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  • Jehová nuestro Dios... justo y recto
    La Atalaya 1976 | 15 de octubre
    • Jehová nuestro Dios... justo y recto

      “Dios de fidelidad, . . . justo y recto es él.”—Deu. 32:4.

      1, 2. (a) ¿Qué descripción suministra la Biblia de Jehová como Juez? (b) ¿Cómo podríamos responder a esto, y por qué?

      TOCANTE a Jehová Dios, un salmista hebreo cantó hace mucho tiempo: “Él es amador de justicia y derecho.” Y en otro salmo leemos: “Bien sé, oh Jehová, que tus decisiones judiciales son justicia.” Aunque esas expresiones se hicieron hace muchos siglos, ¿no le parecen agradables? ¿No es satisfaciente y tranquilizador pensar que el Creador, la autoridad final del universo, es “amador de justicia y derecho”?—Sal. 33:5; 119:75.

      2 Sin duda una razón por la cual se suscita en nosotros esta respuesta es que contra todos nosotros se han cometido algunas formas de injusticia y negación de lo recto. Es posible que, debido a sus antecedentes nacionales, raciales o sociales, a usted se le haya tratado injustamente. O quizás en la escuela, en su empleo o en el vecindario se le haya tratado con falta de equidad. ¡Y con cuánta frecuencia se oye de trato injusto por parte de alguien que está en autoridad!

      3, 4. ¿Qué contraste vemos entre esto y lo que acostumbran muchos jueces humanos, y a qué preguntas lleva esto?

      3 Jesús se daba cuenta de cómo se siente la gente cuando se le trata de esa manera, como se hace patente por la descripción que dio en una de sus ilustraciones. Él habló acerca de un juez que evidentemente había sido nombrado por los romanos. ¿Cómo era aquel juez? En vez de ser una persona a la cual uno pudiera acudir con la confianza de recibir trato imparcial, era “injusto.” De hecho, la descripción que se dio del juez fue la de uno que finalmente le concedió justicia a una viuda judía solo porque ella siguió importunándolo.—Luc. 18:1-6.

      4 ¿Qué pensaría usted de un juez como ése? Es un hombre que debería rendir fallos justos, pero vacila en hacerlo. ¡Qué refrescante contraste hay en el Juez al que se describe con verdad como “amador de justicia y derecho”! Pero considere: Aunque eso es lo que el salmista dijo acerca de Jehová, ¿está usted convencido de que Él sea así? Usted quizás sepa que algunas personas afirman que Dios no es justo ni recto. ¿Ha afirmado eso alguien ante usted? ¿Afecta eso el punto de vista suyo acerca de Dios? ¿Podría usted dar razones convincentes por las cuales concordar con el salmista?

      5. ¿Qué aspectos de la justicia y rectitud de Dios han sido considerados con preocupación por algunas personas?

      5 Además, hay personas que se interesan en la Palabra y los propósitos de Dios, pero a quienes perturban preguntas que ensombrecen con duda su confianza en la justicia y rectitud de Jehová. Por ejemplo, quizás se pregunten cómo tendrá toda la gente la oportunidad de oír y aceptar o rechazar el mensaje del Reino en el corto tiempo que queda antes de que la “grande tribulación” le ponga fin a este inicuo sistema de cosas. (Mat. 24:21) Otra cosa que preocupa a algunos es si ciertos parientes, hombres viles de tiempos modernos y otros individuos serán levantados de entre los muertos en el Nuevo Orden o no. O puede haber dudas en cuanto a qué privilegios otorgará Dios en el Nuevo Orden, en particular respecto al matrimonio y asuntos de familia. Con relación a esos asuntos, ¿se encuentra usted perturbado, o confía en que Jehová hará lo que sea justo y recto?

      6. ¿Qué significa ser “justo” y “recto”?

      6 ¿Qué significa ser justo y recto? Sin envolvernos en definiciones demasiado largas, legalistas, se puede decir esto: Una persona que es “justa” es la que está haciendo lo que es correcto y moral. Es virtuosa, libre de culpa. Relacionado con esto, una persona “recta” es la que, de manera imparcial, administra lo que es correcto y equitativo. Ciertamente, entonces, hay mucho significado detrás de esta descripción de Jehová: “Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.”—Deu. 32:4.

      CONSIDERE EL TESTIMONIO

      7. ¿Un examen de qué testimonio es apropiado?

      7 Un famoso abogado dijo en una ocasión: “No hay tal cosa como justicia... ni dentro ni fuera del tribunal.” Su experiencia en la profesión jurídica, combinada con el testimonio de otros, lo llevó a ese punto de vista. Aunque eso puede ser cierto, generalmente, en este mundo, ¿qué ha demostrado la “experiencia” con relación a Jehová? Consideremos alguna evidencia, el testimonio de personas que han tenido tratos personales con Él.

      8, 9. (a) ¿Cómo se vio envuelto Abrahán en un asunto judicial divino? (b) ¿Cómo respondió a la situación?

      8 Aun antes de que se empezara a escribir la Biblia, hombres de fe se expresaron respecto a la justicia y rectitud de Dios. Abrahán es un caso a propósito. Por mandato de Dios había salido de la ciudad mesopotámica de Ur y llegó a ser residente migratorio en la tierra de Canaán. (Gén. 12:1-5; Heb. 11:8) Su sobrino Lot se puso a residir cerca de la ciudad de Sodoma. Más tarde un ángel que representaba a Jehová visitó a Abrahán. El ángel dijo que iba a efectuar una inspección judicial de Sodoma y Gomorra debido al clamor que había por los pecados de los habitantes. (Gén. 18:20, 21) Note que el ángel no dijo que ya se hubiera determinado alguna acción judicial definitiva. Más bien, iba a “ver si obran del todo conforme al clamor” y la queja. ¿Cómo respondió Abrahán a esta información?

      9 Interesándose en la posibilidad de que se perdonara la vida a los habitantes de Sodoma, incluso a Lot, con oración Abrahán inquirió qué pudiera acontecer. El registro que se encuentra en Génesis 18:23-25 cita estas palabras de Abrahán: “¿Verdaderamente barrerás al justo con el inicuo? Supongamos que haya cincuenta hombres justos en medio de la ciudad. ¿Los barrerás, pues, y no perdonarás al lugar por causa de los cincuenta justos que están en él? ¡Es inconcebible de ti que estés obrando de esta manera para hacer morir al justo con el inicuo de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?” Entonces, tratando de determinar qué número mínimo de justos en la ciudad permitiría que fuera perdonada, Abrahán preguntó: ¿Qué pasaría si hay cuarenta y cinco, o cuarenta, o treinta, o veinte, o siquiera diez justos?—Gén. 18:26-33.

