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Difundiendo la advertencia divinaLa Atalaya 1981 | 15 de junio
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Difundiendo la advertencia divina
“Porque habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos serán acortados aquellos días.”—Mat. 24:21, 22.
1, 2. (a) ¿En qué sentido se ha convertido el mundo en una sola vecindad grande? (b) ¿En qué peligros ha resultado el que todos los pueblos sean vecinos cercanos?
Hoy todo el mundo es una sola vecindad grande. Si nos valiéramos de nuestros medios más veloces de viajar pudiéramos volar alrededor del globo terráqueo por su ecuador o pasando sobre ambos polos, el del norte y el del sur, en menos de un día. Por líneas telefónicas internacionales o por radiófono pudiéramos, en minutos, estar hablando con un vecino en casi cualquier otra parte de la Tierra. Podemos comer muchísimas clases de alimentos extranjeros, y para éstos dependemos de gran cantidad de personas en partes lejanas de la Tierra.
2 Debido a las conexiones que tan estrechamente la unen, toda la humanidad comparte los mismos peligros. Hace solo 66 años, es decir, dentro de tan solo este siglo, gente de todas partes de la Tierra de repente tuvo que enfrentarse a la realidad de una cosa tan catastrófica como una guerra mundial. Veintiún años después de haber terminado el peor conflicto mundial, el mundo entró en una pesadilla de tiempos de guerra que resultó mucho peor. Y ahora, 36 años después de haber pasado a través de aquel trastorno mundial, nos hallamos amenazados por algo más espantoso todavía. Nadie puede decir con absoluta certeza: ‘¡Bah, lo que suceda allá, a tan gran distancia, no puede afectarme a mí, que estoy aquí!’ El razonar y hablar de esa manera es engañarse a sí mismo. Todos somos ahora vecinos cercanos, pero el modo poco amistoso en que nos tratamos unos a otros es lo que produce un problema, sí, peligro mundial. Ciertas voces se están levantando en advertencia solemne.
3. (a) ¿Por qué creen personas observadoras que el mundo está en peligro mortal? (b) ¿Qué actitud abrigan para con Dios las personas de sabiduría mundana?
3 Debido a la magnitud de todo este asunto, algunas personas que abrigan dudas quizás pregunten: ¿Realmente está el mundo entero en peligro mortal? Personas observadoras que de ningún modo son anunciadoras de calamidad responden: ¡Sí! Su respuesta sombría no está basada simplemente en lo que la humanidad de por sí puede hacerse a sí misma. Hay algo de aspecto mucho más serio que eso que debemos tomar en cuenta. ¿Es realmente posible tal cosa? Sí. ¿Cómo es eso? Es posible debido a la Persona a quien pertenece esta Tierra y toda la vida animal y humana que hay sobre ella. Es cierto que hoy día son muy pocos los que quieren tomarlo en consideración. En este siglo de adelantos científicos las personas de sabiduría mundana se creen de pensamiento demasiado independiente como para creer en un Creador o para preguntarse: ¿Qué tiene pensado él? Pero el Creador no es tan insensible o duro de corazón que no le importe la situación penosa del hombre. Sin embargo, los hombres lo dejan de lado como si él no existiera, o como si estuviera demasiado lejos para tener que ver con lo que está pasando o siquiera estar interesado en ello.
4. (a) Como dueño de la Tierra, ¿qué le interesa a Jehová respecto a su propiedad? (b) ¿Qué se tiene que hacer para que la Tierra sea un lugar agradable en el cual vivir?
4 Pero, ¿no debiera el dueño de una propiedad interesarse sinceramente en lo que le pertenece? Debería querer mantener esa propiedad en el mejor estado posible. Esto sería especialmente así cuando su propiedad fuera de verdadero valor. De esa manera es como nuestro Creador ve el asunto. En cuanto al estado actual de su propiedad, no se puede negar el hecho de que la Tierra está siendo arruinada hoy día y está en peligro de ser arruinada a un grado horripilante. Parece que ya debiera haber llegado el tiempo en que él hubiera de librarse de todos los que son responsables de arruinar su propiedad, que originalmente fue perfecta. Ya para ahora debe estar cerca el tiempo en que él haya de hacer esta obra de limpieza. Él ha hecho que se escriba un libro acerca de esto. Según lo que este libro dice, ¿qué se propone hacer Dios?
UNA SITUACIÓN ANTERIOR COMO LA DE HOY
5. ¿Cuándo en el pasado se hallaron los humanos en una situación parecida a la que existe hoy día?
5 Tal vez sorprenda a muchos saber que en cierta ocasión anterior toda la humanidad que vivía entonces se halló en una situación como esta en que se halla hoy día la población de toda la Tierra. En aquel tiempo sucedió algo en escala mundial. Esto fue en los días de un hombre de quien todos nosotros los que vivimos hoy día hemos descendido. Este antepasado común nuestro fue el hombre llamado Noé, hijo de Lamec. Respecto a los días de Noé el Libro inspirado del Creador dice: “Con el tiempo Noé llegó a ser padre de tres hijos, Sem, Cam y Jafet. Y la tierra llegó a estar arruinada a la vista del Dios verdadero y se llenó la tierra de violencia. De modo que vio Dios la tierra y, ¡mire! estaba arruinada, porque toda carne había arruinado su camino sobre la tierra.”—Gén. 6:10-12.
6, 7. (a) En el día de Noé, ¿qué advertencia se dio al mundo? (b) ¿Cómo sucedió que la Tierra volvió a ser un lugar pacífico en el cual vivir?
6 ¿Qué aconteció entonces para hacer de esta Tierra un lugar pacífico, seguro, en el cual vivir? ¿Se metieron aquellos violentos arruinadores de la Tierra en una guerra global de modo que se aniquilaran los unos a los otros? ¿Fue la advertencia que entonces se hizo que Noé diera una advertencia acerca de una calamidad hecha por el hombre de la cual le sería imposible a la humanidad salir con vida? ¡No! Al contrario, él dio a la humanidad una advertencia divina, una que Dios le había mandado dar. Notificó a todos los hombres respecto a lo que Dios el Creador estaba a punto de hacer en el interés de una Tierra tranquila, segura, en la cual personas decentes pudieran disfrutar de la vida. Dios le indicó a Noé que la gente no iba a escucharle, y por eso Noé debería construir un arca, una caja flotante, para él mismo y su familia, ocho almas. En el día predicho del año 2370 a. de la E.C. empezó el diluvio global. Fue un acto de intervención divina. La humanidad ahogada pagó las consecuencias.
