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“La cena del Señor”La Atalaya 1951 | 1 de marzo
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“La cena del Señor”
“Comer la cena del Señor. . . . Porque cuantas ‘Veces comen este pan y beben esta copa, siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él venga.”—1 Cor. 11:20-26, NM.
1. ¿Qué ha provisto Jehová para unificar a su pueblo como un solo cuerpo?
JEHOVÁ Dios ha provisto una copa y una mesa para su pueblo en quien es llamado su gran nombre. Muy favorecidos y felices son todos los hombres y mujeres que tienen el privilegio de participar de la copa y de la mesa. Él provee estas cosas para unificar a su pueblo como un solo cuerpo, estando todos los miembros de él en paz los unos con los otros, y ayudándose y sirviéndose los unos a los otros.
2. ¿Cuáles dos clases ahora se juntan en el Memorial, y por eso qué pregunta surge?
2 En el mundo se están esforzando por conseguir unidad entre la sociedad humana mediante el uso de métodos artificiales, y con todo la tendencia es hacia la desunidad egoísta, llegando por fin a estar ‘cada cual contra su prójimo’. Pero el trabajo de unificación de Jehová está teniendo éxito. Por diecinueve siglos él ha estado llamando, juntando y preparando a la “manada pequeña” de hombres y mujeres que se asemejan a ovejas. (Luc. 12:32) Estos siguen al Pastor Jesucristo fielmente y por esto serán unidos con él en el reino celestial para reinar juntamente con él para la bendición de todas las familias de la tierra. En años recientes, desde el final de la Guerra Mundial I en 1918, Jehová ha estado usando a su Pastor para juntar a otras personas que se asemejan a ovejas, a una “grande muchedumbre” de ellas, y éstas se llaman sus “otras ovejas”. (Apo. 7:9-17; Juan 10:16) En el rebaño del Pastor ahora solamente queda sobre la tierra un resto limitado de la “manada pequeña”, pero el Pastor ahora le suministra muchos compañeros por medio de congregar una grande muchedumbre de otras ovejas. De este modo él hace que se cumpla la condición que él describe como “una sola manada, un solo pastor”. Las otras ovejas encuentran en la Biblia que su destino no es celestial, sino terrenal. Ellos habitarán el paraíso restaurado en esta tierra para siempre y serán bendecidos con paz, prosperidad, felicidad y la perfecta salud humana por medio del reino celestial de Jesucristo y su manada pequeña. Estando pues en esta condición de “una sola manada, un solo pastor”, surge la pregunta al tiempo del Memorial, ¿Cuáles son los privilegios del resto y de la grande muchedumbre con respecto a la copa y mesa de Jehová? El destino diferente no debe de crear desunión entre las ovejas, y tampoco debe hacerlo la diferencia en cuanto a sus privilegios. Afortunadamente se encuentra que eso no ha sucedido. ¿Por qué no?
3. ¿Qué nombre dió Pablo al Memorial? ¿De qué manera lo describió?
3 La copa de Jehová y la mesa de Jehová se mencionan en conexión con la cena del Señor. (1 Cor. 11:20) Este nombre designa la comida especial que el Señor Jesús estableció entre sus seguidores leales la noche que fué traicionado por Judas Iscariote. Uno de los seguidores de Jesús, el apóstol Pablo, le da este nombre en su carta a los corintios. Llamando atención al desorden que había con respecto a este asunto, él escribe: “Por esto, cuando se juntan en un lugar, no es posible comer la cena del Señor. . . . Porque yo recibí del Señor lo que también les he entregado, que el Señor Jesús la noche que iba a ser entregado tomó un pan y, después de dar gracias, lo partió y dijo: ‘Esto significa mi cuerpo que está a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí.’ Hizo igual respecto a la copa también, después que hubo terminado su cena, diciendo: ‘Esta copa significa el nuevo pacto por virtud de mi sangre. Sigan haciendo esto, cuantas veces la beban, en memoria de mí.’ Porque cuantas veces comen este pan y beben esta copa, siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él venga.”—1 Cor. 11:20-26, NM; también la traducción de Móffatt.
4. ¿Cuántas veces se ha celebrado? ¿Quiénes ahora tienen preguntas tocante a él?
4 El Señor Jesús murió en el año 33 (d. de J.C.). Por diecinueve siglos desde entonces sus discípulos obedientes han observado esta cena el día apropiado de cada año. La celebración de ésta anualmente hasta este año de 1951 significa que se ha celebrado más de 1,900 veces, verdaderamente es unas “cuantas veces”. Contrario a las pretensiones de algunos religiosos, Jesús personalmente no ha tenido que sufrir de nuevo esa cantidad de veces, “cuántas veces” así, porque el apóstol Pablo dice que no. (Heb. 9:24-26; 10:10-14) En este siglo veinte un resto fiel de su “manada pequeña” sigue observando obedientemente la cena del Señor, “proclamando la muerte del Señor.” Pero ahora una “grande muchedumbre” de otras ovejas llegando a centenares de miles se está asociando con el resto bajo el Pastor Jesucristo. Siendo que la “manada pequeña” está limitada por las Escrituras a 144,000 miembros en todo (Apo. 7:4-8; 14:1, 3), y siendo que el número de ejemplares de La Atalaya que se imprime es aproximadamente 1,235,000 en 36 idiomas, la mayoría de nuestros lectores han de estar fuera de la “manada pequeña” y destinados para ser de la grande muchedumbre de otras ovejas. Al aproximarnos a otro tiempo de Memorial no existe duda en cuanto a lo que debe hacer el resto pequeño, pero la pregunta que surge entre todas estas otras ovejas es, ¿Participaré yo del pan y del vino junto con el resto? ¿Se me manda hacerlo, y por eso debo hacerlo? ¿Es también mi privilegio?
DECIDIENDO EN CUANTO A LA PARTICIPACIÓN
5-7. ¿Qué participante registró el primer Memorial? ¿Qué dice él?
5 Un examen de las circunstancias y los detalles de la primera celebración nos ayudará a todos a determinar la respuesta bíblica a estas preguntas importantes. Tomemos el informe de un hombre que estuvo presente y que participó y que vió y oyó lo que se hizo. Este es el apóstol Mateo. Los otros escritores que dieron informes, Marcos, Lucas y Pablo, no eran participantes. Mateo 26:17-30 dice:
6 “En el primer día de los panes ázimos se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ‘¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para que comas la pascua? Él dijo: ‘Vayan a la ciudad con Fulano de tal y díganle, El Maestro dice: “Mí tiempo señalado está cerca; celebraré la pascua con mis discípulos en tu casa.”’ Y los discípulos hicieron así como Jesús les mandó, y alistaron las cosas para la pascua. Cuando, pues, había atardecido, él estaba reclinándose a la mesa con los doce discípulos [incluyendo así a Mateo]. Mientras estaban comiendo él dijo: ‘En verdad les digo, Uno de ustedes me traicionará.’ Estando muy entristecidos a causa de esto, ellos comenzaron cada uno a decirle: ‘Señor, no soy yo, ¿verdad?’ En respuesta él dijo: ‘El que mete su mano conmigo en el plato es el que me traicionará. Verdaderamente, el Hijo del hombre se marcha, así como está escrito concerniente a él, pero ¡ay de aquel hombre por medio de quien el Hijo del hombre es traicionado! Hubiera sido mejor para él si ese hombre no hubiese nacido.’ En respuesta, Judas, que estaba ya para traicionarle, dijo: ‘No soy yo, ¿verdad, Rabí?’ Él le dijo: ‘Eso era para que tú lo dijeras.’”
7 Después de este intercambio de palabras entre Jesús y Judas, el relato sigue diciendo: “Y mientras todavía comían, Jesús tomó un pan, y después de decir una bendición, lo partió y, dándoselo a los discípulos, él dijo: ‘Tengan, coman. Esto significa mi cuerpo.’ También tomó una copa y, habiendo dado gracias, se la dió a ellos, diciendo: ‘Tomen de ella, todos ustedes; porque esto significa mi “sangre del pacto” que ha de ser derramada a favor de muchos para el perdón de pecados. Pero yo les digo, que de aquí en adelante yo de ninguna manera beberé de este producto de la vid hasta aquel día cuando lo tome de nuevo con ustedes en el reino de mi Padre.’ Por fin, después de cantar alabanzas, ellos salieron al monte de los Olivos.”—NM; véase también la traducción de Móffatt.
8. ¿Qué escribe Juan tocante a la identificación por Jesús de su traicionero?
