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  • La mediana edad... ¿años dorados, o tiempo de crisis?
    ¡Despertad! 1983 | 8 de julio
    • La mediana edad... ¿años dorados, o tiempo de crisis?

      “¡LA VIDA empieza a los 40 años!”, se dice. Y muchas personas que pasan por la “mediana edad” estarían completamente de acuerdo con esa opinión. Cierta señora dice: “De veras, no querría volver a tener 18 años de edad. Soy mucho más feliz ahora, que tengo cincuenta y tantos, de lo que he sido en muchos años”.

      Sí, para algunas personas esos son los “años dorados”. Tienen a su disposición sabiduría, fruto de sus años de experiencia en la vida. Por eso se sienten competentes, que dominan razonablemente su vida. Ni siquiera la perspectiva de que sus hijos se vayan las desalienta demasiado. Más bien, ven que tendrán la oportunidad de dedicar más tiempo a asuntos personales y disfrutar de mayor intimidad junto a su cónyuge. En lugar de estar decaídas, su vida abunda en actividad significativa.

      No obstante, otras personas no son tan optimistas. ‘Pues el cumplir 40 años —dicen ellas— no es el comienzo de nada... es simplemente el fin de la juventud.’ Y puede que tengan motivo para sentir aprensión. Desconcertadas por las primeras señales de que están envejeciendo, puede que se sientan como el hombre que dijo: “Cuando me veo esas bolsas debajo de los ojos, sé que ya soy un hombre acabado. No me dirijo a ninguna parte, sino al cementerio”.

      Además, tal vez las acosen las preocupaciones financieras. Puede que la soledad las angustie. Y a medida que la salud de ellas se deteriora gradualmente, y por primera vez se encaran al espectro de la muerte, quizás duden de que su vida haya tenido significado, de que el futuro realmente ofrezca algo de valor. ‘¡Oh, si recobrara la juventud!’, tal vez diga suspirando cada una.

      Sin embargo, la Biblia señala: “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará” (Gálatas 6:7). El que la mediana edad sea “dorada”, o un tiempo de crisis, tiene mucho que ver con lo que uno haya “sembrado” durante sus primeros años de vida... los valores por los que haya tenido alta estima, los hábitos que haya cultivado y las metas que se haya esforzado por alcanzar en la vida. Puesto que con el tiempo muchos de nosotros tenemos que pasar por la mediana edad, examinemos algunas de sus perspectivas... y problemas.

  • Las mujeres y la mediana edad
    ¡Despertad! 1983 | 8 de julio
    • Las mujeres y la mediana edad

      ‘¿ADIVINE quién superó a las demás en los diagramas acerca de la felicidad?’, dijo la revista Redbook. La encuesta que se llevó a cabo para esta revista, en la que se entrevistó a 52.000 mujeres, reveló que las mujeres más felices son las de mediana edad.

      Esto no debería sorprenderle. Las expectativas de una joven en la vida son a menudo tan cándidas que ella no está preparada para los estragos de la vida. No obstante, la mujer mayor ya sabe lo que es sufrir una desilusión... y cómo recuperarse de ésta. De un caudal de experiencia, ella emplea estrategias que la ayudan a evitar los peligros característicos de la juventud.

      Sin embargo, “puede ser espantoso pasar de los 40 años”, admite una mujer. “Todavía una es joven, pero sabe que va entrando en la mediana edad.” La cultura occidental da tanto énfasis a la juventud que es natural que muchas mujeres teman envejecer.

      Por ejemplo, a muchas mujeres les preocupa el comienzo de la menopausia. Pues ésta no solo anuncia un período en que se sentirá un poco de malestar físico, sino que también pone fin a los años de fertilidad de una mujer. ¿Se debería temer a esto?

      La maternidad puede ser verdaderamente remuneradora (Salmo 127:3). Así que es solo natural que algunas mujeres se sientan un poco tristes cuando termina esta parte de la vida. Pero muchas mujeres de mediana edad francamente no quieren la obligación que implicaría en términos de tiempo, energías y afecto el volver a tener otro bebé. Como dice el libro After Forty: “La pausa que deprime a algunas mujeres, a menudo refresca a otras”.

