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Por qué hay preocupación general¡Despertad! 1974 | 22 de abril
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Por qué hay preocupación general
HOY día la gente se siente cada vez más perpleja, inquieta, en cuanto a la dirección que están tomando los asuntos mundiales. Sin duda en su propia zona usted encuentra personas que preguntan:
¿Qué significa todo esto? ¿Adónde nos dirigimos? ¿Qué esperanza hay de verdadera mejora? Estas preguntas preocupan a millones de personas por toda la Tierra... con buena razón. Por ejemplo:
● Vivimos en una época de colosales adelantos en la ciencia y la tecnología. Sin embargo a pesar de todos los ‘pasos gigantescos’ hacia adelante, tal parece que la humanidad está en peores condiciones que antes, retrocediendo.
● En el mundo existe una paz insegura, una paz que amenaza con romperse en cualquier momento.
● Más y más gobiernos se enfrentan a una “crisis de confianza”; parecen inseguros en cuanto a cómo hacer frente a sus problemas.
● El crimen está librando una guerra sin fin y cada vez más violenta en contra de los habitantes de las ciudades, pueblos y campos.
● Se agudiza la preocupación con respecto a las necesidades más básicas de la vida: alimento, combustible, alojamiento, ropa. Las escaseces aumentan; los precios suben exorbitantemente.
“Es como vivir sobre la correa sin fin de una fresadora,” dijo una mujer de Nueva Inglaterra; “uno nunca puede salir del atraso.” La gente halla extremadamente difícil el ahorrar para el futuro. Muchos se preguntan si vale la pena, puesto que el dinero pierde su valor tan rápidamente.
Sin esperanza y dirección segura, la vida no tiene verdadero significado. Se convierte en un errar sin meta. ¿Existe una esperanza estable, segura a la que uno pueda recurrir, una hacia la que se pueda trabajar con un sentimiento seguro de propósito y confianza? ¿Está el mundo de la humanidad dirigiéndose ahora hacia esa esperanza?
Para averiguarlo, considere lo que sigue. Vea adonde se dirige este mundo y entonces vea las razones para la segura creencia de que el mayor cambio que el mundo jamás ha conocido está por suceder en el futuro cercano. Entérese de cómo ese cambio puede hacer que su vida valga la pena y verdaderamente sea satisfaciente.
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Adonde conduce el camino actual¡Despertad! 1974 | 22 de abril
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Adonde conduce el camino actual
¿HAY algún modo de saber adónde se dirige este mundo? Sí, lo hay. Parte de la respuesta proviene de la evidencia que se ve en cada esfera de la actividad humana.
Pero, primero, ¿adónde afirma el mundo que se está dirigiendo? Lea los periódicos, escuche la radio y la televisión, y es claro que los líderes mundiales afirman que se están dirigiendo hacia una condición más pacífica y próspera. Sin embargo, ¿es realmente ése el caso?
Suponga que usted estuviera en una caravana de vehículos cuyos guías hubieran dicho que lo estaban conduciendo a una hermosa tierra fértil y cálida. Le dijeron que al principio el camino quizás sería escabroso pero que pronto mejoraría; que, aunque escarpado al comenzar, pronto se nivelaría; y que, aunque por un tiempo las provisiones pudieran escasear, se harían más abundantes cuanto más viajaran. Pero si el camino continuara haciéndose más escabroso en vez de suave, si las colinas llegaran a ser no llanuras, sino montañas, si las provisiones se hicieran cada vez más difíciles de conseguir, y si, en vez de ver mayor belleza, fertilidad y calor, encontrara que las cosas se hacían más y más desoladas, desiertas y frías... ¿cuánto tiempo pasaría antes que usted comenzara a preguntarse si se estaban dirigiendo en la dirección correcta?
Si otros en la caravana insistieran en seguir adelante, denunciaran cualquier otra opinión como “pesimismo,” instaran a tener mayor fe en los guías de la caravana, ¿lo persuadiría esto? Suponga que hubiera carteles que advirtieran de graves peligros adelante, un puente caído, un deslizamiento de tierra o un derrumbe del camino... ¿arriesgaría a pesar de eso su vida y la de los que van con usted porque la mayoría estuviera determinada a seguir?
¿Nos enfrentamos a una situación parecida en todo el mundo? Mire, no solo a una de las condiciones por las que estamos pasando, sino a todo el modelo de cosas. Vea el resultado total de éstas, lo que nos dicen en cuanto a la dirección en que se dirige este mundo.
¿Cuál es la tendencia en el abastecimiento mundial de alimentos?
Para vivir en felicidad una de las cosas más básicas que necesita la gente es un buen régimen alimenticio. La humanidad ha estado en el negocio de la producción de comestibles por miles de años. Los métodos agrícolas se han estudiado científicamente y han sido sumamente desarrollados a través de muchas décadas. Pero, en la actualidad, ¿cuál es la tendencia clara en el abastecimiento mundial de alimentos?
El lector, por supuesto, sabe que en algunas zonas la gente no tiene suficiente que comer. Eso no es una novedad. Por toda la historia, la gente en diversos países ha tenido dificultades en conseguir suficiente alimentos. Pero en este siglo ha estado ocurriendo una tendencia amenazadora. Durante y después de la I Guerra Mundial, más gente en la Tierra sufrió de escaseces de alimentos que nunca antes. Con la II Guerra Mundial el problema aumentó.
Es cierto, en años recientes las escaseces de alimentos han azotado a unas pocas naciones aquí y allí en un tiempo u otro. Pero hoy día la situación es diferente. ¡Ahora todo el mundo está afectado!
De hecho, nada en la historia se iguala a la condición de crisis que ahora se está formando con respecto al abastecimiento mundial de alimentos. Lo que la hace más significativa es que ha venido a pesar de todos los adelantos de la tecnología moderna.
