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  • Atajos del hombre para facilitar el comercio
    ¡Despertad! 1979 | 22 de julio
    • han modernizado y se han hecho planes para nuevos canales.

      Pero hay ciertos asuntos, algunos políticos y otros económicos, que causan preocupación. Por ejemplo, dos canales nuevos que se tienen propuestos para Europa unirían el río Rin al Danubio, y entonces el Rin a una red que se conecta con el Sena. Algunos funcionarios de Occidente se sienten intranquilos porque ven esto como el abrir en el Danubio un posible “camino de invasión” por el cual escuadras de buques mercantes del bloc comunista pudieran entrar en los canales comerciales de Europa occidental.

      Otros asuntos que causan preocupación están relacionados con la falta de equilibrio que las vías de navegación artificiales pueden causar en la creación natural. Los canales del Erie y Welland abrieron el camino para que la lamprea de mar, un pez nativo del Atlántico del norte parecido a la anguila, invadiera los Grandes Lagos donde causó gran mortandad a poblaciones de peces de valor comercial. Además, la ruta marítima del San Lorenzo ha contribuido a la expansión de la actividad industrial a lo largo de los Grandes Lagos y esto ha acelerado la contaminación de sus aguas.

      Sí, las vías navegables que son obra del hombre pueden causar un desequilibrio y aumentar la contaminación en algunas regiones, pero Aquel que creó ‘todos los torrentes invernales que salen para el mar’ puede ponerle fin a la contaminación y mantener el debido equilibrio por toda la creación. (Ecl. 1:7) Además, debe reconocerse que, por más ingeniosos que sean los sistemas de canales, jamás pueden compararse los rasgos de éstos con la sabiduría que se ve desplegada en las vías navegables naturales de la Tierra. El hombre solo puede construir suplementos a los océanos, lagos y ríos de nuestro globo terráqueo, pero no puede sustituirlos.

  • Como “un granito de arena”
    ¡Despertad! 1979 | 22 de julio
    • Como “un granito de arena”

      ● Aunque el átomo es infinitesimalmente pequeño, está compuesto en su mayor parte de espacio vacío. El Dr. Heinz Haber escribió: “Todo lo que nos rodea —la silla sólida en la que está sentado, su casa, la Tierra misma— todo ello es casi totalmente espacio vacío, con sus solitarios núcleos y electrones muy esparcidos. Si se pudiera eliminar todo el espacio vacío de un cuerpo humano —si todos sus núcleos y electrones pudieran apiñarse en una masa sólida— el cuerpo se encogería al tamaño de un granito de arena tan pequeño que escasamente nos daríamos cuenta de él si lo tuviéramos entre las puntas de los dedos.”—The Walt Disney Story of Our Friend the Atom.

      Aunque tal encogimiento no es humanamente posible, impresiona a uno con su propia pequeñez en comparación con el Creador. Y a los que leen la Biblia tal vez les recuerde el hecho de que para Jehová Dios “las naciones son como una gota de un cubo; y como la capa tenue de polvo en la balanza han sido estimadas.” (Isa. 40:15) En realidad, desde el punto de vista de Dios, las naciones son relativamente insignificantes. No obstante, “como un padre muestra misericordia a sus hijos, Jehová ha mostrado misericordia a los que le temen. Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, acordándose de que somos polvo.”—Sal. 103:13, 14; Gén. 2:7.

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