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Deje que Dios esté en su matrimonioLa Atalaya 1981 | 1 de diciembre
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sino también para observar el sentimiento con el cual se pronuncian. Es más, para ser buenos oyentes tenemos que fijarnos en lo que no se dice. Sí, los esposos y las esposas deberían ser buenos oyentes. Es poco bondadoso el no prestar mucha atención cuando habla su cónyuge. Es verdad que a veces puede causar algo de dificultad el que la persona que esté hablando tal vez esté más o menos pensando en voz alta y realmente no esté tratando de comunicarse con la otra. Si parece existir este problema, entonces acostúmbrese a dirigirse a la otra persona de manera directa, ya sea llamándole por su nombre “Juan” o “María” o usando una palabra de cariño como “querido” o “querida,” antes de ponerse a hablar.
13. ¿Cuál es una de las mejores formas en que los cónyuges pueden mostrarse bondad mutua?
13 Además, una de las mejores formas en que los cónyuges pueden expresar bondad mutua es por medio de obedecer el mandato apostólico: “Háganse bondadosos los unos con los otros, tiernamente compasivos, libremente perdonándose unos a otros así como Dios también por Cristo libremente los perdonó a ustedes.” (Efe. 4:32) Además, al mostrar misericordia por medio del perdón, no lo haga de mala gana, sino que ‘el que muestra misericordia, que lo haga con alegría.’ (Rom. 12:8) Al hacer esto, usted está dejando que Dios esté en su matrimonio, pues leemos que él ‘perdona en gran manera.’ (Isa. 55:7) Si nosotros perdonamos cuando nuestro cónyuge comete una falta, es más fácil esperar que se nos perdone cuando nosotros mismos cometamos una falta. No es sin buena razón que se ha dicho que ‘un matrimonio feliz es la unión de dos buenos perdonadores.’
EL SER HONRADOS EL UNO CON EL OTRO
14. ¿Cuál es otra cualidad que los cristianos deben manifestar a fin de permitir que Dios esté en su matrimonio?
14 La Palabra de Dios muestra que el gran Autor de ésta es también un Dios justo y recto. Dice acerca de Jehová: “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.” (Deu. 32:4) Para dejar que Dios esté en nuestro matrimonio, nosotros también tenemos que ser justos y honrados el uno con el otro. Básicamente, esto significa dejarse llevar por la Regla de Oro: “Así como quieren que los hombres les hagan a ustedes, hagan de igual manera a ellos.”—Luc. 6:31.
15. ¿En qué respecto particularmente deberían los esposos y las esposas interesarse en ser honrados el uno con el otro, y cuáles circunstancias tienden a hacer que esto sea difícil?
15 Son muchas las cosas que están envueltas en la honradez. Obviamente, están envueltos los asuntos de dinero, que pueden constituir un desafío tanto para los esposos como para las esposas. Pero están envueltas cosas mucho más importantes, particularmente lo que tiene que ver con el interés sexual. Es fácil que un esposo deje que su deseo vaya vagando, especialmente en vista de todas las tentaciones que él encuentra a diario, tanto de parte de personas no rectas como de parte de los medios de comunicación corruptos. Al igual que Jehová Dios requiere devoción exclusiva de parte de sus siervos —su “nombre es Celoso”— así también los esposos y las esposas tienen derecho a la devoción exclusiva de su cónyuge en lo que se relaciona con el interés en lo sexual, y la esposa y el esposo mismos tienen la obligación de demostrar tal devoción. (Éxo. 34:14) Al respecto, Proverbios 5:15-20 contiene palabras de consejo muy francas, enfáticas y al punto para los esposos. En cambio, las esposas tienen que tener cuidado para prestar atención al consejo que da Pablo en 1 Corintios 7:3-5 y no valerse del débito conyugal como instrumento para conseguir lo que quieran, como, por ejemplo, ropa y así por el estilo.
EL AMOR DESINTERESADO... “AGAPE”
16. ¿Quién da el ejemplo a las parejas en cuanto a desplegar agape, y por qué es éste tan importante?
16 Jehová Dios es la personificación del amor basado en principios, amor desinteresado, que en griego se llama agape. Por eso, leemos que “Dios es amor.” Así, para permitir que Dios esté en nuestro matrimonio necesitamos tener no solo el amor basado en la atracción natural, el interés sexual (eros), y el afecto basado en afinidad de mente y espíritu (philía), sino también el amor desinteresado basado en principios. Esta clase de amor mantendrá unido al matrimonio, aun si los otros dos tipos de amor disminuyen.—1 Juan 4:8.
17. ¿Cómo esclarece las obligaciones maritales la descripción que Pablo da del amor?
17 En 1 Corintios 13:4-8 el apóstol Pablo da una descripción excelente de cómo se manifiesta este amor: “El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. No se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta. El amor nunca falla.” En vista de estas palabras de Pablo, no podemos dejar de concluir que el ser buen cristiano significa ser buen cónyuge. En sentido contrario, el fracasar en el matrimonio desacredita a uno como cristiano. Los problemas que surgen en el matrimonio deben considerarse como desafíos que ayudan a uno a cultivar los frutos del espíritu, de los cuales el principal es el amor. (Gál. 5:22, 23) Y recuerde, ¡“EL AMOR NUNCA FALLA”!
18, 19. (a) ¿Qué exige agape de la esposa? (b) Agape impulsará al esposo a tratar a su esposa ¿de qué manera?
