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La Navidad llega lejosLa Atalaya 1979 | 1 de diciembre
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En Kenia, muchos africanos que no son cristianos consideran la Navidad como un tiempo para tener celebraciones. En el día de Navidad banquetean, beben cerveza, cambian regalos y bailan. Se desenfrenan con el toque de tambores y el baile que dura toda la noche. En muchas de sus chozas hay árboles de Navidad decorados con flores. En vez de los abetos o pinos usuales, utilizan hojas de plátano o árboles de hojas persistentes como los cipreses.
LA NAVIDAD MERCANTILIZADA LLEGA A PAÍSES COMUNISTAS Y JUDÍOS
Al regresar a los Estados Unidos, cierto viajero comentó:
“Recientemente, mientras visitábamos lo más privado del Kremlin, el guía señaló al ultramoderno nuevo teatro Bolshoi y dijo: ‘Ahí es donde levantamos un abeto grande y celebramos la Navidad cada año, con la única diferencia de que nosotros la celebramos el 7 de enero, y ustedes el 25 de diciembre.’ El diciembre pasado, en Berlín Oriental, me sorprendió ver en lugares públicos árboles de Navidad muy grandes, adornados.”
Por lo general los judíos rechazan a Jesucristo, pero la mayoría de ellos adornan sus establecimientos comerciales con ornamentos de Navidad, participan en las fiestas que se celebran en las oficinas y envían tarjetas con los saludos de la temporada. En cuanto a la fiesta judía de Hanukkah, el rabino Morris Kertzer declara en su libro What is a Jew? (¿Qué es un judío?):
“Los judíos norteamericanos han transmutado esta fiesta de importancia menor en una fiesta prominente debido en gran parte a que las costumbres tradicionales de ésta se parecen mucho a las de la celebración de la Navidad que acontece al mismo tiempo. . . . En imitación del ambiente general que reina en diciembre, Hanukkah ahora se caracteriza por cambios de regalos entre jóvenes y viejos, y los hogares se adornan alegremente con una variedad de símbolos de Hanukkah.”
Un ex presidente de la Unión de Congregaciones Hebreas Americanas preguntó: “¿No ha llegado a ser la Navidad una fiesta universal observada por todos?” Después de mencionar que los judíos se dejan envolver en el cambio de regalos y en las fiestas divertidas de la Navidad, dice:
“Si yo fuera ministro cristiano en vez de maestro judío, no habría nada que hubiera de lamentar tanto, y nada me llenaría de resentimiento más enconado, como esta transformación general, por miríadas de cristianos, algunos judíos, y muchas personas que no creen ni en el judaísmo ni en el cristianismo, . . . de tan santo día en un día festivo tan pagano, desprovisto de su importancia espiritual más profunda.”
LA NAVIDAD LLEGA DESDE LA ANTIGÜEDAD
“¡Pongan a Cristo de nuevo en la Navidad!” Ese es el clamor que oyen frecuentemente muchas personas que sinceramente desean honrar a Cristo Jesús en el aniversario de su nacimiento. No se dan cuenta de que Cristo jamás estuvo en la Navidad. La iglesia Puritana de Inglaterra no solo pasaba por alto la Navidad; ¡entre ellos también se sometía a juicio a cualesquier almas no regeneradas que se atrevieran a observarla en secreto! En los principios de la Nueva Inglaterra, en los Estados Unidos, las celebraciones de Navidad se prohibieron por ley debido a que los orígenes no cristianos de las costumbres y tradiciones de la Navidad ofendían a los puritanos.
El 25 de diciembre, tanto romanos como griegos antiguos celebraban el nacimiento del Sol invicto o no vencido. Esta práctica tiene sus orígenes en Babilonia. Nemrod fue deificado como Sol divino. Cuando sus enemigos lo derribaron, fue representado por un leño, y cuando renació fue simbolizado por un árbol siempre verde. Después de presentar la prueba de esto, el Dr. Alexander Hislop, en su libro The Two Babylons (Las dos Babilonias), declara:
“Ahora el Leño de Navidad es el tronco muerto de Nemrod, deificado como el Sol divino, pero derribado por sus enemigos; el árbol de Navidad es Nemrod redivivo... el dios que, habiendo recibido muerte, vuelve a la vida.”
El leño se quemaba en la víspera del 24 de diciembre; para la mañana siguiente había sido reemplazado por un árbol siempre verde. El Dr. Hislop muestra los orígenes paganos de las otras costumbres que tienen que ver con la Navidad... las velas, el banqueteo, el tazón de la bebida ceremonial, el muérdago, el dar regalos y otras cosas.—Págs. 91-103.
Jesús no nació el 25 de diciembre, sino en el otoño, cuando los pastores estaban con sus rebaños al campo raso. Además, los cristianos no celebraban Su nacimiento, sino que se les mandó conmemorar Su muerte por medio de la Cena del Señor, una cena que él instituyó en la noche en que fue víctima de la traición. “Sigan haciendo esto,” dijo él, “en memoria de mí.”—Luc. 22:19, 20.
Los protestantes consiguen sus costumbres navideñas de los católicos. Los católicos las consiguieron de la Roma antigua, pues el cardenal británico Newman confesó que la Iglesia Católica sí ‘transmutó los mismísimos instrumentos y accesorios de la adoración demoníaca a un uso evangélico’ y que muchas de las costumbres de su iglesia ‘son todas de origen pagano, y, santificadas por su adopción en la Iglesia.’ Las prácticas navideñas llegaron a los romanos desde el pasado a través de Grecia, y se remontan a Persia, Egipto, Asiria y finalmente a Babilonia y Nemrod deificado como el Sol divino.