8 El informe de Marcos concuerda con el de Mateo citado arriba. Así es que tenemos dos escritores como testigos. El apóstol Juan estuvo presente en ese primer Memorial y él nos cuenta más detalles acerca de la identificación del traicionero después que Jesús dijo: “En verdad les digo, Uno de ustedes me traicionará.” De modo que Juan 13:22-30 añade: “Los discípulos empezaron a mirarse los unos a los otros, sin saber de quién hablaba. Estaba reclinándose ante el seno de Jesús uno de sus discípulos, y Jesús le amaba. Por lo tanto Simón Pedro le hizo señal a éste y le dijo: ‘Di de quién está hablando.’ De modo que éste se inclinó en el pecho de Jesús y le dijo: ‘Maestro, ¿quién es? Por tanto Jesús contestó: ‘Es aquel a quien yo daré el bocado que voy a mojar.’ Por eso, habiendo mojado el bocado, lo tomó y se lo dió a Judas, el hijo de Simón Iscariote. Y después del bocado entonces Satanás entró en éste. Jesús, por lo tanto, le dijo: ‘Lo que estás haciendo hazlo más pronto.’ No obstante, ninguno de los que estaban reclinándose a la mesa sabía con qué propósito le había dicho esto. De hecho, algunos, debido a que Judas llevaba la caja del dinero, se imaginaban que Jesús le estaba diciendo: ‘Compra las cosas que necesitamos para la fiesta,’ o que él diera algo a los pobres. Por esto, después que él recibió el bocado, salió inmediatamente. Y era de noche.”—NM.
9. ¿Celebró entonces Judas el Memorial? ¿Qué cosa manifiesta en cuanto a si lo hizo?
9 Así es que de acuerdo con estos tres testigos tenemos establecido que Judas abandonó la congregación antes de que Jesús introdujera el Memorial a los otros apóstoles, los once fieles. El pan que Jesús les sirvió en ese Memorial no fué mojado en la salsa pascual antes que él se lo diera. Tampoco después de establecer el Memorial volvió Jesús a comer la pascua y a mojar bocados de pan. De modo que Jesús sirvió a Judas con el pan mojado y lo despidió antes del nuevo Memorial. Judas nada más celebró la pascua con Jesús y sus fieles apóstoles, igual como hicieron los sacerdotes y capitanes del templo con quienes Judas había negociado para traicionar a Jesús. Judas no fué excluído de la pascua así como tampoco fueron excluídos los otros; nada más que todos ellos celebraron esa pascua con condenación para sí mismos. Jesús permitió que Judas estuviera allí para la pascua para que así la profecía llegara a su cumplimiento cabal; como dijo Jesús: “Pero el resultado es que la escritura se cumple, ‘El que comía mi pan ha levantado su talón contra mí.’” (Juan 13:18, NM) Sigue que Jesús estableció el Memorial con los once apóstoles leales, y de esta manera él indicó quiénes debían celebrarlo de allí en adelante.
10. ¿Por qué, aunque no estaban engendrados del espíritu, pudieron participar los apóstoles?
10 No, esos once hombres todavía no habían sido engendrados y ungidos por el espíritu de Dios, “porque todavía no había espíritu, por cuanto Jesús todavía no había sido glorificado.” (Juan 7:39, NM) El espíritu vino por primera vez el día de Pentecostés diez días después que Jesús hubo ascendido a la gloria celestial a la diestra de su Padre. Pero Jesús había dicho a esos apóstoles: “En la recreación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos, juzgando a las doce tribus de Israel.” (Mat. 19:28, NM) Él también se había referido a ellos como miembros de su manada pequeña, diciendo: “No tema, manada pequeña, porque su Padre ha aprobado darles el reino.” (Luc. 12:32, NM) A los apóstoles Santiago y Juan él también había dicho: “La copa que yo estoy bebiendo ustedes beberán, y en el bautismo con que estoy siendo bautizado ustedes serán bautizados.” (Mar. 10:39, NM) E inmediatamente después de establecer el Memorial Jesús confirmó que ellos estaban en línea para el reino celestial, cuando dijo: “Ustedes son los que han permanecido conmigo en mis pruebas; y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, para que coman y beban a mi mesa en mi reino, y se sienten en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Luc. 22:28-30, NM) En su oración concluyente Jesús oró a su Padre celestial pidiendo que ellos estuvieran con él en su reino.—Juan 17:24.
11. Entonces, ¿de qué manera no podrán cumplir los requisitos las otras ovejas como pudieron hacerlo los apóstoles más tarde?
11 Por esto, el hecho de que los once apóstoles todavía no habían sido engendrados por el espíritu no se puede usar como un argumento para apoyar la pretensión de que los creyentes que no son engendrados del espíritu pueden participar de los emblemas del Memorial. Cincuenta y un días después el espíritu santo fué derramado sobre los apóstoles y ellos fueron engendrados como hijos espirituales de Dios. Después de eso ellos sí celebraron el Memorial como hijos espirituales de Dios. Pero los que forman la grande muchedumbre de otras ovejas no están en línea para el reino celestial y nunca serán engendrados por el espíritu de Dios para ser resucitados a la vida espiritual. De modo que ellos nunca llegan a ser los israelitas espirituales a quienes el apóstol Pedro escribió. “Viniendo a [Cristo] como a una piedra viva, desechada, es verdad, por los hombres, pero escogida, preciosa, para con Dios, ustedes mismos también como piedras vivas están siendo edificados en casa espiritual para servir el propósito de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptos a Dios mediante Jesucristo. . . . ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó fuera de la oscuridad a su luz maravillosa.”—1 Ped. 2:4-9, NM.
NO ES ANTITIPO DE LA PASCUA
12. ¿Qué argumento se ofrece para que las otras ovejas participen de él?
12 Alguien dirá: “El resto y las otras ovejas ahora son ‘una sola manada, un solo pastor’. Las otras ovejas están dedicadas a Dios igual que el resto. Esta dedicación de uno mismo a Dios se simbolizó por la ceremonia judía de la circuncisión, ¿no es así? Y a los extranjeros que moraban con los israelitas ¿no se les permitía participar de la pascua, si es que se dejaban circuncidar? Entonces ¿por qué no deben participar juntos el resto y las otras ovejas o la clase del extranjero en aprecio común del sacrificio rescatador de Jesús? ¿No eran estos extranjeros circuncidados los que formaban la multitud mixta que marchó fuera de Egipto con los israelitas, y no son ellos un cuadro de la ‘grande muchedumbre’ de otras ovejas de hoy día? Por eso ¿por qué no participan todos del Memorial?”—Éxo. 12:48, 49, 38; Núm. 11:4.
13, 14. ¿Por qué no constituye esto un argumento verdadero para que ellos participen?
13 Contestamos, Estas cosas serán verdad, pero el participar en la pascua judía no constituye razón para participar de la cena del Señor. ¿Por qué no? Porque la pascua no es un tipo de la cena del Señor.
14 En la pascua los judíos naturales y los extranjeros circuncidados que moraban entre ellos comieron de un cordero asado con pan ázimo y con hierbas amargas. Antes de la cena, la sangre del cordero pascual fué salpicada en los postes de las puertas y en los dinteles de las casas israelitas y los celebradores se retiraron dentro de sus casas bajo la sangre para guardar la pascua. (Éxo. 12:1-27) Pero cuando estableció el Memorial Jesús tomó un pan ázimo, lo bendijo, lo partió y lo distribuyó, diciendo: “Esto significa mi cuerpo que se dará a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí.” Luego usó vino para representar sangre, pero no les dijo a sus discípulos que salpicaran el vino de la manera que se había salpicado la sangre del cordero en Egipto. Más bien, él les dió el vino en una copa y les dijo que todos lo bebieran, es decir, que bebieran sangre simbólica, diciendo: “Esta copa significa el nuevo pacto por virtud de mi sangre, la cual ha de ser derramada a favor de ustedes.” (Luc. 22:19, 20, NM) Si los celebradores de la pascua hubiesen bebido la sangre del cordero hubiera sido una violación del pacto de Dios con Noé concerniente a la santidad de la sangre. Por esto se hubiera requerido la muerte de los bebedores. Pero Jesús les dijo a sus discípulos que bebieran el símbolo de la sangre, el vino. De manera que en un sentido muy importante no existe correspondencia alguna entre la pascua y el Memorial, y la pascua no tipifica el Memorial. La celebración de la pascua no prefigura la celebración del Memorial cristiano.
15. ¿Cuáles israelitas lo celebraron primeramente, y después cuáles gentiles?
15 Durante las primeras cuatro celebraciones del Memorial (33-36 d. de J.C.) los que participaron eran judíos, prosélitos y samaritanos circuncidados. No eran israelitas cualesquiera los que tenían derecho de participar de la pascua. Eran un resto de judíos que aceptaron a Jesús como el Mesías enviado por Dios y que se habían bautizado. Tres años y medio después que Jesús instituyó el Memorial, el apóstol Pedro fué enviado al hogar del centurión italiano Cornelio. De allí en adelante los gentiles o incircuncisos que no eran judíos se dirigieron a Jehová Dios y aceptaron a Jesús como su Mesías y fueron bautizados en su nombre y admitidos a la mesa Memorial y a sus emblemas. Jehová Dios el Padre los engendró como sus hijos espirituales y los ungió con su espíritu para que predicaran el reino de Dios. (Hech. 10:1 a 11:8; Dan. 9:24-27) Durante los últimos diecinueve siglos desde entonces estos hijos espirituales de Dios, estos ungidos “embajadores por Cristo”, han sido los únicos que han celebrado el verdadero Memorial dignamente.