Para fines de 1972 U.S. News & World Report dijo: “La producción mundial de alimentos . . . súbitamente se ha reducido a un punto cercano a una crisis global.” Por el segundo año consecutivo mermó la producción de alimentos en los países más pobres, los mismísimos países donde más se necesitaba el alimento. A. H. Boerma, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, dijo:
“Uno puede considerar el fracaso de un solo año como algo excepcional. Pero dos fracasos en años sucesivos . . . no pueden rechazarse con un encogimiento de hombros como si fueran un desastre temporero.”
Durante 1972 la producción mundial de alimentos menguó 4 por ciento. La situación se hizo más crítica durante el invierno de 1972-73. Durante la primavera de 1973 la revista Progressive Farmer mostró los titulares: “¿Estamos en una crisis mundial de alimentos?” Contestó, Sí, y describió la situación como “muy explosiva,” agregando lo siguiente:
“Esa es la única manera en que uno puede describir la situación del mundo y los EE. UU. de pienso y trigo. . . .
“Por primera vez en años, las palabras ‘inanición’ y ‘hambre en masa’ se están viendo y oyendo. . . .
“Nunca antes en tiempos recientes se han reunido de súbito tantas fuerzas. El resultado fue casi el pánico.”
Lo que ahora se está desarrollando en una escala mundial se predijo hace varios años. Por ejemplo, entre otros, William y Paul Paddock en su libro Famine 1975 habían advertido que el crecimiento de la población del mundo iba sobrepasando la producción de alimentos y que se podía esperar una crisis para mediados de los años 1970. En mayo de 1973, un artículo de fondo del Times de Nueva York, comentó: “Tal parece que la profecía de los hermanos Paddock para 1975 bien pudiera comenzar a hacerse una realidad tan temprano como en 1974.” Pero los síntomas aparecieron antes de 1974.
¿Por qué las escaseces?
¿Por qué las escaseces de alimentos? Solo hace algunos años había grandes esperanzas debido a las ‘semillas milagrosas’ de arroz y trigo. Sin embargo, al mismo tiempo, continuó la “explosión” demográfica, especialmente en los mismísimos países donde ya escaseaba el alimento. Prescindiendo de cuán “milagrosas” sean ciertas semillas, una hectárea que se planta con ellas solo puede alimentar a cierta cantidad de personas. Y cuando la gente se multiplica más rápidamente que el alimento, el hambre es inevitable.
Además, durante 1971 y 1972 graves sequías, inundaciones, un tiempo invernal adverso y mala administración disminuyeron la producción. Entre muchos otros países, la Unión Soviética fue gravemente azotada. Su cosecha de 1972 fue, según un funcionario soviético, “la peor cosecha en 100 años.” Se vieron obligados a comprar veintiocho millones de toneladas de cereales, la mayor parte del cual compraron de los Estados Unidos.
Eso, y las compras realizadas por otras naciones, junto con una demanda en aumento y el mal tiempo en los Estados Unidos, agotaron las reservas de cereales del gobierno de los Estados Unidos. Y esto es lo que hace diferente a la condición actual de cualquier condición en tiempos recientes. Como lo señaló Newsweek: “Esta reciente crisis alimenticia está ocurriendo en un tiempo cuando los una vez cuantiosos excedentes agrícolas en otras partes del mundo —notablemente en los EE. UU.— están empezando a disminuir.” Un funcionario de intercambio de productos en Chicago dijo: “No hay más cereal para regalar.”
Zonas críticas
En África, se desarrolló una situación crítica. Una gran extensión de tierra que abarca unos 3.200 kilómetros a través del continente, experimentó un hambre muy esparcida en 1973:
“Más de seis millones de personas se enfrentan a la muerte por inanición en la región del Sáhara del oeste y del sur que fue azotada por la sequía.”—“Post” de Nueva York.
“Casi el 40 por ciento del ganado en Níger, Malí, Chad, Alto Volta y Senegal —y el 80 por ciento de Mauritania— ha perecido. ‘En algunos lugares hay animales muertos a la vera del camino cada 180 metros,’ dijo un diplomático.”—“Newsweek.”
Un experto del Mercado Común Europeo, dijo que toda esta región del África se enfrentó “a un desastre de tal magnitud que todavía no podemos calcular.” En un punto la escasez de alimentos fue tan grave que un funcionario de las Naciones Unidas dijo: “Si el problema no se resuelve en dos meses, quizás mueran cerca de 6 millones de personas.”
La sequía fue un factor principal, pero también lo fue la mala administración. Se aumentó demasiado rápidamente la cantidad del ganado, así es que hubo demasiado apacentamiento del terreno. Despojado de su cubierta, el terreno comenzó a convertirse en un desierto.
La producción de alimentos de la India también decayó durante los últimos dos años debido a la sequía y a otros factores. ¡Sin embargo su población aumentó en unos veinticinco millones durante esos mismos dos años! Newsweek informó que en las zonas afectadas “unos 200 millones de hindúes se enfrentan a la amenaza de un hambre desastrosa.”
Muchos otros países están siendo afectados por explosiones demográficas que están sobrepasando a la producción de alimentos. Debido a esta crisis por todo el mundo, el Times de Nueva York declaró:
“Según expertos de las Naciones Unidas y de otras partes, dos tercios de los 800 millones de niños en los tres continentes [África, Asia y América Latina] están siendo afectados por la desnutrición. Hace seis años, las Naciones Unidas advirtieron de una ‘inminente crisis de proteínas.’ Hoy, dicen los expertos, la crisis ha llegado.”
La tendencia es clara
La tendencia es clara... la producción mundial de alimentos no puede mantenerse a la par con el aumento de la población. Es cierto, quizás haya cambios temporarios de esta tendencia. Las naciones quizás parezcan resolver el problema por un tiempo.
