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Siguiendo tras mi propósito en la vidaLa Atalaya 1958 | 15 de febrero
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tiempo lo mismo que hoy. Cuando los otros llegaron hubo nueve de nosotros en el hogar. Había mucho trabajo que hacer; pronto se dieron a ver los resultados. Había una sola congregación (60 publicadores) en la sección que correspondía a Puerto de España cuando se abrió el hogar. Ahora hay cerca de 400 publicadores con siete congregaciones. Eso pronto se efectuó a través del territorio de la sucursal, y tantas como 3,500 personas asistían a las asambleas que se celebraban regularmente aquí y también en otras partes.
La sucursal está bien organizada y da evidencias de tener la bendición de Jehová. De los nueve misioneros originales algunos todavía están aquí; una misionera de ese grupo vino a ser mi esposa.
A todos ustedes, y me dirijo a ustedes como a hermanos menores míos, que ahora están pensando en complacer a Jehová, permítaseme decirles que es bueno acordarse de su Creador en su juventud. Sea precursor; permanezca precursor; jamás lo lamentará. Si se le invita a Galaad, vaya, y no se vuelva atrás. Persista. La persecución no debilita; fortalece a los de corazón puro que temen a Jehová. Recuerde, la sociedad del nuevo mundo es de Jehová, y él cumplirá su buen placer por medio de ella y la corregirá en todo cuanto no le guste. No hay por qué preocuparnos; nos es preciso crecer en cuanto a fe y aguante paciente, y como siervos dedicados exclusivamente a Jehová seguir siguiendo tras nuestro propósito en la vida. Si cumplimos con nuestra parte, podemos estar segurísimos de que Jehová cumplirá con la suya, siempre. Ahora trabajemos todos para tener éxito mediante la bondad inmerecida de él, continuando bajo su aprobación para la vindicación de su nombre y los privilegios interminables de que disfrutaremos en su nuevo mundo.
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Predicando a pesar de impedimentosLa Atalaya 1958 | 15 de febrero
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Predicando a pesar de impedimentos
●Un ministro regular de la congregación de los testigos de Jehová de Bell Gardens, California, está pasando por unas experiencias penosas. Hace unos cuatro años le dió poliomielitis en una forma grave. Después del ataque tuvo que pasar casi un año entero en un pulmón de hierro, y desde que se le permitió salir de éste ha pasado día y noche en una cama mecedora, y, con la ayuda de una máquina respiratoria, logra mantenerse vivo. Lo más importante es que está muy vivo espiritualmente. Está casado a una esposa fiel, que ayuda a criar de manera teocrática al hijito que tienen. El centro de servicio de esa comunidad está en el apartamiento pequeño de este hermano y él participa animadamente en el estudio de libro que se celebra allí. También toma su turno en pronunciar discursos de instrucción y de estudiante en la escuela del ministerio de su localidad por medio de grabarlos en cinta. A menudo se le asignan partes en la reunión de servicio y nunca dice que no se siente lo suficientemente bien o que el cumplir exigiría demasiado de él; más bien, graba su asignación en cinta y la envía al Salón del Reino a tiempo. En su servicio en el campo logra buenos resultados. Gracias a la cooperación de los hermanos tiene una lista de personas a quienes envía cartas (escritas por testigos serviciales) y así se da un testimonio excelente en que se les explica a estas personas acerca del reino de Jehová. No hay persona en la congregación que muestre mejor ánimo que este hermano, y él hace bastante en cuanto a edificar a muchos publicadores por los excelentes consejos que da. A medida que su cama se mece de un lado al otro de día y de noche y su máquina respiratoria funciona con su monótono sonido, ayudándolo a respirar, este hermano, en vez de simplemente yacer allí compadeciéndose de sí mismo, mantiene progresiva y animada su mente por medio de alimentarla diariamente de la verdad que Jehová suministra.
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