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  • Madurez un requisito cristiano
    La Atalaya 1963 | 15 de noviembre
    • pueden hacer incursiones cancerosas en el hombre espiritual, y reducir aun al cristiano plenamente desarrollado espiritualmente a la infancia espiritual. Bien puede hacerse la pregunta: ¿Cuáles son las evidencias de tener madurez o por lo menos de trabajar hacia tenerla?—1 Cor. 1:11; 3:21; 5:1; 3:1-3, 21; 4:1, 2.

      EVIDENCIAS DE MADUREZ—¿LAS TIENE USTED?

      7. ¿Qué cualidad madura desplegó Jesús por la cual su Padre lo ungió?

      7 Cristo Jesús fue la mismísima esencia de la madurez, al poseer todas las características de un Hijo maduro de Dios. No solo habló siempre la verdad, sino que demostró lealtad y verdad en sus acciones y hechos. (Rev. 3:7; Hech. 4:27) Él exhibió la siempre presente cualidad de justicia, según se registra en Hebreos 1:9, donde se declara: “Amaste la justicia, y odiaste el desafuero. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con el aceite de alborozo.”

      8. Considere características de Jesús que manifiestan al “varón hecho.”

      8 Él ciertamente poseyó las cualidades de la verdad, como se declaró además: “Estaba lleno de bondad inmerecida y verdad.” (Juan 1:14) Fue altruista en todo respecto porque jamás buscó su propia gloria sino que buscó la gloria de aquel que lo envió, y fue inequívocamente leal y no hubo pensamiento injusto en él. (Juan 7:18) Fue sin engaño ni falta, prescindiendo de lo que le sucediera o la acusación que se hiciera contra él. También fue inofensivo. (Isa. 53:9; 1 Ped. 2:22; Heb. 7:26) Fue plenamente obediente al Todopoderoso Dios en todo respecto, porque dijo que se complacía muchísimo en hacer la voluntad de su Padre. Fue el ejemplo perfecto de amor porque estuvo dispuesto a entregar su vida por sus amigos, como se declara en Juan 15:13, 14: “Nadie tiene mayor amor que éste: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que les mando.” Él ejecutó un acto de bondad inmerecida incomparable, por encima del de cualquier otra criatura que haya vivido. Pablo mencionó que, aunque él (Jesús) era rico, se hizo pobre por causa de usted para que usted pudiera hacerse rico por medio de la pobreza de él. (2 Cor. 8:9) Además de estas cualidades, exhibió paciencia, fortitud en el sufrimiento, compasión, benevolencia y fue abnegado.—Heb. 2:17; Isa. 53:7; 1 Tim. 1:16; Luc. 19:41; Mat. 4:23, 24.

      9. (a) ¿Qué proceder recomendó Salomón que sería provechoso para que siguiera tras él el cristiano? (b) ¿Qué preguntas podríamos hacernos nosotros mismos en este respecto? (c) ¿Qué amonestación dio Pablo para no descuidar un derrotero hacia adelante?

      9 El camino a la madurez es aclarado por el escritor bíblico Salomón, cuando muestra algunos requisitos y actitudes primarios para progresar hacia la madurez. Él aconseja: “Escuchen, oh hijos, a la disciplina de un padre y pongan atención, para que conozcan el entendimiento. . . . Guarda mis mandamientos y continúa viviendo. Adquiere sabiduría, adquiere entendimiento. No te olvides, y no te apartes de los dichos de mi boca. No la abandones y ella te guardará. Amala y ella te salvaguardará. La cosa principal es la sabiduría. Adquiere la sabiduría; y con todo lo que adquieras, adquiere el entendimiento. . . . y te exaltará. . . . Dará a tu cabeza una guirnalda de encanto.” (Pro. 4:1-9) Reconocemos inmediatamente en esas palabras la actitud emprendedora y progresiva hacia la madurez y lo que se necesita para obtener posesión de ella. Reduciéndolo a una base personal, podemos preguntarnos: ¿Estamos acrecentando diligentemente nuestro conocimiento de la Palabra de Dios, haciéndolo progresivamente? ¿Estamos adquiriendo conocimiento acertado, avanzando a la meta de ser hombres plenamente desarrollados? ¿Estamos poniendo atención a la amonestación de Pablo cuando advierte contra las debilidades resultantes si descuidamos un derrotero emprendedor? “A fin de que ya no seamos pequeñuelos, aventados como por olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza por medio de las tretas de los hombres, por medio de astucia en tramar el error.”—Efe. 4:13, 14.

