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Halle gozo en el don del matrimonioLa Atalaya 1985 | 1 de noviembre
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Para lograr éxito en el contrato matrimonial, ambos cónyuges tienen que aprender a dar y a recibir, a proveer y a ser aquel a quien se le provee, y a nunca dar por sentado al otro. (Efesios 5:21-23, 28, 33.)
20 Además, aunque no se puede insistir en establecer cierta regla que dicte la edad mínima para los que quieran casarse, más allá de la que el gobierno establece como la mayoría de edad, ciertamente cada uno puede tener presente que tiene que crecer en sentido espiritual en armonía con lo que dice Gálatas 5:22, 23, para llegar a ser un cónyuge capacitado. El tiempo verdaderamente cambia el punto de vista de las personas. Por consiguiente, nadie debería apresurarse a contraer matrimonio. Primero, que cada cual cultive la personalidad cristiana para estar debidamente preparado para aceptar el yugo marital. Y nunca olvide que nadie debe separar lo que Dios ha unido bajo un yugo. (Mateo 19:4-6.)
21 Al enfocar la vida, y luego el matrimonio, de manera equilibrada, uno puede obtener verdadero gozo y felicidad en el arreglo que Jehová Dios mismo ordenó para el hombre y la mujer, como se ve por el primer matrimonio de Edén. (Proverbios 5:18.) Pero precisamente, ¿qué más puede hacer cada uno en la vida para que resulte estar preparado o preparada para asumir el papel de esposo o esposa? Sírvase leer la información que sigue al respecto con relación a la personalidad del hombre y la mujer cristianos.
A manera de repaso, ¿cómo contestaría usted las siguientes preguntas?
◻ ¿Qué actitudes hacia el matrimonio deben evitarse?
◻ ¿Cómo pueden los cónyuges enfrentarse a las tendencias innatas al pecado?
◻ ¿Por qué no deberían apresurarse a contraer nupcias los jóvenes cristianos?
◻ ¿Qué enfoque equilibrado de la vida matrimonial se recomienda?
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La hermosura de la personalidad cristianaLa Atalaya 1985 | 1 de noviembre
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La hermosura de la personalidad cristiana
“[Vístanse] de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.” (EFESIOS 4:24.)
1. ¿Qué belleza o hermosura deseamos describir aquí?
HAY un refrán inglés que dice: ‘La belleza depende de quién la admire’, lo cual significa que la belleza o hermosura es relativa. ¿En qué consiste la belleza o hermosura de un cristiano o una cristiana? Eso es lo que queremos considerar ahora.
Definición de la hermosura en el cristiano
2. ¿Por qué no componen los atributos físicos por sí solos el hombre o siervo de Dios?
2 Comencemos por considerar las cualidades que dan al cristiano la apariencia agradable que contribuye a que a otras personas les agrade estar en compañía de él. Las cualidades físicas por sí solas no componen el “hombre de Dios”. (1 Timoteo 6:11.) La apariencia exterior del hombre, por muy favorecedora que sea, no significa mucho si él es atolondrado en su razonamiento. Si es orgulloso, mal educado, grosero e ignorante, no atrae a la gente... la aleja. Si sus modales manifiestan que es desagradecido, sin duda puede ser una causa de tropiezo para otras personas. Si solo le interesa su propia persona y cómo se ve o qué impresión causa en otros, no es la clase de persona con quien otras personas quieran asociarse.
3, 4. a) ¿Cuáles son algunas de las cualidades del siervo de Dios, según sirvió de ejemplo Jesucristo como hombre? b) ¿Cómo explicaría usted algunas de las características del siervo de Dios?
3 Más bien, el hombre o siervo de Dios ha cultivado las cualidades de justicia, misericordia, amor y bondad. A Jesucristo no se le conoció por su cuerpo perfecto, sino por su lealtad a los principios y a la verdad. Su modo de enseñar lo identificó como alguien que hablaba con autoridad procedente de Dios. (Mateo 7:28, 29; Juan 7:46.) Al siervo de Dios no lo corrompe el deseo de adquirir poder o importancia. Las ventajas de cierta posición no pueden sobornarlo. Es un hombre que tiene fuerza de voluntad. Ama la humildad y no miente. Manifiesta un temor saludable a Jehová. (Proverbios 22:4.) Estas son algunas de las cualidades del hombre o siervo de Dios.