      ¿Qué hay, sin embargo, de las que se lamentan de que hayan terminado los años relacionados con la maternidad... que se sienten vacías y solas? Si la vida de una mujer se ha concentrado exclusivamente en la crianza de los hijos, la mediana edad puede ser agonizante. No obstante, Jesucristo mostró que hay un propósito más noble en la vida que el simplemente criar hijos. En cierta ocasión una mujer exclamó: “¡Feliz es la matriz que te llevó y los pechos que mamaste!”. Mas Jesús respondió: “No, más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”. (Lucas 11:27, 28.)

      A las mujeres cuya vida gira en torno al servicio a Dios y que han “sembrado” aprecio por los valores y principios piadosos, la vida no les parece tan vacía cuando pasan los años relacionados con la maternidad. Las testigos de Jehová, por ejemplo, ven los años de su vida, incluso la mediana edad, como una oportunidad de seguir expandiendo su servicio sagrado a Dios. Saben que hay “algo mejor que hijos e hijas”... una buena relación con Dios y la promesa de recibir su bendición. (Isaías 56:3-5.)

      “¡Estoy perdiendo la lozanía!”

      Cierta mujer confesó: “Cuando comienzan a aparecer las primeras arrugas, una las tiene sumamente presente. Una comienza a pensar: ‘¡Estoy perdiendo la lozanía!’”.

      Sí, “la belleza no dura” (Proverbios 31:30, La Biblia al Día). Pero el amor propio no debería basarse exclusivamente en el fugaz atractivo físico. El verdadero atractivo de una mujer no consiste en la apariencia. Más bien, consiste en “la persona secreta del corazón en la vestidura incorruptible del espíritu tranquilo y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios” (1 Pedro 3:3, 4). Si una ha cultivado esa belleza interior —apacibilidad, compasión, hospitalidad, generosidad— seguirá siendo hermosa, ¡prescindiendo de la edad!

      Es cierto que no se debería descuidar la apariencia. Por ejemplo, si se lleva un régimen alimentario adecuado y se hacen ejercicios, a menudo se puede evitar —o al menos controlar— lo que se conoce como la curva del cincuentón o la cincuentona. Y la mujer madura puede vestir con buen gusto, “con modestia y buen juicio” (1 Timoteo 2:9). El libro Prime Time advierte francamente: “Un vestido y un peinado característicos de una jovencita sólo hacen que el rostro y la figura de una mujer de mediana edad se vean más viejos, pero un vestido y un peinado más propios de una adulta complementan su atractivo matizado por la edad”.

      Sin embargo, cierta mujer que ya pasa de los cincuenta años nos recuerda: “Un vestido, un sombrero o una blusa no contribuirán a que una mujer se sienta mejor, si ella no tiene un buen concepto de sí misma. ¡Una tiene que sentirse hermosa por dentro!”. Por eso, no se inquiete si le aparecen más líneas o arrugas en el rostro. Pues un hombre lo describe así: “El rostro que muestra señales de lucha, experiencia, madurez y cambio, además del potencial para aún más cambio y desarrollo, es un rostro hermoso, un rostro verdaderamente juvenil”.

      Mujeres que están solas

      ¿Qué hay, sin embargo, de las mujeres que tienen que enfrentarse solas a la mediana edad? Si una mujer no ha cultivado amistades genuinas ni tiene un modo significativo de pasar el tiempo, la soledad la puede consumir. Por otro lado, Rose es una soltera que ha aprendido uno de los secretos para combatir la soledad. “Dé de sí misma”, dice ella. “Si quiere recibir, entonces comience a dar. Trate de conocer mejor a otras personas. Usted se sorprenderá; con el tiempo las personas responden.” De igual manera, otra mujer sugiere: “Invite a otras personas a su casa. Reúna informalmente a un grupito, aunque solo sea para tomarse una taza de café, acompañada de un pedazo de bizcocho”. ¡”El alma generosa” a menudo es bendecida con amistades duraderas! (Proverbios 11:25.)

      Aunque pudiera decirse mucho más, está claro que sus primeros años en la vida determinan sustancialmente cómo le irá en la mediana edad. No obstante, la menopausia, la soledad y hasta la pérdida de belleza física se pueden vencer con éxito. Y aunque ahora una se dé cuenta de que necesita un cambio de valores, nunca es demasiado tarde para cambiar, nunca es demasiado tarde para empezar a “sembrar” apropiadamente.

      [Ilustraciones en la página 5]

      La belleza física se desvanece...

