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Busque a Dios mientras pueda ser halladoLa Atalaya 1973 | 1 de diciembre
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superlativa. Cultivó amor verdadero a Jehová, aunado a un fuerte sentido de lealtad y aprecio, suficientemente fuerte para vencer la mala influencia y el mal ejemplo de sus padres y hermano mayor.—Gén. 3:15; 1 Cor. 13:13.
21. ¿Qué estímulo podemos obtener al considerar a Abel?
21 Para Abel, con la evidencia de la bendición de Jehová sobre él, terminó la búsqueda del Dios verdadero. No necesitó buscar a Dios, salvo en el sentido de siempre tratar de retener Su favor por conducta correcta con el espíritu de la obediencia verdadera de corazón. Lo que fue posible para Abel es posible para usted. Esperaremos con deleite y confianza escudriñar la Palabra de Dios para tener más guía y recibir más estímulo. Tenga presente la manera en que Jehová ayudó a Abel, y, pudiéramos decir, hasta ofreció dar la mano a Caín.
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Los límites fijos del reino de DiosLa Atalaya 1973 | 1 de diciembre
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Los límites fijos del reino de Dios
1. En Mateo 5:3, 19, ¿qué dos requisitos se mencionan con relación al reino de Dios?
EN SU bien conocido Sermón del Monte, Jesús dio énfasis a la importancia de buscar el reino de Dios en relación directa con sus límites, es decir, las personas a quienes incluiría como miembros. Mencionando primero la necesidad de que los herederos del Reino tengan humildad y una actitud de súplica, dijo: “Felices son los que están conscientes de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos.” A modo de advertencia y estímulo, él también recalcó la necesidad de que los herederos del Reino se mantuvieran dentro de los límites de los mandamientos de Dios, diciendo: “Cualquiera, pues, que quiebre uno de estos mandamientos más pequeños [de la Ley mosaica] y enseñe así a la humanidad, será llamado ‘más pequeño’ [por consiguiente inadecuado] con relación al reino de los cielos. En cuanto a cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado ‘grande’ con relación al reino de los cielos.”—Mat. 5:3, 19.
2. ¿Cómo se pueden y se deben aplicar personalmente las peticiones de apertura del Padrenuestro?
2 Enseguida considere las palabras de apertura de la oración modelo que forma parte de ese discurso: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:9, 10) Estas no son simples peticiones generales. De hecho, forman límites, o pautas, que tenemos que aplicarnos personalmente. Tenemos que santificar el nombre de Jehová en nuestro corazón y mente y en toda nuestra conducta. Como escribió el apóstol Pablo concerniente a nuestra conducta: “Esto es voluntad de Dios, la santificación de ustedes: que se abstengan de la fornicación; que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra . . . Porque Dios nos llamó, no con permiso para inmundicia, sino con relación a la santificación. Que el mismo Dios de paz los santifique completamente.” No solo tenemos que desear ver que se efectúe la voluntad de Dios en la Tierra de manera general, sino sinceramente tratar de conocer y llevar a cabo su voluntad en nuestra propia vida ahora mismo, y así probarle nuestro amor. Esto significa nuestra dedicación. El apóstol Juan escribió: “No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él . . . el mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”—1 Tes. 4:3-7; 5:23; 1 Juan 2:15-17.
3. Además de buscar el Reino, ¿qué más mencionó Jesús, y cómo han tropezado muchos a causa de esto?
3 Más tarde en el discurso de Jesús, después de amonestar contra los peligros del materialismo, “las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño,” dice: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia [la de Dios], y todas estas otras cosas les serán añadidas.” (Mat. 6:32, 33) Por más extraño que parezca, aquí Jesús aludió a uno de los obstáculos principales que se encuentran al buscar a Dios, no solo para los judíos, sino para la gente en general. La mayoría de la gente está deseosa de justificarse y parecer estar en lo correcto, por lo menos a los ojos de sus asociados. Sus propias normas determinan esto, las cuales varían muchísimo entre diferentes pueblos, especialmente en la moderna sociedad permisiva. Los judíos por lo general trataban de establecer su propia justicia, confiando en que podían guardar la Ley dada por medio de Moisés. Como dijo Pablo: “Tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto; pues, a causa de ignorar la justicia de Dios pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron a la justicia de Dios. Porque Cristo es el fin de la Ley, para que todo el que ejerce fe tenga justicia.”—Rom. 10:2-4; vea también Gálatas 3:10-14.
4. ¿Cuál es la causa de la dificultad? ¿Cómo obra, y cómo se puede vencer?
4 Ciertamente, el orgullo, lo contrario de la humildad, se halla a la raíz de tal dificultad. Empezó con el Diablo, “el dios de este sistema de cosas,” y es un medio por el cual “ha cegado las mentes de los incrédulos, para que la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios, no resplandezca a través a ellos.” El orgullo nos sirve de obstáculo al buscar al Dios verdadero. Dirige nuestro corazón hacia adentro de nosotros mismos en admiración. De modo que hay un embotamiento de nuestras facultades mentales en incredulidad, y esto obra como velo. “Mas cuando hay un volverse a Jehová [en humildad y sinceridad], se quita el velo.” El orgullo puede formar parte de nuestra composición emocional natural, pero, como Pablo dijo, es preciso que nos ‘desnudemos de la vieja personalidad,’ y, en cambio, ‘nos vistamos de humildad de mente.’—2 Cor. 4:4; 3:13-16; Col. 3:9, 12.
5. (a) ¿Cómo describió Jesús los requisitos para buscar la vida, y por qué? (b) ¿Es el camino del mundo realmente uno de libertad verdadera?
5 Casi al concluir su discurso en aquella montaña de Galilea, Jesús especificó límites definidos para los que buscan la vida, diciendo: “Entren por la puerta angosta; porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por él; mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mat. 7:13, 14) Que esto no lo desanime a usted. Jesús no dijo que era la voluntad de Dios que solo unos cuantos la hallaran. Usted puede estar entre los que hallan esa entrada y camino que llevan a la vida, si está preparado para aceptar los términos del discipulado envueltos. (Luc. 9:23, 24) Entre paréntesis, pudiéramos añadir que el camino del mundo, el derrotero de desenfreno y autodeterminación, aunque parece no tener límites, “ancho y espacioso,” realmente es un derrotero de esclavitud, circunscrito por el pecado y el egoísmo, que lleva a frustración y destrucción.—Rom. 6:16, 21.
6. ¿Qué advertencia final dio Jesús, respaldada por qué ilustración enérgica?
6 Finalmente, recalcando nuevamente la importancia de la obediencia y advirtiendo contra una simple profesión de buscar a Dios, Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
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