4 El siervo de Dios tiene conciencia, buen corazón y motivos correctos. (1 Timoteo 1:5; Proverbios 4:23.) No hace cosas que violan los dictados de su conciencia, al pasar por alto principios justos. Por tener buen corazón y motivos correctos, no emplea métodos poco honrados en sus tratos con otras personas. (Hebreos 13:18.) No permite que la conducta ni las acciones inmundas socaven sus buenos motivos. (Oseas 4:11.) Se disciplina a sí mismo de modo consecuente para guardar su corazón de hacerse traicionero. Se destaca por palabra y por acción como un hombre de principios. (Salmo 15:1, 2.)
5. ¿Qué papel desempeña la compasión en la vida del siervo de Dios?
5 El siervo de Dios siente compasión por otras personas, es perdonador y bondadoso. El hombre compasivo es un hombre comprensivo. Puede manifestar empatía y comprensión cuando otras personas tienen problemas que son difíciles de resolver y causan inquietud. Más que eso, puede perdonar cuando alguien lo perjudica. Puede sobreponerse al deseo instintivo de devolver daño por daño e injuria por injuria. En verdad, corresponde a las palabras de 1 Pedro 3:8, 9. Al conferir una bendición en vez de una maldición, demuestra que es bondadoso y que domina los deseos degradantes que caracterizan al hombre mezquino, el hombre sin la aptitud de ser compasivo, perdonador ni bondadoso para con otras personas. (Efesios 4:31, 32.)
6. a) ¿Qué otras cualidades sobresalientes del siervo de Dios hay, y qué implican? b) ¿Qué punto de vista tienen de él su esposa y sus hijos?
6 Otra cualidad sobresaliente que caracteriza al siervo de Dios es la generosidad. Y si está casado, es como debe ser un esposo y es un padre honrado. Como persona casada, el siervo de Dios tiene una oportunidad extraordinaria de ejercer buena influencia en su esposa y sus hijos, y de ser un buen ejemplo para ellos. (Colosenses 3:19, 21.) En cuanto a generosidad, esa clase de hombre sigue el consejo excelente del Señor Jesucristo, quien dijo: “Practiquen el dar y se les dará. Derramarán en sus regazos una medida excelente, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá a ustedes en cambio”. (Lucas 6:38.) En sus relaciones de familia, el hombre de ese tipo verdaderamente cuida de los de su casa. Pero también sigue la exhortación excelente de Efesios 4:28, de hacer “lo que es buen trabajo, para que tenga algo que distribuir a alguien que tenga necesidad”. Por ser como debe ser un esposo, el siervo de Dios mantiene fidelidad en el arreglo matrimonial. Su esposa puede tener completa fe y confianza en él como hombre que verdaderamente está en unidad con ella en el vínculo matrimonial. (Proverbios 5:18, 19.) Además, si tiene hijos, demuestra que es un padre honrado, no un estafador ni alguien fraudulento en sus tratos con otros. Por tanto, inculca los principios de la honradez en sus hijos. (Proverbios 4:1-5.) ¡Qué ejemplo excelente es tal hombre para la mente impresionable de sus hijos! Ellos pueden mirarlo como hombre leal, mantenedor de integridad. (Proverbios 11:3, 4.)
7. ¿Qué punto de vista equilibrado sobre las deudas adopta el siervo de Dios?
7 En cuanto a eso también, el siervo de Dios vigila sobre sí y su familia para no acumular deudas gravosas, pues sabe que estas pueden llevar a problemas penosos. Por supuesto, esto significa que no permite que ni él ni su familia gasten más de lo que tienen. Es una persona que considera los riesgos antes de emprender cierto derrotero. (Lucas 14:28-30.) Puede privarse de algo en la actualidad a fin de alcanzar un futuro mejor y puede renunciar a lo que ve por lo que no ve, por decirlo así. (Compárese con Hebreos 11:8-10.) El vivir de este modo ayuda al siervo de Dios a conservar su escrupulosidad cristiana en su vida diaria.
8. ¿Cómo afronta dicho hombre circunstancias desagradables en su vida?
8 En la vida de todo ser humano, debido al pecado y la imperfección, a veces es necesario soportar circunstancias desagradables. Pero el siervo de Dios es un hombre animoso y de principios en tales situaciones, a imitación del ejemplo de Jesús. (Juan 16:33.) Con la fortaleza que le imparte su Dios, Jehová, se encara con ánimo a los problemas difíciles, mientras confía en que Jehová le suministre ayuda y guía. (Proverbios 18:10.)
9. ¿Cómo describiría usted la vida moral de un hombre que procura agradar a Jehová?