      10, 11. ¿Creía Abrahán que Jehová fuera a hacer lo incorrecto?

      10 Abrahán no sabía, como sabemos ahora, que ni siquiera había ese número de habitantes “justos” en el sentido de que estuvieran tratando de hacer lo que era moral, virtuoso y recto. Pero cuando Abrahán dijo: “¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?” ¿quiso decir que ponía seriamente en tela de juicio la justicia de Dios y temía que Él fuera a obrar injustamente?

      11 De ninguna manera. Al contrario, la evidencia señala que, en vista de lo que Abrahán sabía acerca de la personalidad de Jehová, él simplemente no podía imaginarse que el Creador fuera a destruir a los inicuos y a los justos. Para Abrahán, aquello era “inconcebible”; era incomprensible. Lo que Abrahán conocía de Dios no le permitía pensar tal cosa. Como el apóstol Pablo indica en el capítulo 11 de Hebreos, Abrahán sabía que Jehová es “remunerador de los que le buscan encarecidamente.” Él confiaba en que Dios no trataría a los que quieren hacer lo que es correcto de la misma manera que a los inicuos. Pero ¿cómo podía saber eso?

      12. ¿Por qué podía desplegar confianza Abrahán en cuanto a los tratos de Jehová?

      12 Entre otras cosas, Abrahán sabía lo que Jehová había hecho en el caso de Abrahán mismo. Obrando con fe, Abrahán había obedecido el mandato de salir de Ur. ¿Había pasado por alto Dios aquello? No, había bendecido y prosperado a Abrahán. (Gén. 12:16; 13:2) En Egipto Jehová había protegido a la esposa de Abrahán de ser violada por Faraón. (Gén. 12:17-20) Más tarde, con ayuda de Dios, Abrahán había podido vencer a cuatro reyes que habían ‘secuestrado’ a su sobrino Lot. (Gén. 14:14-20) Sí, el conocía a Dios por experiencia.

      13. ¿Cómo entrarían en el cuadro los tratos anteriores de Dios?

      13 Sin embargo, Abrahán tenía más razones que aquéllas para creer que Jehová era justo y recto. Hubo los tratos de Dios con personas que vivieron antes del tiempo de Abrahán. Por ejemplo, antes del diluvio, Noé el antepasado de Abrahán vivió con su familia en medio de un mundo de personas ‘cuya inclinación de los pensamientos de su corazón era solamente mala todo el tiempo.’ (Gén. 6:5-7, 11, 12) Cuando Dios le puso fin a aquel mundo violento, ¿qué le sucedió a Noé, un hombre que “resultó exento de tacha entre sus contemporáneos”? (Gén. 6:9, 13) ¿Barrió Dios al justo Noé y su familia y los exterminó con los inicuos? ¡Ciertamente que no, y Abrahán lo sabía!—2 Ped. 2:5.

      14. ¿A qué conclusión llevaría esta evidencia?

      14 Por eso cuando Abrahán se vio ante esta situación sobre la cual aparentemente no se había hecho una determinación, en cuanto a si Dios trataría de la misma manera tanto a los justos como a los inicuos que estaban en Sodoma, tenía mucho por lo cual guiar su pensamiento. ¿Tuvo razón al concluir que era “inconcebible” que el justo Juez tratara por igual a ambas clases de personas? ¡Ciertamente que sí! Sodoma y las ciudades circunvecinas fueron destruidas. Pero Jehová se encargó de que el “justo Lot” tuviera oportunidad de escapar junto con su familia.—2 Ped. 2:7, 8; Gén. 19:21-29.

      15. ¿Por qué nos interesa esto?

      15 Ahora bien, ¿qué hay si usted se viera ante una pregunta acerca de cómo Dios se encargaría de una situación futura que tuviera que ver con vida o muerte para justos e inicuos? Usted conoce los tratos de Dios con Noé así como todos sus tratos con Abrahán. Usted puede ver que Dios hizo lo que era justo y recto. ¿Afectaría eso su comprensión de qué esperar de Dios en esta situación todavía futura? ¿Pasaría usted por alto el testimonio en la Biblia, o le permitiría usted que moldeara correctamente su modo de pensar?

      SE NECESITA MODESTIA

      16, 17. ¿Por qué necesitamos modestia en este asunto?

      16 Al saber por el relato bíblico lo completamente depravados que eran los habitantes pervertidos de Sodoma y Gomorra, podemos entender por qué subió un clamor debido a los pecados de aquella gente. Y podemos concordar en que Dios estaba actuando con justicia y derecho al ponerles fin. (Gén. 19:4-11; Rom. 1:26-28, 32) Pero ¿qué hay si hubiera alguien que no estuviera al tanto de todos los hechos, y quizás pensara que aquellos habitantes eran personas normales y aparentemente inocentes? Entonces, si se le dijera que Dios había destruido aquellas ciudades con fuego y azufre, podría llegar a una conclusión apresurada e incorrecta acerca del Creador.

      17 Esto debe poner de relieve el hecho de que necesitamos modestia con relación a sacar conclusiones acerca de cómo Dios trata con personas o situaciones. Proverbios 11:2 dice que “la sabiduría está con los modestos,” y eso ciertamente es verdad en este asunto. ¿Sería cosa sabia el que un simple individuo humano que probablemente no estuviera al tanto de hechos esenciales acerca de algunos de los tratos de Dios en el pasado se estableciera como juez y jurado y luego procediera a condenar al “Juez de toda la tierra”? Otro proverbio declara: “Cuando alguien está respondiendo a un asunto antes de oírlo, eso es tontedad de su parte y una humillación.” (Pro. 18:13) ¿No sería ése el caso si una persona que solo supiera unos detalles, y especialmente no supiera los hechos y principios más importantes que estuvieran envueltos en una cuestión, llegara a la conclusión de que “el Juez de toda la tierra” había obrado injustamente?

