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Por qué Jehová vacía la tierraLa Atalaya 1958 | 1 de enero
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se enferme y tenga náuseas y para limpiarse y purificarse y librarse de la causa que la enferma “la tierra vomitará a sus habitantes.”—Núm. 35:33.
12. ¿Qué le sucedería a Israel si copiase a los cananeos, y cómo fué protegido Israel?
12 “Las malas asociaciones,” la Biblia dice, “corrompen las costumbres provechosas.” El asociarse con los cananeos corrompería a los israelitas. Por eso Jehová mandó a Israel que permaneciera separado, que no se contaminara con la sucia adoración sexual de los cananeos. Para purificar la tierra los cananeos habían de ser expulsados, e Israel sería protegido por medio de mantenerse separado. Dios dió a Israel su ley para mantener limpia a la nación para que la tierra no vomitara a Israel también: “Ahora ustedes tienen que guardar todos mis estatutos y todos mis fallos judiciales y hacerlos, para que la tierra a que los estoy trayendo para que vivan en ella no los vomite. Y no deben andar según los estatutos de las naciones a quienes estoy enviando de delante de ustedes, porque ellas han hecho todas estas cosas y yo las aborrezco.”—1 Cor. 15:33; Lev. 20:22, 23.
LA TIERRA VOMITA A ISRAEL
13, 14. ¿Qué hizo el reino de diez tribus de Israel, y en qué resultó?
13 Pero los israelitas no expulsaron a los cananeos, ni se adhirieron a la ley de Dios ni se mantuvieron separados de estas naciones lujuriosas. Los israelitas anduvieron según los estatutos de los paganos y confraternizaron con ellos, ¡y cuán corrompido se hizo Israel debido a estas malas asociaciones! Escuche cuán degradado se hizo el reino de diez tribus de Israel: “Mi pueblo a sus leños consulta y su bastón le hace revelación; pues el espíritu de fornicación le descarría y se entrega a la lujuria, abandonando a su Dios. Sobre las cimas de los montes ofrecen sacrificio y sobre las colinas queman incienso, bajo la encina, el álamo y el terebinto, porque es grata su sombra. Por eso se prostituyen vuestras hijas y vuestras nueras cometen adulterio. No castigaré a vuestras hijas porque se prostituyan ni a vuestras nueras porque cometan adulterio, por cuanto ellos mismos se apartan con las rameras y con las hieródulas [prostitutas del templo, Mo] ofrecen sacrificio; y el pueblo, que no entiende, se prepara la ruina.”—Ose. 4:12-14, BC.
14 Todo esto le preparó la ruina a los israelitas, que no entendieron: “Siguieron erigiéndose pilares sagrados y palos sagrados sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondoso; y allí en todos los lugares altos continuaron produciendo humo sacrificatorio de la misma manera que las naciones a quienes Jehová había desterrado a causa de ellos y continuaron haciendo cosas malas para ofender a Jehová. Y continuaron sirviendo a ídolos excrementosos, concerniente a los cuales Jehová les había dicho: ‘No deben hacer esto’; y continuaron abandonando todos los mandamientos de Jehová su Dios y procedieron a hacerse estatuas fundidas, dos becerros, y a hacer un palo sagrado, y se pusieron a postrarse ante todo el ejército de los cielos y a servir a Baal; y continuaron haciendo que sus hijos y sus hijas pasaran por el fuego y practicando la adivinación y buscando augurios, y continuaron vendiéndose para hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, para ofenderlo; por lo tanto Jehová se encolerizó contra Israel, de modo que los quitó de su vista.” ¿Cómo hizo esto Jehová? “Israel se fué de su propio suelo desterrado a Asiria.” De esta manera vomitó la tierra al reino de diez tribus de Israel.—2 Rey. 17:10-12, 16-18, 23.
15, 16. ¿Qué muestra el registro histórico en cuanto al comportamiento del reino de dos tribus de Judá?