      10. ¿Por qué le es tan valiosa la “nueva personalidad” al cristiano, y cómo podemos crecer?

      10 Es esta información nueva que adquirimos continuamente lo que activa nuestra mente y nos habilita a ponernos la “nueva personalidad,” que realmente es una creación de la voluntad de Dios, por medio de su Palabra. (Col. 3:10) Podemos discernir, por la expresión del apóstol Pablo, que es esencial la fuerza espiritual. Por lo tanto, nada debe disuadirnos del derrotero progresivo, estando atentos siempre a la meta de la madurez. Notamos cuán oportunas son las palabras de Pablo cuando declara: “Antes bien, hablando la verdad, por el amor crezcamos en todas las cosas.” Pablo en esta declaración está instando a los efesios a estimular el crecimiento y a dejar que su derrotero siempre sea hacia adelante.—Efe. 4:15.

      EXAMINÁNDONOS

      11. ¿Sobre qué preguntas podemos meditar en cuanto a nuestra espiritualidad?

      11 Muchas preguntas surgen en nuestra mente en cuanto a la espiritualidad. ¿Estamos yendo en pos de la meta de la madurez, que conduce a la vida eterna? ¿Nos excita constantemente el deseo sincero de mejorar nuestro ministerio? ¿Dominan los intereses del Reino nuestro modo de pensar y nuestra actividad? ¿Es productivo nuestro ministerio en el campo y estamos ayudando a otros a ser ministros productivos de Jehová Dios? ¿Podemos decir como dijo el apóstol Pablo en cuanto a personas a quienes él ayudó a discernir la verdad: “Ustedes mismos son nuestra carta, inscrita en nuestros corazones y conocida y siendo leída por toda la humanidad. . . . carta . . . no inscrita con tinta, sino con espíritu . . . en corazones [de carne]”?—2 Cor. 3:2, 3.

      12. (a) ¿Por qué es La Atalaya de tanto valor para los ministros cristianos y otros? (b) ¿Qué no debe descuidarse?

      12 ¿Qué hay de nuestro estudio personal? ¿Asignamos cierta cantidad de tiempo para abarcar adecuadamente todos los artículos de La Atalaya? ¿Pasamos por alto u omitimos alguna vez algunos artículos de este principal órgano de comunicación que Jehová Dios está usando hoy en día? ¿Reconocemos que las instrucciones dadas por medio de este conducto son tan vitales que nuestras mismísimas vidas dependen de que les pongamos atención?

      13. ¿Cómo podemos determinar si estamos alcanzando la madurez o no?

      13 Otra manera en que podemos probarnos a nosotros mismos si estamos aumentando o no nuestra madurez es si podemos hallar y lograr a fuerza de trabajo respuestas a los problemas. ¿Podemos raciocinar sobre principios y llegar a conclusiones correctas? Cuando se nos hacen preguntas, ¿podemos dar respuestas bíblicas a ellas? ¿Podemos resolver problemas de nosotros mismos y problemas conectados con nuestros deberes ministeriales? Si así es, estamos abarcados por el entendimiento apropiado de 1 Corintios 14:20: “No se hagan niñitos en facultades de entendimiento, antes sean pequeñuelos en cuanto a la maldad; sin embargo lleguen a estar plenamente desarrollados en poderes de entendimiento.”

      14. ¿Qué características debemos manifestar en nuestra relación con nuestros compañeros cristianos?

