-
Interés en el bienestar de otros... ¡cuánta falta hace hoy!La Atalaya 1975 | 15 de mayo
-
-
por haber comido él del fruto prohibido. ¿Y quién no conoce la expresión: “¿Soy yo el guardián de mi hermano?” Caín, el hijo primogénito de Adán, habló esas palabras insensibles cuando Dios le preguntó el paradero de su hermano Abel, a quien Caín había matado. Cierto, pocos pensarían en asesinar, pero ¿qué hay en cuanto a abrigar odio? Es fácil hacer eso si uno ha sido tratado injustamente por alguien. Pero ¿sabía usted que la Biblia dice que “todo el que odia a su hermano es un asesino”?—Gén. 3:12; 4:3-11; 1 Juan 3:15, Versión Popular.
Sin duda el ideal de mostrar interés sincero en otros que se hallan en necesidad es el “buen samaritano,” de una de las parábolas de Jesús. Resalta en notable contraste con los dos religiosos presumidos que no tuvieron piedad ni empatía por su congénere que había sido golpeado y robado y dejado imposibilitado a la orilla del camino. El buen samaritano mostró interés genuino. Curó las heridas de la víctima, lo subió a su burro, lo llevó a una posada y convino en pagar los gastos envueltos.—Luc. 10:29-37.
¿POR QUÉ TAN VITAL?
¿Por qué es tan vitalmente importante el interesarnos en el bienestar de otros? Porque Dios manda que amemos a nuestro prójimo como nos amamos nosotros mismos, tal como lo hizo el “buen samaritano.” Ciertamente apreciamos el que se muestre preocupación por nosotros cuando estamos en necesidad. Por lo tanto, ¿no deberíamos nosotros también mostrar preocupación por otros cuando están en necesidad?—Mar. 12:31; Luc. 6:31.
Más que eso, el preocuparnos por otros nos suministra una buena conciencia. También nos suministra un sentido de satisfacción de haber cumplido con nuestro deber. Es una forma de dar, y el dar trae consigo gran felicidad.—Hech. 20:35.
El mostrar preocupación en cuanto a cosas pequeñas así como en cuanto a cosas grandes contribuye a buenas relaciones con otros. Podemos ayudar a otros que están en peligro, o cuando los azota la enfermedad u otra tragedia. Pero también en nuestras relaciones cotidianas podemos mostrar que nos preocupamos por otros. Por ejemplo, cuando manejamos un automóvil, el interés en el bien de otros nos hará cuidadosos para evitar accidentes; impedirá que seamos “cafres del volante”; y hará que mostremos consideración, como cuando disminuimos la velocidad para que un conductor pueda entrar a nuestra vía principal desde una calle lateral.
¿Vivimos en un apartamento? Entonces podemos mostrar que nos preocupamos por otros al no tocar demasiado fuerte nuestro tocadiscos, radio o TV; también al cuidar que nuestras fiestas no se hagan muy ruidosas a altas horas de la noche. Y en el invierno podemos mostrar interés en el bien de otros al mantener nuestras aceras libres de hielo y nieve.
Un excelente ejemplo de interés cariñoso en otros fue dado por los testigos de Jehová alemanes cuando fueron puestos en libertad de los campos de concentración allá en 1945. Mencionando un solo caso: Cuando 220 de ellos salieron del campo de concentración Sachsenhausen bajo fuerte guardia, se enfrentaron a una jornada de casi 200 kilómetros. Las circunstancias los hicieron viajar en grupo. Se las arreglaron para conseguir unas cuantas carretillas pequeñas en las cuales pusieron a sus miembros más débiles, y entonces las halaron los más fuertes. Como resultado, en una marcha de la muerte en la cual más de 10.000 reclusos perdieron la vida, ni un solo Testigo murió.—Anuario de los testigos de Jehová para 1974.
Se debe a su interés altruista en el bien de otros que los testigos cristianos de Jehová siguen llamando a las puertas de sus vecinos. Saben que éstos son los “últimos días” y por eso instan a la gente a huir a un lugar de seguridad antes que sea demasiado tarde. En esto son como Lot de la antigüedad, que advirtió a sus yernos a huir con él de Sodoma y Gomorra. El registro nos dice que “a los ojos de sus yernos parecía como hombre que bromeaba.” Pero Lot no estaba bromeando ¡y tampoco están bromeando hoy los testigos cristianos de Jehová!—Gén. 19:12-29; Rev. 18:4.
De modo que lo animamos a usted, a no solo mostrar preocupación por otros, sino también a sacar provecho de la preocupación que manifiestan estos Testigos tocante a la expectativa que usted tiene de ser sobreviviente de la venidera “grande tribulación” y recibir la oportunidad de vida eterna.
-
-
Las iglesias de África pesan el pasado y el futuroLa Atalaya 1975 | 15 de mayo
-
-
Las iglesias de África pesan el pasado y el futuro
“HEMOS tenido a personas que profesan ser cristianas... que sostienen la Biblia en una mano y un revólver en la otra. Estas son las personas que han sido responsables del sufrimiento humano que ha sido la experiencia de este continente desde los días de la trata de esclavos.”
Esta declaración fue hecha por el presidente de Zambia, el Dr. K. D. Kaunda, en el discurso de apertura de la Conferencia de Iglesias de Todo África, que se celebró en Lusaka, Zambia, a fines de la primavera de 1974.
LO QUE REVELA EL PASADO
La historia muestra los antecedentes que sirvieron de base para dicha expresión. En los últimos veinticinco años del siglo diecinueve, las llamadas naciones cristianas de Europa empezaron una arrebatiña por territorio en África, que con el tiempo resultó en que dividieran casi todo el continente en colonias.
Para 1920 todo kilómetro cuadrado del continente africano —con excepción de los estados independientes de Etiopía, Liberia y la República Sudafricana— estaba bajo régimen o dominio colonial o era reclamado por una u otra de las potencias coloniales europeas.
El modelo que se usó para hacer accesible el continente africano a la colonización fue similar al modelo usado más temprano en el hemisferio occidental. Los misioneros religiosos a menudo servían de precursores del estado político que seguía.
La realidad de esto resalta en una reseña publicada en el Times de Nueva York (15 de agosto de 1974) de un libro reciente sobre la vida del misionero y explorador africano David Livingstone. Muestra que Livingstone instó al establecimiento de comunidades blancas en África para ‘esparcir el cristianismo’ y hacer accesible el país para el comercio. Daba conferencias a comerciantes ingleses “sobre las oportunidades de lucro en África.” Aunque Livingstone se oponía a la esclavitud, la reseña del libro resume el resultado de las exploraciones del siglo diecinueve de este misionero, diciendo: “En vez de hacer accesible África para el cristianismo, preparó el terreno, al principio, para los traficantes de esclavos que lo siguieron a territorios anteriormente ignotos. También, ‘la introducción de la palabra de Dios habría de presagiar la destrucción de las criaturas de Dios.’ Después de la Biblia, venía el revólver.”
La colonización acarreó muchos problemas serios, algunos de los cuales han tenido efectos duraderos para los pueblos de África. Como dice la Encyclopædia Britannica para 1974:
“Cristianos de Occidente a menudo habían explotado a las naciones en desarrollo, saqueado sus recursos, esclavizado o degradado sus poblaciones. . . .” “Lo linderos entre las colonias a menudo se trazaban
-