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  • “En los últimos días” ¿desde cuándo?
    La Atalaya 1981 | 15 de abril
    • “En los últimos días” ¿desde cuándo?

      “Ten presente que en los últimos días sobrevendrán momentos difíciles.”—2 Tim. 3:1, “Biblia de Jerusalén.”

      1, 2. (a) ¿Por qué es magnífico para nosotros el que estemos tan adentrados en “el tiempo del fin”? (b) ¿Qué dice la Biblia acerca de esto en 2 Pedro 3:13, 14?

      “LOS ÚLTIMOS DÍAS” ¿de qué? Puesto que se refiere a los últimos días de un viejo sistema de cosas poco satisfactorio, fallido y sin remedio, es excelente que hayamos llegado al “tiempo del fin” de él. (Dan. 12:4) Felizmente en lo que nos concierne a nosotros, el fin completo de la vieja organización de cosas no dejará nuestra Tierra convertida en un vacío espantoso, desocupado, desprovisto de vida. Abrirá campo para el comienzo de un nuevo sistema de cosas justo y pacífico que da promesa del mayor éxito. Por eso, para nosotros es magnífico que estemos tan adentrados en el “tiempo del fin.” En términos resplandecientes, la Biblia, el Libro inspirado que predijo el actual “tiempo del fin,” dice lo siguiente:

      2 “Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en éstos la justicia habrá de morar. Por eso, amados, ya que ustedes están esperando estas cosas, hagan lo sumo posible para ser hallados al fin por él inmaculados y sin tacha y en paz.”—2 Ped. 3:13, 14.

      3, 4. (a) ¿Dónde, cuándo y por qué habló el apóstol Pedro acerca de los “últimos días,” y a quiénes? (b) A manera de explicación, ¿qué profecía citó Pedro?

      3 Unos 30 años antes de escribir esas palabras, el apóstol cristiano Pedro habló acerca de los “últimos días.” La ocasión fue el día de la fiesta del Pentecostés (6 de Siván) del año 33 E.C. Habló en la ciudad de Jerusalén, pero no en el templo de Herodes que estaba situado en aquella ciudad. Habló en un barrio residencial donde, temprano, antes de las nueve de la mañana, unos 120 discípulos de Jesucristo, quien recientemente había sido colgado en un madero, se habían reunido en un aposento superior. De repente se cumplieron las expectativas de estos discípulos. El espíritu santo que Jesucristo había prometido derramar sobre ellos después que regresara al cielo cayó sobre ellos acompañado de una demostración visible. Los inspiró a hablar en lenguas extranjeras acerca de “las cosas magníficas de Dios.” (Hech. 2:1-11) Miles de judíos celebrantes se congregaron para presenciar aquel espectáculo y enterarse de qué se trataba. El apóstol Pedro recibió inspiración para hablarles, y en explicación dijo:

      4 “Esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel: “‘Y en los últimos días,” dice Dios, “derramaré algo de mi espíritu sobre toda clase de carne, y profetizarán sus hijos y sus hijas y sus jóvenes verán visiones y sus ancianos soñarán sueños; y aun sobre mis esclavos y sobre mis esclavas derramaré algo de mi espíritu en aquellos días, y profetizarán. Y daré portentos en el cielo arriba y señales en la tierra abajo, sangre y fuego y neblina de humo; el sol se tornará en oscuridad y la luna en sangre antes que llegue el grande e ilustre día de Jehová. Y todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo.”’”—Hech. 2:16-21.

      5. (a) Según Pedro, ¿cuándo habían empezado aquellos “últimos días”? (b) ¿Qué se puede decir en cuanto a si entonces Pedro estaba refiriéndose a los “últimos días” del viejo sistema de cosas mundial?

      5 ¿Cuándo había dicho Dios tal cosa? Centenares de años antes, en Joel 2:28-32. En hebreo la profecía empieza por decir: “Y después de eso tiene que ocurrir que derramaré mi espíritu sobre toda clase de carne,” etcétera. Inspirado por el espíritu de Dios, el apóstol Pedro localizó dónde en la corriente del tiempo aplicaba la expresión “después de eso,” al decir: “en los últimos días.” Por lo tanto, unos 850 años después que se había completado la profecía de Joel, aquellos “últimos días” habían empezado, y Pedro estaba viviendo en ellos. Pero ahora preguntamos: ¿estaba viviendo Pedro en los “últimos días” del entero sistema mundial de cosas? Hay escasa posibilidad de eso, ya que nosotros estamos aquí, viviendo más de 19 siglos después que se le dio muerte a Pedro como mártir cristiano. (Juan 21:18, 19; 2 Ped. 1:14) ¿Cómo puede razonarse siquiera bíblicamente que la expresión los “últimos días” aplica a todo este tiempo que ha transcurrido desde los días de Pedro hasta, e incluso, nuestros tiempos agitados, que todavía no han terminado? No se puede razonar así, a pesar de que Dios evidentemente ha estado derramando su espíritu sobre creyentes carnales o humanos de toda clase durante los pasados 19 siglos y los ha hecho hijos e hijas espirituales de Jehová Dios mediante Jesucristo.

      6. ¿Cuándo empezaron los “últimos días” en los cuales vivía Pedro?

      6 ¿Dicen las Escrituras que Pedro estuviera viviendo en los “últimos días” de algo allá en aquel tiempo? ¡Sí! Aquellos “últimos días” en particular empezaron cuando Jesús fue bautizado por Juan el Bautizante y fue ungido por el espíritu santo después que salió del agua. Así Jesús llegó a ser el Cristo, o el Ungido.—Hech. 10:37, 38.

      7. ¿Cómo indica Pablo, en Hebreos 1:1, 2, que aquellos “últimos días” empezaron cuando Jesús tenía 30 años de edad?

