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Pastor de IsraelLa Atalaya 1958 | 15 de agosto
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cosa buena a través de los pasados cuarenta años. Prescindiendo de las condiciones mundiales más terribles e inspiradoras de temor, Jehová y Cristo han protegido a su rebaño. A través de guerras mundiales, prisiones, campos de concentración, revoluciones, enfermedad, epidemias, hambres, huelgas y odios raciales, los testigos han sido conducidos como un rebaño, estando conscientes continuamente de la nube de día y la columna de fuego de noche antitípicos. La presencia de Jehová y su Rey Pastor ha estado con ellos. No han temido nada malo. ¡Cuán favorecida es nuestra porción al tenerlos como pastores nuestros! “El Dios de Jacob es una altura segura para nosotros.” (Sal. 46:11) A los testigos de Jehová que han pasado a través de estos cuarenta años jamás les ha faltado una comida espiritual, ni han tenido sed de agua de la vida. En realidad, han tenido tal abundancia que bien han podido proclamar para provecho de otros: “¡Todos los sedientos, venid a las aguas! aquel también que no tiene dinero; ¡venid, comprad y comed! ¡sí, venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche!” (Isa. 55:1, Mod) Hoy, después de todos estos años, ¿no están los testigos de Jehová activos día tras día, sí, aun hora tras hora, extendiendo todavía a la gente de buena voluntad la invitación bondadosa: ‘Vengan, reciban alimento, vengan a los estanques de agua. Aquí hay praderas verdes. El Pastor de Israel es nuestro pastor. Nada nos faltará. Él arregla una mesa delante de nosotros en frente de los que nos muestran hostilidad. Comemos y bebemos, mientras el Pastor nos protege’? ¡Cuánto se parecen a ovejas los de su pueblo! ¿Se encuentra usted en este redil bendito y feliz? ¿Puede usted decir con certeza: “Jehová es mi Pastor”? Si no, entonces no se demore, sino entre en el redil, deje el aislamiento y el frío, y reúnase con las ovejas de Jehová y esté en paz.
EL PASTOR PROPIO
8. ¿Quién es el Pastor Propio, y por qué contesta usted así?
8 El Señor Jesucristo es el Pastor Propio, pues él mismo declara: “Yo soy el pastor propio, y conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí.” (Juan 10:14) Él es bueno y verdadero. Sí, él es un Pastor fiel. Este Pastor es la belleza de Israel, el más glorioso de toda la organización de Jehová. Es el deleitable, “del todo deseable,” “el más conspicuo entre diez mil.” (Cant. 5:16, 10) ¿Quién no puede menos que amarlo y adorarlo? “¡Y tú, oh torre del rebaño, colina de la hija de Sión, a ti te llegará; sí, a ti vendrá el dominio anterior, el reino de la hija de Jerusalem!” (Miq. 4:8, Mod) Verdaderamente el dominio le ha llegado. Él es la “estrella resplandeciente de la mañana,” el gozo de todos los pueblos. No sólo se le ha dado el dominio, sino que ahora está en el trono. Por consiguiente sus ovejas “ya no tendrán más hambre ni tendrán más sed, ni los agobiará el sol ni cualquier otro calor abrasador, porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los conducirá a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de sus ojos.”—Apo. 7:16, 17.
9. ¿Cómo sabemos que el Pastor Propio es verdadero, confiable y fiel?