La Navidad no tiene nada que ver con Jesucristo. Está saturada de demonismo. Ninguno de estos hechos hará que desaparezca. Sobrevive y se extiende debido a que es comercial. Queda cada vez más claro que Santa Claus y San Nicolás se están convirtiendo en “San Dame.”
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“Paz entre los hombres que tienen su aprobación”La Atalaya 1979 | 1 de diciembre
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“Paz entre los hombres que tienen su aprobación”
¡EL NACIMIENTO DE JESÚS FUE UN ACONTECIMIENTO DE ENORME IMPORTANCIA, PERO SOLO UN COMIENZO!
EN EL año 2 a. de la E.C., alrededor del primero de octubre, un hombre y su esposa habían viajado a Belén para registrase de acuerdo con un decreto emitido por César Augusto. La mujer estaba en estado avanzado de gravidez. “Mientras estaban allí, se le cumplieron a ella los días para dar a luz. Y dio a luz su hijo, el primogénito, y lo envolvió con bandas de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en el lugar de alojamiento.”—Luc. 2:6, 7.
Muchas cosas que tuvieron que ver con este nacimiento fueron poco comunes, y un anuncio que se dio a este nacimiento también fue extraordinario: “También había pastores en ese mismo país que vivían a campo raso y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños. Y de repente el ángel de Jehová estuvo de pie junto a ellos, y la gloria de Jehová centelleó en derredor de ellos, y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: ‘No teman, porque, ¡miren! les declaro buenas nuevas de un gran gozo que todo el pueblo tendrá, porque les nació hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David.’”—Luc. 2:8-11.
¡Estas eran noticias de tremenda importancia! Los judíos estaban a la mira de la venida del Mesías. ¿Realmente podían creer estos pastores que este bebé recién nacido era él? El ángel continuó diciendo: “Esto les servirá de señal: hallarán un nene envuelto ‘en bandas de tela y acostado en un pesebre.” De repente apareció una hueste de ángeles que alababan a Dios y declaraban: “Gloria en las supremas alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres que tienen su aprobación.” Los pastores se fueron apresuradamente a Belén... sabían que ésta era la ciudad de David, donde había de nacer el Mesías. Hallaron al bebé en el pesebre... la señal que les había dado el ángel. Así llegaron a ser testigos oculares del cumplimiento de la profecía respecto al nacimiento humano del Mesías. Llenos de alegría, los pastores volvieron a sus rebaños, glorificando y alabando a Dios.—Luc. 2:12-20, nota al pie de la página de la New World Translation; Miq. 5:2; Mat. 2:4-6.
Este nacimiento es el que muchas naciones celebran actualmente el 25 de diciembre. El hecho de que esa fecha no podría ser la fecha correcta lo manifiestan las siguientes palabras del Clarke’s Commentary respecto a Lucas 2:8:
“Los judíos tenían la costumbre de enviar sus ovejas a los desiertos, alrededor de la pascua, y traerlos de vuelta al comienzo de la primera lluvia: durante el tiempo que estaban afuera, los pastores las vigilaban noche y día. Puesto que la pascua ocurría en la primavera, y la primera lluvia empezaba a principios del mes de Marchesvan, que corresponde a parte de nuestros octubre y noviembre, colegimos que se mantenía a las ovejas al raso durante todo el verano.”
Ningún rebaño estaría a campo raso de noche en.diciembre, de modo que el Comentary concluye:
“Es precisamente por esta razón que se debe abandonar la idea de la natividad en diciembre.”
Es posible llegar a una fecha más exacta para el nacimiento de Jesús que simplemente calculando el tiempo en que los pastores pasaban la noche a campo raso con sus rebaños. Jesús empezó su ministerio cuando cumplió 30 años de edad; continuó en él por tres años y medio, cuando se le dio muerte en el madero de tormento a la edad de 33 1/2 años.a El medio año significa que su nacimiento tendría que haber ocurrido seis meses antes de una pascua, o en el otoño, alrededor del 1 de octubre. Sin embargo, el hecho de que no se da la fecha exacta del nacimiento de Jesús indica que no se espera que los cristianos lo celebren. Su nacimiento solo fue el principio.
SU MUERTE ES MÁS IMPORTANTE
“Mejor es el fin de un asunto posteriormente que su principio.” (Ecl. 7:8) De seguro esto fue cierto en el caso de la vida de Jesús aquí en la Tierra. Jesús mismo consideró que el suceso importante que debería conmemorarse era su muerte, no su nacimiento. Su muerte señaló la conclusión acertada del propósito por el cual Jehová envió a Jesús a la Tierra. Por la muerte de Jesús se proveyó un rescate para toda la humanidad redimible. Por su muerte Jesús mantuvo su integridad bajo las pruebas más severas y probó que Satanás es mentiroso. Por su muerte consiguió el reino que acabará con la iniquidad e introducirá paz duradera. En Filipenses 2:5-11 se describe la buena disposición que manifestó Jesús en cuanto a dejar el cielo, venir a la Tierra y padecer una muerte de sacrificio, y
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