7 Aquel acto de intervención divina realizado en la antigüedad resultó provechoso para toda la humanidad. Dio a la raza humana un principio nuevo procedente de una familia justa, temerosa de Dios, y esto en una Tierra que por lo pronto se halló en paz y segura.
SE ACERCA UNA DESTRUCCIÓN MUNDIAL PARECIDA
8. (a) ¿Qué comparación hizo Jesucristo entre los días de Noé y la actualidad? (b) ¿Qué acontecimiento está cerca, y, por eso, qué hay que hacer acerca de ello?
8 Esa fue la única ocasión antes de nuestro tiempo en que toda la humanidad haya estado en peligro de sufrir extinción. Prefiguró nuestro día en que está amenazado un mundo de miles de millones de personas. Esta declaración no es el producto de nuestro razonamiento humano, pesimista, sobre los asuntos, una idea de extremistas. No es exageración, tal como no lo fue la declaración que hizo cierta figura de fama mundial, un profeta mayor que Noé. Nos referimos a Jesucristo. Señalando hacia el futuro a nuestro día, él dijo: “Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Mat. 24:37-39) Según la profecía de Cristo mismo acerca de las condiciones mundiales que existirían durante el tiempo de su presencia invisible en la Tierra, la situación de nuestro mundo desde el año 1914 es como la del día de Noé. Correspondientemente, tiene que estar cerca un acto de intervención divina parecido a aquél. Es el tiempo en que la advertencia dada por Dios debe difundirse a toda la humanidad que está en peligro. La pregunta que le atañe a cada persona es ésta: ¿Quién será como aquellos que entraron en el arca con Noé?
9. (a) ¿Qué nos da razón para creer que la predicha “grande tribulación” está cerca? (b) Aunque le sobrevino “grande tribulación” a Jerusalén en 70 E.C., ¿por qué tiene que ser futuro todavía el cumplimiento mayor de la profecía de Jesús acerca de la “grande tribulación”?
9 Aun aparte de lo que dice la Biblia, el Libro inspirado del Creador, tenemos razón para creer que el sistema de cosas actual está en su “tiempo del fin.” Sus últimos días casi han terminado. Puede esperarse que su fin cabal llegue acompañado de un tiempo de angustia, una “grande tribulación,” que superará lo espectacular y destructor del diluvio del día de Noé. Aquella referencia que hizo Jesús al día de Noé fue parte de la profecía final que él dio en el año 33 E.C. Esto extendió sus predicciones a más allá de la destrucción de Jerusalén a manos de los romanos en el año 70 E.C., sí, a través de todo el tiempo hasta nuestro día. La destrucción de aquella santa ciudad fue el punto culminante de una “grande tribulación” para los judíos de la provincia romana de Judea en el Oriente Medio. Pero evidentemente Jesús tuvo que haber tenido presente más que solo la destrucción de Jerusalén en aquel tiempo, cuando dijo: “Porque habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora [el año 33 E.C.], no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos serán acortados aquellos días.”—Mat. 24:21, 22; Mar. 13:19, 20.
10, 11. (a) ¿Qué descripción dio el apóstol Pedro de una destrucción mundial venidera? (b) ¿Qué actitud se abriga generalmente hoy día respecto a tal destrucción mundial ejecutada por Dios?
10 El apóstol Pedro, discípulo de Jesús, asoció proféticamente el fin del mundo del día de Noé con el fin del sistema de cosas de hoy día en la culminación de este “tiempo del fin.” (Dan. 12:4) En contraste con la precipitación de aguas del día de Noé, Pedro predijo un “fuego” que no solo envolvería a la tierra simbólica, sino también a los cielos simbólicos. (2 Ped. 3:5-12) En la comparación que Pedro hizo no introdujo el asunto de la destrucción de Jerusalén a manos de los romanos, lo que ocurrió poco después de morir Pedro como mártir.
11 Allá en el día de Pedro los cristianos creían en lo que generalmente se conoce como “el fin del mundo.” (Mat. 24:3, Versión Valera, 1934) Pero, ¿qué hay de nuestro día, 19 siglos más tarde, particularmente entre los que afirman ser cristianos o que son miembros de las iglesias de la cristiandad? ¿Creen ellos en cosa semejante? ¡Difícilmente! Basta con que demos un vistazo a la manera en que van en pos de las cosas materiales de este mundo que está condenado a la destrucción.
12. (a) ¿Qué catástrofe mundial temen ahora personas responsables de hoy día? (b) ¿Cómo se proponen los hombres evitar una destrucción de alcance mundial?
12 No obstante, hoy día hay personas responsables que, sin basar sus predicciones en la Biblia en lo más mínimo, están prediciendo lo que equivale al “fin del mundo.” Nos están advirtiendo que es posible que esto ocurra. Han hecho esto desde la explosión de dos bombas atómicas al fin de la II Guerra Mundial en 1945. Hoy día las naciones a las que se llama “potencias nucleares” tienen bombas nucleares en cantidades tan grandes que podrían acabar varias veces con todas las criaturas de la Tierra, si tal cosa les fuera posible. Hasta se habla en voz baja acerca de bombas radiológicas. Estas matarían a todos los seres humanos, pero dejarían en pie las propiedades materiales inanimadas de éstos. Pero, ¿de qué sirven edificios que quedan en pie si no hay gente viva que los ocupe? Sencillamente compondrían una ciudad vacía o un mundo vacío. ¿Y a quién le agrada pensar en tal cosa? El peligro es muy real. A lo que se acude para que impida semejante exterminio en masa es a la Organización de las Naciones Unidas, que ahora tiene 153 miembros. Pero la Organización de las Naciones Unidas, de la cual forman parte todas las Potencias Nucleares, es una esperanza vana en cuanto a impedir que la raza humana se aniquile por sus propios medios.
13. (a) ¿Qué pregunta que implica vida o muerte exige una respuesta? (b) ¿Por qué no tienen una respuesta satisfactoria las personas no religiosas? ¿Hay acaso una respuesta satisfactoria?
13 Realmente, ¿quién puede salvar a la humanidad de destruirse a sí misma, de suicidarse? Ahora hombres que de ningún modo son religiosos se ven obligados a dar seria consideración a esa pregunta. Porque no creen en la Biblia, no pueden dar con una respuesta satisfactoria. No pueden dirigirnos a ningún salvador. ¿Significa eso que no haya ninguno? ¡Felizmente, no; pues lo hay!