Pero sencillamente no podemos pasar por alto el hecho de que el cuadro general es que desde la I Guerra Mundial el mundo cada vez está más y más imposibilitado para alimentarse a sí mismo. Bajo los sistemas actuales, pues, es seguro que períodos temporarios de alivio serán seguidos por otras crisis... de mayor magnitud.
Pero, ¿por qué sencillamente no se dedica mayor cantidad de tierra a la producción de alimentos? Además, ¿qué hay acerca de comer más pescado? The Wall Street Journal contesta:
“La zona de tierra nueva que fácilmente puede ser cultivada está disminuyendo mientras que la demanda por alimento aumenta más cada año. Agravando el problema, cada año se abandona más y más tierra cultivable, alguna debido a la erosión pero también debido a la intrusión de carreteras, fábricas y residencias para humanos. . . .
“La pesca de algunas especies apropiadas para el consumo está menguando como resultado del exceso de pesca. En la actualidad muchos biólogos marinos creen que la pesca mundial de peces para el consumo quizás esté muy cerca del límite máximo que se puede mantener.”
Así es que, a pesar de toda su tecnología adelantada, el hombre no está hallando una solución al problema de la alimentación del mundo. Este se empeora al mismísimo tiempo en que la población mundial está aumentando en el promedio más rápido de toda la historia. ¡Ahora, cada año se ve un aumento neto de aproximadamente setenta y cinco millones de personas en esta Tierra!
Puede que el lector viva en un país en el que actualmente hay alimentos. Sin embargo probablemente se estén poniendo más caros a medida que crece la demanda global.
¿Qué significa todo esto para usted? Si los sistemas actuales que este mundo ha desarrollado no pueden hacer frente al problema más fundamental del hombre —su provisión de alimentos— ¿no indica esto que se necesita un gran cambio en la Tierra?
Sin embargo esto es solo uno de los “indicadores” que señalan la dirección en la que este mundo se está dirigiendo.
¿Adónde se dirige el mundo económicamente?
Hay un viejo refrán que dice que ‘el dinero todo lo puede.’ No hay duda de que los actuales sistemas mundiales se basan en ese principio. ¿Con qué resultado para nosotros hoy día?
Las economías nacionales de la actualidad están tan entretejidas que una súbita baja en el valor del dinero de una sola nación poderosa puede paralizar virtualmente el comercio en todo el mundo. La devaluación del dinero o una inflación desenfrenada puede dejar a mucha gente en la pobreza. El libro Money and Economic Activity, por Houghton Mifflin, dice: “En Alemania para fines de 1923 se necesitaba 1.200.400.000.000 de marcos de papel para comprar lo que se podía comprar con 35 marcos solo dos años antes.” Tan solo tres años (1946 a 1948) de guerra civil en China devastaron tanto el valor de la moneda china que los trabajadores llevaban su paga al hogar en enormes paquetes de dinero, y la gente frecuentemente usaba dinero de denominaciones pequeñas para encender los fuegos de la cocina.
¿Es para nosotros menos peligroso el poner nuestra confianza en el dinero de las naciones actuales?
¿Cuánto comprará su dinero?
¿En qué dirección se dirige el valor de su dinero? Por supuesto, los alimentos continúan costando más, pero, ¿qué hay acerca de otros artículos... ropa, alojamiento, combustible, electricidad, transportación y recreación?
El lector sabe la respuesta. Prescindiendo de dónde esté uno, el costo de la vida sigue yendo en la misma dirección: hacia arriba... hacia arriba... hacia arriba. ¿Hay en vista algún fin a estos precios en aumento?
En el Canadá los precios de los alimentos subieron 11 por ciento en un año. Alemania y Suiza, que se consideran islas de estabilidad económica, sufrieron un promedio de 8 por ciento de inflación. En la mayoría de los otros países, la situación es aun peor.
La disminución del poder adquisitivo en la nación más rica de la Tierra, los Estados Unidos, es espantosa. ¡Ahora se requieren unos 5 dólares para comprar lo que en 1900 se compraba con 1 dólar!
Un banquero de Zurich dijo: “La psicología inflacionaria ahora está ampliamente esparcida y profundamente arraigada en toda Europa. Se necesita acción drástica para detener la inflación, aun si tenemos que arriesgar una recesión y un desempleo mayor.”
Es por eso, que, aunque en la actualidad hay lo que algunos llaman un “auge,” o “prosperidad,” mundial, el banquero suizo dijo: “Es un auge tenebroso.” Y U.S. News & World Report señaló: “Hay un temor mórbido ante la posibilidad de que el auge, en el futuro no muy lejano, sea seguido por una ruina.”
¿Por qué la inflación?
¿Por qué persiste esa inflación? La mayor razón se debe a que tanto la gente como las naciones no están viviendo dentro de los límites de sus recursos. Están en un frenesí de ‘conseguir ahora y pagar después.’ Esto ha producido un desbordamiento de pedir dinero prestado que no tiene igual en la historia.
Así es que en sumo grado, la actual “prosperidad” es irreal porque ha sido financiada con dinero prestado. Es como una persona que gana 100 dólares por semana y que además pide prestados otros 100 dólares cada semana. No hay duda que por un tiempo vivirá mejor. Pero algún día tiene que haber un ajuste de cuentas... tiene que comenzar a vivir con lo que gana y pagar la deuda, o declararse en bancarrota.
Pero hoy día, la mayoría de los gobiernos ni siquiera consideran el vivir dentro de los límites de sus ingresos. Los políticos quieren seguir siendo populares, así es que por lo general no toman las medidas necesarias para detener la inflación. Piensan que el seguir pidiendo prestado y gastar para alardear de “prosperidad” es un recurso político. El ánimo parece ser, ‘Que el próximo en el cargo se preocupe.’
