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Homosexualidad... ¿es razonable el punto de vista bíblico?La Atalaya 1975 | 1 de enero
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The New Testament in Modern English por J. B. Phillips:
“Por lo tanto Dios los entregó a pasiones vergonzosas. Sus mujeres cambiaron las prácticas normales del coito sexual por algo anormal y contranatural. De modo similar los hombres, apartándose de coito natural con las mujeres, fueron arrastrados; a pasiones lujuriosas de unos por los otros.”
Pero después de eso, de más importancia, detalla con exactitud los efectos de la homosexualidad:
“Hombres con hombres llevaban a cabo estos horrores escandalosos, recibiendo, por supuesto, en su propia personalidad las consecuencias de la perversidad sexual.”
¿Es realmente correcto el diagnóstico de la Biblia que se da aquí? Los homosexuales por sus palabras y acciones dicen que sí. Señalan a la inestabilidad de los “matrimonios” homosexuales, a la promiscuidad de buscar compañeros sexuales y a la falta de honradez al tratar de ocultarse detrás de un frente de respetabilidad mientras llevan a cabo en secreto actividad homosexual. No sus enemigos, sino los homosexuales mismos hablan del “miedo de envejecer solos.” Su futuro falto de esperanza, hace notar el homosexual William Carroll, conduce a “cinismo, desesperación y hasta suicidio.” Sí, los homosexuales mismos reconocen que reciben “en su propia personalidad las consecuencias” del modo de vivir homosexual.
Por lo tanto la Biblia describe con exactitud los resultados de esta práctica. Pero ¿por qué aparecen estos rasgos adversos en “su propia personalidad”? El apóstol Pablo dice que se debe a que se entregan a lo que es “anormal y contranatural.” Los defensores de la homosexualidad dicen que lo que hace a algo “natural” o “contranatural” es meramente subjetivo, y es asunto que cada persona tiene que decidir por sí misma. Pero ¿es ése realmente el caso? ¿No es obvio a virtualmente todas las personas que el varón y la hembra se complementan mutuamente, son opuestos sexualmente? ¿No es evidente que sus órganos sexuales fueron diseñados para “corresponder” juntos?
Por otra parte, ¿le parece a usted “natural” que dos lesbianas se junten sexualmente? A menudo una de las dos tiene que usar alguna clase de sustituto artificial del órgano masculino para satisfacer a la otra. Y considere a los homosexuales masculinos. Quizás ambos digan que son hombres, pero ¿no tiene que asumir uno de ellos un papel femenino en algún sentido? En el caso de homosexuales masculinos y femeninos, de un modo u otro, se tiene que proporcionar un sustituto de lo que el sexo opuesto proporciona “naturalmente.” ¿Cuán razonable es eso? La Biblia correctamente se refiere a las acciones de los homosexuales como ‘anormales y contranaturales.’
Por lo tanto la Biblia describe con exactitud los resultados de esta práctica y nos informa en cuanto a por qué aparecen estos resultados. Lógicamente, ¿no condenaría claramente la práctica después de eso? Eso sería razonable.
Por eso leemos en 1 Corintios 6:9, 10: “No se equivoquen: ningún fornicador ni idólatra, ninguno que sea culpable ya sea de adulterio o de perversión homosexual . . . poseerá el reino de Dios.” (The New English Bible) O, como se parafrasea este versículo en The Living Bible: “Los homosexuales... no participarán en Su reino.”
Hablando bíblicamente el asunto es bastante claro, ¿verdad? La Biblia claramente muestra que la homosexualidad es incorrecta. Así las Escrituras están en armonía, no solo muestran los efectos malos de esta práctica, sino que también condenan apropiadamente lo que produce esos malos efectos.
Pero ha llegado a estar en boga entre los homosexuales el argüir que principalmente el apóstol Pablo, no Jesucristo, habló contra la homosexualidad. ¿Cuán válida es esa aseveración?
JESÚS Y LA HOMOSEXUALIDAD
Bueno, para comenzar, los que arguyen así pasan por alto el hecho de que la Biblia se refiere a las palabras de Pablo como parte de la ‘Escritura’ y por eso son provechosas para “rectificar las cosas.” (2 Tim. 3:15-17; 2 Ped. 3:15, 16) Pero un examen honrado de las palabras de Jesús muestra que él, también, de veras habló contra la homosexualidad.
Dijo, según se registra en Mateo 19:9 según la Revised Standard Version (RSV): “Quienquiera que se divorcia de su esposa, salvo por falta de castidad, y se casa con otra, comete adulterio.” La palabra griega para “falta de castidad” que utiliza aquí Mateo al escribir las palabras de Jesús es porneia. Porneia se relaciona con el verbo porneuo, que significa “darse uno a coito sexual ilícito.”