      18. ¿Qué desenvolvimientos llevaron a que Job sufriera desgracias severas?

      18 Se podría usar el relato bíblico que tiene que ver con Job como ilustración adicional de esto. Sin que lo supieran Job y sus tres compañeros que más tarde le dieron consejo, Satanás desafió a Jehová tocante a la integridad de Job. Jehová confiaba en la lealtad amorosa de Job, y por eso permitió que Satanás le causara una sucesión de desgracias a Job. Job se vio privado de sus posesiones. Los que atendían sus rebaños y hatos fueron muertos por invasores. Sus hijos e hijas murieron en una tempestad insólita. Luego Job se vio herido por severas enfermedades físicas, y hasta su esposa lo vituperó. (Job 1:6-19; 2:1-9) ¿Cómo responderían Job y otros a esta situación? ¿Cómo habría respondido usted? ¿Qué habría concluido usted acerca de Dios?

      19. ¿Cómo respondió Job en aquella situación? Pero ¿qué hay de sus tres compañeros?

      19 Job, aunque resuelto a ser leal a Dios, no entendía por qué sufría. En defensa de su propia justicia dio a entender que Dios tenía el derecho de afligir tanto a los justos como a los inicuos. (Job 32:2; 10:7; 16:17; 23:11; 33:8-12) Por supuesto, ahora sabemos que en esto Job ‘hablaba sin conocimiento,’ porque era Satanás, no Jehová, quien lo estaba afligiendo. (Job 34:35) ¿Qué posición adoptaron los compañeros de Job? Inmodesta y neciamente también contestaron sin conocimiento de los hechos. Imputaron a Dios el no interesarse en la integridad del hombre. (Job 4:17-19; 15:15, 16) También, de hecho, condenaron a los hijos de Job pronunciándolos pecaminosos y afirmaron que Jehová los había matado. (Job 8:3, 4, 20) Sí, la Biblia dice correctamente que el efecto de los argumentos de los compañeros de Job fue “pronunciar inicuo a Dios.”—Job 32:3.

      20. (a) ¿Cómo debería afectar este ejemplo la manera en que respondemos a ciertos relatos bíblicos? (b) ¿Cómo deberíamos responder?

      20 Hoy, podemos estudiar el relato completo, y no tenemos dificultad alguna en ver lo equivocados que estuvieron aquellos compañeros en sus puntos de vista en cuanto a la manera en que Dios trató con la situación. Pero ¿qué hay de otros relatos bíblicos acerca de los cuales quizás no tengamos tanta información? Por ejemplo, cuando leemos en la Biblia que Jehová o personas bajo su dirección ejecutaron a individuos, ciudades o naciones inicuos, ¿vamos a copiar a los compañeros de Job y proceder a “pronunciar inicuo a Dios”? (Deu. 9:1-5) ¡Cuánto más prudente y más modesto sería concluir que, aunque no estemos enterados de todos los hechos o cuestiones envueltos, lo que haya acontecido debe haber estado en consistencia con el hecho de que Jehová es “amador de justicia y derecho”! (Deu. 7:2, 23-26; Lev. 18:21-27) De eso estaba convencido Eliú, un joven que corrigió a Job y sus compañeros. Eliú proclamó: “¡Lejos sea del Dios verdadero el obrar inicuamente, y del Todopoderoso el obrar injustamente! Sí, de hecho, Dios mismo no obra inicuamente, y el Todopoderoso mismo no pervierte el juicio.”—Job 34:10, 12.

      JUSTO Y RECTO PARA TODOS

      21, 22. ¿De qué manera significativa difieren la justicia y rectitud de Jehová de la manera en que actúan muchos miembros de la humanidad?

      21 ¿Hasta qué grado sumo son abarcadoras la justicia y la rectitud de Jehová? ¿Se puede esperar que apliquen por igual a todas las personas y a todo tiempo? Bien podemos interesarnos en esto, porque cuando las criaturas humanas tienen autoridad o un puesto encumbrado, la manera en que se trata a uno depende muchas veces de “quién sea uno.” Si un individuo rico, importante, hace lo malo, otros quizás finjan con disimulo que no lo han visto, y quizás se le perdone o reciba un castigo leve, mientras que una persona pobre o insignificante tiene más probabilidad de ser castigada con severidad. ¿No ha observado usted eso? Pero ¿qué hay de Jehová?

      22 Los comentarios de Eliú nos dan la respuesta. Note que Eliú, al describir a Jehová, no limitó sus observaciones a los tratos de Dios con Job. Hizo esta declaración sumamente abarcadora: “Dios mismo no obra inicuamente, y el Todopoderoso mismo no pervierte el juicio.” Entonces Eliú agregó que Jehová “no ha mostrado parcialidad a príncipes y no ha dado más consideración al noble que al de condición humilde, porque todos ellos son la obra de sus manos.”—Job 34:19.

      23. ¿Cómo saca a relucir este hecho la ley mosaica?

      23 Se puede ver apoyo para esto en un aspecto de la ley que Jehová dio a los israelitas. Al hacer la provisión de que jueces humanos trataran con los problemas y la posible mala conducta de individuos, Jehová mandó a los jueces: “No deben ser parciales en el juicio. Deben oír al pequeño lo mismo que al grande.” (Deu. 1:17; 16:18-20) ¿Se requería eso simplemente para evitar que hubiera causa de desasosiego? No, se esperaba porque de esa manera estos jueces reflejarían apropiadamente las características de su Dios. Leemos: “No es para el hombre que ustedes juzgan, sino que es para Jehová; y él está con ustedes en el asunto de juicio. . . . Porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia ni parcialidad ni aceptación de soborno.”—2 Cró. 19:6, 7; Éxo. 23:6, 7.

      24. ¿En qué, entonces, podemos confiar?

      24 ¿No es tranquilizador este testimonio respecto a la justicia y rectitud imparciales de Jehová, algo que nos da evidencia de cómo Él tratará con nosotros? También debemos ver esto como una indicación de que hasta con relación a asuntos que todavía son futuros podemos estar seguros de que Él obrará en armonía con las normas que ha establecido y seguido en el pasado.

