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“El Verbo”—¿quién es? Según JuanLa Atalaya 1963 | 1 de marzo
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Parte 1
“El Verbo”—¿quién es? Según Juan
1, 2. En su narración acerca de la vida de Jesucristo, ¿a quién nos presenta primero Juan, y por lo tanto qué, naturalmente, quieren saber los lectores?
“EN EL principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.” Así dicen los primeros dos versículos de la narración del apóstol Juan acerca de la vida de Jesucristo, según la versión católica romana de Scío de San Miguel y la Versión Valera (edición de 1934) de la Santa Biblia.
2 Así, en el mismo principio de la narración de Juan el primer personaje que se nos presenta es alguien a quien se llama “el Verbo,” o “la Palabra” en lenguaje más común. Después de habérsele presentado de modo tan súbito la Palabra o el Verbo, cualquier lector naturalmente querría saber quién o qué era este Verbo. En realidad, desde el siglo segundo de nuestra era común ha habido un gran debate en cuanto a la identidad de este Verbo. Y particularmente desde el cuarto siglo se ha lanzado mucha persecución religiosa contra el grupo de minoría en este debate.
3. ¿En qué idioma escribió Juan su narración, y por qué tenemos dificultad en entender las declaraciones de apertura de Juan?
3 El apóstol Juan escribió su narración en el griego común del primer siglo. En ese tiempo esa clase de griego era un idioma internacional. Aquellos para quienes Juan escribió podían hablar y leer griego. Así que ellos sabían lo que él quería decir con esas declaraciones de apertura, o, por lo menos, podían llegar a saberlo al leer el resto de la narración de Juan en su griego original. Pero, cuando se trata de traducir esas declaraciones de apertura a otros idiomas, digamos, al español moderno, surge una dificultad en traducirlas correctamente para dar el significado exacto.
4. ¿Dicen exactamente lo mismo que las versiones antiguas aceptadas las versiones antiguas aceptadas las versiones modernas, y qué ejemplos tenemos para ilustrar si es así o no?
4 Por supuesto, el lector de la Biblia que usa las versiones o traducciones que generalmente se aceptan dirá inmediatamente: “Bueno, no debe haber ninguna dificultad en cuanto a saber quién es el Verbo o la Palabra. Ahí dice claramente que el Verbo es Dios; y Dios es Dios.” Pero, en contestación, debemos decir que no todas las traducciones modernas y más nuevas por eruditos del griego dicen así, por decir solo eso. Para ilustrar, considere estos ejemplos: La Nueva Biblia Inglesa, publicada en marzo de 1961, dice: “Y lo que Dios era, la Palabra lo era.” La palabra griega traducida “Palabra” es logos; y por eso la Nueva Traducción de la Biblia (1922) del Dr. Jaime Moffatt dice: “El Logos era divino.” La Biblia Completa—Una Traducción Americana (Smith y Goodspeed) dice: “El Verbo era divino.” Así dice también El Auténtico Nuevo Testamento de Hugo J. Schonfield. Otras versiones (por alemanes) son: Por Boehmer: “Estaba estrechamente enlazado con Dios, sí, en sí mismo de ser divino.”a Por Stage: “El Verbo mismo era de ser divino.”b Por Menge: “Y Dios (= de ser divino) la Palabra era.”c Por Pfaefflin: “Y era de ponderación divina.”d Y por Thimme: “Y Dios de cierta suerte la Palabra era.”e
5. ¿Cuál es la más polémica de todas las traducciones, como lo muestran dos ejemplos, y por qué se puede colocar al lado de la que se da arriba la traducción del profesor Torrey?
5 Pero la más polémica de todas es la siguiente versión de Juan 1:1, 2: “El Verbo era en el principio, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era un dios. Este Verbo era en el principio con Dios.” Esta versión se halla en El Nuevo Testamento en Versión Mejorada, publicado en Londres, Inglaterra, en 1808.f Parecida es la versión por uno que fue sacerdote católico romano: “En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era un dios. Este era con Dios en el principio. Todo llegó a ser por medio de la Palabra, y sin éste nada de lo creado brotó a la existencia.” (Juan 1:1-3)g Al lado de esa versión con su muy debatida expresión “un dios” se puede colocar la versión que se halla en Los Cuatro Evangelios—Una Traducción Nueva, por el profesor Carlos Cutler Torrey, segunda edición de 1947, a saber: “En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era dios. Cuando él fue en el principio con Dios todas las cosas fueron creadas por medio de él; sin él ninguna cosa creada llegó a ser.” (Juan 1:1-3) Nótese que lo que se dice que la Palabra es está escrito sin letra mayúscula inicial, a saber, “dios.”
6. ¿Con qué expresiones que difieren nos enfrentamos en las traducciones que se citan arriba, y por lo tanto, ahora, la identidad de quién tenemos que averiguar?
6 De modo que en las traducciones bíblicas que se acaban de citar nos enfrentamos con las expresiones “Dios,” “divino,” “Dios de cierta suerte,” “dios,” y “un dios.” Hombres que enseñan un Dios trino, una Trinidad, se oponen firmemente a la traducción “un dios.” Dicen, entre otras cosas, que eso significa creer en politeísmo. O lo llaman unitarianismo o arrianismo. La Trinidad se enseña por todas las partes de la cristiandad que se hallan en Europa, las Américas y Australia, donde vive la gran mayoría de los 4,000,000 de lectores de La Atalaya. Lectores de otras partes, en Asia y África, saben de la enseñanza de la Trinidad por medio de los misioneros de la cristiandad. En vista de esto, queda claro que tenemos que asegurarnos no solo de quién es la Palabra o Verbo o Logos sino también de quién es Dios mismo.
7, 8. ¿Qué dice la cristiandad que Dios es, pero al aplicar este término equivalente a Juan 1:1, 2, en qué enredo nos metemos?
7 La cristiandad cree que la doctrina fundamental de sus enseñanzas es la Trinidad. Por Trinidad ella quiere decir un Dios trino o tres-en-uno. Eso significa un Dios en tres Personas, a saber, “Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo.” Puesto que se dice que esto es, no tres Dioses, sino meramente “un solo Dios en tres Personas,” entonces el término Dios debe querer decir la Trinidad; y la Trinidad y Dios deben ser voces o términos intercambiables. Con esto como base, citemos Juan 1:1, 2 y usemos el término equivalente para Dios, y veamos cómo dice:
8 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con la Trinidad, y el Verbo era la Trinidad. Este era en el principio con la Trinidad.” ¿Pero cómo pudiera ser eso? Si el Verbo era él mismo una Persona y estaba con la Trinidad, entonces habría cuatro Personas. Pero los trinitarios dicen que el Verbo es la Segunda Persona de la Trinidad, a saber, “Dios Hijo.”h Pero aun así, ¿cómo podría Juan decir que el Verbo, como Dios Hijo, era la Trinidad compuesta de tres Personas? ¿Cómo pudiera una sola Persona ser tres?
