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  • Un sorprendente programa tras los muros de la prisión
    ¡Despertad! 1975 | 22 de julio
    • señaló: “Tenía a Jehová y le oré constantemente y rompí el hábito.” Era uno de los ocho bautizados.

      Otros de los reclusos están dando pasos para calificar para el bautismo. Uno de ellos, que cumple una sentencia de cadena perpetua por asesinato, dijo: “Siempre he deseado conocer la verdad de la Palabra de Dios, y el ponerme en comunicación con los testigos de Jehová y ver el afectuoso amor que se muestran unos a otros me dio la firme idea de que éste es el lugar donde se puede hallar.”

      Reacción de los otros reclusos

      Algunos de los presos en la asamblea no eran testigos de Jehová, ni habían estado estudiando la Biblia con los Testigos. ¿Qué pensaban de lo que vieron?

      Uno, que ya había estado en la cárcel catorce años por un cargo de asesinato, escribió una carta acerca de sus impresiones. Publicada en el News Leader de Baton Rouge, dice en parte:

      “Al igual que la mayoría de mis compañeros reclusos, yo no soy religioso, un escéptico a lo más. La vida ha sido demasiado dura, demasiado cruel, y he visto demasiada hipocresía para creer nada más. Pero, a pesar de mi escepticismo profundamente arraigado, algo sucedió recientemente que me impresionó, tanto que me siento impulsado a hablar de ello. . . .

      “Miembros de la fe de los Testigos de Jehová aquí en Angola querían celebrar un servicio bautismal para ocho nuevos miembros. Enviaron invitaciones a compañeros Testigos en el mundo libre y algunos . . . , de tan lejos como Kansas, respondieron, viniendo aquí para lo que sin duda ha sido la demostración más impresionante de unidad religiosa que jamás he visto en toda mi vida. Los presos de la Penitenciaría Estatal de Luisiana jamás habían visto nada igual.

      “Hubo predicación y lectura de la Biblia en abundancia, a la mayor parte de lo cual no presté atención o no entendí, realmente no prestaba atención porque no tenía ningún significado para mí. He oído demasiadas promesas vanas y sermones sin significado en mi vida para dejarme impresionar por las palabras. Lo que cuenta para mí es solamente la suma de sinceridad que muestra una persona por medio de su conducta. Y es difícil engañarme; he vivido y he luchado demasiado tiempo en la selva. Pero estas personas me impresionaron, me conmovieron, a pesar del escudo de escepticismo detrás del cual vivo. Eran sinceros.

      “No sé en lo que creen, y no me importaba, así como no les importaba a ellos el que yo fuera un criminal declarado y no un Testigo. Me hicieron sentir que se interesaban en mí, que yo era importante, y eso significa mucho para alguien que ha sido rechazado, un paria, la mayor parte de su vida. Fue lo suficiente para encender un anhelo de ser uno de ellos . . .

      “No se me va la idea importuna, creada por los sentimientos avivados en mí por mi encuentro con esos Testigos de Jehová la otra noche, de que si hubiera más personas como ellos, habría menos personas como nosotros.”—20 de octubre de 1974.

      Reacción de los funcionarios del penal

      No solo los reclusos, sino los supervisores del penal, también, estaban satisfechos por la excelente armonía que hubo entre los visitantes Testigos y los presos. Uno de los patrocinadores de la asamblea del penal, Lawrence Watts, expresó admiración al observar la muchedumbre. “La gente es tan cortés, tan bondadosa y tan atenta a las instrucciones,” exclamó. “La conducta es hermosa —el aspecto moral, el elemento social— es simplemente hermoso.”

      C. Murray Henderson, alcaide del penal, también estaba muy complacido. “Definitivamente pienso que estas funciones ayudan a los presos,” hizo notar después. “Necesitamos personas que trabajen con los presos, personas que ejerzan una influencia sana.” Y, enfatizando que él creía que los testigos de Jehová ejercían esta influencia en el penal, agregó: “Recientemente oí en Nueva Orleáns a un hombre católico romano decir que si él fuera dueño de una gran cadena de almacenes contrataría solamente a testigos de Jehová para operar las cajas registradoras.”

      También expresando su aprobación del programa de estudios bíblicos de los testigos de Jehová, Elayn Hunt, directora del Departamento Estatal de Correcciones, dijo: “Estoy firmemente convencida de que cualquier recluso cuyo tiempo sea empleado en algo tan positivo como el estudio de las Escrituras ciertamente no va a tener tiempo disponible para estar envuelto en algún empeño negativo. Esta puede ser una fuerza activa muy positiva para ayudar al administrador de penal.”

      ¿Cómo se inició este programa espiritual en la Prisión de Angola? ¿Está limitado solo a Angola? ¿Qué nos dice en cuanto a la rehabilitación de criminales?

  • Rehabilitación de presos... ¿cómo puede tener éxito?
    ¡Despertad! 1975 | 22 de julio
    • Rehabilitación de presos... ¿cómo puede tener éxito?

      ¿PUEDEN servir solo como lugar de castigo las prisiones, o pueden también ser centros de rehabilitación con buenos resultados?

      Un subcomité legislativo de los Estados Unidos que recientemente estudió este asunto llegó a la conclusión de que las prisiones han fracasado totalmente como medios de rehabilitación de los delincuentes. Algunos expertos calculan que cuatro de cada cinco reclusos vuelven al crimen cuando abandonan la prisión. De modo que no es sorprendente que funcionarios carcelarios como Raymond K. Procunier, jefe del sistema carcelario de California, digan que las prisiones o penales en su forma actual debieran ser eliminados. Procunier explicó recientemente:

      “Los conceptos de la sociedad acerca de las prisiones no tienen ningún sentido en absoluto. Se nos imponen responsabilidades en conflicto... apartar a los reos convictos de las ‘personas buenas’ y, al mismo tiempo, rehabilitarlos en la sociedad increíblemente artificial que prevalece en la prisión.” Y esto, sencillamente, no se puede llevar a cabo, enfatiza Procunier.

      Lo que se necesita

      C. Murray Henderson, alcaide de la inmensa Penitenciaría Estatal de Angola, es uno de esos funcionarios carcelarios que cree que un ambiente más natural es vital para obtener buenos resultados en la rehabilitación de reclusos. “Creo que las prisiones han funcionado durante demasiado tiempo en un ambiente de secreto,” le explicó recientemente a un representante de ¡Despertad! “No les hemos hecho saber a los contribuyentes cuáles son nuestros verdaderos problemas y necesidades. Claro, siempre necesitamos dinero, pero creo que más que eso necesitamos gente que trabaje con los reclusos, alguien con quien ellos puedan identificarse.”

      Por lo tanto, el alcaide Henderson explicó: “Siempre hemos tratado de mantener nuestra prisión tan abierta como sea posible. Hemos tratado de alentar a la gente a que entre, porque pensamos que uno de los problemas principales en las cárceles es que aislamos al hombre de los mismos valores que queremos incorporar en él. No queremos que esto suceda. Deseamos tener comunicación con la gente de afuera, particularmente

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