Pero los gobiernos no son diferentes a los individuos que no pueden pagar sus deudas: también pueden terminar en bancarrota. Como lo advirtió el Economic Education Bulletin, publicado en los Estados Unidos:
“Un auge estimulado artificialmente por la inflación no es una prosperidad sana. Ha habido varios auges de esa clase en la historia de la Nación, y todos han sido seguidos por depresiones serias. Los administradores del ‘dinero administrado irredimiblemente’ [papel moneda no respaldado por valores como el oro] nunca han podido crear una prosperidad sana y duradera.”
Insolvente
Lo que agrava aun más la situación es la condición financiera de los Estados Unidos, el fundamento del sistema económico del mundo occidental. Ya por muchos años, ha estado gastando en el exterior mucho más dinero del que ha estado ganando. ¿Por qué? El Economic Education Bulletin da las razones:
“Primero, por muchos años el gobierno de los EE. UU. ha desembolsado [gastado] en el exterior más moneda y créditos de los EE. UU. de lo que ha recibido desde el exterior. Por su vasto y demasiado generoso programa de ayuda al extranjero y por grandes gastos militares en otros países, ha colocado estas reclamaciones contra él en manos de gobiernos extranjeros, bancos centrales, e individuos. . . .
“Segundo, los Estados Unidos se han permitido inflación señalada y prolongada . . . por más de tres décadas. . . . También ha resultado en tan señalado aumento en los precios [para los productos estadounidenses] que muchos elaboradores estadounidenses ya no han podido competir en los mercados mundiales.”
El arreglo acordado por las naciones occidentales después de la II Guerra Mundial fue que las deudas internacionales serían pagadas en oro. ¡Pero para 1971, debido a los gastos de los Estados Unidos en ultramar, había aproximadamente seis veces más dólares en las manos de los extranjeros que el oro que los Estados Unidos tenían para pagar! Era igual a una persona que le debe a alguien $6.000 pero solo tiene $1.000 en valores para pagar la deuda, y la deuda continúa aumentando.
Entonces llegó agosto de 1971. En ese tiempo los Estados Unidos abruptamente cerraron su ‘ventana del oro.’ Rehusaron cumplir su promesa de pagar oro por los dólares en billetes que tenían los extranjeros. Pero, ¿qué significa cuando alguien dice que no va a pagar sus deudas del modo que dijo que lo haría? La susodicha publicación muestra su significado:
“El cierre de la ventana del oro constituyó el reconocimiento de que el gobierno de los EE. UU. . . . estaba en quiebra internacional.”
¡Los Estados Unidos se han convertido en el mayor deudor insolvente de la historia del mundo! Y desde 1971 la situación ha empeorado. Para 1973 la deuda exterior de los Estados Unidos era ocho o nueve veces el valor del oro que tenía.
Empeorando el problema
¿Hay alguna posibilidad de que esta tendencia cambie? El redactor de artículos de fondo, Joseph Alsop, declaró:
“Lo que nos amenaza —lo cual ya ha comenzado, en realidad— es una crisis monetaria permanente, lo cual también puede significar una crisis de inflación permanente.
“En tres años, según las perspectivas actuales, nuestros dólares no se parecerán en nada a los dólares de hoy día, aunque ahora un dólar vale muy poco.”
La mayoría de los observadores están de acuerdo. Pero, ¿qué los hace estar tan seguros? Es el hecho de que en muchas partes del mundo hay una ‘crisis de energía.’ Especialmente es cierto esto en los Estados Unidos. En la actualidad este país consume petróleo mucho más rápidamente de lo que lo puede hallar y producir. Y la demanda sube vertiginosamente cada año mientras que sus reservas disminuyen. Como resultado, la nación tiene que importar más y más petróleo de ultramar. Eso significa que tiene que gastar más dólares en otros países.
El redactor Alsop califica a las perspectivas económicas para el futuro inmediato de “espantosas.” Podemos ver por qué examinando unas pocas cifras. En 1970 los Estados Unidos pagaron a otras naciones unos 2 mil millones de dólares por sus importaciones de petróleo. Se esperaba que en 1973 importaran más de 7 mil millones de dólares en petróleo. Se calcula que en 1975 las importaciones de petróleo llegarán a aproximadamente 15 mil millones de dólares. Para 1980 se dice que esa cifra subirá por las nubes a unos 30 mil millones... y mucho más después. ¡Esto sucede mientras la balanza de pagos desde hace mucho ha estado endeudada! Alsop añadió:
“Las cifras también significan una crisis de energía, por supuesto. . . . Sin embargo los inconvenientes para muchos y las grandes pérdidas para unos pocos es meramente una bagatela cuando se compara con la tragedia nacional de un dólar con un valor cada vez menor.”
Por lo tanto, basándose en la evidencia, ¿qué piensa usted? ¿Es probable que el actual sistema económico del mundo solucione sus problemas? ¿Piensa usted que sería seguro esperar eso y cifrar su esperanza en ello?
A las personas razonables les es evidente que el sistema económico tiene graves defectos, que se está desmoronando. De hecho, en su derrotero actual, se dirige al derrumbe. Aunque quizás aparezcan mejoras o alivios temporarios, es evidente que el futuro cercano tiene en reserva enormes cambios.
En realidad, el sistema económico del mundo está edificado sobre un fundamento falso. Las naciones funcionan con enormes deudas, por medio de “gastos deficitarios.” Sus ciudadanos hacen lo mismo, comprando más y más a crédito. Esta construcción sobre una ampliación de crédito cada vez mayor produce un efecto como el del bien conocido “castillo de naipes.” La estructura no tiene verdadera fuerza y cualquier presión que se le añada puede hacer que todo se venga súbitamente abajo.
¿Qué le está pasando a su seguridad personal?