9. Si se afirma que “Dios” significa Dios Padre, entonces ¿en qué dificultad nos metemos?
9 No obstante, que digan los trinitarios que en Juan 1:1 Dios significa solo la Primera Persona de la Trinidad, es decir, “Dios Padre,” y por lo tanto el Verbo estaba con Dios Padre en el principio. Con esta definición de Dios como base, ¿cómo pudiera decirse que el Verbo, quien ellos dicen que es “Dios Hijo,” sea “Dios Padre”? ¿Y dónde entra en el cuadro su “Dios Espíritu Santo”? Si Dios es una Trinidad, ¿no estaba la Palabra o Verbo con “Dios Espíritu Santo” así como con “Dios Padre” en el principio?
10. ¿Qué hay si se dice que “Dios” quiere decir las otras dos Personas de la Trinidad, y qué explicación que se intentara no lo explica?
10 Ahora, supongamos que ellos digan que, en Juan 1:1, 2, Dios quiere decir las otras dos Personas de la Trinidad, de modo que en el principio el Verbo estuviera con Dios Padre y Dios Espíritu Santo. En este caso llegamos a esta dificultad, a saber, que, por ser Dios, el Verbo era Dios Padre y Dios Espíritu Santo, las otras dos Personas de la Trinidad. Así del Verbo, o “Dios Hijo,” la Segunda Persona de la Trinidad, queda dicho que es también la Primera Persona y la Tercera Persona de la Trinidad. No resuelve la dificultad el decir que el Verbo era lo mismo que Dios Padre y era igual a Dios Padre pero aun así no era Dios Padre. Si así fuera, entonces necesariamente el Verbo era lo mismo que Dios Espíritu Santo y era igual a Dios Espíritu Santo pero aun así no era Dios Espíritu Santo.
11, 12. Según la Trinidad, ¿cuánto de Dios sería la Palabra, y qué pregunta tenemos que hacer acerca de la personalidad de Dios?
11 ¡Y sin embargo los trinitarios enseñan que el Dios de Juan 1:1, 2 es un solo Dios, no tres Dioses! Entonces, ¿es el Verbo solo la tercera parte de Dios?
12 Puesto que no podemos calcular científicamente que 1 Dios (el Padre) + 1 Dios (el Hijo) + 1 Dios (el Espíritu Santo) = 1 Dios, entonces tenemos que calcular que 1/3 Dios (el Padre) + 1/3 Dios (el Hijo) + 1/3 Dios (el Espíritu Santo) = 3/3 Dios, o 1 Dios. Además, tendríamos que concluir que el término “Dios” en Juan 1:1, 2 cambia su personalidad, o que “Dios” cambia su personalidad en una sola oración. ¿Hace él eso?
13, 14. (a) ¿Qué le hace al significado de Juan 1:1, 2 la enseñanza de la Trinidad? (b) ¿En qué condición estaba la mente de Juan en cuanto a la Palabra y Dios?
13 ¿Están confusos ahora los lectores de La Atalaya? ¡Sin duda que sí! Cualquier intento de razonar sobre la enseñanza de la Trinidad termina en confusión mental. De manera que la enseñanza de la Trinidad confunde el significado de Juan 1:1, 2; no lo simplifica ni lo esclarece ni lo hace fácil de entender.
14 Ciertamente el asunto no estaba confundido en la mente del apóstol Juan cuando escribió esas palabras en el griego común de hace diecinueve siglos para lectores internacionales cristianos. Al empezar Juan su narración de la vida de Jesucristo no tenía la mente confundida en cuanto a quién era la Palabra o Verbo o Logos y quién era Dios.
15. ¿A quién tenemos que dejar que nos ayude en este embrollo de identidades, y a qué escritos podemos acudir para una ampliación explicativa de las cosas?
15 Por lo tanto tenemos que dejar que el mismo apóstol Juan identifique a la Palabra o Verbo para nosotros y nos explique quién era Dios. Esto es lo que Juan hace en el resto de su narración de la vida de Jesucristo y también en sus otros escritos inspirados. Además del llamado Evangelio de Juan, él escribió tres cartas o epístolas y también Apocalipsis o Revelación. Muchos piensan que Juan escribió primero el libro Apocalipsis, entonces sus tres cartas y finalmente su Evangelio. Dice Biblical Archaeology, por G. Ernesto Wright (1957), página 238: “A Juan usualmente se le conecta con Éfeso en Asia Menor y la mayoría de los eruditos le asigna la fecha de alrededor de A.C. 90.” Para el Evangelio de Juan La Atalaya acepta la fecha A.C. 98. De modo que para ampliación explicativa de las cosas escritas en el Evangelio de Juan podemos acudir a sus escritos anteriores, Apocalipsis o Revelación y sus tres cartas o epístolas.
16. Al hacer esto, ¿con qué objetivo empezamos y por qué?
16 Esto procederemos a hacer. Lo hacemos con el deseo de llegar a la misma conclusión acerca de quién era la Palabra o Verbo a que llega el apóstol Juan. El que efectuemos esto significa que ganemos una feliz vida eterna en el nuevo mundo justo de Dios que tanto se ha acercado. Juan, con todo el conocimiento directo y las asociaciones que tuvo, tenía razón o base para llegar a una conclusión absolutamente correcta. Quería que nosotros como sus lectores llegáramos a una conclusión correcta. Por lo tanto, honrada y fielmente presentó los hechos en sus cinco diferentes escritos, para ayudarnos a llegar a la misma conclusión a que llegó él. Así, puesto que aceptamos como verdadero el testimonio de Juan, comenzamos con un objetivo correcto, uno que llevará a bendición sin fin para nosotros.
¿QUÉ HAY DE 1 JUAN 5:7, TA; VAL?
17. ¿Qué preguntarán los que creen en la Trinidad si no se han mantenido al día con el conocimiento, y qué se tiene que decir acerca del versículo a que señalan en su Biblia?
17 Si los que creen en la Trinidad no se han mantenido al día con el conocimiento, preguntarán: ¿No enseña Juan mismo la Trinidad, a saber, que tres son uno? En su ejemplar de la Biblia señalarán a 1 Juan 5:7 y leerán: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son una misma cosa.” Eso es lo que dice 1 Juan 5:7 en la Versión Torres Amat, católica romana, y de manera similar en la Versión Valera. Pero las palabras “en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son una misma cosa,” no aparecen en los manuscritos griegos de mayor antigüedad. Por lo tanto las traducciones más modernas de la Biblia omiten esas palabras; la versión católica Nácar—Colunga adjunta una nota que dice: “Este versículo, . . . falta en los códices antiguos, así griegos como latinos, etc., y es desconocido de los Padres.” La edición de la Biblia en inglés por el Comité Episcopal Católico Romano de la Confraternidad de la Doctrina Cristiana pone las palabras entre corchetes junto con una nota explicativa que dice como sigue: “La Santa Sede se reserva para sí el derecho de rendir fallo final sobre el origen de esta lectura.”
18. ¿Qué confiesa el cardenal Maius acerca de 1 Juan 5:7 en su edición del Manuscrito Vaticano núm. 1209?