      7 Así, allá los “últimos días” empezaron en el otoño de 29 E.C., cuando Jesús de Nazaret era un adulto de 30 años de edad. (Luc. 3:21-23) Indicando el período de tiempo en que esto aconteció, el apóstol Pablo escribió a los cristianos hebreos (evidentemente en Jerusalén) y dijo: “Dios, que hace mucho habló en muchas ocasiones y de muchas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas, al fin de estos días [nótese cuándo] nos ha hablado a nosotros por medio de un Hijo, a quien nombró heredero de todas las cosas, y por quien hizo los sistemas de cosas.”—Heb. 1:1, 2.

      8. (a) ¿Qué dijo Juan el Bautizante que indicaba que los “últimos días” se habían acercado? (b) ¿Por qué era oportuna para los judíos la advertencia que Pedro dio en el Pentecostés?

      8 Sí, el tiempo resultó ser el “fin de estos días” del sistema de cosas judío, allá en el Oriente Medio. No extraña, pues, que Juan el Bautizante dijera a los saduceos y fariseos que vinieron a él para que los bautizara: “Prole de víboras, ¿quién les ha intimado huir de la ira venidera? Pues, produzcan fruto propio de arrepentimiento.” (Mat. 3:7, 8) Solo de esa manera podían ellos abrigar la esperanza de escapar del fuego de la dificultad destructora que, en 70 E.C., consumiría por completo a los miembros de su nación, a quienes se asemejaba a paja, en sentido figurativo. Por eso, en el día del Pentecostés de 33 E.C. el apóstol Pedro dijo a los judíos arrepentidos que se presentaron para ser bautizados en agua: “Sálvense de esta generación perversa.”—Hech. 2:37-40.

      LOS “ÚLTIMOS DÍAS” DEL PACTO DE LA LEY Y EL SISTEMA JUDÍOS

      9. El bautismo de Jesús y su unción con espíritu santo significaban los “últimos días” ¿para qué pacto, y por qué?

      9 Jesús nació bajo el pacto de la Ley judío para el cual Moisés sirvió de mediador. Cuando Jesús se bautizó y fue ungido con espíritu santo, llegó a ser el Mediador de un nuevo pacto que habría de hacerse con judíos o israelitas espirituales. El que hubiese un nuevo pacto significó que habían llegado los “últimos días” del pacto de la Ley judío y del sistema judío que giraban en torno al templo de Herodes allí en Jerusalén. Cuando Jesús ascendió al cielo como Mediador entre Dios y sus discípulos, el nuevo pacto quedó sellado con el valor de la sangre de su sacrificio humano perfecto. Se dio la prueba de esto en aquel maravilloso día del Pentecostés con el derramamiento del espíritu santo, que produjo israelitas espirituales con los cuales hacer el nuevo pacto. Al mismo tiempo esto borró, sí, canceló el viejo pacto de la Ley que se había hecho con el Israel carnal. (Efe. 2:15, 16; Col. 2:13, 14) Pero se prolongó el favor especial de Dios para con los judíos por tres años y medio más, hasta el otoño de 36 E.C. ¿Por qué?

      10. (a) ¿Por qué continuó temporalmente el favor de Jehová para con los judíos después del Pentecostés de 33 E.C.? (b) Sin embargo, ¿cuándo terminó el sistema judío en el Oriente Medio?

      10 Porque la profecía especificó que el favor particular de Dios para con el pueblo que estaba en relación de pacto con él continuaría por “setenta semanas de años,” y aquel período de 490 años terminó en 36 E.C., pues Jesucristo mismo fue martirizado a mediados de aquella septuagésima semana. (Dan. 9:24-27, Torres Amat) Pero Jerusalén y su templo no fueron destruidos en dicho año; tampoco fueron deportados de la provincia de Judea los judíos en dicho año. Cuando esto ocurrió en 70 E.C., entonces terminó el sistema judío de cosas en el Oriente Medio. Ese era el “fin” que Jesús tenía presente al dar a sus discípulos su profecía.

      11. (a) ¿Qué indica que Jesús tenía presente el “fin” de la Jerusalén terrestre cuando dio su profecía a sus discípulos en el monte de los Olivos? (b) ¿Estaba diciendo Jesús en aquella ocasión que los “tiempos señalados de las naciones” empezarían originalmente después de la destrucción de Jerusalén, la cual habría de acontecer 37 años después que Pedro pronunció su discurso en el Pentecostés?

      11 Pedro y Andrés, Santiago y Juan preguntaron a Jesús: “¿Cuándo serán estas cosas?” ¿Qué cosas? Cuando Jesús estaba en el templo haciendo una visita de inspección, había dicho: “¿Contemplan todas estas cosas? En verdad les digo: De ningún modo se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.” (Mat. 24:1-3; Mar. 13:1, 2; Luc. 21:5, 6) En la profecía que Jesús dio después en el monte de los Olivos, dijo: “Habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo; y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones.” (Luc. 21:23, 24) Jesús no estaba diciendo con esas palabras que los “tiempos señalados de las naciones” empezarían originalmente en 70 E.C. al ser destruida Jerusalén y al quedar despoblada toda Judea. Ese fin calamitoso del sistema de cosas judío en Jerusalén y alrededor de ella y su templo ocurrió 37 años después del discurso que Pedro pronunció en el día del Pentecostés, de modo que Pedro tuvo razón al decir que el derramamiento del espíritu de Dios estaba verificándose “en los últimos días”... del orden de cosas judío.

      12. Además de falsos Cristos y falsos profetas, ¿qué más habría de formar parte de la “señal” de que sus discípulos judíos vivían en los “últimos días”?

      12 En su profecía de Mateo 24:4-22 Jesús mostró que la “señal” indicativa de que sus discípulos judíos estaban viviendo en los “últimos días” del sistema de cosas judío abarcaría más que simplemente la venida de falsos Cristos y falsos profetas. Jesús agregó: “Van a oír de guerras e informes de guerras; vean que no se aterroricen. Porque estas cosas tienen que suceder, mas todavía no es el fin. Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son principio de dolores de aflicción.

