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Considere lo que Jehová ha hecho por ustedLa Atalaya 1974 | 15 de agosto
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las cosas vivas sobre ella; también la sustenta, junto con todo el resto del universo físico, haciendo posible nuestra existencia continua en esta Tierra. Por eso su Hijo, Jesucristo, declaró: “Su Padre que está en los cielos . . . hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos.” (Mat. 5:45) El apóstol Pablo hizo notar esto mismo cuando testificó a los habitantes de Listra, en Asia Menor, que Dios “no se dejó a sí mismo sin testimonio por cuanto hizo bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando sus corazones por completo de alimento y de alegría.” Debido a que Jehová Dios es el Sustentador así como el Creador, el mismo apóstol pudo decir en una ocasión posterior a los filósofos paganos de Atenas que “por él tenemos vida y nos movemos y existimos.” Este es un hecho fundamental de la vida.—Hech. 14:17; 17:28.
¡Cuán apropiado, por lo tanto, que la Palabra de Dios nos mande repetidas veces que alabemos y demos gracias a Dios por toda su benignidad para con nosotros. Literalmente centenares de veces nos dice que hagamos esto, como, por ejemplo, en 1 Crónicas 16:8: “¡Den gracias a Jehová; invoquen su nombre, den a conocer sus hazañas entre los pueblos!” ¿Ha considerado usted alguna vez el prestar atención a este mandato? ¿Ha hecho usted alguna vez el esfuerzo especial de decir a otras personas lo que usted sabe acerca de los hechos de Jehová?
SUMINISTRA LIBERACIÓN Y SALVACIÓN
Jehová Dios ha hecho provisión para la liberación y salvación de la humanidad del pecado, dolor y muerte. Esta provisión nos afecta a todos nosotros. ¿Cómo llegó a ser necesario que Dios hiciera tales provisiones para la humanidad? No fue culpa de Dios ni se debió a algún error o equivocación de su parte. Más bien, como dice la Palabra de Dios, se debió a que nuestros primeros padres no apreciaron la benignidad de Jehová para con ellos.—Gén. 2:16, 17; 3:17-19.
Por su desobediencia a la ley de Dios, de quien dependía su vida, nuestros primeros padres perdieron el derecho a la vida no solo para ellos mismos sino también para toda su prole, puesto que sus hijos nacieron después que ellos habían transgredido la ley de Dios. Adán y Eva no podían transmitir a sus hijos lo que ellos mismos no poseían. Un padre humano que pierde el derecho de propiedad de su casa, debido a no efectuar pagos sobre la hipoteca, no puede darla en su testamento a sus hijos como herencia. Exactamente así, Adán no podía otorgar a su prole el derecho a la vida que él había perdido.—Rom. 5:12.
Por lo tanto, no fue culpa de la prole de Adán que todos ellos, incluso nosotros, nacieran pecadores, que nacieran sin el derecho a la vida. Por consiguiente, Dios envió a su Hijo a la Tierra para sacrificar su vida humana perfecta a fin de rescatar a la humanidad y de esta manera hacer posible el dar la oportunidad de vivir para siempre a cualquiera de la familia de Adán que ejerciera fe en esta provisión divina. Al mismo tiempo, por este medio Jehová Dios se vindicaría como pudiendo llevar a cabo su propósito de tener un paraíso terrestre global lleno de gente perfecta.
Concerniente al amor de Dios por la humanidad, su Palabra nos dice: “Porque apenas morirá alguien por un justo; en realidad, por el bueno, quizás, alguien aun se atreva a morir. Mas Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Rom. 5:7, 8) Jesucristo, al tener a Dios como su Padre y no a algún humano imperfecto, tuvo el derecho a la vida como hombre perfecto. Al entregar voluntariamente su vida humana pudo usar el valor de ella para beneficiar a la raza humana, la cual había sido privada del disfrute completo de la vida por Adán. Las bendiciones y beneficios de esta provisión le están disponibles a usted si ejerce fe en Jehová Dios y en Jesucristo. Como lo expresa tan llamativamente la Biblia: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) ¿Qué está usted haciendo con su vida que demuestra de manera significativa su aprecio por esta provisión inapreciable?