Toda persona quiere sentirse segura, a salvo. Nadie quiere ser víctima de un “asalto,” o que le roben en su hogar. Las mujeres no quieren ser violadas. El deseo de tener vecinos honrados y decentes es universal. Y todo el mundo quiere que mejore la calidad de la vida.
Pero, ¿están las ciudades, los pueblos y las zonas rurales convirtiéndose en lugares más seguros para vivir? ¿Está mejorando la calidad de la vida?
Si usted es un adulto, reflexione acerca del modo en que eran las cosas hace diez, veinte o más años. ¿Considera usted que la vida y la propiedad están más seguras hoy que en aquel entonces? ¿Confía usted más en la gente hoy en día? Cuando contesta a un toque en su puerta por la noche, ¿se siente más seguro ahora?
La mayoría de la gente dice que lo contrario es cierto. Piensan que ahora hay mucho más peligro para la seguridad personal de lo que pueden recordar que jamás haya habido.
Más peligroso
Todas las evidencias de los funcionarios que hacen cumplir la ley concuerdan. Casi todos los países de la Tierra han tenido un alarmante aumento del crimen y la violencia en años recientes. El desafuero ha crecido tanto que se ha convertido en uno de los problemas más serios de nuestro tiempo.
Según informó West Australian, Arnold Toynbee, el respetado historiador británico, ha llegado a la conclusión de que existe “una obvia mengua en la honradez normal, una ausencia de propósito común.” La publicación también declaró: “Él piensa que las naciones surgen o caen en relación a la unidad moral de la familia y al propósito moral del Estado, y él ve en Occidente una mengua de ambos.”
En los mismísimos países que se consideran más “adelantados,” la seguridad está disminuyendo con mayor rapidez. Un oficial de policía canadiense de Hamilton, Ontario, le echó la culpa de la ola de crimen en ese país ‘al derrumbe moral de la sociedad,’ y se refirió al Canadá como “una sociedad enferma.” En Toronto ahora se atrapa a dos veces más gente robando en las tiendas de lo que era el caso hace solo unos pocos años. Sin embargo el Star de Toronto dijo: “Hasta se cree que esto es solo una fracción de la cantidad de clientes y empleados de tiendas que roban.” Un director de seguridad de cuarenta tiendas en esa ciudad declaró: “Hemos atrapado a gente de toda clase... un médico, un abogado y la esposa de un juez.”
En la Gran Bretaña el aumento en los asaltos depravados ha espantado a experimentados funcionarios policíacos. Un detective de Scotland Yard dijo que están aumentando los crímenes violentos, y que en la actualidad los criminales “están completamente endurecidos y no muestran remordimiento.” ¡En Londres, el Daily Mail relató que los robos después de los asaltos aumentaron en un enorme 129 por ciento en solo cuatro años! Y el Daily Telegraph declaró:
“Lord Hailsham, el lord canciller, . . . aseguró, y pocos discutirían su argumento, que si el crimen enjuiciable continúa su crecimiento al promedio actual el sistema judicial se derrumbará . . .
“Muchos pensadores progresivos solían pensar que la causa del crimen era la pobreza. ¿Por qué, pues, ha aumentado el crimen a medida que nos hemos hecho más prósperos?”
En los Estados Unidos ha habido una ola de crímenes de proporciones inmensas en la última década. En la mayoría de las zonas del país, los crímenes mayores han aumentado de diez a quince veces más rápidamente que la población. En Albuquerque, Nuevo México, un residente a quien en cinco años le robaron en su casa cuatro veces declaró: “Me quedo sentado en mi casa como Kit Carson dentro del fuerte, sin salir por temor de que algún . . . maleante quizás entre a hurtadillas entre mis posesiones.”
En otra parte de los Estados Unidos, el propietario de un complejo de casas de apartamientos de ‘mucha seguridad’ dijo: “Hasta hemos tenido que poner cerrojos a los muebles y los cuadros,” debido a que se robaban a tantos. ¡A un contratista que vende sistemas automáticos para prevenir los robos le robaron equipo costoso de su propio camión!
El Times de Los Ángeles dijo que las estadísticas del crimen “parecen un informe de un campo de batalla, pero la batalla, sin la menor esperanza a la vista de un cese de fuego, se está librando en los pueblos y ciudades de todos los Estados Unidos.” Especialmente ha habido un señalado aumento de crímenes violentos... asesinato, asalto, violación.
Hasta en las comunidades pequeñas, hay menos seguridad. El encargado de un negocio en un pequeño pueblo de Virginia dijo acerca del crimen: “Estamos notando que está aumentando en los pueblos pequeños. Nunca tuvimos un robo por aquí hasta hace unos pocos años, y ahora esa clase de cosa está sucediendo continuamente.”
Las estadísticas oficiales del crimen son bastante escalofriantes. Pero el Times de Nueva York reveló: “En algunas categorías el número de los crímenes que se cometieron puede ser hasta cinco veces mayor que el número que las víctimas informaron oficialmente.”
El derrumbe de instituciones
Junto con este vasto aumento en el crimen ha venido un derrumbe en las mismas instituciones de las que normalmente uno esperaría ayuda. El gobierno, la religión mundial, la ciencia... todos han sido impotentes de detener la marea. Nada parece estable, confiable. Hasta la vital unidad de familia se está derrumbando a un paso acelerado.
Por ejemplo, ¡en 1972 hubo el mayor máximo hasta la fecha en el número de divorcios en los Estados Unidos... 839.000! Los divorcios aumentan a un paso dos veces más rápido que los matrimonios. Ahora aproximadamente uno de cada tres matrimonios terminan en divorcio. Sucede igual en otros países. En la Unión Soviética su revista Sputnik dice:
“El promedio de divorcios está creciendo en la Unión Soviética y esto está produciendo un serio efecto en los promedios de nacimientos del país así como en los aspectos sociales y económicos de la vida. . . .