      13. ¿Qué actividades humanas serían parte de la “señal”?

      13 “Entonces los entregarán a ustedes a tribulación y los matarán, y serán objetos de odio de parte de todas las naciones por causa de mi nombre. Entonces, también, a muchos se les hará tropezar y se traicionarán unos a otros y se odiarán unos a otros. Y muchos falsos profetas se levantarán y extraviarán a muchos; y por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte. Mas el que haya perseverado hasta el fin es el que será salvo. Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin [telos]. Por lo tanto, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo, (use discernimiento el lector,) entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas.”—Mat. 24:3-16.

      14. Según Pablo, hasta entonces, ¿cuál sería el caso respecto a los judíos?

      14 Hasta entonces, ¿qué? Escribiendo alrededor del año 50 E.C., el apóstol Pablo se refiere a los judíos y dice: “Siempre colman la medida de sus pecados. Pero al fin Su ira [la de Dios] ha venido sobre ellos.” (1 Tes. 2:16) Eso era lo que habría de esperarse en los “últimos días” del sistema de cosas judío allá en el Oriente Medio.

      15. ¿Dieron buen resultado o no los esfuerzos que los judíos hicieron por aplazar el “fin” de sus “últimos días”? ¿Por qué?

      15 Los judíos no cristianizados trataron de aplazar el fin de los “últimos días” de su sistema de cosas palestino. En 65 E.C. se sublevaron contra los romanos, que regían sobre ellos. Esto resultó en que hubiera un estado judío independiente que duró unos cinco años. Hasta se estamparon las monedas judías para marcar aquellos años de desesperación. Pero el fin (telos) llegó despiadadamente en 70 E.C. a manos de los romanos, quienes así salvaron las apariencias.

      16. (a) En 2 Timoteo 3:1–5, 12, ¿se refería Pablo a los “últimos días” para los judíos, el período del 29 al 70 E.C., o a algo diferente? ¿Por qué? (b) ¿Había la posibilidad de que hubiera otros “últimos días” en cumplimiento de la profecía de Pablo?

      16 Alrededor del año 65 E.C., durante su segundo y último encarcelamiento antes de su martirio, el apóstol Pablo escribió a su fiel compañero misional Timoteo. En 2 Timoteo 3:1-5, 12, Pablo le escribió acerca de las condiciones morales y religiosas que existirían durante lo que él llama los “últimos días.” Probablemente Timoteo continuó viviendo después de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C. Claro está, pues, que Pablo no estaba escribiendo a Timoteo acerca de los “últimos días” del sistema de cosas judío, el período de tiempo de 29 a 70 E.C. Pablo estaba escribiéndole acerca de un período de últimos días que llegaría después del tiempo de la destrucción de Jerusalén y que aplicaría en escala mayor a más que solamente el pueblo judío, es decir, a todas partes del mundo. Ciertamente la rebelión judía que ocurrió desde 65 hasta 70 E.C. no cumplió la predicción que Pablo hizo en 2 Timoteo 3:1-5. Cuando los cristianos vieron “la cosa repugnante,” el ejército asolador de Roma, “de pie en un lugar santo,” o en la vecindad del templo, lograron escapar de Jerusalén y de toda Judea, a Perea.

      ¿LA DURACIÓN DE QUÉ “ÚLTIMOS DÍAS”?

      17. Si se alega que los “últimos días” corresponden a toda la “era cristiana” hasta ahora, ¿qué significaría eso en cuanto a duración?

      17 Sin embargo, quizás algunos estudiantes de la Biblia aleguen que los “últimos días” abarcan la entera “era cristiana,” desde el día del Pentecostés, cuando Pedro citó Joel 2:28-32, hasta nuestra propia fecha (1981) y desde aquí hasta un tiempo futuro indefinido. Pues bien, ¿qué significaría eso? Lo siguiente: La llamada edad judía se extendió desde 1513 a. de la E.C., cuando se estableció el pacto de la Ley en el monte Sinaí, hasta 70 E.C. Ese fue un período de 1.582 años. En comparación con eso, ¿cuánto tiempo ha durado la llamada era cristiana si ésta se mide desde el Pentecostés de 33 E.C. cuando se derramó el espíritu santo y se estableció la primera congregación cristiana en la antigua Jerusalén? Ya ha durado 1.948 años. Esto significaría que los “últimos días,” si corrieran contemporáneamente con la era cristiana, duran cientos de años más que la anterior era judía. Extraño, ¿no le parece?

      18. Debido a que el espíritu santo se ha estado derramando durante toda la “era cristiana” a pesar de la gran apostasía, ¿qué alegan algunos respecto a la expresión los “últimos días”?

      18 Sin embargo, tal vez se arguya presentando una objeción a modo de pregunta, como sigue: ¿No había de ser durante los “últimos días” cuando se derramaría el espíritu santo, y no es cierto que, a pesar de la gran apostasía, éste ha seguido derramándose sin interrupción, desde el Pentecostés de 33 E.C. hasta ahora? ¿No ha habido en los últimos años algunos que afirman haber sido ungidos con espíritu santo, de modo que se sientan obligados a participar de los emblemas de la Cena del Señor? Lógicamente, pues, ¿no resulta esto en que los “últimas días” que se mencionan en Hechos 2:16-21 coincidan con la entera era cristiana, con este largo e ininterrumpido período de derramamiento del espíritu de unción?

      19. ¿A quiénes se dirigió originalmente Joel 2:28–32? ¿Se cumplió la profecía antes de que empezaran los “últimos días” del sistema de cosas de éstos en Palestina, o durante aquellos días?