18 Según la opinión de muchos, el más antiguo manuscrito griego de las Escrituras Cristianas es el Manuscrito Vaticano núm. 1209, escrito en la primera mitad del siglo cuarto. En nuestra propia copia de este manuscrito griego según lo editó el cardenal Angelus Maius en 1859, él insertó las palabras griegas en la copia del Manuscrito, pero añadió el signo de una nota al pie de la página al fin del versículo precedente. La nota está en latín y, traducida, dice:
De aquí en adelante en el más antiguo códice Vaticano, que reproducimos en esta edición, léese como sigue: “Porque hay tres que dan testimonio, el espíritu, y el agua, y la sangre: y los tres son para uno. Si el testimonio” etc. Por lo tanto falta el célebre testimonio de Juan concerniente a las tres divinas personas, hecho que ya por mucho tiempo era sabido por los críticos.i
19. ¿Qué dice el Dr. E. J. Goodspeed acerca de 1 Juan 5:7, y por lo tanto con qué como base no podemos seguir adelante a examinar las identidades de la Palabra y de Dios?
19 Sobre 1 Juan 5:7, el traductor de la Biblia Dr. Edgardo J. Goodspeed dice: “Este versículo no se ha hallado en griego en ningún manuscrito dentro o fuera del Nuevo Testamento antes del siglo trece. No aparece en ningún manuscrito griego de 1 Juan de antes del siglo quince, cuando uno cursivo lo tiene; uno del dieciséis también contiene esa lectura. Estos son los únicos manuscritos griegos del Nuevo Testamento en que se le haya hallado. Pero no aparece en ningún manuscrito griego antiguo o escritor cristiano del griego ni en ninguna versión oriental. . . . Lo desacreditan universalmente eruditos del griego y editores del texto griego del Nuevo Testamento.”j De modo que en nuestro examen de los escritos de Juan en cuanto a quiénes son la Palabra o Verbo y Dios, no podemos seguir adelante tomando como base lo que dicen las palabras espurias o falsas de 1 Juan 5:7.
NACIMIENTO COMO HUMANO EN LA TIERRA
20, 21. (a) ¿Cuándo salió la Palabra de la presencia personal de Dios, y qué preguntas surgen en cuanto a cómo lo hizo la Palabra? (b) ¿Cómo dice Juan que la Palabra hizo esto, y qué significa esto?
20 Vino un tiempo en que la Palabra o Verbo salió de la presencia personal de Dios con quien había estado en el principio. Esto fue cuando vino abajo a la Tierra y estuvo entre los hombres. Dice Juan 1:10, 11: “Estaba en el mundo, y el mundo vino a la existencia por medio de él, pero el mundo no lo conoció. Vino a su propio hogar, pero su propio pueblo no lo acogió.” Al bajar, ¿hizo la Palabra lo mismo que habían hecho ángeles celestiales, quedarse todavía como persona espiritual pero meramente habiéndose revestido de un cuerpo humano visible y operar por medio de este cuerpo al estar entre los hombres? ¿O llegó a ser la Palabra una mezcla, una entremezcla de lo que es espíritu y lo que es carne? En vez de adivinar en cuanto a ello, dejemos que Juan nos diga:
21 “Así que la Palabra llegó a ser carne y residió entre nosotros, y tuvimos una vista de su gloria, gloria como la que pertenece a un hijo unigénito por parte de un padre; y él estaba lleno de bondad inmerecida y verdad.” (Juan 1:14) Otras traducciones de la Biblia concuerdan en que el Verbo “llegó a ser carne” o “fué hecho carne.” (Mod; Val; HA) Esto es muy diferente de decir que se revistió de carne como en una materialización o como en una encarnación. Significa que llegó a ser lo que el hombre era—carne y sangre—de modo que fuera uno de nosotros los humanos. Busquemos cuanto busquemos en los escritos de Juan, ni una sola vez hallamos que Juan diga que la Palabra vino a ser un Hombre–Dios, es decir, una combinación de Dios y hombre.
22. En cuanto a su humanidad, ¿qué se llamó a sí mismo la Palabra, y qué significó verdaderamente el que llegara a ser carne?
22 La expresión Hombre-Dios es una invención de los trinitarios y no se encuentra en ningún lugar en toda la Biblia. Lo que la Palabra se llamó a si mismo cuando estuvo en la Tierra fue “el Hijo del hombre,” algo muy diferente de Hombre-Dios. En la ocasión en que por primera vez conoció al judío llamado Natanael, dijo a este judío: “Verán el cielo abierto y los ángeles de Dios ascendiendo y descendiendo al Hijo del hombre.” (Juan 1:51) Al fariseo judío Nicodemo dijo: “Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así el Hijo del hombre tiene que ser levantado, para que todo el que crea en él pueda tener vida eterna.” (Juan 3:14, 15) En los escritos de Juan la expresión “Hijo del hombre” se aplica dieciséis veces a la Palabra. Esto indica que fue por un nacimiento humano en la Tierra que él “llegó a ser carne.” El que llegara a ser carne no significaba sino que había cesado de ser una persona espiritual.
23, 24. Al hacerse carne, ¿qué se hizo la Palabra a los sentidos del hombre, y con qué palabras informa Juan acerca de su propia experiencia con la Palabra?
23 Al hacerse carne, la Palabra, que antes era un espíritu invisible, se hizo visible, audible, palpable a los hombres en la Tierra. Así, hombres de carne pudieron estar en comunicación directa con él. El apóstol Juan nos informa su propia experiencia con la Palabra cuando éste existía en la carne, queriendo Juan compartir esa bendición con nosotros. Dice Juan:
24 “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado atentamente y nuestras manos palparon, concerniente a la palabra de vida, (sí, la vida fue puesta de manifiesto, y nosotros hemos visto y estamos dando testimonio e informándoles de la vida eterna que estaba con el Padre y que nos fue puesta de manifiesto,) lo que hemos visto y oído se lo estamos informando también a ustedes, para que ustedes también tengan participación con nosotros. Además, esta participación nuestra es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.”—1 Juan 1:1-3.
25, 26. (a) ¿Cómo hace referencia Juan al padre terrestre por custodia de Jesús? (b) ¿Cómo habla Juan acerca de la madre humana de Jesús después de llegar a ser custodio de ella?
25 Juan llama a nuestra atención la madre humana de este Hijo del hombre, pero nunca por su nombre personal. Juan nunca habla del Hijo primogénito de ella como “Hijo de María.” Juan menciona por nombre a su padre humano por custodia cerca del principio de la narración, cuando Felipe le dice a Natanael: “Hemos hallado a aquel de quien Moisés, en la Ley, y los Profetas escribieron, Jesús, el hijo de José, de Nazaret.” (Juan 1:45) Más tarde, después que este Jesús alimentó a cinco mil hombres milagrosamente usando cinco panes y dos pescados, los judíos que trataron de hacer desdeñable la procedencia de Jesús dijeron: “¿No es éste Jesús el hijo de José, cuyo padre y cuya madre conocemos?” (Juan 6:42) Así, aunque Juan menciona a otras mujeres por su nombre María, deja sin nombre a la madre de Jesús. Dondequiera que se le menciona, nunca es como “María,” o “Madre,” sino siempre como “Mujer.”
26 Por ejemplo, en las últimas palabras que se informa que Jesús habló a ella, cuando él moría como un criminal en un madero en Gólgota mientras su madre terrestre y su amado discípulo Juan miraban, él “dijo a su madre: ‘¡Mujer, mira! ¡tu hijo!’ Entonces dijo al discípulo: ‘¡Mira! ¡Tu madre!’ Y desde esa hora en adelante el discípulo la llevó a su propio hogar.” (Juan 19:25-27) Juan no nos dice por cuánto tiempo cuidó de María la madre de Jesús; pero nunca trata de glorificarla o beatificarla, ni siquiera mencionarla, por ser la madre de Jesús.