      NUESTRO SENTIDO DE JUSTICIA Y RECTITUD

      25. Nuestro propio “sentido” interno ¿qué testimonio da acerca de Jehová?

      25 Otro aspecto que se puede considerar tocante a la justicia y rectitud de Dios envuelve un sentido interno que tenemos. La Biblia dice que el hombre fue hecho a la imagen de Dios. (Gén. 1:27) Eso no significa Su forma corporal, porque Él es espíritu y nosotros somos carne. Más bien, como muestra Colosenses 3:10, esta “imagen” envuelve personalidad o cualidades. Dios creó a Adán con cualidades que Él mismo tiene, entre ellas amor, rectitud, justicia y sabiduría. Aunque somos imperfectos y estamos muy alejados del Adán perfecto, la mayoría de la humanidad refleja a cierto grado estas cualidades que son reflejo de Dios, así como la humanidad en toda la Tierra manifiesta un grado de conciencia o sentido moral. (Rom. 2:14, 15) Siendo así las cosas, nuestro propio sentido de rectitud y justicia debe ser razón para que confiemos en que Dios tiene y manifiesta estas cualidades, pero de un modo muy superior a nosotras las criaturas humanas.

      26, 27. ¿Cómo se puede ilustrar esto con la enseñanza acerca de un infierno de fuego?

      26 Como ilustración de cómo responde este “sentido,” considere cómo responden muchas personas —quizás cómo respondemos nosotros mismos, también— a la enseñanza de un infierno de fuego. Especialmente en el pasado, muchas iglesias han enseñado que las almas de los inicuos son atormentadas eternamente en el infierno. La Biblia no apoya tal idea, pues declara que los muertos están inconscientes y que la mayoría de los muertos todavía volverán a vivir por medio de una resurrección. (Ecl. 9:5, 10; Eze. 18:4; Juan 5:28, 29; 11:11-14) Pero hasta sin saber lo que dice la Biblia, a muchas personas les repugna la doctrina de un infierno de fuego. No pueden aceptarla ni aunque su propia iglesia la enseñe. De ninguna manera les entra. No pueden creer que un Dios de amor, derecho y justicia hubiera de tomar a una persona que hubiera sido mala durante, digamos, sesenta años, y la atormentara con sufrimiento atroz eternamente. Y a muchas personas les ha traído alivio el aprender que su sentido de rectitud y justicia está respaldado por la Palabra de Dios.

      27 El mismísimo hecho de que nosotros, individuos humanos, que solo reflejamos imperfectamente la “imagen” de Dios, tengamos el deseo apremiante de ver que se haga lo que es justo y recto, debe aumentar en nosotros la seguridad de que Jehová mismo se guía por esas cualidades.

      28. ¿Por qué es necesario que todavía ejerzamos precaución en cuanto a lo que nos parezca que es el proceder correcto?

      28 Por otra parte, el hecho de que reconocemos que somos imperfectos debe recomendar que vigilemos que este “sentido” no vaya a ser torcido de modo que nos lleve a conclusiones incorrectas. Si la imperfección hiciera que el sentido de lo que es justo y recto de alguien resultara exagerado, el caso pudiera asemejarse al del hombre que mira a través de un cristal de ventana ondulado. Sin importar lo claro que quiera ver lo que está al otro lado, la imagen que llega a sus ojos está afectada por el cristal imperfecto.

      29, 30. (a) ¿A qué conclusión han llegado algunos acerca de la salvación? (b) Sin embargo, ¿qué enseña la Biblia?

      29 El hecho de que una cosa similar pudiera suceder con relación a la manera en que vemos la justicia y rectitud de los tratos de Dios se puede reconocer al notar lo que algunas personas han llegado a creer. Impelidas por su propio sentido de compasión, justicia y derecho, y convencidas de que, si ellas piensan así, más aún tiene que pensar de seguro Dios del mismo modo, han enseñado la doctrina de salvación universal. Raciocinan que sería injusto el que Dios dejara que criaturas humanas imperfectas perecieran eternamente. De modo que llegan a la conclusión de que, con el sacrificio de Cristo como base, Dios perdonará a toda persona humana que ha vivido. ¡Sí, llegan hasta a decir que Dios perdonará aun a Satanás el Diablo!

      30 Aunque esa doctrina pudiera atraerse las emociones o sentimientos de algunos individuos, simplemente no armoniza con lo que Jehová mismo dice en su Palabra. La Biblia nos permite ver claramente el punto de vista de Él, que no está deformado por la imperfección humana. Así, de una persona que peca y blasfema contra el espíritu santo la Biblia dice: “No le será perdonado, no, ni en este sistema de cosas ni en el venidero.” (Mat. 12:32) También, el apóstol Pablo escribió lo siguiente a los cristianos hebreos: “Si practicamos el pecado voluntariosamente después de haber recibido el conocimiento exacto de la verdad, no queda ya sacrificio alguno por los pecados, sino que hay cierta horrenda expectativa de juicio.” (Heb. 10:26, 27) Sí, las Escrituras muestran claramente que algunos individuos de entre la humanidad no recibirán salvación eterna. Como lo expresó Jesús: “El que ejerce fe en el Hijo tiene vida eterna; el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.”—Juan 3:36; Rom. 2:7, 8.

      31. Además de nuestro propio “sentido,” ¿qué más es necesario y por qué?

      31 Por consiguiente, podemos comprender que hay que equilibrar y guiar el simple pensar humano basado en nuestro propio “sentido” de lo que es justicia y derecho con lo que Jehová mismo dice. ¡Cuán agradecidos podemos estar de que haya abundante testimonio y evidencia en apoyo de que Dios “es amador de justicia y derecho”! (Sal. 33:5) Y nuestro conocimiento de que el ejercicio de estas cualidades por él no puede ser deformado por la imperfección debe aumentar ese agradecimiento. De todas maneras, a todo tiempo y para con todas las personas, Él hace lo que es perfecto y lo que está en armonía con su abundante conocimiento, sabiduría y amor. Siempre podremos decir: “Bien sé, oh Jehová, que tus decisiones judiciales son justicia.”—Sal. 119:75; Rom. 11:33-36.

      32. ¿Qué asuntos, entonces, podemos considerar?

      32 El confiar en esto ciertamente debe influir en la manera en que pensamos sobre preguntas acerca de los tratos futuros de Dios, como en los asuntos ya mencionados sobre hasta qué grado se predicará el Reino, y lo que sucederá en cuanto a la resurrección y el matrimonio en el Nuevo Orden. En el siguiente artículo, pues, consideremos estos asuntos a la luz de la Biblia y con la plena seguridad de que nuestro Dios es justo y recto.