SIGNIFICADO EMBLEMÁTICO NOS AYUDA A DECIDIR
16, 17. ¿Qué cosa nos ayuda a decidir el significado de los emblemas? ¿Cuáles eran las palabras de Jesús explicando su significado?
16 ¿Qué significan los emblemas que Jesús usó al establecer el Memorial? Esto ha sido un tema de controversia tremenda a través de los siglos. El verdadero significado bíblico en sí mismo nos ayuda a decidir quién puede participar correctamente en armonía con el simbolismo. Habiéndose instituído el Memorial inmediatamente después de comer la pascua, Jesús solamente tenía disponible el pan ázimo. El fermento o la levadura representa el pecado; y pan sin esto es la única clase de emblema que es apropiado en cuanto a pan, para representar algo sin pecado. Entonces ¿qué significa el pan, y también el vino? Usando la traducción de Móffatt, citamos otra vez el informe de Mateo acerca de las palabras de Jesús:
17 “Mientras ellos comían, él tomó un pan y después de la bendición lo partió; entonces se lo dió a los discípulos diciendo, ‘Cojan y coman esto, significa mi cuerpo.’ También tomó una copa, y después de darle gracias a Dios se la dió a ellos diciendo: ‘Beban de ella, todos ustedes; esto significa mi sangre, la sangre del nuevo pacto, derramada por muchos, para conseguir la remisión de sus pecados. Les digo, después de esto yo nunca más beberé este producto de la vid, hasta el día que lo beba de nuevo con ustedes en el Reinado de mi Padre.”—Mat. 26:26-29, Mo.
18. ¿Fueron transubstanciados el pan y el vino? Entonces ¿cómo fueron usados?
18 Por esto vemos que Jesús no dijo que el pan y el vino se habían transubstanciado en su cuerpo y sangre literales; del mismo modo como la copa no se había transformado para ser el nuevo pacto cuando dijo: “Esta copa significa el nuevo pacto ratificado por mi sangre derramada a favor de ustedes.” (Luc. 22:20, Mo) El pan y el vino son nada más emblemas. No experimentan ningún cambio debido a las palabras que se pronuncian sobre ellos, pero mediante dichas palabras se explica que significan otra cosa. ¿Qué? Jesús dijo, “mi cuerpo” y “mi sangre derramada a favor de ustedes”.
19. ¿Cuál es el comentario de Pablo acerca de su significado en l Corintios 10?
19 Para un comentario acerca de estas palabras nos dirigimos a Pablo, donde él dice: “Por lo cual, mis amados, huyan de la idolatría. Yo hablo como a hombres de discernimiento; juzguen ustedes mismos lo que yo digo. La copa de bendición que nosotros bendecimos, ¿no es participar en común de la sangre del Cristo? El pan que partimos, ¿no es participar en común del cuerpo del Cristo? Porque hay un solo pan, nosotros, aunque somos muchos, somos un solo cuerpo, porque todos nosotros estamos participando de ese solo pan.” (1 Cor. 10:14-17, NM) Para hacer una comparación citamos otra versión de estas palabras, la de Móffatt: “Eviten la idolatría, entonces, mis amados. Yo estoy hablando con personas sensatas; pesen mis palabras por sí mismos. La copa de bendición, que nosotros bendecimos, ¿no es eso participar de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es eso participar del cuerpo de Cristo? (porque, aunque somos muchos, somos un solo Pan, un solo Cuerpo, ya que todos participamos del solo Pan).” Con la traducción de Móffatt concuerda la Versión Normal Americana; también Rótherham, Darby, Cuthbert Lattey, el margen de la Traducción del Nuevo Mundo, etc.a
20. Entonces ¿a qué estaba refiriéndose Jesús con sus palabras “mi cuerpo”? ¿Cuáles textos apoyan esto?
20 De este testimonio inspirado es evidente que en el Memorial el Señor Jesús estaba refiriéndose a la “congregación, la cual es su cuerpo”. Es, como dijo Jesús, “mi cuerpo,” porque Dios “sujetó a todas las cosas debajo de sus pies, y le hizo cabeza sobre todas las cosas de la congregación, la cual es su cuerpo, el complemento de aquel que lo llena todo en todo”. (Efe. 1:22, 23, NM) Para dar más explicación el apóstol Pablo escribe en esa misma carta, su primera a los corintios, diciendo: “Porque así como el cuerpo es una sola cosa pero tiene muchos miembros, y todos los miembros de ese cuerpo, aunque son muchos, son un cuerpo, así también es el Cristo. Porque en verdad por un espíritu todos nosotros fuimos bautizados en un cuerpo, seamos judíos o griegos, seamos esclavos o libres, y a todos se nos hizo beber un espíritu. Pero ahora Dios ha colocado a los miembros en el cuerpo, cada uno de ellos, así como él quiso. Si todos ellos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? . . . la cabeza no puede decir a los pies: ‘No tengo necesidad de ustedes.’ . . . Ahora ustedes son el cuerpo de Cristo, y miembros individualmente. Y Dios ha colocado a los miembros respectivos en la congregación.”—1 Cor. 12:12, 13, 18, 19, 21, 27, 28, NM.
21. Entonces ¿qué significa el participar del pan? ¿A quiénes excluye esto?
21 Por esto cuando un cristiano está verdaderamente dedicado a Dios y come del pan Memorial, él de esa manera confiesa que está ‘participando en común del cuerpo del Cristo’; es un miembro de él. ¿Se ha glorificado o exaltado a sí mismo públicamente para hacerse un miembro del cuerpo espiritual de Cristo? No; pero sí ha cumplido los requisitos de Dios y reconoce que Dios lo “ha colocado” en el cuerpo de Cristo. Esto mismo impide que las “otras ovejas” participen de los emblemas del Memorial, porque no son miembros del cuerpo de Cristo. Ellos no pueden participar y decir: “Porque hay solamente un pan, nosotros, aunque somos muchos, somos solamente un cuerpo”, es decir, “un cuerpo” con los miembros del cuerpo de Cristo.
22. ¿Qué tiene que existir, entonces, entre los participantes del pan? ¿Cómo?
22 El cuerpo de Cristo fué representado por “un solo pan”, y los miembros de ese cuerpo espiritual todos están “participando de ese solo pan”. Por esa razón tiene que haber completa unidad entre ellos, porque “nosotros, aunque somos muchos, somos un solo cuerpo”. (1 Cor. 10:17, NM) Nuestra unidad tiene que existir no sólo entre los unos para con los otros, sino particularmente para con la Cabeza Jesucristo. Él es el Principal. Tenemos que acordarnos de él. Cada uno de nosotros tiene que seguir “teniéndose firmemente de la cabeza, de quien todo el cuerpo, siendo suplido y trabado armoniosamente por medio de sus coyunturas y ligamentos, sigue creciendo con el crecimiento que Dios da”. (Col. 2:19, NM) Era porque estaba arguyendo este asunto vital de la unidad en su primera carta a los corintios que el apóstol súbitamente se refirió en el capítulo diez a la cena del Señor, o al Memorial. Puso delante de ellos como un ejemplo amonestador a los israelitas en el desierto que se apartaron de Jehová Dios a la adoración de ídolos representando demonios, cometiendo así fornicación espiritual y también corporal. En seguida amonestó a sus compañeros cristianos al decirles “huyan de la idolatría”. Como un argumento para que ellos hicieran eso, él les dijo que consideraran lo que tenía que decir acerca de la cena del Señor. La idea fundamental tras de esa comida era la unidad con Cristo.
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Prohibido participar con demoniosLa Atalaya 1951 | 1 de marzo
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Prohibido participar con demonios
1. ¿Con qué argumento contra la demonolatría sigue Pablo después de explicar la cena del Señor?
DESPUÉS de explicar concerniente a la cena del Señor, el apóstol Pablo luego dijo lo siguiente: “Porque hay un solo pan, nosotros, aunque somos muchos, somos un solo cuerpo, porque todos nosotros estamos participando de ese solo pan. Miren lo que es Israel según la carne: Aquellos que comen los sacrificios ¿no son participantes con [o, en] el altar? ¿Qué, entonces, he de decir? ¿Que lo sacrificado a un ídolo es algo, o que un ídolo es algo? No; pero yo digo que las cosas que las naciones sacrifican las sacrifican a demonios, y no a Dios, y no quiero que ustedes lleguen a ser participantes con demonios [que participen en demonios, Mo]. No pueden estar bebiendo la copa de Jehová y la copa de demonios; no pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios. O ¿‘estamos incitando a Jehová a celos’? Nosotros no somos más fuertes que él, ¿verdad?”—1 Cor. 10:17-22, NM.
2. ¿Cómo participaban con el altar de Dios los israelitas antiguos?