27, 28. ¿De quién alegan los trinitarios que llegó a ser madre María, y a qué pregunta lleva esto?
27 No obstante, según los que enseñan la Trinidad, cuando “la Palabra llegó a ser carne,” María llegó a ser la madre de Dios. Pero puesto que ellos dicen que Dios es una Trinidad, entonces la virgen judía María llegó a ser la madre de meramente una tercera parte de Dios, no “la madre de Dios.” Llegó a ser la madre de solo una Persona de Dios, la Persona a quien se pone segunda en la fórmula “Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo.” Así que María fue solo la madre de “Dios Hijo”; no fue la madre de “Dios Padre,” ni la madre de “Dios Espíritu Santo.”
28 Pero si los católicos romanos y otros insisten en que María fue “la madre de Dios,” entonces nos vemos obligados a preguntar: ¿Quién fue el padre de Dios? Si Dios tuvo una madre, ¿quién fue su padre? Así vemos de nuevo que la enseñanza de la Trinidad lleva a lo ridículo.
29. En Apocalipsis 4:8, 11, ¿cómo describe Juan al Señor Dios, y qué pregunta surge en cuanto a que María lo tuviera en el vientre?
29 Además, el apóstol Juan vio en una visión a ciertas criaturas celestiales que le decían a Dios que estaba en su trono: “Santo, santo, santo, es el Señor Dios todopoderoso, el cual era, el cual es, y el cual ha de venir,” y a otros que decían: “Digno eres ¡oh Señor Dios nuestro! de recibir la gloria, y el honor, y el poderío, porque tú criaste todas las cosas, y por tu querer subsisten, y fueron criadas.” (Apo. 4:8, 11, TA) La Biblia dice claramente que los cielos de los cielos no podrían contener al Señor Dios Todopoderoso; y el estupendo templo del rey Salomón en Jerusalén no podía contener al único Señor Dios Todopoderoso. ¿Cómo, entonces, podría una cosa tan microscópica como el óvulo en el vientre de María contener a Dios, de modo que ella llegara a ser “la madre de Dios”? Por lo tanto, seamos cuidadosos en cuanto a lo que enseñamos para que no le restemos grandeza a Dios.
SU LUGAR DE NACIMIENTO
30, 31. (a) ¿Qué pregunta surgió entre los judíos acerca de este Jesús que aparentemente venía de Nazaret de Galilea? (b) Al hacer Jesús su entrada triunfal en Jerusalén, ¿cómo sugirió la grande muchedumbre su lugar de nacimiento?
30 Entre los judíos surgió un debate en cuanto al lugar de nacimiento de Jesús que venía de Nazaret de la provincia de Galilea. Los judíos en general no sabían que él había nacido en Belén. Por lo tanto Juan nos dice: “Otros decían: ‘Este es el Cristo.’ Pero algunos decían: ‘El Cristo realmente no viene de Galilea, ¿verdad? ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la prole de David, y de Belén la aldea donde David solía estar?’ Por lo tanto se desarrolló una división en cuanto a él entre la muchedumbre.” (Juan 7:41-43) No obstante, cuando Jesús hizo su entrada triunfal en Jerusalén en la primavera de A.C. 33, hubo muchos judíos dispuestos a aclamarlo como el Rey prometido por Dios, el Hijo del rey David de Belén. Juan 12:12-15 nos dice:
31 “El día siguiente la grande muchedumbre que había venido a la fiesta, al enterarse de que Jesús venía a Jerusalén, tomó ramas de palmas y salió a su encuentro. Y comenzaron a gritar: ‘¡Salva, te rogamos! ¡Bendito el que viene en el nombre de Jehová, aun el rey de Israel!’ Pero cuando Jesús hubo encontrado un asno joven, se sentó en él, exactamente como está escrito [en Zacarías 9:9]: ‘No temas, hija de Sion. ¡Mira! Tu rey viene, sentado sobre un pollino de asna.’”—Vea el Salmo 118:25, 26.
32. (a) ¿Cómo indicó Natanael que Jesús estaba conectado con la realeza? (b) En Apocalipsis, ¿cómo indicó Jesús que estaba conectado con la realeza, y qué comparación existirá entre su reino y el de su antepasado?
32 Sin embargo, tres años antes de esto, cuando Jesús empezó su carrera pública en el país de Israel, Natanael reconoció que Jesús estaba conectado con el rey David, diciéndole: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres Rey de Israel.” (Juan 1:49) Y en la visión que se le dio al apóstol Juan las conexiones de Jesús con la realeza reciben énfasis varias veces. En Apocalipsis 3:7 Jesús mismo dice: “Estas son las cosas que dice el que es santo, el que es verdadero, el que tiene la llave de David.” En Apocalipsis 5:5 una persona de edad dice de Jesús: “¡Mira! El León que es de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido.” Finalmente, en Apocalipsis 22:16, leemos: “Yo, Jesús, envié mi ángel para darles testimonio de estas cosas para las congregaciones. Yo soy la raíz y la prole de David, y la estrella resplandeciente de la mañana.” Aunque Jesús en la Tierra habló de sí como “Jesús el nazareno,” en realidad había nacido en el pueblo nativo del rey David, Belén, pero meramente había sido criado en Nazaret. (Juan 18:5-7; 19:19) Allí José su custodio fue considerado su padre. Su antepasado David tuvo un reino terrestre; pero el reino celestial de Jesús es algo más grandioso y más provechoso para toda la humanidad.
33, 34. (a) ¿Cómo arguyen los clérigos que la fraseología de Juan 1:14 implica una encarnación de la Palabra? (b) ¿Qué arguye el uso por Pedro de la palabra clave, junto con los usos que se hacen de ella en otros lugares?
33 El que era la Palabra o el Verbo pasó solo un tiempo corto entre los hombres, menos de treinta y cinco años desde que fue concebido en el vientre de la virgen judía que descendió del rey David. Como vierte Juan 1:14 Una Traducción Americana: “De modo que la Palabra se hizo carne y sangre y vivió por algún tiempo entre nosotros.” Los clérigos que creen en una encarnación y en un Hombre-Dios llaman atención al hecho de que el verbo griego que se traduce “vivió por algún tiempo” tiene su raíz en la palabra que significa “tienda” o “tabernáculo.” En realidad, así es como el Dr. Roberto Young vierte la expresión, traduciéndola: “Y la Palabra llegó a ser carne, y sí estuvo en tabernáculo entre nosotros.” Puesto que los que acampan moran en una tienda de campaña, los clérigos afirman que Jesús era todavía persona espiritual y meramente estaba en tabernáculo en un cuerpo de carne y por lo tanto era una encarnación, un Hombre–Dios. No obstante, el apóstol Pedro usó una expresión parecida acerca de sí mismo, diciendo: “Pues tengo por deber, mientras habito en esta tienda, estimularos con mis amonestaciones, considerando que pronto veré abatida mi tienda.” (2 Ped. 1:13, 14, NC) Ciertamente que por esas palabras Pedro no quiso decir que él mismo era una encarnación. Pedro quiso decir que él meramente iba a residir por un poco de tiempo más en la Tierra como criatura de carne.
