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¿Permitirá usted a Dios escribir en su corazón?La Atalaya 1957 | 1 de julio
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¿Permitirá usted a Dios escribir en su corazón?
“Dice Jehová: Pondré mi ley en sus entrañas, y en su corazón la escribiré; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.”—Jer. 31:33.
1. ¿En qué clase de corazones escribirá Jehová?
NADA que Jehová opta por hacer le es imposible. Hace miles de años escribió su ley en dos tablas de piedra cuando hizo el pacto de la ley con la nación de Israel en el monte Sinaí. Ahora escribirá sus mandamientos sólo en corazones que sean receptivos y obedientes a él, que se abran a él con humildad, que sean dóciles y estén dispuestos a cambiar bajo el impacto de sus palabras. De modo que no es asunto de si Dios puede escribir en su corazón o no. El asunto es: ¿Lo permitirá usted? ¿Lo permitirá de buena gana? A él no le interesa que su verdad llegue siquiera a los oídos de los hombres hipócritas y sucios, mucho menos que llegue al corazón de éstos. Por eso, ¿reúne las condiciones su corazón para ser una adecuada superficie en que se escriban los principios y preceptos de Jehová?—Mat. 7:6.
2. ¿En dónde se revela el propósito de Jehová de escribir en corazones, y los corazones de quiénes tienen que ser receptivos?
2 Aun cuando todavía estaba vigente el pacto de la ley con sus mandamientos básicos grabados en piedra, Jehová habló de su propósito de trasladar su ley a corazones humanos por medio de un pacto nuevo: “He aquí que vienen días dice Jehová, en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un pacto nuevo. . . . Este será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en sus entrañas, y en su corazón la escribiré; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.” Poco después de la muerte y resurrección de Cristo Jesús, en el Pentecostés, el antiguo pacto de la ley fué reemplazado por el nuevo pacto que trajo consigo un amor interno y sincero a la justicia y conocimiento aumentado de Jehová. (Jer. 31:31, 33; Gál. 3:24, 25; Col. 2:14; Heb. 8:6-13) Sólo los que son ungidos con el espíritu de Jehová para ser de la clase celestial son admitidos en este pacto nuevo, pero todos los que consiguen vida eterna sobre la tierra comparten las bendiciones procedentes de él, y aun su corazón tiene que ser receptivo a los mandamientos de Jehová, así como antes de que existiera el pacto nuevo hombres fie-les pudieron escribir: “Tu ley está en medio de mi corazón,” y “Dentro de mi corazón he atesorado tu palabra.”—Sal. 40:8; 119:11.
¿POR QUÉ EN EL CORAZÓN?
3. ¿A dónde mira Jehová cuando mide a un hombre?
3 Cuando Jehová mide a un hombre no se basa en evidencia superficial; él escudriña profundamente, hasta el mismo corazón del asunto: “El simple hombre ve lo que aparece a los ojos, pero, en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón.” Él no es engañado por apariencias exteriores: “Conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitable, porque Jehová está escudriñando todos los corazones y está discerniendo toda inclinación de los pensamientos.” El juicio de Jehová no es influído por un rostro hermoso o por un cuerpo agraciado o por indumentaria atractiva, sino que se determina por la persona interior escondida bajo la superficie: “Que no sea su adorno el de trenzados externos del pelo ni el de ponerse ornamentos de oro ni el usar prendas de vestir exteriores, sino que lo sea la persona secreta del corazón en la indumentaria incorruptible del espíritu sereno y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios.”—1 Sam. 16:7; 1 Cró. 28:9; 1 Ped. 3:3, 4, NM.
4. ¿Qué es lo que el corazón simboliza?
4 ¿Qué es lo que el corazón simboliza? La palabra hebrea traducida “corazón” a menudo se usa figuradamente para denotar el centro del afecto y de los móviles, de la conciencia y del comportamiento moral. En lugares en que las versiones de la Biblia en español dicen “en medio del mar,” se dijo en hebreo “en el corazón del mar.” (Pro. 23:34) Así en Proverbios 30:19 en hebreo se dijo que había barcos en el corazón del mar; y Jonás fué arrojado al corazón del mar (Jonás 2:4, BC), que da a entender en medio del mar y es la manera en que se vierte esto en la mayoría de las Biblias en español. En este sentido la palabra se refiere al centro interno de nosotros o a lo que realmente somos dentro de nosotros mismos, la persona interior. Esa es la persona verdadera: “Como piensa en su corazón, así es.”—Pro. 23:7, VA.
5. ¿Cómo pueden practicar algunos el engaño, pero qué será manifestado finalmente, y por qué?
5 Las apariencias exteriores pueden engañar debido a las palabras que se digan para causar una impresión o los hechos que se hagan para hacer ostentación, como en el caso de algunos religiosos hipócritas. A los fariseos Jesús aplicó las palabras de Jehová dichas por medio de Isaías: “Este pueblo me honra con sus labios, sin embargo su corazón está alejado de mí.” También, Jesús dijo acerca de ellos: “Todas las obras que ellos hacen las hacen para ser contemplados por los hombres.” (Mat. 15:8; 23:5, NM) Pero la verdadera condición de corazón no puede ser encubierta para siempre mediante palabras y hechos calculados cuidadosamente, porque es de la abundancia del corazón que uno finalmente habla y actúa: “Ustedes o hacen el árbol bueno y su fruto bueno o hacen el árbol podrido y su fruto podrido; porque por su fruto se conoce el árbol. Descendientes de víboras, ¿cómo pueden ustedes hablar cosas buenas, cuando son inicuos? porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno de su buen tesoro envía cosas buenas, mientras que el hombre inicuo de su tesoro inicuo envía cosas inicuas.” Si el corazón es inicuo impulsará o incitará a quien lo posee a obrar inicuamente: “Del corazón proceden los razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, blasfemias.”—Mat. 12:33-35; 15:19, NM.
6. ¿Cómo pone Jehová al descubierto la condición del corazón?