9 El verdadero siervo de Dios es amo de su cuerpo. Es decir, mantiene bajo control sus deseos y pasiones; está consciente de que su cuerpo es un siervo apropiado pero un amo pésimo. Recuerda constantemente las palabras inspiradas del apóstol Pablo: “Aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo”. (1 Corintios 9:27.) Por consiguiente, siempre procura cultivar ese fruto “del espíritu [...] gobierno de uno mismo”, a la vez que evita las cosas que a él lo corromperían. (Gálatas 5:22, 23.) Es sabio al reconocer que el ceder ante el pensar inmoral puede llevar a la acción inmoral. De nuevo, cifra su confianza en su Dios, Jehová, y en la fortaleza que Él da. (Filipenses 4:13.)
10, 11. a) ¿Qué cualidad compensatoria despliega el siervo de Dios cuando comete errores de apreciación? b) ¿Qué ejemplo siguen los cabezas de familias con relación al estudio de familia?
10 Y finalmente, el siervo de Dios puede admitir sus errores, manifestar su pesar y expresar tal pena a su cónyuge y a otros que haya ofendido o herido de una manera u otra debido a sus imperfecciones. Puede acudir a Jehová y, con el corazón limpio, pedir perdón por sus pecados porque ya ha pedido a su esposa, su semejante y sus hijos que lo perdonen. El poder decir: “Lo siento, estaba equivocado”, es en realidad la señal de un verdadero hombre, especialmente del siervo de Dios. (Mateo 18:21, 22; Marcos 11:25.)
11 ¿No diría usted que un hombre, esposo y padre de esa clase tendría la ayuda de Jehová? (Salmo 54:4.) ¡Claro que sí!, él estaría equipado para hacer frente a los problemas que este mundo moderno nos ocasiona a todos debido a los designios y el propósito de Satanás de estropear todo lo bueno, incluso el matrimonio y la feliz unidad familiar. Se ocuparía de la espiritualidad de los miembros de la familia al dirigirlos en el estudio regular de la Palabra de Dios y en la oración, a imitación del ejemplo de siervos fieles de Dios de tiempos bíblicos. (Deuteronomio 11:18-21; Proverbios 7:1-3.)
12. ¿Qué papel importante consideraremos a continuación?
12 Pero hay algo más que se tiene que considerar. También está el papel de la esposa al hacer frente a problemas en la familia. Dirijamos ahora nuestra atención a las cualidades que ella querrá cultivar en su vida. (Proverbios 19:14.)
Definición de la hermosura en la cristiana
13, 14. ¿Qué pasos puede dar una mujer para ganar la aprobación de Jehová y, si está casada, de su familia? ¿Qué consejo dio el apóstol Pedro a las mujeres en 1 Pedro 3:1-5?
13 El libro de Proverbios nos dice algo acerca de la mujer devota, sierva de Dios: “El encanto puede ser falso, y la belleza puede ser vana; pero la mujer que teme a Jehová es la que se procura alabanza”. (Proverbios 31:30.) Entonces, ¿cómo adquiere la mujer esas cualidades que ganan para ella el cariño de su esposo e hijos, o el de otras personas si ella es soltera, y hacen de ella una persona con quien otros disfrutan asociarse? En primer lugar, la sierva de Dios es una persona de gran corazón, lo cual significa que es generosa, que está deseosa de ayudar a otros de cualquier manera que pueda, sea en sentido material o espiritual. Si hay alguien necesitado, ella está entre los primeros que quieren ayudar y se interesa genuinamente en las necesidades de los demás. Pero, por supuesto, mantiene un equilibrio entre dicho interés y el cuidado y la atención que tiene que dar, si está casada, a su propia familia. (Tito 2:3-5.)
14 Además, una mujer de esa clase es humilde, no altanera; bondadosa, no malhumorada; nítida, no descuidada; comprensiva, no belicosa. Y si está casada, se esfuerza por seguir el consejo que da el apóstol en 1 Pedro 3:1-5.
15. a) ¿Qué meta debe tener la sierva de Dios, y cómo puede alcanzarla? b) ¿Cómo apoya a su esposo? c) ¿Por qué continúa siendo amada en el círculo familiar?
15 También, la sierva de Dios no se concentra en la sabiduría mundana, sino que se esfuerza por cultivar espiritualidad. Es una lectora asidua de la Biblia y se interesa en aplicar los principios de esta en su vida. (Salmo 119:66.) Esto no lo hace simplemente por interés propio, o por querer conocimiento solo para sí, sino, más bien, ella piensa en compartir las cosas buenas que aprende, tanto en el ministerio cristiano
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