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Razones por las cuales tantos pasan hambre¡Despertad! 1973 | 22 de septiembre
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por temor de convertirse en una minoría dentro de su propio país. Sencillamente pasaron por alto el hecho de que los hindúes constituyen el 82 por ciento de la población, mientras que los musulmanes forman aproximadamente el 12 por ciento.” Esos guías religiosos hacen mucho para anular los esfuerzos del gobierno en controlar la población.
Además, la mayoría de los hindúes están listos a cumplir con los deseos de sus guías religiosos. ¿Por qué? Porque para ellos los hijos son una forma de riqueza. Los agricultores, por ejemplo, usan a sus hijos para ‘cuidar a las cabras.’ Además, los padres quieren hijos que cuiden de ellos en su vejez. Muchos hijos asiáticos mueren temprano en la vida; por lo tanto, mientras más prole tiene uno, razonan los padres, mayor es la probabilidad de que algunos de los hijos sobrevivan hasta la vejez de los padres.
La oposición a los programas de gobierno para el control de la natalidad no viene solamente de las ‘religiones orientales.’ La cristiandad, también, es una fuente de inflexible oposición.
En 1930 el papa Pio XI resumió la posición oficial católica sobre el control de la natalidad en su encíclica Casti connubii. Le llamó a la mayoría de los métodos de control de la natalidad “una ofensa contra la ley de Dios y de la naturaleza, y los que se entregan a eso están marcados con la culpa de un grave pecado.” Desde entonces los papas han reafirmado esa creencia.
El papa actual, Paulo VI, le dijo a un auditorio de las Naciones Unidas en octubre de 1965 que el “control artificial de la natalidad” es “irracional.” Más tarde, en julio de 1968, publicó su propia encíclica sobre el tema, Humanae Vitae. Para mediados de 1970, solamente dos años más tarde, la población católica de la América del Sur había aumentado en otros diez millones de personas, ¡o aproximadamente el doble del número de personas que viven en toda la nación de Bolivia! Sin embargo, desde 1944, la producción de alimentos por persona ha disminuido en la América Latina más que en ninguna otra parte.
Los llamados guías religiosos cristianos deberían estar conscientes de la verdad que declaró el apóstol cristiano Pablo: “Si alguno no provee a la necesidad de los suyos, y especialmente de los de su propia casa, ha renegado de la fe, y es peor que el incrédulo.” (1 Tim. 5:8, en la Versión Moderna) Por supuesto, el tamaño de la familia es un asunto personal. Sin embargo, ¿debería darse estímulo a los padres para que tengan tantos hijos que no puedan ‘proveer a’ las necesidades de ellos? Por supuesto que no.
Algunas de las mayores religiones del mundo, por lo tanto, tienen que compartir la responsabilidad por la creciente población de la Tierra y la crisis alimenticia.
No obstante hay otros factores que contribuyen a las condiciones de hambre, factores que son difíciles de comprender plenamente para las personas bien alimentadas de las ‘naciones ricas.’
Uno de éstos es el efecto adverso físico de la desnutrición. Las personas hambrientas frecuentemente no pueden proveerse de alimentos. Están propensos a enfermedades, pues la inmunidad natural se desvanece si el régimen alimenticio es deficiente. En muchos países se pueden ver personas con piernas debilitadas que no pueden caminar debido a la desnutrición. ¿Cuánto trabajo pesado pueden hacer esas personas en tierras de labranza?
Además, la desnutrición también afecta a las personas mentalmente. Lo que a un visitante quizás le parezca al principio como una ‘calma’ natural en algunos países frecuentemente es el cansancio, la falta de meta y la complacencia producidas por un régimen alimenticio insuficiente. Dice Arthur Hopcraft acerca de un país en su libro Born to Hunger: “Vi muy poco jugueteo entre los niños; apenas jugaban algún juego. La prevaleciente fragilidad y pesadez de los niños es uno de los aspectos más conmovedores de la vida cotidiana.” ¿Puede esperarse que personas abatidas, debilitadas, respondan vigorosamente al desafío de proveer suficientes alimentos para sus familias? Es obvio que están limitados en lo que pueden efectuar.
Desafortunadamente, también, la gente de las naciones más ricas no se da cuenta de que, aunque las personas criadas en una cultura completamente diferente por lo general piensan de modo diferente a como lo hacen ellos, esto no significa necesariamente que son atrasados o inferiores. Sin embargo hombres que se considera que están dedicados a resolver los problemas alimenticios del mundo quizás se crean superiores a los nativos de un país extranjero. Esto limita su eficacia. Es una razón más por la que el mundo todavía tiene una crisis de alimentos. Dice H. D. Thurston de la Universidad de Cornell:
“La habilidad de comunicarse con los anfitriones de uno y tratarlos como iguales y compañeros de trabajo frecuentemente es más importante que el conocimiento científico de uno. . . . Hasta el agricultor y el trabajador más pobre frecuentemente tiene gran orgullo y dignidad humana. Se resentirá de la menor sugerencia de inferioridad y esto puede arruinar todo el trabajo futuro de uno.”
Pero la humildad necesaria para resolver los problemas alimenticios de este sistema internacional no es fácil de hallar.
Por lo tanto, la escasez de alimentos es algo más profundo que meramente la correcta combinación de terreno y tiempo. Es indudable que las actividades políticas, tecnológicas y religiosas del hombre y las actitudes sociales, así como su falta de consideración humana han complicado el problema más allá de la habilidad de resolver de los hombres imperfectos.
En la actualidad nosotros, como consecuencia, estamos presenciando una paradoja de magnitud mundial. Considere solamente: el hombre ahora tiene el conocimiento técnico para producir abundantes cosechas usando amplios sistemas de riego y almacenaje. Tiene escuelas para enseñar complicadas técnicas agrícolas. Hay impresionantes equipos de labranza para cultivar enormes zonas de tierra. La F.A.O. internacional mantiene a los hombres informados de la situación alimenticia en todas partes, y las rápidas comunicaciones les dan a saber dónde se necesitan las provisiones. Los sistemas de transportes rápidos pueden llevar los alimentos donde se necesitan. No obstante, TODOS LOS DÍAS miles de personas todavía mueren por inanición.
¿Por qué, ahora en este tiempo, existe esta situación paradójica? Tiene que haber una razón. Y, de igual importancia, ¿hay una solución segura para la crisis alimenticia del mundo?
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El hambre actual... su causa fundamental y solución duradera¡Despertad! 1973 | 22 de septiembre
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El hambre actual... su causa fundamental y solución duradera
¿NO PARECE increíble que, con tantos adelantos aparentemente favorables, el progreso del hombre para alimentar a la población de la Tierra haya sido prácticamente anulado? Como hemos visto, muchos factores han contribuido a esto. Pero, ¿por qué está ocurriendo ahora? Para contestar eso tenemos que retroceder a la I Guerra Mundial, que comenzó en 1914. Pero, ¿por qué retroceder casi sesenta años?
Porque ese año señaló lo que un periódico norteamericano llamó “el comienzo de la mayoría de nuestras actuales dificultades
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