LA ÚNICA FUENTE DE ESPERANZA VERDADERA
14. ¿Por qué es razonable creer que el Creador tiene propósito respecto a la Tierra?
14 Los científicos no pueden probar que nuestra Tierra y la humanidad en ella se hayan hecho a sí mismas. Tiene que haber habido un Creador. Por eso, ¿qué hay de él? Tan temprano como en el siglo dieciséis antes de nuestra era común él hizo que el hombre de integridad llamado Job declarara por inspiración la verdad científica de que Dios ha colgado nuestra Tierra sobre nada en el espacio; por eso, ¿la habrá colgado allí para nada? (Job 26:7) ¿Es por accidente que nos encontramos en ella en cantidades que llegan a los miles de millones? ¿Fue esto un error, o algo que él hiciera sin propósito? Para este tiempo él ha permitido que esta Tierra haya llegado a estar casi rebosante de criaturas vivientes. ¿Era su propósito que todos los miles de millones de criaturas humanas que viven hoy día acabaran consigo mismas y dejaran nuestra Tierra flotando en el espacio como un planeta muerto? En vista de lo que él nos dice, no le podemos atribuir semejante tontería.
15. (a) ¿Qué propósito tiene Dios respecto a la Tierra? (b) Por eso, podemos confiar en que pronto Dios haga ¿qué?
15 Él inspiró al sabio Salomón, hijo del rey David, a escribir en la Biblia: “Una generación [de la humanidad] esta yéndose, y una generación está viniendo; pero la tierra está subsistiendo aun hasta tiempo indefinido.” (Ecl. 1:4) También inspiró a Isaías a escribir: “Esto es lo que ha dicho Jehová, . . . el Formador de la tierra y el Hacedor de ella, . . . que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada: ‘Yo soy Jehová, y no hay ningún otro.’” (Isa. 45:18) Por lo tanto, él promete que nunca dejará que la Tierra quede sin habitantes humanos. Se ve, pues, que lo que él va a borrar por completo de la superficie de la Tierra es a este sistema de cosas que hombres violentos han establecido en la propiedad de Dios. A causa de esto podemos repetir como nuestras las palabras de agradecimiento que se hallan escritas en el último libro de la Biblia: “Te damos gracias, Jehová Dios, el Todopoderoso, . . . porque has tomado tu gran poder y has empezado a gobernar como rey. Pero las naciones se airaron, y vino tu propia ira, y el tiempo señalado . . . para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.”—Rev. 11:17, 18.
16. (a) ¿Qué planes sumamente desarrollados tienen ahora las naciones, y, a este respecto, qué advertencias se están dando? (b) Pero, prudentemente, ¿a qué advertencia prestaremos atención todos?
16 En su empeño por obtener ventaja militar, las naciones ya poseen planes sumamente desarrollados para ‘arruinar la tierra’ al mayor grado y del peor modo que se pudiera imaginar. Gérmenes y productos químicos, así como explosivos espantosos, se mantienen listos para uso inmediato del modo más estratégico contra cualquier enemigo. Esto no se guarda en secreto. Aquí y allá se dan débiles advertencias en cuanto a la amenaza que estas cosas representan para la existencia del género humano. Aunque estas advertencias son oportunas y están justificadas, no tienen el apoyo del Creador de la Tierra, Jehová Dios. La advertencia que él tiene escrita en la Biblia es acerca de la propia acción que él tomará para “causar la ruina de los que están arruinando la tierra,” que es creación de él. Su acción estará bajo control. Dejará sobrevivientes que habrán sido aprobados. Los que aman la vida, especialmente la vida eterna en un Paraíso, desean estar entre estos sobrevivientes aprobados.
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El tiempo para un atalaya como EzequielLa Atalaya 1981 | 15 de junio
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El tiempo para un atalaya como Ezequiel
1. (a) ¿Desde cuándo ha tenido Dios a su clase del “atalaya” dando la advertencia, y con qué propósito? (b) Más bien que difundir la advertencia, ¿qué ha hecho la cristiandad?
Más de 30 años antes de la explosión de las bombas atómicas en el Lejano Oriente, misericordiosamente Jehová había apostado su vigilante o atalaya para que diera la advertencia sobre lo que obviamente está cerca ahora, dentro de esta generación. Aun antes de que estallara la I Guerra Mundial en 1919, él tenía apostada su clase del “atalaya” para que diera la advertencia. Esto se hizo no solo para dar advertencia a los que deseaban saber cómo sobrevivir, sino también para dar aviso a los enemigos voluntariosos de Jehová. Así, esos enemigos sabrán de qué fuente viene la destrucción. Ningún criticón tendrá base alguna para quejarse de que Dios no le dio advertencia por adelantado. La cristiandad, que tiene la Santa Biblia en más de mil idiomas, debería haber sido la agencia que difundiera la advertencia, debido a lo que afirma ser. Pero no ha servido de tal agencia. En vez de eso, ha tomado parte en las dos guerras mundiales y en otras guerras de este siglo, que hasta cierto grado han arruinado la Tierra. Entonces, ¿quién es el “atalaya” compuesto?
2, 3. (a) ¿A quién escogió Dios para que diera la advertencia acerca del diluvio mundial que venía, y a quién ha usado para dar una advertencia similar hoy día? (b) ¿Por qué no se puede culpar a Jehová por ninguna vida que se pierda?
2 En el día de Noé, Noé no solo predicó, sino que también construyó una enorme arca en confirmación de su mensaje verbal. Así Noé fue entonces el sobresaliente testigo y atalaya de Jehová. Los siete miembros de la familia de Noé participaron con él en los deberes de atalaya. Hebreos 11:1-7 nos dice que Noé recibió testimonio de que Dios se había complacido en él. Fue testigo aprobado de Jehová Dios. Fue “predicador de justicia.” (2 Ped. 2:5) Hoy día nosotros nos enfrentamos a un acto de intervención divina de alcance mundial como lo que fue el diluvio del día de Noé. ¿A quiénes indican los registros que Dios está usando para notificar a todo el mundo acerca de esto? A cristianos devotos, a quienes en todo lugar se conoce como “testigos de Jehová.” Por consiguiente, Jehová se mantiene sin culpa alguna hasta el día de hoy. ¡No ha dejado de difundir la advertencia divina por medio de millones de sus testigos!