2 En el antiguo Israel, cuando ellos hacían ofrendas pacíficas y ofrendas de acción de gracias, los ofrecedores así como también los sacerdotes comían partes de los sacrificios. El sacrificio a Dios representaba a la persona que lo ofrecía, para ilustrar que una vida tenía que darse por su propia vida; y mediante el comer parte del sacrificio él estaba participando del sacrificio junto con el altar. Él estaba participando con el altar, ‘participando en el altar.’ (Mo) El altar recibió parte del sacrificio, porque algunas partes de él, el sebo, etc., se quemaban sobre el altar; y la persona que ofrecía el sacrificio por medio del sacerdote recibía parte del sacrificio. Se ofrecía a Jehová Dios; y siendo que el altar era de Él, el ofrecedor y el Señor Dios juntos tenían comunión. (Lev. 19:5, 6; 22:29, 30; Deu. 12:17, 18; 27:5-7) Así se podían renovar o adelantar las relaciones pacíficas entre Dios y el ofrecedor.
3. ¿Por qué no pueden los que son participantes del pan también ser participantes con demonios?
3 Las naciones gentiles fuera de Israel sacrificaban en sus altares a sus dioses e ídolos. Ellos verdaderamente sacrificaban a demonios. Cuando los israelitas se alejaron de Jehová, “ellos sacrificaron a demonios, a nodioses.” (Deu. 32:17, Mo; Sal. 106:37) De ese modo ellos tuvieron comunión con los demonios, los adversarios de Jehová; ellos ‘participaron en demonios’. (Mo) Los cristianos no pueden ser participantes con demonios. Por esa razón ellos no pueden participar en idolatría. Esto quiere decir la avaricia, también, porque una ‘persona avarienta es idólatra’ y ‘la avaricia es igual que la idolatría’. (Efe. 5:5; Col. 3:5) Jesús nunca adoró ni sirvió a demonios. Cuando Satanás el Diablo, “el gobernante de los demonios,” le ofreció a Jesús los reinos de este mundo en cambio por su adoración, Jesús le contestó que él obedecía el mandato divino de adorar únicamente a Jehová Dios. (Mat. 12:24; 4:8-11, NM) Jesús no adoró a ningún ídolo, sino únicamente al Dios viviente. Él no participó ni tuvo compañerismo alguno con demonios. Durante todo su ministerio terrenal él arrojó a los demonios fuera de personas endemoniadas y rehusó dejar que ellos testificaran que él era el Cristo. Por esto si deseamos estar en unidad con Cristo como miembros de su cuerpo y si deseamos participar de los emblemas del Memorial de una manera digna, no podemos participar en ninguna clase de idolatría, especialmente ahora cuando las organizaciones mundiales y los héroes se están idolatrando, así como las Naciones Unidas y los personajes famosos del mundo. No podemos ser “un solo cuerpo” ni “un solo pan” con Cristo Jesús y al mismo tiempo ser idólatras.
“LA MESA DE JEHOVÁ” Y “LA COPA DE JEHOVÁ”
4. En conexión con el Memorial ¿por qué habla Pablo de la copa y mesa de Jehová?
4 Pero si el apóstol está refiriéndose a la copa que Jesús dió a sus discípulos para que bebieran y al pan ázimo que partió para que ellos comieran, ¿por qué habla de la “copa de Jehová” y de la “mesa de Jehová”? Él dice: “No pueden estar bebiendo la copa de Jehová y la copa de demonios; no pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios.” (1 Cor. 10:21, NM) El apóstol habla así porque las cosas que se simbolizaron por los emblemas del Memorial eran provisiones hechas por Jehová a favor de aquellos que pertenecen a Cristo.
5. ¿De qué profecía citó Pablo “la mesa de Jehová”, y a qué se aplicó alli?
5 Se entiende por los críticos textualesa que la expresión de Pablo “la mesa de Jehová” se citó de Malaquías 1:7, 12 (LXX griega). El profeta Malaquías allí dice: “Ofrecéis pan inmundo sobre mi altar. Mas decís: ¿En qué te hemos amancillado? En eso que decís: ¡La mesa de Jehová es cosa despreciable! Pero vosotros lo profanáis [el nombre de Dios] en que decís: ¡La mesa del Señor es inmunda, y su fruto, es decir, su alimento, es cosa despreciable!” Según lo usa Malaquías, “la mesa de Jehová” se aplica a su altar, a donde se traían los sacrificios animales. Los cuerpos de las víctimas se colocaban sobre el altar. La sangre de la víctima nunca se tomaba, sino que se derramaba sobre la base del altar o se llevaba dentro del Santísimo del templo o se disponía de ella de otra manera.
6, 7. De acuerdo con la conexión que Pablo le da, ¿cómo es ésta la mesa de Jehová?
6 “La mesa de Jehová” pudo haber significado todo el arreglo de la cena del Señor. Pero si significaba un detalle en particular de ésta, entonces ha de haber sido el pan ázimo, por cuanto éste nada tenía que ver con sangre. El pan representa el “cuerpo de Cristo” en el cual participa la manada pequeña de Jesús de coherederos del Reino. Dios es quien ha hecho los arreglos para el “cuerpo de Cristo”. Él lo crea, colocando a los miembros según su propio gusto, a Jesucristo como la Cabeza del cuerpo y a los 144,000 miembros de la “manada pequeña” como el cuerpo debajo de él, cada uno ocupando un lugar asignado. De modo que el privilegio de estar asociados con la Cabeza Jesús es una provisión gloriosa que Dios ha hecho para los de la manada pequeña, y este privilegio se da sólo a ellos.
7 Concerniente a este punto leemos: “Ahora nosotros sabemos que Dios hace que todas sus obras cooperen juntas para el bien de los que aman a Dios, de los que son llamados de acuerdo con su propósito; porque aquellos a quienes dió primer reconocimiento él también preordinó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él pudiera ser el primogénito entre muchos hermanos. Además, aquellos que él preordinó son los que él también llamó; y aquellos que él llamó son los que él también declaró ser justos. Finalmente aquellos que él declaró justos son los que él también glorificó.”—Rom. 8:28-30, NM.
8, 9. ¿A quiénes se les da este privilegio de ser los miembros del cuerpo de Cristo? ¿Cómo se mantiene constantemente la unidad con él?
8 De modo que esta provisión de ser unidos con su Hijo primogénito en un cuerpo espiritual se dió o se llevó a cabo por Jehová Dios para la “manada pequeña”, de la cual once miembros estaban con Jesús cuando él estableció el Memorial. Para poder permanecer en unión con la Cabeza Jesucristo se hace necesario que sigan conformándose a su imagen por medio de copiarlo en su curso terrenal. Por eso se nos dice: “No lleguen a estar unidos en yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué consorcio tienen la justicia y la iniquidad? O ¿qué compañerismo tiene la luz con las tinieblas? Más aun, ¿qué armonía hay entre Cristo y Belial? O ¿qué parte tiene una persona fiel con un incrédulo? Y ¿qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios viviente; así como dijo Dios: ‘Yo habitaré entre ellos y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.” “Por tanto salgan de entre ellos, y sepárense,” dice Jehová, “y ya no toquen la cosa inmunda,”’ ‘“y yo los recibiré.”’ ‘“Y yo seré un padre a ustedes, y ustedes serán mis hijos e hijas,” dice Jehová el Todopoderoso.’ Por lo tanto, siendo que tenemos estas promesas, amados, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.”—2 Cor. 6:14 a 7:1, NM.
9 De modo que no podemos comprometer la “mesa de Jehová”. No podemos participar en el cuerpo de Cristo tomando un pedazo del pan Memorial y al mismo tiempo participar de la “mesa de demonios”, adorando a ídolos, y manteniendo conexiones inmundas. Si tratamos de hacer esto, incitamos a Jehová, el cual es más fuerte que nosotros, sí, todopoderoso, a los celos; y eso significaría nuestra destrucción.—Deu. 32:21-26.
10. Debido a su conexión con el nuevo pacto, ¿cómo es la copa del Memorial la “copa de Jehová”?
10 Ahora en cuanto a la “copa de Jehová”. Jesús ofreció la copa Memorial a sus discípulos con las palabras: “Esta copa significa el nuevo pacto por virtud de mi sangre, la cual ha de ser derramada a favor de ustedes.” (Luc. 22:20, NM) Esta misma copa es la “copa de Jehová” porque el nuevo pacto es el acuerdo o pacto que él hace con el fin de sacar de todas las naciones un “pueblo para su nombre”. Pero Cristo Jesús es quien actúa como el mediador entre Dios y los hombres, proveyendo la sangre de sacrificio para poner en vigor ese nuevo pacto, así como Moisés degolló víctimas animales y salpicó su sangre para poner en vigor el antiguo pacto de la Ley entre Dios y el Israel carnal. (Jer. 31:31-34; Hech. 15:14; Éxo. 24:1-8; Heb. 9:14-24; 1 Tim. 2:5, 6) Los que son admitidos en este nuevo pacto son el “pueblo para su nombre”, empezando con el fiel resto judío en el Pentecostés e incluyendo más tarde a los creyentes gentiles desde el centurión Cornelio en adelante. A todos éstos Jehová Dios unge con su espíritu, de este modo haciendo que sean ungidos o miembros del “cuerpo del Cristo”. Dios congrega a éstos cerca de él, diciendo: “Congréguense hacia mí—vosotros mis hombres de bondad amorosa, que han solemnizado mi pacto sobre sacrificio [el sacrificio de Cristo].” (Sal. 50:5, Rótherham) Este nuevo pacto es un hecho adicional que manifiesta que el privilegio de beber de la copa en la celebración del Memorial está limitado a los que son miembros del cuerpo de Cristo.