15 Esta expulsión de Israel de la tierra debería haber servido de advertencia al reino de dos tribus de Judá que se hallaba al sur, pero no efectuó ninguna corrección. Isaías censuró la zambullida apóstata de Judá en las sucias orgías sexuales religiosas: “¿No sois vosotros, hijos apóstatas, simiente de mentira? Vosotros, los que ardéis en lujuria junto a los grandes árboles, bajo todo árbol frondoso, los que sacrificáis a los niños en las torrenteras, en medio de las oquedades de las rocas. En las piedras lisas del torrente está tu heredad, ellas son tu suerte; también a ellas has derramado libaciones y ofrecido oblaciones; ¿me voy yo a calmar con eso? En alta y encumbrada montaña has puesto tu lecho, también allá subiste para ofrecer sacrificios. Y tras la puerta y la jamba colocaste tu signo distintivo [fálico, UTA]; pues, prescindiendo de mí, te descubriste y subiste a tu lecho, lo ensanchaste y te contrataste [retribución] de aquellos de cuya cohabitación gustaste; contemplaste el estandarte [falo, UTA].” Isa. 57:4-8, BC.
16 Existe una tradición que dice que Isaías fué aserrado en pedazos sanguinariamente por el inicuo rey Manasés, y que fué este acto vil el que impulsó la expresión de Pablo: “fueron aserrados en pedazos.” Como quiera que sea eso, las palabras supracitadas de Isaías le vienen perfectamente al reinado inicuo de Manasés. Él edificó los lugares altos, erigió altares a Baal, usó mediums espiritistas y pronosticadores profesionales de acontecimientos, colocó altares para adorar las estrellas en los atrios del templo de Jehová y hasta puso en el templo una de las imágenes de la Ashera, e hizo de su propio hijo un sacrificio llameante a Moloc. Manasés sedujo a Judá “a hacer lo que era malo más que las naciones a las que Jehová había aniquilado.” Jehová dijo: “Él ha obrado más inicuamente que todo lo que hicieron los amorreos que fueron antes que él y él procedió a hacer que hasta Judá pecara con los ídolos excrementosos de él.”—Heb. 11:37; 2 Rey. 21:9, 11.
17. ¿Qué dijo Jehová acerca de lo que le acontecería a Judá, y qué sucedió?
17 La tierra fué contaminada por sus habitantes, aun más que cuando la dominaban los cananeos. ¿Practicaría favoritismo Jehová y mostraría acepción de personas? “Aquí estoy trayendo una calamidad sobre Jerusalén y Judá,” dijo Jehová, “de la cual si alguien oye ambos oídos le retiñirán.” Con una ilustración sencilla continúa Jehová: “Yo simplemente limpiaré a Jerusalén justamente como uno limpia el tazón sin asa, limpiándolo y volviéndolo boca abajo. Y en verdad abandonaré al resto de mi posesión y los entregaré en mano de sus enemigos, y ellos simplemente llegarán a ser presa y despojo para todos sus enemigos, por razón de que hicieron lo que era malo a mis ojos y continuamente estuvieron ofendiéndome.” Los babilonios invadieron la tierra, la conquistaron, y la vaciaron de habitantes así como se vacía un plato de su contenido cuando se vuelve boca abajo. Cuando la nación de Israel entró en la tierra se le dijo que los cananeos estaban siendo desalojados a causa de su depravación religiosa, y se le advirtió a Israel que si copiaba a estos religiosos inmorales, sanguinarios, la tierra volvería a estar corrompida y contaminada y asqueada y vomitaría a Israel para limpiarse. Los israelitas pasaron por alto la advertencia; fueron vomitados.—2 Rey. 21:12-15.
18. ¿Cómo predijo Isaías la desolación de la tierra y mostró que Dios no haría acepción de personas?