La mejor manera de entender lo que se abarca por estos términos es averiguando cómo se usan en otros lugares. Una palabra similar aparece en la Biblia en Judas 7 al describir el pecado de ciertas ciudades antiguas: “Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que igualmente obraban inmoralmente [una forma intensiva de porneuo] y se entregaron a concupiscencia contranatural, sirven de ejemplo al sufrir un castigo de fuego eterno.” (RSV) ¿Por qué clase de ‘inmoralidad’ o porneia fueron condenados los de Sodoma y Gomorra? La narración bíblica en Génesis 19:4, 5 contesta:
“Los hombres de Sodoma, cercaron la casa, desde el muchacho hasta el anciano, toda la gente en una chusma. Y siguieron llamando a Lot y diciéndole: ‘¿Dónde están los hombres que entraron contigo esta noche? Sácanoslos para que tengamos ayuntamiento con ellos.’”
Estos hombres de Sodoma y Gomorra eran homosexuales. De hecho, la palabra española “sodomía,” que particularmente significa ‘ayuntamiento entre dos varones,’ se deriva del nombre de la ciudad de Sodoma. La Biblia llamaría al pecado de ellos porneia. Jesús dijo que porneia era moralmente tan incorrecta que era base para romper el vínculo matrimonial.
Además, acuérdese de que Jesús fue judío que vivió bajo la ley de Moisés. Su uso de porneia, dice el Greek and English Lexicon of the New Testament de Edward Robinson, evidentemente incluye ‘todo coito prohibido por la Ley mosaica.’ Esa Ley incluía entre sus mandamientos: “No te acuestes con un varón como uno se acuesta con una mujer; es cosa execrable.” (Lev. 18:22, The Torah, The Five Books of Moses, por la Sociedad de Publicaciones Judías de América) Obviamente porneia, la palabra que usó Jesús, abarcó este mandato de Dios.
También, debe notarse que Dios había condenado la homosexualidad aun antes de haberse dado la ley de Moisés. El relato en cuanto a Sodoma y Gomorra, mencionado antes, demuestra este hecho; Dios destruyó esas ciudades más de 400 años antes que la ley de Moisés llegara a existir. Jesús sabía eso.—Luc. 17:28, 29, 32.
Por lo tanto, fuera de duda Jesús sí condenó todas esas prácticas ‘faltas de castidad’ como la homosexualidad. Como nos indicaría la razón, la Biblia trata de modo uniforme este asunto. Las palabras de Pablo son apoyadas por la autoridad del Hijo de Dios.
Pero, según la Biblia, ¿qué proceder está accesible a los homosexuales? ¿Simplemente están condenados y, por decirlo así, excluidos eternamente del favor de Dios? Eso no parecería razonable; veamos.
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¿Es posible que cambien los homosexuales?La Atalaya 1975 | 1 de enero
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¿Es posible que cambien los homosexuales?
ES CIERTO que la Biblia muestra claramente que la homosexualidad es incorrecta. Pero Jehová, el Dios de la Biblia, toma en consideración las debilidades de la humanidad. Es un Dios de amor. De modo que no desecha como totalmente irredimible a ninguna persona... mientras ese individuo se esfuerce diligentemente por amoldarse a Su voluntad.
Las Escrituras muestran que el homosexual, para ganar la aprobación de Dios, tiene que efectuar un cambio. Pero la Biblia también revela que tal cambio es posible. El apóstol Pablo se refiere a algunas personas que habían sido homosexuales y luego dice, en 1 Corintios 6:11 “Y sin embargo eso es lo que algunos de ustedes eran. Mas ustedes han sido lavados.” ¡Habían cambiado!
Sin embargo, muchos homosexuales arguyen que no pueden cambiar. De hecho, están diciendo que la Biblia está equivocada. Algunos aseveran: “No puedo evitarlo; nací homosexual.” O, quizás digan que la homosexualidad es el resultado de su crianza. Sin duda, hay muchos factores sociales y emocionales envueltos cuando una persona se vuelve de relaciones heterosexuales a homosexuales, y es posible que no se conozcan las causas básicas de la homosexualidad. Pero nadie debe argüir de modo fatalista que ‘No puedo evitarlo.’ ¿Por qué?
Porque la mayor parte de la información disponible concuerda con la Biblia: Los homosexuales PUEDEN cambiar. Nada salvo la persona misma obliga a un individuo a permanecer homosexual. ¿Le parece a usted que esa declaración es demasiado fuerte? Bueno, considere la evidencia.
POR QUÉ NO CAMBIAN
Al leer uno material sobre el tema o hablar con homosexuales, uno queda impresionado con este hecho: Los homosexuales quieren ser homosexuales. Un artículo que simpatiza en gran parte con el movimiento homosexual se publicó en el Tribune de Minneápolis el 14 de mayo de 1972. Note las observaciones del escritor:
“Detrás de todo esto, uno percibe el temor no hablado de que pudiera hallarse algún factor en la investigación que hiciera parecer posible el cambiar a un individuo invertido
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