      19 No obstante, tenemos que enfrentarnos al hecho de que el período del favor espiritual de Dios para con los judíos circuncisos terminó en 36 E.C., cuando los incircuncisos no judíos, es decir, los gentiles, empezaron a ser admitidos en la congregación de los discípulos de Cristo ungida por espíritu. Además, los días del sistema de cosas judío, cuando el templo estaba en Jerusalén, duraron aún más, hasta 70 E.C. La profecía de Joel 2:28-32, que el apóstol Pedro citó el día del Pentecostés, se dirigió originalmente a los judíos circuncisos, y la historia bíblica prueba que aconteció un derramamiento del espíritu de unción durante los “últimos días” del sistema de cosas judío en la Tierra Prometida de ellos, y no antes de aquellos “días.” Aquellos días ciertamente no eran los últimos días del Imperio Romano, la sexta potencia mundial de la historia bíblica. La séptima potencia mundial (el Imperio Británico con sus colonias norteamericanas) no sucedió a la sexta potencia mundial sino hasta 1763 E.C., en cumplimiento de lo que representa la séptima cabeza de la simbólica bestia salvaje de Revelación 13:1-3, la cual tenía siete cabezas y 10 cuernos.

      20. En la actualidad, ¿qué cuerpos políticos internacionales se hallan indisputablemente en sus “últimos días”?

      20 Hoy, es indiscutible el hecho de que el Imperio Británico y la Comunidad de Naciones Británica relacionada con éste, y su aliado, los Estados Unidos de América del Norte, están en sus “últimos días.” El arreglo internacional del cual estos cuerpos políticos son los firmes defensores, a saber, las Naciones Unidas con sus 152 miembros nacionales, también está en sus “últimos días.” Por lo tanto, ¡qué irrazonable es presentar el argumento de que el largo período abarcado por la era cristiana constituye los “últimos días” a los que se refiere la profecía de Joel!

      21. En cuanto a la profecía de Joel acerca del espíritu santo, ¿no deja ésta lugar para que haya un período parecido de “últimos días,” un duplicado?

      21 Basándose en los sucesos factuales, el apóstol Pedro aplicó la profecía de Joel a la parte final del sistema de cosas judío en el Oriente Medio. Pero Pedro no estaba diciendo, y Joel 2:28, 29 tampoco dice, que no habría ningún período de “últimos días” parecido, ningún duplicado, durante el cual el espíritu santo sería derramado de manera notable, de manera que correspondiera con el otro derramamiento.

      22. (a) ¿Se cumplieron todos los rasgos de la profecía de Joel 2:28–32 durante los “últimos días” del antiguo sistema judío? (b) ¿Se cumplieron entonces todas las partes de la pregunta compuesta que los discípulos plantearon a Jesús, o qué quedaba todavía por probarse?

      22 Además, lo que Joel predijo que sucedería con relación al derramamiento del espíritu santo, a saber, portentos celestiales, señales terrestres, sangre, fuego, neblina de humo, el oscurecimiento del Sol, el convertirse la Luna en sangre, nada de eso se llevó a cabo en los “últimos días” en los cuales vivió el apóstol Pedro. Por consiguiente, para que Jehová, el Inspirador de la profecía, quede probado veraz con relación a todo lo que predijo, es preciso que haya otro período de tiempo que se llame los “últimos días” para que se realicen todas las partes de su profecía. Aún hace falta presentar hechos históricos que contesten la pregunta que los cuatro apóstoles le plantearon a Jesucristo: “¿Qué será la señal de tu presencia [parousía] y de la conclusión del sistema de cosas?” (Mat. 24:3) La evidencia disponible hoy prueba que nosotros mismos estamos viviendo durante el cumplimiento moderno de los “últimos días.” Pero ¿desde cuándo, y por qué? Debemos dar nuestra sincera atención a esta pregunta en el siguiente artículo.

  • ¡Después de estos “últimos días,” el reino mesiánico de Dios!
    La Atalaya 1981 | 15 de abril
    • ¡Después de estos “últimos días,” el reino mesiánico de Dios!

      1. (a) ¿Qué exige la expresión “los últimos días” que haya respecto a esos días? (b) ¿Tuvieron fin los “últimos días” del sistema judío?

      DÍAS a los cuales se llame “los últimos días” deben tener un fin. En el caso de los judíos y su templo reconstruido en Jerusalén, aquellos días terminaron en el año 70 E.C. De no ser así, ¿por qué debería llamárseles “los últimos días”? Pero la historia indica que tuvieron un fin (telos). Al hablar de aquellos días finales del sistema de cosas judío, Jesús dijo: “Habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos serán acortados aquellos días.”—Mat. 24:21, 22; Mar. 13:19, 20.

      2. (a) ¿Quiénes fueron los “escogidos” por causa de quienes se acortó la “grande tribulación” que le sobrevino a Jerusalén? (b) ¿Qué punto de vista acerca del cumplimiento hace extravagantes las palabras proféticas de Jesús?

      2 Se informa que dentro de Jerusalén hubo 97.000 judíos que sobrevivieron al sitio y a la desolación de su santa ciudad y de su templo construido por el rey Herodes. Pero estos sobrevivientes no fueron los “escogidos” por causa de quienes se acortó aquella “grande tribulación.” Más bien, los “escogidos” fueron los cristianos, quienes, después que hubo sido levantado el primer sitio en 66 E.C., prontamente obedecieron el consejo de Jesús que se da en Mateo 24:16-20 y huyeron de la ciudad condenada a la destrucción a un lugar fuera de la provincia de Judea. Todo lo que aconteció en aquel tiempo fue bastante malo. Pero si las palabras de Jesús acerca de ello, que leemos en Mateo 24:21, 22 y en Marcos 13:19, 20 están limitadas a solo el fin (telos) de Jerusalén en 70 E.C., entonces el lenguaje que él empleó acerca de ello se hace extravagante. Esta ciertamente no fue la más grande ni la peor tribulación de toda la historia humana registrada.