      14 ¿Somos pacientes y lentos para airarnos? ¿Estamos libres de queja acerca de nuestros compañeros cristianos? ¿Somos bondadosos para con algunos y no para con otros? ¿Son nuestras consideraciones acerca de otros o con otros edificantes, es decir, consideraciones con los de nuestras familias, miembros de la congregación, y recién interesados? ¿Somos de disposición buena, alegre? ¿No nos desanimamos rápidamente? Cuando hablamos a la gente en nuestro ministerio, ¿nos ofendemos fácilmente y somos lentos en cuanto a perdonar? ¿Ponemos atención a la exhortación del apóstol Pablo cuando declara: “Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes”? —Col. 3:13.

      15. (a) ¿Por qué es necesario que el cristiano vigile cuidadosamente su derrotero? (b) ¿Para alcanzar qué debe trabajar el ministro cristiano?

      15 ¿Sucumbimos fácilmente a las tentaciones, o podemos resistirlas? ¿Reconocemos que es aconsejable vigilar la senda de nuestros pies para no ser entrampados? Debemos tener presente que Satanás siempre está consciente de las debilidades de la carne y que siempre es un enemigo, que anda por todas partes para ver a quién puede devorar. El derrotero de la sabiduría está de acuerdo con Proverbios 4:14, 15: “No entres en la senda de los inicuos, y no andes directamente al camino de los malos. Evítalo, no pases cerca de él; apártate de él, y pasa de largo.” Se discierne rápidamente que la senda del cristiano maduro es recta, y el desviarse de ella puede resultar en consecuencias lamentables. Evite las tentaciones por medio de ejercer juicio bueno y fuerte, el de una mente madura. Cuando nos examinamos continuamente así (no a otros), podemos observar que cosa maravillosa es que el cristiano tenga madurez, la estatura de un hombre plenamente desarrollado.

  • Buscando madurez en la sociedad del nuevo mundo
    La Atalaya 1963 | 15 de noviembre
    • Buscando madurez en la sociedad del nuevo mundo

      “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, manejando la palabra de la verdad correctamente.”—2 Tim. 2:15.

      1, 2. (a) ¿Cuál debe ser el deseo del cristiano en la vida, y qué debe hacer para alcanzarlo? (b) ¿Qué está envuelto, y qué le resultará al individuo?

      BUSCAR significa la aplicación de esfuerzo para alcanzar una meta final. Por parte del ministro cristiano, el objeto es recibir la aprobación de Jehová, y no hay ninguna otra cosa que se compare a ello. Para asegurar el éxito en este respecto la Palabra de Dios nos invita a esto: “Haz lo sumo posible.” Naturalmente, el desarrollo a la madurez constituye la avenida que debe viajarse durante nuestra vida cristiana. Su valor en contraste con otras cosas en la vida fue vivamente descrito en las palabras de Pablo: “Sí considero en verdad también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor.” Deberíamos estimar igual de elevado el conseguir sabiduría y madurez en nuestro derrotero de la vida hoy en día.—Fili. 3:8.

      2 Mucho está envuelto. Estudio; sí, mucho estudio, lo cual requiere tiempo y esfuerzo mental. De hecho, se necesita más que estudio, porque el ministro cristiano maduro desea alcanzar la estatura del “varón hecho,” teniendo un entendimiento omnímodo para que pueda transmitir valiosa instrucción dadora de vida a otros. Mientras mayor sea el conocimiento que se posea, mayor será la fe así como la convicción y el gozo, y la responsabilidad.

      3. En un curso de estudio, ¿qué fuente de información debe ser suprimida?

      3 El estudio es trabajo, y así como el ejercicio y el trabajo físicos desarrollan el cuerpo, así la actividad de la mente ensancha las facultades mentales. La regularidad en la aplicación es lo más fructífero, siguiendo la rutina de la educación según el modelo de la escuela. Obviamente, el dedicar tiempo es esencial. En este plan de estudios la fuente del material es igualmente importante. Recuerde el consejo: “La sabiduría de este mundo es necedad para con Dios.” Después que Pablo había aconsejado que los cristianos deberían hacer todo lo posible para servir a Jehová, pasó a advertirles que evitaran las fuentes de información que violan lo que es justo con cosas de este viejo mundo: “Evita las vanas palabrerías que violan lo que es santo; porque avanzarán a más y más impiedad.” Esto es razón adecuada para suprimir tal información del derrotero específico y protegido de uno, porque el interés principal de uno tiene que ver con la fuente de la vida eterna y los requisitos para tal vida de modo que sea posible manejar “la palabra de la verdad correctamente.”—1 Cor. 3:19; 2 Tim. 2:15, 1616, 15.