  • Espere con confianza en la justicia y rectitud de Dios
    La Atalaya 1976 | 15 de octubre
    • Espere con confianza en la justicia y rectitud de Dios

      1, 2. ¿Por qué pudiera ser que algunos conocidos no nos invitaran a participar en alguna actividad impropia?

      SUPÓNGASE que un grupo de personas de su empleo, de su escuela o de su vecindario decidieran ir a ver una película inmoral. Entonces alguien lo menciona a usted y se pregunta si usted querría ir con el grupo. ¿De qué manera cree que responderían a eso los que lo conocen a usted? ¿Responderían: ‘¡Qué va! Es inútil pedirle que venga. Esas cosas no le interesan; ésa no es su manera de ser’? Ciertamente ése debería ser el avalúo de dónde está el interés del cristiano y qué busca él.—2 Tim. 2:19.

      2 Sin embargo, ¿qué llevaría a estos conocidos a responder de esa manera? Por estar al tanto de los principios por los cuales lo veían regirse y por haber observado su manera de actuar en el pasado, podían estar seguros de cómo respondería usted en esta situación.

      3. ¿Qué base tenemos para estar seguros de que el proceder de Dios siempre será justo y recto?

      3 Si individuos humanos observadores podrían saber qué proceder seguiría un cristiano, ¡cuánto más podemos estar seguros nosotros del proceder que Jehová Dios emprenderá en ciertas situaciones! En Edén hubo quienes plantearon una cuestión moral en cuanto a la soberanía universal de Jehová y lo justo de su modo de tratar con la humanidad. Esa cuestión tiene que ser zanjada. Las páginas de la historia bíblica registran pasos progresivos en los tratos de Jehová a medida que ha avanzado hacia el zanjar finalmente esa cuestión. Y ese mismo registro nos suministra amplia razón para confiar en que Él siempre hará lo que es justo y recto. También, el registro nos asegura que el proceder que Jehová siga siempre será a favor del mejor resultado duradero para las personas humanas, así como justo y recto.

      4. ¿Se manifiesta una falta de justicia y rectitud en el hecho de que Jehová haya permitido que el género humano haya experimentado sufrimiento?

      4 El apóstol Pablo escribió: “Porque la creación [la humanidad que desciende de Adán y Eva] fue sujetada a futilidad [porque nace en pecado y va encaminada a la muerte], no de su propia voluntad [nosotros, los miembros de la humanidad, no podemos hacer nada en cuanto al hecho de que el pecado de Adán nos haya traído pecado e imperfección], sino por aquel [Dios] que la sujetó [al permitir que Adán produjera prole], sobre la base de la esperanza de que la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.” (Rom. 8:20, 21) Sí, el que Dios permitiera el nacimiento de individuos humanos, aunque hubieran de sufrir dolor y experimentar problemas en la vida, de ninguna manera fue injusto. Pues al debido tiempo Dios también colocó delante de ellos la oportunidad de tener vida perfecta en el paraíso para siempre.

      5. ¿Por qué disfrutamos hoy de un favor particular respecto a “la esclavitud a la corrupción” del género humano?

      5 Hoy nosotros disfrutamos de un favor particular, pues nos encontramos al umbral del nuevo orden de Dios en el cual la humanidad obediente “será libertada de la esclavitud a la corrupción.” El cumplimiento de la profecía bíblica demuestra que desde 1914 hemos estado en la “generación” que verá a Dios eliminar la iniquidad de la Tierra y establecer un paraíso por toda la Tierra. De modo que los testigos de Jehová están proclamando activamente las “buenas nuevas del reino,” que traerá a las criaturas humanas que sean leales a Jehová “la gloriosa libertad de los hijos de Dios.”—Mat. 24:3-14, 21, 34.

      PREDICANDO A TODOS LOS PUEBLOS... ¿CÓMO?

      6. ¿Qué preguntas podrían surgir respecto a las palabras de Jesús en Marcos 13:10?

      6 Jesús dijo: “En todas las naciones primero tienen que predicarse las buenas nuevas.” (Mar. 13:10) A pesar de los estrenuos esfuerzos de los testigos de Jehová, parece que todavía hay centenares de millones de personas que no han recibido un testimonio personal. Hasta en los países donde los Testigos están activos, hay personas a las que no se ha llegado. Y hay millones más que viven donde hay pocos Testigos si acaso hay algunos. ¿Puede llegar el mensaje vital del Reino a todas estas personas con el transcurso del tiempo? Si es así, ¿cómo? ¿Deberíamos ‘simplemente dejarle eso a Dios,’ o nos vemos envueltos en ello de alguna manera? ¿En qué consistirá el juicio de Dios?

      7. ¿Por qué podemos confiar en que Marcos 13:10 se cumplirá?

      7 Si la obra de predicar que hay que hacer fuese de los hombres, habría razón para que nos preocupáramos. La tarea parecería demasiado grande en vista de las barreras políticas que ahora retardan la obra de predicar en algunos países, así como del hecho de que la “explosión demográfica” resulta en que cada año haya nuevos millones de personas que no han oído el mensaje. Pero, felizmente, Aquel que ha de determinar hasta qué grado ha de darse el testimonio a las naciones no es ningún hombre ni grupo de hombres; ¡es Jehová Dios! Lo que él haga estará en completa armonía con lo que él es... un Dios sabio, recto, amoroso y compasivo. ¿Por qué podemos estar seguros de ello?

      8. ¿Cuál es el punto de vista de Jehová en cuanto a que criaturas humanas adquieran vida eterna?

      8 Jehová envió su Hijo a la Tierra como “rescate correspondiente por todos.” (1 Tim. 2:6; Juan 3:16) Dios nos asegura que no desea que nadie pierda su vida por desobediencia. Como dice 2 Pedro 3:9: “No es lento Jehová respecto a su promesa, . . . sino que es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido, sino desea que todos alcancen el arrepentimiento.” Porque “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad,” el Creador ha dado a los individuos tiempo para oír acerca de la salvación y para arrepentirse. (1 Tim. 2:4, Nácar-Colunga) El que Jehová haya hecho que sus Testigos hayan proclamado las “buenas nuevas” en más de 200 países e islas del mar es evidencia del interés que él se toma; Jehová quiere que los individuos se hagan obedientes y reciban la bendición de la vida eterna.—Rom. 6:23; Heb. 5:9; compare con Isaías 55:6, 7; Malaquías 3:7.