COSAS QUE JEHOVÁ HA HECHO POR SUS SIERVOS
Las Escrituras demuestran que Jehová Dios derrama muchas de sus bendiciones materiales sobre toda la humanidad, sobre los buenos y los malos por igual, sobre los que no lo merecen así como sobre los que lo merecen. Pero, ¿no toma nota de la diferencia entre estas dos clases de personas y no hace más por los que merecen que por los que no merecen? Sí; los vigila y bendice sus esfuerzos por obtener las cosas necesarias de la vida. (Luc. 12:29-31) Pero en este tiempo los favorece principalmente de manera espiritual. De esta manera les da lo que el resto del mundo no tiene... un sentido de aprobación divina y una esperanza basada sólidamente para el futuro. Él obra según el principio que se declara en Romanos 8:28: “Sabemos que Dios hace que todas sus obras cooperen juntas para el bien de los que aman a Dios.”
Actualmente hay más de un millón ochocientas mil personas felices que están disfrutando de un paraíso espiritual. Tienen tranquilidad de ánimo y contentamiento, gran felicidad, un conocimiento de Jehová Dios y sus propósitos y una fe fuerte en su promesa de un nuevo orden donde la justicia prevalecerá y donde, como dice Revelación 21:4: “la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor.” Moran en paz y unidad, y tienen un propósito elevado y noble, el de demostrar a otros cómo ellos también pueden disfrutar de estas bendiciones. ¿Es usted uno de los que disfrutan de este paraíso espiritual? Puede serlo.
Medite en todo lo que Jehová Dios ha hecho por usted. A medida que lo hace, ¿no se siente usted movido a mostrar su aprecio de una manera aceptable a él? Para ayudarle a aprender a hacerlo de una manera que le agrade a Dios, los testigos de Jehová tienen reuniones semanales en sus Salones del Reino. Averigüe la ubicación del salón que esté más cerca de usted y visítelo esta semana. Le dará mucho gusto haberlo hecho.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1974 | 15 de agosto
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Preguntas de los lectores
● ¿Por qué se abstienen los testigos de Jehová de participar en las celebraciones de Año Nuevo?—EE. UU.
Las celebraciones de Año Nuevo asociadas con el fin de un año y el principio del siguiente el 1 de enero están conectadas con religión falsa. El primer día de enero se tenía como sagrado al dios romano de dos caras Jano y por eso era una fiesta pagana. Pero hay otra fuerte razón para que los cristianos se abstengan de esas celebraciones.
A los cristianos se les exhorta: “Andemos decentemente, no en diversiones estrepitosas y borracheras, no en coito ilícito y conducta relajada.” (Rom. 13:13) Sin embargo, las celebraciones de Año Nuevo se caracterizan muy frecuentemente por esas prácticas y excesos. Observa el Standard Dictionary of Folklore, Mythology, and Legend: “Muchos países occidentales señalan el paso del año viejo y la llegada del nuevo mediante bailes elaborados, beber y comportamiento por lo general orgiástico.” De las culturas no occidentales, la misma obra hace notar que también “consideran el fin de un año y el principio del siguiente como una ocasión para darse gusto.”
El que una persona se envuelva en la celebración de Año Nuevo, aunque mantenga gobierno de sí misma, podría significar hacer la vista gorda ante la conducta desenfrenada de otros y aprobar una práctica arraigada en la religión falsa. El que los testigos de Jehová rehúsen participar en esas celebraciones no significa que no disfrutan de esparcimiento y diversión. Sí disfrutan de ello. Pero tratan de conservar una buena conciencia delante de Dios y los hombres, evitando los excesos y también la apariencia de observar festividades paganas.
● ¿Cómo afecta el requisito que se manifiesta en Deuteronomio 23:2 las expectativas de que los hijos ilegítimos lleguen a ser siervos aprobados de Dios?—EE. UU.
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