34 La misma palabra griega que se usa en Juan 1:14 se usa también en cuanto a otras personas que no son encarnaciones, en Apocalipsis 12:12; 13:6. Así pues, las palabras de Juan 1:14 no apoyan la teoría de encarnación.
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Existencia prehumanaLa Atalaya 1963 | 1 de marzo
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Existencia prehumana
35, 36. (a) ¿A qué existencia se refiere Juan 1:1, y qué hombre fue el primero en llamar atención a ésta? (b) ¿Cómo fue Jesús un hombre que vino después de Juan y sin embargo que existió antes que él, y a qué se refirió el que Juan lo llamara el Cordero de Dios?
EL APÓSTOL Juan abrió su narración, diciendo: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios.” Con esto él no quiso decir el principio del ministerio público de Jesús en la Tierra hace diecinueve siglos. Quiso decir que la Palabra o Verbo tuvo una existencia prehumana, mucho antes de que ‘llegara a ser carne’ en la Tierra. Juan hace claro esto en toda su narración. Más de un mes después de haberse bautizado Jesús en el río Jordán, Juan el Bautista llamó atención a Jesús y a su vida anterior, diciendo: “¡Vean, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! Este es aquel de quien dije: Detrás de mí viene un hombre que se me ha adelantado, porque existió antes de mí. Ni siquiera yo le conocía, pero la razón por la cual yo vine bautizando en agua fue para que él fuera hecho manifiesto a Israel.”—Juan 1:29-31.
36 Juan el Bautista nació como seis meses antes de que la Palabra ‘llegara a ser carne’ o naciera como el Hijo de la virgen judía. Por esa razón Juan dijo con referencia a Jesús: “Detrás de mí viene un hombre.” Pero ahora, debido a lo que le pasó a Jesús después que Juan lo bautizó, Juan podía llamar a Jesús “un hombre que se me ha adelantado.” De modo que cuando Juan dijo de Jesús: “Existió antes de mí,” Juan debe haber querido decir que Jesús tuvo una existencia prehumana. Juan también señaló al hecho de que Jesús había de llegar a ser un sacrificio a Dios, porque en el antiguo Israel los sacerdotes judíos sacrificaban diariamente corderos a Dios. Para que Jesús como el “Cordero de Dios” quitara el pecado del mundo, su sangre tendría que fluir en sacrificio, porque sin el derramamiento de la sangre de una víctima inocente no se podía obtener de Dios perdón de pecados.—Heb. 9:22.
37. ¿Por qué pudo Jesús hablar a Nicodemo acerca de cosas celestiales?
37 En varias ocasiones Jesús mismo testificó de su propia existencia en el cielo antes de llegar a ser carne en la Tierra. Así, Jesús pudo hablar acerca de “cosas celestiales,” porque, como le dijo Jesús al gobernante judío Nicodemo, “ningún hombre ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.”—Juan 3:12, 13.
38. ¿Cómo, al hablar acerca del maná, testificó Jesús de su existencia previa en el cielo?
38 Jesús habló de sí mismo como maná simbólico procedente del cielo y dijo a los judíos: “Moisés no les dio el pan del cielo, pero mi Padre sí les da el verdadero pan del cielo. Pues el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.” “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió.” “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne a favor de la vida del mundo.” “También el que me come, aun ése vivirá a causa de mí. Este es el pan que descendió del cielo.” Muchos judíos murmuraron ante esos dichos de Jesús, y por lo tanto él los sorprendió aun más cuando dijo: “¿Esto los hace tropezar? ¿Qué, por consiguiente, si contemplaran al Hijo del hombre ascendiendo a donde estaba antes?”—Juan 6:32, 33, 38, 51, 57, 58, 61, 62.
39, 40. (a) En otra ocasión Jesús se describió como siendo ¿de dónde? (b) Así pues, ¿qué pudo pedirle Jesús a Dios en oración?
39 Así pues, más tarde, cuando Jesús habló a los judíos incrédulos en cuanto a irse, dijo: “Ustedes son de las regiones de abajo; yo soy de las regiones de arriba. Ustedes proceden de este mundo; yo no procedo de este mundo.” “Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque de Dios salí y estoy aquí. Tampoco he venido de modo alguno de mi propia iniciativa, sino que Ese me envió.” (Juan 8:23, 42) Por esa razón Jesús pudo orar a Dios y decir a oídos de sus fieles apóstoles:
40 “Padre, glorifícame al lado tuyo con la gloria que tenía al lado tuyo antes de que el mundo [de la humanidad] fuera. Además yo ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y yo vengo a ti. Padre Santo, vigílalos debido a tu propio nombre que me has dado a mí, para que ellos puedan ser uno así como somos nosotros. . . . Deseo que, donde yo esté, ellos también estén conmigo, para que vean mi gloria que tú me has dado, porque tú me amaste antes de la fundación del mundo.”—Juan 17:5, 11, 24.
41. ¿De qué, por lo tanto, habló y dio testimonio El que vino de arriba?
41 Arriba en el cielo Jesús, como la Palabra o Verbo o Logos, había tenido gloria al lado de su Padre y había sido amado por el Padre. Esto fue antes de que el mundo fuera. El apóstol Juan oyó esas palabras de Jesús, y por eso Juan podía correctamente comentar como sigue: “El que de arriba viene está por encima de todos los demás. El que es de la tierra es de la tierra y habla de cosas de la tierra. El que del cielo viene está por encima de todos los demás. Lo que ha visto y oído, de esto da testimonio.” (Juan 3:31, 32) No hay duda de que Jesús tuvo vida prehumana. Como la Palabra o el Verbo había estado con Dios “en el principio.”
LO QUE LO LLAMARON JUDÍOS CREYENTES
42. ¿En quién creían los doce antes de que Jesús los llamara a ser apóstoles, y por lo tanto, ¿qué preguntas surgen en cuanto a esto?
42 Cuando estuvo en la Tierra, Jesucristo llamó y escogió doce apóstoles. Estos eran todos judíos por nacimiento y fueron criados en la religión de los judíos o en el judaísmo de modo que creyeran en un solo Dios, Jehová. (Gál. 1:13, 14, Val) ¿Les habló Jesús como Maestro acerca de una Trinidad? ¿Los convirtió él a creer en una Trinidad de la cual él mismo fuera la Segunda Persona o “Dios Hijo”? ¿Llegaron los apóstoles y otros discípulos a considerar a Jesús como “Dios Hijo” y a llamarlo así? ¿Qué lo llamaron? Veamos lo que informa Juan.
43, 44. Después que Juan bautizó a Jesús, ¿de qué hecho dio testimonio Juan acerca de él?
43 Después que Jesús se bautizó, Juan el Bautista presentó a Jesús sus propios discípulos. Dios envió a Juan a bautizar, y Dios le dijo a Juan qué esperar. Entonces, ¿cómo se refirió Juan a Jesús ya bautizado al presentarle a los judíos que eran los propios discípulos de Juan?