3 Por eso la responsabilidad por las vidas humanas que se pierdan por todo el mundo durante el venidero fin del sistema de cosas no recaerá en Jehová. Recaerá inequívoca y directamente en todos los que no hayan obrado en armonía con la notificación divina. La cristiandad misma no ha prestado atención a la advertencia que han dado los testigos de Jehová. ¿Qué hubiera sucedido si ella hubiese participado con los testigos de Jehová en difundir la advertencia dada por Dios? ¡Qué diferentes hubiesen sido los asuntos humanos!
ATALAYA PARA EL ANTIGUO ISRAEL
4. (a) ¿A quién levantó Jehová para que fuera profeta a su propio pueblo de Israel, y a quiénes prefiguró este profeta? (b) ¿Qué comisión recibió Ezequiel?
4 Por sus facultades divinas Jehová sabía de antemano que la cristiandad misma necesitaría que se le presentara la advertencia final procedente de él. Sabía lo que indicaba, o prefiguraba, la historia de su pueblo escogido de tiempos precristianos. En el año 613 a. de la E.C. él levantó a un judío llamado Ezequiel para que fuera profeta a su propio pueblo. Así, aunque Ezequiel entonces se hallaba exiliado en la tierra de Babilonia, fue el atalaya de Jehová para Israel. Lo que él profetizó fue llevado hacia el sudoeste a Jerusalén en la tierra de Judá. Lo que Jehová dijo a Ezequiel en aquel tiempo es de interés a nosotros hoy día, porque Ezequiel representó a los testigos ungidos de Jehová de hoy día. Esta clase ungida ha obrado en armonía con lo que Jehová dijo a Ezequiel en las siguientes palabras: “Hijo del hombre, atalaya es lo que te he hecho a la casa de Israel, y tienes que oír habla de mi boca y tienes que advertirles de mi parte. Cuando yo le diga a alguien inicuo: ‘Positivamente morirás,’ y tú realmente no le adviertas y hables para advertir al inicuo de su camino inicuo para conservarlo vivo, siendo él inicuo, en su error morirá, pero su sangre la reclamaré de tu propia mano.”—Eze. 3:17, 18.
5, 6. (a) ¿En qué período de tiempo vivía Ezequiel? (b) ¿Por qué no se podía acusar a Dios de haber impuesto a Ezequiel una comisión difícil?
5 ¿Por qué habló Jehová de manera tan seria a este judío Ezequiel? Porque en aquel año de 613 a. de la E.C. Ezequiel vivía en los últimos días del reino de Judá, que junto con su capital en Jerusalén estaba condenado a destrucción. El pueblo de Ezequiel que estaba allá en aquel reino había sido introducido en un pacto nacional con Jehová por medio de Su mediador, el profeta Moisés, y por lo tanto Ezequiel, como miembro de aquel pueblo, tenía la obligación de servir a Jehová durante toda su vida. Ezequiel era sacerdote también, y debería haber estado sirviendo a Jehová en Su templo en Jerusalén. Se ve, pues, que Ezequiel naturalmente le debía algo a Dios. Por eso, no se podía acusar a Dios de haberle impuesto impropiamente a Ezequiel una misión difícil, puesto que Ezequiel había nacido bajo el pacto nacional y bajo los deberes del sacerdocio aarónico, encabezado entonces por el sumo sacerdote Seraya.—2 Rey. 25:18.
6 Había sido al pueblo de Ezequiel a quienes Jehová había dicho anteriormente por medio de su profeta Isaías: “‘Ustedes son mis testigos,’ es la expresión de Jehová, ‘aun mi siervo a quien he escogido.’” (Isa. 43:10-12) Por lo tanto, Ezequiel prefiguró a los que hoy día forman el cuerpo organizado de testigos de Jehová ungidos por espíritu, los israelitas espirituales. Estos testigos ungidos viven en un tiempo mucho más significativo que el día de Ezequiel.
7. (a) ¿Qué gobierno se hallaba en peligro en el día de Ezequiel, pero qué se puede decir acerca de hoy día? (b) ¿Por cuánto tiempo dio Ezequiel la advertencia antes de llegar la destrucción predicha?
7 Lo que estaba en peligro en aquel tiempo era solamente un gobierno, el pequeño reino de Judá. Lo que está en peligro hoy día es lo que aquel reino antiguo prefiguró, a saber, la cristiandad, junto con todos sus asociados mundanos. De hecho, el entero sistema de cosas de todo el mundo está bajo juicio, tal como en el día de Noé el mundo era lo que estaba condenado a destrucción. Se necesitaba con más urgencia la advertencia de Dios mediante Ezequiel, pues Ezequiel comenzó a dar la advertencia solamente cuatro años antes de que el ejército babilonio invadiera su país, o seis años antes de que los babilonios destruyeran a Jerusalén y su templo después de haber sitiado la ciudad. Muchos habitantes de la asediada Jerusalén murieron del hambre, de la peste y por la espada de la guerra. Muchos de los sobrevivientes fueron arrastrados al exilio para morir en la lejana Babilonia. De modo que la propia generación de Ezequiel se hallaba en peligro de aquella calamidad.
8. (a) ¿Qué destrucción que era inminente en el primer siglo nos ayuda a determinar el tiempo en que vendrá de Dios la destrucción mundial? (b) ¿Quiénes difundieron la advertencia divina en aquel tiempo, y cuán importante fue su obra de advertencia?
8 De lo que ha estado sucediendo en la Tierra de acuerdo con la profecía bíblica, solo podemos inferir cuán corto período de tiempo nos queda todavía. En la profecía de Jesús, como se registra en los capítulos 24 y 25 de Mateo, Jesús dio a sus discípulos que compondrían la primera parte de la clase del “esclavo fiel y discreto” la advertencia acerca de la destrucción que le sobrevendría a Jerusalén dentro de la propia generación de ellos. Así hizo que sus discípulos se dieran cuenta de la responsabilidad que tenían para con los habitantes judíos de la provincia de Judea. Estos estaban en tan grave peligro debido a la inminente calamidad nacional. Si, en el momento crítico, la clase cristiana del “esclavo” de aquel entonces no advertía e instaba a los judíos afectados por aquella situación a salir de la zona de peligro lo más pronto posible, entonces cargaba con parte de la responsabilidad por la pérdida de vida y libertad que sufrieran los judíos por no habérseles dado la advertencia.
9. ¿Cómo sirvió Ezequiel de excelente ejemplo para los que son el “esclavo” ungido de Dios hoy día?
