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Carta de la SucursalMinisterio del Reino 1976 | enero
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Carta de la Sucursal
Estimados publicadores:
Nuestros hermanos en Malawi están experimentando ahora otro campo de concentración nazi, otra arena romana. El “Dr. H. Kamuzu Banda, un leal anciano de la Iglesia Presbiteriana de Malawi en el África Central,” según lo describió la revista Time del 8 de diciembre de 1972, ha vuelto a mostrar su odio en contra de los testigos de Jehová. ¿Por qué? Porque estos cristianos rehúsan llevar consigo las tarjetas del partido político, con el retrato y la firma de Banda en ellas.
Los Testigos de Malawi que estaban residiendo en Mozambique han sido expulsados de ese país debido a que rehúsan gritar ‘Viva Frelimo,’ a favor del gobierno del nuevo dictador en ese país. Así es que miles han regresado a Malawi. Han sido atormentados y brutalmente perseguidos. A centenares se les ha desnudado, golpeado severamente y se les han restregado habichuelas que causan comezón en sus heridas. Nuestras hermanas han sido cruelmente violadas. ¡Qué atrocidades!
El último desenvolvimiento: La policía está aprehendiendo a los testigos de Jehová y encerrándolos en campos de detención. Los perseguidores están separando a los niños de sus madres, pues piensan que pueden entrenarlos para ser seguidores de un hombre más bien que seguidores de Cristo Jesús.
¡Hay que pasar esta información al mundo! Hasta la fecha en los Estados Unidos no hemos leído nada acerca de ello en los periódicos, pero en el número del 8 de enero de ¡Despertad! se publicará la historia completa.
¿Qué puede hacer usted? Se pide que los ancianos de cada congregación elijan a cinco hermanos capacitados que si es posible tengan papel con membretes de negocio, para que escriban una carta a “Su Excelencia el Presidente Vitalicio de Malawi Dr. H. Kamuzu Banda, Oficinas del Gobierno Central, Private Bag 301, Ciudad Capital, Lilongwe 3, Malawi, África Central,” haciéndole varias preguntas en cuanto a su punto de vista del cristianismo y por qué trata a personas de la manera en que lo hace. Déjenle saber que ustedes se han enterado de lo que está sucediendo en Malawi.
Sería excelente el que uno o dos de los cinco escritores seleccionados pudieran enviar una carta por correo aéreo a Banda inmediatamente. Los otros quizás deseen esperar hasta que hayan leído la ¡Despertad! del 8 de enero.
Además, traten de lograr que su periódico publique un artículo acerca de lo que está sucediendo en Malawi. Los ancianos pueden hacer arreglos para que alguien escriba un artículo basado en el material de ¡Despertad! Esperamos que los hechos se publiquen en los periódicos de todo el mundo.
¿Qué más podemos hacer? Dar publicidad al asunto distribuyendo la revista ¡Despertad!; también mantener el asunto delante de Jehová en oración tal como nuestros hermanos cristianos de la antigüedad deben haber hecho cuando sus hermanos eran arrojados a los leones en las arenas de Roma. Seamos valerosos y continuemos predicando las buenas nuevas del Reino hasta que el gobierno de Dios traiga alivio a Sus siervos en la Tierra.
Sus hermanos,
LA OFICINA DE SUCURSAL DE BROOKLYN
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¡Manténganse alerta!Ministerio del Reino 1976 | enero
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¡Manténganse alerta!
1 Sí, de todos los tiempos, ¡éste es el tiempo para mantenerse alerta! Ya hemos pasado la fecha que marca el fin de 6.000 años de existencia humana en la Tierra. No sabemos precisamente cuándo vendrá el fin de este inicuo sistema, pero sí percibimos que está muy cerca. Como dijo Jesús, nadie sabe el “día y hora” excepto su Padre, Jehová. (Mat. 24:36) Sí sabemos que muchas personas están poniéndose de parte de la verdad y cifrando su fe en Jehová y sus promesas. Puesto que Jehová es paciente nosotros también debemos ser pacientes. (2 Ped. 3:9) Podemos usar nuestro tiempo prudentemente compartiendo las buenas nuevas con otros y al mismo tiempo manteniéndonos constantemente alerta al “día y hora.”
2 Podemos hacer esto por medio de participar en la trigésima octava campaña anual de suscripciones a La Atalaya. Cuando consideramos que actualmente la verdad se está proclamando en más de 210 países e islas del mundo, y que La Atalaya misma se publica en 78 idiomas, con una tirada media de 10.000.000 ejemplares de cada número, percibimos el alcance colosal de esta obra.
3 Pero, también nos damos cuenta de que el solo dejar ejemplares de las revistas con la gente, o hasta el hacer arreglos para que reciban una suscripción, necesariamente no va a edificar la fe de ellos. Una vez que las revistas se encuentran en los hogares de las personas, éstas necesitan apreciar el valor de ellas, sacarlas de sus envolturas y leerlas. ¿Penetrarán verdaderamente en el corazón de la gente las verdades vivificantes que las revistas contienen haciendo que su fe se desarrolle sin que les prestemos ayuda adicional? Como dijo Pablo: “La fe sigue a lo oído.” (Rom. 10:17) Es útil el que podamos considerar con ellos el material que éstas presentan. Debemos estar alerta a ayudar a los que desean aumentar su fe.
4 Muchos publicadores concentran su atención en comenzar estudios bíblicos con personas que reciben uno de los libros pequeños de la Sociedad como una ayuda para el estudio, pero algunos no están seguros en cuanto a cómo proceder para comenzar un estudio bíblico con los suscriptores. ¿Se siente usted así?
5 Sería útil usar un modo de abordar de dos facetas. Es apropiado
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