6 A veces los pensamientos y sentimientos recónditos no son manifestados hasta que son puestos al descubierto por medio de una prueba penosa. Jehová probó a Israel para poner al descubierto su corazón: “Jehová tu Dios te hizo viajar estos cuarenta años en el desierto, con el fin de humillarte, para ponerte a prueba para saber lo que estaba en tu corazón, en cuanto a si guardarías sus mandamientos o no.” Siglos más tarde él dijo a su pueblo: “Te he puesto a prueba en el horno de la tribulación.” A los cristianos aprobados se les prueba de manera semejante: “Ustedes han sido afligidos por diversas pruebas, a fin de que la cualidad probada de su fe, de mucho mayor valor que el oro que perece a pesar de ser probado por fuego, sea hallada causa para alabanza y gloria y honor al tiempo de la revelación de Jesucristo.” (Deu. 8:2, NM; Isa. 48:10, BC; 1 Ped. 1:6, 7, NM) El blanco de estas pruebas es el corazón, para descubrir si los motivos con que se sirve a Jehová son puros, para medir la profundidad de la devoción y el amor, para revelar si la integridad del individuo tiene un límite más allá del cual se disuelve: “El crisol es para la plata, y el hornillo para el oro; mas Jehová prueba los corazones.”—Pro. 17:3.
7. ¿Qué verdad acerca del corazón literal se revela en Proverbios 4:23?
7 El papel vital del corazón se declara enfáticamente en Proverbios 4:23 (Normal Revisada): “Guarda tu corazón con toda vigilancia, porque de él fluyen los manantiales de vida.” La vida está en la sangre, y del corazón pulsativo la sangre brota semejante a manantiales claros y fluye a todas partes del cuerpo, llevando oxígeno y alimento a las células y removiendo los desperdicios de ellas. De modo que hay que mantener el corazón literal tan saludable como sea posible con el fin de que mantenga fluyendo los manantiales de la vida. No es solamente nuestra condición física la que tenemos que guardar con toda vigilancia, sino también nuestro estado mental y emocional, porque éste tiene su efecto en el funcionamiento del corazón. Aunque la ciencia médica no supo claramente lo concerniente a la circulación de la sangre hasta que lo demostró el Dr. Harvey, lo cual fué seguido años después por su libro publicado en 1628 d. de J.C., el escritor de este proverbio bíblico sabía acerca de ello mil años antes de Cristo y advirtió que se guardara el corazón con vigilancia para que mantuviera circulando la sangre con la vida en ella.
8. ¿Por qué hay que guardar el corazón figurado, como se ordena en Proverbios 4:23?
8 Pero este escritor bíblico estaba usando el corazón literal sólo como una ilustración para subrayar la necesidad de vigilar y estar seguros de que el corazón figurado de continuo nos bombee las cosas correctas. Si llenamos nuestra mente con la ley de Jehová y guardamos sus preceptos en nuestra memoria y luego ciframos nuestros deseos y cariños en él y en sus bendiciones prometidas de modo que nuestras palabras y actos broten de motivos puros dentro de nosotros, entonces nuestro corazón figurado tiene salud espiritual y obrará de tal modo que cooperará en hacer que lleguemos a vivir para siempre. Nos bombeará alimento espiritual y nos impulsará a hablar y a obrar en armonía con la voluntad de Jehová, lo cual será como manantiales de vida que nos harán morar para siempre en el nuevo mundo de Jehová. Jamás con hipocresía, sino de corazón, pensaremos y hablaremos y trabajaremos y viviremos de la manera que Jehová aprueba. De modo que tenemos que ser vigilantes para que nuestro corazón siempre se halle receptivo a la ley de Jehová, para que de nuestro corazón obremos de tal manera que signifique vida para nosotros.
LEY EN CORAZÓN SUPERA LEY EN PIEDRA
9. ¿Cómo han demostrado las naciones modernas que reconocen la benignidad de la ley que Jehová dió en piedra?
9 La ley de Jehová escrita en tablas de piedra fué buena, tan buena que llegó a servir como cimientos de las leyes de las naciones modernas. El libro Biblical Law, por Clark, dice en la página 22: “Aunque la ley de Moisés fué proclamada a un pueblo en particular, mucho de ella ha llegado a ser una ley universal para el género humano.” En la sección 411 el mismo libro cita lo siguiente del fallo de tribunal Moore v. Strickland (1899): “La moralidad de nuestras leyes es la moralidad de la interpretación mosaica de los Diez Mandamientos, modificada únicamente en cuanto al grado o clase de castigo impuesto.” Pero así como el antiguo Israel no obedeció la ley que estaba en tablas de piedra, así las naciones hoy en día no obran de acuerdo con todas las leyes que están en sus libros de estatutos. A menos que las personas conozcan la ley, la recuerden, estén de acuerdo con ella, y tengan un fuerte deseo interno de obedecerla, la violarán cuando puedan hacerlo sin ser prendidas. En otras palabras, si no tienen la ley en su corazón la quebrantarán cuando deseen y piensen que pueden evitar sus castigos.
10. ¿Qué preceptos divinos se consideran entre los que no pueden hacerse cumplir, según lo muestra Constitutional Limitations, de Cooley?
10 Hay algunos preceptos de la ley de Jehová que se consideran imposibles de hacer cumplir, como: “Debes amar a tu compañero como a ti mismo.” (Lev. 19:18, NM) Este rasgo y también otros rasgos de la antigua ley de Jehová fueron declarados nuevamente en el cristianismo; fueron ensanchados, en realidad, de modo que el cristianismo contiene muchos principios de comportamiento que los hombres reconocen como imposibles de hacer cumplir por estatutos escritos y que no se pueden castigar por penas prescritas por la ley. Por eso, Constitutional Limitations, de Cooley, dice en las páginas 975, 976: “Se dice frecuentemente que el cristianismo es una parte de la ley del país. En cierto sentido y con ciertos propósitos esto es cierto. . . . No obstante, aunque admitamos la obligación continua y universal de algunos de esos preceptos, tenemos que reconocer que no es posible hacer que éstos se cumplan mediante leyes humanas. Tenemos que admitir que esa norma de moralidad que requiere que una persona ame a su prójimo como a sí misma es demasiado elevada para que la acepten los tribunales humanos como la prueba adecuada por medio de la cual juzgar el comportamiento del ciudadano; y una persona difícilmente podría ser considerada responsable a los derechos penales si con benignidad de corazón y caridad espontánea no se elevara a la altura del Buen Samaritano. Además, los preceptos del cristianismo afectan el corazón, y se dirigen a la conciencia: mientras que las leyes del Estado sólo pueden tratar del comportamiento exterior.”
