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Tres cautivos de la superstición hallan la libertadLa Atalaya 1985 | 1 de julio
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una semana después de su bautismo, los espíritus empezaron a molestarlo. Unas voces le decían que abandonara esta nueva fe. Pero Edmond oraba e invocaba el nombre de Jehová. Con el tiempo los espíritus inicuos dejaron de importunarlo. (Proverbios 18:10.)
Adama también tuvo sus problemas. Puesto que quería ayudar a otros a liberarse de la influencia satánica, se hizo predicador de tiempo completo. No obstante, por cierto tiempo estuvo plagado de desánimo. Le parecía que no estaba haciendo buen progreso y que a pesar de su mucha actividad cristiana, su espiritualidad estaba a un nivel bajo. ¿Cuál podía ser la razón para tales pensamientos negativos? De repente Adama se dio cuenta de que aún tenía aquella camisa de “gallina de guinea” que sus padres le habían dado. Registró su casa, halló aquel último eslabón que lo vinculaba con el mundo de los espíritus y lo destruyó. “Sentí gran alivio mental”, dijo él.
Athanase, también, tuvo que deshacerse de algo... aquel talismán que le habían dado. Después de hacer esto, enfermó gravemente. ‘¿Podía deberse esto a que había desobedecido la orden de no deshacerme de ese objeto?’, se preguntó él. Pero él también acudió a Jehová en oración. En vez de sucumbir a la presión de sus parientes, que le instaban a que recurriera al espiritismo nuevamente, buscó ayuda médica. Con el tiempo su salud, tanto física como espiritual, mejoró. Athanase ahora dedica los fines de semana a ayudar a sus vecinos a aprender las verdades de la Biblia. (Juan 8:44.)
Las experiencias de estos tres ex cautivos de la superstición confirman que la Palabra de Dios puede obrar poderosamente en los que se hacen creyentes (1 Tesalonicenses 2:13; Hechos 19:18-20). Más de otras 2.000 personas de Costa de Marfil están trabajando junto con estos hombres jóvenes para ayudar a las personas a liberarse del cautiverio religioso. Los testigos de Jehová de su localidad gustosamente le ayudarán a usted también a hallar dicha libertad.
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¿Adaptar la Biblia a la poligamia?La Atalaya 1985 | 1 de julio
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¿Adaptar la Biblia a la poligamia?
EN Bijeen (Juntos), revista católica romana de los Países Bajos, el periodista Sjef Donders consideró el conflicto que existe en algunos países africanos entre el mandamiento bíblico sobre la monogamia y la aceptada costumbre de la poligamia. Ese conflicto se resuelve, dijo él, con “simplemente declarar inválida la doctrina eclesiástica [sobre la monogamia]”.
El señor Donders demostró lo ambiguos que son los puntos de vista de la iglesia al citar las palabras del sacerdote estadounidense Eugene Hillman, miembro de los Padres de Espíritu Santo, orden católica romana que ha encabezado la obra misional católica en África. En un libro que trata sobre la poligamia, el sacerdote Hillman escribió: “Si a causa de un desastre natural o una calamidad provocada por el hombre, de repente ya no quedaran casi hombres, sino casi solamente mujeres, entonces ciertamente se hallarían razones en la Biblia para permitir a estos hombres tener relaciones con varias mujeres”.
¿Se podrían hallar razones? Prescindiendo de los puntos de vista liberales de los sacerdotes, la poligamia no se puede tolerar en el caso de ningún cristiano, sea cual sea su nacionalidad o situación. La monogamia fue el arreglo de Dios para la humanidad en Edén, y Jesucristo indicó que en la congregación cristiana se debería volver a este arreglo (Mateo 19:4-6). Bajo inspiración el apóstol Pablo escribió: “El superintendente [...] debe ser irreprensible, esposo de una sola mujer” (1 Timoteo 3:2). Y, con relación a todo cristiano, aconsejó: “A causa de la ocurrencia común de la fornicación, que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio esposo” (1 Corintios 7:2). Esto no deja lugar para la poligamia entre los cristianos verdaderos.
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