      3. Las palabras de descripción que Jesús pronunció alcanzan sus debidas proporciones solo cuando vemos la destrucción de la antigua Jerusalén ¿desde qué punto de vista?

      3 Las palabras de comparación que Jesús pronunció no alcanzan sus debidas proporciones a menos que veamos la destrucción de Jerusalén como típica o como una vista por anticipado de una futura “grande tribulación” sin igual, la destrucción de la cristiandad, que afirma tener casi mil millones de miembros. La destrucción de ella da principio a la destrucción del entero imperio mundial de la religión falsa. Poco después vendrá la destrucción de todos los elementos mundanos que se han divorciado de aquel imperio mundial babilónico de la religión falsa, pero sin ponerse a favor del reino mesiánico de Dios. La cantidad de vidas humanas que serán destruidas durante esa “grande tribulación” excederá por mucho la cantidad total que fue destruida en el diluvio del día de Noé, es decir, en los años de 2370-2369 a. de la E.C.

      4. (a) ¿Durante qué período de tiempo habrían de ocurrir las “guerras e informes de guerras” acerca de los cuales Jesús profetizó? (b) ¿Qué indica el que se les llame “principio de dolores de aflicción”?

      4 En la profecía de Jesús en Mateo 24:4-22, las “guerras e informes de guerras” de que habló él estaban limitados a un período de tiempo en particular. En el caso del sistema de cosas judío, acerca del cual sus discípulos preguntaron originalmente, éste fue el período de los “últimos días” desde 29 hasta 70 E.C. Este período ciertamente fue marcado por “guerras e informes de guerras,” junto con hambres, pestes y terremotos. Sin duda los judíos sintieron algunos efectos de aquellos sucesos calamitosos. Pero Jesús dijo que aquellos sucesos serían solo un “principio de dolores de aflicción.” (Mat. 24:8) No serían los dolores de agonía finales.

      5. (a) ¿Culminaron en la “presencia” de Cristo y en la “conclusión del sistema de cosas” los sucesos angustiosos de entonces? (b) Además, ¿se llevó a cabo la predicación del Reino al grado que se había predicho, o no, y por qué?

      5 Aquellas cosas desastrosas llevaron al fin (telos) del sistema de cosas judío en Palestina. Pero, como podemos ver hoy día, no resultaron ser “la señal de [la] presencia [de Cristo] y de la conclusión del sistema de cosas,” cosas que los discípulos incluyeron en su conjunto de preguntas. (Mat. 24:3; Mar. 13:4) Además, durante los “últimos días” del sistema judío la predicación de “estas buenas nuevas del reino . . . en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones” necesariamente se realizó en escala limitada, debido al escaso número de predicadores del Reino, y esta predicación se llevó a cabo bajo persecución. (Mat. 24:9-14) Pero, por supuesto, el mundo entero era para ellos un campo abierto, porque la predicación del Reino no habría de limitarse tan solo a los judíos circuncisos. Después de la resurrección de Jesús de entre los muertos sus discípulos llegaron a estar bajo el mandato que él les dio de ir y ‘hacer discípulos de gente de todas las naciones.’ (Mat. 28:19, 20) Por lo tanto, la predicación del Reino por todo el globo terrestre tendría que ser para un tiempo que en aquel entonces estaba en el futuro, más allá de 70 E.C.

      6. (a) ¿Qué cosas se predijo que acontecerían después de la tribulación que les sobrevendría a los judíos entonces? (b) ¿Por qué no se unieron los “escogidos” a “todas las tribus de la tierra” en su lamento?

      6 Refiriéndose a la “grande tribulación” que le sobrevendría a Jerusalén en 70 E.C., Jesús pasó a hablar de cosas que habrían de acontecer “inmediatamente después de la tribulación de aquellos días.” (Mat. 24:29) Habría de aparecer “la señal del Hijo del hombre”; también, habría un lamento, no por parte de solo las 12 tribus dispersas de los judíos naturales, sino por parte de “todas las tribus de la tierra.” Además, habría de recogerse a todos “sus escogidos” hasta que el número de ellos quedara completo. Estos “escogidos” no se unirían a “todas las tribus de la tierra” en lamentarse debido a la inminente calamidad mundial. Más bien que lamentarse, se regocijarían debido al aparecimiento de la “señal del Hijo del hombre” en el cielo. (Mat. 24:30, 31) Se regocijarían ante la evidencia de que estaban viviendo en los “últimos días” del viejo sistema mundial. Desde aquel año de lamentos de 1914 E.C., el año en que la humanidad entró en su primera guerra mundial, tenemos esa evidencia en medida arrolladora.

      7. Después que terminen los “últimos días” del sistema de cosas mundial, ¿qué ha de esperarse, según el padrenuestro?

      7 Los “últimos días” de cualquier cosa tienen que ser seguidos por algo. ¿Qué vendrá después de los “últimos días” de este sistema de cosas mundial? Prescindiendo del estado en que los pronosticadores mundanos se imaginan que estará la Tierra después de una esperada tercera guerra mundial, los testigos de Jehová prevén el reino mesiánico de Dios, por el cual Jesús enseñó a sus discípulos a orar en el padrenuestro.—Mat. 6:9, 10.

      8. ¿Por qué siguen orando el padrenuestro los cristianos a pesar de lo que Pablo escribió en Colosenses 1:13 alrededor de 60–61 E.C.?