11. ¿Qué muestra la superioridad de tener la ley en su corazón más bien que sólo escrita en libros de estatutos?
11 En lo anterior se reconoce que muchos principios vitales y elevadas normas morales tienen que ser escritos, no en libros de estatutos, sino en los corazones de los hombres si han de ser observados. De otra manera, no es posible hacerlos cumplir. Usted puede decir a un hombre que ame a su prójimo, pero ¿cómo puede usted hacer que lo haga? Usted puede obligarlo a actuar de cierta manera para con su prójimo, pero usted no puede hacerlo amar a su prójimo. Ese sentimiento tiene que venir de su propio corazón, y luego, de un corazón amoroso, obrará considerada y altruístamente para con su prójimo. Y si la ley del amor al prójimo se encuentra en su corazón, las leyes escritas que exigen y prohiben acciones específicas serán superfluas. La obediencia a lo que no se puede hacer cumplir tiene que provenir del corazón, y ésa es la verdadera prueba de la moralidad. El Times Magazine de Nueva York del 3 de julio de 1955 publicó un artículo intitulado “La prueba: Obediencia a lo que no se puede hacer cumplir,” y en él se decía: “Cuando nos enfrentamos a un mal nosotros los norteamericanos acostumbramos decir: ‘Debería haber una ley para eso.’ Pero mucho del mal del mundo está más allá del alcance de la ley. La ley no puede impedir el chismear. No puede restringir a un hombre de la avaricia o de la glotonería, o de traicionar a un amigo. . . . Relaciones humanas afectuosas no resultan de . . . leyes que prescriban la decencia y los buenos modales en detalle. Sólo pueden venir por medio de crear obediencia a lo que no se puede hacer cumplir.”
12. ¿Por qué es necesario algo más que un acuerdo intelectual con la ley, y qué se necesita para progresar en la dirección correcta?
12 Con la mente podemos saber lo que es bueno y tener buenas intenciones de hacerlo, pero si los sentimientos de nuestro corazón quieren hacer otra cosa es probable que haremos esa otra cosa. Podemos obligarnos a hacer lo correcto y con el tiempo el corazón se pondrá de acuerdo, pero si no se pone de acuerdo, en la lucha crítica que sigue entre el corazón y la mente el corazón finalmente ganará y la mente estará esclavizada a maquinar justificaciones por seguir el proceder que el corazón dictó. Nos gusta pensar que estamos siguiendo la lógica, mientras la emoción nos arrastra por el cuello. La razón reúne los hechos, pero la emoción generalmente hace la selección. Si nuestro corazón se deja incitar de la debida manera por los hechos, entonces la razón y la emoción cooperan en la dirección correcta. De modo que para obediencia duradera a principios que no se pueden hacer cumplir por los estatutos escritos tenemos que saber lo que es bueno y querer hacer lo que es bueno. Aun entonces quizás fracasemos de vez en cuando porque la carne caída a veces nos hace hacer lo que no queremos hacer, pero tales fracasos intermitentes serán las excepciones en vez de la práctica, y llegarán a ser menos frecuentes a medida que el bien se haga más y más habitual. Pero la única manera de progresar en esta dirección correcta es hacer que la ley de Dios se grabe más y más profundamente en nuestro corazón.
13, 14. (a) ¿Cómo nos protege de la hipocresía, el pecado y la apostasía el tener la ley de Jehová en nuestro corazón? (b) ¿Por qué es más vital un corazón bueno que un cerebro excelente?
13 Cristo resumió la ley de Jehová como sigue: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas,” y, “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.” (Mar. 12:30, 31 NM) Si logramos introducir en nuestro corazón el amor a Jehová y el amor al prójimo, siendo el corazón el centro del móvil y del afecto, entonces de ese corazón diremos y haremos lo que agrada a Jehová. Pero si no tenemos amor en nuestro corazón, las palabras y las obras correctas no serán aceptables, serán hipócritas y engañosas. (Sal. 12:2; Rom. 13:8-10; 1 Cor. 13:1-3; 2 Cor. 9:7) Pero si la ley de amor de Jehová está escrita en nuestro corazón ella es parte de nosotros, es parte de nuestra personalidad, es parte íntegra de nuestro centro de móvil y por consiguiente será la fuente de nuestros móviles y aquello que siempre nos moverá a obrar de la debida manera.
14 “La ley de su Dios está en su corazón; no resbalarán sus pasos.” Los pasos dirigidos desde un corazón en que está grabada la ley de Jehová se colocan cuidadosa, segura y firmemente en terreno sólido y no habrá deslizamiento o apostasía, ni caída de la senda de integridad. Este mundo está lleno de pecado a causa de que tiene la palabra de Dios únicamente en un libro, no en su corazón: “Dentro de mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.” (Sal. 37:31; 119:11) De modo que un corazón lleno de la ley de Jehová es un resguardo contra el pecado y la apostasía. Este mundo da énfasis a la brillantez mental, pero Jehová ve el corazón. ¿De qué sirve la sabiduría del mundo cuando a causa de un corazón inicuo está impulsado a usarla mal y hacerla insensata a la vista de Jehová? ¿No es mejor tener una mente del término medio dirigida a usos correctos por un corazón bueno que tener una mente brillante dirigida mal, dirigida a conductos perjudiciales por un corazón malo? ¿No admiten aun ahora los líderes del mundo que es la moralidad del mundo más bien que su cerebro lo que necesita urgentemente mejoramiento? Pero este inicuo sistema rehusa el cambio de corazón que necesita para sobrevivir a la guerra del Armagedón de Jehová, aunque muchas personas están abandonándolo con el fin de obtener el cambio de corazón que se requiere para la preservación, a saber, el borrar los preceptos incorrectos del corazón figurado y hacer que en cambio se escriba en él la ley de Jehová. ¿Cómo se hace esto? Sírvase leer el siguiente artículo para hallar la respuesta.