CÓMO SE PARTICIPA DE LA COPA
11. ¿Cómo indicó Jesús que la copa tiene otro sentido, haciéndola “la copa de Jehová” de la cual sus seguidores pueden participar?
11 Estos miembros no tienen parte en proveer la sangre del nuevo pacto. Solamente Jesús hace eso. Con su sangre él media el nuevo pacto a favor de ellos. Por eso los miembros del cuerpo no podrían en ese sentido “participar en común de la sangre del Cristo”. ¿Cómo, pues, pueden ser verdad las palabras del apóstol: “La copa de bendición que nosotros bendecimos, ¿no es participar en común de la sangre del Cristo?” (1 Cor. 10:16, NM) Porque esta copa es la “copa de Jehová” en todavía otro sentido. ¿De qué modo? Porque representa la porción que Jehová ha servido. Jesús y su manada pequeña de coherederos del Reino tienen que beberla para probar su integridad hacia Él y que son dignos del Reino. Esta es la copa a la cual se refirió Jesús cuando, poco después de introducir el Memorial, él oró: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa. Sin embargo, no como quiera yo, sino como quieras tú.” Y, otra vez, “Padre mío, si no es posible que esto pase de mí sin que lo beba, hágase tu voluntad.” (Mat. 26:39, 42, NM) Y cuando Pedro, para defender a Jesús, hirió a uno de los hombres que vinieron para arrestarle, Jesús dijo: “Mete la espada en tu vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?”—Juan 18:11, NM.
12. ¿Cómo se mostró también que es una “copa de salvación”?
12 Esa “copa de Jehová” simbolizaba la voluntad de Dios para con el bebedor, y el beberla significó para Jesús sufrimiento y muerte sobre la ignominiosa estaca de tormento. Pero la voluntad de Dios para con Jesús no terminó con su muerte. También incluyó la resurrección de Jesús de la muerte al a vida inmortal en el cielo como un Hijo glorificado de Dios, y por eso una salvación de la muerte para él. (Heb. 5:7) Así fué para él una “copa de salvación”, también, salvación por haber retenido firmemente su integridad a su Padre sin pecado. Aquí las palabras del Salmo 116, que se aplica particularmente a Jesucristo en Getsemaní, son adecuadas, porque Jesús se determinó beber la “copa de Jehová” aun hasta la muerte: “¿Cómo podré corresponder a Jehová por todos sus beneficios derramados sobre mí? Tomaré la copa de salvación, e invocaré el nombre de Jehová. Pagaré a Jehová mis votos (con permiso) en presencia de todo su pueblo. Preciosa a los ojos de Jehová es la muerte de sus santos.”—Sal. 116:12-15.
13. ¿Qué cosa dijo Jesús, lo cual aseguró que sus seguidores beberían la copa con él? ¿Qué cosa la hizo difícil de beber?
13 Pero conforme a la voluntad de Dios, la copa que se le dió a Jesús para beber él también la comparte con su manada pequeña de coherederos del Reino. Estableció este hecho firmemente cuando le dijo a dos de sus apóstoles que hicieron petición por asientos específicos en el Reino con él: “La copa que yo estoy bebiendo ustedes beberán, y en el bautismo con que estoy siendo bautizado ustedes serán bautizados. Empero, esto de sentarse a mi derecha o izquierda no es mío para dar, sino que pertenece a aquellos para quienes se ha preparado.” (Mar. 10:34-40, NM) La copa que Jesús en ese entonces estaba bebiendo y que su Padre celestial le había servido y dado era la voluntad de Dios para con él. Esa voluntad se había registrado de antemano en las Santas Escrituras y señalaba sufrimiento y muerte ignominiosa para él como si fuera un pecador, un blasfemador y un vituperio para Jehová Dios. Este último detalle es lo que hizo que fuera tan difícil para Jesús beberla, de modo que llevó el asunto a su Padre tres veces en oración y por fin se resignó a beber esta porción de la voluntad divina. El proceder así resultó en ganar el reino.
14, 15. ¿Cuál es el propósito de esta poción en la copa tanto para Jesús como para sus seguidores?
14 Aquí vemos que la copa del Memorial representó más que la muerte de Jesús como un sacrificio rescatador, como el sacrificio que daría validez a un nuevo pacto y que removería los pecados de sus discípulos que se admiten en el pacto. Los discípulos no tienen parte alguna en el sacrificio rescatador ni en mediar el nuevo pacto, sino que ellos mismos necesitan el sacrificio rescatador y la mediación de Jesús. Entonces note usted esto: El sacrificio rescatador para la humanidad no requería en sí mismo que Jesús sufriera reproche y persecución y que por fin pasara de esta vida en ignominia como un criminal condenado, como un sedicioso y blasfemador. Esa parte de la poción en la copa fué servida por el Padre para probar hasta el límite la integridad del Hijo de Dios y para probar que el Diablo es mentiroso en sus acusaciones contra el Hijo de Dios y para manifestar que Jesús apoya inalterablemente la soberanía universal de Dios.
15 Jesús tuvo que beber esta porción de la copa para probar ante todo el universo que él era digno del Reino por el cual había pactado Dios con él. Tenía que vender todo lo que poseía para alcanzar esta “perla de gran valor”. (Mat. 13:45, 46, NM) Y siendo que Jesús admitió a sus discípulos con él en el pacto para el Reino, ellos también tienen que beber esta copa con él, para también probar su integridad hacia Dios y para detener en alto su soberanía universal y para probar que son dignos de reinar con Jesucristo en gloria celestial. De modo que ellos beben esta copa junto con él.
16. ¿Cuáles textos les escribe Pablo para mostrarles que tienen que participar en la muerte de Jesús y por eso beber de la copa?
16 Por lo tanto se escribe a la “manada pequeña” de seguidores en sus pisadas: “Fidedigno es el dicho: Ciertamente si morimos juntos, también viviremos juntos; si seguimos aguantando, nosotros también reinaremos juntos como reyes.” (2 Tim. 2:11, 12, NM) Los que son incorporados en el “cuerpo de Cristo” (simbolizado por el pan Memorial) tienen que ser bautizados en su muerte si desean ser parte de su “cuerpo” glorificado en los cielos. De modo que el apóstol les pregunta a los miembros del cuerpo de Cristo: “Siendo que morimos con referencia al pecado, ¿cómo seguiremos viviendo por más tiempo en él? O ¿no saben ustedes que todos nosotros que fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte? Por lo tanto estamos sepultados con él por medio de nuestro bautismo en su muerte, para que, así como Cristo fué levantado de entre los muertos por la gloria del Padre, nosotros también anduviésemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos con él en la semejanza de su muerte, ciertamente seremos unidos con él también en la semejanza de su resurrección.”—Rom. 6:2-5, NM.
17. ¿Qué representa el mismo vino del Memorial? y por eso ¿qué significa el beberlo?
17 Este mismo apóstol, cuando estaba en prisión en Roma, escribió que él contaba todas las ventajas egoístas terrenales como “un montón de basura, para que pueda ganar a Cristo y ser hallado en unión con él, . . . para conocerle a él y el poder de su resurrección y una participación en sus sufrimientos, sometiéndome a su clase de muerte, para ver si de alguna manera pueda alcanzar a la resurrección más temprana de entre los muertos.” (Fili. 3:8-11, NM) Siendo que el contenido de la copa Memorial representaba “su clase de muerte” en vindicación de la soberanía universal de Jehová, Jesús muy adecuadamente dijo que el vino significaba “mi sangre” y se la dió a sus discípulos para que la bebieran.
18, 19. ¿Cómo, pues, es una “copa de bendición” por la cual bendecimos a Dios?
18 Siendo que el vino Memorial representa sangre derramada, significa muerte para aquél cuya sangre se derrama para el nuevo pacto. De acuerdo con el pacto que Jehová hizo con Noé inmediatamente después del diluvio, él protegió la sangre de toda criatura como cosa sagrada y declaró que el beber sangre, y especialmente sangre humana, haría al bebedor digno de la muerte. (Gén. 9:1-6) Ahora cuando los discípulos beben la copa de vino Memorial, ellos en símbolo están bebiendo sangre, pero la beben por mandato divino. De modo que significa que ellos han de derramar su sangre o morir como murió Jesucristo por causa de la soberanía universal de su Padre. Ellos aceptan morir con él, para probar que el Diablo es un rebelde mentiroso y para probar que son dignos de la vida con Jesús en su reino celestial. Por esta razón el apóstol les escribió: “La copa de bendición que nosotros bendecimos, ¿no es participar en común de la sangre del Cristo?”