44 Para hallar la respuesta leamos Juan 1:32-34: “Juan también dio testimonio, diciendo: ‘Vi el espíritu descendiendo del cielo como una paloma, y permaneció sobre él. Ni siquiera yo lo conocía, pero El mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: “Quienquiera que sea sobre quien tú veas descendiendo el espíritu y permaneciendo, éste es el que bautiza en espíritu santo.” Y lo he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.’”
45. ¿A quién esperaba Juan que viniera a él a bautizarse, y qué, por lo tanto, negó Juan que él fuera?
45 Juan el Bautista mismo estuvo lleno de espíritu santo desde el vientre de su madre. ¿Dio Juan testimonio de que Jesús fuera Jehová o de que Jesús fuera Dios? ¡No! Juan el Bautista dijo a sus propios discípulos: “Este es el Hijo de Dios.” Juan no dijo “Dios Hijo,” sino “el Hijo de Dios,” que es una expresión que significa algo completamente diferente. Juan no esperaba que Jehová Dios viniera a él a ser bautizado en agua. Juan esperaba al que habría de llegar a ser el Cristo, el Mesías, o Ungido, el que Dios ungiría con espíritu santo. Y por lo tanto Juan no dejaba que nadie pensara que él mismo era Cristo. Dijo a sus discípulos: “Ustedes mismos me dan testimonio de que dije: Yo no soy el Cristo, pero, he sido enviado delante de aquél. . . . Ese debe seguir aumentando, pero yo debo seguir menguando.” (Juan 3:28-30) Por lo que Juan vio sabía que Jesús era el Cristo, el Ungido de Dios.
46. Después que Juan le pasó sus discípulos a Jesús, ¿qué muestra si ellos cambiaron de opinión o no acerca de lo que Juan dijo que Jesús era?
46 Juan el Bautista enseñó a sus discípulos y se los pasó a Jesucristo para que lo siguieran como el “Hijo de Dios.” ¿Cambiaron de opinión acerca de Jesús estos discípulos después de oírlo y observarlo y estar con él? ¿Qué lo llamaron estos discípulos, desde el primero hasta el último? Cuando Jesús se encontró por primera vez con Natanael y lo asombró por su poder de presciencia, “Natanael le contestó: ‘Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres Rey de Israel.’” (Juan 1:49) En 1 Juan 4:15; 5:5, el apóstol dice: “Cualquiera que confiesa que Jesucristo es el Hijo de Dios, Dios permanece en unión con ése y él en unión con Dios.” “¿Quién es el que vence al mundo sino el que tiene fe en que Jesús es el Hijo de Dios?” En 2 Juan 3 él habla de “paz de Dios el Padre y de Jesucristo el Hijo del Padre.”
47. ¿Qué dijo Marta que era lo que creía de Jesús, y qué dijeron sus enemigos que era la razón por la cual Jesús merecía morir según la ley de ellos?
47 Antes de resucitar a Lázaro, que había estado muerto por cuatro días, Jesús le preguntó a Marta la hermana de Lázaro si ella creía lo que él acababa de decir. Respondiendo, Marta dijo: “Sí, Señor; he creído que tú eres el Cristo el Hijo de Dios, El que viene al mundo.” (Juan 11:27) Notable aun es el testimonio de los enemigos sedientos de sangre de Jesús. Cuando el gobernador romano quiso pasar a los judíos el trabajo desagradable de la ejecución puesto que él mismo no había hallado falta en Jesús, los judíos le contestaron al gobernador: “Nosotros tenemos una ley, y de acuerdo con la ley él debería morir, porque se hizo el hijo de Dios.” (Juan 19:7) Así, todos, Juan el Bautista, los apóstoles de Jesús, Marta la hermana de Lázaro, y hasta los enemigos concordaron en su testimonio de que Jesús era “el Hijo de Dios.” ¡No Dios mismo!
48, 49. (a) ¿Qué comparación hizo Juan en cuanto a pasar gozosamente sus discípulos a Jesús? (b) ¿Con quién espera casarse la Novia?
48 Cuando Juan el Bautista explicó por qué él tenía que menguar en cuanto a tener discípulos pero Jesús debería aumentar el número de seguidores bautizados, Juan representó a Jesús como un novio. Juan dijo: “El que tiene la novia es el novio. Sin embargo, el amigo del novio, cuando está allí y lo oye, tiene mucho gozo a causa de la voz del novio. Por lo tanto este gozo mío se ha hecho pleno.” (Juan 3:29) Juan tuvo mucho gozo en pasar discípulos bautizados a Jesucristo.
49 Puesto que Jesús es el Novio, hablando simbólicamente, entonces todo el grupo de sus seguidores bautizados y ungidos debe ser su Novia. La esperanza de éstos es unirse al Señor Jesucristo como Novio de ellos en el cielo. No están esperando casarse con Dios, lo cual sería el caso si Dios fuera una Trinidad. Tampoco están esperando casarse con alguna Persona particular de tal Trinidad, a saber, la Segunda Persona de la Trinidad, el llamado Dios Hijo. No pueden imaginarse el casarse con una Trinidad o aun con una tercera parte de esta Trinidad. Las Santas Escrituras inspiradas no enseñan tal cosa, ¡como alguien que se casara con hermanos siameses!
50. ¿Con quién se casa el Novio, y cuántos muestra el Apocalipsis?
50 Jesucristo el Novio no se casa con toda la familia humana que consta de miles de millones de personas, sino solo con un número limitado tomado de la familia humana. En Apocalipsis el apóstol Juan tuvo, una visión del Novio y la Novia juntos en el local celestial de gobierno, llamado el monte Sion, según se prefiguró por el monte Sion de Jerusalén donde el rey David gobernaba. Juan dice: “Y yo vi, y ¡mire! el Cordero de pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil teniendo su nombre y el nombre de su Padre escrito en sus frentes. . . . Y cantan como si fuera un nuevo cántico ante el trono y ante las cuatro criaturas vivientes y las personas de mayor edad; y nadie pudo aprender ese cántico aparte de los ciento cuarenta y cuatro mil, que se han comprado de la tierra. Estos son los que no se contaminaron con mujeres; en realidad, son vírgenes. Estos son los que persisten en seguir al Cordero no importa dónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.”—Apo. 14:1-4.
51. ¿Cómo es virgen, marcada en la frente y comprada la clase de la Novia?
51 Así, a la clase de la Novia se le representa como una clase virgen, personas que no se han contaminado con personas u organizaciones que son culpables de adulterio espiritual por hacerse amigas de este mundo inmoral. Tienen el nombre de su Novio y el de su Padre escrito en sus frentes, pero no tienen ningún otro nombre, ningún nombre de alguna tercera Persona de una Trinidad llamada Dios Espíritu Santo. La clase de la Novia de 144,000 miembros ha sido sacada de la Tierra para el cielo, sí, sacada de entre la humanidad de carne y sangre para vida eterna como criaturas espirituales. ¿Cómo? Al ser comprados por el sacrificio de su Novio, “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”
52. ¿Cómo es la clase de la Novia como “primicias para Dios,” y qué significa este hecho para la humanidad en general?