9 ¿Qué hay si Ezequiel en aquel tiempo no hubiese desempeñado la tarea asignada a él de advertir desde la distancia a sus conciudadanos que estaban en peligro? No hubiese sobrevivido a la destrucción de Jerusalén en 607 a. de la E.C., porque Jehová lo hubiera considerado responsable de la sangre de ellos. Es patente que Ezequiel cumplió fielmente con su comisión divina mientras pudo comunicarse con la Jerusalén condenada a destrucción, pues Jehová se complació en dejarle seguir viviendo. Jehová se complació en utilizarlo para pronunciar una profecía en el año vigésimo séptimo del exilio de Ezequiel en Babilonia. Eso fue 16 años después de la horrible matanza que ocurrió en Jerusalén en 607 a. de la E.C. (Eze. 29:17; 40:1) A este respecto Ezequiel fue excelente ejemplo para la clase ungida del “esclavo” de nuestros peligrosos tiempos. Es cierto que si algunos de entre la clase del “esclavo” se retraen de seguir difundiendo la advertencia y notificando a la gente inicua, estos individuos tendrán que rendir cuentas a Jehová. Pero, en su mayoría, la clase del “esclavo” resultará ser como Ezequiel. No se les podrá imputar culpa por sangre derramada.
10. (a) ¿De cuánta importancia es el puesto de atalaya? (b) ¿Cómo muestra Dios que se interesa tanto por los que necesitan la advertencia como por su atalaya?
10 Muy claro está que el puesto de atalaya encierra gran responsabilidad. En tiempos de guerra se da muerte al soldado que se duerme cuando está de guardia, porque así se ha puesto en peligro la vida de otros, junto con el riesgo de sufrir derrota. (Jue. 7:19) Se ve, pues, que Dios no solo se interesa por la vida de los que necesitan recibir la advertencia, sino también por la vida de su atalaya. Esto lo manifiestan las siguientes palabras que él dirigió a Ezequiel: “Pero en cuanto a ti, en caso de que hayas advertido a alguien inicuo y él realmente no se vuelva de su iniquidad y de su camino inicuo, él mismo por su error morirá; pero en cuanto a ti, habrás librado tu propia alma. Y cuando alguien justo se vuelva de su justicia y realmente haga injusticia y yo tenga que poner un tropiezo delante de él, él mismo morirá porque tú no le advertiste. Por su pecado morirá, y sus hechos justos que él hizo no serán recordados, pero su sangre la reclamaré de tu propia mano. Y en cuanto a ti, en caso de que hayas advertido a alguien justo para que el justo no peque, y él mismo realmente no peca, sin falta él seguirá viviendo porque se le había advertido, y tú mismo habrás librado tu propia alma.”—Eze. 3:19-21; 33:2-9.
11. ¿En qué sentido es la obra del “esclavo fiel y discreto” como la de un atalaya?
11 Salmo 127:1 dice: “A menos que Jehová mismo guarde la ciudad, de nada vale que el guarda se haya quedado despierto.” No obstante, al atalaya que está sobre la muralla de una ciudad se le ha confiado la protección de la vida de la gente que vive en ella. Tiene la obligación de advertir a los ciudadanos de cualquier peligro que amenace la vida y libertad de ellos. Correctamente, él no querría que la sangre de ellos se le imputara a él. Por haberse mantenido despierto y vigilante se le ha de atribuir el mérito de haber salvaguardado la vida de otras almas humanas. Esa es la situación en que se encuentra la clase del “esclavo fiel y discreto” en este tiempo en que el viejo sistema de cosas está a punto de terminar. Jehová ha nombrado a la clase del “esclavo” como “atalaya” suyo para proteger los intereses eternos de los que afirman ser Su pueblo, como en el caso de Ezequiel.
ADVERTENCIAS POR EL ATALAYA MODERNO
12, 13. (a) Al hacer que se difunda la advertencia, ¿qué respuesta desea ver Dios? (b) El que se difunda la advertencia hace posible ¿qué?, pero, ¿qué hay de los que no le prestan atención?
12 Pero, ¿son solo los que alegan ser cristianos los que se encaran a la amenaza de la destrucción que viene al fin de este sistema de cosas? No, pues todos los demás religiosos están en la misma situación, y también las personas que rehúsan afiliarse a cualquier sector de la religión organizada. Jehová Dios, el Creador de la Tierra, sabe eso. Él preferiría no destruir al mundo de la humanidad. Su deseo primordial es que se salve de la destrucción eterna al mayor número posible de personas y que muestren ser dignas de la vida en su justo nuevo sistema de cosas. Por eso mismo ha hecho que se difunda su advertencia por todas partes.
13 Misericordiosamente Dios notificó primero a la clase del “esclavo,” representada por Ezequiel. De ese modo hizo de esta clase su “atalaya” compuesta. A esta clase del “atalaya” se le ha encargado especialmente la responsabilidad de dar la advertencia divina. Debido a que han estado dando la advertencia oportuna, cada vez más personas han tenido la oportunidad de oírla y obrar en armonía con lo que oyen, con la esperanza de salir con vida del fin de este viejo mundo. En cuanto a los que rehúsan prestar atención a la advertencia que Dios da, su sangre recaerá sobre la cabeza de ellos mismos.
14, 15. (a) ¿Quiénes, a pesar de haber tratado de hacerlo, no han podido silenciar a los que dan la advertencia, pero quiénes han escuchado y respondido? (b) Cuando termine el período de “la buena voluntad de parte de Jehová,” ¿qué significará?
14 La clase del “atalaya” de Jehová ha llegado a ser conocida mundialmente. A los enemigos de ésta les gustaría silenciar su voz de advertencia. Consideran que la advertencia es subversiva a su sistema de cosas. ¡Pero todo esfuerzo que han hecho ha sido en vano! La advertencia ha sonado ensordecedoramente en sus oídos, especialmente desde 1919, el año en que el mundo empezó a tratar de recobrarse de las heridas que le había infligido la I Guerra Mundial. El período desde ese año en adelante ha sido parte de lo que Isaías 61:2 llama “el año de la buena voluntad de parte de Jehová.” Esto significa que la ira de Jehová todavía no ha sido derramada sobre el sistema de cosas que desafía a Dios. ¿Para qué ha servido esto? Ha hecho posible que se lleve a cabo hasta ahora esto que Jesús profetizó: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.” (Mat. 24:14) Como resultado de esto, muchos que hoy día forman parte del resto de herederos de ese reino han respondido al mensaje del reino. Así se han aprovechado de “la buena voluntad de parte de Jehová.” A éstos se les ha hecho parte de la clase del “atalaya.” Participan en dar la advertencia divina.