      9. (a) ¿Cómo es posible que la obra de predicar todavía pueda efectuarse en escala más vasta? (b) ¿Qué ejemplos confirman esto?

      9 El mayor grado o escala a que haya de efectuarse todavía la obra de testificar es cosa que simplemente no sabemos. No debemos pasar por alto el hecho de que Jehová es responsable de esta obra y está utilizando a ángeles en el cielo para superentenderla. (Rev. 14:6, 7) ¡Considere lo que aconteció en un solo día en el año 33 E.C.! (Hech. 2:37-42) O, en tiempos modernos, piense en lo que ha sucedido en la Unión Soviética. No hace muchos años pudiera haber parecido imposible el imaginarse que las “buenas nuevas” se predicarían por todo ese país comunista. Pero se están predicando ahora, hasta en la remota Siberia. En The Kremlin’s Human Dilemma, Maurice Hindus escribe lo siguiente acerca de los testigos de Jehová:

      “No hay manera de hacer que se detengan. Suprimidos en un lugar, asoman en otro, ya en la Rusia europea, ya en Siberia. . . . Parecen tan indestructibles como la policía soviética que está resuelta a barrerlos de la escena soviética.”—Pág. 304.

      Además, en muchos países los Salones del Reino se están llenando a un grado que asombra a los que participaban en la obra de predicar antes de a mediados de los años sesenta. Sí, Jehová está haciendo que Su mensaje se predique.

      10. Tocante a esta predicación, ¿en qué debemos concentrarnos nosotros?

      10 Puesto que se nos asegura que nuestro todopoderoso y justo Dios decidirá cuándo se habrá efectuado la predicación al grado que él se propone, podemos concentrarnos con singularidad de dirección mental en lo que nosotros tenemos que hacer. Él no nos ha dicho a nosotros que determinemos cuándo se haya efectuado suficiente predicación, sino que nos ha dicho que sigamos declarando las buenas nuevas. Hay vidas envueltas en la situación. ¡El comprender eso, junto con la conciencia de que Dios nos ha comisionado para predicar, debe impelernos a acción!

      11. (a) ¿Qué lección podemos aprender de las palabras de Jehová en Ezequiel 33:7-9? (b) Como Pablo, ¿en qué debemos pensar con relación a la predicación?

      11 Podemos aprender una lección de lo que Jehová Dios le dijo a Ezequiel en cuanto a la responsabilidad de éste tocante a una destrucción inminente:

      “Atalaya es lo que te he hecho a la casa de Israel, y de mi boca tienes que oír la palabra y darles advertencia de mí. Cuando yo diga a alguien inicuo: ‘¡Oh inicuo, tú positivamente morirás!’ pero tú realmente no te expreses para advertir al inicuo en cuanto a su camino, él mismo como inicuo morirá en su propio error, pero su sangre la reclamaré de tu propia mano. Pero en lo que respecta a ti, en caso de que tú realmente adviertas a alguien inicuo en cuanto a su camino para que él se vuelva de éste pero él realmente no se vuelva de su camino, él mismo morirá en su propio error, mientras que tú mismo ciertamente librarás tu propia alma.”—Eze. 33:7-9.

      Jehová dijo esas palabras antes de la destrucción de Jerusalén en 607 a. de la E.C. Pero también tienen significado para los cristianos de hoy que tienen un mensaje que es tanto una advertencia como una invitación a la gente para que ‘se vuelvan de sus pecados y ejecuten derecho y justicia.’ (Eze. 33:14) En lo que debemos poner el pensamiento es en lo que lo puso el apóstol Pablo:

      “Pablo empezó a estar intensamente ocupado con la palabra, dando testimonio a los judíos para probar que Jesús es el Cristo. Mas como ellos siguieron oponiéndose y hablando injuriosamente, sacudió sus prendas de vestir y les dijo: ‘Esté la sangre de ustedes sobre sus propias cabezas. Yo estoy limpio.’”—Hech. 18:5, 6.

      Habiendo disponible tanta evidencia de que la conclusión de este sistema de cosas inicuo está cerca, nosotros también debemos estar ‘intensamente ocupados con la palabra, dando testimonio.’ Al proceder así, podemos estar ‘limpios de la sangre de todo hombre,’ y podemos esperar en Dios por la decisión en cuanto a cuándo la obra de predicar se habrá efectuado a satisfacción de él.—Hech. 20:26.

      ¿EN QUÉ CONSISTIRÁ SU JUICIO?

      12, 13. (a) ¿Hay razón para que nos preocupemos en cuanto a en qué consistirá el juicio de Jehová en la conclusión del sistema de cosas? (b) ¿Cómo confirma esto lo que leemos en Ezequiel 33:17?

      12 Se relaciona con la pregunta sobre a qué grado habrán de predicarse todavía las buenas nuevas del Reino cierta incertidumbre por parte de algunos en cuanto a en qué consistirá el juicio de Jehová en la conclusión del sistema de cosas. Tienen alguna preocupación en cuanto a si el juicio de Jehová ha de ser recto y justo o no.

      13 Pero, en realidad, ¿hay razón alguna para esa preocupación, en vista del hecho de que Jehová será responsable del resultado? Hace mucho el profeta Isaías escribió acerca de Jehová Dios: “¿Con quién consultó para que se le hiciera entender, o quién le instruye en la senda de justicia, o le enseña conocimiento, o le hace conocer el mismísimo camino del verdadero entendimiento?” (Isa. 40:14) ¿No es cierto que ninguna persona humana jamás ha tenido que enseñarle a Dios derecho y justicia? Cuando unos israelitas dijeron: “El camino de Jehová no está ajustado bien,” ¿en quién había falta? No en Jehová; la falta la cometían los hombres imperfectos con su punto de vista imperfecto de lo que era correcto. Como registró Ezequiel: “En cuanto a ellos, es el camino de ellos el que no está ajustado bien.” (Eze. 33:17) Podemos confiar con absoluta certeza en que el juicio de Jehová en la conclusión del sistema de cosas será justo, recto, amoroso y misericordioso.