      8 Todavía pronunciamos esa oración a pesar de lo que el apóstol Pablo escribió en Colosenses 1:13, alrededor de 60-61 E.C. Allá en aquella fecha él escribió: “El [Padre celestial] nos libró de la autoridad de la oscuridad y nos transfirió al reino del Hijo de su amor.” Esto se refiere a un reino espiritual al cual los cristianos colosenses habían sido transferidos mientras todavía estaban en la carne aquí en la Tierra, en una ciudad de Asia Menor que se hallaba en gran oscuridad religiosa. Es innegable que el estado espiritual en que se hallaban ellos en la Tierra bajo el régimen de Satanás el Diablo no constituía el cumplimiento del padrenuestro: “Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.” (Luc. 11:2; Mat. 6:9, 10) Para que esa oración se contestara plenamente, el Hijo del amor de Dios tendría que ser entronizado con más que un reino espiritual que funcionara sobre sus discípulos terrestres.

      EL REY MESIÁNICO Y SUS SÚBDITOS SEMEJANTES A OVEJAS

      9, 10. (a) En su ilustración de las ovejas y las cabras, Jesús estaba refiriéndose a tener él la dignidad real ¿hasta qué grado? (b) La obra de separación acontecería después que Jesús hubiese logrado ¿qué? y ¿qué implicaría o significaría el que se lograra eso?

      9 En su profecía acerca de “la conclusión del sistema de cosas,” Jesús se refirió a su dignidad de rey en sentido cabal. Según el relato del apóstol Mateo, Jesús terminó su profecía por medio de dar la ilustración de las ovejas y cabras simbólicas. En Mateo 25:31, 32 él empezó la ilustración diciendo: “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán juntadas delante de él, y separará a la gente [no a las naciones] unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras.” Esta separación de las ovejas y las cabras se lleva a cabo después que Satanás el Diablo y sus demonios han sido expulsados desde su ubicación y privilegios celestiales a la vecindad de nuestra Tierra por el entronizado rey Jesucristo. Todo esto sucede como se representa proféticamente en Revelación 12:5-9. En cuanto a lo que significa tal logro, leemos:

      10 “Y [yo, Juan] oí una voz fuerte en el cielo decir: ‘¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios! Y ellos lo vencieron a causa de la sangre del Cordero y a causa de la palabra del testimonio que dieron, y no amaron sus almas aun al arrostrar la muerte. A causa de esto ¡alégrense, cielos y los que residen en ellos! Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.’”—Rev. 12:10-12.

      11. (a) Según lo indican los sucesos, ¿cuándo empezaron a cabalgar los “cuatro jinetes del Apocalipsis”? (b) Nuestro período de guerras desde 1914 corresponde ¿a qué período limitado que se predice en la profecía de Jesús sobre los “últimos días”?

      11 ¿Qué persona que esté al tanto de los acontecimientos puede negar que ha sido a grado extraordinario que un “ay de la tierra y del mar” ha marcado nuestro siglo veinte desde 1914, el año en que, según todas las evidencias, los llamados “cuatro o jinetes del Apocalipsis” empezaron a cabalgar? (Vea Revelación 6:1-8.) Eso tiene que ser una “señal” inequívoca de que en 1914 los “últimos días” de este sistema de cosas mundial empezaron y de que hemos entrado en la “conclusión del sistema de cosas.” Ciertamente, también, desde que Satanás el Diablo y sus demonios fueron expulsados del cielo este período ha sido para ellos los “últimos días” antes de que se les arroje en el abismo antes del reinado de 1.000 años del Mesías Jesús. (Rev. 20:1-3, 7) Claro está que la I Guerra Mundial de 1914 y la II Guerra Mundial de 1939 y las veintenas de guerras que han seguido por toda la Tierra desde 1945 son una correspondencia moderna de las “guerras e informes de guerras” (junto con hambres, pestes y terremotos) que, según dijo Jesús, harían de los años del 29 al 70 E.C. los “últimos días” del sistema de cosas judío, el cual giraba en torno a Jerusalén y su templo reconstruido.

      12. Si, en 70 E.C., Jerusalén no alcanzó a experimentar lo que Jesús predijo en Mateo 24:21, 22, ¿qué se puede decir acerca de aquello hacia lo cual se dirige el sistema de cosas mundial de hoy día?

      12 La terrible aflicción que le sobrevino a Jerusalén en 70 E.C. no llegó a ser lo que Jesús describió en su profecía de Mateo 24:21, 22. Pero hoy día la Jerusalén antitípica (la cristiandad), sí, el entero imperio mundial de la religión falsa, sí, el entero sistema de cosas mundial, se dirige hacia la “grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” Por eso, no extraña el que estemos viendo cumplirse lo que el apóstol Pablo profetizó alrededor del 65 E.C. y puso por escrito en 2 Timoteo 3:1: “Ten presente [Timoteo] que en los últimos días sobrevendrán momentos difíciles.”—Biblia de Jerusalén.

      ¡PROCLAMACIÓN MUNDIAL FINAL!

      13. En conformidad con Revelación 12:11, ¿qué otro rasgo de la profecía de Jesús habría de hacer sobresaliente la “conclusión del sistema de cosas”?

      13 Según Revelación 12:11, después que Satanás el Diablo fue expulsado del cielo los cristianos a quienes él acusaba “lo vencieron . . . a causa de la palabra del testimonio que dieron.” El cumplimiento de esto ha sido otro rasgo que Jesús dijo que haría sobresaliente “la conclusión del sistema de cosas.” ¿Qué rasgo? “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin [telos].” (Mat. 24:14) Esto antecede al fin de los “últimos días.”

      14. ¿Cómo ha superado este testimonio del Reino al que se dio durante los “últimos días” del sistema de cosas judío?

      14 Este testimonio, que los testigos de Jehová han dado desde que terminó la I Guerra Mundial el 11 de noviembre de 1918, ha superado enormemente al testimonio internacional que se dio durante los “últimos días” del sistema de cosas judío del 29 al 70 E.C. En aquel tiempo se dio el testimonio en Asia, Europa y África. Hoy día se ha dado no solo en esos continentes, sino también en las Américas, en Australia y en las islas del Océano Pacífico, sí, por todo el mundo.