18 ¿Qué exige de la esposa el amor desinteresado basado en principios? Exige que ella reconozca a su esposo como cabeza. (Efe. 5:22-24) Tal vez no siempre sea fácil hacer esto, pero el amor le ayudará; hará que le sea más fácil colocar los intereses de su esposo por delante de los suyos. Por ejemplo, hay esposas amorosas que, porque saben que su esposo tiene que seguir cierto régimen, simplemente no preparan platos que los dos no puedan compartir. Saben que el hacer esto realmente no les causa ningún daño a ellas y, de hecho, tal vez aun sea mejor para ellas.
19 ¿Qué exige del esposo el amor desinteresado? Exige que él obedezca el consejo siguiente: “Esposos, continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó a sí mismo por ella. De esta manera los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos.” (Efe. 5:25, 28) ¡Qué mucho exige esto del esposo! Al mismísimo grado que él cuida bien de su propio cuerpo en lo que tiene que ver con proporcionarle alimento, ropa, abrigo, descanso y recreo y satisfacer sus intereses espirituales, así también debería cuidar de su esposa. Al igual que él no quisiera hacer nada que le causara vergüenza a él ante otros, tampoco debería él avergonzar a su esposa en presencia de otros. El amarla como a su propio cuerpo incluye el vivir con ella de acuerdo con conocimiento, el ser bondadoso y considerado en lo que tiene que ver con los aspectos más íntimos del matrimonio. Nunca debería suceder que se le pudiera acusar de haber violado a su esposa.—1 Ped. 3:7.
20, 21. (a) Se podrá ver que Dios está en el matrimonio de uno si se aplican ¿qué otros principios bíblicos? (b) ¿Cuál es el próximo tema que se considerará, y por qué?
20 ¡Qué oportunidades de felicidad ofrece el estado marital! Jesús dijo que “hay más felicidad en dar que la que hay en recibir,” y este principio aplica también a personas casadas. (Hech. 20:35) ¡Cuántas oportunidades de dar se presentan a los esposos y a las esposas: el dar de sí mismos, de su tiempo, de su atención, de sus pensamientos, de sus sentimientos, de cosas materiales! También aplica a la relación de ellos el siguiente principio: “El que siembra mezquinamente, mezquinamente también segará; y el que siembra liberalmente, liberalmente también segará.” Preste atención a todo consejo de esta índole y usted permitirá que Dios esté en su matrimonio.—2 Cor. 9:6.
21 No obstante, vez tras vez se ve que entre las personas casadas, aun a las que profesan ser cristianas o cristianos dedicados, les falta mucho al respecto. Por eso se hace necesario tratar de manera directa el siguiente tema: “El Dios de amor odia un divorciarse.”
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El Dios de amor odia un divorciarseLa Atalaya 1981 | 1 de diciembre
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El Dios de amor odia un divorciarse
“Ustedes tienen que guardarse respecto a su espíritu, y con la esposa de tu juventud que nadie trate traidoramente. Porque él [Jehová] ha odiado un divorciarse.”—Mal. 2:15, 16.
1, 2. (a) ¿Qué derrotero condenable tomó recientemente uno que había servido de anciano? (b) La información que consideraremos a continuación tiene el propósito de contrarrestar ¿qué tendencia?
UN HOMBRE que había servido de anciano en una congregación cristiana por muchos años comenzó a experimentar problemas en su matrimonio. Cometió adulterio con una mujer mundana, confiando en que su esposa se divorciaría de él y entonces él quedaría libre para casarse con una compañera de creencia. Para sorpresa de él, su esposa estuvo dispuesta a perdonarlo y a reconciliarse con él. Pero, resuelto a ser libre, él obtuvo un divorcio legal y se casó con otra mujer después que el divorcio entró en vigor. Sin embargo, inmediatamente después de haber hecho esto, fue expulsado de la congregación cristiana.
2 ¡Cómo nos gustaría que se pudiera informar que éste ha sido el único caso de tal proceder vergonzoso entre los que afirman estar dedicados a Jehová! Pero, triste como es decirlo, no es así. De hecho, cada vez más, parece que algunos cristianos optan por el placer egoísta o por la salida fácil a una situación matrimonial infeliz, en vez de apegarse a los principios bíblicos y buscar la ayuda de Jehová Dios mediante la oración, consultar Su Palabra y buscar la ayuda de los superintendentes de la congregación. Esperamos que la información que aquí se presenta haga que todos los cristianos dedicados fortalezcan su mente en cuanto a este asunto y que cualquiera que esté pensando tomar tal curso egoísta lo reconsidere.
3. ¿Qué actitud en cuanto al divorcio tiene el mundo en general?
3 Por mucho que lamentemos y deploremos esta tendencia, en realidad no debería sorprendernos en vista de todo lo que vemos suceder en el mundo actualmente. Es un hecho indisputable que más parejas se están divorciando ahora que nunca antes. En países como los Estados Unidos y Rusia, de cada tres matrimonios uno termina en divorcio, y en algunos países la proporción es de, aproximadamente, un divorcio por cada dos matrimonios. Algunos estados tienen la ley que permite el divorcio sin que se tenga que señalar a una de las partes como culpable, o dar razón para el divorcio, y esto sin duda ha contribuido al aumento de los divorcios. De hecho, el número de divorcios sería mucho mayor si no fuera por
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