9 Nuestro Pastor, el Señor Jesús, es un pastor veraz y confiable, que ha dado prueba de su mérito al ser él mismo una oveja fiel y obediente; y por esta razón ahora está ensalzado en el puesto más glorioso en el cielo mismo. Las Escrituras dicen: “Éste estaba originalmente con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por medio de él, y sin él ni siquiera una cosa vino a la existencia. Lo que ha venido a existir por medio de él era vida, y la vida era la luz de los hombres.” (Juan 1:2-4) La palabra proverbial dice: “Cuando [Dios] preparó los cielos yo estaba allí; cuando decretó un horizonte sobre la faz de las aguas agitadas, cuando afirmó las masas de nubes arriba, . . . cuando decretó los fundamentos de la tierra, entonces vine a estar a su lado como obrero maestro y vine a ser aquello con lo que él estaba especialmente encariñado día por día, estando yo alegre delante de él siempre.” (Pro. 8:27-30) Al debido tiempo este Hijo sabio vino a esta tierra como hombre para proveer el precio para comprar el rebaño de Dios. Él mismo dijo: “Yo he venido para que ellos tengan vida y la tengan en abundancia. . . . Yo entrego mi alma a favor de las ovejas. Y tengo otras ovejas, que no son de este redil; a ésas también tengo que traer, y escucharán mi voz, y llegarán a ser una sola manada, un solo pastor. Por esto es que el Padre me ama, porque yo entrego mi alma” a favor de las ovejas. (Juan 10:10-17) El apóstol Pablo escribe: “Porque ustedes conocen la bondad inmerecida de nuestro Señor Jesucristo, que aunque era rico se hizo pobre por causa de ustedes, para que se hicieran ricos por medio de su pobreza.” “Se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, cuando se halló en forma de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento. Por esta misma razón Dios también le exaltó a un puesto superior y bondadosamente le dió el nombre que está por encima de todo otro nombre.” (2 Cor. 8:9; Fili. 2:7-9) ¡Qué pastor! Él es aquel a quien todos respetamos y seguimos gozosamente. Al Pastor, que también es el Cordero, lo aman intensamente todos los que son ovejas de Dios. ¡Qué bendición es para nosotros saber estas cosas maravillosas!
10. ¿Qué posición ocupa ahora el Cordero de Dios?
10 Él ahora es Rey de reyes, el verdadero Rey Pastor, el Cordero en el trono, el “amado” de Jehová y el Cordero degollado: “Y oí la voz de muchos ángeles . . . diciendo en voz alta: ‘El Cordero que fué degollado es digno de recibir el poder y las riquezas y la sabiduría y la fortaleza y el honor y la gloria y la bendición.’” (Apo. 5:11, 12) Por hacer la voluntad de su Padre y ser obediente y semejante a oveja, él tiene estos grandes honores. El Cordero de Dios que fué degollado y levantado de la muerte ahora es el gran Rey y el Gobernante más poderoso bajo el Soberano Supremo, Jehová.
11. (a) ¿Por qué no se le da a un hombre asalariado el trabajo de pastorear? (b) Muestre el cuidado que David les dió a las ovejas de su padre.
11 ¿Quiere usted ser un subpastor verdadero y fiel y también una oveja obediente? Si usted quiere serlo, entonces tiene que seguir al Líder, Cristo Jesús. Pues, siga considerando la manera en que él procedió, para que su constancia, humildad y valor le sirvan de ejemplo a usted. Él dijo: “El hombre asalariado, que no es pastor y a quien las ovejas no pertenecen como suyas propias, ve al lobo venir y abandona las ovejas y huye—y el lobo las agarra y las dispersa—porque él es un hombre asalariado y no cuida las ovejas.” (Juan 10:2, 13) En la antigüedad las ovejas se dejaban preferiblemente al cuidado de los hijos o de las hijas, y no a los asalariados. Por ejemplo, David cuidaba las ovejas de su padre y en una ocasión informó en cuanto a su asignación, diciendo: “Su siervo llegó a ser pastor de su padre entre el rebaño, y vino un león, y también un oso, y [cada uno] se llevó una oveja del hato. Y fuí tras él y lo herí y desde su boca hice el rescate. Cuando comenzó a levantarse contra mí, lo agarré de la barba y lo herí y le di muerte.” (1 Sam. 17:34, 35) David era un verdadero pastor. Su interés principal era proteger a las ovejas. El Señor Jesucristo hizo exactamente eso para el rebaño de su Padre celestial, poniendo en peligro y finalmente dando su propia vida por el rebaño.