“En 1950 había tres divorcios por cada cien casamientos, en 1960 la cifra había aumentado a diez por ciento, y en 1967 había alcanzado el 30 por ciento. . . .
“Se genera un sentimiento de que la unidad familiar es inestable aun entre los matrimonios que no están pensando en el divorcio.”
¿Puede la gente esperar que los líderes gubernamentales detengan el derrumbe general de la sociedad? El mismísimo hecho de que el problema aumenta de una década a la otra muestra que no pueden parar la decadencia. Lo que es más, la gente duda cada vez más de la veracidad de sus líderes políticos.
De modo que, en una reciente entrevista, George Bush, presidente del Comité Nacional Republicano de los Estados Unidos, reconoció que “hay un sentimiento muy esparcido en el país, independiente de partido, de que los políticos son corruptos.” Este sentimiento es característico de todo el mundo. El derrumbe del respeto por los funcionarios gubernamentales solo puede acelerar el paso del desafuero y el desorden entre la gente común.
Tampoco los líderes de la ciencia y la industria han demostrado ser una verdadera bendición para la humanidad. Aunque ha habido logros impresionantes en la tecnología, ¿ha mejorado esto realmente la calidad general de la vida? La tecnología moderna es la responsable de la contaminación, de las carreteras abarrotadas y peligrosas, trabajos monótonos ante las máquinas, armas horribles de destrucción en masa que cada año cuestan una fortuna. No es de asombrarse que un profesor de física en la universidad de Texas haya respondido a la pregunta: “¿Puede la ciencia salvarnos?” con un rotundo: “No.”
Hasta los espectaculares logros espaciales han producido muy pocos resultados. Más y más personas han llegado a sentir que estas aventuras no están relacionadas con los problemas de la Tierra. Muchas personas actualmente consideran que las enormes sumas de dinero que se gastaron fueron desperdiciadas. Sienten lo mismo que el individuo que escribió al Times de Nueva York, y dijo, en respuesta a una alegación de que grandes beneficios fluían de las hazañas espaciales:
“Se nos dice que las inversiones de nuestro país en el espacio han ‘alentado la economía, mejorado la calidad de la vida de nuestro pueblo, mejorado nuestro prestigio nacional, y contribuido a nuestra seguridad nacional.’
“Desearía que hubiera dicho cómo lo han hecho. La economía está desesperada, nuestro prestigio es una farsa, nuestra calidad de vida está decayendo y nuestra seguridad nacional ya está ‘sobrepasada.’ . . . Nosotros ‘los pueblos de la Tierra’ estamos llorando, sencillamente llorando.”
‘Retirada al barbarismo’
Si uno se enfrenta a la verdad escueta, tiene que ver que, prescindiendo de lo que los líderes mundiales hayan tratado de hacer, la seguridad y la calidad de la vida continúan en deterioro. Esto ha impelido al historiador Toynbee a decir que ‘la civilización actual claramente se está batiendo en retirada’ hacia el barbarismo.
Un reflejo de esta inseguridad es el siguiente artículo de la revista Time: “Un grupo de expertos . . . le llaman a la depresión ‘la forma más común de desorden mental.’ Cada año los médicos tratan aproximadamente de 4.000.000 a 8.000.000 de norteamericanos que padecen de ella.” Y otra evidencia de inseguridad es el aumento trágico de las enfermedades cardíacas. La Organización Mundial de la Salud dijo que por todo el mundo han alcanzado dimensiones que causan vértigo.
Es obvio que, antes de mucho, algo en la sociedad tiene que “ceder.” Las cosas no pueden continuar de esta manera sin que acontezca un gran cambio. Pero, ¿hay una salida a estos problemas gigantescos? ¿Podrá la gente cambiar de alguna manera estas tendencias que están tan profundamente arraigadas? O, ¿pudiera ser que la única salida para evitar un desastre sea un orden completamente nuevo, uno que tenga un comienzo completamente nuevo?
[Gráfico de la página 5]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
AUMENTO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL
+2%
0
PRODUCCIÓN MUNDIAL DE CEREALES
-4%
1971
1972
Resultado: Un merma promedio del 6 por ciento por persona en el abastecimiento de cereales
[Ilustración de la página 4]
¿Cuánta evidencia necesita uno para darse cuenta de que va en mala dirección?
[Ilustración de la página 6]
Lo que $1,19 compraba...
en 1964
PAN Y MANTEQUILLA, 7 3⁄4¢
TAZA DE FRUTAS, 7¢
ENSALADA, 16 1⁄4¢
BEBIDA, 5 1⁄4¢
GUISANTES, 5 3⁄4¢
CARNE, 58 3⁄4¢
PATATA, 2 3⁄4¢
POSTRE, 15 1⁄2¢
en 1973
CARNE, $1,02
POSTRE, 17¢
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¿Es ésta la salida de la confusión?¡Despertad! 1974 | 22 de abril
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¿Es ésta la salida de la confusión?
MÁS allá de toda duda hay confusión en cuanto a dónde se dirige la humanidad. Millones de personas también carecen de dirección clara en su vida personal. ¿Cuál es la salida de la confusión? ¿Qué perspectivas hay para el futuro?
‘¡Siempre podemos tener esperanza!’ quizás diga alguien. ‘El hombre siempre se las ha arreglado para salir de las crisis en el pasado. ¿Por qué no en nuestro día?’
La esperanza, por supuesto, es buena. Pero, si nos enfrentamos a los hechos, ¿no ha sido la historia humana una serie constante de esperanzas frustradas? Las esperanzas falsas solo llevan a la desilusión. Solo esperanzas genuinas, sólidamente fundadas, nos pueden conducir a un futuro que valga la pena.