      15. Para menospreciar este logro, ¿qué es posible que los burladores digan acerca de la obra que los misioneros de la cristiandad han efectuado durante los pasados siglos?

      15 Los que quieran burlarse de este logro quizás traten de minimizarlo por medio de recalcar el hecho de que durante los siglos pasados los misioneros de la cristiandad llegaron a todos aquellos lugares mucho antes de que siquiera se presentaran los testigos cristianos de Jehová. ¡Cierto! Pero el testimonio del Reino que los testigos de Jehová han dado desde 1914 ha sido algo muy diferente de lo que los misioneros de la cristiandad han publicado tanto antes como después de 1914.

      16, 17. (a) ¿Qué diferencia hay entre el testimonio del Reino que se ha dado desde el fin de la I Guerra Mundial en 1918 y lo que han predicado los misioneros de la cristiandad? (b) En prueba de esto, ¿qué dijo la revista Watch Tower en su número del 1 de julio de 1920?

      16 “Diferente”... ¿en qué sentido? En que no ha sido un testimonio acerca del reino que se menciona en Colosenses 1:13, el “reino del Hijo [del] amor [de Dios],” al cual ya han sido transferidos los 144.000 israelitas espirituales “sellados.” (Rev. 7:1-8) Lo que los testigos de Jehová han predicado por todo el mundo desde 1918 es algo singular, algo que ha distinguido estos días como los “últimos días” del sistema de cosas político, social, judicial, militarizado. Ha sido un testimonio mundial respecto a un gobierno real ya establecido en los cielos y que ha recibido autoridad para expulsar al Diablo y sus demonios del lugar donde está el trono. (Rev. 12:5-9) Menos de dos años después que terminó la I Guerra Mundial, The Watch Tower and Herald of Christ’s Presence, en su número del 1 de julio de 1920, publicó el artículo principal intitulado “Evangelio del Reino” y, después de citar Mateo 24:14, pasó a decir bajo el encabezamiento “Trabajo para todos”:

      17 “El evangelio significa buenas nuevas. Aquí las buenas nuevas se refieren al fin del viejo orden de cosas y el establecimiento del reino del Mesías. Significa que la noche tenebrosa de pecado y pena está pasando. Significa que el imperio de Satanás está cayendo, para nunca volver a levantarse.”—Páginas 199, 200.

      18. (a) Según la profecía de Jesús, “el fin” “vendrá” después de ¿qué? (b) Con relación a Joel 2:28, 29, nuestros “últimos días” corren paralelos con ¿qué días anteriores?

      18 Cuando la predicación de estas buenas nuevas del reino mesiánico como reino ya establecido en los cielos en 1914 se haya efectuado al grado que Dios quiere, “entonces vendrá el fin [telos].” (Mat. 24:14) De modo que esta predicación final de alcance mundial acerca del Reino se hace dentro de los “últimos días” de este sistema de cosas. Por eso, éstos son los días apropiados para que tenga lugar el cumplimiento final de la profecía de Joel 2:28, 29, así como hubo un cumplimiento inicial de la profecía en los días del apóstol Pedro y sus compañeros apóstoles, tal como él mismo explicó en el Pentecostés de 33 E.C. Se ve, pues, que los “últimos días” en que vivimos nosotros son un paralelo moderno de los “últimos días” en que ellos vivieron.

      19. Para que la comparación de los períodos de “últimos días” quede completa en todos sus rasgos, ¿qué cosa que ocurrió durante los “últimos días” en que los apóstoles vivieron también tiene que tener un paralelo moderno?

      19 Sin embargo, a fin de que el paralelo sea completo respecto a todos sus rasgos, ¿ha habido también un derramamiento del espíritu santo de unción sobre “toda clase de carne” en los “últimos días” en que nos hallamos? (Hech. 2:16-19) No vacilamos en decir que ha habido un cumplimiento notable de Joel 2:28, 29 desde 1914, un año que estremeció al mundo. Durante la I Guerra Mundial los enemigos del reino mesiánico, el clero de la cristiandad en particular, lograron hacer que se prohibiera o se impidiera gravemente la obra de los siervos ungidos de Jehová de predicar acerca del Reino. Esto fue parecido a lo que aconteció durante los 51 días desde la muerte de Jesús, el 14 de Nisán, hasta la mañana del Pentecostés del 6 de Siván, 33 E.C. Al quincuagésimo día desde la resurrección de Jesús, sus pocos discípulos, reunidos en Jerusalén, recibieron poder de lo alto cuando el espíritu de la unción llegó sobre ellos y ellos llegaron a ser Sus testigos públicos.

      20. Después que ciertos siervos prominentes de la Sociedad Watch Tower fueron puestos en libertad del encarcelamiento en 1919, ¿qué aconteció que corresponde a lo que se describe en Revelación 11:7–13?

      20 De modo similar, después que unos oficiales de la Sociedad Watch Tower y sus compañeros que fueron encarcelados con ellos fueron puestos en libertad de la penitenciaría federal de Atlanta, Georgia, E.U.A., en marzo del año posbélico de 1919, espíritu santo se hizo poderosamente operativo sobre el resto de los siervos dedicados y bautizados de Jehová que estaban en la Tierra. Bajo la fuerza impelente de este espíritu se pusieron a hacer el trabajo designado para ellos en Mateo 24:14, el de dar el testimonio final acerca del reino establecido de Dios hasta el “fin.” Esto corresponde con lo que se presenta pictóricamente en Revelación 11:7-13.

      21. (a) En el Pentecostés de 33 E.C., ¿qué sucedió en cuanto a miles de judíos celebrantes en Jerusalén? (b) Correspondientemente, desde 1919 en adelante, ¿qué rasgo notable ha marcado las asambleas generales?