12, 13. Explique, con ejemplos, cómo el Pastor Propio protegió a sus ovejas.
12 Él los protegió de los falsos líderes de su día. A continuación se presentan dos ejemplos a propósito. Uno, registrado por el apóstol Mateo, fué la ocasión en que los fariseos y escribas trataron de perjudicar a los discípulos de Jesús con una campaña difamadora al criticarlos por violar las tradiciones. Le preguntaron a Jesús: “¿Por qué es que sus discípulos traspasan la tradición de los hombres de los tiempos de antes? Por ejemplo, no se lavan las manos cuando se disponen a comer una comida.” Observe cómo cuidaba a sus ovejas y les daba protección. En respuesta él dijo: “¿Por qué es que ustedes también traspasan el mandamiento de Dios a causa de su tradición?” Además los reprendió citando textos de Isaías. Estos religiosos falsos supieron que estaban siendo repelidos en su ataque, pues los discípulos vinieron a él y dijeron: “¿Sabe usted que los fariseos tropezaron al oír lo que usted dijo?” Sí, el Pastor Propio se mantenía alerta en su puesto, cuidando los intereses de las ovejas.—Mat. 15:1-4, 12.
13 La otra ocasión fué cuando él estuvo en el jardín de Getsemaní, en su última noche con los de su manada pequeña. Había estado orando a favor de ellos, y ahora su propio discípulo Judas procedía a traicionarlo allí en el jardín. “Judas llevó a la banda de soldados y a los oficiales de los sacerdotes principales y de los fariseos y llegó allí con antorchas y lámparas y armas. Por lo tanto, Jesús, sabiendo todas las cosas que le sobrevenían, salió y les dijo: ‘¿A quién buscan?’ Ellos le contestaron: ‘A Jesús el nazareno.’. . . Por lo tanto él les preguntó otra vez: ‘¿A quién buscan?’ Ellos dijeron: ‘A Jesús el nazareno.’ Jesús respondió: ‘Les dije que yo soy él. Por lo tanto, si es a mí a quien buscan, dejen ir a éstos’; a fin de que se cumpliese la palabra que él dijo: ‘De los que me has dado no he perdido ni uno solo.’” (Juan 18:3-9) Aquí observamos al Pastor Propio en acción protegiendo a las ovejas. Aun en esta ocasión mostró que pensaba más en ellas que en él mismo cuando dijo: ‘Llévenme a mí, pero dejen libres a éstos.’ Él vino para entregar su vida por las ovejas, y la entregó. Ninguna de ellas se perdió.
14. Para cuidar de los asuntos de su Padre, ¿qué papeles desempeñó?
14 Precisamente, ¿por qué dijo eso él? Primero, tenemos que entender que él no estuvo en la tierra para efectuar negocios privados, sino como el gran agente y embajador de Jehová. No obstante, él es la clave de todos los asuntos mundiales, pues lo que él dice y hace afecta a toda persona viviente y a toda autoridad y poder. Él puede preservar la vida, él puede destruir. Él es el mismísimo fundamento del nuevo mundo. No obstante, la voluntad de Jehová era el principio y el fin de todo para él. Fué completamente obediente. Dijo: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió. Esta es la voluntad del que me envió, que no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el último día. Porque ésta es la voluntad de mi Padre.”—Juan 6:38-40.
15. ¿Qué ejemplo perfecto da el Pastor Propio a todos los otros pastores?