Así es que es tonto el sencillamente esperar a ciegas que ‘las cosas se arreglen de alguna manera.’ Se necesita acción. Pero esa acción tiene que ir en la dirección correcta. ¿Están los hombres buscando las soluciones en la dirección correcta?
¿Pueden los gobiernos nacionales mostrar el camino?
Muchas personas esperan que sus gobiernos nacionales solucionen los problemas principales de la vida. Exclaman: ‘¡Pongan a nuestro país primero!’ Dicen que el bienestar y la seguridad de su propia nación se debe anteponer a cualesquier intereses extranjeros. Frecuentemente quieren un gobierno fuerte para restaurar la ‘ley y el orden’ y para suprimir la inquietud social.
Pero, ¿ha sacado de dificultades a una nación el concentrarse en poner primero a su propio país? ¿Qué hay de los que fueron en esa dirección en el pasado? Con demasiada frecuencia los sentimientos nacionalistas intensos han llevado a la dictadura. Piense en Alemania bajo el gobierno nazi. Alemania emergió de la I Guerra Mundial sumida en la miseria. Pero bajo el fuerte gobierno del dictador Hitler su recobro fue rápido. Leyes completamente nuevas revisaron los sistemas económicos y sociales. El comercio prosperó. Terminó el desempleo. Pero con todo y eso, el ciudadano medio perdió su libertad.
Este nacionalismo extremo también fue muy costoso para el resto del mundo. Millones de personas, incluso civiles inocentes, murieron en los horrores de la II Guerra Mundial. Las naciones quedaron en ruinas, con mucho de sus bienes desperdiciados. No, el nacionalismo intenso no mejoró al mundo, ni siquiera a Alemania.
¿Ha mejorado realmente el nacionalismo firme los asuntos en otros países? ¿Ha solucionado los problemas de la Unión Soviética? ¿Ha solucionado los problemas de esos países que recientemente se hicieron independientes, como los de África? Los problemas económicos y familiares de la Unión Soviética, así como la supresión de la libertad personal, responden, No. En África las guerras tribuales, la pobreza y un modelo de dictaduras responden, No.
Así es que, mucha gente que razona ve que el nacionalismo no es realmente la salida para los graves problemas del hombre. Saben por la historia que con regularidad las naciones suben y caen, y que ninguna forma de gobierno de hechura humana jamás ha satisfecho las necesidades de todo su pueblo.
¿Qué hay de gobierno mundial humano?
Puesto que los problemas del mundo se han hecho tan grandes, muchos piensan igual que el historiador británico Arnold Toynbee, quien dijo:
“Los problemas estratégicos e higiénicos de la humanidad son globales y apremiantes; no se pueden resolver por medio de los gobiernos de los estados locales. Requieren el establecimiento de una autoridad global dotada de poder predominante.”
Pero, ¿es apegarse a la realidad esperar que cada nación entregue deliberadamente su soberanía a tal gobierno mundial? ¿Lo han hecho en el pasado? No, porque el espíritu de nacionalismo es demasiado fuerte. Es por eso que Toynbee advirtió: “La supervivencia de la humanidad requiere unidad política, sin embargo el actual modo de pensar de la humanidad es cada vez más divisivo.”
Aun si las naciones se sometieran y entregaran sus intereses nacionales a un gobierno mundial hecho por el hombre, ¿es probable que aun así lleguen a la raíz de sus problemas? ¿Parece lógico que líderes humanos, que no resolvieron los problemas en una escala nacional, harán algo mejor por medio de aunar sus esfuerzos? ¿Es una colección de fracasos individuales un fundamento verdadero para solucionar los problemas globales?
Pero, mucha gente ni siquiera se preocupa acerca de lo que se puede hacer en una escala mundial. Su primera preocupación yace mucho más cerca de su hogar.
En pos de intereses egoístas
La mayoría de la gente se preocupa mucho más por sus propios intereses egoístas. Van en pos de un derrotero que les obtendrá la mayor comodidad material y, así, según creen ellos, seguridad financiera.
Pero, ¿ha mitigado los problemas del hombre este modo de vivir materialista, tan ansiosamente buscado por tanta gente? Considere algunos de los resultados.
Actualmente hay una creciente escasez de muchos de los recursos naturales de la Tierra. ¿Por qué? Porque con regularidad los hombres han despojado a la tierra más y más de sus recursos para hacer los artículos que demandaban los consumidores.
Al mismo tiempo, esto ha desarrollado la “sociedad industrial.” Aunque ésta ha producido algunas ventajas, también ha hecho que millones de personas tengan que soportar monótonos trabajos en las líneas de montaje, en fábricas ruidosas y atestadas, con pocas perspectivas de poder hacer otra cosa. Frecuentemente van y vienen del trabajo a través de una niebla espesa y oscura que irrita los ojos y la garganta, en carreteras atestadas, muchas de éstas sucias con desechos. Las playas que en un tiempo eran hermosas ahora se declaran inseguras debido a la contaminación.
Además, en su deseo de cosas materiales, y en vista del constante aumento de precios, muchos hombres, y mujeres, aceptan un trabajo adicional para ganar más dinero. Sin embargo sus familias se lamentan por el abandono. Aumenta el número de esposas frustradas que recurren a las bebidas alcohólicas. Los hijos, al no recibir la atención apropiada, sienten que hay una ‘brecha entre las generaciones,’ y siguen por su propio camino, frecuentemente recurriendo a las drogas y a la inmoralidad.
Pero las drogas tullen y matan. El alcoholismo desenfrenado y las enfermedades venéreas epidémicas que resultan de la inmoralidad cuestan caro en víctimas. El ritmo de vida se ha hecho demasiado rápido para un verdadero disfrute. Las frustraciones y las tensiones cuestan cada vez más caro en víctimas debido a los trastornos mentales, enfermedades cardíacas, etc. Y mucho de esto se ha originado en la búsqueda frenética de cosas materiales.
