fecundidad de su organización y la enseñanza de los hijos de Sión; pero ¿cuándo? ¿cómo? ¿por quién? Considere estos dos artículos como base para la consideración adicional de este tema en nuestro próximo número.

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