      ... pero la belleza interior resulta en atractivo perdurable

  • Los hombres y la mediana edad
    ¡Despertad! 1983 | 8 de julio
    • Los hombres y la mediana edad

      “CIERTO día, mientras me afeitaba —recordaba un hombre— vi [...] lo gris que se me estaba poniendo el pelo [...] noté las hinchadas bolsas que tenía debajo de los ojos y luego vi las arrugas que tenía en la frente... entonces me miré toda la cara, y lo que vi fue un golpe terrible para mí.”

      El darse cuenta de que uno está envejeciendo no siempre toma a uno por sorpresa. Pero tarde o temprano el hombre se da cuenta de lo jadeante que se siente después de subir un tramo de escalera, o lo cansado que se siente después de un día de trabajo. Ahora se siente tenso cuando escucha a alguien hablar por televisión sobre lo comunes que son los ataques cardíacos entre personas de mediana edad. Tal vez hasta se halle examinando las columnas necrológicas de algún diario. Además, pudiera sentirse herido tocante a su orgullo de varón al pensar que ya no atrae a las personas del otro sexo. Algunos hombres notan una decadencia en sus facultades sexuales.

      Sin embargo, los médicos dicen que generalmente el hombre no pierde sus facultades reproductivas sino hasta llegar a una edad bastante avanzada. Por supuesto, si tiene algún problema de salud, puede procurar un tratamiento apropiado.

      No obstante, los investigadores Masters y Johnson informan que después de los 50 años de edad “la frecuencia de incapacidad sexual en el varón aumenta drásticamente”. Y esto probablemente se deba a una serie de factores físicos y emocionales. Por ejemplo, el temor al fracaso parece ser un factor principal. Como explica cierto escritor: “Un solo fracaso tocante a lo sexual puede ser devastador. El [...] hombre entonces pudiera retraerse de tener relaciones sexuales con su esposa para no volver a sentirse humillado”.

      Síntomas de una crisis

      Se entiende que los hombres consideren la mediana edad como una amenaza. Un hombre pudiera enfrascarse en una intensa lucha interna por retener su juventud e identidad. Pero su crisis puede manifestarse de diferentes maneras. Algunos hombres sufren un “ataque de vanidad”. Como lo expresó cierto vendedor de ropa, los hombres de mediana edad a menudo “entran [en una tienda] con ropa de estilo conservador, de color gris oscuro y azul, y [...] salen con ropa que tiene rajas, de cuadros, con botones de color oro, [y] camisas de color rosa subido”.

      Hay otras cosas que indican si se está pasando por una “crisis”: cambios drásticos en el modo de vivir, el deprimirse, aislarse, volverse indeciso, mostrar apatía. Algunos hombres hasta enferman.

      Pero, en realidad, ¿qué hay detrás de ese comportamiento que a veces es errático? ¿No es el no haber “sembrado” valores sanos, el no haber cultivado un punto de vista realista de la vida? Por otro lado, el hombre que permite que los principios bíblicos guíen su modo de pensar no tiene que sufrir dicha desesperación. ¿Por qué no?

      En primer lugar, él sabe que la vida es dolorosamente corta, que es inevitable envejecer, y acepta este hecho. (Vea Salmo 90:10.) La estima que tiene de sí mismo no se mide por lo atractivo que sea para las personas del otro sexo. Más bien, él se “jacta” en su relación con Dios (1 Corintios 1:31). De modo que no tiene que perturbarse indebidamente en cuanto al pelo gris, o aun debido a que le esté comenzando a crecer una panza. Está consciente de lo insensato que es ‘pensar más de sí mismo de lo que es necesario pensar’ (Romanos 12:3). El consejo bíblico tocante a ser “modesto” le ayuda a tomar en cuenta sus limitaciones de manera realista (Miqueas 6:8). Hasta le impele a ser selectivo en cuanto a su modo de vestir y su acicalamiento. Es cierto que la modestia no quiere decir que uno no pueda vestir con gusto, hasta a la moda. Pero él no se siente impulsado a seguir las manías relacionadas con la vestimenta de los jóvenes de Occidente y adornarse el pecho con cadenas que cuelguen del cuello ni ponerse pantalones vaqueros que le queden ceñidos. Su vestimenta refleja la dignidad de su edad.

