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Las Naciones Unidas... ¿hasta qué grado son fuerza mundial?La Atalaya 1975 | 1 de febrero
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verdadero reside donde siempre ha residido... en los gobiernos y las fuerzas militares de las grandes potencias.”
¿Por qué, entonces, hay razón para creer que las Naciones Unidas actualmente están experimentando un resurgimiento de poder? ¿Qué factores contribuyen a esto? ¿Qué papel desempeñará todavía esta organización global en el futuro de toda la humanidad?
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¿Qué encierra el futuro para las Naciones Unidas?La Atalaya 1975 | 1 de febrero
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¿Qué encierra el futuro para las Naciones Unidas?
EVIDENTEMENTE las Naciones Unidas están entrando en una era de vigor y prominencia renovados en la escena mundial. En el futuro cercano estarán envueltas en acontecimientos de impacto sacudidor del mundo. ¿A qué se debe esto?
El conflicto del Oriente Medio en octubre de 1973 y su secuela ayudaron a restaurar mucho del prestigio de las N.U. Cierto, las potencias grandes desempeñaron papeles dominantes en los arreglos de tregua entre Israel, Egipto y Siria. Pero como escribe el historiador finlandés Max Jakobson en el Saturday Review/World (23 de marzo de 1974):
“Aun las superpotencias encontraron que no podían prescindir enteramente de las Naciones Unidas. El acuerdo de cesar el fuego negociado . . . fue legitimado por el Consejo de Seguridad [de las N.U.]. Las Naciones Unidas suministraron la supervisión del terreno. La vista de las boinas azules a lo largo de las riberas del canal de Suez revivió la fe entre los creyentes: Las Naciones Unidas se necesitaban después de todo.”
De la designación del secretario general de las N.U., Kurt Waldheim, como presidente de la conferencia de paz del Oriente Medio, el reportero de las N.U., Anthony Astrachan, dice:
“Su papel como presidente de las conversaciones de apertura sobre la paz en Ginebra puede ser simbólico, pero los símbolos desarrollan importancia, si no desarrollan poder. Moscú y Washington . . . lo cultivan ahora para proteger sus opciones con el mundo.”
El más reciente conflicto en Chipre también enfocó muy claramente el papel de mantenedor de la paz de las N.U.
PROBLEMAS QUE CLAMAN POR ACCIÓN INTERNACIONAL
Pero el Oriente Medio solo es una parte pequeña del cuadro global. Hay, mundialmente, una comprensión creciente de la necesidad de acción unida veloz, internacionalmente, para enfrentarse con los problemas severos que ahora ascienden en el horizonte de la humanidad.
Enormes regiones de la Tierra se encuentran ahora en lamentable necesidad de alimento. Pero los graneros del mundo virtualmente están vacíos de abastecimientos de reserva. Mientras tanto la población del mundo continúa ascendiendo constantemente... setenta y ocho millones más en 1973.
La pobreza se profundiza. Según el presidente del Banco Mundial, Robert McNamara, 800.000.000 de personas logran vivir actualmente con aproximadamente treinta centavos de dólar al día. En otros países más acaudalados, la inflación desenfrenada produce precios que se elevan estratosféricamente, y las monedas nacionales por lo general se enfrentan a su peor tiempo de inestabilidad.
El poder destructor de las armas desarrolladas por las grandes potencias en años recientes hace parecer realmente pequeñas a las bombas atómicas de la II Guerra Mundial. Ahora, por explosión de un dispositivo nuclear, la India ha llegado a ser el sexto miembro del ‘Club de Armas Atómicas.’ La probabilidad de que otras naciones sigan este derrotero aumenta la probabilidad de que algún miembro del ‘club’ recurra a armas nucleares en un conflicto futuro. La destrucción que se podría desarrollar hace vacilar la imaginación.
Las demandas de recursos energéticos están sobrepujando los abastecimientos disponibles. La crisis energética ha empujado a último término la preocupación por la contaminación. Pero el problema de la contaminación del aire, tierra y mares del planeta Tierra no desaparece así. Continúa y empeora.
Hablando acerca de estos problemas ante las Naciones Unidas, el secretario de estado de los EE. UU., Henry Kissinger, dijo: “Los desafíos de esta magnitud no se pueden resolver por un mundo fragmentado en naciones-estados autónomos o bloques rígidos.” La situación requiere acción colectiva en escala mundial. Pero todavía hay otros factores que realzan la posición de las Naciones Unidas.
OTROS FACTORES BÁSICOS
Como señala el Dr. George W. Shepherd, el mundo ya no es como un tablero de ajedrez en el cual las dos superpotencias se enfrentaban una a la otra, con las naciones europeas como los caballos y los alfiles, y las naciones del “Tercer Mundo” como peones. “Es por eso,” dice este profesor de la Universidad de Denver, “que estamos viendo un reavivamiento de [las Naciones Unidas].”
Aunque anteriormente las naciones del “Tercer Mundo” solo podían hacer ruido en las N.U. y aprobar resoluciones que nunca eran puestas en vigor, las potencias grandes ya no pueden tratar a estas naciones más pequeñas a la ligera. El reciente boicot del petróleo árabe mostró el poder potencial que existe en el “Tercer Mundo.” Esto es cierto no solo de las tierras ricas en petróleo. Muchas de las materias primas y minerales básicos —estaño, cinc, cobre, manganeso, uranio, mineral de hierro, bauxita (para producir aluminio)— de los que dependen fuertemente las naciones industrializadas, provienen de estas llamadas naciones “subdesarrolladas.” ¿En qué puede resultar esto?
Un artículo en el periódico alemán Schwabacher Tagblatt dice que sería asombroso si estos países más pobres fuesen a resistir por largo tiempo la tentación de “desafiar a las llamadas naciones ricas y doblar los músculos de su despertada autoconfianza,” imitando a las naciones árabes. El artículo añade: “Cuando sintamos el agarro de la despertada autoconfianza de estos países alrededor de nuestra manzana de Adán, entonces será demasiado tarde . . . surgirán problemas sociales en nuestro mundo industrial con dimensiones como nunca antes nos han confrontado.”
Todo esto aumenta la inseguridad que mueve a las naciones políticas, grandes y pequeñas, a buscar acuerdos globales Y acción que traiga alivio. El interés en la paz y la seguridad agarra fuertemente a las naciones hoy día como rara vez antes en la historia y ha producido una actitud dominante o “espíritu” que está moviendo a las naciones cada vez más a pensar y obrar sobre una base global. Señalando por qué se puede esperar que se dirijan con más frecuencia a las Naciones Unidas como su instrumento, el ex-embajador de los EE. UU. a las N.U., Charles W. Yost, dice:
“Las N.U., a pesar de todo, tienen una enorme ventaja sobre todos los otros medios para la conducta de las relaciones internacionales... son una institución permanente.
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