      14. ¿Cuándo aplica la ilustración de las ovejas y las cabras?

      14 Una ilustración que Jesús dio suministra alguna información acerca de ese juicio. Los apóstoles le habían preguntado a Cristo qué sería ‘la señal de su presencia y de la conclusión del sistema de cosas.’ (Mat. 24:3) La parte final de su respuesta fue la parábola de las ovejas y las cabras. (Mat. 25:31-46) Esta ilustración aplica ahora, pues en 1914 E.C. Jesús comenzó su “presencia” en poder del Reino en el cielo; entonces ‘el Hijo del hombre llegó en su gloria y se sentó sobre su glorioso trono.’ (Mat. 25:31; Dan. 7:13, 14) También se encuentra confirmación de que aplica a este espacio de tiempo entre el principio de Su “presencia” y la destrucción del sistema de cosas en el hecho de que Jesús dijo que a sus hermanos espirituales, los que quedan de los 144.000, se les maltrata y se les pone en prisión; esto es algo que se les hace a ellos ahora, no algo que haya de ocurrir en el Nuevo Orden.—Rev. 12:17.

      15. ¿Por qué podemos llegar a la conclusión de que nos hallamos en un tiempo de juicio?

      15 En la ilustración, Jesús dijo que durante este espacio de tiempo “todas las naciones serán juntadas delante de él [como Rey entronizado], y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras.” (Mat. 25:32) Esto no es un simple manejo temporal de asuntos, sino que envuelve juicios decisivos que son dados por aquel a quien Jehová nombra para “juzgar a los vivos y a los muertos.” (2 Tim. 4:1; Juan 5:26, 27) Bueno, pues, ¿podemos llegar a la conclusión de que durante este tiempo la actitud y acciones de algunos individuos han de resultar en que merezcan destrucción eterna? Aunque haya quienes vacilen en llegar a tan firme conclusión, note lo que Jesús dijo acerca de los que ahora resultan ser “cabras”: “Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles.” (Mat. 25:41, 46; 2 Tes. 1:6-9) De modo que nos hallamos en un tiempo en que la vida eterna de esos individuos está en la balanza; es un tiempo de juicio.

      16, 17. (a) ¿Por qué no califican las criaturas humanas para rendir juicios con relación a las “cabras”? (b) ¿Qué debemos hacer acerca de tales asuntos?

      16 Sin embargo, observe que Jesús no dejó a criaturas humanas determinar quiénes son las “ovejas” y quiénes son las “cabras.” ¡Qué excelente es eso! Pues, si la responsabilidad de juzgar fuese de nosotros, individuos humanos, ¿cómo podríamos evaluar apropiadamente factores como: ¿Cuánta oportunidad de oír y aceptar las buenas nuevas tuvo alguien? ¿Fue afectada su respuesta por su fondo genético, o antecedentes de familia o religiosos? ¿Cuál es su condición de corazón?... ¿ama la justicia? Si es un niño o es retardado mental de nacimiento, ¿hasta qué punto está relacionada con el asunto la responsabilidad de familia o comunidad?—1 Cor. 7:14; Deu. 30:19.

      17 Sin lugar a dudas, ni siquiera uno de nosotros califica para pesar estos factores y principios vitales, ni quizás muchos otros. No podríamos llegar a juicios que fueran ‘perfectos, justos y rectos.’ (Deu. 32:4) Por consiguiente, ¿por qué debería alguien de entre nosotros envolverse innecesariamente en tratar de decidir quiénes sobrevivirán y quiénes no? Si decimos: ‘Me parece que estas personas en esta situación dada son “cabras” y perecerán eternamente, pero las que están en aquella otra categoría vivirán,’ ¿no nos estamos constituyendo en jueces nosotros mismos? (Sant. 4:12) En vez de tratar de decidir si cierta persona, familia o grupo de personas encaja en la descripción de las “cabras” o no, podemos quedar satisfechos con dejar el asunto en manos del “Juez de toda la tierra.”—Gén. 18:25.

      18. (a) ¿Aplica Dios meramente justicia estricta? (b) ¿Por qué podemos estar seguros de que sus juicios serán justos y rectos?

      18 Los juicios de Dios no son simplemente asunto de aplicar justicia estricta, insensible. Su misericordia, compasión y amor están envueltos en ellos. Como lo expresó el salmista David: “No ha hecho con nosotros aun conforme a nuestros pecados; ni conforme a nuestros errores ha traído sobre nosotros lo que merecemos.” (Sal. 103:10) En realidad el único salario que merecen las criaturas humanas pecaminosas, imperfectas, es la muerte. (Rom. 6:23) Sin embargo, en su misericordia y compasión Jehová se ha propuesto que el mensaje de salvación sea diseminado extensamente para que personas humanas adquieran vida. Él quiere que ellas la adquieran. (Eze. 33:11; Isa. 55:6, 7) Si la misericordia, el amor y la compasión de Dios se han desplegado tan consistentemente hasta este tiempo, y nos hemos beneficiado de ellos, ¿no podemos estar absolutamente seguros de que desempeñarán su parte, también, en el juicio en la conclusión del sistema de cosas? Sí, los sobrevivientes estarán absolutamente en lo correcto cuando proclamen: “Jehová Dios, el Todopoderoso, verdaderas y justas son tus decisiones judiciales.”—Rev. 16:5-7; 19:1, 2.

      RESURRECCIÓN... ¿DE QUIÉNES?

      19, 20. ¿Qué enseña la Biblia acerca de una resurrección futura?

      19 Hemos visto que hay buena razón para que confiemos en la rectitud y la justicia de Dios con relación a la predicación de las “buenas nuevas del reino” y su juicio en la conclusión del sistema de cosas. Tenemos igual razón para confianza respecto a lo que Jehová hará al resucitar a individuos.

      20 En su Palabra él nos asegura que “va a haber resurrección así de justos como de injustos.” (Hech. 24:15) El testimonio que dan las Escrituras dice que todos los que han muerto y han ido al Seol o Hades, el sepulcro común de la humanidad muerta, serán resucitados. (Rev. 20:13) Por consiguiente, en el Nuevo Orden millones y millones de individuos que han muerto en el pasado tendrán la oportunidad de seguir los caminos justos de Jehová y recibir vida eterna. Pero la Biblia también muestra que no toda persona será resucitada. Como hemos visto, esto se debería a que algunas personas han pecado contra el espíritu santo y Jehová las ha juzgado merecedoras de destrucción eterna, y las ha asignado al Gehena.—Mar. 3:28, 29; Heb. 6:4-6; Mat. 23:33.