      “Estoy atrapado”

      La mediana edad es también un tiempo en que el hombre tal vez examine de nuevo su vida. Por ejemplo, pudiera reflexionar mucho sobre su trabajo seglar... las presiones, la monotonía, la inseguridad de éste. Hasta pudiera sentirse como cierto vendedor de 52 años de edad, quien dijo: “Estoy atrapado en el mismo empleo desde hace veinte años, y no he logrado nada”. Y la decepción amarga de que no se le dé un ascenso a él, pero sí a hombres que tienen casi la mitad de su edad y mucho menos experiencia, puede hacer que un hombre odie la idea de ir a su empleo.

      Por supuesto, la persona cuya vida se centra en un empleo pudiera desesperarse cuando sus expectativas chocan con la realidad. Las difíciles condiciones de trabajo son duras para cualquier persona. Pero al hombre que se deja guiar por principios bíblicos no le parece que la vida haya perdido su significado si no alcanza la cumbre en su campo. Sabe que la rivalidad por posiciones es “vanidad y un esforzarse tras el viento” (Eclesiastés 4:4). Ha visto cómo han arruinado otras personas a su alrededor la salud de ellas y han socavado su vida familiar debido a ir en pos de prominencia. Pero el hombre que sigue los principios bíblicos se siente agradecido de tener un empleo que le provee lo necesario y halla satisfacción en desempeñarlo bien. Su trabajo seglar no es el centro de su vida, sino simplemente un medio de proveer lo que él y su familia necesitan mientras va en pos de intereses espirituales. Armado de este punto de vista, puede ‘ver el bien por todo su duro trabajo [...] por el número de los días de su vida que el Dios verdadero le ha dado, porque ésa es su porción’. (Eclesiastés 5:18; 1 Timoteo 5:8.)

      [Ilustraciones en la página 7]

      Algunos hombres procuran satisfacción mediante ropa juvenil que está a la moda...

      ... pero la verdadera satisfacción proviene del trabajo bien hecho

  • El matrimonio y la mediana edad
    ¡Despertad! 1983 | 8 de julio
    • El matrimonio y la mediana edad

      ÚLTIMAMENTE se han escuchado informes perturbadores tocante a matrimonios de personas de mediana edad. Por ejemplo, se informa que, según un estudio efectuado en el Canadá, la intimidad y la satisfacción marital disminuyen a medida que el matrimonio envejece. Algunas estadísticas parecen indicar que está aumentando vertiginosamente el índice de divorcios entre parejas que tienen más de 45 años de edad. Y tal vez hasta su propio matrimonio no le suministre el gozo de antes.

      Hoy día hay tantas personas renunciando al matrimonio que uno quizás se pregunte a veces si vale la pena resolver los problemas maritales. Algunos “expertos” hasta están exaltando las virtudes de comenzar de nuevo con otro cónyuge. Pero ¿cómo les va a las personas que dan ese paso?

      Tratos traicioneros

      “¡Estás demasiado vieja!”, dijo descaradamente un hombre de mediana edad a su esposa. Él egoístamente estaba teniendo relaciones adulterinas con una mujer más joven. La esposa recuerda: “¡Se sentía orgulloso de ello! Hasta quería que yo escuchara todo detalle de su aventura”.

      ¿Por qué hay hombres —y mujeres— que tratan tan traidoramente a sus cónyuges aun después de muchos años de matrimonio (Malaquías 2:14-16)? Para algunos, el tener una “aventura” es una manera de levantar su decaído amor propio, una oportunidad de reafirmar su masculinidad o femineidad. Además, puede que un hombre tema que sus facultades sexuales estén decayendo, y tal vez quiera probar que no es así.

      La Biblia describe bien las consecuencias del adulterio, al decir: “¡Qué imprudente es el que anda con la mujer ajena! ¡El que lo hace se destruye a sí mismo!”. (Proverbios 6:32, Versión Popular.)

      ¿Cómo pudiera cierta acción hecha en secreto ‘destruir’ a alguien? En primer lugar, se arruina la conciencia de la persona adúltera. Hasta el hombre jactancioso que se mencionó antes confesó después: “¡No puedo dormir de noche!”. Por otro lado, su inocente esposa recuerda que podía dormir profundamente. “No tenía ningún sentimiento de culpabilidad —dice ella— porque trataba de seguir el camino de Jehová.”

      La persona adúltera también hace daño a su amor propio y arruina sus perspectivas de felicidad. ¿Pudiera realmente confiar en él su nueva esposa (aunque se casara con su compañera adulterina)? Lo peor de todo es que tales tratos traicioneros destruyen la relación que uno tiene con Dios, quien “juzgará a los fornicadores y a los adúlteros” (Hebreos 13:4). ¡Un precio demasiado alto por tal proceder egoísta!

