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Libro bíblico número 39: Malaquías“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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16. ¿A qué bendito día futuro señala Malaquías, y qué estímulo alentador da?
16 Mirando a aquel día futuro, Jehová de los ejércitos dice: “Desde el nacimiento del sol aun hasta su puesta mi nombre será grande entre las naciones. [...] Porque yo soy un gran Rey [...], y mi nombre será inspirador de temor entre las naciones”. Sí, ¡inspirador de temor! Porque ‘el día arderá como el horno, y todos los presuntuosos y todos los que hacen iniquidad tendrán que llegar a ser como rastrojo’. No obstante, felices son los que temen el nombre de Jehová, porque para ellos “el sol de la justicia ciertamente brillará, con curación en sus alas”. Esto enfoca atención en el tiempo feliz en que a los obedientes de entre la familia humana se les cura por completo... espiritual, emocional, mental y físicamente. (Rev. 21:3, 4.) Al señalar a aquel día glorioso y bendito del futuro, Malaquías nos anima a obrar de todo corazón cuando traemos nuestras ofrendas a la casa de Jehová: “‘Pruébenme, por favor, en cuanto a esto —ha dicho Jehová de los ejércitos—, a ver si no les abro las compuertas de los cielos y realmente vacío sobre ustedes una bendición hasta que no haya más carencia’”. (Mal. 1:11, 14; 4:1, 2; 3:10.)
17. ¿Qué causa de optimismo templa las advertencias de Malaquías?
17 Aunque continúa advirtiendo de ‘un dar a la tierra por entero a la destrucción’, este último libro de los Profetas despierta optimismo y gozo por lo que aseguran estas palabras de Jehová a su pueblo: “Todas las naciones tendrán que pronunciarlos felices, porque ustedes mismos llegarán a ser una tierra de deleite” (4:6; 3:12).
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Libro bíblico número 40: Mateo“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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Libro bíblico número 40: Mateo
Escritor: Mateo
Dónde se escribió: Palestina
Cuándo se completó: c. 41 E.C.
Tiempo que abarca: 2 a.E.C.–33 E.C.
1. a) ¿Qué promesa ha puesto Jehová ante la humanidad desde Edén en adelante? b) ¿Cómo se estableció firmemente entre los judíos la esperanza de que vendría el Mesías?
DESDE la rebelión en Edén Jehová ha puesto ante la humanidad la promesa consoladora de que mediante la Descendencia o Simiente de su “mujer” él suministrará liberación a todos los que aman la justicia. Jehová se propuso producir de la nación de Israel esa Descendencia o Mesías. A través de los siglos, Dios inspiró a escritores hebreos para que pusieran por escrito veintenas de profecías que mostraban que la Descendencia sería Gobernante en el Reino de Dios y obraría a favor de la santificación del nombre de Jehová y lo limpiaría para siempre del oprobio que se ha amontonado sobre él. Mediante aquellos profetas se suministraron muchos detalles respecto al que sería el vindicador de Jehová y que traería liberación del temor, la opresión, el pecado y la muerte. Al tiempo de completarse las Escrituras Hebreas se había establecido firmemente entre los judíos la esperanza de que vendría el Mesías.
2. Al tiempo del aparecimiento del Mesías, ¿por qué eran ideales las circunstancias para que las buenas nuevas se esparcieran?
2 Mientras tanto, el escenario mundial había estado cambiando. Dios había ejercido influencia en las naciones en preparación para el aparecimiento del Mesías, y las circunstancias eran ideales para esparcir las nuevas de aquel suceso por todas partes. La quinta potencia mundial, Grecia, había provisto un idioma común, un medio de comunicación universal entre las naciones. Roma, la sexta potencia mundial, había fusionado a sus naciones súbditas en un imperio mundial y había hecho carreteras para que toda parte del imperio fuera accesible. Muchos judíos habían sido esparcidos por todo el imperio, de modo que otros se habían enterado de la esperanza judía de un Mesías que había de venir. Y ahora, más de 4.000 años después de aquella promesa edénica, ¡el Mesías se había presentado! ¡Había venido la Descendencia prometida que por tanto tiempo se había esperado! Los sucesos más importantes de la historia humana hasta aquel tiempo se fueron desarrollando a medida que el Mesías efectuó fielmente la voluntad de su Padre aquí en la Tierra.
3. a) ¿Qué provisión hizo Jehová para que se pusieran por escrito los detalles de la vida de Jesús? b) ¿Qué hay de distintivo en cada uno de los Evangelios, y por qué son necesarios los cuatro?
3 De nuevo fue hora de que se escribiera bajo inspiración para registrar aquellos sucesos trascendentales. El espíritu de Jehová inspiró a cuatro hombres fieles para que escribieran relatos independientes, y así se proveyó un testimonio cuádruple de que Jesús era el Mesías, la Descendencia prometida y Rey, y se dieron detalles de la vida, el ministerio, la muerte y la resurrección de él. Estos relatos se llaman Evangelios, y la palabra “evangelio” significa “buenas nuevas” o “buenas noticias”. Aunque los cuatro relatos son paralelos y con frecuencia mencionan los mismos incidentes, de ningún modo son sencillamente copias unos de otros. A los tres primeros Evangelios se les suele llamar sinópticos, lo que indica un punto de vista similar, pues tienen un enfoque similar al relatar la vida de Jesús en la Tierra. Pero cada uno de los cuatro escritores —Mateo, Marcos, Lucas y Juan— narra su propio relato del Cristo. Cada uno tiene su propio tema y objetivo particular, refleja su propia personalidad y tiene presentes a sus lectores más cercanos. Mientras más escudriñamos sus escritos, más nos percatamos de los rasgos distintivos de cada uno de ellos y de que estos cuatro libros bíblicos inspirados son relatos independientes, complementarios y armoniosos de la vida de Jesucristo.