15 El Pastor verdadero no perdió ninguna de las ovejas de su Padre: “Cuando yo estaba con ellos yo los vigilaba por respeto a tu propio nombre que me has dado a mí, y los he guardado, y ninguno de ellos es destruído aparte del hijo de destrucción, de modo que la escritura se ha cumplido.” (Juan 17:12) ¡Una hoja de servicios perfecta! Aunque nosotros no podemos alcanzar la perfección ciertamente podemos acercarnos mucho a ésta, si seguimos su ejemplo. Él se interesaba constantemente en hacer una sola cosa, a saber, “la voluntad de aquel que me envió.” (Juan 4:34) Observe que él también se hallaba bajo instrucciones de cuidar, conducir y alimentar a las ovejas. No debería perder ni una sola. El entender esta relación muy íntima entre el Padre y el Hijo debe hacer que nuestro corazón se desborde de gratitud. Jesús sirve a Jehová con amor y con temor. “En los días de su carne Cristo ofreció súplicas y también peticiones al que podía salvarlo de la muerte, con fuertes clamores y lágrimas, y fué oído favorablemente por causa de su temor piadoso.”—Heb. 5:7.
16. ¿Desempeñó su trabajo el Pastor Propio en el temor de Jehová?
16 En la hora de su más grande prueba, hallándose solo, sin que nadie en la tierra le ayudase, él oró: “Padre, si quieres, aparta esta copa de mí. No obstante, que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya.” (Luc. 22:42) Otra vez él dijo: “Más bien estén en temor de aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el Gehena.” (Mat. 10:28) Él vivió en el temor de Jehová Dios, reconociendo su responsabilidad para con las ovejas. ¡Piense usted! ¿Estamos nosotros impresionados al mismo grado, igual de ansiosos de rendir buenas cuentas de nuestro trabajo como pastores con las ovejas de Dios a nuestro cuidado? Él es el ejemplo perfecto. ¿Deseamos nosotros, ante toda otra cosa, la aprobación de Jehová? ¿Estamos poniendo la custodia del rebaño de Dios por encima de todo otro interés hoy día?
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Pastoreando el rebaño de DiosLa Atalaya 1958 | 15 de agosto
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Pastoreando el rebaño de Dios
1. ¿Qué instrucción da el apóstol Pedro a los superintendentes de la congregación?
EL APÓSTOL Pedro dió instrucciones: “Por lo tanto, a los hombres de mayor edad entre ustedes les doy esta exhortación, . . . Pastoreen la grey de Dios bajo su custodia, no por fuerza, sino voluntariamente, tampoco por amor de ganancia deshonrosa, sino con anhelo, ni como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose dechados de la grey. Y cuando haya sido manifestado el pastor principal, ustedes recibirán la corona inmarcesible de gloria.” (1 Ped. 5:1-4) Penetren estas palabras profundamente en su mente; repáselas vez tras vez hasta que las haya hecho suyas, porque esta exhortación dada por el apóstol tiene que ser obedecida por todo pastor en la organización de Dios. De otra manera será descalificado y desaprobado.
2. ¿A quién pertenecen las ovejas? Explique.
2 Los hermanos dedicados son el rebaño de Dios. Ellos son su herencia. Se confía un gran depósito a los pastores que reciben la custodia del rebaño de Dios. Estas ovejas han sido redimidas por la sangre preciosa del Cordero de Dios, su Hijo unigénito; de modo que son una posesión comprada, un tesoro cuyo dueño es Jehová. Las ovejas no son propiedad del subpastor, sino que las coloca en su custodia el Pastor Principal. Por lo tanto hay que cuidarlas como algo que se hace a Jehová mismo. Todos los que han sido nombrados como pastores (o superintendentes) sobre cualquier parte del rebaño tienen que darse cuenta de la tremenda responsabilidad que tienen ante Jehová Dios y Cristo Jesús. Recuerden cómo Jehová mismo se encargó de sus propias ovejas, alimentándolas, conduciéndolas, protegiéndolas, soportándolas con paciencia a todo tiempo. También, tengan ustedes siempre presente cómo nuestro Señor Jesús cuidó las ovejas de su Padre, no perdiendo ninguna de ellas y sirviendo continuamente en el temor de Dios, aunque servía en amor y por amor.
3. ¿Cómo tienen que tratar a las ovejas los pastores?
3 Las ovejas tienen que ser tratadas
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