      Por eso Salomón aconsejó: “Resulte bendita tu fuente de aguas, y regocíjate con la esposa de tu juventud” (Proverbios 5:18). Sin embargo, los problemas tocante a lo sexual pueden surgir a cualquier edad en el matrimonio. Por eso la Biblia aconseja a los matrimonios en general: “No estén privándose de ello [el débito conyugal] el uno al otro”. (1 Corintios 7:5.)

      Como comentó un consejero matrimonial, el deterioro de la comunicación “se ha convertido en el problema principal de las parejas que han estado casadas por muchos años”. ¿Cómo surgen tales problemas?

      “El problema principal”

      El hombre llega a casa del trabajo y, a manera de saludo, se le informan las noticias de la crisis más reciente. (”¡Amorcito, el dentista dice que hay que arreglarle los dientes a David!”) “Y ella solía preguntarme cómo me había ido el día”, dice él suspirando.

      Sin embargo, el hablar sobre boletines de calificaciones e inyecciones contra el sarampión puede dominar fácilmente sus conversaciones. Solo después que los hijos han crecido y se han ido del hogar es que algunas parejas se dan cuenta de que han olvidado cómo hablar sobre asuntos personales.

      También puede que se manifieste algún problema cuando la esposa llegue a la menopausia, etapa de la vida en que ella necesita que se le muestre compasión y comprensión. El esposo, tal vez por estar luchando contra la crisis de la mediana edad, pudiera volverse bastante agresivo o argumentador. Difícilmente se le pudiera considerar el modelo de una persona comprensiva.

      La agresividad puede engendrar agresividad. Los autores de Making It From 40 to 50 dicen: “Discuten, se quejan, importunan; se hieren mutuamente como sólo pueden hacerlo los que se han amado y han vivido juntos por mucho tiempo. Conocen mutuamente sus debilidades específicas y temores ocultos, y éstos se convierten en blancos de ataque en batallas que a veces alcanzan extraordinarios niveles de maldad”. ¿Cómo se puede detener el ciclo de discusiones?

      Cómo restaurar la comunicación

      “El amor —dice la Biblia— es sufrido y bondadoso [...] no busca sus propios intereses, no se siente provocado” (1 Corintios 13:4, 5). De modo que, ¡olvídese de tener lástima de sí mismo! Más bien, sea sensible con relación a las presiones emocionales que su cónyuge tal vez esté sintiendo. Sean indulgentes entre sí. ¡Y rehúsen echarle leña al fuego! “Donde no hay leña se apaga el fuego.” (Proverbios 26:20, 21.)

      Si la comunicación se hace difícil debido a que su cónyuge no le comprende, déjele saber lo que usted piensa. Es cierto que el hacer esto no es fácil para toda persona. A los hombres en especial parece hacérseles difícil revelar sus temores y debilidades.

      Sin embargo, Abrahán, padre de la raza judía y denodado hombre de acción, no tuvo miedo de admitir sus temores... aun a su esposa. Y ella lo respetaba profundamente. (Vea Génesis 12:11-13; 18:12.) ¿No mejoraría su matrimonio si usted desplegara una honradez y franqueza parecidas a las de Abrahán?

      Por lo tanto, la comunicación es un factor clave para mantener vivo el matrimonio. Es cierto que la edad produce deterioro físico; y a veces la decadencia es mayor en uno de los cónyuges que en el otro. Pero si ustedes han “sembrado” sabiamente durante los años, habrá algo más que solo atracción física para sostener su matrimonio. Como lo expresó cierto hombre: “Cuando hay verdadera compenetración con el cónyuge de uno, esto produce gran satisfacción. Uno puede expresar libremente sus emociones y sentimientos a alguien que le conoce mejor que cualquier otra persona y que comprende cómo uno se siente”. Sí, tendrá el compañerismo de alguien con quien a usted verdaderamente le deleita estar. ¿No es cierto que vale la pena mantener tal unión maravillosa? Pues tal vez usted descubra que los años de la mediana edad sean los de mayor intimidad y satisfacción de su matrimonio.

      [Ilustraciones en la página 9]

      ¿Pelean ustedes,...

      ... o verdaderamente se aman mutuamente?

  • ¡Pueden ser años dorados!
    ¡Despertad! 1983 | 8 de julio
    • ¡Pueden ser años dorados!