      4. (a) ¿Qué clase de información obtenemos del estudio? (b) ¿Basta con el estudio solo?

      4 Durante un período de instrucción, el conocimiento y la sabiduría son edificados de manera algo comparable a cuando un estudiante preparatorio para el estudio de la medicina va a la universidad y aprende el arte de la medicina por medio de un curso de estudio completo establecido sobre una base metódica para progreso continuo. Hasta este punto la adquisición de conocimiento es de un patrón teórico, en gran manera de parte de libros y conferencias, y debe ser seguido de aplicación práctica antes de que el individuo llegue a ser médico o cirujano que ejerza. El solo terminar un curso no lo capacitaría en sí mismo a ser médico, porque la experiencia práctica todavía es esencial. Así sucede con el ministro de Jehová, puesto que por medio de Su palabra él invita a todos a ‘llegar a ser hacedores de la palabra, y no solamente oidores.’—Sant. 1:22.

      5. ¿Por qué el estudio solo no hará a un individuo un ministro?

      5 Aunque es cierto que el estudio y la preparación cuidadosos son deseables para adquirir buen material instructivo, el buen entrenamiento todavía es un requisito, así como el practicante no lleva a cabo una operación tan pronto como recibe su diploma. Más bien, él trabaja con un médico maduro durante un considerable espacio de tiempo para aprender a aplicar este conocimiento teórico que haya adquirido mediante el estudio más temprano. Así sucede con el ministro. Recibe entrenamiento por medio de acompañar a ministros maduros, y de esa manera progresa, a fin de poder llegar a ser un hacedor eficaz de la palabra. Pronto se desarrollará en su ministerio de puerta en puerta exactamente como lo hicieron los cristianos del primer siglo, y luego podrá continuar y llevar a cabo el siguiente aspecto del ministerio, visitando a las personas en sus hogares donde se ha hallado interés, y finalmente tendrá estudios bíblicos de casa.

      6. (a) ¿Cómo puede uno medir su propio progreso de madurez? (b) ¿Qué continuará haciendo el ministro maduro?

      6 En su búsqueda de madurez, el nuevo ministro debe tener buen equilibrio en su trabajo ministerial. Cuando tal desarrollo se ha obtenido, el individuo no se detiene en este punto, porque, a medida que madura al grado de poder ayudar a otros, gozosamente participará en el proceso de madurez de otros también. Estará alerta, entonces, examinando su habilidad de enseñar tocante a la nueva persona que está ayudando o entrenando, para estar seguro de que está poniendo el ejemplo apropiado y da consejo adecuado a la otra persona para que, a su vez, ella igualmente obtenga madurez. Produce satisfacción y gozo al corazón de uno cuando puede ayudar a otros y observar el amoldamiento del nuevo ministro como barro en la mano del alfarero. Entonces, cuando este ministro y maestro genuinamente maduro haya alcanzado ese punto, hará grandes esfuerzos por ayudar a los publicadores nuevos en el ministerio en el campo, en el estudio, en contestar preguntas bíblicas, y en toda otra manera que pueda que sea edificante. No hay nada tan recompensador y satisfactorio como observar el vínculo de amor que se desarrolla entre el que instruye y el que recibe tal ayuda. Es esta contigüidad estrecha de hermandad la que tiene marca de permanencia en ella.

      MADUREZ EN HOMBRES

      7. (a) ¿Qué tiene que decir la Biblia acerca de madurez? (b) ¿Cómo vigilará su conducta el “varón hecho”?

      7 La madurez cultivada en los hermanos o ministros cristianos es mencionada con

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