19 Sí, es una “copa de bendición” con la cual bendecimos a Dios. Ciertamente representa la muerte con Jesucristo, el bautismo en su muerte, pero participar en esa clase de muerte es un privilegio. Así como escribió el apóstol de su prisión: “A ustedes se les dió el privilegio a favor de Cristo, no sólo de poner su fe en él, sino también de sufrir a favor de él.” (Fili. 1:29, NM) Esa copa tiene la bendición de Dios, porque representa la voluntad de Dios para Jesús y su manada pequeña. Esa copa o sea el privilegio de beber de ella se dió a la manada pequeña para que pudiera mostrar ahora su integridad sobre la tierra hasta el colmo y pudiera ganar “entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo”. (2 Ped. 1:11, NM) De modo que con un aprecio profundo los que tienen el privilegio de beber de la copa bendicen a Dios por ella. Porque es un privilegio vindicarlo mediante el morir con Cristo y después ser resucitados por él a la vida inmortal en el reino de Cristo para la vindicación adicional de Su soberanía universal.
20. ¿En memoria de quién se bebe, y por qué?
20 Puesto que la muerte de Cristo es lo que da validez al nuevo pacto, y puesto que él puso el ejemplo en su muerte y que sus discípulos están bautizados en su muerte, ellos beben la copa en memoria de él.
21. ¿Por qué, entonces, no es la copa del Memorial para que la beban las “otras ovejas”?
21 Estos hechos ayudan a la grande muchedumbre de “otras ovejas” a discernir que la copa del Memorial no es para que ellos la beban. Ellos no están muriendo la muerte de Cristo, pero si algunos mueren antes de la batalla del Armagedón, mueren como murieron los hombres y mujeres fieles que eran testigos de Jehová antes de Cristo. No sacrifican la carne ni las esperanzas terrenales por el nuevo mundo, sino que están marchando adelante para conseguir vida en la tierra paradisíaca en el nuevo mundo. Muchos pasarán a través del Armagedón y entrarán a ese mundo sin morir. De modo que ellos apropiadamente se abstienen de participar de la copa Memorial.
COMIENDO Y BEBIENDO VIDA EN SI MISMO
22. ¿No indica Juan 6:51 que todos los creyentes deben participar?
22 Pero, ¿no se contradice lo dicho más arriba por las palabras de Jesús a los judíos concerniente al maná milagroso? ¿No dijo él: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne a favor de la vida del mundo”? (Juan 6:51, NM) Tome nota de las palabras “mi carne a favor de la vida del mundo”. ¿No indican que todos los creyentes en Cristo, no importa que sus esperanzas de vida en el nuevo mundo sean terrenales o celestiales, pueden participar, sí, que tienen que participar del pan Memorial y también del vino? La respuesta a esta pregunta es ¡No!
23. ¿Qué discusión dió por resultado esa declaración, y cómo corresponde el pan a la carne que Jesús da para la vida del mundo?
23 Cuando Jesús habló las palabras indicadas más arriba, él estaba discutiendo el maná que había suministrado pan milagroso para los israelitas en su viaje por el desierto a la Tierra Prometida. El pan de maná no dió vida eterna a los israelitas ni a la multitud mixta que estaba con ellos. Por eso Jesús dijo: “Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que cualquiera pueda comer de él y no morir.” Así explicó que el pan que dió para la vida del mundo era su carne. (Juan 6:48-51, NM.) No obstante, los israelitas en el desierto no bebieron sangre de ninguna clase, por cuanto se les prohibió hacerlo, no sólo por el pacto divino celebrado con su antepasado Noé sino también por los términos declarados del pacto de la Ley dada por medio de su mediador Moisés. El maná del cielo que ellos comieron era sin sangre, y en este sentido era como la carne de Jesús. La carne no podía comerse a menos que se desangrara. Entonces aquello de lo cual participará la humanidad obediente del nuevo mundo para conseguir vida eterna será igual que carne desangrada, la cual suministró Jesús por medio de descender del cielo.
24. ¿De qué otra cosa habló aparte de la carne para, la vida del mundo?
24 De modo que Jesús habló de algo mayor que el maná para la vida del mundo cuando dijo: “Con toda certeza les digo, A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en sí. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré el día postrero; porque mi carne es comida verdadera, y mi sangre es bebida verdadera. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en unión conmigo, y yo en unión con él. Así como el Padre viviente me envió y yo vivo a causa del Padre, así también el que me come, él también vivirá a causa de mí. Este es el pan que descendió del cielo. No es como cuando sus padres comieron y sin embargo murieron. El que come este pan vivirá para siempre.”—Juan 6:53-58, NM.
25. Entonces, ¿en qué resulta el comer su carne y beber su sangre? Y aquí, ¿qué es lo que significa “vida en si”?
25 Tome nota que Jesús aquí dijo que los que beben su sangre y también comen su carne permanecen en unión con él y él en unión con ellos. Esto significa que son hechos miembros de su cuerpo, siendo bautizados en su clase de muerte. La comida de Jesús era hacer la voluntad de su Padre, y ellos comen la carne de Jesús por medio de hacer la voluntad de Dios juntamente con Jesús y terminando esa voluntad como lo hizo él. (Juan 4:34) A menos que sus discípulos sigan este curso, ellos no tienen vida en sí. “Vida en sí” no significa necesariamente la vida inherente o la inmortalidad en los cielos, sino que tiene un significado parecido al que mencionó Jesús cuando dijo: “La hora viene, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y los que han prestado atención vivirán. Porque así como el Padre tiene en sí mismo el don de la vida, así ha concedido que el Hijo tenga en sí mismo el don de la vida.” (Juan 5:25, 26, NM; Knox) Por eso el tener los miembros del cuerpo del Cristo ‘vida en sí mismos’ significa que participan con Jesús en el privilegio de dispensar los beneficios de la vida sacrificada de Jesús a la humanidad obediente durante los mil años de su reino. Ellos llegarán a ser su novia celestial, “la esposa del Cordero.” Cómo tales ellos servirán como madre a los hijos terrenales del “Padre del siglo eterno; Príncipe de Paz”, Jesucristo. (Apo. 19:7-9; 21:9, 10; Isa. 9:6) De modo que los de la “manada pequeña”, la clase de la “novia”, son exclusivamente los que beben la sangre del Hijo del hombre y que también comen su carne. No obstante, en Juan 6:25-58 Jesús no estaba discutiendo la cena Memorial con aquellos judíos, muchos de los cuales lo abandonaron.
[Notas]
a Westcott and Hort; D. Eberhard Nestle and D. Erwin Nestle; A. Merk, S.J.
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Participando de una manera dignaLa Atalaya 1951 | 1 de marzo
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Participando de una manera digna
1. En 1 Corintios ¿qué discute Pablo acerca del asunto del Memorial?
CUANDO se refirió al Memorial o a la cena del Señor en su primera carta a los corintios, el apóstol Pablo estaba discutiendo, no el asunto en cuanto a quiénes deben de participar de los emblemas, sino lo que significaban los emblemas y cómo participar de ellos merecidamente o de una manera digna.
2. ¿En qué sentido no estaban esos corintios celebrando el Memorial conformemente, de una manera digna ni para su propio bien?
2 En el mismo principio de su carta él explicó que existían sectas y divisiones religiosas entre ellos, y preguntó, “¿Existe Cristo dividido?” Había entre ellos celos y contiendas, de modo que no eran espirituales, sino carnales, y se estaban portando como hombres mundanos. (1 Cor. 1:11-13; 3:1-4, NM) Esto no les convenía a los que participaban de los emblemas del Memorial, porque el pan simbolizaba la unidad del cuerpo de Cristo. Tampoco podían ellos idolatrar a los guías religiosos y decir, “Yo pertenezco a éste, o, a aquél,” ni podían ellos idolatrarse a sí mismos mediante la codicia, ni podían cometer ninguna otra clase de idolatría porque eso sería demonolatría. De manera que los que así participaban en la “mesa de demonios” no podían correctamente participar en la “mesa de Jehová” en la cena del Señor. En aquel entonces, también, algunos estaban trayendo sus propias cenas o comidas vespertinas al lugar donde se reunía la congregación. Ellos allí celebraban una comida social inmediatamente antes de la cena o comida vespertina del Señor, comiendo en exceso y llegando a tal condición que no podían apreciar correctamente el significado de la cena del Señor. Además, ellos ignoraban a algunos en su comida social y los dejaban padecer hambre, de modo que algunos podían haber deseado con vehemencia la cena del Señor con la mira principal de conseguir un poco de alimento. Todo esto estaba dando por resultado que no se estaba celebrando el Memorial de una manera digna y para el propio bien de ellos.—1 Cor. 11:17-22.
3, 4. ¿Cómo pueden los participantes llegar a ser culpables con respecto al cuerpo y la sangre del Señor?
3 Por esto después de explicar las instrucciones que él había recibido del Señor concernientes a la cena del Señor, Pablo siguió diciendo: “Porque cuantas veces comen este pan y beben esta copa, siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él venga. Por consecuencia, cualquiera que come este pan y bebe esta copa del Señor indignamente será culpable con respecto al cuerpo y la sangre del Señor. Que uno primeramente se apruebe a sí mismo después de un escrutinio, y así que coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe, come y bebe juicio contra sí mismo si no discierne el cuerpo. Por eso es que muchos entre ustedes están débiles y enfermizos y no pocos están durmiendo en muerte. Pero si discerniéramos lo que somos nosotros mismos, no seríamos juzgados. Sin embargo, cuando somos juzgados, somos disciplinados por Jehová, para que no seamos condenados con el mundo. Por consecuencia, mis hermanos, cuando se juntan para comerla, esperen los unos a los otros. Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que no se junten para juicio.”—1 Cor. 11:26-34, NM.