      ¿CÓMO serán los años de la mediana edad en el caso de usted? ¿Serán “años dorados”, o un tiempo de crisis? ¿El “mejor de los tiempos”, o el ‘peor de éstos’? ¿Una “plataforma de lanzamiento para alcanzar una nueva etapa de la vida”, o un tiempo de inactividad?

      Recordamos de nuevo las siguientes palabras de la Biblia: “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará” (Gálatas 6:7). Por eso, en gran parte depende de usted cómo resulten los años de la mediana edad en su caso.

      Si usted es joven, esto debería hacerle reflexionar. Actualmente tal vez le parezca que la mediana edad está muy lejos. Pero no es así. Nuestra vida ‘pasa rápidamente, y volamos’ (Salmo 90:10). Por lo tanto, si usted hace caso omiso de los valores espirituales ahora, sufrirá las consecuencias luego... se sentirá desesperanzado y descontento con su vida. Si no se esfuerza por ser industrioso, tener dominio de sí mismo y adquirir conocimiento y entendimiento, segará infelicidad en los años posteriores de su vida. Si Dios no ocupa un lugar en su vida ahora, la vejez será un tiempo de “días calamitosos” para usted. Por eso el sabio rey Salomón concluyó que el proceder sabio es ‘temer al Dios verdadero y guardar sus mandamientos’ (Eclesiastés 12:1, 13). Pero primero es necesario aprender acerca de Dios. Una buena manera de empezar es por medio de estudiar su Palabra, la Biblia.

      Cómo empezar de nuevo

      ¿Qué hay si usted ya ha alcanzado la mediana edad, o aun años posteriores, y ahora está sufriendo las consecuencias de no haber “sembrado” aprecio por los valores y principios correctos? Ahora es el tiempo de cambiar de proceder.

      ‘Pero ¿cómo?’, tal vez pregunte usted. Algunos hombres y mujeres de mediana edad tratan de hallar cierto grado de satisfacción y propósito en la vida por medio de dedicarse a asuntos de la comunidad o a otros servicios provechosos. Otras personas tratan de empezar una nueva vida por medio de viajar, explorar y hacer cosas que siempre habían querido hacer pero que nunca habían podido llegar a hacer. Sin embargo, hay algo que puede proporcionar mayor satisfacción que cualquiera de esas actividades. Usted puede saber de qué se trata si dedica tiempo a familiarizarse con la Biblia y la esperanza que Dios ofrece. Los testigos de Jehová gustosamente le mostrarán cómo emprender dicho estudio. ¿Qué beneficio obtendrá usted? ¡Una esperanza viva!

      Sí, eso es lo que tienen los testigos de Jehová... una esperanza bien fundada. Estamos convencidos de que Dios ha dado un propósito a la vida y de que ésta consiste en más que solamente unos 70 u 80 años efímeros. Tenemos la esperanza de que un gobierno celestial se encargará por completo de dirigir los asuntos de la Tierra y con el tiempo la transformará por completo en un Paraíso. ¡Esto proporcionará a los humanos la perspectiva de vivir para siempre y disfrutar plenamente de la vida! (Salmo 72:1-8; Revelación 21:3, 4; Juan 17:3.)

      El compartir esta esperanza con otras personas es una fuente de gran satisfacción personal para los testigos de Jehová y les da un verdadero propósito en la vida. En el caso de ellos, la mediana edad y los años posteriores de la vida están llenos de actividad provechosa, que consiste en ayudar a otras personas a saber acerca de Dios. Por ejemplo, cierto matrimonio quedó solo después que el último de sus hijos se fue de la casa. Después que marido y mujer habían pasado varias semanas sintiéndose muy solos, el esposo se sentó con su esposa para considerar la posibilidad de que él obtuviera trabajo de media jornada a fin de que ambos pudieran dedicar la mayor parte de su tiempo a la obra de compartir las verdades bíblicas con otras personas. “¡Me siento como si estuviera ‘azotando el aire’ al mantener este trabajo de tiempo completo!”, dijo él. Decidieron esforzarse por alcanzar la meta de dedicarse al servicio de Dios de tiempo completo. Hoy tienen el gozo de trabajar juntos en las oficinas centrales de la Sociedad Watchtower, en Brooklyn, Nueva York, donde contribuyen a la producción de literatura bíblica, como esta revista.

