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Reuniones para el servicio del campoMinisterio del Reino 1980 | noviembre
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Reuniones para el servicio del campo
3 AL 9 DE NOVIEMBRE
¿Qué dice usted...
(1) cuando ofrece las revistas?
(2) cuando ofrece un libro?
(3) cuando halla a alguien que muestra interés poco común?
10 AL 16 DE NOVIEMBRE
¿Cómo se enfrenta usted a la situación:
(1) “No estoy interesado” (o interesada)?
(2) “Estoy ocupado” (u ocupada)?
(3) “No queremos nada”?
17 AL 23 DE NOVIEMBRE
¿Cómo responde usted a la objeción:
(1) “Soy católico” (o católica)?
(2) “No estoy interesado” (o interesada)?
(3) “Tengo mi propia religión”?
24 AL 30 DE NOVIEMBRE
¿Qué dice usted cuando las personas preguntan:
(1) “¿Quién es?”
(2) “¿Qué quiere?”
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Tema de conversaciónMinisterio del Reino 1980 | noviembre
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Tema de conversación
Por qué se escribió la Biblia
1. 1 Cor. 10:11 Da una advertencia.
2. 2 Tim. 3:15 Nos hace sabios para alcanzar la salvación.
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Una provisión amorosa de JehováMinisterio del Reino 1980 | noviembre
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Una provisión amorosa de Jehová
1 Era un día de pleno invierno y la temperatura estaba bajo cero. Una madre cristiana, junto con sus cuatro hijos, comenzó su viaje de casi 13 kilómetros a pie al Salón del Reino. Después que ellos hubieron caminado unos cuatro kilómetros, un vecino se detuvo en su auto y los llevó los nueve kilómetros restantes hasta su destino. En el Congo, un joven de 17 años de edad camina más de 14 kilómetros para asistir a las reuniones. En Honduras, cada domingo un grupo de nuevos Testigos camina tres horas para llegar a las reuniones, y tres horas para volver a casa.
2 ¿Por qué pasan tanto trabajo muchas personas para asistir a las reuniones de congregación? Porque aprecian el privilegio de asociarse con compañeros cristianos para adorar a Dios y estudiar Su Palabra.—Mat. 5:3.
3 Jesús animó a los cristianos a reunirse, pues prometió: “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mat. 18:20) El apóstol Pablo escribió: “Y debemos buscar la manera de ayudarnos unos a otros a tener amor y a hacer el bien. No debemos seguir el ejemplo de los que tienen costumbre de no asistir a nuestras reuniones, sino que debemos animarnos unos a otros, y más ahora que vemos que el día del Señor se acerca.”—Heb. 10:24, 25, Versión Popular (1966).
4 Las reuniones son una provisión amorosa de nuestro Padre celestial, Jehová. Todas se preparan con el propósito de animarnos a mostrar amor en todo aspecto de la vida y a abundar en obras excelentes.
5 ¿Cómo podemos mostrar aprecio por estas reuniones cristianas? ¡Por medio de asistir con regularidad! Puesto que todos queremos mantener nuestra integridad a Jehová, tenemos que estar conscientes de nuestras necesidades espirituales. Las reuniones de congregación verdaderamente son de gran valor para nosotros.—Sal. 26:12.
6 Durante los meses venideros habrá mucha más información en Nuestro Servicio del Reino acerca de otros aspectos de las reuniones de congregación. Estos artículos habrán de edificar nuestro aprecio por las reuniones de modo que las consideremos como provisiones amorosas que Jehová ha hecho para nosotros.
7 Puesto que las reuniones de congregación son un arreglo de Jehová, ¿cómo debemos vestirnos cuando asistimos a ellas? La Biblia nos aconseja que vistamos con modestia en todo momento. (1 Tim. 2:9, 10; 1 Ped. 3:3-6) Es bueno recordar que nos presentamos delante del Soberano del universo para recibir instrucción. De modo que no es una ocasión informal. Es bueno que nuestra apariencia refleje la dignidad de la ocasión. Así no ofenderemos a Dios ni a nuestros hermanos. Y esto aplica a todas las reuniones de la congregación.
8 El estar a tiempo en nuestras reuniones de congregación muestra que estimamos a nuestro anfitrión, Jehová Dios, por este arreglo amoroso. El perder los primeros minutos de una reunión de congregación es como comenzar a leer un artículo desde el cuarto o quinto párrafo. Perdemos la introducción y quizás el marco de circunstancias. Nuestro entendimiento y disfrute generales disminuyen. Más serio aún, perdemos la oportunidad de unirnos en la petición que se hace en la oración de apertura a Jehová. Es bueno que los ancianos y siervos ministeriales lleguen temprano a las reuniones. Así tienen la oportunidad de saludar afectuosamente a los hermanos y darles la bienvenida al Salón del Reino.
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Sea animoso y fuerteMinisterio del Reino 1980 | noviembre
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Sea animoso y fuerte
1 Los días en que vivimos son difíciles; la Biblia los llama el tiempo del fin. No obstante, hay mucho que efectuar en la obra de predicar públicamente y hacer discípulos. Los que quieran participar de lleno en esta obra tienen que ser animosos y fuertes. El ejemplo de Josué puede ayudarnos a este respecto.
2 Jehová dijo a Josué: “Sé animoso y muy fuerte para cuidar de hacer conforme a toda la ley que Moisés mi siervo te mandó. No te desvíes de ella a la derecha ni a la izquierda, para que actúes sabiamente adondequiera que vayas.” De nuevo le dijo: “Sé animoso y fuerte. No sufras sobresalto ni te aterrorices, porque Jehová tu Dios está contigo adondequiera que vayas.” Todos nosotros tanto los jóvenes como los adultos de la congregación, tenemos que ser como Josué.—Jos. 1:7, 9.
3 Uno no llega a ser animoso y fuerte de la noche a la mañana. Esto toma tiempo.
TIEMPO ESFUERZO Y LA AYUDA DE JEHOVÁ
4 Josué era el ayudante y ministro de Moisés. Fue bendecido de muchas maneras al trabajar estrechamente con Moisés. Usted también puede beneficiarse de trabajar con otros hermanos, quizás de edad avanzada, de la congregación. Dé a conocer que está dispuesto a ayudar a otros. Entonces, no espere a que le pidan ayuda, sino contribuya: ayude al hermano que usted vea haciendo algún trabajo en los alrededores del Salón del Reino, yendo al servicio del campo o rindiendo ayuda personal a otro individuo. El hacer esto requiere ánimo y determinación, pero usted disfrutará de muchas bendiciones.
5 A menudo se requiere ánimo y firmeza para cumplir con un trabajo hasta terminarlo. Parece que Josué permaneció fielmente por 40 días al pie de la montaña mientras Moisés recibía los mandamientos de Dios arriba en el monte Sinaí. (Éxo. 24:12-15; 32:15-17) ¿Está
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