¿Tiene la solución la religión mundial?
En la actualidad muchos tienen lo que un profesor canadiense llamó: “Un anhelo religioso de recibir una explicación.”
Pero menos y menos de ellas recurren a las religiones tradicionales para tratar de satisfacer esta necesidad. ¿Por qué? Porque hallan que las religiones están en desacuerdo, divididas acerca de las cuestiones principales. Algunos clérigos hasta ponen en duda la existencia de Dios. Las normas que varían en cuanto a lo que está bien y lo que está mal se suman al sentimiento de que el mundo ha perdido su rumbo, de que está llegando a ser como un barco sin timón.
Por ejemplo, en 1971 muchos obispos católicos en los Estados Unidos pidieron que se pusiera fin a la guerra en Indochina, sugiriendo que era una ‘guerra inmoral.’ Pero anteriormente, los dirigentes de la iglesia habían dicho lo contrario. El cardenal Spellman se refirió a las tropas norteamericanas en Vietnam como “soldados de Cristo” y dijo que el luchar por algo “menos que la victoria es inconcebible.” Cuestiones importantes como el celibato sacerdotal y el control de la natalidad persisten como temas sin resolver entre los católicos, especialmente entre los miembros del clero. Por lo tanto, muchos católicos sinceros siguen confundidos, sin tener confianza en la guía de la Iglesia.
Las iglesias protestantes han sido sacudidas por cuestiones sociales en los años recientes. Mientras que algunas iglesias han aceptado la integración racial, otras de la misma confesión no lo han hecho. Algunas iglesias apoyan los movimientos radicales ‘izquierdistas’ en pro de un cambio social; otras de la misma religión los condenan. El lego normal, atrapado entre las corrientes que se entrecruzan, se siente confundido y disgustado.
Algo que ha empeorado el desconcierto es que un creciente número de dirigentes eclesiásticos pasan por alto las relaciones sexuales fuera del matrimonio, y hasta el adulterio, disimulando voluntariamente la presencia de estos males.
Por ejemplo, un capellán protestante del colegio Vassar dijo que ‘es más fácil lograr una vida plena cuando el hombre —y su esposa, también— pueden tener relaciones extramaritales [adulterio], no secretamente, sino con conocimiento y consentimiento mutuo.’—Current Medical Reports, enero de 1970.
Más y más clérigos también pasan por alto la homosexualidad, disimulando voluntariamente su presencia. Un artículo por el clérigo de San Francisco R. W. Cromey en The Living Church, un semanario de la Iglesia Episcopal, dijo: “No hay acto sexual que en sí mismo sea pecaminoso. . . . También creo que dos personas del mismo sexo pueden expresar amor y pueden profundizar ese amor por medio de la cópula [homosexualidad].”
Sin embargo la Biblia prohíbe expresamente la fornicación, el adulterio y la homosexualidad. La gente que practica esas cosas, dice la Palabra de Dios, son merecedoras de muerte.—Rom. 1:24-32; 1 Cor. 6:9, 10.
Además, millones de personas se han dedicado a cosas como la astrología, las tablas ouija, cultos de la magia negra y hasta la adoración del Diablo. Sin embargo ninguna de estas prácticas ha señalado el camino a la humanidad para hallar verdadera paz y seguridad. Son, como dijo un administrador escolar en Vancouver, Colombia Británica, solo “otro modo de engañarse para no ver la realidad.”
¿Adónde puede uno dirigirse?
¿No hay nada a lo que uno se pueda dirigir con confianza para guiar su vida correctamente? ¿Quién nos puede mostrar la dirección correcta para garantizar nuestra felicidad futura?
Hay un proverbio en la Biblia que dice: “Donde no hay visión [o, “revelación”] el pueblo anda desenfrenado.” (Pro. 29:18) Este principio sano muestra ser cierto en nuestro día. Sin una visión clara del futuro, sin una revelación para guiarlo, los torpes esfuerzos del hombre han producido crecientes dificultades, derramamientos de sangre, inmoralidad y congojas.
Sí, la humanidad ciertamente necesita visión... para ver el camino por el cual se está dirigiendo y cuál es el derrotero correcto a seguir. La humanidad necesita una guía especial que no puede darse a sí misma. ¿De dónde puede venir? Solo puede venir de una fuente superior al hombre. Debe venir del Creador de la humanidad, Jehová Dios. Solo él sabe exactamente a dónde se está dirigiendo este mundo y qué conducirá hacia un mundo libre de dificultades desanimadoras.
Es por esto que los testigos de Jehová creen que la respuesta a la pregunta:
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Causas fundamentales de los problemas económicos¡Despertad! 1974 | 22 de abril
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Causas fundamentales de los problemas económicos
“Todos parecen estar ferozmente determinados a conseguir todo lo que puedan y a dar tan poco como sea posible, a idear escaseces e interrumpir la producción, y hallar sustitutos fáciles para el trabajo honrado y duro. En todas partes hay señales de luchas e inquietud, entre los jóvenes, entre los trabajadores en la fábrica y el campo, y lo más amenazador de todo, entre los que dirigen el Gobierno.”—“The Times of India,” citado por el “Times” de Nueva York, del 16 de agosto de 1973, pág. 10.
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Se desvanece el optimismo¡Despertad! 1974 | 22 de abril
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Se desvanece el optimismo
“No queda nada del optimismo algo ingenuo del siglo diecinueve cuando se esperaba que la ciencia y el progreso abolirían todos los males, tanto individuales como colectivos. Todas las seguridades tradicionales se están desplomando; las culturas y las civilizaciones se están desorganizando; la humanidad como un todo se ha hecho consciente de lo extremadamente precario de su existencia.”—Del prefacio del libro “La Mort et Ses Mysteries” (“La muerte y sus misterios”) por el psicólogo francés Ignace Lepp.
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