15 El “año” simbólico que se asigna para “la buena voluntad de parte de Jehová” es un tiempo limitado. Según todas las indicaciones del día actual está a punto de terminar. El fin de éste no significará un “¡Feliz año nuevo!” sino el momento para un cambio desde la “buena voluntad” de Jehová a su ira. Eso significa la llegada del “día de la venganza de parte de nuestro Dios.” (Isa. 61:1, 2) Ese será el día más tenebroso que este mundo de la humanidad habrá experimentado hasta entonces.
16. ¿Qué logra la clase del “atalaya” al difundir la advertencia?
16 Esto hace urgente el que la clase del “atalaya” dé la advertencia de que el “año” de la buena voluntad de Jehová está a punto de terminar y que su “día de la venganza” está a punto de desatarse. El que obedientemente proclamen la advertencia divina no salvará a este viejo sistema de cosas lleno de remiendos ni a sus apoyadores devotos de ser destruidos en la venidera “grande tribulación.” Pero este hecho no desanima a la clase del “atalaya”. Se les asegura que si hacen que personas inicuas se vuelvan de su camino inicuo y emprendan la justicia se salvará a estas personas de ser aniquiladas con este viejo mundo. Así, la clase del “atalaya” no llevará culpa de sangre en el caso de aquellos a quienes se ha advertido y quienes se han apartado de su mortífera iniquidad. A los de la clase del “atalaya” también se les asegura que por continuar dando su advertencia persistentemente disuadirán a muchas personas justas de hacerse malas y unirse al mundo inicuo y por lo tanto condenarse a perecer con éste en la “grande tribulación.” Esto es algo muy grato para la clase del “atalaya.” ¡Su servicio no ha de ser en vano!
17. (a) ¿Qué recompensa ha visto realizada la clase del “atalaya”? (b) ¿Quiénes participan ahora con esta clase en dar la advertencia?
17 A la clase del “atalaya” todavía no se le ha agotado la voz debido a proclamar la advertencia acerca del “día de la venganza de parte de nuestro Dios.” Tampoco ha bajado su voz, y está resuelta a no hacerlo. Como recompensa, ¡qué espectáculo que glorifica a Jehová se presenta ante los ojos atentos de ellos! Una incontable “grande muchedumbre” de oyentes que han respondido a la advertencia se levanta ante la vista de la clase del “esclavo.” (Rev. 7:9) Se les han abierto los ojos a los de esa “grande muchedumbre” para que vean la “espada” del oficial de ejecución nombrado por Jehová que está a punto de derribar de un tajo a los inicuos opositores de Su reino mesiánico. Cuatro años antes de que estallara la II Guerra Mundial, esta “grande muchedumbre” comenzó a tomar forma precisa y a ponerse del lado de la clase del “atalaya.” Misericordiosamente, la II Guerra Mundial no culminó en el “día de la venganza de parte de nuestro Dios.” Tampoco detuvieron ni disminuyeron la II Guerra Mundial y su secuela la afluencia de los de la “grande muchedumbre” al lado de la clase del “atalaya” en medio de persecución mundial. Por afluir éstos al lado de la clase del “atalaya,” han quedado obligados a participar con ella en anunciar denodadamente la advertencia divina. No han rehuido de emprender esta responsabilidad. Al proceder así no solo desean expresar su amorosa obediencia a Jehová Dios, sino que también quieren expresar su amor a su prójimo, su semejante.
18, 19. (a) ¿De qué actividad hay apremiante necesidad ahora en conformidad con las palabras de Isaías 52:8? (b) ¿Qué debe estimularnos a participar en difundir la advertencia divina?
18 En esta fecha tardía, en los días finales de la cristiandad y de todo el resto de este sistema de cosas condenado a destrucción, hay apremiante necesidad de acción unida. Hace mucho tiempo el profeta Ezequiel y el profeta contemporáneo de él, Jeremías, a pesar de estar separados por centenares de kilómetros, unieron sus voces en advertir a su descarriada nación acerca del “día de la venganza” que estaba a punto de desatarse sobre ellos. Ahora, en nuestro siglo, desde el fin de la I Guerra Mundial, las siguientes palabras de Isaías 52:8 han aplicado al pueblo dedicado de Jehová: “¡Escucha! Tus propios atalayas han levantado la voz. Al unísono siguen clamando gozosamente; porque será ojo a ojo que verán cuando Jehová haga volver a Sión.” Todos los que llegaron a ser recogidos bajo la ‘Sión celestial’ vieron la misma visión a la luz de la profecía bíblica que entonces estaba cumpliéndose; juntos vieron la mano de Jehová en acción a favor de ellos. Levantaron un mensaje unido a todo el mundo. Hoy día, más de 60 años después, tienen que seguir dando unidamente su testimonio, solo que éste ahora incluye la advertencia urgente acerca del “día de la venganza” de Jehová. Los de la “grande muchedumbre” procedente de muchas naciones y de muchas lenguas tienen que unir sus voces a las del “atalaya.”
19 Entonces, ¡adelante, dando en unión la advertencia del “día de la venganza de parte de nuestro Dios”! Mantengámonos libres de culpa por sangre derramada. Esto se debe a que queremos que se nos deje con vida durante ese “día de la venganza.” Muchos de nuestros vecinos quisieran disfrutar de la misma salvación. Que nuestro amor supremo a Jehová y Cristo y nuestro amor humanitario y compasivo a nuestro prójimo, nuestro semejante, nos estimulen de manera irresistible a difundir la advertencia que salva vidas. ¡Eso nos proporcionará inmenso gozo! Y lo que es mejor, ¡Jehová quedará vindicado, pues se habrá demostrado su interés amoroso!
[Ilustración en la página 23]
Como Ezequiel había advertido, el ejército babilonio destruyó a Jerusalén y se llevó a muchos sobrevivientes al exilio
[Ilustración en la página 25]
Como Ezequiel, la clase del “atalaya” de nuestros días difunde la advertencia... ayudada ahora por la “grande muchedumbre” de colaboradores
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Los que amamos a Dios resolvemos...La Atalaya 1981 | 15 de junio
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Los que amamos a Dios resolvemos...
Esta Resolución fue adoptada entusiásticamente el verano pasado por centenares de miles de concurrentes a las Asambleas de Distrito “Amor Divino” de los Testigos de Jehová.
1. ¿Qué advertencia están dando los testigos de Jehová, y por qué?
Por más de 100 años Jehová Dios por medio de sus testigos ha estado dando la advertencia de que este mundo o sistema de cosas no puede perdurar. Por consideración a nuestro prójimo, prescindiendo de la nación, tribu, pueblo o lengua que sea, el amor divino nos mueve a señalar a las personas que el camino designado por Dios es la única solución para los problemas de la humanidad.
