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Fracasa el propósito de la quema moderna de BibliasLa Atalaya 1980 | 1 de julio
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enterrado en las tumbas de los reyes en Jerusalén; tal como no se haría tal cosa con un asno. (Jer. 22:18, 19) Su hijo Joaquín (o Conías) reinó solo tres meses y 10 días en Jerusalén y entonces se rindió a los babilonios y fue deportado a Babilonia, de donde no regresó. (Jer. 22:24-30; 37:1) Hasta el tiempo en que los romanos destruyeron la ciudad reedificada de Jerusalén en 70 E.C., ningún descendiente de Joaquín, el hijo de Joaquim, el rey de Judá, ascendió a un trono real en Jerusalén. ¡Las palabras proféticas de Jeremías, escritas en su lugar clandestino, no dejaron de realizarse!
21. Cuando se les ha obligado a la clandestinidad, ¿qué han hecho los testigos de Jehová de hoy día, y cuán eficaz ha resultado ser la quema de Biblias en los tiempos modernos?
21 Hoy día los testigos de Jehová se han visto obligados a funcionar clandestinamente en muchos países. Cuando les quitan y queman las Biblias que son su propiedad y que ellos usan, ¿qué hacen? Simplemente imprimen más Biblias ellos mismos u obtienen traducciones de otras Biblias y las utilizan. Hasta clandestinamente, si se hace necesario, continúan proclamando el mensaje de condenación contra este mundo que desafía a Dios, un mensaje que se parece a lo que Jeremías proclamó. La quema de Biblias, para silenciar a los testigos de Jehová de hoy día, no ha alcanzado su objetivo. ¡Tampoco ha intimidado a los Testigos ni les ha hecho desistir de distribuir literatura bíblica, ni evitará que la Palabra de Jehová se realice en pleno vigor en los tiempos candentes que se acercan! ¡Los opositores sencillamente muestran que merecen la destrucción eterna entonces!
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Sirva al “Rey de las naciones” y sobrevivaLa Atalaya 1980 | 1 de julio
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Sirva al “Rey de las naciones” y sobreviva
1. Según el modelo que pusieron el rey Joaquim y su sucesor, su hermano Sedequías, ¿cambiarán de proceder los gobernantes mundanos de hoy día debido a lo que la clase de Jeremías dice?
¿QUÉ sucedería si los gobernantes mundanos, especialmente los de la cristiandad, reconocieran que hay una clase de Jeremías del día moderno? ¿Qué sucedería si mandaran a buscar a los de esa clase para averiguar lo que la palabra profética de Jehová dice concerniente al destino de ellos? ¿Significaría eso que estarían a punto de alterar su proceder a fin de poder sobrevivir a la predicha “grande tribulación” que le viene a este mundo? ¡NO! No si nos basamos en el ejemplo del último rey judío de Jerusalén, a saber, Sedequías, hermano del rey Joaquim. El rey Joaquim había obligado a Jeremías y a su secretario Baruc a obrar clandestinamente... aunque no está registrado por cuánto tiempo. Pero Sedequías, el hermano del rey Joaquim, le hizo algo peor a Jeremías, el fiel testigo de Jehová. De igual modo, los gobernantes mundanos de hoy día tampoco cambiarán del proceder temerario que siguen. Hay demasiadas cosas envueltas en esto con relación a intereses políticos. Eso no anuncia bien alguno para los pueblos a quienes ellos gobiernan.—Jer. 37:2.
2. ¿En qué circunstancias le pidió Sedequías a Jeremías que orara por los israelitas, pero qué le indicó Jeremías?
2 En cuanto a tiempo, era el año noveno del reinado de Sedequías. ¡Estaba en progreso el sitio tercero y final de Jerusalén por los babilonios! Fuerzas militares subían de Egipto para ayudar a la ciudad sitiada. A fin de hacer frente a esta amenaza, los babilonios retiraron el sitio. Parecía que era el tiempo para orar a Jehová pidiéndole que bendijera a las columnas de socorro egipcias. Así es que el rey Sedequías le pidió a Jeremías que orara “en pro de nosotros a Jehová nuestro Dios.” Pero Jehová había dado a Jeremías la instrucción de no orar por aquello. Jehová no escucharía tal oración. (Jer. 37:3; 11:14; 14:11, 12) Por eso, Jeremías indicó que los babilonios obtendrían la victoria sobre las fuerzas de socorro egipcias al decirle al rey Sedequías que los babilonios regresarían y que efectivamente incinerarían a Jerusalén.—Jer. 37:4-10.