      En el caso de usted, ¿no haría dicha fe viva que la mediana edad, o cualquier etapa de su vida respecto a eso, fuera un período bendito para estar vivo? Carmela, testigo de Jehová, dice: “Estamos al umbral de un cambio que resultará en un gobierno perfecto. Es así como veo la situación y eso es lo que me mantiene activa y feliz”. Los testigos de Jehová tendrían mucho gusto en compartir su fe con usted y ayudarle a hallar gozo y satisfacción que durarán para siempre.

      Así, aunque la vida realmente no empieza a los 40 años de edad, tampoco termina a esta edad. Se presentan nuevas oportunidades para instruirse y desarrollarse. Al reflexionar detenidamente, usted tal vez hasta se sienta impulsado a hacer cambios necesarios en su modo de pensar y de vivir. La sabiduría que ha adquirido en el transcurso de los años ha entrenado sus “facultades perceptivas” para ver los asuntos más claramente que nunca (Hebreos 5:14). Los matrimonios tienen una oportunidad dorada de estrechar su relación uno con el otro.

      Mucho depende de usted mismo. La mediana edad no tiene que sumirle necesariamente en una crisis. Use su conocimiento, sus recursos, su experiencia y, sobre todo, la sabiduría que le proporciona la Palabra de Dios, para hacer de estos años los más felices... los mejores años de su vida.

      [Comentario en la página 11]

      “Estamos al umbral de un cambio que resultará en un gobierno perfecto. Es así como veo la situación y eso es lo que me mantiene activa y feliz”

  • Cómo se ponen de acuerdo miles de abejas
    ¡Despertad! 1983 | 8 de julio
    • Cómo se ponen de acuerdo miles de abejas

      Miles de abejas están formando un enjambre. Dentro de poco unas 20 ó 30 de ellas estarán volando por el campo en busca de un nuevo hogar.

      Una vez que una abeja exploradora halla un sitio que tal vez sirva de hogar para la nueva colonia, regresa al enjambre de abejas y se pone a bailar. El baile, que se ejecuta en medio del enjambre, permite a las otras abejas determinar cuánto dista el sitio y en qué dirección está situado.

      Mientras sacude rápidamente el abdomen, la abeja que baila sigue una línea recta por una corta distancia. Se vuelve a la izquierda hasta formar un círculo completo y entonces se mueve en una línea recta otra vez. Después la abeja forma un círculo hacia la derecha. Así, mediante el baile, se llega a formar un número ocho con una línea recta en el medio. Se cree que la cantidad de ciclos completos que se ejecutan en el baile durante un período específico indica a qué distancia se encuentra el sitio. Los investigadores han hallado que la distancia se calcula basándose en la cantidad de energía que la abeja utilizó durante el vuelo.

      La dirección que se tiene que seguir para llegar al sitio se muestra por el ángulo de la línea recta en el número ocho desde la perpendicular, y ésta muestra cuál era la posición del Sol cuando se ejecutó el baile. Un ángulo a la derecha de la perpendicular indica que el sitio está situado al mismo ángulo a la derecha del Sol, mientras que un ángulo a la izquierda indica que el sitio está al mismo ángulo a la izquierda del Sol. Si la abeja se mueve hacia arriba sobre la superficie vertical al correr en línea recta agitando el abdomen, el sitio queda en la misma dirección que el Sol. Si se dirige en línea recta hacia abajo, esto indica a las abejas que tienen que alejarse del Sol para hallar el sitio.

      El baile también revela la calidad del sitio. Cuando las abejas exploradoras encuentran un sitio ideal suelen ejecutar sus bailes de manera bastante rítmica por más de una hora. Claro, interrumpen tal bailar por algunos momentos cuando necesitan descansar. No obstante, la abeja que baila no se separa del enjambre.

      Naturalmente, los bailes más rápidos y continuos atraen al mayor número de abejas, las cuales entonces hacen un vuelo exploratorio a la localidad indicada. Por consiguiente, cuando las otras abejas exploradoras ejecutan bailes menos vigorosos, una cantidad más pequeña de abejas investiga los hallazgos de ellas. Las abejas exploradoras no están empeñadas en conformarse con sus propios descubrimientos. Investigan los sitios que otras abejas exploradoras han hallado. Con el tiempo, tal vez después de muchas horas o hasta varios días, todas las abejas exploradoras se ponen a bailar para indicar el mejor sitio, y así establecen unidad. Así se mantiene la unidad, y unas 20.000 ó 30.000 abejas se benefician de tener un sitio excelente para su nuevo hogar.

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