4 Por esto cualquiera que participa de los emblemas del Memorial cuando está en condición indigna y participa de una manera indigna por falta de aprecio se hace culpable con respecto al cuerpo y la sangre del Señor. Todos los participantes deben sentir profundamente su unidad con la Cabeza Jesucristo al hacer la voluntad de Dios. Hay que acordarnos de él como el principal con quien tenemos que estar en unión y es menester no crear divisiones entre nosotros para así destruir la unidad del cuerpo. Es la sangre de Jesús la que da validez al nuevo pacto, y es menester no actuar para con esa sangre como si fuera una cosa común, pecando voluntariamente mediante el sectarismo, idolatría, avaricia y las obras de la carne. Debido a ese pacto somos un pueblo para el nombre de Jehová, y debemos dar honra a ese nombre con nuestras vidas. Cristo Jesús, que proveyó su sangre para el nuevo pacto, murió en vindicación del nombre y soberanía universal de Jehová. Nosotros debemos copiarlo en cuanto a la clase de muerte que él sufrió, llegando a estar “unidos con él en la semejanza de su muerte” para que seamos “unidos con él también en la semejanza de su resurrección”. De modo que tenemos que mantenernos libres de culpa en cuanto a estas cosas vitales, no portándonos como hipócritas en el Memorial o cena del Señor.
5. ¿Cómo debemos tratar de participar merecidamente?
5 Para participar de los emblemas merecidamente tenemos que abandonar dichas prácticas culpables, porque no armonizan con el ser nosotros miembros del cuerpo de Cristo y con nuestra participación del pan y vino del Memorial. Debemos de escudriñarnos a nosotros mismos con respecto a estas cosas, buscar el perdón de Dios por cualquier mal comportamiento, y luego determinar que seguiremos la conducta apropiada y debemos aprobarnos a nosotros mismos según las normas de Dios antes de participar. De otro modo comeremos y beberemos juicio divino contra nosotros mismos, y eso resultará en ser disciplinados.
6. Para evitar la disciplina, ¿qué tienen que discernir los participantes? ¿De qué manera?
6 Eso le sucederá a una persona “si no discierne el cuerpo”, dice Pablo. (1 Cor. 11:29, NM) Esto se refiere al cuerpo unificado del Cristo. La traducción de Móffatt nos indica esto, porque aquí su traducción escribe la palabra Cuerpo con mayúscula, así como lo hace cuando dice que los cristianos son “bautizados en un solo Cuerpo” y que son el “Cuerpo de Cristo”. La traducción de Móffatt dice: “Porque el que come y bebe sin entender el debido sentido del Cuerpo, come y bebe para su propia condenación.” (1 Cor. 11:29; 12:13, 27, Mo) Los participantes del Memorial tienen que tener presente claramente que son del “cuerpo de Cristo”, simbolizado por el solo pan, y por consiguiente tienen que mantener la unidad como “un solo cuerpo”. Es menester que entendamos el “debido sentido del Cuerpo”, sintiendo nuestra unidad personal con la Cabeza Jesucristo. De otro modo llegaremos a estar “débiles y enfermizos” espiritualmente y quizá hasta “durmiendo en muerte”, como estaban muchos de los corintios en aquel entonces. Debido a eso, Jehová Dios tuvo que disciplinarlos por medio de su organización teocrática representada por el apóstol Pablo, para que no fueran condenados con el mundo y destruídos como le sucederá a éste en breve. Para estar fuertes, saludables y vivos espiritualmente para con la organización de Dios y su trabajo, tenemos que respetar, entre otras cosas, lo que significa el Memorial.
TIEMPO Y ORDEN DE LA CELEBRACIÓN
7. ¿En qué día de qué mes celebramos el Memorial? ¿Por qué?
7 Por eso, con el debido respeto para la cena del Señor nosotros examinamos el tiempo y el orden para su celebración. Copiando a Jesús en cuanto al tiempo en que estableció el Memorial, lo celebramos una vez al año, el día 14 de nisán, siendo nisán el primer mes del calendario para el pueblo pactado de Jehová de acuerdo con su decreto en Éxodo 12:1-6. Este era el día de la pascua, porque inmediatamente después de observar la pascua judía como un judío “bajo ley” Jesús introdujo el Memorial a sus once fieles apóstoles. Por decreto de Dios, la pascua se celebraba una vez al año, en el día aniversario de la primera pascua celebrada por los judíos en Egipto precisamente antes de marchar fuera de esa “casa de servidumbre”. En este día pascual Jesús murió en la estaca de tormento en el Calvario, no solamente como la gran pascua, el “Cordero de Dios”, sino también como el Heredero del reino de Dios que vindicará la soberanía de Dios sobre toda la creación. Entonces, para seguir “proclamando la muerte del Señor, hasta que él venga”, nosotros la celebramos apropiadamente sólo en su fecha aniversaria, el 14 de nisán.
8. ¿A qué hora del día debe observarse? ¿Cuándo será este año?
8 ¿A qué hora del día debe observarse? Después de la puesta del sol, o después de las 6 p.m., tiempo normal, porque entre el antiguo pueblo pactado de Jehová cada día nuevo comenzaba a esa hora y se extendía a través de la medianoche y durante el siguiente período de luz y hasta la puesta del sol. De modo que el Memorial tiene que observarse la noche del 14 de nisán. Pablo dice que era “la noche que iba a ser entregado” cuando Jesús tomó los emblemas del Memorial y los pasó a sus apóstoles. (1 Cor. 11:23, NM) El mismo nombre, “la cena del Señor,” o la comida vespertina del Señor, manifiesta que fué una celebración nocturna. También el hecho de que Pablo les dice a los corintios, “Cada uno toma su propia cena de antemano,” prueba que esos cristianos del primer siglo la celebraban de noche, y no por la mañana después que cada uno se había desayunado ni por la tarde después de tomar el almuerzo o comida del mediodía. (1 Cor. 11:20, 21, NM) Por consiguiente, el tiempo correcto para observar la cena del Señor en 1951 es después de la puesta del sol o después de las 6 p.m., el viernes, 23 de marzo, porque este año el 14 de nisán principia a ese tiempo.
9. ¿Qué representa la cualidad ázimo del pan? ¿Cómo manifiesta esto 1 Corintios 5:7-11?
9 El pan que Jesús partió era sin levadura, la única clase de pan que se permitía en la pascua, porque esa cualidad ázimo representó la falta de pecado. Discutiendo por qué los miembros del cuerpo de Cristo deben de abstenerse del pecado y por qué no deben permitir dentro de los cuerpos de su congregación a pecadores indecorosos, el apóstol escribe a los cristianos corintios: “Quiten la levadura vieja, para que puedan ser una masa nueva, según estén libres de fermento. Porque, en verdad, Cristo nuestra pascua ha sido sacrificado. Por consecuencia, guardemos la fiesta, no con la levadura vieja, ni con la levadura de perjuicio e iniquidad, sino con panes no fermentados de pureza y verdad. En mi carta les escribí que cesaran de mezclarse en la compañía de fornicadores, . . . dejen de mezclarse en la compañía de cualquiera que se llame hermano y que sea fornicador o persona avarienta o idólatra o injuriador o borracho o defraudador; ni siquiera coman con tal persona.”—1 Cor. 5:7-11, NM.
10. ¿Por qué se usaba un solo pan y una copa común para el grupo?
10 El registro manifiesta que Jesús usó solamente un pan; pero eso fué para servir nada más a once apóstoles. Las palabras de Pablo en 1 Corintios 10:16 (NM), “El pan que partimos,” sugieren sólo un pan para cada congregación, pero no especifican el tamaño de la congregación ni el número de participantes que se servirían. El vino que Jesús sirvió era el que tenían allí para la pascua en su día, cuando se servían cuatro, y algunas veces hasta cinco copas a los celebradores de la pascua. (Luc. 22:17, 20) Entonces si varios participan de un solo pan y de una sola copa, sería apropiado para simbolizar la unidad y la participación en privilegios comunes.
11. ¿Qué manifiesta el registro concerniente al dar gracias y el pedir una bendición sobre el pan y el vino?