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Haciendo que la ley de Dios esté en su corazónLa Atalaya 1957 | 1 de julio
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Haciendo que la ley de Dios esté en su corazón
“Gustad y ved que Jehová es bueno.”—Sal. 34:8
1. ¿Qué preguntas surgen al considerar qué hechos concernientes a ciertas semillas del desierto?
LAS semillas de ciertas plantas del desierto parecen tener inteligencia propia. No germinan hasta que cae una lluvia de entre un centímetro y un centímetro y medio, como mínimo, y preferiblemente más. Las semillas y el terreno alrededor de ellas están tan mojados después de un cuarto de un centímetro de lluvia como lo están después de cinco centímetros, y no obstante las semillas rehusan germinar después de la más ligera de estas lluvias. Pero ¿cómo puede medir la lluvia una semilla latente? Está tan empapada dentro de un dedal lleno de agua como lo está cuando es arrojada a un lago. ¿Por qué no germina cuando es totalmente empapada por la lluvia más ligera? ¿Cómo puede medir la cantidad? ¿Cómo sabe esperar por más? También, estas semillas parecen saber de qué dirección viene el agua. Cuando ha caído suficiente lluvia y ha empapado el terreno de arriba hacia abajo germinan, pero si el agua empapa de abajo para arriba rehusan germinar, ¿Cómo pueden distinguir la dirección? Y ¿por qué debería importar la dirección? Las respuestas a estas preguntas ilustran parte del proceso que hace que la ley de Dios llegue a estar en su corazón. Si sinceramente queremos que la ley de Jehová esté en nuestro corazón puede escribirse allí. ¿Cómo?
2. ¿Qué limpieza y borradura hay que efectuar antes que la ley de Jehová pueda escribirse en el corazón?
2 Para que se pueda escribir, hay que tener una superficie limpia, y tal vez se necesite una goma de borrar para quitar lo que ya está escrito. El escribir algo nuevo sobre la escritura vieja causaría conflicto y confundiría. Los corazones alejados de Jehová están emborronados con escritura incorrecta. Acerca del hombre antes del Diluvio Jehová dijo: “Toda inclinación de los pensamientos de su corazón siempre era solamente mala.” Después del Diluvio al corazón del hombre caído todavía le hacía falta limpieza. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas y es desesperadamente malo.” Pero más adelante el relato muestra que Jehová sanará el corazón de los que quieren que él se lo sane. Muchos han endurecido su corazón, lo han hecho insensible de modo que no reconozca el pecado, lo han hecho inconmovible, de modo que no se conmueva con piedad, impenetrable de modo que no entre en él la benignidad, indiferente a las súplicas. La escritura en corazones de esa clase es semejante a la escritura en el corazón de Judá: “El pecado de Judá está escrito con punzón de hierro, y con punta de diamante; grabado está sobre la tabla de su corazón.” Dado que “aquel que endurece su corazón, caerá en el mal,” “¿por qué deberían hacer insensible su corazón exactamente como Egipto y Faraón hicieron insensible el corazón de ellos?” Más bien, ¿por qué no orar: “¡Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!”? Un corazón como ése presenta una superficie limpia en que escribir la ley de Jehová.—Gén. 6:5, NM; Jer. 17:9, 14, 1; Pro. 28:14; 1 Sam. 6:6, NM; Sal. 51:10.
3. ¿Qué textos muestran cómo hacer que la ley de Dios esté en su corazón?
3 A su pueblo descarriado y desperdigado Jehová dijo al anunciarle de antemano su recobro a la adoración verdadera: “Rociaré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpios; de todas vuestras inmundicias, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. También os daré un nuevo corazón, y pondré un espíritu nuevo en medio de vosotros, y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.” Las limpiadoras aguas de la verdad efectúan un cambio en nuestro corazón si se aplican fielmente. Es por medio de considerar frecuentemente la verdad que los padres han de hacer que esté en el corazón de sus hijos: “Estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar en tu corazón, y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” Por medio de predicar el apóstol Pablo hizo que la ley de Jehová se escribiera, no en tablas de piedra, sino en corazones humanos: “Se manifiesta que ustedes son una carta de Cristo escrita por nosotros como ministros, inscrita no con tinta, sino con el espíritu del Dios viviente, no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en corazones.” De una persona bendecida por Jehová está escrito: “En su ley medita de día y de noche.” Por medio de estudiar y recordar las enseñanzas y mandamientos y elevados principios de Jehová usted puede ‘escribirlos en la tabla de su corazón.’ Llegan a ser parte de nosotros.—Eze. 36:25, 26; Deu. 6:6, 7; 2 Cor. 3:3, NM; Sal. 1:2; Pro. 3:1-3.
CÓMO AYUDA LA DISCIPLINA
4. Además de llenar la mente con la ley de Jehová, ¿qué otra acción puede ser necesaria para hacer que esté en el corazón?
4 El llenar la mente con la verdad de Jehová efectúa un trabajo limpiador, echa fuera los pensamientos incorrectos que se tenía antes, rehace la mente. Pero tal vez los caminos antiguos estén tan profundamente grabados en el corazón que el oír y leer la ley de Dios no los borre. El estudio y la meditación le han mostrado lo que usted debe hacer y usted quisiera obrar en conformidad con eso, pero falta el deseo sincero de hacerlo. La escritura nueva todavía está cerca de la superficie. Todavía no está tan profunda como la vieja de modo que borre los caminos viejos; todavía no ha llegado al hombre interior, al corazón figurado donde está el centro del deseo y del móvil. Pero usted quiere que la vieja escritura sea borrada y reemplazada por la ley de Jehová, de manera completa en sus pensamientos y sentimientos más recónditos. Por eso ¿qué hay que hacer? Disciplinarse, obligarse a hacer lo que usted sabe que es correcto. Persista en este proceder, y si usted es sincero usted vencerá a su propio corazón y lo pondrá de parte de la justicia. Las Escrituras apoyan este proceder.