52 Son como primicias o primeros frutos que los israelitas sacaban de sus cosechas y ofrecían a Jehová Dios por medio de sus siervos del templo, como en el día de Pentecostés cuando el sumo sacerdote presentaba a Dios dos panes de trigo con levadura “como primicias maduras para Jehová.” (Lev. 23:15-20) Puesto que los de la clase de la Novia son solo “primicias para Dios y para el Cordero,” debe haber un número mucho mayor de personas de la humanidad que serán salvadas para disfrutar de vida eterna, no en el cielo, sino en la Tierra. ¿Por qué? Porque el Cordero de Dios quita el “pecado del mundo” y no meramente el de su clase de la Novia.—Juan 1:29; 1 Juan 2:1, 2.
53, 54. Según Apocalipsis 19:6-9, ¿de quién son las bodas, a quién pertenece la Novia, y para quién es la cena de bodas?
53 El apóstol Juan no nos deja dudas en cuanto a con quién se casa en el cielo la clase de la Novia, la congregación cristiana ungida. En Apocalipsis 19:6-9, Juan escribe: “Y oí como si fuese el estruendo de una gran multitud, y como si fuese el estruendo de muchas aguas, y como si fuese el estruendo de poderosos truenos, que decían: ¡Aleluya; porque reina el Señor Dios Todopoderoso! ¡Regocijémonos, y cantemos con júbilo, y démosle gloria! porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella le fué dado que se vistiese de lino fino blanco, resplandeciente y puro: porque el lino fino blanco es la perfecta justicia de los santos. Y él me dijo: Escribe: ¡Bienaventurados aquellos que han sido llamados a la cena de las bodas del Cordero! Y díjome: Estas son verdaderas palabras de Dios.”—Mod.
54 Las bodas son las del Cordero de Dios, no las bodas del Señor Dios Todopoderoso. La Novia es la Novia del Cordero de Dios, no la Novia de Dios Todopoderoso. La cena de bodas es la del Cordero de Dios; y las parábolas proféticas de Jesús indican que es su Padre, el Señor Dios Todopoderoso, quien prepara la cena de bodas para el Cordero, su Hijo.
55. Apocalipsis 19:11-16 identifica al Cordero de Dios como siendo ¿quién? y, por lo tanto, ¿la Novia de quién llegan a ser los 144,000?
55 Pocos versículos después, en Apocalipsis 19:11-16, el apóstol Juan identifica al Cordero de Dios como siendo la Palabra o Verbo, pues Juan ve al Cordero cabalgando a batalla contra los enemigos de su Padre. Juan lo describe, diciendo: “Vestía una ropa rociada de sangre; y su nombre es el Verbo de Dios. . . . Y en su vestidura y sobre su muslo tiene este nombre escrito: Rey de los reyes, y Señor de los Señores.” (Mod) Así que sus 144,000 fieles seguidores llegan a ser la Novia del Verbo de Dios, no la Novia de Dios.
56, 57. En Apocalipsis 21, ¿entre quiénes vemos que se hace una diferencia en conexión con la clase de la Novia, y cómo?
56 Otra vez se muestra a los casados en la visión que se da después, que Juan describe, diciendo: “Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descendiendo del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. Y vino uno de los siete ángeles que tenían los siete tazones que estaban llenos de las últimas siete plagas, y habló conmigo y dijo: ‘Ven acá, te voy a mostrar la novia, la esposa del Cordero.’ De modo que me llevó bajo el poder del espíritu a una grande y elevada montaña, y me mostró la santa ciudad Jerusalén descendiendo del cielo desde Dios y teniendo la gloria de Dios. . . . El muro de la ciudad también tenía doce piedras de fundamento, y en ellas los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. Y no vi templo en ella, porque Jehová Dios el Todopoderoso es su templo, también el Cordero lo es. Y la ciudad no necesita sol ni luna que brillen sobre ella, porque la gloria de Dios la iluminaba, y su lámpara era el Cordero.”—Apo. 21:2, 9-11, 14, 22, 23.
57 Siempre se nos muestra que se hace una diferencia entre el Cordero y el Señor Dios Todopoderoso, y que es con el Cordero que la Novia de 144,000 miembros se casa. Es esposa del Cordero lo que ella llega a ser. Si hubiera tal cosa como la Trinidad, entonces los 144,000 no podrían evitar casarse con Dios en una de sus Personas y así llegar a ser uno con Dios. Pero la Biblia no enseña esto.
IDENTIFICACIÓN PROPIA
58. En su discurso a Nicodemo, ¿quién afirmó Jesús que él era?
58 Para provecho de la clase de la Novia Juan el Bautista identificó al Novio como el Cordero de Dios. ¿Cómo, sin embargo, se identificó el Novio mismo a su clase de la Novia y a otros? ¿Qué relación afirmó él que tenía con Dios? ¿Alegó alguna vez ser más que lo que Juan el Bautista declaró que él era, a saber, el Hijo de Dios? En contestación escuche primero estas muy amadas palabras de Jesucristo a Nicodemo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios á su Hijo al mundo para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”—Juan 3:16-18, Val.
59. Después que Jesús curó al hombre que nació ciego, ¿quién confesó el hombre creer que Jesús era?
59 En cierta ocasión Jesús curó a un hombre que era ciego de nacimiento. Según varias versiones de la Biblia, Jesús después le dijo: “¿Crees tú en el Hijo de Dios?” El hombre contestó: “¿Quién es, Señor, para que crea en él?” Jesús respondió: “Y le has visto, y el que habla contigo, él es.” Jesús no le pidió al hombre que creyese que él, Jesús, era más que el Hijo de Dios. El hombre confesó creer solo eso.—Juan 9:35-37, Val; Mod; TA; HA; VA; Dy; Lamsa; Murdock.
60. Antes de resucitar a Lázaro, ¿quién dijo él que había de ser glorificado, y después de eso quién dijo Marta que ella creía que Jesús era?
60 Antes de ir al pueblo de Betania para bien de su amigo enfermo Lázaro, Jesús dijo a sus apóstoles: “Esta enfermedad no es con muerte como objetivo, sino que es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.” Antes de que Jesús llegara a la tumba donde Lázaro ahora yacía muerto, Marta la hermana de Lázaro confesó que creía lo que Jesús afirmaba que él era, como dijo ella: “Sí, Señor; he creído que tú eres el Cristo el Hijo de Dios, El que viene al mundo.”—Juan 11:4,27.
61. Al enviar un mensaje a la congregación de Tiatira, Jesús habló de sí mismo diciendo que era ¿quién?
61 Aun en el cielo Jesús glorificado habla de sí mismo como el Hijo de Dios. En Apocalipsis 2:18, al enviar un mensaje a la congregación cristiana de la ciudad de Tiatira, el glorioso Jesús le dice a Juan: “Al ángel de la congregación de Tiatira escribe: Estas son las cosas que dice el Hijo de Dios, . . . Y al que venza y que observe mis hechos aun hasta el fin le daré autoridad sobre las naciones, y pastoreará a la gente con una vara de hierro de modo que sean quebrantadas como vasijas de barro, así como yo he recibido de mi Padre.”—Apo. 2:18, 26, 27.
62. En oración, Jesús habló de estar ¿en qué relación con Dios?
62 Sobre la base de esta relación a Dios, Jesús se dirigió a Dios como un hijo lo haría y oró: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu hijo, para que tu hijo te glorifique a ti, así como le has dado autoridad sobre toda carne, para que, con respecto a todo el número que le has dado, él les dé vida eterna. Esto significa vida eterna, el que ellos adquieran conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú has enviado, Jesucristo.” (Juan 17:1-3) Así, Jesús no afirmó ser “el único Dios verdadero.”