11 Después de tomar el pan Jesús ‘dijo una bendición’, de acuerdo con Mateo 26:26 y Marcos 14:22, o ‘dió gracias’, de acuerdo con Lucas 22:19. Cuánto tiempo hubo de intermedio entre el servir primeramente el pan y luego la copa, los registros combinados no manifiestan, pero Marcos 14:23-25 (NM) lee: “Y tomando la copa, ofreció gracias y se la dió a ellos, y todos bebieron de ella. Y él les dijo: ‘Esto significa mi “sangre del pacto” que ha de derramarse a favor de muchos. En verdad les digo, Yo de ninguna manera beberé más del producto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios.’” Mateo 26:27-29 concuerda con eso, mostrando que Jesús dió gracias separadas sobre la copa después de un intermedio. Las palabras de Pablo en 1 Corintios 10:16, “La copa de bendición que nosotros bendecimos,” indican que una bendición especial y separada se decía sobre la copa, porque el apóstol no menciona allí las gracias ofrecidas por el pan. Pero al ofrecer cada emblema Jesús explicó su significado, manifestando cuáles eran sus detalles diferentes.
12. ¿Por qué se pueden pronunciar palabras adicionales sobre los emblemas mientras que se están sirviendo?
12 Qué otras cosas dijo Jesús aparte de las breves frases mencionadas en el registro al tiempo que ofreció el pan y el vino, los escritores no manifiestan. En nuestras celebraciones modernas se acostumbra que la congregación y también el que preside la reunión permanezcan muy silenciosos mientras que los emblemas se pasan entre ellos y algunos participan. Algunos participantes hasta inclinan la cabeza y ofrecen oración, como si la oración que ofreció sobre los emblemas la persona indicada no fué suficiente. Pero es posible que Jesús dijo mucho más acerca de cada emblema cuando éste se estaba ofreciendo y mientras que los apóstoles estaban participando, porque él no estaba pronunciando alguna fórmula mágica sobre cada emblema para transubstanciado. Seguramente los informes acerca de esa noche no registran todo lo que fué dicho. A la luz de esto no hay regla alguna que impida que el presidente de la reunión pronuncie unas palabras apropiadas mientras que cada emblema se pasa a los participantes.
RECOMENDACIONES
13. ¿Qué proceder se siguió en la celebración del Memorial en la casa Betel de Brooklyn el año pasado?
13 El año pasado, la familia Betel de Brooklyn tuvo el privilegio de celebrar su primer Memorial en el Salón del Reino del nuevo hogar Betel, sábado por la noche, el día 1 de abril de 1950. La cabeza de la familia, el presidente de la Sociedad Watch Tówer Bible & Tract, presidió. Después del acostumbrado cántico y oración de apertura el presidente pronunció la plática de exposición acerca de la comida vespertina del Señor. Él había leído el manuscrito de la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras cristianas griegas. Con esto él había meditado profundamente acerca de esta celebración. Por eso, después de terminar la plática, él pidió que un hermano del resto ofreciera gracias por el pan. Luego mientras que los acomodadores estaban sirviendo el pan, permitiendo que cada uno de los presentes participara si a sí mismo se juzgara digno, el presidente no dejó que dominara un silencio solemne, sino que ofreció comentos apropiados en aprecio adicional del “pan”. Después que se sirvió el pan, hizo petición a otro hermano del resto para que pidiera una bendición sobre la copa de vino. Este emblema entonces se sirvió, dándoles a todos una oportunidad de beber de él; y otra vez, mientras que éste se estaba pasando, el presidente ofreció comentos adicionales para ayudarles a todos a apreciar todavía más el significado de la copa y de la participación en ella. Estos comentos incidentales mientras que se pasaban los emblemas dió gusto a todos, incluyendo a los que estaban allí de las “otras ovejas” quienes no participaron sino que observaron a los del resto del cuerpo de Cristo participar. Ayudó para quitarle a la ceremonia el ambiente pesado y sombrío que antes prevalecía y que hacía a tantos sentirse decaídos.
14. Entonces ¿qué se recomienda a todas las unidades o compañías de nosotros?
14 El proceder indicado más arriba es bíblico, y lo recomendamos a todas las unidades o compañías del pueblo devoto de Dios. El que preside quizás escoja ofrecer comentos adicionales mientras que se pasa el pan y luego el vino. Si es así, que escoja con cuidado y que sea al punto lo que dice acerca de cada emblema. Es ocasión de edificación espiritual para todos los presentes, para aguzar más su discernimiento y para hacer más profunda su apreciación de todos los detalles de la cena, del Señor y de sus privilegios en conexión con ella.
15. ¿Por qué pueden regocijarse las otras ovejas presentes aunque no participan de los emblemas?
15 Aunque las “otras ovejas” presentes no tienen el privilegio de comer y beber de los emblemas, pueden regocijarse porque no significa condenación para ellas. Teniendo “el debido sentido del Cuerpo”, ellas pueden regocijarse porque el nuevo pacto está llegando a su culminación en tomar de la tierra un pueblo para el nombre de Jehová y porque ellas ahora tienen el privilegio de estar asociadas con el resto de ese pueblo, los últimos del “cuerpo de Cristo”. Aunque no están en línea para participar de los emblemas del Memorial, pueden regocijarse porque Cristo Jesús es el “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Y así como los extranjeros circuncidados que moraban entre los israelitas al tiempo del éxodo participaban del cordero pascual, así también ellos ahora están participando con el resto espiritual del Cordero antitípico, ejerciendo fe en la sangre de Cristo y haciendo la voluntad de Dios como él puso el ejemplo. (Juan 1:29; Éxo. 12:48, 49) Aunque no beben su sangre, ellos sí lavan sus ropas, emblanqueciéndolas en la sangre del Cordero. (Apo. 7:14) Junto con el resto ellos están marchando fuera de este mundo, y pueden mirar hacia adelante a su completa liberación de él en el Armagedón, donde el mundo será inundado como las huestes de Faraón fueron destruídas en el mar Rojo.
16. ¿Cuáles detalles de otras reuniones no se prohiben para después de la cena del Señor, y por qué no?
16 Cuando los emblemas se han servido y todos los dignos han participado, entonces la cena del Señor ha terminado. El mandato impuesto sobre los del cuerpo de Cristo se ha obedecido. Lo que sigue después de eso mientras que todavía estamos reunidos no es parte de la cena del Señor. Por lo tanto se puede proceder como se hace generalmente en la parte concluyente de nuestras otras reuniones, haciendo anuncios y arreglos concernientes al servicio y luego entonando un cántico y siendo despedidos con oración. El discurso y la oración de Jesús con sus discípulos que se registran en. Juan, capítulos 14 al 17, no eran parte de la cena del Señor, sino que siguieron después. Lo que él entonces dijo a sus apóstoles y lo que ofreció en oración fué dictado por la urgencia de la situación y por la conveniencia al tenerlos todos reunidos por la última vez antes de su traición y muerte. El informe también dice, “Finalmente, después de cantar alabanzas, salieron al monte de Olivos,” y se acostumbraba cantar salmos durante la sazón de la pascua. (Mar. 14:26, NM) Por esto el que nosotros hayamos acabado de celebrar el Memorial no impide que los detalles de nuestras otras reuniones sigan después de la cena del Señor.
17. ¿Qué esfuerzo digno del Memorial se recomienda este año para con todos los asistentes?
17 El año pasado en toda la tierra asistieron 511,203 a las reuniones en celebración del Memorial, aunque solamente 22,723 participaron. Tenemos buena razón para esperar que este año todavía más de medio millón respetará esta celebración del Memorial con su presencia. Siendo que nos estamos acercando a nuestro éxodo completo de este mundo para entrar al nuevo mundo, sugerimos que todos los publicadores activos del Reino se ocupen en ayudar al más de medio millón de asistentes a salir en el servicio durante el fin de semana venidero del 23 de marzo de 1951. Así ustedes les ayudarán a tener parte en el testimonio final antes que llegue el fin consumado de este viejo mundo. ¡Qué modo tan digno será éste para proseguir después de la cena del Señor este año, durante este tiempo de la paciencia dé Dios para con nosotros para nuestra salvación!—2 Ped. 3:15, NM.
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El clérigo nota la fe de los testigos de JehováLa Atalaya 1951 | 1 de marzo
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El clérigo nota la fe de los testigos de Jehová
Un testigo de Jehová al predicar de casa en casa se encontró con un ama de casa que dijo, “Quisiera que todos ustedes testigos de Jehová pudieran haber oído a nuestro pastor ayer. Pronunció un maravilloso sermón acerca de la fe.” Luego esta persona explicó que su clérigo había dicho: “No sé lo que ustedes piensen de ello, pero a mí me parece que hay solamente una organización sobre la tierra que verdaderamente tiene fe en lo que cree, y esa organización es la de los testigos de Jehová. ¿Tendrían ustedes [señalando a la congregación] la fe y el ánimo de colocarse en la esquina de alguna calle y expresar su punto de vista y dejar que se rieran y burlaran de ustedes, que los despreciaran, los arrestaran, los golpearan y los pusieran en cárcel y aun seguir haciéndolo? ¿Tendrían ustedes la fe y el ánimo para quedarse allí en la nieve, la lluvia y el calor sin sentirse desanimados? ¿Tendrían ustedes la fe y el ánimo de tocar timbre tras timbre, recibiendo en cambio portazos en la cara, y aun seguir con su creencia? No me parece que ustedes puedan decir que tienen tal fe. Si nuestra iglesia tuviese la clase de fe que este grupo de testigos de Jehová tiene, tendríamos una organización tremenda.”
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