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Siempre esté listo para hacer una defensaLa Atalaya 1960 | 15 de enero
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su esperanza con la Palabra de Dios, entonces no habrá disputa y usted puede esperar que la gente de buena voluntad quede favorablemente impresionada. “El esclavo del Señor no tiene necesidad de pelear, sino de ser prudente para con todos, capacitado para enseñar, . . . instruyendo con apacibilidad a los que no están favorablemente dispuestos, pues quizás Dios les conceda arrepentimiento que lleve a un conocimiento acertado de la verdad.”—2 Tim. 2:24, 25.
25. ¿Cuál es la voluntad divina para todos los cristianos?
25 Por lo tanto, defensores cristianos de la Palabra y principios de Dios, jóvenes o ancianos, ‘hagan todo lo posible, como trabajadores que no tienen de qué avergonzarse, manejando la palabra de la verdad correctamente’ por medio de ‘siempre estar listos para hacer una defensa ante todo el que les demande una razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con un genio apacible y respeto profundo.’ Esta es la voluntad divina para usted, y por medio de efectuar de esta manera su ministerio cristiano usted puede estar seguro de alcanzar el pleno cumplimiento de su esperanza.
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Tema a Jehová—nunca a hombresLa Atalaya 1960 | 15 de enero
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Tema a Jehová—nunca a hombres
“El temor de Jehová es el principio de la sabiduría.”—Sal. 111:10.
1. ¿Por qué están unidos hoy día los testigos de Jehová como una sola familia humana?
JEHOVÁ Dios es el gran Legislador y sus leyes son perfectas y verdaderas. (Isa. 33:22; Sal. 19:7; 119:142) Dondequiera que vivan en la tierra los cristianos, les aplica la ley de Jehová. No existen fronteras ni cortinas de hierro para la ley de Jehová. Debido a que los testigos de Jehová en todas las naciones, sin importar raza ni idioma, posición social ni educación, han aceptado esta ley como suprema, muy por encima de cualesquier leyes hechas por los hombres, ahora están unidos en una sola familia humana como una sociedad del nuevo mundo, teniendo a Jehová Dios como su Legislador.
2. ¿Por qué no disfrutan de paz las naciones?
2 Por otra parte, las naciones de este mundo no han respetado la ley de Jehová como suprema; han puesto sus propias leyes, opiniones o tradiciones humanas por encima de la ley de Jehová. Esto es muy imprudente, puesto que los hechos demuestran que las naciones de la tierra se hallan en grandes dificultades. La gente anhela la paz, pero sus caudillos políticos y religiosos no pueden establecer la paz. ¿Por qué? Porque la paz sólo pertenece a los que aman y guardan la ley de Jehová como suprema. “Paz abundante pertenece a los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.”—Sal. 119:165.
3. ¿Por qué proviene la felicidad sólo de guardar la ley de Jehová?
3 Hoy todas las naciones se hallan en una condición muy infeliz, y no conocen el camino de la felicidad. Porque no tienen visión acerca del propósito de Jehová según se declara en su ley y Palabra andan desenfrenadas, haciendo muy dolorosa la vida de sus pueblos. La felicidad sólo proviene de guardar la ley suprema de Jehová. “Donde no hay visión la gente anda desenfrenada, pero felices son los que están guardando la ley.” (Pro. 29:18) Por medio de su palabra y ley Jehová enseña principios y requisitos que hacen feliz la vida. El ignorar esto o pasarlo por alto produce infelicidad. “Feliz es el hombre físicamente capacitado . . . a quien tú enseñas con tu propia ley.” La ley de Dios mostraría a las naciones cómo salir de sus tinieblas, porque “el mandamiento es una lámpara, y una luz es la ley.” En la ley de Dios los caudillos políticos y religiosos de las naciones de duelo podrían aprender el camino próspero y de la sabiduría, pero tendrían que reconocer a esta ley como suprema, por encima de sus propias leyes. A Josué, el caudillo de una nación, Jehová le dió el siguiente mandamiento: “Este libro de la ley no debería apartarse de tu boca y debes leerlo en tono de voz bajo día y noche . . . , porque entonces harás próspero tu camino y entonces actuarás sabiamente.” Josué, desemejante a los caudillos de hoy día, obedeció sabiamente y prosperó.—Sal. 94:12; Pro. 6:23; Jos. 1:8.
4. ¿Por qué debería el cristiano leer y consultar la ley de Dios y meditar en ella diariamente?
4 Debido a que los gobernantes de este mundo viejo y decadente no leen la ley de Jehová en tono de voz bajo día y noche, sino que hacen leyes de acuerdo con su propio entendimiento, no prosperan o tienen verdadero buen éxito en su camino. Los hombres de buena voluntad disciernen esto y por lo tanto ahora se dirigen a la ley de Dios. “Da, oh pueblo mío, oídos a mi ley; inclinen su oído a los dichos de mi boca.” (Sal. 78:1) La persona sabia tiene “su deleite. . . en la ley de Jehová, y en su ley lee en un tono de voz bajo día y noche.” (Sal. 1:2) No debería pasar ningún día sin que cada cristiano lea y consulte la ley de Dios y medite en ella. “No abandonen mi ley.”—Pro. 4:2.
5, 6. ¿Por qué es superior la ley de Dios a la ley humana? ¿Qué dice un juez inglés acerca de esto?
5 Las leyes y proyectos humanos no han logrado hacer feliz a la gente, dándole paz y seguridad. Sólo la ley suprema de Jehová puede unir a la gente de toda la tierra habitada en una sola familia humana; sólo la ley de Jehová muestra el camino de la paz, felicidad, buen éxito o prosperidad y sabiduría; sólo la ley de Jehová es la luz que puede indicar cómo salir del callejón sin salida mortífero en que han entrado las naciones por pasar por alto a Jehová como Legislador. Que todos los hombres de buena voluntad disciernan las cosas maravillosas que la ley de Jehová enseña y tengan el mismo deseo que tuvo el salmista: “Destapa mis ojos, para que mire las cosas maravillosas procedentes de tu ley.” (Sal. 119:18) Pronto demostrará Jehová en Su batalla del Armagedón que Su ley es suprema y que no hay autoridad ni en el cielo ni en la tierra que esté por encima de Su ley. Es un intento muy peligroso el poner las leyes humanas por encima de la ley de Dios. Por lo tanto los testigos de Jehová sostienen y mantienen su lealtad para con la ley de Jehová, y ningún poder puede obligarlos legalmente a quebrantar esta ley singular ni hacer que pongan las leyes imperfectas y decadentes que los hombres han hecho en el lugar de primera importancia y en el segundo lugar la ley de Dios. Para ellos la declaración del apóstol Pedro es legalmente obligatoria: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” (Hech. 5:29) No hay lugar para transigir.
6 Que la ley de Dios es suprema y no se le puede subordinar a la ley del hombre lo apoya el gran juez inglés Blackstone. El asevera que la ley de Dios “es, por supuesto, superior en obligación a cualquiera otra. Es obligatoria en toda parte del globo, en todos los países, y a todo tiempo: ninguna ley humana es de validez alguna, si es contraria a ésta; y todas las que son válidas obtienen toda su fuerza y toda su autoridad, mediata o inmediatamente, de ésta original.”—Blackstone’s Commentaries on the Laws of England, Chase, Nueva York, Baker, Voorhis y Compañía, 1938, págs. 5 y 6.
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