63. ¿Por qué querían apedrear a Jesús los judíos, y qué citó Jesús de los Salmos para mostrar si estaban justificados o no al querer eso?
63 Al decir esto, ¿no nos estamos olvidando de Juan 10:31-39, según lo cual los judíos querían apedrear a Jesús por decir: “yo y el Padre somos uno”? No, no lo estamos olvidando. Los judíos, quienes creían en el un solo Dios cuyo nombre es Jehová, allí querían apedrear a Jesús. ¿Por qué? No porque él enseñara tal cosa como una Trinidad y que él fuera una tercera parte de ella, sino porque habló de sí mismo como el Hijo de Dios, el Hijo del Dios de ellos, Jehová. Jesús les dijo mientras tenían las piedras en las manos: “Muchas buenas obras, de parte de mi Padre, les he mostrado; ¿por cuál de ellas me apedrean?” Los judíos replicaron: “No es por buena obra que te apedreamos, sino por blasfemia, porque tú, un hombre, te haces dios.” (Torrey) Jesús entonces refirió a los judíos a sus propias Santas Escrituras, al Salmo 82:6, y dijo: “¿No está escrito en su ley: He dicho: Sois dioses? Si Dios dijo, que aquellos a quienes hablaba eran dioses (y la escritura no puede ser anulada), ¿acusáis vosotros de blasfemia al que el Padre consagró y envió al mundo, porque dije: Soy el Hijo de Dios? Si no hago las obras de mí Padre, no me creáis; pero si las hago, aun si no me creéis a mí, creed las obras, para que percibáis y entendáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.”—Torrey.
64. (a) ¿Qué afirmó Jesús allí que él era? (b) ¿Quiénes fueron aquellos a quienes el Salmo 82 se dirigió como “dioses”?
64 El argumento mismo de Jesús aquí prueba que él no alegó ser Dios. Si él hubiese afirmado que era Dios, entonces los judíos hubieran tenido razón al apedrearlo por blasfemia. Pero Jesús afirma que él alegó ser menos que Dios. Para probar esto, Jesús les citó del Salmo 82, los versículos Sal 82:1, 2, 6, 7 (Val) del cual dicen: “Dios [Elohim] está en la reunión de los dioses; en medio de los dioses [elohim] juzga. ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? . . . Yo dije: Vosotros sois dioses [elohim], e hijos todos vosotros del Altísimo. Empero como hombres moriréis, y caeréis como cualquiera de los tiranos.” En este salmo el Dios Altísimo habla a jueces injustos de la Tierra, meros hombres, y los llama “dioses,” o elohim en hebreo, y les dice que corrijan su práctica jurídica. Debido a que esos jueces no cumplen bien su deber, se hace necesario que el Dios Altísimo se levante y juzgue a los pueblos de la Tierra.
65. A pesar de ser “dioses,” ¿qué les pasará a esos jueces, y por la muerte de quién fueron responsables “dioses” judíos de esa clase?
65 El que se les llame “dioses” no salvará a estos jueces; tampoco el que se consideren ‘hijos del Altísimo’ o hijos de Dios. Eso no les da inmortalidad. Todavía son mortales y morirán exactamente como los otros hombres. Caerán en muerte exactamente como otros tiranos judiciales de la Tierra, y esto por la ejecución del juicio de Dios. La palabra de Dios vino contra ellos en juicio adverso. Fueron dioses humanos como éstos, entre los judíos, quienes hicieron que Jesús recibiera muerte a manos de los romanos.—Éxo. 22:28, Val; TA.
66, 67. ¿Qué no afirmó ser Jesús, y qué no les dijo a los judíos acerca de su Padre y de sí mismo?
66 Jesús les dijo a los que querían apedrearlo que él no había afirmado ser Dios o un dios, aunque el Salmo 82:6 había llamado a algunos hombres, a algunos jueces israelitas, “dioses.” Jesús había estado hablando a los judíos acerca de que Dios era su Padre, lo que querría decir que él, Jesús, era el Hijo de Dios. Jesús les dijo: “Nadie las arrebatará [a mis ovejas] de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es algo mayor que todas las otras cosas, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.”
67 Después que Jesús dijo eso, su mismo argumento que siguió probó que él no estaba afirmando que era Dios, ni estaba diciendo que él y su Padre celestial eran un solo Dios, un Dios trinitario en que él y su Padre fueran dos Personas junto con una tercera Persona, “Dios Espíritu Santo.” Jesús no dijo: Yo y el Padre y el Espíritu Santo somos uno. No mencionó a ningún “Espíritu Santo.”—Juan 10:28-30.
68. Usando Salmo 82:6, ¿cómo probó Jesús que él no afirmaba ser Dios por decir: “Yo y el Padre somos uno”?
68 Jesús arguyó que su declaración: “Yo y el Padre somos uno,” no significaba que él afirmaba ser Dios. ¿Por qué? Porque Jesús les dijo a aquellos judíos que él se estaba llamando menos que Dios su Padre. Les dijo a aquellos judíos que su propia ley en el Salmo 82:6 llamaba “dioses” a los hombres contra los cuales venía en crítica la palabra de Dios, y que los judíos no podían anular este texto que daba el título de “dioses” a jueces humanos; tampoco podían negar que este texto decía esto, y no podían sacar este texto de las Escrituras inspiradas. Y sin embargo, cuando Jesucristo, que ejecutó tantas obras maravillosas y buenas entre los judíos, habló acerca de Dios como su Padre y habló de sí mismo como meramente el Hijo de Dios, dijeron que él blasfemaba y estuvieron dispuestos a apedrearlo como blasfemador. Aun así él era más que aquellos hombres a quienes el Salmo 82 habla llamado “dioses,” porque él, Jesús, era el que el Padre celestial había santificado y enviado al mundo. Si no era blasfemia el que Asaf compusiera un salmo en que llamara “dioses” a jueces humanos de Israel, entonces era mucho menos blasfemia el que Jesús hablara de sí como meramente el Hijo de Dios y no como un dios.—Salmo 82, sobrescripto.
69. (a) En la materia tomada hasta ahora de los escritos de Juan, ¿qué no hemos hallado acerca de Jesucristo? (b) ¿Por qué se invita al lector a unirse a nosotros en la consideración de más materia de los escritos de Juan?
69 Así, ni una sola vez en la materia anterior tomada de los escritos de Juan hemos hallado que Jesucristo se llamara Dios a sí mismo o que dejara que otros hablaran de él como Dios. Pero, ¡ah! dirán los trinitarios, todavía no se han considerado todos los textos pertinentes de los escritos de Juan, textos que seguramente probarían que Jesús sí habló de sí mismo como si fuera Dios y dejaba que se dirigieran a él como Dios, y éstos probarían que las muchas traducciones de la Biblia están en lo correcto al vertir Juan 1:1 de modo que diga: “Y el Verbo era Dios.” Por lo tanto, en las siguientes tres partes de este artículo sobre “El Verbo” trataremos esos textos. Únase el lector a nosotros en la consideración de éstos.
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