2. ¿Qué cosas del mundo han salido mal?
2 Con el comienzo de los años ochenta, ¿qué observamos como consecuencia de que individuos y naciones pasen por alto o resistan el camino que Dios señala y procuren seguir su propio proceder de autonomía y de vida independiente? Personas responsables de todo campo de actividad expresan seria preocupación por el estado confuso e inestable de los asuntos del mundo. Y no es de extrañar... ¡son tantas las cosas que han salido mal! Con demasiada frecuencia ha sucedido que diversas cosas de los campos de la transportación, comunicación, medicina, ciencia y tecnología, previamente aclamadas como una esperanza o una bendición, han resultado desilusionantes y hasta mortíferas. En la actualidad la sociedad humana está plagada de interminables problemas... delito, corrupción, inicuas perversiones, desórdenes sociales, actos de terrorismo y otros peligros amenazadores. Verdaderamente, la escena actual que el mundo presenta ante la humanidad es desconcertante. Desde un punto de vista puramente humano, hoy se abrigan serias dudas de que el orden mundial actual pueda seguir existiendo. Sin embargo, ¿cuántas personas hoy día consideran sobriamente a la luz de la Biblia, la Palabra de Dios, el significado de estas condiciones sin precedente?
3. ¿El cumplimiento de qué profecías bíblicas convence a los testigos de Jehová de que está cerca el fin de este sistema? ¿Qué dicen esas profecías?
3 Jesucristo suministró una detallada señal compuesta acerca de la conclusión de este sistema de cosas y del tiempo en que él habría de comenzar a ejercer su poder real sobre el mundo de la humanidad. Su comentario profético acerca de nuestros tiempos está registrado en los capítulos 24 y 25 de Mateo, el capítulo 21 de Lucas y el capítulo 13 de Marcos. Concuerdan con la gran profecía que él dio las descripciones de estos últimos días que se hicieron bajo inspiración en 2 Timoteo 3:1-5, el capítulo 6 de Revelación y en relacionadas porciones proféticas de las Escrituras Hebreas y Griegas Cristianas. Estudiantes concienzudos de la Biblia entre nosotros han sido testigos del cumplimiento de la mayoría de estas profecías durante este siglo.
4. ¿Qué evidencia impresionante hay ‘de que toda la creación actualmente está en dolor’?
4 En toda ocupación y en todo nivel social hay evidencia impresionante de “que toda la creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor juntamente hasta ahora.” (Rom. 8:22) Vemos a la gente plagada de una gran cantidad de enfermedades y quebrantos, tanto físicos como mentales y emocionales, a pesar de los extensamente aclamados adelantos médicos. Los lazos matrimoniales están desintegrándose. En muchos países la cantidad de separaciones y divorcios igualan o superan la de los matrimonios. La vida familiar está en desorden, de modo que muchos se preguntan si esta unidad fundamental de la sociedad podrá sobrevivir por mucho más tiempo. Las ciudades sufren bajo aplastantes cargas financieras y se encaran al desplome. Las naciones están en angustia, desgarradas internamente por facciones divisivas y amenazadas desde el exterior por vecinos agresivos y poco amigables. El mundo en general agoniza debido a las crisis económicas y monetarias, escaseces de energía, peligros de contaminación y relacionados con la salud, y, en muchos lugares, superpoblación y hambre. Sobre todo esto pende el espectro de una carrera de armamentos que amenaza desencadenar sobre la humanidad incalculable sufrimiento y destrucción nuclear. Verdaderamente el corazón de los hombres desfallece por temor de lo que ellos ven que está por sobrevenirle a la tierra habitada.
5. (a) En medio de la agitación actual, ¿qué está haciendo la mayoría de la humanidad? (b) ¿Qué pueden hacer las personas para sobrevivir a la venidera grande tribulación, y qué modelos hay para la supervivencia?
5 En medio de una situación tan agitada, muchas personas permanecen en un estado de apatía. Otras van a la deriva con la corriente y espíritu degradantes de lo que sea popular por el momento. También hay quienes son enemigos de Dios, que realmente se oponen a los justos principios y la soberanía universal de él. Según lo que siembra el mundo, eso cosecha ahora... fruto podrido. Se le acerca el tiempo que Dios ha señalado para su abrupta y violenta destrucción. A las personas inclinadas a lo justo que perciben el peligro del proceder egoísta y materialista, loco por placeres y desatento que sigue la humanidad, se les exhorta a prestar atención a la advertencia divina antes de que sea demasiado tarde. Al hacer eso, ellas podrán, según los tratos de Dios en el pasado, contarse entre las personas que tienen la expectativa de sobrevivir a la cercana grande tribulación. Hace 43 siglos Dios salvó a Noé y su familia de un diluvio mundial. Siglos después libró a Lot y sus dos hijas cuando Sodoma y Gomorra fueron destruidas. Esto suministra un modelo de cómo Dios puede tratar con los que obren con fe y respondan a las buenas nuevas eternas que se han declarado durante todo este siglo.
6. (a) ¿Por qué ha habido tantos ayes mundiales desde 1914? (Rev. 12:7–12) (b) En la “grande tribulación,” ¿qué experimentarán la religión falsa y luego las naciones mundanas? (Rev. 18:9, 10, 21–24; 19:11–16)
6 Los historiadores modernos han reconocido que el año 1914 señaló un momento crucial en la historia. Desde aquel significativo año, la humanidad ha estado viviendo en un turbulento período de cambios formidables. De lo que muchas personas no se dan cuenta es del hecho de que la profecía bíblica muestra que dicho período es uno de ayes para la humanidad “porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” (Rev. 12:7-12) Se acerca rápidamente un día de ajuste de cuentas. Este se desatará sobre esta generación en lo que Jesús describió como una “grande tribulación” en la cual se verá la ejecución del juicio de Dios en Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, del cual la cristiandad es la parte principal. Después de eso, todas las naciones que se oponen al reino de Dios, Su gobierno mundial entrante, se verán envueltas en la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso, que en la Biblia se llama Armagedón, en la cual sufrirán derrota eterna.—Rev. 16:14-16.