18 Isaías predijo esta acción de vaciar de habitantes la tierra, cuando dijo: “He aquí que Jehová vaciará la tierra, y la dejará desierta, y cual vaso, la volverá boca abajo, y dispersará sus habitantes. Y sucederá que como al pueblo, así le irá al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, así a su señora; como al comprador, así al vendedor; como al prestador, así al que toma prestado; como al acreedor, así al deudor. La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno. Por tanto la maldición ha devorado la tierra; y los que habitan en ella son culpables: por tanto son abrasados los habitantes de la tierra, y pocos hombres son dejados en ella.” No se mostró acepción de personas. No se hicieron excepciones a causa de posición religiosa o financiera o social. Personas de toda clase compartieron la culpa por la contaminación de la tierra, y personas de toda clase sufrieron por esta culpa. Habían violado las leyes de Dios y habían violado los estatutos que se les dió para protegerlos. Habían quebrantado el pacto de la ley dado por medio de Moisés, pacto que había de estar en vigor hasta tiempo indefinido, tiempo encubierto, hasta que, bajo protección, los hubiera guardado hasta el tiempo de la llegada del Mesías. Pero ahora el no haberlo guardado quiso decir que serían quitados de la tierra, llevados cautivos a Babilonia.—Isa. 24:1, 2, 5, 6, Mod.
19. ¿Cómo nos sirve esto de advertencia a nosotros?
19 Jehová no creó la tierra para que la contaminaran personas inicuas. Había de reflejar la alabanza de Él; las plantas y animales vivientes en ella habían de hacerlo, y ciertamente las criaturas humanas especialmente privilegiadas con su superior capacidad intelectual habían de ser una alabanza para su Creador. Si no alaban a Dios ellas mismas, e impiden que otros lo alaben, y aun contaminan la tierra hasta que queda demasiado manchada para reflejar brillantemente la alabanza de su Hacedor, entonces hay que desalojar a esas personas. Jehová no hace acepción de personas. Desalojó a los cananeos. Desalojó a los israelitas. Desalojará a los contaminadores de la tierra hoy en día. Estos antiguos sucesos ‘que fueron escritos de antemano fueron escritos para nuestra instrucción,’ y “estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos y se escribieron como una amonestación para nosotros a quienes los fines cabales de los sistemas de cosas han llegado.” Jehová no titubea en sus principios, ni se desvía de sus propósitos: “Yo, Jehová, no cambio.” Hemos recibido la advertencia procedente de Dios en cuanto a contaminar la tierra, así como los israelitas recibieron la suya. Obedezcamos la nuestra, sacando provecho de lo que les pasó a ellos por no prestar atención a la advertencia que recibieron.—Rom. 15:4; 1Cor.10:11; Mal. 3:6, Mod.
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Resulta para su propio mal el consejo de un clérigoLa Atalaya 1958 | 1 de enero
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Resulta para su propio mal el consejo de un clérigo
●Hay un refrán que aconseja al que tiene un figurado tejado de vidrio que no tire piedras al de su vecino. En un pueblecillo del país de Panamá cada vez que los misioneros de la Sociedad Watch Tówer entraban para predicar se les recibía con amenazas de que los iban a apedrear. Vino el día en que por fin la gente convirtió en realidad su amenaza, pero en vez de apedrear a los testigos de Jehová dieron rienda suelta a su ira apedreando al sacerdote y obligándolo a abandonar el pueblo como resultado de una disputa sobre los fondos que se habían recogido para celebrar una fiesta. Un señor le dijo a un misionero de la Watch Tówer: “A él le dimos lo que él siempre quería que les diéramos a ustedes.” El pueblecillo ha sido excomulgado, las puertas de la iglesia están cerradas. Pero ahora a los testigos de Jehová se les recibe con gusto allí. A causa de esto se le está abriendo a la gente de la vecindad una puerta de oportunidad que siempre antes le había estado cerrada, a saber, la oportunidad de aprender acerca de la Biblia y entenderla. Los vecinos expresan grandes deseos de averiguar lo que realmente es el cristianismo verdadero.
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