5. ¿Qué proceso provechoso pone en marcha el promulgar legislación?
5 Es cierto que la moralidad no puede ser legislada, como el U.S. News & World Report del 13 de mayo de 1955 dijo editorialmente: “La tolerancia y el altruismo—como la moralidad y la generosidad—no pueden ser legislados con buen éxito.” Pero el promulgar la legislación puede poner en marcha un procedimiento que finalmente cree moralidad. La simple existencia de la ley dirige la atención al tema y puede inducir un clima de opinión más favorable hacia él. Luego si se hace cumplir la ley y la gente la obedece para evitar los castigos, tal vez vea que se producen buenos resultados y su actitud cambie. Entonces obedece a causa de los resultados buenos, y no a causa del temor de los castigos.
6. ¿Qué caso muestra que la disciplina y el hacer cumplir una ley pueden cambiar la actitud del corazón?
6 Esto se demostró por el Times Magazine de Nueva York del 22 de mayo de 1955 en un artículo intitulado: “¿Es posible legislar la moralidad?” Trató el fallo del Tribunal Supremo de los Estados Unidos que declara fuera de la ley a la segregación, y demostró que en ciertos casos, tales como en el empleo, en el alojamiento en edificios de viviendas gubernamentales y en el ejército, personas que estaban opuestas a la mezcla de razas fueron integradas de todas maneras y como resultado perdieron su prejuicio: “Las amas de casa blancas que habían sido asignadas a edificios de viviendas gubernamentales en que había integración racial tendieron a desarrollar actitudes favorables para con los de la raza negra, mientras que la gran mayoría de las que ocupaban viviendas segregadas tendió a permanecer igual en sus puntos de vista raciales. Una encuesta de la integración en el ejército llegó a una conclusión semejante.” Al entrar en relaciones más estrechas, personas predispuestas a la discriminación descubrieron que sus ideas preconcebidas a menudo eran falsas y que los males que habían temido nunca se hacían realidad. La investigación y el análisis condujeron a la conclusión de que “la majestad de la ley, cuando es apoyada por la conciencia colectiva de un pueblo y el poder curativo de la situación social, a la larga no sólo hace cumplir la moralidad, sino que la crea.”
7. ¿Cómo mostró un artículo de revista que el entrenamiento, la disciplina, los modales hechos valer por fuerza y el comportamiento externo influyen en los sentimientos internos y cambian el corazón?
7 The Ladies’ Home Journal de septiembre de 1955 publicó un artículo escrito por Dorothy Thompson en el cual ella mostró la necesidad de educar las emociones más bien que el intelecto para vencer la delincuencia juvenil. Ella dijo: “Sus acciones y actitudes como niño determinan en gran parte sus acciones y actitudes como adulto. Pero éstas no son inspiradas por su cerebro, sino por sus sentimientos. Él se hace lo que se le estimula y entrena a amar, admirar, adorar, apreciar, y aquello por lo que se le estimula y entrena a sacrificarse.” Más adelante ella dijo: “En todo esto los modales desempeñan un papel importante, pues los modales por excelencia simplemente son la expresión de la consideración que se les tiene a otros. . . . Los sentimientos internos se reflejan en el comportamiento externo, pero el comportamiento externo también contribuye a cultivar sentimientos internos. Es difícil sentirse agresivo mientras se actúa consideradamente. Los modales por excelencia pueden ser superficiales y nada más al empezar, pero rara vez permanecen así.” Ella también observó que con raras excepciones la benignidad y la maldad “no son cultivadas por el cerebro, sino por las emociones,” y que “los criminales llegan a serlo, no por el endurecimiento de las arterias, sino por el endurecimiento del corazón.” Ella da énfasis al hecho de que la emoción gobierna nuestro comportamiento más a menudo que la mente, y que la manera en que se nos entrena, la manera en que actuamos, aun si se nos obliga al principio, influye en los sentimientos internos y cambia el corazón.
8. ¿Qué textos muestran el poder que la disciplina tiene para cambiar el corazón?
8 La Palabra de Dios, la Biblia, hace mucho indicó que el entrenamiento y la disciplina dados para hacernos actuar como debiéramos afectaría el corazón, el centro del móvil y la fuente de las acciones. Proverbios 22:6, 15 (Normal Revisada) declara: “Entrena al niño en el camino que debe ir, y cuando sea viejo no se apartará de él. La insensatez está envuelta en el corazón del niño, pero la vara de la disciplina la arroja lejos de él.” La disciplina cambia el corazón de los jóvenes, borra la insensatez escrita allí, y pone en su lugar principios orientadores de los cuales el joven no se apartará más tarde en la vida posterior. Después que la persona crece la vara paternal de disciplina ya no existe para hacerla ir por el camino recto, pero no obstante ella elige hacerlo a causa del entrenamiento que recibió en la niñez y que llegó a su corazón. El mismo principio aplica a los adultos que son hijos de Jehová, a quienes él disciplina para su entrenamiento y mejoramiento: “Ninguna disciplina parece gozosa por el momento, sino dolorosa; sin embargo después a los que han sido entrenados por ella les produce fruto pacífico, a saber, justicia.” La disciplina puede entristecer al principio, pero “con la tristeza de la cara se mejora el corazón.”—Heb. 12:11, NM; Ecl. 7:3.
9. Por eso ¿qué debemos hacer cuando sabemos lo que es correcto, y qué le sucederá a nuestro corazón si no lo hacemos?
9 Por eso cuando sabemos cuál es la cosa correcta que hay que hacer debemos hacerla, aun si nuestro corazón desea algo diferente. Debemos disciplinarnos, a fuerza obligarnos a hacerla, y con el tiempo nuestros corazones se persuadirán de dirigirse hacia la justicia y con-seguiremos paz y serenidad. De otra manera, nuestros corazones quedarán establecidos en un proceder incorrecto. Si no hay disciplina, si no se le obliga a dirigirse al comportamiento correcto, el corazón queda establecido en un camino malo y no se le puede suavizar para ser modelado de nuevo o para aceptar la impresión de la escritura, es decir, recibir la ley de Jehová: “Por cuanto no se ejecuta sentencia contra la obra mala muy en breve, por eso el corazón de los hijos de los hombres dentro de ellos está plenamente resuelto a hacer el mal.” Esto claramente da a entender que si se ejecuta la acción disciplinaria el corazón que estuviera meditando el mal abandonaría este punto de vista, se desviaría de él, haciendo un cambio hacia lo mejor. Por eso si no dejamos que nuestro corazón se salga con la suya no llegará a estar establecido en ello.—Ecl. 8:11.