      21. ¿Estamos en situación de saber quiénes serán levantados de entre los muertos? ¿Por qué?

      21 Hay quienes se han preguntado: ‘¿Será resucitado este cierto pariente mío? ¿O qué hay de este conocido, o este gobernante particular que persiguió a cristianos verdaderos?’ Preguntas como ésas pudieran suscitarse. Sin embargo, ¿está alguno de nosotros en situación de llegar a conclusiones definitivas? Si la Biblia misma no declara específicamente si cierta persona fue al Hades al morir o si fue asignada a la destrucción eterna, simplemente no podemos expresarnos dogmáticamente sobre precisamente qué acontecerá. No conocemos todos los hechos acerca de la vida del individuo de que se trata. Además, ¿podemos nosotros leer el corazón de tal persona? No, no podemos. Pero Jehová posee todos los hechos y puede leer los corazones. Leemos: “Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón, . . . aun para dar a cada uno conforme a sus caminos, conforme al fruto de sus tratos.” (Jer. 17:9, 10; 1 Sam. 16:7) Por consiguiente, en vez de tratar nosotros mismos de determinar quiénes serán resucitados y quiénes no, con buena razón podemos confiar en que Jehová y Jesús harán lo que es justo y recto.—Juan 5:30; Rom. 9:14.

      CONFIANZA EN LO QUE ÉL SUMINISTRA

      22. ¿Da la Biblia todos los detalles acerca de lo que Dios proveerá para los resucitados?

      22 La Biblia no suministra todos los detalles acerca de la resurrección. No dice, por ejemplo, con quiénes vivirán o dónde vivirán los resucitados. De modo que mostramos sabiduría al no teorizar sobre esos asuntos y quizás causarnos perturbación nosotros mismos y causar perturbación a otros. Más bien, con confianza en Dios, sencillamente podemos esperar y ver.

      23. (a) ¿Qué pregunta acerca de la resurrección le hicieron a Jesús unos líderes religiosos judíos? (b) ¿A quiénes aplica la respuesta de Jesús?

      23 Sin embargo, la Biblia comenta hasta cierto punto sobre la cuestión del matrimonio. En una ocasión unos líderes religiosos judíos, que no sabían nada acerca de una resurrección a la vida en el cielo, plantearon una pregunta acerca de una judía, que estaría bajo la ley mosaica, y que había tenido siete esposos. Preguntaron de quién sería esposa en la resurrección. Jesús contestó:

      “Los hijos de este sistema de cosas se casan y se dan en matrimonio, pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel sistema de cosas y la resurrección de entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio. De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección. Pero el que los muertos son levantados aun Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová ‘el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob.’ Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven.”—Luc. 20:34-38; Mat. 22:29-32.

      ¿Estaba hablando Jesús acerca de la resurrección celestial? No, Jesús no dejó sin contestar la pregunta de ellos acerca de la resurrección terrestre; la contestó. Habló de la resurrección a la vida en la Tierra, tal como la recibirán Abrahán, Isaac y Jacob. Esos fieles no recibirán inmortalidad, pero serán como los ángeles. ¿Por qué? Porque los ángeles son mortales, pero al permanecer leales a Jehová jamás morirán. Al recibir el galardón del derecho a la vida eterna, nadie más les puede quitar la vida sin autorización de Dios. ¡La vida sin fin en la Tierra es una bendición que solo Jehová puede proveer, y él la proveerá y la conservará!

      24. ¿Por qué se incluiría en la Biblia información sobre el efecto de la muerte en el vínculo matrimonial?

      24 Al dar aquella respuesta Jesús indicó que la muerte disuelve el vínculo matrimonial, un hecho que más tarde confirmó Pablo. (Rom. 7:3; 1 Cor. 7:39) Por eso, si el esposo de una mujer muere, ¿tendría que sentirse obligada ella a permanecer sin esposo o sin padre para sus hijos? No. Y ¿por qué sabemos eso? Porque Jehová bondadosamente incluyó esta información en la Biblia. Aunque él no estaba tratando de suministrarnos todos los detalles acerca de arreglos de familia en el Nuevo Orden, estaba ayudando así a eliminar un posible problema para los cristianos que todavía están en este sistema de cosas. El hecho de que él mostrara tal comprensión y compasión, ¿no aumenta nuestra confianza en que sean cuales sean los arreglos que Él haga para nosotros en el Nuevo Orden también reflejarán su amor, compasión y sabiduría?

      25. ¿Por qué servimos gustosamente a Jehová?

      25 Satanás afirmó que las criaturas humanas sirven a Jehová solo por lo que pueden sacar egoístamente de ello. Pero los cristianos verdaderos no están sirviendo a Dios principalmente por las bendiciones que reciben ahora o por lo que esperan recibir en el Nuevo Orden. Le están sirviendo por amor genuino y debido a su privilegio de santificar Su nombre, y gustosamente sirven a Jehová tanto ahora como eternamente debido a lo que él es. Es nuestro Creador a quien le agradecemos la vida. (Sal. 100:3-5) También es un Dios que merece nuestra adoración debido a sus mismísimas cualidades y caminos: “Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.”—Deu. 32:4.

      26. ¿Qué vista del futuro nos da el que conozcamos a Jehová y Jesús?

      26 Jehová jamás nos desilusionará. Sus actos justos nos impelerán a estar siempre agradecidos de que Él sea nuestro Dios. Y la gobernación milenaria por su Hijo, que “es el reflejo de su gloria y la representación exacta de su mismo ser,” se caracterizará por la misma justicia y rectitud. (Heb. 1:3) La Biblia describe su gobernación de esta manera: “De la abundancia del gobierno principesco y de la paz no habrá fin, sobre el trono de David y sobre su reino a fin de establecerlo firmemente y sustentarlo por medio del derecho y por medio de la justicia, desde ahora en adelante y hasta tiempo indefinido. El mismísimo celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” (Isa. 9:7; 11:2-5) Plenamente confiados, podemos esperar con anhelo esas bendiciones de Jehová Dios y su Hijo.

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