4. ¿Qué se sabe acerca del escritor del primer Evangelio?
4 Mateo fue el primero que escribió las buenas nuevas acerca del Cristo. Es probable que su nombre sea una forma abreviada del hebreo “Matitías”, que significa “Regalo (Dádiva) de Jehová”. Fue uno de los 12 apóstoles escogidos por Jesús. Mateo tuvo una relación estrecha e íntima con el Maestro a medida que este viajaba por la tierra de Palestina predicando y enseñando acerca del Reino de Dios. Antes de hacerse discípulo de Jesús, Mateo era recaudador de impuestos, una ocupación totalmente aborrecible para los judíos, porque les recordaba de continuo que no eran libres, sino que estaban bajo el dominio de la Roma imperial. Mateo, también llamado Leví, era hijo de Alfeo. Cuando Jesús lo invitó a seguirle, Mateo respondió de buena gana. (Mat. 9:9; Mar. 2:14; Luc. 5:27-32.)
5. ¿Cómo se establece que Mateo es el escritor del primer Evangelio?
5 Aunque el Evangelio que se atribuye a Mateo no menciona que él sea el escritor, el testimonio arrollador de los historiadores eclesiásticos primitivos lo señala como tal. Es probable que ningún libro antiguo tenga su escritor más clara y unánimemente establecido que el libro de Mateo. Desde el tiempo de Papías de Hierápolis (a principios del siglo II E.C.) en adelante, entre los antiguos ha habido muchos testigos del hecho de que Mateo escribió este Evangelio y de que este es parte auténtica de la Palabra de Dios. La Cyclopedia de McClintock y Strong declara: “Justino Mártir, el autor de la carta a Diogneto (véase Justin Martyr, de Otto, tomo II), Hegesipo, Ireneo, Taciano, Atenágoras, Teófilo, Clemente, Tertuliano y Orígenes citan pasajes de Mateo. Consideramos probado el hecho de que el libro que poseemos no ha sido objeto de ningún cambio repentino, no solo por la materia que contiene, sino también por la manera como se cita del libro, por la confianza con que se hace referencia a él como a una autoridad establecida y por la ausencia de toda señal de duda”a. El hecho de que Mateo era apóstol y que, como tal, tenía el espíritu de Dios nos asegura que lo que escribió sería un registro fiel.
6, 7. a) ¿Cuándo y en qué idioma se escribió originalmente el Evangelio de Mateo? b) ¿Qué indica que fue escrito principalmente para los judíos? c) ¿Cuántas veces aparece el nombre Jehová en este Evangelio en la Traducción del Nuevo Mundo, y por qué?
6 Mateo escribió su relato en Palestina. No se sabe cuál fue, exactamente, el año, pero las notas que aparecen al final de algunos manuscritos (todos posteriores al siglo X E.C.) dicen que fue escrito en el año 41 E.C. Hay pruebas de que Mateo escribió su Evangelio originalmente en el hebreo común de aquella época y después lo tradujo al griego. En la obra De viris inlustribus (Acerca de hombres ilustres), capítulo III, Jerónimo dice: “Mateo, quien es también Leví, y quien de publicano llegó a ser apóstol, compuso en primer lugar un Evangelio de Cristo en Judea en el lenguaje y caracteres hebreos para beneficio de los de la circuncisión que habían creído”b. Jerónimo añade que el texto hebreo de este Evangelio se conservaba en sus días (siglos IV y V E.C.) en la biblioteca que Pánfilo había formado en Cesarea.
7 A principios del siglo III, Orígenes, al considerar los Evangelios, dijo, según lo cita Eusebio, que el “primero se escribió [...] según Mateo, [...] quien lo compuso en el idioma hebreo y lo publicó para los del judaísmo que se hicieron creyentes”c. El hecho de que Mateo se escribió principalmente para los judíos se indica por su genealogía, que muestra la descendencia legal de Jesús desde Abrahán, y por sus muchas referencias a las Escrituras Hebreas, las cuales señalaban al Mesías venidero. Es razonable creer que Mateo usó el nombre divino Jehová en la forma del Tetragrámaton cuando citó de porciones de las Escrituras Hebreas donde aparece el nombre. Por eso en la Traducción del Nuevo Mundo el libro de Mateo contiene el nombre Jehová 18 veces, como sucede en la versión hebrea de Mateo producida originalmente por F. Delitzsch en el siglo XIX. Mateo habría tenido la misma actitud que tuvo Jesús para con el nombre divino, y no se habría retraído de usarlo debido a una superstición judía imperante de no usar ese nombre. (Mat. 6:9; Juan 17:6, 26.)
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