7. (a) Después del Armagedón, ¿qué les sucederá al Diablo y sus fuerzas espirituales? (Rev. 20:1–3) (b) ¿De qué futuro disfrutará entonces la humanidad, según lo indican las profecías bíblicas? (Rev. 21:3, 4; Sal. 37:9–11, 29; Isa. 11:6–9; 33:24; 65:21–24)
7 Finalmente, el Diablo y sus inicuas fuerzas espirituales serán arrojados al abismo simbólico de la inmovilidad, y así quedará preparado el camino para que el reino de Dios rija por mil años, sin estorbos, por toda la Tierra. (Rev. 20:1-3; 21:3, 4) ¡Cuánto agradecemos el haber llegado a conocer la manera en que Dios eliminará de la escena terrestre la iniquidad! ¿No esperamos con intenso anhelo esa intervención divina? ¡Sí, y con regocijo aclamamos los nuevos cielos gubernamentales y una nueva y limpiada sociedad terrestre que él ha prometido!—2 Ped. 3:13.
POR LO TANTO RESUÉLVASE QUE
8. Como súbditos leales del reino de Dios, ¿qué proceder estamos resueltos a seguir en imitación de Jesucristo? (Mar. 1:38; Luc. 4:43; Juan 6:15; 15:19; 17:16; 18:36)
Nosotros, los testigos de Jehová, intensifiquemos nuestros esfuerzos por proclamar celosamente las buenas nuevas del Reino así como declarar denodadamente el mensaje de juicio de Dios dentro del tiempo que Dios permite para ello. Continuaremos dando nuestra devoción de toda alma al reino de Dios y esforzándonos por ser súbditos leales de ese reino. Estamos resueltos a hacer eso por medio de seguir el fiel proceder de Jesucristo, mantenernos separados del mundo, evitar los enredos de éste, rehusar envolvernos en sus controversias y no permitir cabida a la transigencia. Aunque esto nos hace impopulares e incurre en el odio del mundo, estamos resueltos a guiarnos por el principio bíblico de que quienquiera que desee ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.—Sant. 4:4.
9. (a) ¿Qué advertencia bíblica estamos resueltos a seguir dando con empeño? (b) ¿Qué está envuelto en atenernos a nuestra decisión de producir los frutos del Reino y los frutos del espíritu de Dios? (Mar. 13:10; Juan 13:34, 35; Gál. 5:22, 23; Col. 3:12–14)
9 Habiendo salido nosotros mismos de Babilonia la Grande, continuaremos dando con empeño la advertencia bíblica: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.” (Rev. 18:4) Con espíritu de abnegación estamos resueltos a seguir ayudando a las multitudes de personas que posiblemente todavía se pongan de parte de la verdad antes que le sobrevenga el juicio divino al imperio mundial de la religión falsa. Mientras que el proceder reprensible de la cristiandad ha acarreado oprobio al nombre de Dios, nuestra decisión es demostrar que somos discípulos genuinos de Jesucristo por medio de producir los frutos del Reino y también el fruto del espíritu de Dios y de ese modo glorificar a nuestro Padre celestial, Jehová.—Juan 15:8.
10. (a) Estamos resueltos a rendir a Dios servicio sagrado al presentar la verdad ¿de qué manera? (Col. 4:6; 1 Ped. 3:15) (b) ¿Qué clase de ejemplo en denuedo y valor, así como de respeto a las autoridades, nos dieron los apóstoles y nosotros estamos resueltos a seguir?
10 Prescindiendo de las circunstancias y el sitio en que nos hallemos individualmente, nos deleitaremos en rendir a Dios servicio sagrado día y noche. Sin cesar aprovecharemos toda oportunidad de dar un testimonio cabal acerca del nombre y el propósito de Dios, y presentaremos la verdad de manera llamativa, dejando que nuestra “habla siempre sea con gracia, sazonada con sal.” (Col. 4:6) Al mismo tiempo, procuraremos ser valerosos y hablar la Palabra de Dios con todo denuedo, especialmente al enfrentarnos a amenazas, persecución u otras formas de oposición. Como los apóstoles, “no podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído.” (Hech. 4:19, 20) Aunque mostramos debido respeto a las autoridades superiores y damos a César las cosas que pertenecen a César, sin embargo cuando surjan cuestiones que envuelvan nuestra adoración y servicio a Dios imitaremos a los apóstoles mediante “obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”—Hech. 5:29.
11. (a) ¿Qué obra estamos resueltos a completar? (Mat. 24:14) (b) ¿A quién acudimos en busca de guía? ¿Tenemos base verdadera para esperar que él nos apoye? (Fili. 4:13)
11 Al poner las cosas espirituales en primer lugar en nuestra vida, estamos resueltos a completar la obra de proclamar las buenas nuevas del Reino y difundir la advertencia divina procedente de la Palabra de Dios. Con este fin, nos fiaremos de Jehová con todo nuestro corazón y siempre confiaremos en su dirección y cuidado y manifestaciones adicionales de su amor. En nuestras oraciones sinceras pediremos a nuestro Padre celestial que este proceder nuestro sea agradable y acepto a la vista de él, Aquel que “puede hacer más que sobreabundantemente en exceso de todas las cosas que pedimos o concebimos.” (Efe. 3:20) Que se haga Su voluntad, con el resultado de gozos y bendiciones sin límite para nosotros y para toda otra persona que ama a Dios, tanto ahora como para siempre jamás.
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¿Por qué controlar la lengua?La Atalaya 1981 | 15 de junio
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¿Por qué controlar la lengua?
¿Conoce usted a alguien que hable demasiado? En Proverbios 10:19 se da una razón por la cual debemos guardarnos del mucho hablar. Dice: “En la abundancia de palabras no deja de haber transgresión, pero el que tiene refrenados sus labios está actuando discretamente.”
Santiago, el medio hermano de Jesús, confirmó lo necesario que es que nos cuidemos de tropiezos por la manera en que usamos la lengua, pues el no refrenarla pudiera hacer inútil nuestra adoración. (Sant. 1:26) Ninguno de nosotros puede controlar perfectamente la lengua, pero ciertamente podemos mejorar en esto.—Sant. 3:2-8.
Esto no quiere decir que tengamos que permanecer mudos, que nunca participemos en una conversación o contribuyamos a ella. Pero, ¿por qué no hacemos esta prueba? Tome nota de sus impulsos por un momento. Fíjese en usted mismo a ver si nota que, en un grupo que está conversando, usted se siente impulsado a hablar demasiado de cada tema que surge. Cuando se conversa sobre varios temas de la vida, ¿se encuentra usted consecuentemente explayándose en la conversación y hablando más que la mayoría de los del grupo? Si así es, el dar alguna meditación a las palabras de Proverbios 10:19 podría ser una salvaguarda.
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