“GUSTAD Y VED”
10. ¿A qué invitación se le debe prestar atención concerniente a leer la Biblia?
10 El Salmo 34:8 invita: “Gustad y ved que Jehová es bueno.” ¿Tiene usted una Biblia? ¿La lee? ¿Alimenta usted su mente con el alimento espiritual que contiene? ¿Prueba usted la Palabra de Jehová para ver cuán buena es? No confunda esto con escuchar un sermón ortodoxo o seguir la tradición religiosa o creer en algún credo establecido. Tales cosas a menudo están en pugna con la Biblia, como Jesús dijo a los líderes religiosos: “Han hecho la palabra de Dios inválida a causa de su tradición.” (Mat. 15:6, NM) Lea la Biblia para usted mismo, sin ideas preconcebidas o prejuicios, y vea cuán buena es. Muchos abiertamente admiten que no creen en la Biblia, no porque la hayan leído, sino porque creen en la evolución, o han sido dispuestos contra la Biblia por lo que algunos dicen que contiene, o por la manera en que se portan algunos que se supone son cristianos. No la han probado por sí mismos. Son semejantes a las personas que dicen que, no les gusta cierto alimento antes de siquiera probarlo, y quienes resueltamente rehusan probarlo.
11. Después de leer y estudiar la Biblia, ¿qué otro alimento debe ser probado para saber de su delicia?
11 Muchos que dicen que creen en la Biblia y que la leen no siguen del todo sus enseñanzas. Hablan de Dios, pero sirven a Satanás. Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mat. 7:21, NM) Deben probar el hacer la voluntad de Jehová. Quizás con el tiempo les guste, puede que vean que es un alimento fortalecedor para ellos. Jesús dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envió y terminar su obra.” Pero muchos ven la comida de trabajo puesta ante el cristiano e inmediatamente se dicen: “No me gustaría ese alimento. Yo no quisiera ir a predicar a la gente y que se me desairara o me hicieran burla o me maltrataran rudamente.” Pero ¿por qué no prueban el trabajo y ven qué deleitable alimento puede ser? Jesús lo encontró así, como fué predicho: “Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío.”—Juan 4:34, NM; Sal. 40:8.
12. Cuando una persona sincera se disciplina ella misma para probar el estudiar la Palabra de Dios y el hacer su voluntad, ¿qué sucede que resulta en un corazón cambiado para ella?
12 Ellos deben disciplinarse, ellos mismos obligarse a estudiar la Palabra de Jehová, aprender sus verdades, y predicarlas a otros. Después de probar esto, tal vez se deleiten con la paz y el contentamiento, con la serenidad y la conciencia limpia que provienen de este alimento. Al principio tal vez no quiera hacerlo la persona, sabiendo en la mente que debe hacerlo pero no teniendo en el corazón el deseo de hacerlo. Pero supongamos que se determina a probar y ver si es bueno. Sin que su corazón esté en ello, lleva su vida diaria como cristiano y predica la Palabra de Dios a otros. Continúa haciéndolo por un tiempo, y luego comienza a ver los buenos resultados, experimenta el bien que resulta de este proceder, y gradualmente lo aprecia en su corazón, simpatiza de corazón con ello, y el deseo de hacerlo brota y crece en su corazón. No sólo en su intelecto, sino también en su corazón se está escribiendo la ley de Dios. Al aprenderla, pesarla, probarla, practicarla, disfrutar de sus resultados buenos, sentirse entusiasmado por el gozo que ve en otros como resultado de su predicación, su corazón llega a apreciarla y desearla y la persona es impulsada por sus sentimientos y emociones a hacerla. De modo que se escribe en su corazón, éste es cambiado, y lo que en otro tiempo tenía que hacerse por fuerza de obligación ahora se hace por selección y deseo emocionales, sin que sea necesario combatir más con el corazón, porque ha sido conquistado, porque ha sido purgado de sus antiguos deseos y ahora impulsa a su dueño al proceder prescrito por la ley de Jehová. Y todo porque fué disciplinado de modo que probara lo que pensó que jamás le podría gustar.
13. ¿Cómo reaccionan algunos cuando aprenden un poco acerca de Jehová y de su voluntad, y por qué es esto prematuro o precipitado?
13 El corazón es el centro del afecto, y los que aman a Jehová de corazón probarán y comerán y paladearán el menú de trabajo provisto por él, y no lo hallarán gravoso: “Esto es lo que el amor de Dios quiere decir, que observemos sus mandamientos; y sin embargo sus mandamientos no son gravosos.” No obstante, les parecen gravosos a muchos. A menudo ciertas personas estudian con los testigos de Jehová, se enteran del trabajo que Dios manda que se haga, y disciernen cuán grande cambio efectuaría en su modo de vivir el aceptar estos deberes. No sólo querría decir el cesar de hacer las obras de la carne, sino el comenzar las obras de la predicación, y ellas no quieren cesar de hacer las primeras ni comenzar estas últimas. Ellas no desean el cambio de corazón que las movería a hacerlo. Pero no quieren admitir esto, de modo que ocupan la mente en inventar excusas que encubren las verdaderas razones que están en el corazón. Dicen que están demasiado ocupadas, o señalan a faltas imaginarias en alguna doctrina, o deciden que los testigos son demasiado radicales. Deciden en contra del proceder fiel antes de abrir los ojos para ver la felicidad que trae, antes de haber probado sus gozos. Si continuaran estudian-do llegarían a apreciar todas las bendiciones que Jehová ha provisto—la tierra, sus plantas y animales y maravillas escénicas, Jesús como Rescate, el nuevo mundo de justicia, la oportunidad de vivir en él para siempre—y el amor que Él les manifiesta las haría amarlo en cambio. Entonces la obediencia a él sería un gozo: “En cuanto a nosotros, amamos, porque él primeramente nos amó a nosotros.” Así, acontecería un cambio en su centro de afecto y se habría hecho que la ley de Dios estuviera en su corazón.—1 Juan 5:3; 4:19, NM.