3. ¿Por qué arrojaron los príncipes de Jerusalén a Jeremías en la “casa de grillos”?
3 Durante la retirada de los babilonios, Jeremías no tuvo reparos en salir de Jerusalén para irse a la ciudad sacerdotal de Anatot, en el territorio de la tribu de Benjamín. Al ser arrestado en la puerta del norte de Jerusalén, la Puerta de Benjamín, él negó que estuviera desertando para irse a los enemigos babilonios. Los príncipes de la ciudad, tratándolo como si fuera elemento subversivo, un traidor, lo metieron en la “casa de grillos,” donde quedó detenido por “muchos días.” (Jer. 37:11-16) ¡Qué parecido a la manera en que hoy día se ha tratado a la clase de Jeremías!
4. ¿De qué manera aconsejó Jeremías al rey Sedequías que hiciera fáciles las cosas para sí mismo, y por qué fue transferido Jeremías al Patio de la Guardia?
4 ¿Se doblegaría Jeremías al encararse al rey Sedequías mismo y mitigaría su firme mensaje? Cuando el rey Sedequías hizo que llevaran a Jeremías desde la casa de detención a un escondrijo para interrogarle en privado, denodadamente Jeremías le dijo al rey que Sedequías llegaría a ser prisionero de los babilonios, a quienes Jehová estaba usando como Sus instrumentos. Fuera que el rey se rindiera a ellos de buena voluntad o fuera atrapado y hecho prisionero en contra de su voluntad, el resultado sería el mismo. Jeremías estaba a favor de que el rey adoptara el proceder que le haría las cosas más fáciles. Jeremías no le dio al rey ninguna falsa seguridad. Francamente, Jeremías no estaba haciendo mal alguno a su propio pueblo ni a su rey, ¿por qué, pues, se le debería mantener en un lugar de detención que significaría una muerte precoz para él? A petición de Jeremías, el rey Sedequías hizo que lo transfirieran al Patio de la Guardia, una especie de prisión militar para Jeremías. Su dieta consistía en pan y agua.—Jer. 37:17-21.
EL PROCEDER PRUDENTE NO ES PROCEDER SUBVERSIVO
5. ¿Qué era la cosa recta y apropiada que debería hacer el rey Sedequías respecto al Imperio de Babilonia, y por qué le correspondió a la gente el emprender acción individual respecto a Jerusalén?
5 Sedequías había sido hecho rey de Jerusalén por el emperador Nabucodonosor. Sin embargo, después de haber sido rey tributario de Nabucodonosor por ocho años, Sedequías se había rebelado contra él. El proceder recto y apropiado era el de desistir de su rebelión y someterse pacíficamente al Imperio que Jehová había permitido que llegara a ser la Tercera Potencia Mundial de la historia bíblica. Si él como rey rehusaba hacer eso, entonces la gente tendría que actuar en su propio interés y hacerlo por su cuenta. Sí, que hicieran precisamente como Jeremías había declarado a la gente de Jerusalén:
“Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘El que continúe morando en esta ciudad es el que morirá a espada, del hambre y de la peste. Pero el que salga a los caldeos es el que seguirá viviendo y el que ciertamente llegará a tener su alma como despojo y viva.’ Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Sin falta esta ciudad será dada en la mano de la fuerza militar del rey de Babilonia, y él ciertamente la tomará.’” (Jer. 38:2, 3)
El rey Sedequías debería haber tomado la delantera en seguir aquel consejo inspirado. Pero, puesto que no lo hizo, correspondía a sus súbditos, como individuos, obrar con fe en las instrucciones de Jehová.
6. ¿Por qué arrojaron los príncipes a Jeremías en la cisterna del patio del hijo del rey?
6 Los príncipes de Jerusalén clamaron pidiendo la muerte de Jeremías, pues afirmaban que él estaba debilitando las manos de las fuerzas armadas que defendían la ciudad; estaba socavando la voluntad del pueblo en cuanto a pelear. Así es que, sin el consentimiento del rey, arrojaron a Jeremías en una cisterna en el Patio de la Guardia, que se encontraba en la casa de
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