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¿Qué actitud manifiesta usted hacia el nombre de Dios?La Atalaya 1980 | 1 de julio
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Jesucristo, quien dijo: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré.”—Mat. 11:28.
Usted se deleitará al descubrir la profunda y satisfaciente diferencia que sus esfuerzos por acercarse a Jehová pueden producir en su vida. Su mente será librada de los perturbadores y confusos credos y puntos de vista religiosos falsos. Además, su estudio de las profecías y propósitos de Dios le mostrará por qué el mundo está tan lleno de problemas, corrupción y temor. Sí, y esa consideración de la Biblia revelará el maravilloso futuro que le aguarda a la Tierra y a los que reciban el privilegio de vivir en ella bajo el reino de Dios.—Mat. 6:9, 10.
¿No concuerda usted en que, en este momento sombrío de la historia del hombre, necesitamos con urgencia entendimiento, previsión y luz espiritual? Salmo 119:105 dice apropiadamente de Dios: “Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda.” Sí, la Palabra de Dios puede revelar una maravillosa y nueva senda de vida ahora y grandiosas perspectivas para el futuro. Puede llevarle a conocer con exactitud y amar profundamente al Dios verdadero, Jehová.
ACTITUD HACIA EL NOMBRE DE DIOS
Sin importar la raza o nacionalidad de uno, un cabeza de familia firme, bondadoso y amoroso es algo que debe apreciarse mucho. Un buen padre no es solo un dador de vida, sino también un proveedor, consejero, protector y amigo en la adversidad. Un padre como ése tiene el respeto y amor de sus hijos.
¿Acaso no
... hablaría usted siempre de él con alabanza?
... lo defendería siempre cuando se le criticara?
... evitaría siempre desagradarle?
... se sentiría siempre orgulloso de llevar el nombre de él?
Los que llegan a ser miembros de la familia mundial de Jehová siempre hablan de él con alabanza. No apoyan ninguna campaña para suprimir el nombre de Dios, sino que son entusiásticos en cuanto a conocer Su gran nombre entre las naciones. (Sal. 105:1-3) Siempre están listos para ‘ofrecer a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.’—Heb. 13:15.
Estas personas siempre están deseosas de defender el nombre de su Padre cuando a él se le critica. Por haber estudiado su Palabra cuidadosamente, pueden refutar la doctrina del ‘infierno de fuego y tormento’ que difama a Dios. Pueden mostrar que “Dios es amor.” (1 Juan 4:8) Es más, pueden señalar que él no está “muerto,” sino muy vivo e interesado en la situación que existe aquí en la Tierra y está haciendo que sus propósitos para con la humanidad estén llegando a una grandiosa culminación.
Los miembros de esta familia mundial también se esfuerzan continuamente por evitar hacer cualquier cosa que desagrade a su Padre. Toman a pecho el antiguo mandamiento que dice: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna.” (Éxo. 20:7) Aunque imperfectos y, como el rey David, propensos a cometer errores, los que aman a Jehová tratan de mantener elevadas normas de conducta... honradez, limpieza física y moral, y abstinencia de la idolatría, la avaricia y la codicia. (Luc. 12:15; 1 Cor. 6:9, 10; Heb. 13:18; 1 Juan 5:21; Rev. 19:8; 21:8) Se mantienen libres de conflictos y violencia políticos, que supuestamente se llevan a cabo en el nombre de Dios, pero que en verdad han arrojado gran oprobio sobre Su nombre. (Isa. 2:4; Juan 15:19) Pero los siervos de Dios respetan a las autoridades gubernamentales y civiles y son ciudadanos observantes de la ley que pagan sus impuestos y rinden a sus patronos un honrado día de trabajo “para que nunca se hable perjudicialmente del nombre de Dios.”—1 Tim. 6:1; Rom. 13:1-7.
ORGULLOSOS DE LLEVAR EL NOMBRE DE ÉL
Si usted viene de una buena familia, probablemente está orgulloso de llevar el nombre de su padre. De igual manera lo están los que llevan el nombre de Jehová hoy. Una gran familia mundial, internacional, lleva con orgullo el nombre del Padre celestial como testigos de Jehová. (Isa. 43:10, 12; Rev. 7:4-10) Aunque aprecian el aumento en conocimiento y comodidades que han provisto hombres brillantes, reconocen y honran “al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas que hay en ellos.” Él es el que provee “lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando [los] corazones [humanos] por completo de alimento y de alegría.” (Hech. 14:15-17) Y él dio la dádiva superlativa de su Hijo, por medio del cual podemos ‘tener vida eterna.’ (Juan 3:16) Los alabadores de Jehová están profundamente agradecidos a Dios por todas sus dádivas.—Sant. 1:17.
Como expresión de profunda gratitud a su Creador, esta familia mundial dedicada contribuye a la santificación del glorioso y exclusivo nombre de Dios por medio de reconocer el lugar correcto de éste en Su propio libro sagrado... tanto en las Escrituras Hebreas como en las Griegas Cristianas. Y, siguiendo los pasos del Amo, Jesucristo, y sus seguidores del primer siglo, están esparciendo celosamente el vital mensaje para este día: que el reino de Dios se ha acercado y es la única esperanza para la humanidad.—Mat. 4:23; 24:14; 28:19, 20.
UN LLAMAMIENTO
Con urgencia le hacemos un llamamiento a aprender más acerca del Dios verdadero, Jehová, su Hijo, Jesucristo, y esta feliz y unida familia que está ‘declarando el nombre de Dios por toda la tierra.’ (Éxo. 9:16; Rom. 9:17) Esto no solo podría cambiar toda su vida ahora, sino que podría hacerle posible pasar con vida a través de la venidera “grande tribulación” y vivir eternamente en el prometido nuevo sistema de cosas de Dios.—Mat. 24:21, 22; 2 Ped. 3:13.
Es un hecho que su mismísima vida depende del derrotero que usted siga. Las Escrituras aseguran que “todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo.” (Rom. 10:13; Joel 2:32) ¿Invocará usted el nombre divino con fe como adorador devoto de Jehová?
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“¡Grande es Jehová, el Señor!”La Atalaya 1980 | 1 de julio
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“¡Grande es Jehová, el Señor!”
Franz Schubert compuso la música para este poema lírico intitulado “La Omnipotencia,” escrito por Johann Ladislav Pyrker (Opus 79/2, DV 852, 1825):
¡Grande es Jehová, el Señor! Pues cielo
y Tierra proclaman su poderío.
Se oye en el fragor de la tempestad,
en el precipitado clamor de la corriente del bosque;
se escucha en el susurro del verde follaje,
se ve en el oro de los ondulantes sembrados,
en la lucida lozanía de bellísimas flores,
en el encendido esplendor de los estrellados cielos,
temible suena en el retumbo del trueno
y reluce en el raudo y flameante fulminar del relámpago.
Pero el pulsante corazón hace más perceptible
de Jehová, el Dios eterno, el poderío
cuando con fervor a lo alto se acude en espera
de favor y misericordia.
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