LAS SEMILLAS DE LA VERDAD EN EL TERRENO DEL CORAZÓN
14. ¿Cómo ilustró Jesús diferentes condiciones del corazón?
14 Por medio de una ilustración Jesús dió énfasis a la importancia de la condición del corazón. Un sembrador esparció la semilla y alguna cayó en terreno endurecido a lo largo del camino y los pájaros se la comieron; alguna cayó en terreno peñascoso con poca tierra y después que germinó el sol ardiente la abrasó; alguna cayó entre espinos que la ahogaron, pero otra semilla fué a dar en terreno bueno y se maduró y produjo fruto. Grandes muchedumbres oyeron esta ilustración, pero sólo un grupo pequeño entendió el significado de ella al oír la explicación de Jesús. La semilla es la verdad, “la palabra del reino,” el terreno es el corazón. La semilla a la orilla del camino de tierra compacta que los pájaros se comieron es semejante a la verdad que cae en corazones endurecidos en que no puede penetrar y por consiguiente es arrebatada por Satanás mediante sus agentes. La verdad en un corazón somero tal vez se abrace entusiásticamente al principio, pero cuando la persecución viene se marchita por no estar profundamente arraigada. Es semejante a la semilla en terreno peñascoso, somero, que germinó rápidamente pero se marchitó de igual manera cuando el sol calentó. La semilla ahogada por los espinos es semejante a la verdad sembrada en un corazón lleno de las ansiedades mundanas: el materialismo, la ambición y el amor a los placeres. La verdad de Dios pronto es ahogada. Pero la semilla fructífera que cae en la tierra buena es semejante a la verdad en un corazón recto. Llega a escribirse en dicho corazón, y la escritura se desborda y alcanza a otros corazones también.—Mat. 13:3-9, 18-23.
15. ¿Qué demuestra que los corazones pueden cambiar?
15 Pero jamás olvide que es posible hacer cambios en el terreno. Se puede arar el terreno compacto, sacar las rocas y desarraigar los espinos. Si el dueño así lo desea, no es imposible ablandar un corazón endurecido. Jehová habló de reemplazar un corazón de piedra con uno de carne. Y ciertamente el materialismo, la preocupación infructuosa y la búsqueda excesiva de los placeres pueden ser extirpados del terreno del corazón para dar lugar a la verdad del Reino. Corazones que ahora tienen la ley de Dios escrita en ellos anteriormente estuvieron mutilados por la escritura incorrecta. Cambiaron y ahora viven, “ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios.” Decidieron que habían malgastado suficiente tiempo en vida relajada y cambiaron, dejando perplejos a antiguos amigos mundanos: “Porque ustedes no siguen corriendo con ellos en este curso al mismo bajo sumidero de libertinaje, ellos están perplejos y siguen hablando abusivamente de ustedes.” Estos corazones fueron limpiados de filosofías mundanas, lavados por repetidas aplicaciones de aguas de la verdad, y con el tiempo la ley de Dios se arraigó allí semejante a semilla en terreno bueno, y produjo fruto espiritual en vez de las anteriores obras carnales.—1 Ped. 4:1-4; Gál. 5:19-23, NM.
16. ¿Qué demuestra 1 Corintios 3:5-9?
16 Dejando ahora la parábola de Jesús acerca de las cuatro clases de terreno en las cuales se sembró la semilla de trigo o algún otro grano comestible, recordarnos las palabras del apóstol: “¿Qué, entonces, es Apolos? Sí, ¿qué es Pablo? Ministros por medio de quienes ustedes llegaron a ser creyentes, así como el Señor concedió a cada uno. Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer; de modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que lo hace crecer. . . . Ustedes són el campo de Dios que está bajo cultivación.” (1 Cor. 3:5-9, NM) Aquí se subraya la importancia de regar las semillas de plantas comestibles que hay en un campo cultivado, con el fin de que Dios bendiga las semillas haciéndolas crecer. Esto muestra la importancia de regar a las personas que han mostrado interés con más agua de la verdad después que se ha sembrado en ellas la semilla de verdad original.
17. (a) ¿Por qué es que algunas semillas del desierto rehusan germinar a causa del suelo, a menos que la lluvia sea fuerte y la humedad venga de arriba? (b) ¿Por qué rehusan germinar algunas, salvo bajo ciertas condiciones, a causa de su tegumento?
17 La importancia de regar se ve aun en las discernidoras semillas del desierto mencionadas como ilustración en el primer párrafo. Recuerde que rehusaban germinar hasta que hubiera caído lluvia abundante, y que el agua tenía que venir de arriba hacia abajo en vez de empaparlas desde abajo. ¿Por qué? Algunas semillas rehusan germinar cuando hay ciertas sales en el terreno. Estas sales son solubles en agua; de modo que cuando llueve mucho las sales se disuelven y el agua las lleva más profundamente dentro del terreno. Removidas así de los alrededores de las semillas, las sales ya no impiden la germinación. Sin embargo, si la lluvia es ligera, aunque empape totalmente la capa superior del suelo, no remueve las sales y las semillas no germinan. Y el agua que empapa desde abajo no tiene esa acción disolvente y por eso no se lleva las sales de la semilla. A veces la dificultad no tiene que ver con el terreno, sino con las semillas. Algunas semillas del desierto tienen en su tegumento o envoltura substancias que son solubles en agua que impiden la germinación, y aunque una lluvia ligera puede remojar las semillas, se necesita una lluvia fuerte para quitar todos estos impedimentos que hay en su tegumento. Algunas semillas se demoran unos cuantos días en germinar después de una lluvia y luego germinan si el terreno todavía está húmedo. Otras tienen dentro de ellas materias que impiden la germinación y éstas pueden ser quitadas únicamente por la acción de bacterias, lo cual requiere humedad prolongada. Y algunas semillas rehusan germinar hasta que han sido mojadas por una serie de lluvias.