      21 Allá en 33 E.C., unos 3.000 judíos celebrantes de la fiesta del Pentecostés se bautizaron en Jerusalén “en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo,” y con la seguridad de que sobre ellos se derramaría espíritu santo. Después, el número de personas que recibieron el espíritu santo de unción ascendió a aproximadamente 5.000. (Hech. 2:37-41; 4:4; Mat. 28:19, 20) En nuestros propios “últimos días” modernos, y menos de seis meses después que los miembros del personal de la central de la Sociedad Watch Tower fueron puestos en libertad de su encarcelamiento en Atlanta, Georgia, se celebró una asamblea general en Cedar Point, Ohio, E.U.A., del 1 al 8 de septiembre de 1919, y en esta asamblea más de 200 personas se bautizaron en el lago Erie, con la esperanza de ser bautizadas en el cuerpo espiritual de Cristo. Tres años después, en la segunda asamblea que se celebró en Cedar Point, 361 personas se bautizaron como miembros en perspectiva del cuerpo espiritual de Cristo y con la esperanza celestial. En la asamblea que se celebró en Columbus (Ohio) en 1924, 485 personas se bautizaron.

      22. ¿Qué aplicación se hizo de Joel 2:28, 29 en la asamblea de Indianápolis, en 1925, y qué ha probado que Dios es un exacto Marcador de Tiempo y Profeta con relación a esa profecía?

      22 En el año 1925, en la asamblea de Indianápolis, Indiana, no solo se bautizaron muchas personas, sino que también se presentó un discurso muy importante. Este se intituló “El espíritu santo derramado,” e hizo una aplicación de Joel 2:28, 29 al día actual. Se informó que miles de personas más que en cualquier tiempo anterior participaron del pan y del vino en la celebración anual de la Cena del Señor. (Páginas 339-344 de la Watch Tower del 15 de noviembre de 1925) Por eso, durante estos “últimos días” desde el año de angustia bélica de 1914 se ha derramado espíritu santo de manera especialmente marcada para probar que Jehová es un fiel Marcador de Tiempo y Profeta infalible. Ya dentro de poco estos “últimos días” llegarán a su “fin” (telos) en la mayor “tribulación” de la Tierra.

      23. Después que ocurran las cosas mencionadas, ¿qué gobierno habrá, y en qué beneficio resultará para los sobrevivientes de la “tribulación” y para todos los muertos rescatados?

      23 Finalmente, después de todo esto, ¿qué vendrá? Revelación 19:11 a 20:6 da la respuesta: El reino mesiánico de mil años de Jehová Dios introducirá “sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad,” primero entre los sobrevivientes terrestres de la “grande tribulación,” a saber, un resto de aquellos sobre quienes se derramó el espíritu santo durante los “últimos días” y también la “grande muchedumbre” de sus compañeros semejantes a ovejas que con constancia continuaron con ellos hasta el “fin” (telos). (Luc. 2:14; Mat. 24:21; Rev. 7:9, 14, 15) Entonces, a su debido tiempo, a medida que esos mil años progresen majestuosamente y con éxito hacia su fin, habrá la resurrección de todos los humanos muertos que respondan a la voz del Cordero de Dios, el Rey Mesiánico Jesús, quien dio su vida humana perfecta como rescate para todos ellos.—Rev 20:11-21:4; Juan 5:28, 29.

      [Comentario en la página 26]

      Mala como fue, la destrucción de Jerusalén en 70 E.C. no fue la mayor “tribulación” de la historia.—Mat. 24:21

      [Recuadro en la página 29]

      La predicación del Reino por los Testigos de Jehová desde 1914 es muy diferente de la de los misioneros de la cristiandad, pues:

      Se efectúa dentro de los “últimos días” de este corrupto sistema de cosas

      Señala al establecimiento del reino de Dios como realidad en 1914

      Está marcada por un notable derramamiento del espíritu de Dios desde 1919, con cumplimiento completo de Joel 2:28, 29

      Culmina en el “fin,” telos, de “los últimos días,” en la mayor tribulación para la tierra

      Ofrece la magnífica esperanza de que el resto ungido y la “grande muchedumbre” sobrevivan y entren en la región bajo la gobernación del reino milenario del Mesías

      Indica que se acerca el cumplimiento de la promesa de Dios de que los muertos humanos resucitarán en una Tierra paradisíaca

  • ¿Qué hay tras ello?
    La Atalaya 1981 | 15 de abril
    • ¿Qué hay tras ello?

      El delito sobreabunda. El precio de los alimentos está por las nubes. La crisis energética empeora. Se muestra poca consideración a la gente. ¿Por qué? ¿Qué significan estas cosas?

      Si desea saber, lea La Atalaya y ¡Despertad! Estas no solo informan acerca de los sucesos de actualidad, sino que explican su significado a la luz de la profecía bíblica. Recibirá ambas revistas (cuatro ejemplares al mes) por un año al enviar sólo $5 (E.U.A.) a la siguiente dirección: Watchtower, Wallkill, N.Y. 12589.

  • Un sabio proverbio
    La Atalaya 1981 | 15 de abril
    • Un sabio proverbio

      “Honra es lo que los sabios llegarán a poseer, pero los estúpidos están ensalzando la deshonra.”—Pro. 3:35.

      El que despliega verdadera sabiduría suele recibir honra que no ha buscado. Esa honra no buscada le viene porque otras personas pueden ver que él obra en armonía con el conocimiento y la perspicacia, que es persona ejemplar. (Pro. 12:8; 22:29) Esto se debe a que busca la sabiduría divina y se adhiere a ella. (Sant. 3:13, 17) ¡Qué diferente es la situación en el caso de “los estúpidos”! Ellos ponen en primer lugar cosas que no traen honra verdadera ni duradera, sino que con el tiempo les resultan en deshonra. Debido a la estupidez, no prevén el resultado de su proceder. ¡Qué vasta diferencia existe entre ‘el sabio’ y ‘el estúpido’!

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