18. ¿Cómo ilustra esto la germinación de las semillas de verdad en el terreno del corazón?
18 Verdaderamente es raro hallar a una persona que acepte la semilla de la verdad en su cabalidad la primera vez que ésta se siembra y se riega. Casi siempre hay creencias o prejuicios en el corazón que impiden la germinación inmediata de la semilla de la verdad. Quizás la creencia en la trinidad impida que la persona crea que Jehová es supremo, sin igual. Se necesitan repetidas aplicaciones del agua de la verdad para quitar este obstáculo. O quizás la creencia en la inmortalidad del alma obscurezca su entendimiento y aprecio de la resurrección, o quizás la idea de que la tierra será destruída por fuego impida que acepte la verdad de que la tierra literal ha de permanecer para siempre, o posiblemente no pueda apreciar que la tierra ha de ser habitada para siempre porque piensa que todas las personas irán a uno de dos lugares, al cielo o al infierno. Quizás el tener la fe mal cifrada en un falso líder religioso ciega a la persona a la verdad de la Biblia. Sólo después que se haya aplicado mucha agua de verdad por medio de sermones a la puerta, revisitas y estudios bíblicos de casa se quitarán del terreno del corazón estos estorbos al desarrollo cristiano. Un poco de agua, unos cuantos textos bíblicos, un puñado de textos favoritos como los que algunas religiones usan repetidamente, no bastan. Muchos, muchos textos bíblicos tienen que fluir como río de la Palabra de Dios para remover todas las objeciones y para asegurar crecimiento continuo a la madurez cristiana.
19. ¿Cómo son algunas verdades semejantes a las semillas cuyo tegumento estorba la germinación, y con qué propósito son algunas así?
19 ¿Qué hay de las semillas que tenían en su tegumento substancias que servían de estorbo? Algunas verdades son así. Algunas se comparan a carne que es difícil de digerir y no se asimilan hasta que muchas verdades más sencillas han sido digeridas. En realidad, algunas verdades son cubiertas deliberadamente para impedir que se entiendan rápidamente. Un caso a propósito es la verdad acerca de lo necesario que es la condición correcta de corazón. Esta se ocultó detrás de una ilustración acerca del sembrador y la semilla que cayó en diferentes tipos de terreno, y Jesús dijo que había sido escondida deliberadamente para impedir que la comprendieran los que no lo merecían. No se establecerá en el corazón de éstos y crecerá hasta la madurez fructífera; por consiguiente ni siquiera comenzó a germinar allí. De modo que la semilla del desierto, por su tegumento, rehusa germinar bajo condiciones desfavorables que querrían decir su muerte temprana, antes de producir fruto. Pero cuando cae suficiente agua germina, y, de manera semejante, cuando los que oían a Jesús mostraron suficiente interés y se quedaron con él para oír sus palabras adicionales que quitaron la cubierta o envoltura de la ilustración, la verdad que contenía creció en su corazón. Las aguas de verdad que se añadieron hicieron que la semilla de la verdad germinara y creciera, y el interés y la sed que demostraron los que persistieron sirvió para indicar que eran de la clase que perseveraría hasta producir fruto cristiano.
20. ¿Qué se ilustra por el agua que viene de arriba y la humedad que remoja desde abajo?
20 En el caso de las semillas del desierto el agua tenía que venir de arriba hacia abajo, no de abajo hacia arriba. Jehová tiene un conducto para que las aguas espirituales fluyan por él, y ese conducto viene de arriba hacia abajo también. Jehová, el más alto, inspiró a los hombres a escribir la Biblia; él la interpreta; Cristo habló por él cuando estuvo sobre la tierra, y sus testigos terrestres presentes declaran su mensaje. En estos últimos días Jehová tiene una organización visible, “el esclavo fiel y discreto, a quien su amo asignó sobre sus domésticos para darles el alimento al debido tiempo,” mediante el cual él encauza aguas de verdad a la gente. De Jehová viene el “río de agua de vida, resplandeciente como el cristal, fluyendo desde el trono de Dios y del Cordero,” y la invitación extensamente proclamada es: “Cualquiera que tenga sed venga; que cualquiera que desee tome del agua de la vida gratis.” (Mat. 24:45; Apo. 22:1, 17, NM) El agua ofrecida por las religiones ortodoxas de la cristiandad no desciende teocráticamente de arriba, sino que brota del fondo, de simples hombres, y consta de tradiciones y filosofías e interpretaciones privadas de los hombres. Dicho abastecimiento de agua no produce fruto cristiano, como lo prueba un vistazo a la corrupción que reina en la cristiandad.—Mat. 7:15-20.
21. ¿Qué trata de hacer Satanás, pero qué debemos pedir a Jehová que haga por nosotros, y cómo debemos dejar que Dios lo haga?
21 ¿Qué agua beberá usted, la que viene de arriba o la del fondo? ¿A quién dejará usted que escriba en su corazón, a Jehová o a Satanás? Satanás está empeñado en ganar o robar o capturar su corazón y atestarlo de propagandas demoníacas a tal grado que no quede ningún lugar donde pueda escribirse la ley de Jehová en él. Si usted deja que Satanás escriba en su corazón esto será su epitafio, pero si usted pide que Jehová escriba su ley en él esto señalará el camino a la vida eterna. Por consiguiente la razón insta a que dejemos que Jehová sea el que escriba en nuestro corazón. Tenemos que dejar que lo haga por medio de abrir nuestra mente a su Palabra, por medio de estudiarla y meditar en ella, por medio de disciplinarnos para poner en práctica sus leyes, por medio de probar el bien que resulta de esta obediencia, y así finalmente amar el hacer esto. Y luego servir fielmente como testigo de Jehová, ayudando a hacer que la ley de Dios esté en el corazón de otras personas.
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